Performance Espacio y Tiempo. Un Análisis Topológico. V.2
Performance Espacio y Tiempo. Un Análisis Topológico. V.2
Performance Espacio y Tiempo. Un Análisis Topológico. V.2
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MARQUEZ, Patricia. (2002) Cuerpo y arte corporal en la posmodernidad: las mujeres visibles. En Arte,
Individuo y Sociedad.Vol. 14. Recuperado en: https://revistas.ucm.es › index.php › ARIS › article ›
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convencional, sino una secuencia de acciones a desarrollar, como puntos y nodos en el
espacio, movimientos y marcaciones más o menos fijas, más o menos establecidas
previamente; pero aptas para ser cambiadas, si así lo requiere la situación. No se arma un
personaje, no hay una “psicología del personaje” que se deba comprender. Porque no se
actúa, no hay simulacro, no hay narración. Se muestra. Se muestra el cuerpo, un cuerpo
convencional, realizando acciones convencionales… o no.
A diferencia del teatro no tiene una duración estandarizada, puede ser breve o extensa
según su propio tiempo interno. Generalmente reniega de la espectacularidad porque
implica un regreso al espacio interior para mostrar lo no visible. Muy difícilmente se
realiza en un escenario, sino que se prefiere hacer a nivel del piso, entre la gente, negando
de esta manera la diferenciación entre el espacio de exhibición y el espacio espectatorial,
anulando la distancia entre el artista y el público, entre el ser iluminado que tiene cosas
importantes que decir y el otro, que lo debe mirar embelesada y estáticamente. Muchos
performers utilizan frentes múltiples, cambian de posición y orientación en el espacio para
generar que los espectadores deban moverse para poder ver la acción que se está
presentando. De esta manera buscan sacarlo de la anestesia a la que el mundo del
espectáculo lo ha conducido.
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ROSENBAUM, Alfredo; Jackie MILLER, Carina FERRARI. “Los usos del cuerpo en el cruce de lenguajes.”
Presentado en el II Simposio de Lenguajes Artísticos Combinados. UNA.
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GOLDBERG, Roselee. Performance Art. Desde el futurismo hasta el presente. Singapur. 1979. Ediciones
Destino. Thames and Hudson.
2
PERFORMANCE Y POLITICA(S).
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artista/espectador, espacio de representación/espacio de contemplación. Trabaja a partir
de lineamientos generales, esquemas de movimientos y desplazamientos, que tienen que
ser lábiles como para poder ser modificados de acuerdo al espacio y al público, en el
momento mismo de enfrentarse a ellos, ya que no se puede saber de antemano con
precisión cómo se dispondrán.
Es un cuerpo puesto en obra y actuando en un espacio transformado en una relación
espectatorial de modelo circense, según la clasificación de González Requena en
Introducción a una teoría del espectáculo:
era(…)el escenario clausurado del espectáculo el que definía un centro nuclear(…)y en torno al
cual,(…)se disponían los espectadores, en forma notablemente arbitraria, pues sólo había una
prohibición: la de franquear la frontera del escenario. (…) La relativa arbitrariedad de la
posición del espectador (pues era válido cualquiera de los puntos definidos por una
determinada circunferencia) tenía como producto una inevitable limitación en el despliegue de
la mirada: la que imponía su propia angulación sobre un espectáculo al que, tarde o temprano,
habría de volverse la espalda.4
4
GONZALEZ REQUENA, Jesús. Introducción a una teoría del espectáculo. En www.quadernsdigitals.net
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Todos estos elementos darán el clima de la obra y son pensados como significantes. El
cuerpo es un significante en el espacio. No es lo mismo entrar por la derecha que por la
izquierda, rápida o lentamente, establecer contacto con el espectador o no hacerlo. Cada
una de estas variantes y muchas otras se tienen en cuenta para reforzar el sentido de lo
que se quiere comunicar. El espectador debe extraer ese sentido en base a la reunificación
de los elementos expuestos: el cuerpo, el espacio, las modificaciones del mismo y de los
objetos, sus interrelaciones y el manejo específico del tiempo de la performance.
