Geografia Humana
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Hoy se puede sostener que el pueblo Chiquitano surgió del aglutinamiento de varios pueblos
indígenas de la región en las misiones jesuíticas a partir del siglo XVI.
En el año 1550 Ñuflo de Chaves fundó la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, en territorio de los
Kibarakoas y Penokis, cerca de la que fue más tarde la reducción de San José de Chiquitos, fue en
ese entonces que se tomó el primer contacto con algunas tribus de este pueblo. En 1591 se
trasladó Santa Cruz de la Sierra, a su actual ubicación y se perdió el contacto entre españoles e
indígenas, hasta 1692 cuando los jesuitas fundaron la primera Misión Chiquitana, San Francisco
Xavier (hoy San Javier), fundada por el Padre José de Arce entre los grupos de los pinokas, cimeras,
ponajikas, guapakas y poojijokas, de habla “chiquita”, así como entre los kibicikas, paikonekas,
burekas e itatines, que hablanban otros idiomas. Cada misión estaba compuesta de diferentes
pueblos indígenas que recibían el nombre de "parcialidades", cada parcialidad ocupaba un
determinado espacio dentro del trazado urbano del pueblo, y se respetaban sus caciques y
autoridades. Los padres jesuitas debieron enfrentar el desafío de imponer la lengua chiquita como
la lengua oficial de las misiones lo que significó, que los otros pueblos aprendan un nuevo idioma.
Y así fueron desarrollando una cultura propia de las reducciones, que es la mezcla de las diferentes
culturas con la chiquita y con la cristiana.
La forma de vida de cada uno de los pueblos seguía los mismos patrones y normas. En cada uno de
ellos vivían dos sacerdotes jesuitas encargados tanto de su funcionamiento material como de la
vida espiritual. Se encargaban desde la educación hasta la salud y planificaban la vida cotidiana y la
producción económica.
En 1767, el rey de España Carlos III, firmo el decreto de expulsión. Los padres debieron salir de
cada pueblo acatando en silencio la orden real y los indígenas debieron resignarse a esta pérdida.
Ante la expulsión de los jesuitas, entran los mestizos a la zona desatando así la esclavización,
despojo, y matanza de los indígenas. Durante la República, particularmente a partir de 1880
empezó la devastación de los pueblos Chiquitanos en los gomales, periodo en el que la
desestructuración de las comunidades Chiquitanas, fue casi total. En 1952, la Reforma Agraria
favoreció solo a algunas familias individuales de indígenas mestizos, entregando en cambio la
mayor parte de las tierras a los nuevos ricos y a partir de allí, los chiquitanos comienzan a luchar
por sus derechos en una lucha desigual.
Sobre el origen del nombre existen dos versiones; a mediados del siglo XVI los chiquitanos
recibieron su nombre, que significa "los chicos", personas de estatura baja.
No está claro si este nombre deriva del término guaraní "tapuymiri", "pequeños enemigos", que en
otro lugar se traduce como "chiquito", o si fueron los primeros españoles los que denominaron a
los chiquitanos "los chiquitos" o también "chiquito" porque las entradas de sus chozas eran tan
pequeñas y bajas que solo se podía llegar al interior de cuatro patas. Esta denominación
permanecerá como nombre genérico para diversos grupos autóctonos de la región.
UBICACIÓN GEOGRÁFICA
El territorio de la Gran Chiquitanía limita al Norte con el departamento del Beni, al sur con la
provincia Cordillera y la República del Paraguay, al Este con la República del Brasil y al Oeste con las
provincias Guarayos y los valles mesotérmicos en el departamento de Santa Cruz.
La población consta casi en su totalidad de indígenas chiquitanos, de los cuales el 80 a 90% han
sido calificados como "pobres" por el Censo Nacional de 2001.
Según el Censo (INE 2001) autoidentificados como chiquitanos son 110.613, por otra lado según el
Censo Indígena de 1994 tenemos a 46.330. De los trabajos de campo de la Agenda Indígena se
obtiene la cantidad de 120.000 personas.
El trabajo agrícola, lo realiza la familia nuclear, pero es constante la apelación a la familia extensa.
Existe la división del trabajo por sexo y por edades, siendo como en todas partes la agricultura y la
caza responsabilidad del hombre, pero la mujer también interviene en la agricultura, muchas veces
en igualdad de condiciones, esto es sólo considerado "ayuda".
Fuente: Agenda Indígena, Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz, USAID. 2007
22 DICIEMBRE 2017
Ya en el año 1754 los jesuitas intentaron por poco tiempo incursionar en tierra Yuracaré, pero no
tuvo mayor trascendencia. (Kelm 1983). "A partir de fines del siglo XVIII los franciscanos, tratando
de compensar el trabajo de los jesuitas, se hicieron cargo de las misiones y encararon la tarea de
reducir a los Yuracarés.
