Voltaire El Siglo de Luis XV

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Francisco María Arouet de Voltaire

EL SIGLO DE LUIS XIV

Silvia L. Martínez Barboza


12 de junio de 2013
2

Francisco María Arouet de Voltaire


EL SIGLO DE LUIS XIV
Silvia L. Martínez

Se ha comparado el siglo de Luis XIV con el de Au-


gusto. No es que el poder y los acontecimientos personales
sean comparables. Roma y Augusto eran diez veces más im-
portantes en el mundo que Luis XIV y París; pero es necesa-
rio recordar que Atenas fue igual al imperio romano, en todas
las cosas que no derivan su valor del poder y de la fuerza.
Debe pensarse también que si actualmente no hay nada en el
mundo igual a la antigua Roma y Augusto, sin embargo, toda
Europa reunida es muy superior a todo el imperio romano. En
la época de Augusto había una sola nación, y hoy hay varias,
civilizadas, guerreras, ilustradas, que poseen artes ignoradas
por los griegos y los romanos; y de esas naciones ninguna tu-
vo más brillo, en todos los órdenes, desde hace alrededor de
un siglo, como la nación formada, en cierta manera, por Luis
XIV.

Voltaire. El Siglo de Luis XIV, cap. XXIX

I. PRESENTACIÓN

El presente corresponde al Trabajo Práctico N° 2 de la asignatura Historia de la


Historiografía, perteneciente al 5° semestre de la Licenciatura en Ciencias Históricas de
la Facultad de Humanidades y Ciencias de la educación, Universidad de la República,
que nosotros cursamos como Optativa de la Licenciatura en Ciencias de la Educación.
Hemos elegido como autor a Francisco María Arouet de Voltaire y su obra El
siglo de Luis XIV, por ser su producción histórica más emblemática. Ya hemos trabaja-
do en una primera etapa exponiendo el marco histórico - historiográfico, donde plan-
teamos la situación histórica de Europa en el Siglo XVIII, en sus aspectos político, so-
cial, religioso, económico, ideológico, integrando la situación historiográfica de la épo-
ca. Hemos presentado la biografía de Voltaire, en la cual consideramos su producción
intelectual en el contexto de su vida, haciendo referencia especialmente a su carácter de
historiador.
También hemos esbozado en el primer trabajo las características generales de la
obra seleccionada, explicitando el propósito del autor, y la estructura general de la mis-
ma.
El presente trabajo se estructura de la siguiente forma: en primer lugar tratare-
mos la temática, contenido y estructura de la obra, más adelante expondremos los ele-
mentos de la teoría de la historia de nuestro autor, haciendo referencia explícita a la obra
que nos ocupa y finalmente nos referiremos a los aspectos metodológicos que han ca-
racterizado a Voltaire en su carácter de historiador, también estableciendo relación con
la obra seleccionada, de la cual disponemos de dos ediciones, una en francés y la otra en
español
3

II. EL SIGLO DE LUIS XIV. TEMÁTICA, CONTENIDO y ESTRUCTURA

Esta obra de Voltaire, cuya redacción insumió alrededor de veinte años, tiene el
propósito, como nos dice su autor al iniciarla, de no ser “tan sólo la vida de Luis XIV,
sino el espíritu de los hombres en el siglo más ilustrado que haya habido jamás”.1, fue
publicada en 1751 en francés, única edición en vida de su autor, en Berlín.
Está estructurada en 39 capítulos, relatados no en orden cronológico, sino agru-
pando problemas. El estilo de escritura que caracterizó a nuestro autor es inteligente,
irónico y hasta divertido.
Los capítulos se dividen de la siguiente forma:
I. Introducción
II. Trata de los Estados europeos antes de Luis XIV: Alemania, españa,
Portugal, Provincias Unidas, Inglaterra, Roma, resto de Italia, Esta-
dos del Norte, turcos, la situación de Francia después de la muerte de
Luis XIII y las costumbres de la época
III. Minoridad de Luis XIV. Victoria de los franceses al mando del gran
Condé
IV. – V. Guerra civil
VI. Situación francesa hasta 1661, muerte del Cardenal Mazzarino
VII – XXIV. Política internacional en la época del gobierno de Luis XIV:
Conquistas, batallas, guerra de Sucesión española
XXIV. Cuadro de Europa desde la paz de Utrecht hasta la muerte de Luis
XIV
XXV – XXVIII. Particularidades y anécdotas de la corte
XXIX - XXX. Gobierno interior
XXXI. Las ciencias
XXXII – XXXIV. Las artes
XXXV – XXXVIII. Asuntos eclesiásticos
XXXIX. Misiones jesuitas y dominicas en China
Listas de: - hijos de Luis XIV (naturales y legitimados)
- Príncipes y princesas de sangre real (Conde, Conti, Borbón –
Soissons)
- Soberanos contemporáneos (Papas, Casa otomana, Empera-
dores de Alemania, Reyes de España, Portugal, Inglaterra, Es-
cocia, Irlanda, Dinamarca, Suecia, Polonia, Prusia, Zares de
Rusia y Gobernadores de Flandes)
- Mariscales, almirantes, Generales de galeras, Ministros de
Estado, Cancilleres, Superintendentes de finanzas, Secretarios
de Estado e inspectores generales de finanzas.
En la introducción destaca Voltaire cuatro épocas en la historia como las que
más han marcado el progreso de la humanidad: el siglo de Pericles, el siglo de Julio
César y de Augusto, el Renacimiento en Europa y el siglo de Luis XIV, que considera la

1
Voltaire. El Siglo de Luis XIV. Fondo de cultura económica. Digitalizado por Librodot.com. El inicio de
la obra escrita en su idioma original, Le Siècle de Louis XIV, de la que obtuvimos una versión digital es el
siguiente: “Ce n’est pas seulement la vie de Louis XIV qu’on prétend écrire ; on se propose un plus grand
objet.On veut essayer de peindre à la postérité, non les actions d’un seul homme, mais l’esprit des hom-
mes dans le siècle le plus éclairé qui fut jamais”.
4

época más cercana a la perfección. Destacamos que no hace referencia a la Edad Media,
lo que concuerda con el pensamiento anti católico de nuestro autor. Se hace una clara
referencia a las artes como protagonistas de esa perfección hacia la cual se encamina el
mundo a partir del Renacimiento. El siglo XVII es el que, enriquecido por los descu-
brimientos de los otros tres, ha hecho más que todos los anteriores juntos, debido a la
perfección de la razón humana. Voltaire no considera exentas a las épocas que destaca
de desgracias, expresando que: “la perfección de las artes(…) no impide a los príncipes
ser ambiciosos, a los pueblos sediciosos, a los sacerdotes(…) bribones a veces.(…)sólo
conozco esas cuatro edades que se hayan distinguido por los grandes talentos”2
Destacaremos también de la Introducción a la obra la idea de la necesidad de
leyes que regulen la libertad del pueblo, para que el Estado sea poderoso. Describe Vol-
taire lo poco que han hecho los monarcas franceses en este sentido, preocupándose más
por su autoridad que por la felicidad de sus súbditos, la nula participación de Francia en
los grandes descubrimientos e inventos, proponiéndose mostrar la capacidad de los
franceses cuando se les guía, y lo que fueron durante el reinado de Luis XIV. Nuestro
autor aclara que “no todo lo acontecido merece ser escrito(…) me interesaré sólo por lo
que merece la atención de todos los tiempos, que puede pintar el genio y las costumbres
de los hombres, servir de ejemplo y fomentar el amor a la virtud, a las artes y a la pa-
tria”.3
En los capítulos siguientes, hasta el XXIV, Voltaire se dedica a escribir sobre la
situación europea antes de Luis XIV, la coronación de éste como Rey y la política exte-
rior. Podríamos destacar tres ideas importantes:
1. Europa cristiana puede ser considerada como una República contenedora de
diferentes Estados.
2. Las guerras, inútiles, muchas veces debidas a la voluntad caprichosa y equi-
vocada de los gobernantes, empobrecen permanentemente al continente eu-
ropeo.
3. El mantenimiento de la paz se puede producir gracias al equilibrio de fuerzas
del equipamiento militar de los diversos países.
Se hace una descripción de los aspectos que, según Voltaire, definen a las dife-
rentes naciones como las guerras que asolaron y empobrecieron Europa. Nuestro autor,
pese a intentar hacer elogios sobre las contiendas ganadas por Francia, no sabe ocultar
su desprecio por la guerra, expresando que los reyes llevan a cabo los combates sin pen-
sar en las vidas que se pierden, pasando de la guerra al Tratado de Paz, para volver al
siguiente conflicto bélico, motivados por su estado de humor y el capricho de su volun-
tad.

