Alimentacion Colonial

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 121

LA FUSIÓN DE TENDENCIAS CULINARIAS

Cuatro libros de cocina Novohispanos en la segunda mitad


del siglo XVIII

LOURDES ORTIZ DÍAZ

Trabajo de grado presentado para optar por el título de Historiadora

Director:

Carlos Arturo López J.

Pontificia Universidad Javeriana


Facultad de Ciencias Sociales
Carrera de Historia

Bogotá, Febrero de 2009


TABLA DE CONTENIDO

La Fusión De Tendencias Culinarias......................................................................................... 2

Introducción.................................................................................................................................. 6

Lugares y Funciones de los Libros de Cocina........................................................................ 17

1. Sobre los Libros de Cocina: Información general de las fuentes................................. 17

2. Espacios de variedad cultural e integración social ....................................................... 21

2.1 La Ciudad de México................................................................................................... 21

2.2 Los abastos de la ciudad.............................................................................................. 24

2.3 Las casas y las cocinas ................................................................................................. 28

2.4 La fiesta, la comida y la integración social ............................................................... 30

3. Del mestizaje gastronómico a la fusión de tendencias culinarias ............................... 32

3.1 Los Alimentos: un elemento fundamental de las tendencias culinarias............. 34

3.1.1 Los Alimentos Americanos...................................................................................... 36

3.1.2. Los Alimentos Europeos ......................................................................................... 40

De la tensión entre lo español y lo indígena .......................................................................... 43

1. Importancia y valoración de los Libros Cocina: un objeto histórico y cotidiano...... 43

1.1 Los libros de cocina españoles y los manuscritos novohispanos.......................... 44

1.2 De lo que contienen los cuatro libros de cocina: clasificaciones y funciones de


las recetas............................................................................................................................. 47

2. Sobre las recetas y sus datos: un acercamiento a las fuentes desde lo cuantitativo 52

De los Libros de Cocina a la Fusión de Tendencias Culinarias........................................... 63

1. Lo que narran los libros de cocina: su valor cualitativo ............................................... 63

1.1. Los títulos de las recetas: valor social, características y relaciones entre las
tendencias culinarias.......................................................................................................... 64
1.2. Las recetas y su lenguaje: reglas del quehacer culinario y su cotidianidad
social..................................................................................................................................... 70

2. Sobre los valores sociales de las recetas y la vida cotidiana ........................................ 76

2.1. El cuidado de los enfermos........................................................................................ 76

2.2. Alimentarse para purificarse ..................................................................................... 79

Conclusión................................................................................................................................... 82

Bibliografía .................................................................................................................................. 85

Anexos ......................................................................................................................................... 91

Anexo No. 1: Alimentos y Productos Americanos y traidos de Europa en los cuatro


libros de Cocina Novohispanos ............................................................................................... 91

Anexo No. 2: Recetas Citadas o Utilizadas........................................................................... 112

Anexo No. 3: Glosario General............................................................................................... 119

4
“En el caso de la historia de la alimentación cabe resaltar
el problema de las fuentes, pues no existe un cuerpo o
conjunto de fuentes que podamos privilegiar […]

El historiador de la alimentación va contra el tiempo de


su propia vida, pues presentará resultados tras un largo
periodo de búsqueda y después de establecer
correlaciones que no se distinguen a simple vista.
Trabaja con la cultura, la dimensión temporal, el gusto la
cotidianidad, la identificación, la economía, la geografía,
la catástrofe y la diferenciación social. “ 1

1María del Carmen León García. El libro de Dominga de Guzmán. Un documento personal del siglo XVIII.
México DF. Culturas Populares, 1997, pp. 24.
5
INTRODUCCIÓN

La creación del Virreinato de Nueva España (S. XVI - XIX), que abarcó los territorios
de la corona española en Norteamerica, Centroamerica, Filipinas y Oceania, teniendo
como capital la Ciudad de México, suscitó diversos problemas de integración
cultural, política y económica que han sido trabajados por distintas corrientes
historiográficas. 2 Entre las transformaciones que implicó este proceso de integración
se incluye la modificación de las tendencias culinarias española e indígena, en tanto
se introdujeron y yuxtapusieron técnicas alimenticias, dietas y gustos distintos,
además de la incorporación de nuevos productos. Podría decirse que este encuentro
culinario tuvo varios momentos. En una primera fase, durante la Conquista, los
productos traídos de Europa fueron escasos con respecto a aquellos que existían en
los territorios conquistados, por lo tanto, los españoles se vieron obligados a ajustar
sus hábitos alimenticios al consumo de productos típicos de América (como maiz,
cacao, jitomate, tomate, fríjol y calabaza, entre otros). Los indígenas, si bien
introdujeron en su tendencia culinaria productos europeos (como trigo, uvas, caña de
azúcar y carne de res 3 ) no transformaron drásticamente sus hábitos alimenticios.

