La Aventura Porno Gay de Sandy y Paul. T.J Klune
La Aventura Porno Gay de Sandy y Paul. T.J Klune
La Aventura Porno Gay de Sandy y Paul. T.J Klune
de Sandy y Paul 2
TJ KLUNE
Para entenderme, es probablemente mejor que sepas que
mi educación en el arte de las pollas comenzó a la temprana
edad de trece años.
Impactante, lo sé, pero no me des esa mirada. No es nada
tan lascivo como lo que estás pensando. 3
En su mayoría.
Descubrir que yo posiblemente un convencido homosexual
después de ver a Bradley Church en las duchas después del
horror de octavo grado conocido como balón prisionero, me
dije a mí mismo, Bueno, ahora las cosas tienen un poco más de
sentido.
Por culpa de los penes.
Y ese era un pensamiento tan extraño para tener, yo
nunca había pensado realmente en lo bonito que los penes
podrían ser. Verás, la pubertad no había sido amable con
Sanford Stewart, y creció tanto que mis huesos dolían y mi
voz chirriaba y vendas de refuerzo en todos los lados, por el
amor de Dios. Estaba bastante seguro de que era patito feo
personificado, no podía incluso vislumbrar el cisne reina en el
que me convertiría algún día.
Y mientras estaba taaan ocupado lamentándome de que
las vendas de refuerzo no combinaban con ninguna maldita
cosa que poseía (cual, honestamente, debería haber sido mi
primera pista de que nunca andaría en línea recta sin
balancear mis caderas), nunca me había tomado realmente el
tiempo para fijarme en los penes, no realmente, ni siquiera el
mío.
Sabía que estaba ahí, no me malinterpretes. Y he oído las
historias de chicos susurrándose el uno al otro cuando
teníamos diez de que si tú lo frotabas lo suficiente, se haría
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más grande y entonces de alguna manera las chicas se
quedaban embarazadas. Incluso a la edad de diez años
pensaba que eso sonaba aburrido y bohemio y ¿por qué uno
hubiera querido frotársela si las chicas se quedaban
embarazadas? Así que no hice nada con ello, de verdad.
Y mis padres, Dios los quiere, intentaron explicarme lo de
las abejas y los pájaros, pero estaba tan distraído con que mi
madre no había considerado el uso de combinaciones de
colores que había hecho ese día que corte la charla exigiendo
que subiera y se cambiara antes de salir para almorzar
porque, ciertamente yo no sería visto en público mientras ella
llevaba colores pastel, mi Dios, ¿qué pensaba que haría por su
tono de piel? No era la más guapa, nunca lo fue. Mi padre
intentó interrumpir, llevar la conversación otra vez a lo que
íbamos, pero se calmó inmediatamente cuando empecé a
mirar la franela y la pana, como si ir como un leñador
elegante fuera la gran cosa. Un hombre sabio, mi padre lo
era.
Así que no. No tenía tiempo para cosas tan bonitas como
el sexo o la sexualidad. Estaba demasiado ocupado
asegurándome de que mis padres no vistieran como Paul
Bunyan y Esther Bunny y mirando mi cara en el espejo
intentando con sólo el poder de mi mente hacer que tomara
una forma elegante, que los vendajes de apoyo
desaparecieran, y que mi yo exterior coincidiera con mi
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fabuloso yo interior.
Malgasté un montón de tiempo mirándome en ese espejo.
Pero ahí estaba Bradley Church, catorce años y ancho, y,
para ser honesto, un jodido imbécil. Y él estaba en la ducha, y
ahí estaba.
Su pene.
Y por alguna razón, yo sentí la necesidad de mirarlo,
disimuladamente, por supuesto. No era mucho más grande
que el mío y nunca me importó el cliché de ser un adolescente
americano descubriendo un día que podía tirarse pesos de
arcoiris a por una experiencia en el vestuario de la escuela
secundaria. Era un pene, y yo decidí en ese mismo momento
que prefería los penes a frotar el mío en una chica y
embarazarla. Por supuesto a esa edad, yo sabía que
embarazar una mujer era mucho más complicado que sólo
frotarse con ella, y esa era una de las razones por la que
todavía ponía una mueca a mis padres, ahora y entonces,
sabiendo exactamente qué tipo de cosas hacían cuando yo no
estaba alrededor.
Escuchar a mis padres hablar de sexo no fue embarazoso.
Saber que tenían sexo fue mortificante. Yo nunca iba a ser
un miembro de los cliterati¹.
Bradley dejó las duchas que yo, y sabía que si hubiera
esperado más, mi mejor más querido amigo, Paul Auster,
empezaría a preocuparse. Él no se duchaba en la escuela
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como yo lo hacía, porque los chicos de octavo grado eran unos
gilipollas y Paul estaba gordo, y esas dos cosas nunca daban
un buen resultado. Nunca. Era más fácil para él evitarlos que
confrontarlos, pero no tenía ningún sentido de la mortalidad,
en absoluto, así que yo me duchaba con los demás y Paul
esperaba fuera de los vestuarios. Intenté quedarme con él
por solidaridad, pero él puso los ojos en blanco y me dijo que
olía fatal cuando sudaba.
Yo seguía pensando en penes mientras me vestía.
Teníamos una clase más antes de terminar el día. Mis padres
no estarían en casa hasta tarde, por lo que tendría un montón
de tiempo para investigar.