1. Europa cristiana puede ser considerada como una República contenedora


de diferentes Estados.

2
Ibídem, Cap. I La cita en francés expresa: “La perfection des arts cultivés par des citoyens paisibles
n’empêche pas les princes d’être ambitieux, les peuples d’être séditieux, les prêtres et les moines d’être
quelquefois remuants et fourbes. Tous les siècles se ressemblent par laméchanceté des hommes; mais je
ne connais que ces quatre âges distingués par les grands talents.”
3
Ibídem. La cita en francés: “Tout ce qui s’est fait ne mérite pas d’être écrit. On ne s’attachera, dans cette
histoire, qu’à ce qui mérite l’attention de tous les temps, à ce qui peut peindre le génie et les moeurs des
hommes, à ce qui peut servir d’instruction, et conseiller l’amour de la vertu, des arts, et de la patrie.”
5

Los diferentes estados que forman Europa tienen diversos sistemas de gobierno:
monárquicos, aristocráticos, populares y pueden, según Voltaire, ser vistos como una
República unida, pese a sus diferencias, por dos elementos: la religión, que es la misma,
aunque dividida en sectas diferentes; el otro elemento de unión son los principios políti-
cos y jurídicos, que admiten la negociación, aún en tiempos de guerra, y el manteni-
miento de un cierto equilibrio en el poder de cada gobierno. Así lo expresa, como se
puede apreciar en el texto4.
Con esas similitudes que se observan, Voltaire hace una descripción de los dife-
rentes países que integran a Europa, Alemania, España, Portugal, las Provincias Unidas,
Inglaterra, Roma, el resto de Italia, los estados del Norte y Turquía.
Alemania: Elogia el carácter trabajador, la paciencia y lo robusto de los alema-
nes, ve como algo negativo lo serio de las costumbres y la falta de dinero, que provoca
una falta de goce en la vida.5 Critica las guerras religiosas, ocurridas no sólo en Alema-
nia, sino en toda Europa, usando un lenguaje muy vehemente y despreciativo hacia la
religión cristiana. 6
4
Ibídem, cap. II “Desde hacía mucho tiempo la Europa cristiana podía considerarse (incluyendo Rusia)
como una especie de gran república dividida en varios estados, unos monárquicos, los otros mixtos; éstos
aristocráticos, aquéllos populares, pero relacionados todos los unos con los otros; con un mismo funda-
mento religioso, a pesar de estar divididos en diversas sectas, e iguales principios de derecho público y de
política, desconocidos en las demás partes del mundo. Gracias a estos principios, las naciones europeas
no esclavizan a sus prisioneros, respetan a los embajadores de sus enemigos, se ponen de acuerdo acerca
de la preeminencia y de algunos de los derechos de ciertos príncipes, así como de los del emperador, de
los reyes y de los demás potentados menores, y, sobre todo, es común a todas la sabia política de mante-
ner entre ellas, mientras sea posible, el equilibrio del poder, establecido mediante negociaciones, en me-
dio de la guerra inclusive, y por el mantenimiento en los distintos países de embajadores, o espías menos
honorables, cuya tarea consiste en advertir a las demás del curso de los propósitos de una sola, dar opor-
tunamente la alarma a Europa, y proteger a los más débiles de las invasiones que el más fuerte está siem-
pre dispuesto a emprender.” A continuación, el texto original: “Il y avait déjà longtemps qu’on pouvait
regarder l’Europe chrétienne, à la Russie près, comme une espèce de grande république partagée en plu-
sieurs États, les uns monarchiques, les autres mixtes ; ceux-ci aristocratiques, ceux-là populaires, mais
tous correspondants les uns avec les autres ; tous ayant un même fond de religion, quoique divisés en
plusieurs sectes ; tous ayant les mêmes principes de droit public et de politique, inconnus dans les autres
parties du monde. C’est par ces principes que les nations européennes ne font point esclaves leurs prison-
niers, qu’elles respectent les ambassadeurs de leurs ennemis, qu’elles conviennent ensemble de la préé-
minence et de quelques droits de certains princes, comme de l’empereur, des rois, et des autres moindres
potentats, et qu’elles s’accordent surtout dans la sage politique de tenir entre elles, autant qu’elles peu-
vent, une balance égale de pouvoir, employant sans cesse les négociations, même au milieu de la guerre,
et entretenant les unes chez les autres des ambassadeurs ou des espions moins honorables, qui peuvent
avertir toutes les cours des desseins d’une seule, donner à la fois l’alarme à l’Europe, et garantir les plus
faibles des invasions que le plus fort est toujours prêt d’entreprendre.
5
Ibídem:”El imperio de Alemania es el vecino más poderoso que tiene Francia; es más extenso, menos
rico quizá en dinero, pero más fecundo en hombres robustos y laboriosos, La nación alemana está gober-
nada, sobre poco más o menos, como lo estaba Francia en tiempos de los primeros reyes capetos, que
eran jefes, con frecuencia mal obedecidos, de algunos grandes vasallos y de un gran número de peque-
ños.” El texto en francés: “L’empire d’Allemagne est le plus puissant voisin qu’ait la France : il est d’une
plus grande étendue ; moins riche peut-être en argent, mais plus fécond en hommes robustes et patients
dans le travail. La nation allemande est gouvernée, peu s’en faut, comme l’était la France sous les pre-
miers rois Capétiens, qui étaient des chefs, souvent mal obéis, de plusieurs grands vassaux et d’un grand
nombre de petits.”
6
Ibídem. “Dos partidos dividían entonces, y dividen todavía hoy, la Europa cristiana, y sobre todo Ale-
mania. El primero es el de los católicos, más o menos sometidos al papa; el segundo es el enemigo de la
dominación espiritual y temporal del papa y de los prelados católicos. Designamos a los de este partido
con el nombre general de protestantes, aunque estén divididos en luteranos, calvinistas y otros, que se
odian entre sí casi tanto como odian a Roma. (…). No sólo Alemania, sino todos los estados cristianos,
6

España: Los españoles no salen muy bien parados en el texto de Voltaire, los
tilda de incapaces, quizás motivado por la unión que mantenían con la Iglesia católica
de Roma. 7
Portugal: De ellos dice que “cultivaban por necesidad el comercio, que España
descuidaba por soberbia y, acababan de aliarse con Francia y Holanda, en 1641, con-
tra España. Esta revolución portuguesa fue más valiosa para Francia que las más no-
tables victorias”8
Provincias Unidas9: Voltaire había vivido en Holanda, y el cariño que siente
por este país se evidencia en el texto, considerando a los holandeses trabajadores infati-
gables y enamorados de la libertad, unidos a Francia por la razón de tener enemigos
comunes10