Para el siglo XVII, la consolidación de un sistema colonial en el territo circundante al


Valle de México se vio reflejada en un aumento en la circulación y producción
interna, tanto de productos americanos como europeos entre distintas ciudades como
México o Veracruz y pequeñas villas de producción agrícola. Además, al ser los
indígenas el 80% de la población colonial en Nueva España, los productos propios de

2 Véase: S. J Stern, Los pueblos indígenas del Perú y el desafío a la conquista española. Madrid, Alianza

América 1986; Sergio Bagu, Perspectivas de la historiografia latinoamericana. Boletín Americanista Vol. 36
No. 46. 1996, pp. 55 – 65; James Lockhat, Los Nahuas despúes de la conquista histórica, social y cultural de
los indios del México central del siglo XVI al XVIII. México, Fondo de Cultura Económica, 1999; Alberro
Solange y Serge Gruzinski, Introducción a la historia de las mentalidades y religion en el México colonial.
México, Instituto Nacional de Antropologia e Historia, 1979.
3 Para mayor información sobre los productos introducidos por los conquistadores a América ver:

Lucia Rojas De Perdomo, Aportes alimenticios del viejo mundo al nuevo mundo. Santa fe de Bogotá, ED.
Voluntad, 1993.
6
la dieta de los americanos, eran los de mayor consumo. 4 Muchos aspectos de la
tendencia culinaria prehispánica, como los alimentos, utensilios (el metate por
ejemplo) o tipos de cocción se mantuvieron, y aunque hubo un cambio en las
prácticas alimenticias de los europeos y americanos, no se puede decir que durante
este periodo se haya reemplazado la dieta indígena por la europea o visceversa, más
bien, podemos afirmar que se fueron fusionando.

Durante el siglo XVIII, los españoles y novohispanos registraron sus recetas de


manera escrita buscando mantener y recordar sus tradiciones culinarias. Los libros
de Cocina del siglo XVIII, que actualmente conocemos como Recetarios, tuvieron
varias funciones, entre ellas conservar y transmitir un conocimiento sobre las
prácticas culinarias de su sociedad en particular. 5 Sin embargo, al observar los
manuscritos de cocina encontrados en Nueva España se manifiestan características
que dejan entrever el impacto de las prácticas culturales de descendencia indígena en
la española y por ende un proceso de fusión entre dos grupos sociales con gustos,
técnicas y productos alimenticios distintos. 6

4 Para mayor información sobre la comida en Nueva España siglos XVII y XVIII véase: Ivonne Mijares,
“El abasto urbano: caminos y bastimentos”, En Antonio Rubial García (Coordinador) La ciudad Barroca,
(Tomo II) Historia de la vida cotidiana en México, México DF, Fondo de Cultura Económica, El Colegio de
México, A.C, 2005, pp. 109-140. Y Enriqueta Quiroz. “Del mercado a la cocina. La alimentación en
Ciudad de México”, En Pilar Gonzalbo Aizpuru (Coordinadora) El Siglo XVIII: Entre tradición y cambio,
(Tomo III) Historia de la vida cotidiana en México, México DF, Fondo de Cultura Económica, El Colegio
de México, A.C. 2005, p. 17-43.
5 Maria del Carmen León Garcia explica que los libros en blanco, en la época colonial son utilizados

para la creacion de libros de cocina. Ella, a su vez explica que : “en ellos escribian los aspectos
importantes de su actividad cotidiana[…] Podemos diferenciar cuatro tipos de libros de cocina
manuscritos: el cortesano, el monástico, el doméstico y el conventual.” Para mayor información sobre
la importancia de los Libros en Blanco o de Memoria o de cocina véase: Maria del Carmen León
García. El libro de Dominga de Guzmán… .México DF. Culturas Populares, 1997, pp. 107 - 111
6 Este proceso de fusión se caracteriza principalmente en la utilización cotidiana de productos o

alimentos de origen indigena en recetas de origen europeo o viceversa. Un ejemplo de ello lo presenta
Eriqueta Quiroz en su texto Del merdaco a la cocina. La alimentación en la ciudad de México en el que dice:
“Ediventemente el maíz formaba parte de la alimentación cotidiana de los capitalinos, sobre todo en la
mañana para el desayuno, preparado como atole y acompañado de pan”. Es decir, algunos porductos
como el maiz o el trigo circularon dentro de todos los circuitos sociales sin excepción; sin embargo
aclara en su texto que las cantidades, calidades y variedades de la mayoria de los productos se
conciben dependiendo del nivel económico y social de los habitantes de la ciudad. Para mayor
información véase: Enriqueta Quiroz. “Del mercado a la cocina. La alimentación en Ciudad de
7
Estas manifestaciones del impacto cultural indígena se evidencian; primero, en la
rápida introduccion de productos novedosos en el quehacer culinario de ambas
tendencias. Por ejemplo, los españoles asimilaron la vainilla, el chocolate o la patata;
los indígenas incluyeron las gallinas, las cabras y la pimienta. 7

Segundo, este mutuo impacto se observa en los intentos por conservar las formas,
texturas e ingredientes culturalmente básicos de las comidas, es decir, mantener
dentro de las tradiciones de ambas partes las prácticas alimenticias típicas como la
creación de tamales indígenas o manjares españoles. Los indígenas se encargaron
entonces, de mantener por medio de sus prácticas culinarias y transmisión oral esta
herencia, mientras que los españoles buscaron mantenerlas por medio de la creación
de libros de cocina.