Es importante entonces, comprender que una verdadera performance implica trabajar en
un espacio sin escenario o tarima que aleje al ejecutante del público. Aquella distancia
genera ya una relación espectatorial totalmente diferente: el performer en un espacio
delimitado, definido y sobreelevado del espacio del espectador. Un espacio jerarquizado
de mostración y otro relegado de contemplación. Eso es lo es más interesante en este tipo
de producción: la cercanía física con el cuerpo del espectador. Se hace la distinción de
distancia física porque generalmente hay una marcada distancia psíquica entre performer-
público, más allá de la resonancia que pueda generar la acción. El cuerpo que se muestra
es un cuerpo-otro, aunque realice acciones similares a las que el espectador realiza
habitualmente. El público se identifica con el cuerpo accionando, pero se diferencia en su
no exposición y ahí es donde reside la distancia psíquica. Pero al no haber escenario, al
moverse el performer en el espacio, hay necesariamente una cercanía física con el
espectador. El performer y el público se perciben por medio del cuerpo. Las vibraciones y
respiraciones de cada uno son sentidas por el otro, más de una manera corporal que por
medio de otro sentido. En algún momento incluso, puede producirse un respirar conjunto.
El performer sabe que desde el momento en que ejecuta la performance, su cuerpo entra
en un espacio-tiempo diferente. Ya no es vehículo de comunicación con los demás en el
sentido en que estamos acostumbrados. Ingresa a un tiempo interno, en el cual está
pendiente solamente de sí mismo y conectado al devenir del tiempo propio de la
performance. El espectador se siente o se presiente; más que se ve. Se captan sus
respuestas y actitudes con la mirada periférica. El verdadero contacto con el público se
establece luego, cuando la performance finalizó y el performer reingresa al espacio y se
mezcla con los espectadores, si lo hace. Por eso, para los performers es importante el
registro de la performance en vivo, realizado por una persona sensible y con criterio, que
pueda estar atento a las distintas reacciones del público, algo no muy sencillo de
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encontrar. Este material sirve para verificar sensaciones percibidas durante la acción, lo
cual repercutirá en el diseño de futuras performances.
EL TIEMPO DE LA PERFORMANCE
Pero, al margen del tiempo interno del performer, sucede paralelamente otro desarrollo
temporal.
En las performances se utiliza frecuentemente un recurso que transforma la duración de la
misma, que modifica la percepción del tiempo y que altera el estado de contemplación del
espectador. Nos referimos a la repetición.
Esto fue tratado por diferentes autores, entre ellos el mismo Glusberg quien dice:
Y también Schechner:
Es paradoja fundamental de la performance que cada instancia sea diferente de las otras,
mientras que teóricamente la idea misma de performance se basa en la repetición y la
restauración. Pero ninguna repetición es exactamente lo que copia; los sistemas están en flujo
constante 7
En esto coinciden con Lacan cuando dice que "... un significante significa algo en un
momento dado, en determinado contexto del discurso; pero no se podría dar a un
significado su significado en el mismo instante..." En la palabra que se repite en el discurso
5
GLUSBERG, Jorge. El arte de la performance. Ediciones de Arte Gaglianone. Buenos Aires. 1986.
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Id.
7
SCHECHNER, Richard. Performance. Teoría y prácticas interculturales. Libros del Rojas, Eudeba, Buenos Aires, 2000.
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hay una relación de repetición. Hay un ritmo/tiempo porque entre las dos hay un espacio,
la palabra se repite como el rizo se cierra sobre sí mismo y deja un espacio. Hay repetición;
pero no es el mismo elemento.
Así mismo, el cuerpo en el espacio es un significante que comunica un significado en un
determinado momento. Al repetirse la acción o el movimiento, nunca dice lo mismo. Entre
el espacio que deja entre cada repetición y la acción misma, transcurre un tiempo que
puede ser medido como un módulo. Este repetirse del módulo genera una expectativa y
mantiene en vilo al espectador, quien nunca sabe cuándo se va a romper o terminar.
