Cartas Leidas

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VASIJAS Y TABLAS

Subtema: CARTAS LEIDAS

“Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y


leídas por todos los hombres; siendo manifiesto que sois cartas de Cristo
expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo;
no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón” (2ª. Corintios
3:2,3).
Las cartas desde tiempos antiguos han sido un medio de comunicación, y a
través de ellas se envía un mensaje, ya sea familiar, político, comercial o
religioso. A todos nos gusta recibir cartas, pero cartas con buenas noticias.
Cuando una carta se enviaba en el antiguo testamento encontramos que
siempre estaba firmada. No se envía nunca una carta que no esté firmada. Y si
la carta procedía del rey, además de estar firmada, tenía que ir con el sello del
rey. ¡Vigiles eso!
Antes que existiera el papel, las cartas estaban escritas en tablas de barro, y
los sobres dentro del cual se ponía la carta, también era de barro. Han sido
miles de millones las cartas que han llegado a las manos de la gente, unas con
buenas noticias y otras con malas noticias.
El profeta Habacuc aunque sabe que el pueblo de Dios será invadido y destruí-
do por los caldeos en los tiempos de Nabucodonosor, por causa de sus pe-
cados, él le pide a Dios que tenga misericordia de ellos. Y la visión que Dios le
da como respuesta, le es ordenado que la escriba. “Y Jehová me respondió, y
dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en
ella” (Habacuc 2:2).
¡“Escribe la visión, y declárala en tablas”! Esto se refiere a la práctica común
de escribir en esos días las noticias públicas con letras grandes en tablas de
barro, para que cualquiera que pasara, aunque pasara corriendo, pudiera leer
las noticias. Si la noticia era una ‘ADVERTENCIA’ eso le permitía al que la
leyera correr mas rápido para prepararse para lo que iba a suceder. En estos
días de Habacuc Dios miraba a dos clases de personas: a los orgullosos y
altaneros caldeos que iban a tener la victoria sobre los hijos de Dios, y a los
justos hijos de Dios que iban a ser derrotados, pero que al final serían los
ganadores de la verdadera victoria por causa de su fe en el Señor. Ellos iban a
perder una batalla física, pero estaban ganando una batalla espiritual.
Las personas que trabajan con el barro y que hacían estas tablas para escribir
se llamaban ‘alfareros’. Y la Biblia nos muestra a Dios como el gran alfarero, en
cuyas manos están las vasijas y están las tablas, vasijas y tablas que se
rompen fácilmente y que deben ser manejadas con sumo cuidado.
El profeta Jeremías, hablando de estas vasijas dice: “Y descendí a casa del
alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda. Y la vasija de barro que él
hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pare-
ció mejor hacerla. ¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa
de Israel?”.
El profeta Isaías también habla del alfarero y las vasijas, diciendo: “! Ay de los
que se esconden de Jehová, encubriendo el consejo, y sus obras están en
tinieblas, y dicen: ¿Quién nos ve, y quién nos conoce? Vuestra perversidad
ciertamente será reputada como el barro del alfarero, ¿acaso la obra dirá de su
hacedor: No me hizo? ¿Dirá la vasija de aquel que la ha formado: No entendió?

Y el apóstol Pablo agrega lo siguiente: “¿O no tiene potestad el alfarero sobre


el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para des-
honra?

¡“Escribe la visión, y declárala en tablas”! En el antiguo testamento las tablas


eran de barro sobre las cuales se escribían mensajes, y eso era la sombra,
pero hoy las tablas no son de barro, sino que son de carne.

Ahora, en estas tablas de carne solo pueden estar escritas dos cosas. O ‘las
obras de la carne’ para que la gente las lea, o ‘el fruto del Espíritu Santo’.
¿QUÉ ES LO QUE LA GENTE LEE CUANDO ME MIRA A MI? ¿QUÉ ES LO
QUE LA GENTE LEE CUANDO LO MIRA A UD? ¿ESTA LA GENTE LEYEN-
DO BIEN? ¿SABE LEER LA GENTE? ¿QUÉ ES LO QUE LEEN EN NOSO-
TROS? ¿RENCILLAS? ¿AMARGURAS? ¿PLEITOS? ¿ENEMISTADES?
¿ENOJO? ¿ENGAÑOS? ¿HIPOCRESIAS?

El apóstol dijo que ‘éramos cartas conocidas y leídas por todos los hombres’.
¿Y por qué la gente no puede leer muchas cosas buenas en nosotros?
Sencillamente, porque no hemos permitido que el Espíritu Santo use su tinta
para escribir la Palabra en nuestros corazones, que es donde está la verdadera
tabla.

El profeta Ezequiel dijo: “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo
dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré
un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que
andéis en mis estatutos y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra”.

El centro de la enseñanza del Mensaje es la Señal sobre nosotros.


Necesitamos nacer de nuevo para ser llamados hijos e hijas de Dios. Solo así
seremos parte del pueblo de Dios y El nos será a nosotros por Dios y por
Padre. Solo los que han nacido de nuevo son los que llegan a conocer quién es
su Padre. El nuevo nacimiento es la Señal que se necesita para entrar al Reino
y ser parta del Cuerpo Espiritual del Señor Jesús Cristo. TODO CREYENTE
DEL MENSAJE DE LA HORA SIN EL ESPIRITU SANTO no es aún un
cristiano. Dijo nuestro profeta. El Mensaje sin el Espíritu en nosotros nos coloca
como creyentes intelectuales del mismo. Que el Señor Jesús Cristo los
prospere en todas las cosas.

Hno. Engel Ariza.


Misionero- El Salvador

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