Titulos Valores
Titulos Valores
Titulos Valores
ÍNDICE:
INTRODUCCIÓN:
La Nueva Ley de Títulos Valores" Ley 27287 brinda una versión amplia de los
diferentes conceptos encontrados y reglas fundamentales que hacen posible que
los títulos valores cumplan su función, teniendo derechos de exigir el pago de la
prestación contenida en el título.
Nos permite entender los diferentes valores específicos como son: Letra de
Cambio, El Pagare, la Factura conformada, El cheque, Certificado Bancario de
Moneda Extranjera y de Moneda Nacional.
1 SILVA VALLEJO, José Antonio. Teoría General de los Títulos Valores. Libro Homenaje a Ulises Montoya Manfredi.
Cultural Cuzco, Lima 1989. Páginas 649, 650 y 651
segundo; el derecho no se puede exigir ni transmitir sin el documento y sigue las
vicisitudes de éste. Un segundo paso consistió en destacar al título de crédito de
los demás documentos jurídicos (probatorios, dispositivos, constitutivos),
partiendo de la necesidad de la posesión del documento para el ejercicio del
derecho (BRUNNER). Y por último, tomando como base esa necesidad de
poseer el documento y de exhibirlo, se elabora a fondo la noción de la
legitimación, y se hace de ésta el eje del concepto del título de crédito, en el
doble sentido de que, sin la exhibición del documento, ni el deudor está obligado
a cumplir ni cumplirá con eficacia liberatoria (JACOBY)2.
2 URIA, Rodrigo. Derecho Mercantil. Decimonovena Edición. Marcial Pons, Ediciones Jurídicas S.A. Madrid, 1992.
Páginas 834 y 835
3 MONTOYA MANFREDI, Ulises. Comentarios a la Ley de Títulos Valores. Editorial Desarrollo. Lima, 1982. Página
16
las cláusulas insertas en el título. Y para que en el público surja la confianza de
que la promesa será mantenida, fue necesario asegurar al poseedor un derecho
autónomo. Aquello que no puede hacerse en donde la relación entre el suscriptor
y el primer tomador sea concebida como un contrato, debiéndose, en
consecuencia, sostener que el primero de los poseedores transmite a los
siguientes un derecho en todo igual al suyo.
4 SILVA VALLEJO, José Antonio. Obra citada Páginas 650, 651, 652, 653 y 654
5 CESARE VIVANTE (Nacido en Venecia el 4 de Enero de 1855, muerto en su Villa de Solaja el 5 de Mayo de 1944)
buena fe ejercita un derecho propio, que no puede ser restringido o destruido en
virtud de las relaciones existentes entre los anteriores poseedores y el deudor, y
por último, el título es el documento necesario para ejercitar el derecho, porque,
en tanto el título existe, el acreedor debe exhibirlo para ejercitar cualquier
derecho, tanto principal como accesorio de los que en él se contienen, no
pudiendo realizarse ninguna modificación en los efectos del título sin hacerla
constar en el mismo”.
Pérez Fontana dice que corresponde a Vivante el mérito de haber incluido los
títulos nominativos entre la categoría de los títulos de crédito, porque son
necesarios para la para la transferencia y el ejercicio del derecho literal y
autónomo que en ellos está mencionado8.
8 PÉREZ FONTANA, Sagunto. Títulos Valores. Parte Dogmática. Cultural Cuzco S.A. Lima 1990.. Página 23
9 LEON BOLAFFIO (Padua, 5 de Julio de 1848- Bolonia, 28 de Enero de 1940).
incorporan el derecho y menos aún, le atribuyen un derecho originario inmune a
las excepciones oponibles al titular.
Para Lorenzo Mossa11 “los títulos de crédito son papeles o documentos que
llevan en sí un valor económico y jurídico, porque el papel contiene un derecho
real, o de participación social, o expresa una obligación o promesa formal y
rigurosa. El valor no existe sin el documento. El valor no existe sino en cuanto el
papel concentra en sí el derecho. La economía y el derecho, el derecho y la
obligación están estrechamente ligados en el papel hasta el punto de llevar el
documento, de la condición de simple documento probatorio, o aún constitutivo,
al rango de título de crédito.
Ascarelli15 expresa que “El título de crédito es antes que nada un documento. La
disciplina legislativa, necesariamente diferente en cuanto a los distintos títulos,
indica los requisitos de cada uno de ellos. Constituyen un documento, escrito,
firmado por el deudor, formal en el sentido de que está sujeto a condiciones de
forma establecidas justamente para identificar con exactitud el derecho en él
consignado y sus modalidades, la especie de título de crédito, la persona del
acreedor, la forma de circulación del título y la persona del deudor. Realmente,
su documentación escrita es el primer paso para alcanzar aquella certeza, que
a su vez es presupuesto indispensable de la circulación del derecho”16.