En este caso, se podría decir que estamos frente al atravesamiento de la Cinta de
Moebius. Al atravesar la Cinta con un lápiz se subvierte la relación entre las partes y el
todo, ya que en el lugar del lápiz hay dos caras. Esto determina en el desarrollo de los
significantes la repetición y la escansión. Por la repetición de la acción se vuelve a quebrar
el espacio-tiempo. Vuelven a haber dos caras, en ese punto es nuevamente bilátera.
bilátera
7
Se está aquí en presencia de dos nuevos espacios: el espacio del cuerpo del performer y el
espacio del cuerpo del espectador. Para que exista una performance, debe existir el
cuerpo.
En estos cuerpos entran en juego varios espacios internos y externos en una relación
dialéctica.
El performer elabora su obra y la ejecuta desde su interior al exterior. Su cuerpo como
interior de sí y su exposición en la performance como manifestación exterior de ese
mismo espacio interior. En esa dialéctica, estructura el espacio y se relaciona con el otro,
cuerpo también, con su interior y exterior.
Se estaría entonces en presencia de múltiples espacios interrelacionados: el espacio
interior del performer, su cuerpo actuando en el espacio de exhibición, el espacio interior
del espectador, su cuerpo en el espacio de contemplación, el espacio en general, la
porción del espacio donde se desarrolla la performance, el espacio desde donde mira el
espectador y el espacio que se establece entre cada uno de estos espacios y sus relaciones
de distancia y acercamientos en todas sus acepciones.
Los cuerpos en el espacio se vinculan por relaciones, relaciones espaciales; pero también
de deseos inconscientes y dialécticos, que se ponen en juego en la performance. Deseos
del performer y del espectador. Deseo del performer por comunicar, por mostrarse y
deseo del espectador de mirar y comprender el sentido. Hay una mirada casi obscena del
público cuando asiste a una performance, un temor y fascinación hacia lo desconocido y
prohibido.
Aquí se visualiza lo que dice Lacan:
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GRANON-LAFONT, JEANNE. La topología básica de Jacques Lacan. Ediciones Nueva Visión. Colección Freud <>
Lacan.
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IMAGEN 2: Cinta de Moebius y Cinta de Moebius aplanada. En el aplanamiento se revela el agujero
central de la Cinta.
Deseo inconsciente, porque el performer no tiene conciencia total de este deseo de ser
mirado y transmitir, como el espectador no es totalmente consciente de esta fascinación
corporal.
Pero, ¿qué es lo que fascina tanto a uno como a otro?
Para que una performance acontezca en toda su plenitud, debe ocurrir la identificación,
algo exterior que deviene interior, exterior y sin embargo central.
Ese cuerpo del performer en el espacio, es también el cuerpo del espectador. A ese cuerpo
le suceden cosas que podrían sucederle a él, mostrado impúdicamente ante los otros. Ese
cuerpo muestra cosas que el otro guarda para sí. Lo prohibido se muestra con total
desparpajo y no se habla aquí de la desnudez del cuerpo, que puede existir o no. El cuerpo
realizando actos o rituales no identificables o en actos cotidianos mostrados como
extracotidianos. Esos actos en espacios que no le son usuales y exhibidos de tal manera
que son lo único que se puede mirar; situaciones a las que no se les presta atención
siendo posibles de desmenuzar en sus pequeños componentes. Las acciones cotidianas,
sacadas de contexto y puestas en obra, permiten la observación de las mismas desde una
mirada diferente a la cotidianeidad.
Según Glusberg:
Las relaciones que el hombre mantiene con su propio cuerpo, son estables en cada período
histórico. En las performances, esta estabilidad que proporciona identidad y seguridad, se
quiebra convirtiéndose en un elemento perturbador: no todos los gestos ni los movimientos son
identificables, no toda transformación es inmediatamente susceptible de lectura.....El valor de
cambio que significa una alteración corporal trasciende el marco de su representación aislada:
si se transgrede, mediante un gesto, un sistema congelado de conductas, se está
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transgrediendo, simultáneamente, las representaciones estereotipadas acerca del mundo de
acciones aprobadas socialmente. Pero, esto va más allá: las actitudes convencionales, al ser
transgredidas, ponen en crisis los aparatos culturales: que, como proponen rituales de
conductas, quedan al descubierto en su función reguladora. 9
Quedan frente a frente los deseos inconscientes, articulados dialécticamente por las
demandas. La demanda articula el deseo. El deseo de aceptación y de mostración del
performer, se articula con la demanda del público. La demanda del público se repite. Y
estaríamos ahora en presencia de la figura topológica siguiente, según Lacan: el Toro.