Durante medio siglo los intentos fueron perseverantes, pero el grupo se oponía a vivir bajo el estilo
de vida de reducción" (Paz).
La violencia con la que realizaban las misiones y reducciones, produce a la larga reacción en los
grupos; esta expresión se manifestará en 1680, bajo una violenta revuelta que obstruyó por un
tiempo la expansión de más misiones, consolidándose las de Chimoré y el Mamoré. Esto podrá
explicarse por el proceso de rompimiento de su forma de vida nómada hacia su sedentarismo,
relevando el abandono de las misiones, problema al que tuvieron que enfrentarse
permanentemente, "... a veces ni siquiera toleraban vivir juntas las familias de un asentamiento"
(Idem).
"Las misiones hasta este periodo se ubicaron centralmente en la ruta de las haciendas. Los
misioneros entraban por la región de Arepucho y salían a los ríos San Mateo y Espíritu Santo, en
cuyos lugares se encontraban las reducciones; otras veces en Chimoré, Coni y Chapare." (Idem).
"Desde 1765 en adelante, varios factores confluyeron para otorgar un nuevo destino a esta zona
que se encuadraba entonces en el eje de los actuales Puerto Villarroel, Chimoré y Villa Tunari,
pivotes de la producción cocalera boliviana desde hace una década [1987]." (Rodríguez).
"A fines del siglo XVII, la consolidación de un núcleo español precisamente en Santa Cruz
(departamento de mayor extensión de Bolivia, durante la colonia incluía al departamento de
Cochabamba) y la incursión misional en Moxos y Chiquitos presuntamente obligaron a los
Yuracarés, perseguidos por los cazadores de esclavos para ser vendidos a los hacendados cruceños
o, en su caso, hostigados por otros grupos étnicos quienes, comisionados por los frailes jesuitas,
hacían frecuentes correrías para capturarlos y llevarlos hasta lejanas misiones, a huir hacia lo más
espeso del bosque húmedo. Refugio seguro, tras la cortina de la "entrada imposible" que detuvo a
los españoles, quienes lo consiguieron recién en 1768, cuando las Montañas Yuracarés se abren
bruscamente a la influencia misional/hacendal)" (Rodríguez).
UBICACIÓN GEOGRÁFICA
En la actualidad los asentamientos de los Yuracaré y el Pueblo Indígena Mojeño, con quienes
tienen fuertes lazos de parentesco, están ubicadas en las riberas del río Iténez, las cuales son:
Tacuaral, Nueva Bethel, Pallar (mayor presencia mojeña), Alto Pallar y Mónica.
La dispersión de las comunidades es el común denominador, las cuales enfrentan fuertes presiones
por parte de los colonos (los collas para ellos) por tierra cultivable y acceso a recursos naturales.
FAMILIA LINGÜÍSTICA
Familia lingüística tacana, lengua kavineña, pero aún se mantiene como dudoso su origen y
relaciones con otras lenguas.
TENENCIA DE TIERRAS
Ellos viven en la margen cruceña del río Ichilo, sin embargo pertenecen al pueblo indígena
Yuracaré de Bolivia, como resultado de esto (aparentemente obvio es que) tenemos que donde
ellos viven no son dueños de la tierra donde trabajan y viven, pero si son dueños de la TCO que
está localizada en Cochabamba de y donde voluntariamente se han alejado por problemas
internos. En estos momentos se encuentran tramitando una solicitud al INRA para acceder de
alguna forma a la tierra donde viven, debiendo moverse desde territorio cochabambino hasta
Santa Cruz.
En conclusión, los yuracarés de Santa Cruz no tienen tierras ni ninguna seguridad jurídica de los
lugares que habitan y de dónde sacan el sustento para vivir.
ORGANIZACIÓN
Según el Plan de Desarrollo con Integridad, elaborado para el Pueblo Yuracaré, cuatro Consejos
Indígenas, en febrero de 1997, formaron la Coordinadora de Pueblos y Comunidades Indígenas del
Trópico de Cochabamba (CPITCO), que se constituyó en la máxima instancia de representación
indígena del Trópico de Cochabamba.
Sin embargo los yuracarés de Santa Cruz han conformado otra instancia que es el
CIPYM la Central Indígena de Pueblos Yuracarés Mojeños a la cual están afiliadas las comunidades
de: Nueva Bethel, Mónica, Pallar, Alto Pallar y Tacuaral (aunque la mayoría de los mojeños se han
retirado para conformar otra organización con otras comunidades mojeñas fundadas en el río
Grande).