Es decir, paradójicamente, si bien estos libros tuvieron como función principal la


conservación de recetas españolas, en ellos se registra simultaneamente la lenta
introducción en la sociedad novohispana de ingredientes, utensilios y
procedimientos culinarios indígenas.

Respecto a esta paradoja notamos como los libros de cocina muestran las
transformaciones de las prácticas culinarias insertas en la vida cotidiana, material,
interpersonal y las relaciones entre diversos grupos sociales de Nueva España. En
ellos se registra la duplicidad entre la conservación de la tradición española en la
cocina y su reinvención por medio de la utilización de ingredientes y elementos
indígenas.

México”, En Pilar Gonzalbo Aizpuru (Coordinadora) El Siglo XVIII: Entre tradición y cambio, (Tomo III)
Historia de la vida cotidiana en México, México DF, Fondo de Cultura Económica, El Colegio de México,
A.C. 2005, p. 17-43.
7 Sobre la introducción de nuevos alimentos, creación de libros de cocina y la construcción social

novohispana véase: Alicia Verónica Sánchez Martínez: “La Fiesta del gusto: construcción de México a
través de sus comidas” [En línea], disponible en: http://www.scielo.org.ve/scielo.php?pid=S1012-
15872006000300002&script=sci_arttext recuperado: 9 de Diciembre de 2008.
8
En esta investigación trabajaremos a partir de cuatro manuscritos de cocina
novohispanos 8 para analizar como se articulan las tendencias culinarias de estos
diferentes grupos sociales, dando como resultado lo que entendemos como fusión
de las tendencias culinarias, indígena y española. A través de este análisis
procuraremos identificar características de la vida cotidiana en Nueva España
durante las postrimerías del siglo XVIII y la reconfiguración de los gustos, estilos,
técnicas y su manifestacion en ceremonias, festividades y otros eventos sociales.

Entendemos por Fusión de tendencias culinarias la combinación y comunicación


práctica, teórica y social de los alimentos, utensilios, preparaciones, presentaciones y
expresiones sociales de las prácticas culinarias de diversos grupos de una
determinada época. Este proceso de fusion abarca por lo menos tres aspectos: El
primero es la mezcla e innovación de las herramientas que consolidan la
gastronomia (alimentos, utensilios, técnicas, sabores, olores, etc.) por medio de la
cotidianidad de quienes cocinan. El segundo es la necesidad de conservar, registrar
y entender la forma de operar con tales herramientas. El tercero es la articulación
entre lo que se come, quienes lo comen y por qué lo comen, en donde no solo
interviene el cocinero (o quien cocina) sino el grupo social en el cual se insertan las
prácticas culinarias. En este sentido, evitamos pensar la alimentación como un
núcleo estático de representaciones culturales de las sociedades, puesto que
alimentarse no sólo se constituye a partir de las formas en que los hombres satisfacen
las necesidades fisiológicas, sino además a partir de las formas en las cuales se leen
las relaciones personales y colectivas de las sociedades. Por ello, en el siguiente
trabajo, la vía de análisis se da desde una persctiva que aborda la historia de la
alimentación correlativamente a la historia de la vida cotidiana.

Hasta hace unos años la Historia de la Alimentación se estudiaba dentro de las

8Sobre toda la información registrada de las fuentes primarias véase Cap I: “Sobre los libros de Cocina”
pp. 12 – 15. Dos Manuscritos Mexicanos de Cocina. México, CONACULTA, 2002; Gerónimo De San
Pelayo, Libro de cocina del Hermano Fray Gerónimo de San Pelayo, México, CONACULTA, 2003; Recetario
Novohispano. Vargas Lugo, Elisa. México, CONACULTA, 2004.
9
propuestas de la Historia de la Vida Cotidiana. Aunque hoy en día la Historia de la
Alimentación constituye una corriente independiente, con metodologías que aún se
están explorando, la mayor parte de la producción latinoamericana y
particularmente mexicana se sigue realizando desde la Historia de la Vida Cotidiana.
Textos como “Las Delicias de la gastronomía medieval” 9 o “Dietética medieval” 10
que trabajan dentro esta corriente historiográfica, son de particular importancia por
que aportan información no solo de las prácticas gastronómicas y la cocina en
general, sino también porque las articulan con las estructuras sociales en las cuales se
generan. 11

Según un amplio grupo de historiadores mexicanos 12 que ayudan a contextualizar


los manuscritos Novoespañoles de la segunda mitad del siglo XVIII, la Historia de la
Vida Cotidiana puede ser entendida como una corriente que refiere formas culturales,
prácticas públicas o privadas creadas por individuos en sociedad para satisfacer
necesidades físicas, espirituales, afectivas y materiales. Por ello, su objeto de estudio
son los procesos y las relaciones de desarticulación o articulación social; es decir, las
construcciones y transformaciones de hábitos, creencias y prácticas, que lentamente
van conformando la identidad de los pueblos. 13 La construcción de una identidad
social depende tanto de grandes acontecimientos históricos, como de las acciones que

9 Odile Rendon, Francoise Sabban, Silvano Serventi.Delicias de la gastronomia medieval. Madrid, Anaya y

Mario Muchnick, 1996.


