La Construcción de Un Sujeto Social en Colombia
La Construcción de Un Sujeto Social en Colombia
La Construcción de Un Sujeto Social en Colombia
Política y Cultura,
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Universidad Autónoma Metropolitana Unidad
Xochimilco
México
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Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
Actores sociales
La construcción
de un sujeto social
en Colombia
intervenido sin tener en cuenta las complejas fuerzas sociales, culturales, econó-
micas y políticas que lo atraviesan.
Ahora bien, en la esfera local, los barrios —entendidos como unidades so-
cio-espaciales en las que se asienta una determinada población de una ciudad
y cuya infraestructura física, económica y social sirve de soporte para el desen-
volvimiento de su vida cotidiana—,3 son significativamente importantes puesto
que poseen una dimensión histórica, simbólica y cultural propia. En efecto, más
que una fracción de la ciudad y que un espacio de residencia, consumo y
reproducción de la fuerza de trabajo, los barrios, y particularmente los
asentamientos de pobladores pobres, son concebidos por autores como Torres,4
como una formación histórica y cultural que constituye un espacio para la emer-
gencia de diferentes identidades colectivas, redes y sujetos sociales con un im-
portante potencial de cambio, así como de emancipación de las dinámicas
homogenizadoras de la globalización y del modelo de desarrollo neoliberal
impuesto en la región después de la crisis de la deuda externa y de la llamada
“década perdida” de los años ochenta.
Así, no son pocos los científicos sociales de diferentes disciplinas que se
han venido ocupando de los barrios populares, estudiando su génesis, sus acto-
res, sus dinámicas sociales, así como los procesos de desarrollo social que se
producen en su seno. El presente artículo pretende dar cuenta de esta situación
a partir de los resultados de una investigación realizada en un barrio popular de
Bogotá a lo largo del año 2002, en la cual se buscó estudiar cómo, a través de la
génesis del barrio, promovida por la Federación Nacional de Vivienda Popular,
emergió un sujeto social y se generaron redes sociales en sus pobladores que
permitieron el desarrollo de capital social en el ámbito local.5
EL CONTEXTO
6 Luis Jorge Garay y otros, Colombia: entre la exclusión y el desarrollo,Bogotá, Contraloría Gene-
ral de la República, 2002, pp. 21-59.
7 Cinep/Justicia y Paz, “Banco de Datos de Derechos Humanos”, Cien Días vistos por Cinep,vol. 10,
núm. 47, septiembre-noviembre de 2001, p. 9.
8 Libardo Sarmiento, op. cit., p. 26.
De modo que, con esta idea, nueve ex guerrilleros del M-19 optaron por
apoyar, por vías pacíficas y cauces institucionales, las luchas de los sectores
populares por su derecho a la ciudad y por el reconocimiento de su ciudadanía
social. Así, dieron vida a una entidad sin ánimo de lucro, reconocida legalmente
y que en la actualidad agrupa a más de 40 organizaciones de vivienda popular
de 10 departamentos, surgidas durante el desarrollo de un número igual de
programas de construcción de vivienda de interés social. A partir de éstos, la
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Según los pobladores, fue de boca en boca como se difundió la noticia de que
la Fenavip iba a iniciar un nuevo proyecto de vivienda y al cual en Bogotá se
inscribieron inicialmente alrededor de 20 000 familias. Con éstas, después de un
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masivo y simbólico acto de inauguración del Proyecto Bogotá Siglo XXI, realiza-
do con la presencia de algunas autoridades gubernamentales en el coliseo El
Campín, el principal centro deportivo de la ciudad, la Fenavip inició en 1996 un
proceso de educación, capacitación y organización de las familias que duró
alrededor de siete meses.
Para ello se organizaron aproximadamente 800 grupos de 25 familias, los
cuales nombraron un coordinador y asistieron mensualmente, durante los fines
de semana, a un ciclo de talleres que se realizó en las instalaciones de la Univer-
sidad Nacional de Colombia. Los talleres se desarrollaron en torno a temas
como la participación y organización comunitaria, el problema de la tierra urba-
na y las modalidades de construcción de barrios (legales e ilegales), los sistemas
de financiamiento de vivienda, el problema de los servicios públicos, las políti-
cas estatales de vivienda de interés social, los subsidios, la economía solidaria
y el ahorro programado, entre otros.
