Ensayo Artritis Reumatoide
Ensayo Artritis Reumatoide
Ensayo Artritis Reumatoide
Introducción Artritis es un término que se usa para describir varias afecciones dolorosas que
afectan a las articulaciones y los huesos. Existen más de 200 tipos de artritis. Los dos tipos
principales son la osteoartritis y la artritis reumatoide. Otros tipos son: gota, lupus y síndrome
de Reiter. Aunque la artritis suele relacionarse con las personas mayores, también puede
afectar a los jóvenes. La artritis reumatoide también se denomina artritis inflamatoria. Es una
enfermedad grave, pero menos frecuente. El sistema inmunitario del organismo ataca y
destruye las articulaciones, descomponiendo el hueso y los cartílagos. Esto causa dolor e
inflamación, y puede dificultar los movimientos.
DESARROLLO
DEFINICION
Causas de la AR
Aún no se conocen en profundidad las causas de la AR. Lo que sí se sabe es que se trata de un
trastorno autoinmune y que en su origen intervienen causas o factores genéticos, así como
causas o factores no genéticos.
Factores genéticos
Los factores genéticos incrementan el riesgo de que se desarrolle la enfermedad.
Factores no genéticos
Los factores no genéticos tampoco se conocen bien. Los más relevantes son las infecciones, las
hormonas femeninas, el tabaquismo, el estrés, la obesidad y el tipo de alimentación.
Hormonas femeninas
Al parecer, las hormonas femeninas, en particular los estrógenos, ejercerían una cierta
protección frente a la AR, pues se ha constatado que tanto el consumo de anticonceptivos
como el embarazo disminuyen el riesgo de que se desarrolle la enfermedad e incluso reducen
o retrasan sus manifestaciones. En cambio, en el período posterior al parto y en la
menopausia, cuando la actividad de estas hormonas disminuye, ocurre lo contrario.
Tabaquismo y estrés
Se ha encontrado una clara relación estadística entre el hábito de fumar y el estrés, de un lado,
y el riesgo de desarrollar AR, por otro, sobre todo en las personas que presentan una
predisposición genética. Por ejemplo, se ha visto que, en muchas personas, tanto las primeras
manifestaciones como los brotes sintomáticos de la AR son precedidos por épocas de estrés
y/o de incremento de consumo de tabaco.
Obesidad y tipo de alimentación
Se ha demostrado que la AR es más frecuente en personas obesas. Sin embargo, no se ha
podido evidenciar que alguna dieta en particular tenga un efecto sobre el riesgo o el
pronóstico de la AR. Con todo, se cree probable que las dietas ricas en pescado azul
contribuyan a disminuir la intensidad de la inflamación articular y que una alimentación
sana en general resulte beneficiosa en la prevención de esta enfermedad.
SINTOMAS
Con frecuencia, la osteoartritis se forma entre los 40 y 60 años.
La artritis reumatoide tiene una forma de inicio sumamente variable, aunque algunos patrones
de comienzo son más o menos característicos.
Manifestaciones articulares
Las más importantes y características de la AR son las antes referidas: la tumefacción, el dolor
y la rigidez matutina. No obstante, también cabe mencionar otras que no siempre están
presentes o bien no suelen resultar tan pronunciadas, como el ligero calentamiento en la piel
que recubre las articulaciones afectadas o, más raramente, el enrojecimiento de
la zona.
La tumefacción
La tumefacción articular, propio reflejo de la inflamación, suele advertirse a simple vista, ya
que conlleva un incremento del diámetro o volumen de la articulación afectada.
El dolor
El dolor, probablemente el síntoma más molesto y acusado en las personas con AR, suele
acentuarse cuando se mueve o se intenta mover la articulación afectada, pero también cuando
se ejerce una presión sobre ésta, como ocurre al tocarla o al apoyarla sobre una superficie
dura.
El dolor sigue la pauta de la enfermedad: disminuye o desaparece en los períodos de calma y
se intensifica durante las exacerbaciones sintomáticas y en las fases avanzadas. Sin embargo,
su papel en la evolución y el pronóstico de la enfermedad es mucho menos relevante que el
de la inflamación que lo provoca.
La rigidez matutina
La rigidez matutina consiste en una notoria dificultad para mover la articulación afectada tras
el reposo nocturno. En general, persiste durante unas cuantas horas, con un mínimo de 30
minutos.
Diferencias entre la AR y la artrosis
La artrosis y la AR son enfermedades reumáticas muy frecuentes, sobre todo el primero, y
algunas de sus manifestaciones son similares, lo que puede generar confusiones y
malentendidos. Sin embargo, el origen, la evolución y el tratamiento de ambos trastornos son
muy distintos. Es conveniente que las personas con AR conozcan estas diferencias, puesto que
ello ayudará a evitar supuestos, a entenderse mejor con el equipo asistencial e incluso a
controlar de manera más eficaz la enfermedad.