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—Está bien, —le dije mientras nos sentábamos junto al
ordenador. —Ahora. Mientras se está conectando, siento que
deberíamos hablar sobre algunas cosas.
—Yo siento como que no deberíamos hablar sobre esto en
absoluto, —dijo Paul. —Y cuando esto termine, nunca, nunca
lo volvamos a mencionar.
—Eso probablemente no pasará, —dije. —Es obvio que algo
está cambiando aquí y deberíamos asegurarnos de que
estamos en primera fila.
—No tengo idea de lo que estás hablando.
—Estoy hablando sobre el hecho de que estamos
preparados para ver penes, —dije. —Y de que tú realmente
no has luchado conmigo sobre esto cuando te dije que me
acompañaras.
—He luchado, —dijo Paul. —Mucho.
—Apenas.
—Todavía luchando.
—Semántica, —dije. —Creo que deberíamos aceptar
ciertas cosas sobre nosotros mismos.
—¿Como qué?
—Bueno, vamos a esperar a ver los penes para decidirlo
sin lugar a dudas.
—Nunca pensé que dirías algo como eso.
—Los tiempos están cambiando, —dije. Miré hacia el
ordenador, mientras el módem terminaba de conectarse a
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través de la línea de teléfono. La ventana de mi Messenger
se abrió, así que puse un mensaje, además de el icono de no
molestar: BBL *~*~soñando con las estrellas y la luna está
brillando~*~*.
—Eso es tan profundo, —Paul se mofó.
—Cállate.
—No puedo creer que tú tengas Messenger y yo no. Mi
madre dice que ella no quiere que tenga la oportunidad de
hombres extraños intenten hablar conmigo. Es aburrido. Los
padres son aburridos. Todo es aburrido.
—Bueno, —dije, —para ser justos, tú eres del tipo que
hablaría con un hombre extraño en internet y después
acabaría secuestrado.
—No, —Paul argumentó. —¿Recuerdas esa vez, cuando
teníamos diez y ese tipo intentó darnos caramelos en su
furgoneta sin ventanas? No me fui con él.
—Solo porque él intentó sobornarte ofreciéndote
Raisinets.
—¿Quién hace eso? —Paul preguntó, sonando disgustado,
y no era por el potencial secuestrador. —Tú no puedes
meterme en tu furgoneta para secuestros con pasas
cubiertas de chocolate.
—Sí, se lo has dicho al tío. Te miró ofendido antes de
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irse. Ofendido y escalofriante.
—Yo era el ofendido. Él podría haber tenido al menos
M&M o algo. Jodidos Raisinets.
—Y es por eso que somos los mejores amigos, —dije
acariciando sus manos. —Bien. Así que... ¿Por dónde
empezamos?
—¿Por qué me lo preguntas a mi? —él dijo. —Nunca antes
he buscado penes.
—Hmm, —dije. —Tal vez sólo podemos poner pene en el
buscador y ver qué pasa.
—Espera, —dijo Paul. —Estamos buscando penes o... Ya
sabes. Penes.
Él tenía un punto. Penes sonaba tan clínico. Pero penes, la
otra palabra...
Escribí "polla caliente"
Paul soltó una risita.
Y yo también. Sólo porque teníamos trece y acababa de
escribir "polla caliente".
—No puedo creer que has escrito eso, —Paul se volvió en
una alarmante sombra de rojo.
—Tiene que ser lo que hay abajo, ¿no? —pregunté no
igualando su sonrojó.
Apreté enter.
—Bueno, —dije. Tenemos setenta y nueve mil resultados.
Esto debería ser más que suficiente para empezar.
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—Solo abre uno, —Paul dijo. —Aquí. ¿Qué te parece este?
—¿El que pone "XXX folla—culos chupa y lame las bolas
como un chupa—chups teniendo un buen momento"?
—Ciertamente es descriptivo, —dijo Paul. —No tengo idea
de lo que significa la mitad de lo que pone.
—Touché. —Y abrí el enlace.
Diez minutos después, la página había cargado y Paul se
quejó de que mi conexión era bastante más rápida que la
suya. Por supuesto dejó de quejarse cuando un muy grande
hombre negro apareció en la pantalla, señalando hacia
nosotros.
Pero no con su mano.
—¿Es esa una polla? —Paul se atragantó. —Pensé que tenía
una pierna de más.
—Wow, —dije. —Eso es mucho más grande de lo que
esperaba. Me siento inadecuado.
—Él tiene que ser una mutante, —dijo Paul. —Como Hulk y
la radiación gamma. No te gustaría su pene cuando él esté
enfadado.
—Hay vídeos, —dije bajando en la página. —¿Cuál
deberíamos abrir?
—Hay uno llamado "Sausage Pizza Envió Especial Gran
Momento", —dijo Paul. —Eso suena inofensivo. Incluso tiene
una opinión abajo a la izquierda que dice " Quiero mis nueces
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en su culo". Bueno. Al menos rima³. Pon ese.
—Es porque tienes hambre.
—La pizza es deliciosa, —Paul estuvo de acuerdo. —Y yo
siempre tengo hambre. Es algo mío.
Diecinueve minutos más de tarde se había cargado hasta
la mitad.
—Bueno, —le dije a Paul. —Ahora, antes de ver esto, hay
algunas cosas con las que tenemos que estar de acuerdo.
—¿Como qué?
—Como no importa lo que pase, seguiremos siendo amigos.
—¿Y por qué no íbamos a seguir siendo amigos?
Suspiré.
FIN
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