El título valor existe aun cuando la persona que lo ha creado lo guarda en la caja
fuerte para evitar obligarse en ese momento. Quien tiene esa conducta da a
entender que aún no quiere obligarse, porque el mismo impide que surja la
obligación; es decir, crea el título valor pero considera que solamente se obligará
en momento determinado y oportuno. En tal caso falta la esencia del acto jurídico
no existe; la voluntad de negociar, esto es la voluntad de producir los efectos que
le son particulares. En consecuencia, si ese título entra en circulación sin la
voluntad de obligarse de su creador, la inoponibilidad a los terceros poseedores
de buena fe de la inexistencia de la voluntad o la inexistencia de una declaración
17 SOLIS ESPINOZA, Jorge Alfredo. Temas sobre derecho cartular. Idemsa. Lima 1995. Páginas 29 y 30
18 GIUSEPPE FERRI (Nacido en Norcia, Perugia, el 27 de Noviembre de 1908)
19 SILVA VALLEJO, José Antonio. Obra citada Página 677
vinculativa del autor del título, viene a confirmar que la normativa cartular es
fundamentalmente inconciliable con la autonomía privada. Es más, en el ámbito
de ésta la voluntad es imprescindible, no puede obviarse, debe existir siempre,
porque esa es la “causa” de la aplicación de una disciplina; mientras que en los
títulos valores es irrelevante la voluntad20.
La Nueva Ley de Títulos Valores” Ley 27287 brinda una versión amplia de los
diferentes conceptos encontrados y reglas fundamentales que hacen posible que
los títulos valores cumplan su función, teniendo derechos de exigir el pago de la
prestación contenida en el titulo. Permitiendo entender los diferentes valores
específicos como son: letra de cambo, el pagare, la factura conformada, el
cheque, certificado bancario de moneda extranjera y de moneda nacional.
Teniendo considerable importancia no solo para esta prestigiosa casa
de estudios sino también a la comunidad en general, ya que el titulo valor sirve
a la persona natural como también a las personas jurídica. Las técnicas
utilizadas para la recopilación de datos fueron fuentes primarias:
libros específicos y la ley de títulos valores.
Por lo tanto debe afirmarse que estos dos conceptos: derecho y documento, son
inseparables, imposible de concebirlos el uno sin el otro, de manera que el
derecho se incorpora en el título, existe y vive en el documento, o como
corrientemente se ha afirmado el documento es el lugar de habitación del
derecho, por lo que donde está el documento está el derecho.
Se parte del ya citado Código de Comercio, norma que al definir los títulos
valores hace referencia al ejercicio del derecho "literal", para dar a entender el
derecho escrito, el contenido impreso en el título valor.
Ahora, si es cierto que todos los aspectos principales o accesorios de los títulos
valores se miden, se definen o determinan sólo por el contenido mismo del texto,
por su tenor literal, la literalidad implica que los derechos que se incorporan en
el documento por lo menos originariamente, no pueden ser objeto de
complementación o adición mediante documentos extraños, al igual que las
estipulaciones contenidas en un título, naturalmente distintas al propio título
valor, no están llamadas a dejar sin efecto, a variar el derecho inserto en el
documento, en la forma y en los términos como se encuentran escritos en el
mismo.
Este aspecto plantea una discusión: Saber qué efectos tiene en la vida de un
título valor los acuerdos, convenios, pactos o estipulaciones que se hayan
celebrado en otros documentos diferentes del título valor. Pues bien, tales
aspectos, dichas estipulaciones no están llamadas a modificar, a alterar, a
afectar o derogar las estipulaciones o el tenor literal del documento; ello en
principio, de manera originaria.
Lo anterior debe verse desde una doble acepción: Los pactos extraños no están
llamados a alterar el documento respecto de terceros, es decir, frente a personas
que no han intervenido en tales pactos o en la elaboración del documento, pero
sí podría verse afectado el tenor literal de un título valor con convenciones o
acuerdos contenidos en documento extraño si se trata de las mismas partes que
lo elaboraron, o sea, si puede invocarse entre las personas que han celebrado
dichos pactos y han suscrito el título valor. Así por ejemplo, si en un título valor
se acuerda el pago de una determinada suma de dinero para pagarla en cierto
tiempo y cualquier tenedor del título condona alguna parte de la deuda o concede
una prórroga en el plazo o acuerda un lugar distinto para la cancelación de su
importe o rebaja los intereses, tales convenios valen, surten efectos entre quien
lo concedió y el obligado; sin embargo, si el título es negociado o transferido a
un tercero, sencillamente ese tercero no está llamado a respetar los pactos de
su antecesor, razón por la cual el nuevo tenedor, de buena fe, puede exigir el
pago teniendo en cuenta el tenor literal del título valor. De manera contraria, si
con quien se pactó el beneficio incumple, el deudor perfectamente podrá impetrar
la correspondiente excepción en caso de ejecución.