sangraban, todavía por las heridas recibidas en tantas guerras de religión, violencia propia de los cristia-
nos, ignorada de los idólatras, y consecuencia desgraciada del espíritu dogmático, que se ha apoderado
desde hace tanto tiempo de todas las condiciones. Son raros los puntos de controversia que no hayan
causado una guerra civil; a las naciones extranjeras -quizá a nuestra posteridad- les será difícil compren-
der que nuestros padres, durante tantos años, se degollaran mutuamente mientras predicaban paciencia.”
El texto en francés: “Deux partis divisaient alors, et partagent encore aujourd’hui l’Europe chrétienne, et
surtout l’Allemagne. Le premier est celui des catholiques, plus ou moins soumis au pape ; le second est
celui des ennemis de la domination spirituelle et temporelle du pape et des prélats catholiques. Nous ap-
pelons ceux de ce parti du nom général de protestants, quoiqu’ils soient divisés en luthériens, calvinistes,
et autres, qui se haïssent entre eux presque autant qu’ils haïssent Rome.(…). Non seulement l’Allemagne,
mais tous les États chrétiens, saignaient encore des plaies qu’ils avaient reçues de tant de guerres de reli-
gion, fureur particulière aux chrétiens, ignorée des idolâtres, et suite malheureuse de l’esprit dogmatique
introduit depuis si longtemps dans toutes les conditions. Il y a peu de points de controverse qui n’aient
causé une guerre civile ; et les nations étrangères (peutêtre notre postérité) ne pourront un jour compren-
dre que nos pères se soient égorgés mutuellement, pendant tant d’années, en prêchant la patience.”
7
Ibídem. “Felipe IV, heredero de la debilidad de su padre, perdió Portugal por su negligencia, el Rosellón
por la poca fuerza de sus armas y Cataluña por los abusos de su despotismo. La fortuna no podía favore-
cer durante mucho tiempo a reyes semejantes en sus guerras contra Francia. Si las divisiones y los errores
de sus enemigos les hacían obtener algunas ventajas, perdían el fruto de ellas por su incapacidad”. El
texto en francés: “Philippe IV, héritier de la faiblesse de son père, perdit le Portugal par sa négligence, le
Roussillon par la faiblesse de ses armes, et la Catalogne par l’abus du despotisme. De tels rois ne pou-
vaient être longtemps heureux dans leurs guerres contre la France. S’ils obtenaient quelques avantages par
les divisions et les fautes de leurs ennemis, ils en perdaient le fruit par leur incapacité.”
8
Ibídem. El texto en francés: “Le Portugal redevenait alors un royaume. Jean, duc de Bragance, prince
qui passait pour faible, avait arraché cette province à un roi plus faible que lui. Les Portugais cultivaient
par nécessité le commerce, que l’Espagne négligeait par fierté ; ils venaient de se liguer avec la France et
la Hollande, en 1641, contre l’Espagne. Cette révolution du Portugal valut à la France plus que n’eussent
fait les plus signalées victoires.”
9
Provincias Unidas o República de los Siete Países Bajos Unidos fue un Estado formado por las siete
provincias del norte de los Países Bajos (Frisia, Groninga, Güeldres, Holanda, Overijssel, Utrecht
y Zelanda), agrupadas desde de la Unión de Utrecht (1579) hasta la ocupación francesa en 1795.
10
Ibídem. El texto en francés: Ce petit État des sept Provinces-Unies, pays fertile en pâturages, mais
stérile en grains, malsain, et presque submergé par la mer, était, depuis environ un demisiècle, un exemple
presque unique sur la terre de ce que peuvent l’amour de la liberté et le travail infatigable. Ces peuples
pauvres, peu nombreux, bien moins aguerris que les moindres milices espagnoles, et qui n’étaient comp-
tés encore pour rien dans l’Europe résistèrent à toutes les forces de leur maître et de leur tyran, Philippe
II, éludèrent les desseins de plusieurs princes, qui voulaient les secourir pour les asservir, et fondèrent une
puissance que nous avons vue balancer le pouvoir de l’Espagne même. Le désespoir qu’inspire la tyrannie
les avait d’abord armés : la liberté avait élevé leur courage, et les princes de la maison d’Orange en
avaient fait d’excellents soldats. A peine vainqueurs de leursmaîtres, ils établirent une forme de gouver-
nement qui conserve, autant qu’il est possible,
l’égalité, le droit le plus naturel des hommes.
7

Voltaire describe al Príncipe Guillermo de Orange como contrapuesto en carác-


ter a Luis XIV en dos oportunidades, en los capítulos X11 y XVII12

Inglaterra: De ella nos dice Voltaire que la guerra civil la ha empobrecido, inte-
rrumpiéndose su comercio, hasta el punto que los demás países la creyeron vencida,
pero cuando llegó la época de Cromwell, resurgió y llegó a un poderío mayor que nun-
ca, aunque éste “…la sometió, llevando el Evangelio en una mano, la espada en la otra
y la máscara de la religión sobre el rostro, y que cubrió durante su gobierno con las
cualidades de un gran rey los crímenes de un usurpador”13
11
Ibídem, cap. X. “El príncipe Guillermo de Orange, de veintidós años, acababa de ser elegido capitán
general de las fuerzas de tierra por los votos de la nación: Juan de Witt, el gran pensionario, había consen-
tido por necesidad. Bajo la flema holandesa, el príncipe alimentaba el fuego de la ambición y de la gloria,
que se manifestó siempre en su conducta, sin faltar jamás en sus discursos. Su humor era frío y severo, su
genio activo y penetrante, su valor, que no retrocedió jamás, hizo soportar a su cuerpo débil y lánguido
fatigas superiores a sus fuerzas. Era valeroso sin ostentación, ambicioso pero enemigo del fausto; nacido
con una obstinación flemática hecha para combatir la adversidad, inclinado a los asuntos de estado y a la
guerra, ignorante de los placeres ligados a la grandeza y de los propios de la humanidad, en una palabra,
lo contrario de Luis XIV, en casi todo”. El texto en francés: “Le prince Guillaume d’Orange, âgé de
vingt-deux ans, venait d’être élu capitainegénéral des forces de terre par les voeux de la nation Jean de
Witt, le grand pensionnaire, y avait consenti par nécessité. Ce prince nourrissait, sous le flegme hollan-
dais, une ardeur d’ambition et de gloire qui éclata toujours depuis dans sa conduite, sans s’échapper
jamais dans ses discours. Son humeur était froide et sévère, son génie actif et perçant ; son courage, qui
ne se rebutait jamais, fit supporter à son corps faible et languissant des fatigues au-dessus de ses forces. Il
était valeureux sans ostentation, ambitieux, mais ennemi du faste ; né avec une opiniâtreté flegmatique
faite pour combattre l’adversité, aimant les affaires et la guerre, une connaissant ni les plaisirs attachés à
la grandeur, ni ceux de l’humanité, enfin presque en tout l’opposé de Louis XIV.
12
Ibídem, cap. XVII: “Los que aprecian más el mérito de haber defendido a su patria y la victoria de
haber ganado un reino sin tener ningún derecho natural, de haberse mantenido en el sin ser querido, de
haber gobernado soberanamente Holanda sin subyugarla, de haber sido el alma y el jefe de la mitad de
Europa, de haber tenido los recursos de un general y el valor de un soldado, de no haber perseguido jamás
a nadie por su religión, de haber despreciado todas las supersticiones de los hombres, de haber sido senci-
llo y modesto en sus costumbres, le darán, sin duda, a Guillermo el sobrenombre de grande antes que a
Luis XIV. Aquellos a quienes impresionan más los placeres y el boato de una corte brillante, la magnifi-
cencia, la protección dada a las artes, el celo por el bien público, la pasión por la gloria, el talento de
reinar; a quienes admiran más la arrogancia con la que los ministros y generales han anexado provincias a
Francia, a una orden de su rey; a quienes sorprende más el haber visto a un solo estado resistir a tantas
potencias; los que aprecian más a un rey de Francia que sabe dar España a su nieto que a un yerno que
destrona a su suegro; por último, los que sienten mayor admiración por el protector que por el perseguidor
del rey Jacobo, preferirán a Luis XIV”. El texto en francés: “Ceux qui estiment plus le mérite d’avoir
défendu sa patrie, et l’avantage d’avoir acquis un royaume sans aucun droit de la nature, de s’y être main-
tenu sans être aimé, d’avoir gouverné souverainement la Hollande sans la subjuguer, d’avoir été l’âme et
le cher de la moitié de l’Europe, d’avoir eu les ressources d’un général et la valeur d’un soldat, de n’avoir
jamais persécuté personne pour la religion, d’avoir méprisé toutes les superstitions des hommes, d’avoir
été simple et modeste dans ses moeurs ; ceux-là, sans doute, donneront le nom de grand à Guillaume
plutôt qu’à Louis. Ceux qui sont plus touchés des plaisirs et de l’éclat d’une cour brillante, de la magnifi-
cence, de la protection donnée aux arts, du zèle pour le bien public, de la passion pour la gloire, du talent
de régner ; qui sont plus frappés de cette hauteur avec laquelle des ministres et des généraux ont ajouté
des provinces à la France, sur un ordre de leur roi ; qui s’étonnent davantage d’avoir vu un seul État résis-
ter à tant de puissances : ceux qui estiment plus un roi de France qui sait donner l’Espagne à son petit-fils,
qu’un gendre qui détrône son beau-père ; enfin ceux qui admirent davantage le protecteur que le persécu-
teur du roi Jacques, ceux-là donneront à Louis XIV la préférence.
13
Ibídem, cap. II. El texto en francés: “…l’assujettit en portant l’Évangile dans une main, l’épée dans
l’autre, le masque de la religion sur le visage, et qui, dans son gouvernement, couvrit des qualités d’un
grand roi tous les crimes d’un usurpateur.”
8

