La Personalidad Del Yo Lírico Dentro de Los Poemas en Prosa Del Poemario Espantapájaros de Oliverio Girondo
La Personalidad Del Yo Lírico Dentro de Los Poemas en Prosa Del Poemario Espantapájaros de Oliverio Girondo
La Personalidad Del Yo Lírico Dentro de Los Poemas en Prosa Del Poemario Espantapájaros de Oliverio Girondo
Creer en las palabras del yo lírico, sería algo muy ingenuo; aunque, sí podemos
señalar que la personalidad que construye el yo lírico, tiene una carácter pluriforme,
en permanente mutación. Caracterizado por el cambio constante de lo que Corral
denomina “Identidad”. Esta identidad expansiva y gozosa puede, en otro de los
textos, "transmigrar de un cuerpo a otro" y franquear incluso los límites de lo
"humano" para abarcar otros reinos: "La certidumbre del origen común de las
especies fortalece tanto nuestra memoria, que el límite de los reinos desaparece”
(Corral, pag 337 - 338). Lo curioso, del caso es que esta “capacidad” del yo lírico, no
sólo se limita a cambiar de cuerpos, con seres humanos, sino que también puede
realizarlo con animales; lo cual le da una dimensión más mística. Como se puede
apreciar en la siguiente cita:
Poseer una virgen es muy distinto a experimentar las sensaciones de la
virgen mientras la estamos poseyendo, y una cosa es mirar el mar desde la
playa, otra contemplarlo con unos ojos de cangrejo.
Por eso a mí me gusta meterme en las vidas ajenas, vivir todas sus
secreciones, todas sus esperanzas, sus buenos y sus malos humores.
No se me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias
o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una
importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento
afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de
soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de
zanahorias; ¡pero eso sí! —y en esto soy irreductible— no les perdono, bajo
ningún pretexto, que no sepan volar (Girondo, pag 5)
Contra las mujeres de sexo prensil, en cambio, casi todas las formas
defensivas resultan ineficaces. Sin duda, los calzoncillos erizables y algunos
otros preventivos, pueden ofrecer sus ventajas; pero la violencia de honda
con que nos arrojan su sexo, rara vez nos da tiempo de utilizarlos, ya que
antes de advertir su presencia, nos desbarrancan en una montaña rusa de
espasmos interminables (Girondo, apg 39).
Este no seria, la unica vez que se produciría esta relación entre mujer; en
consideración a su sexualidad; y el miedo o el peligro, también se reproduce en el
poema número el texto “decimoséptimo se conjugan la fascinación y el terror
ancestrales ante el sexo femenino, sexo concebido como una boca voraz,
insaciable” (Corral, pag 338). Como se puede ver en la siguiente cita:
Las mujeres vampiro son menos peligrosas que las mujeres con un sexo
prensil.
Desde hace siglos, se conocen diversos medios para protegernos contra las
primeras
Contra las mujeres de sexo prensil, en cambio, casi todas las formas
defensivas resultan ineficaces (...)
La atmósfera aterradora crece hasta que una nota amena deshace el hechizo y
confirma la naturaleza onírica de la primera escena: " ¡Bonita fiesta la de ser un
durmiente que usufructúa de la predilección de los súcubos" (Girondo, pag 32). El
erotismo que configura en el texto anterior una suerte de "cuerpo del horror,
mitigado o conjurado por el humor, es sinónimo de absorción violenta y
aniquilamiento” (Corral, pag 339). No obstante, no todo el erotismo es negativo
dentro del poema; esto lo podemos corroborar al analizar el poema
décimo-segundo, el único poema en verso - si es que eliminamos el caligrama
inicial, el cual tiene al incio una construcción- son aquí sinónimo de actividad:
actividad lúdica de los cuerpos que se aman y, paralelamente, actividad de las
palabras que se acoplan y desacoplan como los cuerpos.
Este poema, podría significar una destrucción de todo lo desarrollado hasta este
momento. Por lo cual, nos vemos obligados a dar una respuesta s u presencia. La
primera de ellas, es en relación a la mujer idealizada que se había presentado al
inicio de todo este ensayo. Este poema, podría representar el encuentro deseado
desde el inicio del poemario; entre el yo lírico y esta mujer soñada e idealizada. La
segunda respuesta, es desarrollada por Corral, quien explica que este poema tiene
como “significativo, pues, este poema en verso en el conjunto caótico de
Espantapájaros: constituye una pausa, una reconciliación momentánea, recobrada a
través del acto erótico” (Corral, pag 339 -340).
Por lo tanto, podemos concluir que la personalidad del yo lírico, a pesar de ser
mutable; si presenta rasgos identificables, rastreables e inmovibles; estos rasgos
están relacionados con la mujer; teniendo dos perspectivas de la misma, la primera
es una idealización de la mujer, dando atributos similares o parecidos a los que el se
atribuyó y el segundo es el miedo a la mujer que posee actividad sexual y su
incapacidad para defenderse de la misma.
Bibliografía
Girondo, O (192). Espantapájaros (al alcance de todos), Editorial Proa Buenos Aires.