Serres
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Cap.3: El individuo
MEJOR TODAVÍA, aquí están ambos, convertidos en individuos. San Pablo lo inventó en el
inicio de nuestra era, pero el individuo acaba de nacer en estos días. El individuo ya no sabe
vivir en pareja, se divorcia; ya no sabe estar en clase, se mueve y charla; ya no va a rezar a la
iglesia. Las ideologías se declaran muertas en todas partes: las pertenencias que reclutaban
son las que se desvanecen.
Este individuo recién nacido resulta, antes bien, una buena noticia. Dicho esto, quedan por
inventar nuevos lazos. Prueba de ello es el reclutamiento de Facebook, casi equipolente a la
población mundial. Como un átomo sin valencia, Pulgarcita está desnuda. Nosotros, los
adultos, no hemos inventado ningún lazo social nuevo. La empresa generalizada de la
sospecha, de la crítica y de la indignación contribuyó más bien a destruirlos.
Estas transformaciones que llamo "hominiscentes", crean en medio de nuestros tiempo y de
nuestros grupos una grieta amplia y tan evidente que pocas miradas han podido medirla en su
justa dimensión.
En el lado posterior de esta falla, hay jóvenes a los que pretendemos dispensar una enseñanza,
en el seno de marcos que datan de una época que ya no reconocen: edificios, patios de recreo,
salones de clase, anfiteatros, campus, bibliotecas, laboratorios, incluso saberes, marcos que
datan de una época, digo, y estaban adaptados a un tiempo en el que los hombres y el mundo
eran lo que ya no son.