10 Juan Cruz Cruz, Dietética Medieval, España, La Val de Onsera, 1997, p.11.
11 Concerniente a este tema, Juan Cruz Cruz explica es su texto, que si bien la relaciones entre la

gastronomia y la medicina son estudiados por grupos de acceso a la educación, los tratados médicos o
los textos literarios (Como el de Cervantes) se convierten en: “testimonios de una doble perspectiva, la
popular y la científica, sobre la comida, en una España que se asomaba al mundo moderno, aunque la
estructura de su ciencia médica siguiera siendo medieval. Y lo hacia empujada por la dietética de uns
Sancho que. Con su visión frugal y realista de la vida, iba más allá de un galenismo arcaico y
aforístico” Juan Cruz Cruz, Dietética Medieval, España, La Val de Onsera, 1997, p.14.
12 Nos referimos principalmente a: Marco Buenrostro; Cristina barros; Jesús Flores y Escalante; Pilar

Gonzalbo; José Luís Juárez López; Maria del Carmen León García y Antonio Rubial García entre otros.
(para mayor información véase Bibliografía)
13 La Alimentación en La Historia de la Vida Cotidiana ha sido tratada desde escenarios de convivencia

comercial: Abastos, haciendas, villas o ciudades, barcos. También como un factor psicológico de
relación social: conventos, monasterios, códigos morales y vínculos familiares. Pese a ellos, las
prácticas culinarias, entendidas éstas como la cotidianidad del quehacer culinario, han sido poco
trabajadas.
10
constituyen el día a día.

Consecuentemente, en esta investigación tuvimos en cuenta el modo en que han sido


historizados los usos y costumbres de la alimentación en México Colonial, lo cual se
llevó a cabo principalmente desde dos grandes líneas. Por un lado, la relación entre
comida y espacios arquitectónicos (vinculados a su abastecimiento, almacenamiento,
conservación y comercialización), y en segundo lugar, las prácticas culinarias y su
contexto social. Con respecto a la primera se encuentran los trabajos de Enrique X. De
Anda, Flor Trejo Rivero y Manuel Lucena Giraldo, 14 que tratan principalmente de las
ciudades, villas o barcos (base material de la cotidianidad) puntos de concentración
social en donde se inscriben necesidades fisiológicas de diversos grupos sociales. En
cuanto a la segunda línea, se encuentran los trabajos de Sonia Corcuera de Mancera o
Enriqueta Quiroz 15 quienes observaron cómo las cantidades, las calidades y las
variedades de la alimentación colonial se articulan con las diferencias sociales y los
códigos morales.

Por último, es importante tener en cuenta el texto de Maria del Carmen León García,
“El Libro de Dominga Guzmán”, 16 en el cual se hace un primer acercamiento desde
los libros de cocina del siglo XVIII a la base material y las relaciones interpersonales
de la sociedad de Nueva España a traves de las prácticas cotidianas y culinarias
reflejadas en el manuscrito de cocina trabajado en su investigación. Este texto abre
una perspectiva de trabajo que si bien incorpora muchas herramientas, (análisis de
libros de cocina como fuente primaria en los estudios históricos; la relación entre la
alimentación y los espacios de intercambio agrícola o ganadero; o la utilización de
metodología cuantitativa para los análisis alimenticios en el siglo XVIII, entre otros)

14 Para Información sobre los textos de los Autores referidos véase bibliografía.
15 Corcuera de Mancera, Sonia. “La embriaguez, la cocina y sus códigos morales”. En Antonio Rubial
García (Coordinador.) La ciudad barroca, (Tomo II) Historia de la vida cotidiana en México, México, DF,
Fondo de Cultura Económica, El Colegio de México, A.C. 2005. Pp. 519 – 554. Y Enriqueta Quiroz.
“Del mercado a la cocina. La alimentación en la ciudad de México”. pp. 17-44.
16 Maria del Carmen León García. El libro de Dominga de Guzmán. Un documento personal del siglo XVIII

.México DF. Culturas Populares, 1997.


11
todavía no han sido ampliamente exploradas y desarrolladas.

La investigación sobre la fusión de tendencias culinarias pretende precisamente cubrir


una parte de los interrogantes que abren los trabajos reseñados, como la importancia
de estudiar los libros de cocina, no sólo desde un análisis cuantitativo en la
introduccion de alimentos americanos, sino también, ver la influencia de los mismos
en la cotidianidad. Ocuparse de la vida cotidiana permite, además, visualizar en un
amplio periodo de tiempo, la emergencia de nuevas prácticas sociales en diversos
espacios. En este sentido las prácticas culinarias tienen lugar entre la aceptacion
social, la repetición concreta y la novedad.

