Ensayo Simce N°2 5to
Ensayo Simce N°2 5to
Ensayo Simce N°2 5to
LENGUAJE Y COMUNICACIÓN
5to BÁSICO - N°2
INSTRUCCIONES:
EJEMPLO:
Marca solo una respuesta.
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I B C D
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Lee el texto y responde las preguntas 1 a 6.
TORTUGA MARINA
Información y características
Las tortugas marinas forman parte de
los quelonioideos. Son reptiles de san-
gre fría y habitan en todos los océanos
tropicales. La mayoría de las especies
de tortugas se encuentran en aguas
poco profundas de bahías, lagunas y
estuarios. Otras se adentran al mar
abierto.
Descripción
Las tortugas marinas pueden nadar a
velocidades de 27 a 35 km/h. Su fuer- Alimentación
te cuello está formado por ocho vérte-
Las tortugas de agua dulce son carní-
bras y no pueden meterlo dentro del
voras y las de mar omnívoras, alimen-
caparazón como las tortugas terres-
tándose de esponjas, moluscos, crus-
tres.
táceos, algas, plantas marinas, peces
No poseen dientes pero sí unos picos y coral que les aporta calcio para forta-
cortantes en la parte superior de su lecer el caparazón. Las más carnívoras
mandíbula. Sus oídos no se ven a sim- comen pulpos o pequeños animales
ple vista, pues los tiene de manera in- vertebrados al igual que medusas.
terna y son muy eficientes. Pueden na-
Reproducción
dar y contener la respiración por diez
minutos para luego subir a la superficie La reproducción se lleva a cabo en
a respirar. Sus aletas están adaptadas aguas cercanas a la costa. Estas al-
a la vida acuática, por lo que en tierra canzan la madurez sexual a los 6 u 8
se desplazan con dificultad y lentitud. años. El macho se monta en la parte
superior de la hembra, clava sus ga-
Algo que las identifica es su fuerte y
rras e inicia la cópula.
vistoso caparazón que dependiendo de
su especie, varía en su color y textura. Los huevos tardan de 2 a 3 semanas
en formarse dentro de la hembra. Se-
Como todo reptil, la tortuga marina
manas después, las hembras llegan a
varía su temperatura corporal adap-
las costas para anidar, realizando reco-
tándose al medio ambiente, tiene es-
rridos por las playas para encontrar el
camas en la piel, respiran por medio
lugar más adecuado donde realizarán
de pulmones y posee un corazón de
el desove. Esta área debe estar libre
tres cámaras.
de vegetación y lejos de la orilla del
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mar, pues la marea alta podría impedir llegar a la etapa adulta, donde pueden
el desarrollo de los huevos. vivir de 150 a 200 años.
Dentro de un hueco de 40 a 60 cm, las Amenazas para la tortuga marina
madres depositan de 50 hasta 100 hue- Lamentablemente la tortuga marina es
vos. Esta incubación varía de 40 a 70 un animal muy buscado por el hombre
días. Resulta todo un desafío sobrevivir ya que puede aprovechar todo de ella:
en tales condiciones, ya que animales carne, caparazón, piel y huevos. Todas
como perros que pueden escarbar, tra- las especies se encuentran en peligro
ficantes de huevos que están atentos de extinción, aunque unas más que
a estas acciones o los mismos turis- otras, como la tortuga carey y la verde.
tas, pueden dañar e ir acabando poco
Actualmente se continúan vendiendo
a poco con la reproducción de esta es-
ilegalmente huevos de tortuga llama-
pecie. Una vez que nacen, todas juntas
dos “afrodisiacos” aunque esto está
se dirigen al mar en donde corren de
comprobado científicamente como fal-
nuevo el peligro de ser devoradas por
so. Con el caparazón se realizan arte-
aves como gaviotas o pelícanos prin-
sanías y accesorios para vestimentas.
cipalmente. Un bajo porcentaje logra
Vocabulario
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http://imagenes.4ever.eu/animales/la-vida-acuatica/tortuga-marina-170580
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1 ¿Para qué escribe el autor el texto anterior?
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5 Para la tortuga marina es un desafío sobrevivir porque
A) Su carne es sabrosa.
B) Se puede aprovechar todo de ella.
C) Su caparazón es hermoso.
D) Son fáciles de atrapar.
Estaba en el cuarto curso elemental. Era un bajar mucho en poco tiempo; y aunque el
simpático florentino de doce años, cabellos muchacho era aplicado, el padre lo exhorta-
rubios y tez blanca, hijo mayor de un em- ba siempre a estudiar. Tenía el padre ya una
pleado de ferrocarriles que, teniendo mucha edad avanzada y, por otra parte, el exceso de
familia y poco sueldo, vivía muy estrecha- trabajo lo había envejecido prematuramen-
mente. Su padre lo quería mucho y era bue- te. En efecto, para cubrir las necesidades de
no con él e indulgente. Indulgente en todo la familia, además del mucho trabajo que te-
menos en lo que tenía que ver con la escue- nía en su cargo, conseguía a la vez, por aquí
la: en esto era muy exigente y demostraba y por allá, trabajos extraordinarios como co-
bastante severidad, porque el hijo debía es- pista, y se pasaba en su mesa buena parte de
tar pronto en condiciones de obtener otro la noche, sin descansar. Últimamente había
empleo para ayudar a sostener a la familia. recibido, de una casa editorial que publica-
Y para aportar algo pronto, necesitaba tra- ba libros y periódicos, el encargo de escribir
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en las etiquetas el nombre y la dirección de apagó la luz y se volvió a la cama en puntas
los suscriptores, y ganaba tres liras por cada de pies.