En un origen como se cita arriba eran cazadores recolectores, pero con la influencia de las
reducciones y misiones evangelizadores cambiaron su visión económica, ahora no sólo son
sedentarios, sino que son agricultores que proveen de plátanos al resto de Bolivia, para su
subsistencia siembran yuca, maíz, frejol, caña, papayas, zapallos entre otras frutas (cítricos) y crían
algunos animales menores (gallinas, cerdos, patos, etc.).
Fuente: Agenda Indígena, Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz, USAID. 2007
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En los “llanos de Moxos”, Beni, hábitat tradicional del pueblo mojeño, se han descubierto
recientemente considerables extensiones de tierras con trabajos que datan del periodo pre–
colonial: lomas, terraplenes, canales y camellones que constituían un sofisticado sistema de
control hidráulico, tanto en la pampa como en el bosque, que permitió jugar con las limitantes
ambientales de la región para la agricultura, a saber las inundaciones estacionales y la pobreza en
nutrientes de suelos.
La sociedad mojeña estaba conformada por una gran diversidad de parcialidades étnicas, con una
mismas raíz lingüística, una intensa movilidad en el espacio, tanto por motivos de sobrevivencia
(ríos, fauna) como religioso. Las aldeas contaban con un líder local y demostraron una gran
autonomía entre ellas.
Las certezas arqueológicas más las noticias de los primeros cronistas han permitido afirmar que la
población mojeña debió ser muy importante antes del siglo XVII, pues se estimaba una población
de alrededor de 350.000 personas, de las cuales un elevado porcentaje disminuyo con el tiempo a
raíz de las enfermedades introducidas por los españoles.
La palabra Moxos sigue una variante de las leyendas de “El Dorado”, motivación principal para las
expediciones en busca de Moxos que aparecen registradas en los archivos que no tienen nada que
ver con las cuencas del Beni y Mamoré.
Lastimosamente y para desgracia de los investigadores los relatos hechos de estas expediciones
son tan vagos que son casi imposibles de localizar con exactitud.
Por otra parte asumimos que de estas primeras fechas empezó el contagio de pestes europeas en
la gente indígena de la zona, iniciando muchos acontecimientos desastrosos para los indígenas de
la época.
Las expediciones para conquistar a los moxos salieron de Cuzco (entre 1536 y 1537) y desde Santa
Cruz (fundada en 1561). Recién en 1595, los españoles lograron arribar a territorio propiamente
mojeño, con las expediciones de Lorenzo Suárez de Figueroa. Otros ingresos se realizaron
posteriormente, pero al no encontrar las riquezas esperadas, las expediciones militares cesaron.
En la segunda mitad del siglo XVII, fueron los misioneros jesuitas los que empezaron a recorrer la
zona. A partir de 1682 se fundaron 5 reducciones entre los Mojeño, Loreto (1682), Trinidad (1687),
San Ignacio (1689), San Francisco Javier Y San José (1691). El modo de vida bajo el régimen de la
reducción significa drásticos cambios en la vida de los indígenas, el tener estabilidad de sus
asentamientos, imposición de una lengua franca en lugar de las propias, producción de bienes para
la exportación (telas, productos agrícolas) introducción del ganado vacuno en sustitución a la caza,
considerada como salvaje, introducción de artes y oficios, organización de Cabildos Indigenales y
sobre todo la religión católica como eje central de la vida cotidiana.
Posteriormente los movimientos migratorios los llevaron del río Mamoré al Ichilo y al río Grande,
siempre han sido navegantes y la necesidad de nuevas tierras indujo originalmente a estos viajeros
desde tiempos antiguos, con la llegada de los españoles, sus motivos se acrecentaron debiendo
huir para salvar sus vidas.
UBICACIÓN GEOGRÁFICA
El pueblo indígena mojeño en el departamento de Santa Cruz, se encuentra ubicado en las orillas
de los ríos Ichilo y Grande, lado noroeste de la reserva forestal El Chore, en las provincias Ichilo y
Guarayos y en los municipios de Yapacaní y el Puente.
FAMILIA LINGÜÍSTICA
3. El Peligro 27 familias
6. Palermo 19 familias
7. Combate 29 familias
ORGANIZACIÓN
TENENCIA DE LA TIERRA
Las comunidades mojeñas actualmente comparten el territorio con el pueblo yuracaré, quienes
tienen una demanda de tierras comunitarias de origen en proceso.
Las actividades de caza, pesca y recolección se practican allí donde se puede, por los conflictos
permanentes de los mojeños con madereros y ganaderos por la ocupación del espacio, así como
las entradas de colonizadores espontáneos.