A partir del tercer taller, las familias que lo quisieron se afiliaron a la Coope-
rativa Crear y empezaron su programa de ahorro. Simultáneamente al proceso
de capacitación, con la participación de los afiliados se empezaron a buscar
terrenos urbanizables hasta encontrar tres lotes que presentaban buenas carac-
terísticas. Así, para la adquisición de estos tres lotes, ubicados en tres zonas
diferentes de Bogotá —Suba, Bosa y Soacha—, las 20 000 familias se agruparon
en tres organizaciones de vivienda que obtuvieron su personalidad jurídica y
que fueron las que adquirieron los terrenos. Así surgió la Asociación de Vivien-
da Bogotá Siglo XXI Suba, que dio vida al barrio Fontanar del Río, ubicado en la
localidad de Suba y cuya historia nos ocupa. La asociación es una empresa
asociativa de derecho privado, sin fines de lucro, cuyo propósito es la construc-
ción de una solución real de vivienda para sus asociados, teniendo como prin-
cipios la autogestión, la participación y la acción mancomunada de sus miem-
bros. La administración de la asociación es ejercida por la Asamblea General, la
Junta Directiva y el gerente que actúa como representante legal, cargo que
siempre fue desempeñado por un miembro de la Fenavip. Como organismos de
control existen la Junta de Vigilancia y el Revisor Fiscal.
Para la compra del terreno, las 600 familias que inicialmente se organizaron
tuvieron que hacer un aporte de $ 3 300 000,9 que reunieron con base en el
ahorro que habían captado y un crédito con plazos de 12, 24 o 36 meses que
obtuvieron en la Cooperativa Crear, la cual, por su parte, también obtuvo un
crédito en una entidad financiera. La compra del terreno fue el primer paso de
un largo proceso de trámites y negociaciones con entidades del gobierno distrital
que se tomó tres años antes de poder iniciar la construcción del barrio. Veamos
cómo narra el propio gerente el largo proceso que se vivió:
Hacíamos lo que llamamos las visitas comunitarias porque tuvimos que valernos de
manifestaciones para conseguir muchas cosas, como los permisos y los subsidios.
Nos tocó hacer protestas para que se agilizaran los trámites y poder continuar con
el proyecto. Nosotros teníamos todos los requisitos y nada que aprobaban la licen-
cia. Y ahí fue que nos tocó ir a hacer presión. Nos tocó tomarnos Planeación para
que aprobaran la licencia. También fuimos al Inurbe. Realmente ése fue un proceso
de lucha para todos y fue cuando la gente estuvo más unida.
Ahora bien, una vez que se compró el lote, además de las visitas comunitarias
se empezaron a realizar las jornadas de trabajo que tenían lugar una vez al mes.
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11 Como parte del proceso de descentralización de Bogotá, la ciudad fue dividida en 20 localida-
des que elaboran un plan de desarrollo local a la luz de las directrices generales del Plan de Desarrollo
que cada gobierno distrital elabora para ser cumplido en tres años. En la década de los noventa y
comienzos del nuevo siglo, las últimas administraciones han promovido la realización de encuentros
ciudadanos en los que se ha promovido la participación vecinal en la elaboración del plan de desarrollo
de la localidad.
12 Aunque la muestra, seleccionada proporcionalmente dentro de las manzanas del barrio median-
te un muestreo aleatorio, no es estadísticamente representativa, las evidencias que se obtuvieron en ella
se unen a las observaciones de campo realizadas, por lo que se consideran indicadores válidos que
permiten formular algunas inferencias y conclusiones sobre el tejido social que se construyó en el
barrio.
13 La conceptualización que se hace de la red social personal se basa en C. Sluzki, La red social:
frontera de la práctica sistémica, Barcelona, Gedisa, 1996, pp. 37-69.