Diferencias en las causas
La AR es una enfermedad inflamatoria que afecta primariamente a la membrana sinovial,
mientras que la artrosis es una patología no inflamatoria, pues corresponde a un trastorno
degenerativo del cartílago articular. Diferencias en los factores de riesgo
Ambos trastornos comparten algunos factores de riesgo, es decir, circunstancias
que favorecen la aparición y la evolución de la enfermedad: el sexo femenino (ambos
trastornos son mucho más frecuentes en las mujeres que en los varones), la predisposición
genética (que es particular y distinta en cada trastorno), la menopausia y la obesidad. No
obstante, otros factores de riesgo son bien distintos. Así, actualmente se considera que el
tabaquismo, el estrés y las infecciones podrían contribuir a la aparición y progresión de la AR,
mientras que en la artrosis son importantes la ocupación y la actividad profesional, puesto que
la actividad física
intensa, la realización de movimientos repetitivos y la sobrecarga de las articulaciones
favorecen el desgaste del cartílago articular.
Diferencias en las lesiones
En la AR, las lesiones son provocadas por la inflamación y no sólo se desarrollan en las
articulaciones, sino que a menudo afectan también a otros órganos y tejidos, como los
pulmones, el corazón, la piel y los ojos. En la artrosis, en cambio, las lesiones sólo se producen
en las articulaciones y no son de naturaleza inflamatoria.
Diferencias en las articulaciones afectadas
En la AR, las articulaciones más comúnmente lesionadas son las de las extremidades (en
particular, las de los dedos de manos y pies, los tobillos, las rodillas, los hombros y los codos),
que, además, suelen afectarse de forma simétrica a ambos lados del cuerpo. En la artrosis, en
cambio, las articulaciones afectadas con mayor frecuencia son las rodillas y las caderas, que
por lo general no se afectan de forma simétrica (o por lo menos con similar intensidad) a
ambos lados del cuerpo.
Diferencias en los síntomas y en la evolución
La AR suele evolucionar en forma de brotes sintomáticos en los que las articulaciones
afectadas están inflamadas, duelen y presentan cierto grado de rigidez y dificultad de
movimiento. El dolor suele durar toda la jornada, aunque tiende a intensificarse durante la
noche y con el reposo. En cuanto a la rigidez, suele ser generalizada, es más intensa al
levantarse y por lo general dura más de media hora. Además, son
frecuentes los síntomas generales, como fiebre ligera, malestar, cansancio, inapetencia y
pérdida de peso corporal.
TRATAMIENTO FISIOTERAPEUTICO
Calor superficial
El calor superficial se aplica mediante bolsas, almohadillas o mantas calientes, lámparas de
rayos infrarrojos, baños de parafina o baños de agua caliente. Suele indicarse al levantarse por
las mañanas y antes del ejercicio físico, y puede llevarse a cabo en el
propio domicilio del paciente. Es importante que la aplicación de calor superficial no dure más
de 20 minutos y que en ningún caso produzca dolor. Por la misma razón, se desaconseja
dormir con una bolsa o manta caliente.
Calor profundo
El calor profundo se aplica mediante aparatos especiales que convierten la electricidad o los
ultrasonidos en calor. Se trata de un procedimiento que se ha de llevar a cabo en sitios
especializados, ya que requiere la orientación y ayuda por parte del fisioterapeuta.
Estimulación eléctrica transcutánea (TENS)
La estimulación eléctrica de un determinado nervio a través de la piel se lleva a cabo con un
aparato específico y bajo el control de un fisioterapeuta; puede ser de utilidad para aliviar el
dolor y la rigidez articular.
Frío local
La aplicación de frío local, por ejemplo, mediante bolsas de hielo, está indicada para casos de
inflamación intensa y repentina o para evitar que una articulación se inflame y duela tras el
ejercicio físico o la realización de movimientos repetidos con una articulación.
Dispositivos ortopédicos
A lo largo de la evolución de la enfermedad, las personas con AR pueden requerir la utilización
de diversos tipos de dispositivos ortopédicos. Algunos de éstos se indican temporalmente,
hasta que la articulación afectada se desinflame y deje de resultar dolorosa y, por lo tanto,
pueda ser movilizada nuevamente. Éste es el caso de las férulas de reposo
que se colocan en las extremidades (por ejemplo, en los dedos) o el de los collarines que se
utilizan para proteger el cuello. En cambio, los dispositivos ortopédicos que se utilizan para
prevenir deformaciones,
como por ejemplo plantillas para los pies, suelen ser necesarios durante períodos de tiempo
muy prolongados. Algunos de estos dispositivos sólo se utilizan para realizar ciertas
actividades. Así, a veces se recomienda el uso de un bastón para evitar la sobrecarga de las
rodillas y las caderas al caminar, o el de una rodillera para subir y bajar escaleras o realizar
alguna actividad deportiva.
CONCLUSIÓN.
La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad que es bastante silenciosa ya que pasa muy
desapercibida y además es muy difícil diagnosticar.
Hay que cuidarse bastante del sistema articular, ya que las articulaciones tienen una
importancia vital.
Debe de ser tratada correctamente ya que aquí mencionamos algunos tratamientos básicos de
los cuales muy efectivo.
BIBLIOGRAFIA
http://www.conartritis.org/wp-
content/uploads/2012/05/informacion_actualizada_pacientes_familiares.pdf