El desarrollo de este trabajo sobre la fusión culinaria en Nueva España, se basa en


varias conceptualizaciones teóricas. La primera de ellas es la de ‘vida cotidiana’.
Según Pablo Escalante Gonzalbo, 17 la vida cotidiana son actividades que responden a
necesidades fisiológicas y psicológicas que han de cubrirse con determinada
frecuencia, las cuales se integran y correlacionan con una cultura material
determinada, lo que implica relaciones entre los individuos que la componen. Esta
integración entre relaciones personales y cultura material en la que se inscribe la
cotidianidad, puede a su vez leerse como acontecimientos públicos, pues, son regidos
por principios aprobados por grupos sociales cuyas opiniones y prejuicios se
convierten en normas, y acontecimientos privados pues afectan directamente a los
individuos en su vida particular. Pilar Gonzalbo 18 afirma que en la complejidad del
acontecer diario la vida material es inseparable de consideraciones sociales y de
circunstancias personales, y que la vida cotidiana denota una unidad de tiempo, en
un espacio de repetición concreto.

17 Escalante Gonzalbo, Pablo (Coordinador.) Mesoamérica y los ámbitos indígenas de la nueva España.
(Tomo I) Historia de la vida cotidiana en México, México, DF, Fondo de Cultura Económica, El Colegio de
México, A.C. 2004. pp. 11 – 16.
18 Escalante Gonzalbo, Pablo (Coordinador.) Mesoamérica y los ámbitos indígenas de la nueva España.

(Tomo I) Historia de la vida cotidiana en México, México, DF, Fondo de Cultura Económica, El Colegio de
México, A.C. 2004. pp. 11 – 16.
12
También retomamos el concepto de ‘representación’, el cual permite designar y ligar
tres dimensiones constitutivas de la realidad social. Según Chartier, en primer lugar,
las representaciones colectivas son la matriz de esquemas de percepción, clasificación
y valoración; en segundo lugar son las formas y prácticas simbólicas por medio de
las cuales los grupos, las comunidades, los individuos, expresan su identidad; por
último, refiere a la delegación en un representante (individual, colectivo, instancia
abstracta) que da cuenta de la coherencia y de la permanencia de la comunidad
representada. La “representación” debe ser entendida como la expresión de un
ordenamiento construido del mundo y la realidad. En ella se divisan las
representaciones colectivas, las formas y las prácticas simbólicas, el poder, lo político,
lo artístico y el lugar de los individuos. La noción de representación nos permite
pensar los grupos sociales más allá de su contenido político y económico, como
grupos de representación y clasificación del mundo social. 19 Este concepto se emplea
fundamentalmente para ver cómo se representa la vida cotidiana de Nueva España
en el siglo XVIII en los cuatro libros de cocina que estudiamos.

La tercera conceptualización refiere a los grupos sociales y sus espacios de


comunicación. Según Bourdieu toda práctica o preferencia de un grupo social es
relativa a una sociedad históricamente determinada; ubicada en un tiempo y un
lugar específicos. Los grupos sociales se configuran en el espacio social, a partir de
unas relaciones de proximidad o alejamiento, al igual que por posiciones de orden
tales como “por encima”, “por debajo”, “entre”, etc., a partir de un principio de
diferenciación —“distinción”— entre unos y otros. Dichas diferencias —dicha
distribución en el espacio— se encuentran determinadas por dos factores: el capital
económico y el capital cultural que son correlativos. Así, estas “posiciones”
correspondientes a los grupos sociales en el espacio social, conducen a la definición
de un habitus, es decir, de un principio regulador que retraduce las características
intrínsecas y relacionales de dichas posiciones, en unas prácticas y un estilo de vida

19“Los estatutos de la historia. Entrevista a Roger Chartier” En Memoria y sociedad, Vol. 3, No. 6 (Abril
de 1999), pp. 5-12.
13
unitarios que funcionan como expresión de la colectividad. La posición que un
individuo ocupe en el espacio y su habitus consiguiente, se constituyen en márgenes
de las “tomas de posición” o elecciones posibles llevadas a cabo por los grupos
sociales. De esta manera, el concepto de grupo social aplicado a quienes escriben los
textos de cocina, queda subordinado a la categoría del espacio social, que no es otra
cosa que un espacio de diferencias donde se da la fusión de tendencias culinarias por
medio de los manuscritos de cocina. Los grupos sociales existen como algo que se
trata de construir desde una “visión del mundo” que ha sido previamente legitimada
a través de un lenguaje simbólico, como el que proporcionan los relatos de las
recetas. 20

Estos elementos teóricos presentados anteriormente, implican que el cuerpo de esta


investigación se lleva a cabo desde la perspectiva metodológica de la Historia de la
Vida Cotidiana, para así articular y vislumbrar las relaciones entre libros de cocina,
nuevas prácticas culinarias y el impacto social que generó la materialización de la
fusión de tendencias culinarias en la sociedad novohispana por medio de las recetas.