Amistades
Familia
Trabajo
Comunidad
o estudio
Sobre estos cuatro cuadrantes se inscriben tres áreas que se representan por
medio de círculos: en primer lugar, de un círculo interior, dentro del cual se
inscriben las relaciones íntimas y estrechas, generalmente establecidas con fa-
miliares o amigos muy cercanos. En segundo lugar, un círculo intermedio en el
que el nivel de intimidad y la intensidad de los vínculos disminuye y en el que
se ubican relaciones importantes pero con menor grado de compromiso. Y en
tercer lugar, de un círculo exterior constituido por los “conocidos” y las relacio-
nes ocasionales, sin intimidad y sin compromiso, que se construyen general-
mente con compañeros de trabajo o vecinos.
En el estudio se quiso indagar únicamente acerca de los vínculos existentes
dentro del cuadrante que corresponde a la comunidad, y se descartó el círculo
exterior porque se consideró que todos los vecinos del barrio son “conocidos”
para una persona dada. De hecho, un aspecto que caracteriza la vida en el barrio
es que “uno se saluda con todo el mundo, aunque no le conozca el nombre”, tal
como lo expresó uno de los pobladores y como se observó durante el trabajo de
campo. De esta manera, el mapa que se construyó para las 52 personas se con-
centró sólo en los círculos interior e intermedio —que en este estudio denomina-
mos exterior— y en el cuadrante que corresponde a las relaciones comunitarias.
Entre las propiedades estructurales de la red que se estudiaron se encuen-
tran el tamaño, la composición y la densidad. Respecto al tamaño, se encontró
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que la media es de 7.67. Estos resultados señalan que el tamaño de la red puede
considerarse mediano y muy significativo, pues en las grandes ciudades, como
Bogotá, no es muy común que una persona tenga amistades muy estrechas o
medianamente estrechas con siete personas dentro de su vecindario. Además,
como se señaló, las redes de tamaño mediano son más funcionales que las de
gran tamaño y las muy pequeñas.
En lo que se refiere a la composición, se encontró que, el tamaño del
círculo interior es mayor que el del círculo exterior en la mayoría de los casos
estudiados. En efecto, la media del tamaño del círculo interior es de 4.33,
mientras que la media del tamaño del círculo exterior es de 3.56, lo que indica
que las personas suelen tener un mayor número de amistades íntimas y estre-
chas que de amistades con menor grado de compromiso, lo cual se considera
muy significativo.
En cuanto a la densidad, se encontró que en una escala de 1 a 8, la media
del círculo interior es de 6.7, y 8 es el máximo puntaje que se podía obtener. Se
trata por tanto de una media muy alta que indica que las personas ubicadas en
el círculo interior se conocen entre sí y mantienen buenas relaciones, lo cual se
considera un resultado muy positivo. En cuanto a la densidad del círculo exte-
rior, se halló que es un poco menor que la del círculo interior, pues la media es
de 4.4. No obstante, puede considerarse que la densidad de este círculo tam-
bién es apreciable, por lo que es posible concluir que la mayoría de las perso-
nas estudiadas cuentan con una buena red de amigos dentro del barrio en lo
que se refiere a su tamaño y que además la densidad de esta última es alta,
lo cual resulta muy favorable. La densidad es una de las características más
importantes de la red, porque permite evaluar qué tan conectados están los
miembros de una red, lo que constituye uno de los mejores indicadores del
tejido social que existe entre los habitantes del barrio.
En lo que se refiere a las cinco funciones que se estudiaron, a partir de los
valores que se asignaban a cada miembro de la red en cada una de ellas se
calculó para cada persona un puntaje indicativo del grado en que cada función
es cumplida por el conjunto de los miembros de su red, tanto del círculo interior
como del exterior. Para ello se utilizó una escala de 0 a 1, siendo 1 el máximo
puntaje que se podía asignar. En el cuadro 1 se presenta el promedio obtenido
en cada función por las 52 personas.
