Marketing Lateral
Marketing Lateral
Marketing Lateral
Mediante un desplazamiento lateral moveremos uno de los tres elementos, dejando los
otros dos fijos. La distinción de los tres niveles antes mencionados resulta crucial, ya que
las fracturas que creemos deberán ser resueltas en el mismo nivel en el que se crearon.
Por ejemplo, si nos situamos en el nivel del producto y producimos un desplazamiento
que dé lugar a la idea de “una cafetería con ordenadores”, para transformarlo en una
oportunidad de negocio debemos encontrarle una utilidad. Realizar un desplazamiento
lateral en el mercado o en el producto genera una fractura entre ambos que conducirá a la
creación de nuevas categorías, mientras que si el desplazamiento tiene lugar en el
marketing mix, mercado y producto estarán conectados, lo cual llevará a generar
subcategoría o formulas comerciales innovadoras.
Al elegir el foco se deben tener en cuenta las consecuencias que tiene la elección de cada
nivel. Así, elegir el mercado como foco conlleva trabajar con un objetivo claro, ya que
sabemos a qué mercado nos estamos dirigiendo; mientras que si nos centramos en
el producto o en el marketing mix no tendremos un objetivo definido. El foco también
determina las posibilidades de crear una nueva categoría, que serán mayores cuanto más
alto se encuentre este en la secuencia de marketing vertical. Por último, tras elegir el
nivel, todavía tenemos que seleccionar el aspecto específico del marketing en el que
centraremos nuestra atención. Por ejemplo, si nos decantamos por los ordenadores, se
trata de decidir si vamos a modificar la pantalla, el teclado u otro elemento.
Segundo paso: generación de una fractura de marketing. Existen seis técnicas para
realizar desplazamientos laterales: substitución, inversión, combinación, exageración,
eliminación y reordenación. Provocar una fractura implica dejar de pensar de forma lógica
temporalmente y utilizar las técnicas mencionadas de forma consciente aplicándolas en
uno de los tres niveles. Por ejemplo, una inversión del producto sería “una pizza que no
se reparte a domicilio”. Un ejemplo de combinación es la de “cafetería” y “ordenadores”.
La consecuencia final del proceso de marketing lateral puede ser encontrar una nueva
utilidad para el mismo producto, una nueva categoría o una nueva subcategoría. Por
ejemplo, cuando Bayer promociona la aspirina como un modo de combatir infartos, está
realizando marketing lateral.
Para aplicar el marketing lateral al mercado sólo hay que seguir una simple técnica: el
cambio de una de las dimensiones. De las seis técnicas que se pueden utilizar para
realizar desplazamientos en el nivel del mercado, es recomendable la sustitución por ser
el método más eficiente y fácil de utilizar. El método de “cambiar de dimensión” consiste
en sustituir una de las dimensiones del mercado (necesidad, objeto, ocasión) por otra que
haya sido descartada; así, por ejemplo, tendremos cereales que se pueden comer en la
calle en lugar de comerlos en casa y cereales que se pueden comer por la noche en lugar
de por la mañana.
En marketing lateral utilizamos las piezas resultantes de la disección del producto como
base para realizar cambios. Primero lo dividiremos en producto o servicio tangible,
envase, atributos de la marca y uso o compra. Luego aplicaremos un desplazamiento
lateral a uno o varios de estos elementos. Para ejemplificar esta dinámica, examinemos
algunos casos de la aplicación en el nivel del producto de las seis técnicas anteriormente
presentadas.
La inversión consiste en decir lo contrario o añadir “no” a uno o varios elementos del
producto o servicio. La dificultad de hacer salir del bote el ketchup o la mayonesa llevó a
varias empresas a diseñar un envase con el tapón en la base.
A estas alturas, tenemos una idea lógica o ilógica para un producto o servicio; para
encontrar una salida, utilizaremos cualquiera de las tres técnicas de valoración
anteriormente presentadas: seguir el proceso de compra paso a paso, extraer lo positivo y
encontrar un escenario. Siguiendo el proceso de compra, los ingenieros de Honda
consiguieron meter una motocicleta en una caja; extrayendo lo positivo de las lentes de
contacto, se inventaron las lentes de contacto desechables que no plantean un problema
si se pierden y, por último, el Smart es el coche ideal para una ciudad donde por lo
general resulta complicado encontrar estacionamiento. Al considerar la conexión de un
producto con un posible mercado, tal vez sea necesario realizar cambios adicionales. Así
por ejemplo, el Smart se tuvo que posicionar como un coche de moda para justificar el
precio que hay que pagar por un automóvil en el que sólo caben dos personas.
El marketing lateral respecto al marketing mix
Realizar un desplazamiento lateral utilizando como foco el resto de los elementos del
marketing mix (precio, lugar y promoción) implica alejarse de la forma actual de presentar
el producto o servicio al cliente. En la mayoría de los casos, dicho desplazamiento genera
una subcategoría o una fórmula comercial innovadora y su principal ventaja radica en que
dicha innovación se puede realizar de forma inmediata.
Al aplicar el marketing lateral en el nivel del marketing mix, se persigue o bien aplicar
estrategias de marketing mix alternativas para nuestro producto o servicio, bien encontrar
nuevas fórmulas de marketing mix. Para conseguir el primer objetivo, se pueden
concentrar los esfuerzos en una técnica que da buenos resultados: la sustitución. Por su
parte, las cinco técnicas restantes son más adecuadas para crear nuevas fórmulas de
precios, distribución o comunicación.