El documento define la elusión tributaria lícita e ilícita. La elusión lícita implica ordenar los negocios de forma fiscalmente conveniente pero dentro de lo permitido por la normativa, mientras que la elusión ilícita o fraude a la ley implica abusar de la normativa para obtener una ventaja fiscal mediante operaciones aparentemente válidas. La norma XVI establece que para que haya elusión tributaria deben darse dos circunstancias: actos artificiales para conseguir un resultado y que dichos actos tengan efectos
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El documento define la elusión tributaria lícita e ilícita. La elusión lícita implica ordenar los negocios de forma fiscalmente conveniente pero dentro de lo permitido por la normativa, mientras que la elusión ilícita o fraude a la ley implica abusar de la normativa para obtener una ventaja fiscal mediante operaciones aparentemente válidas. La norma XVI establece que para que haya elusión tributaria deben darse dos circunstancias: actos artificiales para conseguir un resultado y que dichos actos tengan efectos
El documento define la elusión tributaria lícita e ilícita. La elusión lícita implica ordenar los negocios de forma fiscalmente conveniente pero dentro de lo permitido por la normativa, mientras que la elusión ilícita o fraude a la ley implica abusar de la normativa para obtener una ventaja fiscal mediante operaciones aparentemente válidas. La norma XVI establece que para que haya elusión tributaria deben darse dos circunstancias: actos artificiales para conseguir un resultado y que dichos actos tengan efectos
El documento define la elusión tributaria lícita e ilícita. La elusión lícita implica ordenar los negocios de forma fiscalmente conveniente pero dentro de lo permitido por la normativa, mientras que la elusión ilícita o fraude a la ley implica abusar de la normativa para obtener una ventaja fiscal mediante operaciones aparentemente válidas. La norma XVI establece que para que haya elusión tributaria deben darse dos circunstancias: actos artificiales para conseguir un resultado y que dichos actos tengan efectos
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¿QUÉ ES LA ELUSIÓN TRIBUTARIA?
Generalmente cuando tratamos de definir un término, encontramos
diversas posiciones de juristas renombrados, tales como; César García Novoa, que la define como, “buscar a través de instrumentos lícitos, fórmulas negociales menos onerosas desde el punto de vista fiscal, a través de alternativas negociales que provocan una evitación o reducción del tributo”. O, Jesús Ramos quien se refiere a este como la “actividad de un sujeto direccionada a eliminar, reducir o diferir la obligación tributaria mediante figuras, negocios, contratos o actos que, en principio, son perfectamente legales y se llevan a cabo en la realidad de los hechos”. Por todo lo anterior, podemos definirlo como un “mecanismo inteligente”, ya que es el acto o estrategia que procura eliminar, reducir o diferir la obligación tributaria a través de figuras, negocios, contratos o actos que, en principio, son perfectamente legales y se llevan a cabo en la realidad de los hechos. La elusión tributaria se encuentra regulada en la norma XVI del Título preliminar del Código tributario, que establece su obligatoriedad formal, para todas aquellas empresas que realicen operaciones con sus obligaciones tributarias correspondientes a un determinado período. La conducta elusiva debe estar previa al hecho gravado que tiene por finalidad evitar que nazca el impuesto. Estas normas tributarias dinamizan el proceso del negocio, pero también han generado nuevas formas de interpretar la elusión tributaria y el cumplimiento de orden constitucional y legal.
ELUSIÓN LÍCITA O ECONOMÍA DE OPCIÓN
Para Rocío Liu Arévalo se basa en el “derecho que tiene todo contribuyente, todo administrado o todo sujeto de poder ordenar sus negocios en la forma que le resulte más ventajoso fiscalmente, siempre dentro de la licitud del ordenamiento”. Guillermo Lalanne comparte tal criterio cuando dice que “el ahorro fiscal al que se llega a través de la economía de opción, no se hace desconociendo norma alguna, ni realizando maniobras de elusión, tampoco mediante abuso de derecho, sino que lo hace aplicando correctamente la norma o valiéndose de los resquicios que el propio legislador, por desconocimiento o voluntad, ha establecido al momento de regular determinada situación o negocio”. Por lo que esta elusión lícita es un planeamiento fiscal legal, que permite ordenar (o reordenar) los negocios de una forma fiscal conveniente, pero siempre dentro de lo que la normativa permite; por lo tanto, esta no es sancionable, al constituir una alternativa dirigida a todos los contribuyentes para manejarse fiscalmente en forma más ventajosa para ellos.