quinientas de aquellas tiras de papel escritas
Aquel día, a las doce, el padre se sentó a la
con caracteres grandes y regulares. Pero esta
mesa de buen humor. No había advertido
tarea lo fatigaba y se lamentaba de ello a
nada. Hacía aquel trabajo mecánicamente,
menudo con su familia a la hora de comer.
contando las horas, pensando en otra cosa y
—Estoy perdiendo la vista —decía—. Esto sólo contaba las etiquetas escritas al día si-
de trabajar de noche acaba conmigo. El hijo guiente. Sentado a la mesa con buen humor
le dijo un día: y poniendo la mano en el hombro de su hijo,
le dijo:
—Papá, déjame trabajar en tu lugar; tú sabes
que escribo tan regular como tú. Pero el pa- —¡Eh, Giulio, mira qué buen trabajador es
dre respondió: tu padre! En dos horas ha trabajado anoche
un tercio más de lo acostumbrado. La mano
—No, hijo, no, tú debes estudiar. Tu escue-
está ágil todavía, y los ojos siguen cum-
la es algo mucho más importante que mis
pliendo con su deber.
etiquetas, y yo sentiría remordimientos si te
quitara una sola hora de estudio. Te lo agra- Giulio se decía, muy contento: “¡Pobre pa-
dezco, pero no quiero; y no hables más de dre! Además de la ganancia le he dado tam-
esto. bién esta satisfacción: la de creer que ha re-
juvenecido. ¡Ánimo, entonces!”
El hijo sabía que era inútil insistir en aque-
llas cosas con su padre, y no insistió. Pero Alentado por el éxito, apenas dieron las doce
hizo lo siguiente. Sabía que a las doce en de la noche siguiente se levantó nuevamente
punto su padre dejaba de escribir y salía del y se puso a trabajar. Y continuó haciéndolo
despacho para ir al dormitorio. Una noche así varias noches. Entretanto, su padre se-
esperó a que estuviese ya en su cama, se vis- guía sin darse cuenta de nada. Sólo una vez,
tió sin hacer ruido, se sentó frente a la mesa mientras cenaban, se le ocurrió hacer esta
del despacho, donde había un montón de eti- observación: —¡Es raro cuánto petróleo se
quetas blancas y la indicación de las señas gasta en esta casa desde hace un tiempo!
de los suscriptores, y empezó a escribir imi-
Giulio se estremeció; pero la conversación
tando lo mejor que podía la letra de su padre.
no pasó de allí, y el trabajo nocturno siguió
Y escribía contento, con gusto, aunque con
adelante.
miedo; las etiquetas escritas aumentaban y
de vez en cuando dejaba la pluma para fro- Lo que sucedió fue que, al interrumpir de
tarse las manos; luego continuaba con más ese modo su sueño todas las noches, Giulio
alegría, sonriente y con el oído atento. Es- no descansaba lo suficiente; por la mañana
cribió ciento sesenta; ¡casi una lira! Enton- se levantaba todavía cansado, y por la no-
ces se detuvo; dejó la pluma donde estaba, che, al estudiar, le costaba esfuerzo mante-
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ner abiertos los ojos. Una noche, por primera todos la acogieron con júbilo. Entonces Giu-
vez en su vida, se quedó dormido sobre sus lio se animó y pensó para sí: “¡No, pobre
tareas. padre, no dejaré de engañarte. Haré más es-
fuerzos para estudiar mucho en el día, pero
—¡Vamos, vamos! —le gritó su padre dando
voy a seguir trabajando de noche para ti y
una palmada—. ¡A trabajar!
para todos”.
Se asustó y se puso nuevamente a estudiar.
Y añadió el padre:
Pero en las noches y los días siguientes la
cosa continuaba igual, e incluso peor: ca- —¡Treinta y dos liras...! Estoy contento...
beceaba sobre los libros, se despertaba más Pero hay otra cosa —y señaló a Giulio— que
tarde de lo acostumbrado; repasaba las lec- no me gusta.
ciones de mala gana, y parecía que le disgus-
Y Giulio recibió la reconvención en silen-
tara el estudio. Su padre empezó a observar-
cio, reteniendo dos lágrimas que querían sa-
lo; después se preocupó y, finalmente, tuvo
lir, pero sintiendo, al mismo tiempo, cierta
que reprenderlo. Nunca había debido hacerlo
dulzura en el corazón. Y siguió trabajando
por esta causa.