En cuanto a las fuentes empleadas para esta investigación, se tomaron cuatro libros
de Cocina del Siglo XVIII editados y publicados por CONACULTA, como parte de la
“Colección Recetarios Antiguos”. 21 A partir de un análisis comparativo entre los
cuatro libros de cocina, de los cuales se trabajó un total de 988 recetas recopiladas en
tres textos, se estableció de forma general la importancia de la revaloración de los
libros de cocina y el impacto de la vida cotidiana en la concreción de las tendencias y
prácticas culinarias de Nueva España en la segunda mitad del siglo XVIII, espacio y
temporalidad que la misma fuente ofreció para delimitar el tema. Para una revisión y
comparación más exhaustiva de las fuentes (primarias y secundarias) se analizaron

20 Pierre Bourdieu, “Espacio cultural y espacio simbólico” En: Razones prácticas. Sobre la teoría de la
acción., Barcelona, Anagrama, 1997.
21 Dos Manuscritos Mexicanos de Cocina. México, CONACULTA, 2002; Gerónimo De San Pelayo, Libro de

cocina del Hermano Fray Gerónimo de San Pelayo, México, CONACULTA, 2003; Recetario Novohispano.
Vargas Lugo, Elisa. México, CONACULTA, 2004.
14
las recetas de cocina dentro de una base de datos. Para el efecto, se eligieron 20
campos distribuidos en: Información básica de la receta (fuente, pág., receta,
clasificación del plato, y tipo de cocción e ingredientes); Datos específicos de la
misma (tiempo, estado, pasos, recipientes, cantidades, medidas, presentación y
complejidad) y su implicación social (cotidianidad del producto, condición social,
hábitos, recomendaciones y comentarios, —los cuales se tabularon a partir de la
repetición y valoración encontradas dentro de los mismos libros de cocina—).

Esta base de datos, complementada con el trabajo de fuente secundaria y bibliografia


pertinente al tema, permitieron la interpretación de las recetas desde su contexto
social, cultural y especialmente desde la vida cotidiana en Nueva España durante las
tres últimas décadas del siglo XVIII, para determinar porqué se generaron
manuscritos de cocina, y con ellos nuevas prácticas culinarias que afectaron tanto la
cultura material, como las relaciones personales en la sociedad.

A partir de estos primeros resultados, este trabajo se divide en tres capítulos. En el


primero se busca contextualizar los libros de cocina en Nueva España, para lo cual se
mostraron algunos aspectos de la cotidianidad en la Ciudad de México durante las
tres últimas décadas del siglo XVIII, en relación con el espacio urbano, sus mercados,
la cotidianidad, las fiestas y el espacio físico de las cocinas. Además, en este capítulo,
se presenta el problema historiográfico del uso del concepto ‘mestizaje gastronómico’
para comenzar a desarrollar uno nuevo: ‘fusión de tendencias culinarias’.

El segundo capítulo trata de la importancia de los libros de cocina como objeto de


investigación histórica, la relación existente entre los libros de cocina españoles y
americanos, para analizar cuantitativamente cómo están compuestos los libros de
cocina y establecer clasificaciones de los mismos, una revisión de los ingredientes
empleados en relación a las tendencias culinarias, teniendo en cuenta las técnicas y
los procedimientos que se describen en los cuatro manuscritos de cocina.

15
Finalmente, en el tercer capítulo, se examina la forma de la narración de las recetas en
función de su valor social. Para ello, se analizan los títulos de las recetas, el contenido
de las mismas, y algunos aspectos cotidianos. Todo esto para mostrar de qué manera
en el siglo XVIII se concreta la fusión de las tendencias culinarias indígena y
española.

16
CAPITULO 1

LUGARES Y FUNCIONES DE LOS LIBROS DE COCINA

La alimentación no sólo remite a la satisfacción de


una necesidad fisiológica idéntica en todos los seres
humanos, sino también a la diversidad de culturas y
a todo lo que contribuye a modelar la identidad de
cada pueblo; depende de las técnicas de producción
agrícola, de las estructuras sociales, de las
representaciones dietéticas y religiosas y
consiguientes preceptos, de la visión del mundo y
de un conjunto de tradiciones lentamente
elaboradas a lo largo de los siglos. 22

1. Sobre los Libros de Cocina: Información general de las fuentes

Si bien, no hay una definición exacta sobre los libros de cocina, ya sean manuscritos o
impresos, los libros de cocina analizados en esta investigación evidencian que, estos
cumplen tres funciones principales. La primera es registrar un conjunto de recetas
culinarias en las que se encuentran ingredientes, utensilios, procedimientos, tiempos
y tipos de cocción para la creación de un plato específico. 23 La segunda, demostrar la
experiencia, inventiva y tradición del quehacer culinario y sus cocineros. La tercera,
conservar, transmitir y enseñar sobre el conocimiento de la práctica culinaria. La
importancia de los libros de cocina está relacionada, además, con una cotidianidad
específica que responde a necesidades fisiológicas y psicológicas que han de cubrirse
con determinada frecuencia como lo es la comida, la vestimenta, la sexualidad, la
enfermedad o la muerte que se integran y correlacionan con una cultura material

22 Jean-Louis Flandrin, “Historia de la Alimentación” [En línea], disponible en:


http://www.agapea.com/Historia-de-la-alimentacion-n178166i.htm, recuperado: 10 de Diciembre de
2008.
23 Maria del Carmen León Garcia, explica que: “el término “recetario” es la referencia actual más

próxima para definir, a partir de nuestra cotidianidad, un cuaderno que recopila muchas recetas de
cocina; no debe olvidarse empero que en la farmacopea, en la industria de cosméticos y en la de
pinturas esta palabra se emplea para designar el libro o cuaderno en que se reunen las formulas cos
sus componentes y la manera de reallizarlas” Véase: Maria del Carmen León García. El libro de
Dominga de Guzmán. ..México DF. Culturas Populares, 1997. Pp: 81
determinada como lo es el tipo de alimentación, de vestido o de vivienda, es decir, la
creación de libros de cocina, está incorporada a los procesos domésticos y cotidianos
de la sociedad.