Roma: Voltaire hace aquí una aguda crítica al Papa, a quien compara con un
príncipe de soberanía poco temible.14
Resto de Italia, Suiza y Estados del Norte: El resto de Italia aparece dividido y
atendiendo a sus propios y diversos intereses, Suiza es una nación pobre pero feliz, los
Estados del norte (Polonia, Suecia, Dinamarca y Rusia), “… recelaban continuamente
unas de otras o bien estaban en guerra”.15
Turquía: El imperio turco juega un papel importante en Europa; sacudido con-
tinuamente por el ajusticiamiento o la deposición de sus sultanes, era demás atacado por
los persas; pero cuando todo esto cedía, sus ataques eran funestos para los cristianos,
como la Guerra de Candía, sostenida por los turcos desde 1644.16
De Francia no oculta los defectos, pese a ser su patria, dice que la gente fue es-
clava hasta la época de Felipe Augusto; los señores, tiranos y los reyes hasta Luis XI
siempre se ocuparon de conservar la autoridad sobre el pueblo vasallo, no se detuvieron
a tomarse tiempo para cuidar la felicidad y el bienestar de los súbditos. Culpa a la falta
de ilustración de la situación, que cambiará con Luis XIV.17
14
Ibídem. “La dificultad de saber hasta qué punto debe obedecerse a ese soberano extranjero, lo fácil que
es dejarse seducir, el placer de sacudir un yugo natural para tomar otro escogido por uno mismo, el espíri-
tu anárquico, la desgracia de los tiempos, han llevado con demasiada frecuencia a órdenes enteras de
religiosos a servir a Roma contra su patria. El espíritu ilustrado que reina en Francia desde hace un siglo y
que se ha extendido a casi todas las condiciones, ha sido el mejor remedio puesto a este abuso. Los bue-
nos libros escritos sobre la materia son verdaderos servicios prestados a los reyes y a los pueblos; y uno
de los grandes cambios realizados mediante ellos en nuestras costumbres durante el reinado de Luis XIV,
es el de que todos los religiosos comienzan a convencerse de que son súbditos del rey antes que servido-
res del papa. El pontífice romano conserva todavía la jurisdicción, ese distintivo esencial de la soberanía.
Inclusive Francia, a pesar de las libertades de la Iglesia galicana, tolera que se apele al papa en última
instancia en algunas causas eclesiásticas. Si se quiere disolver un matrimonio, desposar la sobrina o la
prima, hacerse relevar de sus votos, es también a Roma y no a su obispo a quien uno debe dirigirse; las
gracias están tasadas, y los particulares de todos los estados compran dispensas a cualquier precio.” El
texto en francés: “La difficulté de savoir à quel point on doit obéir à ce souverain étranger, la facilité de
se laisser séduire, le plaisir de secouer un joug naturel pour en prendre un qu’on se donne soi-même,
l’esprit de trouble, le malheur des temps, n’ont que trop souvent porté des ordres entiers de religieux à
servir Rome contre leur patrie. L’esprit éclairé qui règne en France depuis un siècle, et qui s’est étendu
dans presque toutes les conditions, a été le meilleur remède à cet abus. Les bons livres écrits sur cette
matière sont de vrais services rendus aux rois et aux peuples ; et un des grands changements qui se soient
faits par ce moyen dans nos moeurs sous Louis XIV, c’est la persuasion dans laquelle les religieux com-
mencent tous à être qu’ils sont sujets du roi avant que d’être serviteurs du pape. La juridiction, cette mar-
que essentielle de la souveraineté, est encore demeurée au pontife romain. La France même, malgré toutes
ses libertés de l’Église gallicane, souffre que l’on appelle au pape en dernier ressort dans quelques causes
ecclésiastiques. Si l’on veut dissoudre un mariage, épouser sa cousine ou sa nièce, se faire relever de ses
voeux, c’est encore à Rome, et non à son évêque, qu’on s’adresse ; les grâces y’ sont taxées et les particu-
liers de tous les États y achètent des dispenses à tout prix.
15
Ibídem, el texto en francés: “toujours en défiance ou en guerre entre elles.”
16
Guerra entre Venecia y el Imperio Otomano por la posesión de la isla de Creta (Candía es el antiguo
nombre veneciano de su capital, la actual Heraklion, aplicado por extensión a toda la isla). Duró unos 24
años, de 1645 a 1669, pasando por fin la isla a dominio turco.
17
Ibídem. “La falta de ilustración en todos los órdenes del estado fomentaba en las personas más honestas
prácticas supersticiosas que deshonraban la religión. Los calvinistas, confundiendo con el culto razonable
de los católicos los abusos que se hacían de ese culto, se afirmaban más en su odio contra nuestra Iglesia.
Oponían a nuestras supersticiones populares, a menudo licenciosas, una dureza salvaje y costumbres
feroces, características de casi todos los reformadores. Así era como el espíritu de partido desgarraba y
envilecía a Francia; el espíritu de sociedad, que la hace hoy tan célebre y amable, era absolutamente des-
conocido. No había casas en las que personas de mérito se reunieran para comunicarse sus conocimientos,
ni academias, ni teatros que dieran funciones regulares. En fin, en las costumbres, las leyes, las artes, la
sociedad, la religión, la paz y la guerra no se veía nada de lo que más tarde se vió en el siglo llamado el
9

2. Las guerras, inútiles, muchas veces debidas a la voluntad caprichosa y


equivocada de los gobernantes, empobrecen permanentemente al continente euro-
peo.

Voltaire observa que las armas y la política parecen ser las dos inclinaciones na-
turales del ser humano. Los ministros buenos escasean, siendo diferente un ministro
poderoso (para lo cual solo es necesario un mediocre espíritu, fortuna y buen sentido),
que uno eficiente, que requiere pasión por el bien público. “El gran hombre de estado
es el que deja grandes monumentos útiles a la patria. La adquisición de Alsacia es el
monumento que inmortaliza al cardenal Mazarino.”18
Nuestro autor considera a la guerra el origen de todos los desórdenes y las peo-
res miserias de una nación. Frecuentemente son determinadas por intereses inútiles y
desconocidos, como cuando Ana de Austria debió combatir contra su querido hermano
Felipe IV, guerra iniciada por Richelieu sin justificación. Rara vez existe un motivo
real que justifique una guerra; más bien son los deseos de gloria o poder los que las des-
encadenan, perjudicando el bien de la nación. El costo de una guerra es a expensas de la
vida y el dinero del pueblo, que siempre será ajeno a la victoria, sin que los Generales se
preocupen por las víctimas, sino por el triunfo.19

3. El mantenimiento de la paz se puede producir gracias al equilibrio de


fuerzas del equipamiento militar de los diversos países.

Los tratados son impulsados por las victorias, no por el espíritu o la sabiduría.20
Las guerras asolaron y cansaron a Europa. El Tratado de Paz de Utrecht, firmado
en abril de 1713, obra del Cardenal de Fleury y logrado gracias al espíritu también pací-
fico del Primer Ministro inglés Walpole, tiene éxito porque fomenta la paz, gracias a
este tratado Francia se repone económicamente por medio del comercio y el Estado
puede reponerse por sí mismo.
La paz se mantendrá hasta 1733. Inglaterra sigue siendo superior en el mar,
mientras Holanda deja de serlo; Dinamarca se encuentra en una etapa floreciente; Espa-
ña y Portugal sobreviven a expensas de las riquezas traidas desde América; Italia es
conquistada por Austria, renaciendo esta Casa Real. Europa se divide así en dos blo-
ques: por un lado el Imperio austro-húngaro junto a una parte de Alemania, Inglaterra,

siglo de Luis XIV.”El texto original: “Ce défaut de lumières dans tous les ordres de l’État fomentait chez
les plus honnêtes gens des pratiques superstitieuses qui déshonoraient la religion. Les calvinistes, confon-
dant avec le culte raisonnable des catholiques les abus qu’on faisait de ce culte, n’en étaient que plus
affermis dans leur haine contre notre Église. Ils opposaient à nos superstitions populaires, souvent rem-
plies de débauches, une dureté farouche et des moeurs féroces, caractère de presque tous les réformateurs:
ainsi l’esprit de parti déchirait et avilissait la France ; et l’esprit de société, qui rend aujourd’hui cette
nation si célèbre et si aimable, était absolument inconnu. Point de maisons où des gens de mérite
s’assemblassent pour se communiquer leurs lumières ; point d’académies, point de théâtres réguliers.
Enfin, les moeurs, les lois, les arts, la société, la religion, la paix et la guerre, n’avaient rien da ce qu’on
vit depuis dans le siècle appelé le siècle de Louis XIV.
18
Ibídem, cap. VI. El texto en francés: “Le grand homme d’État est celui dont il reste de grands monu-
ments utilesà la patrie. Le monument qui immortalise le cardinalMazarin est l’acquisition de l’Alsace.”
19
Ibídem, cap. XIX. “Peu importe à un général le nombre des morts quand il vient à bout de son entrepri-
se”
20
Ibídem, cap. XXII. “L’esprit, la sagesse, l’éloquence, ne sont rien dans des ministres, lorsque le prince
n’est pas heureux. Ce sont les victoires qui font les traités.”
10