con ahínco; pero al acumularse un trabajo
—Giulio —le dijo una mañana—, te estás sobre el otro, le resultaba cada vez más difí-
descuidando mucho, ya no eres el mismo de cil resistir. La cosa duró casi dos meses. El
antes. Yo esto no lo quiero. La familia cifraba padre continuaba regañando al muchacho y
todas sus esperanzas en ti. Estoy desconten- mirándolo cada vez más enojado. Un día fue
to. ¿Comprendes? a preguntar por el maestro, y éste le dijo:
Ante este regaño, el único verdaderamente —Sí, cumple, porque tiene buena inteligen-
severo que había recibido, el muchacho se cia, pero no está tan aplicado como antes.
sintió turbado. Se duerme, bosteza, está distraído, hace sus
tareas demasiado rápido, cortas, con mala
—Sí, es verdad —murmuró entre dientes—,
letra. Él podría hacer mucho más, pero mu-
es necesario terminar con el engaño.
cho más.
Pero la noche de aquel mismo día, durante la
Aquella noche el padre llamó aparte al hijo
cena, su padre exclamó con alegría:
y le hizo reconvenciones más severas que las
—¡Sepan que este mes he ganado con las que hasta entonces le había hecho.
etiquetas treinta y dos liras más que el mes
—Giulio, tú ves cómo yo trabajo y gasto mi
pasado!
vida por la familia. Pero tú no me secundas,
Y al decir esto puso en la mesa una bolsita no tienes lástima de mí, ni de tus hermanos,
de dulces que había comprado para celebrar ni siquiera de tu madre.
con sus hijos la ganancia extraordinaria, y
—¡Ah, no, no diga usted eso, padre mío! —
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gritó el hijo, ahogado por el llanto, y abrió la amargas reflexiones del padre. Pero lo peor
boca para confesarlo todo. era que éste se iba enfriando poco a poco con
el niño. Casi lo rehuía para no encontrar su
Pero su padre lo interrumpió, diciendo:
mirada; Giulio lo notaba, sufría en silencio,
—Tú conoces la situación de la familia: sa- y cuando su padre volvía la espalda, le envia-
bes que todos necesitamos hacer grandes ba un beso furtivo, volviendo la cara con un
sacrificios. Yo mismo debería duplicar mi sentimiento de triste y compasiva ternura;
trabajo. Estos últimos meses yo contaba con mientras tanto, el dolor y la fatiga lo dema-
una gratificación de cien liras en el ferroca- craban y le hacían perder el color, llevándolo
rril, y esta mañana he sabido que ya no la a descuidarse cada vez más en sus estudios.
tendré. Perfectamente comprendía que todo acaba-
ría en un momento, la noche en que dijera:
Ante esta noticia, Giulio retuvo la confesión “Hoy no me levanto”. Pero al dar las doce,
que estaba a punto de escapar de sus labios, en el momento en que debía confirmar con
y se dijo resueltamente: “No, padre mío, no energía su propósito, sentía remordimientos,
te diré nada; guardaré el secreto para poder le parecía que al quedarse en la cama faltaba
trabajar por ti. De este modo compenso el a su deber, que robaba una lira a su padre y
dolor que te causo. En la escuela siempre es- a su familia. Y se levantaba pensando que
tudiaré lo suficiente para salir del paso; lo cualquier noche que su padre se despertara y
importante es ayudar a que nos ganemos la lo sorprendiera, o que por casualidad se en-
vida y aliviarte de la ocupación que te mata.” terara al contar las etiquetas dos veces, todo
Siguió adelante, y así pasaron otros dos me- terminaría de modo natural, sin un acto de su
ses de tarea nocturna y de pereza durante el voluntad, para el cual no tenía ánimos. Y así
día, de esfuerzos desesperados del hijo y de continuó la cosa.
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Vocabulario
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7 ¿Cuáles son las características físicas del pequeño escribiente florentino?
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12 Elige la alternativa que presenta los acontecimientos en el orden en que ocurren
en el relato.
1. Giulio ayuda a su padre en su trabajo, de noche a escondidas.
2. El padre de Giulio se molesta pues su hijo desatiende sus deberes escolares.
3. Giulio descuida sus estudios.
4. El padre de Giulio consigue un trabajo extra.
A) 4-3-1-2
B) 1-3-2-4
C) 3-2-4-1
D) 4-1-3-2
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Lee el texto y responde las preguntas 16 a 18.
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AAAAVk/B63tWxHVgVk/s1600/personificacion_visualizacion.jpg
EL ALimEnTO PARA
TU mEJOR AmiGO
A) A adultos mayores.
B) A quienes aman las mascotas.
C) A quienes tienen perros.
D) A quienes usan anteojos.
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Lee el texto y responde las preguntas 19 a 21.
http://www.adlatina.com/sites/default/files/legacy//grafica/africa-br-rinoceronte2.jpg
A) Vender neumáticos.
B) Promover la defensa y cuidado de los animales.
C) Difundir la protección de los rinocerontes de África.
D) Promocionar y vender este modelo de camioneta.
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