En Europa, hacia el siglo XIII, aparecieron los primeros manuscritos de cocina, los
cuales se les conocían con el nombre de dispensarios o formularios, y cuya elaboración
respondió a la necesidad de guiar y registrar sobre el oficio del cocinero. Estos
circularon en las cocinas de los grandes señores. Con la invención de la imprenta
occidental en 1450 por el alemán Johannes Gutenberg, 24 Francia e Inglaterra se
consolidaron entre los siglos XVII y XVIII como los mayores creadores y editores de
libros de cocina con un total aproximado, en el primero de 230 libros y en el segundo
de 76 libros. Para el caso de España entre 1525 y 1766 se registran la edición de ocho
libros de cocina. Si bien, la producción de estos libros en España no es tan alta, la
circularon y reedición de estos ocho fue regular hasta el siglo XIX debido a la
relevancia y aceptación social que poseían. En América y específicamente en Nueva
España se encuentra una escasa utilización de los libros de cocina impresos, pero se
conoce un aproximado de 15 manuscritos de cocina en el siglo XVIII que evidencian
el conocimiento de esta práctica dentro de los grupos letrados y las órdenes religiosas
ubicadas en los alrededores de la Ciudad de México. 25

Entre estos manuscritos, encontramos los cuatro libros de cocina usados para ésta
investigación, aunque sobre ellos se tiene poca información, se pueden sacar ciertas
características y en consecuencia presentar el contexto en el cual se crearon 26 . El

24 Johannes Gutenberg nació en Maguncia Alemania entre 1398 y 1400 y murió en el año de 1468. Se
dice que es el inventor de la imprenta occidental. Su trabajo más representativo fue la Biblia de
Gutenberg creada en 1452. Para mayor información mirar: “Johannes Gutenberg” [En línea],
disponible en: http://es.wikipedia.org/wiki/Johannes_Gutenberg , recuperado: 12 de Diciembre de
2008.
25 Para Mayor información sobre la historia de los libros de cocina en Europa y su relación con los

manuscritos novohispanos véase: Maria del Carmen León García. El libro de Dominga Guzmán, pp.81 –
98 y John Super. Alimentación, política y sociedad en América Latina. México, Fondo de Cultura
Económica. 1989.
26 Toda la información de los libros de cocina usados como fuente primaria en esta investigación, es

presentada por CONACULTA en las respectivas ediciones de los textos .


18
primero de ellos es el Libro de cocina del hermano fray Gerónimo de San Pelayo 27 , se
sabe que fue escrito en el convento de San Fernando en la Ciudad de México, el 17 de
Febrero de 1780 por el fraile Gerónimo de San Pelayo misionero de la Propaganda
Fide. 28 El libro de cocina es una libreta 10 x 16 cm. con 104 fojas numeradas y
quemadas en la parte superior redactado con tres estructuras internas. La primera es
una copia de un recetario conventual hecho por el “Fray Daniel” según el propio
documento. 29 La segunda parte contiene recetas hechas por el fraile Gerónimo,
muchas aunque son versiones de recetas anteriores evidencian la práctica culinaria 30
que éste permanentemente ejercía dentro del convento. La tercera y última parte se le
atribuyen a una posible monja capuchina por el tipo de caligrafía y por la
especialidad de los platos dulces, los cuales eran para la época, comúnmente
encargados a las capuchinas en la Ciudad de México. 31

El segundo y tercer manuscritos, ambos anónimos, fueron recopilados en el libro Dos


Manuscritos mexicanos de cocina. 32 El primero se llama “Cuaderno de Guisados
caseros” y tiene un solo tipo de caligrafía que determina la escritura hecha por una
sola mujer, perteneciente a una clase letrada de Nueva España, posiblemente ubicada
en el Valle de México. El segundo manuscrito, sin título, pero llamado “Recetario
Mexicano”, posee también un solo tipo de caligrafía, pero a diferencia del primero
posee un esquema más preciso que indica ser una persona habituada a una escritura

27 Gerónimo De San Pelayo, Libro de cocina del Hermano Fray Gerónimo de San Pelayo, México,
CONACULTA, 2003.
28 Propaganda Fide es una congregación de la Santa Sede fundada en 1622 por el Papa Gregorio XV

con la doble finalidad de difundir el cristianismo en las zonas en las que aún no se había llegado el
anuncio cristiano y por otro lado defender el patrimonio de la fe. Por disposición de Juan Pablo II
desde 1988 la Propaganda Fide fue renombrada “Congregación para la evangelización de los
pueblos”. Mayor información véase: “Propaganda Fide” [En Línea], disponible en:
http://mv.vatican.va/4_ES/pages/x-Schede/METs/METs_Main_06.html , recuperado: 18 de Julio de
2008.
29 Gerónimo De San Pelayo, Libro de Cocina, p.77
30 La práctica culinaria es básicamente la actividad cotidiana que se genera alrededor de la

alimentación; es el intercambio entre el conocimiento culinario y la actividades que manifiestan su


práctica (cocinar).
31 Gerónimo De San Pelayo, Libro de cocina del Hermano Fray Gerónimo de San Pelayo, Introducción

México, CONACULTA, 2003.