Rusia, Cerdeña y Holanda; el segundo bloque lo formarán España, los Países Bajos,
Francia, las dos Sicilias, Suecia y Prusia. Los conflictos bélicos se ven detenidos por lo
que podríamos llamar una guerra fría, cada mitad de Europa teme por el poderío de la
otra y eso asegura una paz duradera.
A partir del capítulo XXV Voltaire dedicará la obra a la Corte de Luis XIV y al
gobierno interno. Después dedicará un capítulo a las ciencias, dos a las artes y cuatro a
lo que él llama los asuntos eclesiásticos, para culminar, en el último capítulo del libro,
escribiendo sobre las Misiones de los Jesuitas y los Domínicos en China.
En los capítulos en los cuales Voltaire nos presenta anécdotas de la Corte y la
vida de Luis XIV (XXV al XXVIII), se observan tradiciones y costumbres, como las
fiestas del palacio, las fiestas destinadas al pueblo, los bailes, la astrología y la figura
del bufón de la Corte. En algunas se muestra la aceptación por parte del autor y en otras
su disconformidad.
Podemos destacar de esta segunda parte de la obra que nos ocupa en este trabajo
algunos temas principales, a saber:
4. Crítica a la religión
5. Comentarios sobre economía
6. Importancia de la infraestructura
7. Reforma legislativa y sus consecuencias
8. Arte de la guerra: cambios y consecuencias
9. desarrollo de las artes

4. Crítica a la religión

Voltaire, de concepción deísta, critica a la religión, fundamentalmente a la cató-


lica, centrándose en la intromisión de ella en la política y en lo inútil de las disputas
teológicas, solo capaces de provocar divisiones originadas por ambiciones de poder.
Deplora que las instituciones religiosas no se dediquen a los asuntos espirituales que son
los de su incumbencia; en este momento recordamos que todo el movimiento de la ilus-
tración reinvindicó la separación de la Iglesia del Estado.21
21
Ibídem, cap. XXXV. “De los tres órdenes del Estado, la Iglesia es el menos numeroso. Sólo en el reino
de Francia el clero se ha convertido en un orden del Estado, cosa tan real como asombrosa; ya he hablado
de ello, y nada muestra mejor el poder de la costumbre. Reconocido como orden del Estado, el clero es
quien le ha exigido siempre al soberano la conducta más delicada y circunspecta. Conservar, a la vez, la
unión con la sede de Roma, y mantener las libertades de la Iglesia galicana, que son los derechos de la
antigua Iglesia; saber hacer obedecer a los obispos en tanto que súbditos, sin tocar los derechos del epis-
copado; someterlos en muchos aspectos a la jurisdicción secular y dejarlos como jueces de otros; hacerles
contribuir a las necesidades del Estado, sin lesionar sus privilegios, son cosas todas para las que se necesi-
ta una mezcla de habilidad y de firmeza que Luis XIV tuvo casi siempre. El clero, en Francia, fue llevado,
poco a poco, al orden y la decencia de los que las guerras civiles y la licencia de los tiempos lo habían
apartado. El rey no toleró que los seculares poseyesen beneficios con el nombre de confidenciarios, ni que
los que no eran sacerdotes tuviesen obispados, como el cardenal Mazarino que había poseído el obispado
de Metz sin ser siquiera suediácono, y el duque de Verneuil que gozó también de otro siendo seglar”. El
texto en francés: “Des trois ordres de l’État le moins nombreux est l’Église, et ce n’est que dans le ro-
yaume de France que le clergé est devenu un ordre de l’État. C’est une chose aussi vraie qu’étonnante :
on l’a déjà dit, et rien ne démontre plus le pouvoir de la coutume. Le clergé donc, reconnu pour ordre de
l’État, est celui qui a toujours exigé du souverain la conduite la plus délicate et la plus ménagée. Conser-
ver à la fois l’union avec le siège de Rome, et soutenir les libertés de l’Église gallicane, qui sont les droits
de l’ancienne Église ; savoir faire obéir les évêques comme sujets, sans toucher aux droits de l’épiscopat ;
les soumettre en beaucoup de choses à la juridiction séculière, et les laisser juges en d’autres ; les faire
contribuer aux besoins de l’État, et ne pas choquer leurs privilèges, tout cela demande un mélange de
11

Nuestro autor condena las guerras religiosas, a las que califica como propias de
gentes ociosas que llevan a los pueblos a la perdición.
Voltaire critica a cualquier tendencia religiosa, sean jansenistas, quietistas, cal-
vinistas, y también incluirá a dominicos y jesuitas, que irán a China y serán desterrados
por discutir delante de la Corte imperial acerca de si los chinos eran paganos o no. Refe-
rido a este tema será el final de la obra.22 También critica el hábito de jugar con los pue-
blos en nombre de Dios23. De acuerdo a estas expresiones, podríamos pensar que nos
está demostrando el rechazo que siente por la idea de que es la intervención divina la
que dirige la historia.

dextérité et de fermeté que Louis XIV eut presque toujours. Le clergé en France fut remis peu à peu dans
un ordre et dans une décence dont
les guerres civiles et la licence des temps l’avaient écarté. Le roi ne souffrit plus enfin ni que les séculiers
possédassent des bénéfices sous le nom de confidentiaires, ni que ceux qui n’étaient pas prêtres eussent
des évêchés, comme le Cardinal Mazarin qui avait possédé l’évêché de Metz n’étant pas même sous-
diacre, et le duc de Verneuil qui en avait aussi joui étant séculier.”
22
Ibídem, cap. XXXIX. “No obstante las prudentes órdenes del emperador, algunos jesuitas volvieron
después en secreto a las provincias durante el gobierno del sucesor del célebre Yung-Ch'ing, y fueron
condenados a muerte por haber violado flagrantemente las leyes del imperio. De igual manera mandamos
ejecutar en Francia a los predicadores hugonotes que vienen a hacer prosélitos a pesar de las órdenes del
rey. Esta pasión por el proselitismo es una enfermedad particular de nuestros climas, como ya se ha hecho
notar; jamás ha sido conocida en el Asia del norte. Nunca han enviado esos pueblos misioneros a Europa,
y nuestras naciones son las únicas que han querido extender sus opiniones, como su comercio, a los dos
extremos del globo. Los propios jesuitas causaron la muerte de muchos chinos y, sobre todo, de dos prín-
cipes de la sangre que los favorecían. ¿Era muy digno que vinieran al confín del mundo a sembrar discor-
dia en la familia imperial y provocar la muerte en el suplicio de dos príncipes? Creyeron que hacían res-
petable su misión ante Europa con afirmar que Dios se declaraba en su favor y que había hecho aparecer
cuatro cruces en las nubes sobre el horizonte de la China. Grabaron las imágenes de esas cruces en sus
Cartas edificantes y curiosas; pero si Dios hubiese querido que la China fuera cristiana, ¿se habría con-
tentado con poner cruces en el aire? ¿No las hubiera puesto en el corazón de los chinos?”. El texto en
francés: “Malgré les ordres sages de l’empereur, quelques jésuites revinrent depuis secrètement dans les
provinces sous le successeur du célèbre Young-tching ; ils furent condamnés à la mort pour avoir violé
manifestement les lois de l’empire. C’est ainsi que nous faisons exécuter en France les prédicants hu-
guenots qui viennent faire des attroupements malgré les ordres du roi. Cette fureur des prosélytes est une
maladie particulière à nos climats, ainsi qu’on l’a déjà remarqué (117) ; elle a toujours été inconnue dans
la haute Asie. Jamais ces peuples n’ont envoyé demissionnaires en Europe, et nos nations sont les seules
qui aient voulu porter leurs opinions, comme leur commerce, aux deux extrémités du globe. Les jésuites
mêmes attirèrent la mort à plusieurs Chinois, et surtout à deux princes du sang qui les favorisaient.
N’étaient-ils pas bien malheureux de venir du bout du monde mettre le trouble dans la famille impériale,
et faire périr deux princes par le dernier supplice ? Ils crurent rendre leur mission respectable en Europe
en prétendant que Dieu se déclarait pour eux, et qu’il avait fait paraître quatre croix dans les nuées sur
l’horizon de la Chine. Ils firent graver les figures de ces croix dans leurs Lettres édifiantes et curieuses ;
mais si Dieu avait voulu que la Chine fût chrétienne, se serait-il contenté de mettre des croix dans l’air ?
Ne les aurait-il pasmises dans le coeur des Chinois ?”
23
Ibídem, cap. XII. “Fue observada, tanto en Francia como entre los aliados, la vana ceremonia de dar
gracias a Dios por una victoria que no se había alcanzado: costumbre establecida para alentar al pueblo, al
que siempre es necesario engañar.” Texto en francés: “On observa également en France et chez les alliés
la vaine cérémonie de rendre grâces à Dieu d’une victoire qu’on n’avait point remportée : usage établi
pour encourager les peuples, qu’il faut toujours tromper.
12