Fuente: Agenda Indígena, Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz, USAID. 2007
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No se conoce con exactitud de donde vivieron los guarayos antes de la conquista, pero existen
probabilidades de que habitaron en las orillas de una gran laguna, pues dicen que sus antepasados
vivieron en +rubichá (a orillas del lago, fronterizos con los Chiquitanos). En ese lugar fue reducido
un grupo de ellos por los padres jesuitas (a principios del siglo XVII) y llevados a la misión de San
Javier de Chiquitos (primer intento de traslado).
Otras fuentes citan el posible origen de los guarayos junto con los yuki, guarasugwe y los sirionós a
unas avanzadas guaraníes, unas entraron por el Paraguay (posiblemente con Ñuflo de Chaves) y
otras por el lado brasilero, en dos momentos diferentes.
No obstante, una de las primeras noticias sobre la presencia de los guarayos se remonta al 1693,
año en que habrían sido contactados por el padre Cipriano Barace (Masai et al, 1939)
Los individuos originales de la etnia guaraya, según Fray José Cors, eran de piel blanca, barbados,
de estatura regular, robustos, afables y presentaban bastante capacidad para las artes,
especialmente la música. No se tuvo noticias de ellos hasta 1793 cuando fueron encontrados
casualmente y llevados nuevamente a San Javier de chiquitos por órdenes del gobernador de la
provincia Don Juan Bartelemí (fray, José Cors, Mendoza, 1957).
Resumiendo, se evidencian claramente los siguientes periodos históricos del pueblo guarayo:
ORGANIZACIÓN
El nivel organizativo ha sufrido ciertos cambios, el cabildo que era la forma de organización y
representación ha sido sustituido por lo que denominan central comunal que es una forma de
sindicato agrario introducido a fines de la década de los 70 y comienzo de los 80 por las
denominadas organizaciones no gubernamentales (ONG's) instituciones que ante la ausencia del
estado en la atención a sectores, pobres como los indígenas incursionan asistiendo a estos sectores
pobres, apoyándolos con recursos, económicos, capacitación, asesoramiento y organización entre
estos. Este es el caso de la Institución, APCOB, (Ayuda para el campesino del Oriente Boliviano),
que en 1982, promueve la creación de la Central Indígena del Oriente Boliviano (CIDOB) ;
organización que aglutina y representa en primera instancia a 4 pueblos indígenas que habitan el
departamento de Santa Cruz, es decir, a guaraníes (isoceños), en un primer momento y ava –
guaraníes en un segundo momento, chiquitanos, ayoreos y guarayos.
Para tal efecto, el pueblo Guarayo se organiza en la Central Originaria de Pueblos Nativos Guarayos
COPNAG, siendo a partir de ahí la organización que representa al pueblo indígena guarayo que está
distribuido en 6 pueblos y 13 comunidades.
Ahora bien para efectos funcionales la COPNAG se ha convertido en regional y los 6 pueblos en
centrales comunales y las 13 comunidades están afiliadas a las centrales más cercanos, es decir
que COPNAG está constituida por 6 centrales comunales.
POBLACIÓN
En relación a la actual población originaria, se estima entre 18.000 a 20.000 Guarayos, siendo
Yaguarú y Urubichá las poblaciones emblemáticas que son habitadas casi en un 100% de Guarayos
(Salvatierra tiene población guaraya, sin embargo la influencia Sirionó es más fuerte), además que
estas conforman el Municipio de Urubichá (Municipio Indígena), no así Ascensión y en menor
escala Yotaú y San Pablo, donde la población guaraya convive mezclada con cambas criollos,
menonitas, campesinos y comerciantes de occidente.
TENENCIA DE LA TIERRA
En relación a la tenencia de la tierra, en la actualidad se puede decir, que está en un proceso de
recuperación del terreno perdido, pues a partir de 1939 con el decreto emitido por el Estado,
denominado proceso de secularización, que declaraba bienes nacionales los muebles e inmuebles
de las misiones franciscanas, se produce una apertura hacia el resto de la Republica, lo que
ocasiona un proceso de colonización por parte de blancos y mestizos que empiezan a ocupar
grandes extensiones de tierras sumándose a ello la posterior presencia de empresas madereras.
Ahora bien, esta situación se está revirtiendo, pues en el marco de la ley 1715 del Servicio Nacional
de Reforma Agraria (1994) el pueblo guarayo solicita su respectiva TCO (Tierra Comunitaria de
Origen), solicitud inicial que llega a 2.200,003 Has de los cuales en el 2001 le han titulado solo
932,275 Has. (Fuente: INRA/2004) tarea que no ha sido fácil debido a la ocupación por terceros de
la mayoría de su territorio, lo cual hace que la situación aún sea causa de conflictos sociales.