Los títulos valores son títulos abstractos ya que son independientes del negocio
que dio origen al libramiento de los mismos. A este negocio que origina el
libramiento de los títulos valores se le llama “relación fundamental”.
b. La relación fundamental
El libramiento de todo título supone una relación fundamental entre quien lo libra
y su beneficiario. Además, presupone un pacto cambiario, que es un convenio
explícito o tácito entre los sujetos del negocio fundamental por el cual ellos
acuerdan la creación y la posterior entrega de un título valor.
El documento que prueba una relación fundamental y el título valor creado como
consecuencia de aquélla, tienen distintas funciones y caracteres jurídicos
disímiles. ¿Por qué ese juego de documentos y de negocios que se superponen?
Ello es así porque el título valor ofrece ventajas frente a las meras relaciones
contractuales. Especialmente, el título valor considerado como cosa mueble, es
transmisible con mayor facilidad por los mecanismos jurídicos del endoso o la
mera entrega. Trasmitido el título, el adquirente adquiere un derecho autónomo
y el deudor del título no le puede oponer relaciones con anteriores poseedores.
En cambio, para ceder un contrato, es necesario cumplir con mayores
formalidades y es posible, en algún caso, que el cedido oponga al cesionario
excepciones que tiene contra el cedente.
b. Improcedencia de la cesión
En otras palabras, se pretende a través de este mecanismo no aplicar a los títulos
valores ni a su circulación las normas, las reglas o principios propios de la cesión,
conforme a la cual todo el que transfiere transmite el derecho que tiene, ni
tampoco las normas de la tradición, las cuales advierten que nadie puede
transferir más derechos de los que tiene. En consecuencia, todos estos
propósitos de separar los títulos valores de las reglas de la cesión y de la
tradición se sintetizaron en la característica de la autonomía, principio que trae a
la mente la idea de independencia, de separación, lo cual, cambiariamente, se
traduce en que todo adquirente de un título valor adquiere un derecho no
derivado sino originario.
Pero desde el punto de vista pasivo, la autonomía se explica indicando que cada
interviniente en un título valor contrae su propia obligación, contrae una
obligación independiente de los demás intervinientes y, en consecuencia, a él no
lo beneficia ni está llamado a afectado seguramente por el hecho de que la
obligación o la relación jurídica de otro interviniente no sea eficaz, porque la
eficacia de su propia obligación no se va a medir sino por las circunstancias en
que intervino en el título y no bajo la circunstancia de los demás intervinientes o
de la persona que intervino concurriendo algún vicio o defecto. De tal suerte que
para determinar la responsabilidad, el interviniente tuvo que obligarse.
Ordinariamente sucede que la exhibición del título por una determinada persona
está acompañada a su vez de la propiedad del derecho a esa misma persona,
de tal manera que la posesión y la propiedad coinciden. En tal sentido, hay
paralelismo entre el aspecto interno y externo, entre la propiedad formal y la
propiedad real, pero lo que se plantea más bien es si una persona que no es
propietaria del título puede legitimarse y la respuesta tendrá que ser afirmativa,
porque la ley exige simplemente que quien exhibe el título sea poseedor,
poseedor de acuerdo con su ley de circulación.
Toda transmisión del título debe realizarse de aquél del que tenga facultades
para disponer del título, de lo contrario, si la adquisición se realizó con
conocimiento de la falta de legitimidad, no hay legítima adquisición.
Los títulos valores han sido creados para su circulación, es decir, para entrar al
tráfico comercial. Sin embargo debemos precisar que no atentará contra la
circulación si el título permanece en posesión del acreedor originario, pues
simplemente es necesaria la posibilidad de circulación.
Aquellas personas que giren, endose o avalen, letras, pagarés, vales a la orden
y cheques se vinculan solidariamente respecto al tenedor del título valor. La
solidaridad implica que el tenedor puede exigir a uno o a todos el cumplimiento
de la prestación patrimonial (la elección de a quién exige dependerá la situación
de solvencia económica, ya que cuanto más solvente sea el sujeto mayor
posibilidades tendrá de ver satisfecho el derecho).
Los títulos valores también son susceptibles de verse afectados por medidas
cautelares u otros derechos reales de garantía como el usufructo o la garantía
mobiliaria. Pero para que la constitución del gravamen sea válida ésta debe
constar en el título valor, si se trata de un título materializado, y en caso de los
títulos desmaterializados deben constar en el registro de la anotación en cuenta.
En el caso que el acreedor y el deudor fueran los que dieron origen al derecho
que posteriormente se incorporaría en el título valor, y siempre que no hubiera
existido endoso, se podrá interponer la acción causal, a fin de exigir el
cumplimiento de la prestación.
BIBLIOGRAFÍA
ANEXOS