5. Comentarios sobre economía

Las múltiples guerras llevaron a Francia prácticamente a la bancarrota, por lo


que se debe impulsar la economía al crecimiento. Colbert será quien se encargue de
hacer funcionar todas las reformas de índole legal, político y económico para lograrlo.
Se pone en marcha, así, una política dirigida a promover el aumento de la natali-
dad, desgravando impuestos a los matrimonios con hijos; se estimula el comercio in-
terno y externo, dando ventajas fiscales a los franceses para el transporte de mercaderás;
se origina el comercio marítimo, se declara a Marsella y Dunquerque como puertos
francos; se introduce en Francia la industria textil, hasta ese momento en poder de In-
glaterra y Holanda y la cristalería, comparable a la veneciana.24

6. Importancia de la infraestructura

Los caminos se ensanchan, se construyen nuevos y se mejora la vigilancia de los


mismos.25 París se mejora también muchísimo, deplorando sí Voltaire los gastos reali-
zados en Versailles, que podrían haber sido destinados a asuntos más importantes.

7. Reforma legislativa y sus consecuencias

Así como Voltaire reclama la separación entre Estado e Iglesia, también lo hace
con la independencia de la justicia respecto de la voluntad caprichosa del Rey26

24
Ibídem, cap. XXIX. “Esto es, a grandes rasgos, lo que Luis XIV realizó y ensayó para hacer a su nación
más floreciente. No creo que puedan dejar de verse todos esos trabajos y todos esos esfuerzos sin algún
agradecimiento, y sin sentirse animado por el amor del bien público que los inspiró. Recuérdese lo que
era el reino en tiempos de la Fronda y lo que es en nuestros días. Luis XIV le hizo más bien a su nación
que veinte de sus predecesores juntos, y no hizo, ni con mucho, lo que hubiera podido. La guerra termi-
nada con la paz de Riswick inició la ruina del gran comercio creado por su ministro Colbert, y la Guerra
de Sucesión la acabó.” El texto en francés: “Voilà en général ce que Louis XIV fit et essaya pour rendre
sa nation plus florissante. Il me semble qu’on ne peut guère voir tous ces travaux et tous ces efforts sans
quelque reconnaissance, et sans être animé de l’amour du bien public qui les inspira. Qu’on se représente
ce qu’était le royaume du temps de la Fronde, et ce qu’il est de nos jours. Louis XIV fit plus de bien à sa
nation que vingt de ses prédécesseurs ensemble; et il s’en faut beaucoup qu’il fît ce qu’il aurait pu. La
guerre, qui finit par la paix de Ryswick, commença la ruine de ce grand commerce que sonministre Col-
bert avait établi ; et la guerre de la succession l’acheva.”
25
Ibídem. “Los grandes caminos -hasta entonces impracticables- no se volvieron a descuidar, y poco a
poco se convirtieron en lo que son actualmente: la admiración de los extranjeros. Por cualquier lado que
se salga de París se viaja hoy alrededor de cincuenta o sesenta leguas hacia algunos lugares cercanos, por
calles firmes y arboladas. Los caminos construidos por los antiguos romanos eran más duraderos, pero no
tan espaciosos ni tan bellos.”. El texto en francés: “Les grands chemins, jusqu’alors impraticables, ne
furent plus négligés, et peu à peu devinrent ce qu’ils sont aujourd’hui sous Louis XV, l’admiration des
étrangers. De quelque côté qu’on sorte de Paris, on voyage à présent environ cinquante à soixante lieues,
à quelques endroits près, dans des allées fermes, bordées d’arbres. Les chemins construits par les anciens
Romains étaient plus durables, mais non pas si spacieux et si beaux”
26
Ibídem, cap. XXVI. ¿El ciudadano que no ofende las leyes del Estado debe ser castigado tan severa-
mente por el que representa al Estado? ¿No hay una gran diferencia entre desagradar al soberano y trai-
cionar al soberano? ¿Un rey debe tratar a un hombre con más dureza de la que usaría la ley? “Le citoyen
qui n’offense point les lois de l’État, doit-il être puni si sévèrement par celui qui représente l’État ? N’y a-
t-il pas une très grande différence entre déplaire à son souverain et trahir son souverain? Un roi doit-il
traiter un homme plus durement que la loi ne le traiterait?
13

La reforma de las leyes se inicia como tal en 1667, con la aparición de la orde-
naza civil, continuada por el código de las aguas y de los bosques, el del comercio y el
de la marina. Se reconocen, además, en una nueva jurisprudencia, los derechos humanos
de los negros en las colonias.27
Voltaire nos dice que estas reformas condujeron a una moderación de las cos-
tumbres, cada vez será menor el lujo excesivo, que queda limitado a aquellas naciones
que ignoran el arte de vivir28, aumentando el poder adquisitivo de la clase media.

8. Arte de la guerra: cambios y consecuencias

Pese a su desprecio por la guerra, Voltaire ve como una necesidad para la defen-
sa el armamento. Los ejércitos son reformados, se los provee de uniformes, se crean
batallones especiales (cuerpo de ingenieros por ejemplo), se controla la disciplina mili-
tar mediante Inspectores Generales, se organizan las fuerzas marítimas y se crean órde-
nes, como la de San Luis, las cuales conceden recompensas de tipo honorífico.
Voltaire, si bien reconoce a Luis XIV el mérito de la reforma militar, sabe que
ese esfuerzo tiene el objetivo de un futuro éxito en una nueva guerra que arruinará al
Estado.
Las guerras privan a los pueblos de los bienes que pueden permitir construir un
Estado, y muchas veces, lo peor es que son iniciadas por caprichos de los ministros y
los reyes o por diferencia de ideas, de índole probablemente religiosa, lo que significa
intolerancia, que Voltaire desaprueba.
A la muerte de Luis XIV, Francia quedó en un estado ruinoso debido a tantos
conflictos bélicos. Se tuvieron que aumentar los impuestos, algo que el Ministro Colbert
había intentado disminuir cuando asumió su cargo. Cuando el pueblo culpe del esatn-
camiento económico que se produce desde 1702 al Rey, Voltaire los tachará de injustos;

27
Ibídem, cap. XXIX. “Al mismo tiempo, Luis XIV trató de realizar cosas más grandes y de utilidad más
general, pero de ejecución más difícil; quiso reformar las leyes. Hizo trabajar en ello al canciller Seguier,
los Lamoignon, los Talon, los Bignon, y especialmente al consejero de Estado Pussort. Asistía a veces a
sus asambleas. El año 1667 fué, a la vez, la época de sus primeras leyes y de sus conquistas. La ordenanza
civil apareció primero, en seguida el código de aguas y bosques, luego los estatutos para todas las manu-
facturas; la ordenanza criminal, el código de comercio, el de la marina, les siguieron casi año tras año. Se
hizo también una nueva legislación en favor de los negros de nuestras colonias, infelices que no habían
disfrutado todavía de los derechos de la humanidad”. El texto en francés: “Louis XIV voulut en même
temps faire des choses plus grandes et d’une utilité plus générale,mais d’une exécution plus difficile ;
c’était de réformer les lois. Il y fit travailler le chancelier Séguier, les Lamoignon, les Talon, les Bignon ;
et surtout le conseiller d’État Pussort. Il assistait quelquefois à leurs assemblées. L’année 1667 fut à la
fois l’époque de ses premières lois et de ses conquêtes. L’ordonnance civile parut d’abord, ensuite le code
des eaux et forêts, puis des statuts pour toutes les manufactures ; l’ordonnance criminelle, le code du
commerce, celui de la marine, tout cela se suivit presque d’année en année. Il y eut même une jurispru-
dence nouvelle, établie en faveur des nègres de nos colonies, espèce d’hommes qui n’avait pas encore
joui des droits de l’humanité.”
28
Ibídem. “En fin, se ha llegado a poner el lujo al servicio tan sólo del gusto y la comodidad. La multitud
de pajes y de criados de librea ha desaparecido para permitir una mayor soltura en el interior de las casas.
Se ha dejado la vana pompa y el fausto exterior para las naciones que todavía sólo se preocupan de la
ostentación y en las que se ignora el arte de vivir. “. El texto en francés: “On est parvenu enfin à ne plus
mettre le luxe que dans le goût et dans la commodité. La foule de pages et de domestiques de livrée a
disparu, pour mettre plus d’aisance dans l’intérieur des maisons. On a laissé la vaine pompe et le faste
extérieur aux nations chez lesquelles on ne sait encore que se montrer en public, et où l’on ignore l’art de
vivre.”
14

reconoce tanto la posibilidad de que Colbert hubiese hecho las cosas mejor, como las
dificultades a las que éste se enfrentó.