ELUSIÓN ILÍCITA O FRAUDE A LA LEY
Implica abusar deliberadamente de la normativa legal, estructurando operaciones aparentemente válidas (como la constitución de empresas o la suscripción de contratos) con el fin de obtener una ventaja fiscal, más no porque se pretenda desarrollar realmente dichas operaciones. En el contribuyente adopta y ejecuta negocios jurídicos que, si bien son legales en la forma y configuración, no lo son en su objeto y motivación, toda vez que fueron implementados para obtener resultados que no le son propios. Algunas de las principales características del fraude a la ley son: i) La concurrencia de dos normas: la norma defraudada y la norma de cobertura, siendo esta última la que emplea el contribuyente al momento de evitar el nacimiento de la obligación tributaria ii) No se realiza el hecho imponible contemplado en la norma por el legislador, sino que a través de la norma de cobertura se realiza un presupuesto de hecho distinto que trae aparejado una real disminución de la obligación tributaria. Este fraude a la ley o elusión tributaria con carácter ilícito, sancionada por nuestro Texto Único Ordenado del Código Tributario (aunque a la fecha dicha norma se encuentra suspendida) es el tema central de este ensayo, ya que es una de las situaciones más extendidas e “inteligentes” de evitación del cumplimiento de la obligación tributaria, a la vez difícil de detectar y con una regulación no clara, cuestionable e imprecisa (como veremos en el siguiente acápite), que torna más complicada su punición. INTERPRETACIÓN DE LA NORMA XVI DEL TÍTULO PRELIMINAR DEL CÓDIGO TRIBUTARIO
Norma XVI: Calificación, elusión de normas tributarias y
simulación. “Para determinar la verdadera naturaleza del hecho imponible, la SUNAT tomará en cuenta los actos, situaciones y relaciones económicas que efectivamente realicen, persigan o establezcan los deudores tributarios. En caso que se detecten supuestos de elusión de normas tributarias, la Superintendencia Nacional de Aduanas y Administración Tributaria - SUNAT se encuentra facultada para exigir la deuda tributaria o disminuir el importe de los saldos o créditos a favor, pérdidas tributarias, créditos por tributos o eliminar la ventaja tributaria, sin perjuicio de la restitución de los montos que hubieran sido devueltos indebidamente. Cuando se evite total o parcialmente la realización del hecho imponible o se reduzca la base imponible o la deuda tributaria, o se obtengan saldos o créditos a favor, pérdidas tributarias o créditos por tributos mediante actos respecto de los que se presenten en forma concurrente las siguientes circunstancias, sustentadas por la SUNAT: a) Que individualmente o de forma conjunta sean artificiosos o impropios para la consecución del resultado obtenido. b) Que de su utilización resulten efectos jurídicos o económicos, distintos del ahorro o ventaja tributarios, que sean iguales o similares a los que se hubieran obtenido con los actos usuales o propios. La SUNAT, aplicará la norma que hubiera correspondido a los actos usuales o propios, ejecutando lo señalado en el segundo párrafo, según sea el caso. Para tal efecto, se entiende por créditos por tributos el saldo a favor del exportador, el reintegro tributario, recuperación anticipada del Impuesto General a las Ventas e Impuesto de Promoción Municipal, devolución definitiva del Impuesto General a las Ventas e Impuesto de Promoción Municipal, restitución de derechos arancelarios y cualquier otro concepto similar establecido en las normas tributarias que no constituyan pagos indebidos o en exceso. En caso de actos simulados calificados por la SUNAT según lo dispuesto en el primer párrafo de la presente norma, se aplicará la norma tributaria correspondiente, atendiendo a los actos efectivamente realizados”.
La norma XVI fue incorporada por el artículo 3 del Decreto Legislativo N°
1121, publicado en el Diario Oficial El Peruano con fecha 19 de julio del 2012, siendo que anteriormente este tema se encontraba regulado de manera incipiente en la norma VIII del Texto Único Ordenado del Código Tributario. Esta establece su obligatoriedad formal, para todas aquellas empresas que realicen operaciones con sus obligaciones tributarias correspondientes a un determinado período. La conducta elusiva debe estar previa al hecho gravado que tiene por finalidad evitar que nazca el impuesto. Estas normas tributarias dinamizan el proceso del negocio, pero también han generado nuevas formas de interpretar la elusión tributaria y el cumplimiento de orden constitucional y legal.
De lo leído anteriormente se puede deducir que pare que se dé la elusión
tributaria deben concurrir dos circunstancias: 1) que es desarrollen actos artificiosos o impropios para la consecución del resultado obtenido; 2) que de la utilización de dichos actos resulten efectos jurídicos o económicos distintos del ahorro o ventaja tributaria, que sean iguales o similares a los que se hubieran obtenido con los actos usuales o propios. Por lo que, de encontrarse ambos supuestos, la autoridad tributaria podrá exigir la deuda tributaria o disminuir el importe de los saldos o créditos a favor, las pérdidas tributarias, los créditos por tributos o eliminar la ventaja tributaria, sin perjuicio de restituir los montos que hubieran sido devueltos indebidamente.
Como toda nueva norma surgen distintos cuestionamientos, ya sea por
su amplitud o subjetividad, ya que estas generan inexactitud e inestabilidad y generan falta de determinación al momento de aplicarla. Además de considerarla inconstitucional o ilegal, por atentar la seguridad jurídica, ya que, el contribuyente no sabría cuándo será “sancionado” o el principio de reserva de ley.
La segunda clausula es analizada dependiendo el acto que se determine
en el primer supuesto, y se comprobaría haciendo un símil con lo que se consideraría un acto usual o propio, por lo que hubiera sido mejor determinar actos concretos de lo que sería una “elusión tributaria”, por lo que así cada contribuyente sabría de manera clara a lo que se exponen por realizar determinados actos, así también la autoridad tributaria sabría claramente cuando sancionar determinadas conductas, ya que al ser amplias, el contribuyente podría valerse de esto para evadirlo, lo cual seguiría ocasionando lo que en principio quería evitarse.
El D.L 1422 incorpora un procedimiento garantista. Este consiste en
establecer un comité revisor, que determinará, por el monto y la forma de las transacciones, si estas podrían ser cuestionadas por la Norma XVI. Este comité, que está conformado por tres personas, procederá a citar al contribuyente para que presente sus descargos. Luego, mediante un informe, que no es impugnable, ni cuestionado, aplicará la Norma XVI para que sea la SUNAT quien emita los valores de cobranza por aplicación de la Norma XVI. Zamora afirma que “la norma por sí misma es difícil que sea aplicada o respetada y una manera para lograr que tenga eficacia, es dándole responsabilidad solidaria a los representantes legales. Gracias a este nuevo marco normativo, los gerentes, representantes, directores, van a ser muy meticulosos a la hora de tomar una decisión que podría calar con lo que es el fraude a la ley.”