Sobre el mismo se podría apoyar una teoría sobre la estructuración del deseo y la
identificación en una performance. La demanda del público que se repite, dibuja el objeto
faltante, agujero central que está en comunicación con el exterior. La repetición de la
demanda articula el deseo del performer -de aceptación del público, de comunicar- que
sería el alma del Toro.
Demanda del
público
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GLUSBERG, JORGE. Op. Cit.
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Deseo del Performer (Alma
del Toro)
La demanda se repite y
dibuja el agujero central
Si, según Granon Lafont, la demanda recuerda la falta en ser y evoca la falta por medio de
tres figuras del nada, estas tres figuras coinciden con las tres posibles respuestas ante una
performance: amor, odio o ignorancia. Cualquier performance generará una respuesta de
entre éstas. Puede gustar y satisfacer, puede generar descontento o repulsión o puede
generar absoluta indiferencia.
En este anudamiento, constituido por el vacío central, del deseo y la demanda - que son
isomorfos - se entra en la identificación. El deseo del performer y la demanda del público
constituyen el vacío central del Toro. En esta repetición de deseo y demanda queda
expuesto el agujero. La demanda es el modo de aparición del Otro. Lo inconsciente es el
deseo del Otro, lo que remite a la identificación primordial, y como dice Lacan el deseo
está más allá de la demanda, la trasciende, por eso es eterno y también dice el fracaso es
fundamental en la demanda; como es fundamental en la performance, para que el
performer necesite seguir intentando comunicar y para que quede flotando el significado
último de la misma.
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En este sentido, la performance, por medio de esta repetición de deseo y demanda,
garantizaría la identificación entre el cuerpo del performer y el cuerpo del espectador.
Cuando el performer actúa y pone en acto esa cotidianeidad, produce un corte. Este corte
que se produce entre lo cotidiano y lo extra-cotidiano, hace que lo interior devenga en
exterior. El performer hace que se focalice la atención del espectador en un hecho
conocido e íntimo, sacado a la luz.
Ese corte que se da entre los actos de la cotidianeidad y la puesta en escena, sólo sucede
ante la mirada del espectador, quien relaciona los actos mostrados con los actos
cotidianos. Igual que en el Toro, donde para darlo vuelta, se debe efectuar un corte,
haciendo exterior lo interior; dicha torsión es intrínseca a la superficie y aparece ante una
mirada exterior.
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sea su momento. Cómplice y público, simultáneamente, en una misma persona. Nuevas
relaciones a analizar.
Volviendo al tema del deseo del espectador y la demanda del performer, se podría ver,
nuevamente, como el meridiano se convierte en alma del Toro. Se estaría entonces, en
presencia de dos Toros, constituídos por el deseo y la demanda del performer y el
espectador: un primer Toro articulado por la demanda del espectador y el deseo del
performer y un segundo Toro articulado por la demanda del performer y el deseo del
espectador, entrelazados. En este entrelazamiento de los dos toros se pone de manifiesto
la dialéctica neurótica de la relación con el Otro.
Demanda del
espectador
Deseo del
espectador
Deseo del
espectador Demanda del
performer
BIBLIOGRAFÍA:
AUSTIN, John (1982): Cómo hacer cosas con palabras, Paidós, Buenos Aires.
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BUTLER, Judith (1991/1999) (2001): El género en disputa. El feminismo y la subversión de
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MAISONNEUVE, Jean. (2005): Las conductas rituales. Nueva Visión. Buenos Aires.
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Rojas. Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires.
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Traducción de Magdalena Uribe Jiménez e Ingrid Geist.
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Herramientas metodológicas. Grupo Editorial Norma. Bogotá.
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