9. Desarrollo de las artes

Durante el reinado de Luis XIV las ciencias se perfeccionan. Voltaire se interesa


más por el desarrollo de la técnica que por el de las matemáticas. Critica especialmente
a Descartes, de quien piensa que hace justamente lo opuesto a lo que se debiera hacer:
adivina la naturaleza, en lugar de estudiarla. 29 Nuestro autor no oculta la admiración que
siente por Inglaterra y su pensamiento.30 Los franceses imitarán a los ingleses, fomen-
tando y perfeccionando la música y la pintura, enriqueciendo la Biblioteca Real.
Frente a la aparición de obras importantes y otras superficiales, nos dice Voltaire
que no se debe preocupación a estas últimas, lo importante es que existan las obras ge-
niales.

Al final de la obra, Voltaire agrega una serie de listas que ya mencionáramos al


inicio el trabajo, y que nos aportan datos biográficos sobre los hijos legítimos o no de
Luis XIV, Papas, integrantes de las casas reales europeas, militares, etc.

II. TEORÍA DE LA HISTORIA

Voltaire puede ser considerado el padre de la historiografía racionalista y el típi-


co burgués francés, clase trabajadora, sufrida y epicureista31 al mismo tiempo, deseosa
de placeres estéticos, viviendo en un ambiente de prosperidad y calma política.

29
Ibídem, cap. XXXI. “e hizo lo contrario de lo que debía hacer; en vez de estudiar la naturaleza trató de
imaginarla. Era el geómetra más grande de su siglo, pero la geometría deja al espíritu tal como lo encuen-
tra. El de Descartes se inclinaba demasiado a la invención. Las obras del primero de los matemáticos casi
no son otra cosa que novelas de filosofía. Un hombre que desdeñó las experiencias, que no citó jamás a
Galileo, que quería construir sin materiales, no podía levantar más que un edificio imaginario” El texto en
francés: “… il fit le contraire de ce qu’on devait faire ; au lieu d’étudier la nature, il voulut la deviner. Il
était le plus grand géomètre de son siècle ; mais la géométrie laisse l’esprit comme elle le trouve. Celui de
Descartes était trop porté à l’invention. Le premier des mathématiciens ne fit guère que des romans de
philosophie. Un homme qui dédaigna les expériences, qui ne cita jamais Galilée, qui voulait bâtir sans
matériaux, ne pouvait élever qu’un édifice imaginaire.”
30
Ibídem. “En Inglaterra, durante la sombría administración de Cromwell, se reunieron algunos filósofos
para buscar en paz verdades, mientras el fanatismo oprimía toda verdad. Carlos II, llamado al trono de sus
antepasados por el arrepentimiento y la inconstancia de su nación, dió la patente a esa naciente academia;
pero no pasó de esto lo que dió el gobierno. La Real Sociedad, o más bien la sociedad libre de Londres,
trabajó por el gustode trabajar. De su seno salieron en nuestros días los descubrimientos sobre la luz,
sobre los principios de la gravitación, sobre la aberración de las estrellas fijas, sobre la geometría trascen-
dente, y otros cien descubrimientos que podrían, a este respecto, hacer que ese siglo se llamara el siglo de
los ingleses, tanto como el de Luis XIV.”. El texto en francés: “Quelques philosophes, en Angleterre,
sous la sombre administration de Cromwell, s’assemblèrent pour chercher en paix des vérités, tandis que
le fanatisme opprimait toute vérité. Chart es II, rappelé sur le trône de ses ancêtres, par le repentir et par
l’inconstance de sa nation, donna des lettres patentes à cette académie naissante ; mais c’est tout ce que le
gouvernement donna. La société royale, ou plutôt la société libre de Londres, travailla pour l’honneur de
travailler. C’est de son sein que sortirent, de nos jours, les découvertes sur la lumière, sur le principe de la
gravitation, sur l’aberration des étoiles fixes, sur la géométrie transcendante, et cent autres inventions, qui
pourraient, à cet égard, faire appeler ce siècle le siècle des Anglais, aussi bien que celui de Louis XIV.”
31
La ética epicureista expresa que es bueno todo lo que produce placer, pues el placer, según ella, es el
principio y el fin de una vida feliz. Pero para que el placer sea real debe ser moderado, controlado y ra-
cional.
15

“El siglo de Luis XIV no es solamente el primer libro de Historia que pretendió
relevar, en la masa de la tradición, los rasgos importantes para la Historia; es también
el primero en el que el autor busca aclarar cada nota, si el hecho que cuenta es nuevo,
o se aleja del curso ordinario de las cosas”32
Al inicio de la obra, Voltaire describe y presenta a todos los pueblos y a todas las
épocas, nos muestra lo que podemos llamar una concepción de la Historia europeo-
céntrica.
En el Diccionario Filosófico Voltaire nos presenta su concepto de Historia, di-
ciendo que es la relación de hechos que se consideran verdaderos33
Rompe con la Historia Bíblica, descartando a la Edad Media (en la que solo ve
crímenes, locuras y desdichas) como una época de logros para el progreso de la huma-
nidad, le interesa la historia con miras al futuro, ésta tiene un sentido pragmático. La
doctrina de Voltaire no explica los hechos religiosos, ni siquiera se plantea el problema
histórico sobre por qué la humanidad ha reconstruido la religión, cuando ésta ha perdido
su autoridad, en formas casi semejantes. Del mismo modo niega la Historia Antigua por
estar basada en mitologías, en elementos sobrenaturales que no se pueden probar feha-
cientemente.34
En contraposición a Bossuet, que pretendía mostrar el Providencialismo en la
historia, Voltaire tiene por objeto desacralizarla. Es, además, el primer historiador que
incluye los pueblos asiáticos como Japón, China y la India.35
Para Voltaire la razón no se impone por sí misma, sino que el Hombre debe conquistarla
mediante su esfuerzo, y es esa conquista lo que constituye la historia del Hombre: la
razón se descubre, no se revela36
Lo que Voltaire busca en la historia es la verdad, a la cual quiere quitar todas las
mentiras que él considera como tales: la mitología, los mitos y leyendas, las fábulas. La
verdad de la historia es, para nuestro autor, lo que él llama el espíritu de las naciones.
Su objetivo es “leer el pasado a la luz de la razón y la crítica”37
En la obra Ensayo sobre las costumbres y el espíritu de las naciones desde Car-
lomagno hasta nuestros días, Voltaire pretende rehacer la trayectoria de la humanidad
desde Carlomagno hasta Luis XIII, en una integración de todos los pueblos y los órde-
nes de los fenómenos38
32
Fueter (Ed.). Historia de la Historiografía moderna. Tomo II. Ed. Nova, Bs. As. 1953. p.443
33
Voltaire. Diccionario Filosófico. Digitalizado por Librodot.com. Historia: “Es la relación de hechos
que se consideran verdaderos. La fábula, en cambio, es la relación de hechos que se tienen por falsos. La
historia de las opiniones es el recuento de los errores humanos. La historia de las artes puede ser la más
útil cuando al conocimiento de la invención y del progreso de las artes une la descripción de su mecanis-
mo. La historia natural, llamada impropiamente historia, es una parte esencial de la física. La historia de
los acontecimientos se divide en sagrada y profana: la sagrada es la serie de operaciones divinas y mila-
grosas mediante las cuales plugo a Dios dirigir a los pueblos antiguos de la nación hebrea y poner a prue-
ba nuestra fe. Los primeros cimientos de toda historia profana son los relatos que los padres hacen a sus
hijos, que se transmiten de una a otra generación. En su origen son probables cuando no se oponen al
sentido común, y pierden un grado de probabilidad a cada generación que pasa. En el correr del tiempo, la
fábula se hiperboliza y la verdad se pierde, por eso los orígenes de todos los pueblos son absurdos. Nadie
cree que los griegos fueran gobernados por los dioses durante siglos, después por los semidioses y luego
tuvieran reyes durante mil trescientos cuarenta años, y el sol en este espacio de tiempo cambiara cuatro
veces de Oriente a Occidente.”
34
Maurois, A. El pensamiento vivo de Voltaire. Ed. Losada, Bs As, 1946, p. 29
35
Ibídem
36
Ferrater Mora, J. Cuatro visiones de la Historia Universal. Ed. Losada, Bs. As., 1945, p. 121
37
Ibídem, pp. 124-126
38
Dosse, F. La historia. Conceptos y escrituras. Ed. Nueva Visión, Bs. As.2004
16