En esta última se observa, en primer lugar, que la media de todas las funcio-
nes es más alta en el círculo interior que en el exterior, lo cual resulta lógico: es
natural que aquellas personas con las que se tienen relaciones más estrechas y de
mayor confianza proporcionen más compañía, apoyo y orientación. En segundo
lugar, nótese que la función que más cumplen los miembros de la red comunitaria
de las personas estudiadas es la de compañía social, pues la media en el círculo
interior es de 0.68, en el círculo exterior es de 0.3 y en el total es de 0.50.
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Las reflexiones que siguen giran alrededor de los ejes de análisis que se plantea-
ron al comienzo del artículo, y por ello en este apartado se pretende discutir si
el proceso de construcción del barrio, adelantado conforme al modelo de traba-
jo de la Fenavip, permitió la construcción de un sujeto social. Igualmente, se
analizará el papel del ámbito local y barrial en las intervenciones que buscan
promover el desarrollo social.
Recordemos que un sujeto social es una agrupación social y una construcción
histórica permanente, la cual requiere una experiencia común, una memoria, una
identidad colectiva, la elaboración de un proyecto compartido y fortaleza para
realizarlo. Es indudable que durante los seis años que tomó la construcción del
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ciudad deseada. Así, se considera que si bien el ámbito local es clave en los
esfuerzos de desarrollo social, es importante articularlos a dinámicas de desa-
rrollo más amplias que pasen por la ciudad y lleguen a la nación, e incluso a la
región que conforman los países latinoamericanos.
Ahora bien, las redes comunitarias y los vínculos de amistad que de manera
informal y espontánea se generaron entre los pobladores, según se constató en
la investigación, son un elemento fundamental en las dinámicas de desarrollo
local. Si se tiene en cuenta que la identidad colectiva como elemento fundante
del sujeto social requiere una experiencia histórica compartida, una base territo-
rial común, condiciones de vida similares, así como conexiones y vínculos so-
ciales, se entiende entonces el papel que cumplen estas redes y nichos
interpersonales que existen dentro del barrio, no sólo de cara al bienestar indi-
vidual, sino en la perspectiva de lograr tanto la sobrevivencia como la evolución
del sujeto social.
La indagación que se hizo permitió establecer la existencia de redes de
amistad y de apoyo en la muestra estudiada, las cuales presentan un tamaño
mediano y muy significativo en el ámbito comunitario, poseen una alta densi-
dad o conexión entre sus miembros y una composición en la que predominan
las relaciones cercanas, estrechas y de mayor compromiso, sobre las relaciones
en las que el grado de cercanía y compromiso es mediano. Estas evidencias
constituyen el mejor indicador de los vínculos y del tejido social que se constru-
yó en el barrio a partir del proceso, a los cuales se unen las formas organizativas
que fue adoptando la comunidad. A estas evidencias se agrega el que un por-
centaje significativo de los pobladores expresó en la encuesta que se aplicó
durante el censo, que lo mejor que se vivió durante el proceso fue “la solidari-
dad, la integración, el entendimiento entre los vecinos, hacer amigos y compar-
tir con las familias”.
De hecho, se constató que la compañía social y el apoyo material y de
servicios fueron las principales funciones que cumplen los miembros de estas
redes, por lo que van en contravía del individualismo y del fenómeno de aisla-
miento y falta de solidaridad que caracterizan a la cultura urbana en las grandes
ciudades como Bogotá. Igualmente, teniendo en cuenta que las redes contribu-
yen sustancialmente al reconocimiento de la persona y constituyen una de las
claves centrales de la experiencia individual de identidad, las redes que se loca-
lizaron en la comunidad están contribuyendo al bienestar y al desarrollo de los
pobladores, considerando que estos últimos constituyen un proceso histórico
de construcción de identidad individual y colectiva.
Finalmente, vale la pena agregar que las redes sociales, al igual que el
barrio, son un sistema abierto y dinámico que evoluciona con el tiempo y las
circunstancias. De ahí que también implican un proceso de construcción per-
manente, tanto individual como colectiva. Por ello, es de esperar que con el
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