III. ASPECTOS METODOLÓGICOS

Voltaire fue historiógrafo de Francia, por lo que tuvo acceso, seguramente, a


fuentes de archivo. También fue un cortesano, debido a lo cual tuvo acceso él mismo a
la realeza y a personas cercanas a la familia real, que le permitieran conocer datos que le
aportaran información.
A Voltaire le interesa la recopilación sistematizada del saber de la época en la
cual vivió. En la obra que nos ocupa podemos observar que nuestro autor documenta la
historia que narra aludiendo en múltiples oportunidades a sus fuentes, a modo de ejem-
plo memorias y edictos.
Reproduciremos algunas de ellas a continuación:

“No se puede dudar de ello después de leer las Memorias de La Porte, primer
ayuda de cámara de Ana de Austria. Los subalternos, testigos de las intimidades de una
corte, saben cosas que los parlamentos y hasta los jefes de partido ignoran o solamente
sospechan.”39

“La duquesa de Nemours refiere en sus Memorias que el príncipe de Condé


presentó a la reina un enanito giboso, armado de pies a cabeza, diciéndole: “He aquí el
generalísimodel ejército parisiense.” Se refería a su hermano el príncipe de Conti, que
era en efectojorobado, y había sido elegido general por los parisienses. Sin embargo, el
propio Condé,que según madame de Nemours decía que esa guerra no merecía más
que ser puesta enversos burlescos, fue después general de esas mismas tropas. La lla-
maba también laguerra de las bacinicas.”40

“El rey estaba tan orgulloso de su prosperidad que, hablando con el duque de
La Rochefoucauld de las proposiciones que el emperador le hacía en ese tiempo, se
valió de estos términos: ‘Las encontraréis más insolentes todavía de lo que se os ha
dicho.’” *
“* Por lo menos, eso es lo que se lee en las Memoires manuscritas del marqués de
Dangeau. A veces no son fieles.” (Nota al pie del propio Voltaire en la Obra)” 41

“Luis XIV iba a atacar a un niño cuyo protector natural debía ser, puesto que se
había casado con la hermana de ese niño. ¿Como pudo creer que el emperador Leo-
poldo, considerado como jefe de la casa de Austria, le permitiría oprimir a esta casa y
engrandecerse en Flandes? ¿Quién podría creer que el emperador y el rey de Francia

39
El texto en francés: “On ne peut en douter quand on a lu les Mémoires de La Porte, premier valet de
chambre d’Anne d’Autriche. Les subalternes, témoins de tout l’intérieur d’une cour, savent des choses
que les parlements et les chefs de parti même ignorent, ou ne font que soupçonner”
40
La duchesse de Nemours rapporte dans ses Mémoires que le prince de Condé présenta à la reine un
petit nain bossu, armé de pied en cap : " Voilà, dit-il, le généralissime de l’armée parisienne. " Il voulait
par là désigner son frère, le prince de Conti, qui était en effet bossu, et que les Parisiens avaient choisi
pour leur général. Cependant ce même Condé fut ensuite général des mêmes troupes ; et Mme de Nemo-
urs ajoute qu’il disait que toute cette guerre ne méritait d’être écrite qu’en vers burlesques. Il l’appelait
aussi la guerre des pots de chambre.
41
El texto en francés. “Le roi était si fier de sa prospérité, qu’en parlant au duc de La Rochefoucauld, au
sujet des propositions que l’empereur lui faisait alors, il se servit de ces termes : " Vous les trouverez
encore plus insolentes qu’on ne vous l’a dit’”
17

se habían repartido in mente los despojos del joven Carlos de Austria, rey de España?
En las Memorias del marqués de Torci* encontramos algunas huellas de esta triste
verdad, por lo demás no muy claras. El tiempo ha aclarado el misterio y ha probado
que entre los reyes las conveniencias y el derecho del más fuerte hacen las veces de
justicia, sobre todo cuando esa justicia es dudosa.”42
* Tomo I, p. 16, edición que se supone es de La Haya.

Hay trabajos que Voltaire elogia, como cuando se refiere a Cristina, la reina de
Suecia, en el Capítulo VI:

“Para conocer el genio excepcional de esta reina basta con leer sus cartas.”43

Voltaire también muestra uso de la investigación y el análisis, a modo de ejem-


plo en el Capítulo XXVII relata que:

“Las fechas de las cartas de madame de Maintenon, que dan el año 1670, en las
cuales habla de dos niños cuando uno de ellos no había nacido aún, son, pues, eviden-
tementefalsas. Casi todas las fechas de esas cartas editadas son erróneas.”44

En su narración, Voltaire presenta específicamente las fechas en que los hechos


ocurren, recurre en múltiples oportunidades a dejar establecido el orden cronológico de
los acontecimientos y, a veces, ese orden cronológico es utilizado para poner en duda o
cuestionar hechos escritos en cartas o en memorias.
Cerraremos este trabajo con una cita extraída de El ensayo sobre las costumbres,
que nos parece adecuada para mostrar, una vez más, las ideas de nuestro autor.

“Creamos en los acontecimientos atestiguados por los registros públicos, por el


consenso de los autores contemporáneos, que vivían en una capital, recíproca-
mente ilustrados, y que escribían bajo la observación de los principales de su país.
Pero en cuanto a todos esos pequeños, obscuros y novelescos sucesos escritos por
hombres igualmente obscuros en el fondo de alguna provincia ignorante y bárbara;
en cuanto a esos cuentos cargados de circunstancias absurdas, a esos prodigios que
deshonran la historia en lugar de embellecerla, remitámoslos a Vorágine, al jesuita
Caussin, a Mainbourg y a sus semejantes.”45

42
El texto en francés. “Louis XIV allait attaquer un enfant dont il devait être naturellement le protecteur
puisqu’il avait épousé la soeur de cet enfant. Comment pouvait-il croire que l’empereur Léopold, regardé
comme le chef de la maison d’Autriche le laisserait opprimer cette maison et s’agrandir dans la Flandre ?
Qui croirait que l’empereur et le roi de France eussent déjà partagé en idée les dépouilles du jeune Char-
les d’Autriche, roi d’Espagne ? On trouve quelques traces de cette triste vérité dans les Mémoires du
marquis de Torcy (4), mais elles sont peu démêlées. Le temps a enfin dévoilé ce mystère, qui prouve
qu’entre les rois la convenance et le droit du plus fort tiennent lieu de justice, surtout quand cette justice
semble douteuse.”
43
El texto en francés: “Pour connaître le génie unique de cette reine, on n’a qu’à lire ses lettres.”
44
El texto en francés: “Les dates des lettres de Mme de Maintenon, de 1670, dans lesquelles elle parle de
ces deux enfants, dont l’un n’était pas encore né, sont donc évidemment fausses. Presque toutes les dates
de ces lettres imprimées sont erronées.”
45
Voltaire. Ensayo sobre las costumbres y el espíritu de las naciones. Hachette, Bs. As., 1959
18

IV. BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA y DE REFERENCIA

 Dosse, F. La historia. Conceptos y escrituras. Ed. Nueva Visión, Bs. As.2004

 Ferrater Mora, J. Cuatro visiones de la Historia Universal. Ed. Losada, Bs. As.,
1945

 Fueter (Ed.). Historia de la Historiografía moderna. Tomo II. Ed. Nova, Bs. As.
1953

 Maurois, A. El pensamiento vivo de Voltaire. Ed. Losada, Bs As, 1946, p. 29

 Voltaire. El Siglo de Luis XIV. Fondo de cultura económica. Digitalizado por Li-
brodot.com, disponible en:
http://edu.mec.gub.uy/biblioteca_digital/libros/V/Voltaire%20-
%20El%20Siglo%20de%20Luis%20XIV.pdf, descargado el
22/03/2013

 Voltaire. Le siècle de Louis XIV. Livres & Ebooks, disponible en:


http://www.bouquineux.com/index.php?telecharger=1296&Voltai
re-Le_Siecle_de_Louis_XIV, descargado el 05/04/2013

 Voltaire. Ensayo sobre las costumbres y el espíritu de las naciones. Hachette, Bs.
As., 1959

Silvia L. Martínez
Montevideo - Uruguay

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