32 Dos Manuscritos Mexicanos de Cocina. México, CONACULTA, 2002

19
constante. Además por la cantidad de recetas, la variedad de las mismas y las
recomendaciones reseñadas en el manuscrito revelan que pudo ser creado y utilizado
dentro de alguna institución –laica o religiosa–. El cuarto libro de cocina es el
Recetario Novohispano, 33 del que poco se sabe. Contiene 191 recetas con cantidades y
recomendaciones que lo ubican, igual que el segundo manuscrito mexicano dentro
de una institución.

Estos cuatro manuscritos tienen en común que fueron redactados en la segunda


mitad del siglo XVIII alrededor de la Ciudad de México haciendo referencia
principalmente a sus los mercados o abastos próximos, lo cuales intervienen como
contexto social y culinario porque delimita el espacio y el tiempo de la investigación..
Otras de las características adicionales que permiten trazar relaciones entre estos
cuatro libros de cocina son, primero, la influencia de libros de cocina europeos,
principalmente el de Francisco Martínez Montiño, Arte de cocina, pastelería, bizcochería
y conservería cocinero mayor del rey Felipe III 34 y publicado por primera vez en 1611;
segundo, la utilización de ingredientes originarios de América; y, por último, la
transmisión oral para la conservación escrita que se generó en la cotidianidad de la
práctica culinaria.

Ahora bien, el encuentro de dos culturas tan diferentes, como lo fue la indígena y la
española, manifiesta en los libros de cocina, una tradición culinaria española y una
inserción de prácticas culinarias americanas, en un espacio y tiempo determinados de
Nueva España.

33Recetario Novohispano. Vargas Lugo, Elisa. México, CONACULTA, 2004


34Martínez Montiño, Francisco. Arte de cocina, pastelería vizcochería y conservería. Edición facsimilar de
una edición de 1807, Tusquets, Barcelona, 1982.
20
2. Espacios de variedad cultural e integración social

Uno de los elementos que estructuran la fusión de tendencias culinarias son los
alimentos, ellos son la materia prima más reconocida dentro de la práctica culinaria.
Además, como se mencionó en la introducción, uno de los factores de la fusión es la
combinación y comunicación práctica, teórica y social de los alimentos y los agentes
sociales que los consumen. Por ello, la delimitación territorial es trazada a partir de
los ingredientes de la cocina mencionados en los Manuscritos de Cocina usados
como fuente primaria de esta investigación.

Los ingredientes utilizados para la creación de las recetas de los libros de cocina
mencionados, en su mayor parte provienen del área territorial conocida como Valle
de México. Éste comprende la zona central de la meseta de Anáhuac, los Valles de
México, Toluca, una parte del Valle de Puebla y las montañas de Sierra Nevada,
Monte de Cruces, las Cumbres Occidentales y la Ciudad de México. En ésta última,
se concentraron la venta y distribución de los productos que provenían de las
diferentes regiones del Valle de México, generando una mayor posibilidad de
consumo. La diversificación del consumo y su concentración, favoreció y facilitó la
materialización de las tradiciones culinarias, y los aspectos que conformaron e
identificaron la sociedad del siglo XVIII en Nueva España.

2.1 La Ciudad de México

En la Ciudad de México, la primera mitad del siglo XVIII presentó una ampliación de
la utilización de espacios públicos, las plazas, las calles y las nuevas construcciones
manifestaron la importancia de lo barroco. 35 La Plaza Mayor, por ejemplo, “era el
escenario donde se representaba el drama cotidiano de la existencia, actuado por una

35El concepto de barroco originalmente hace referencia a un estilo estético que se desarrolló entre los
siglos XVII y XVIII, el cual se caracterizaba por ser un estilo pomposo y sobrecargado. Sin embargo en
los últimos años se ha ampliado el debate a otras experiencias culturales, de manera que el barroco
también hace referencia a comportamientos sociales, formas de hablar y comer, practicas de la piedad,
etc. Para ver el debate actual véase: Petra Schumm, “El concepto “barroco” en la época de la
desaparición de fronteras”, en Petra Schumm (ED.), Barrocos y modernos, Frankfurt, 1998, p.13-30.
21
sociedad marcada por los contrastes característicos de la época barroca”, 36 reunía
arquitectónica y simbólicamente todo el proceso de conquista y la dominación
directa, 37 instituciones religiosas representadas en el Palacio Arzobispal y políticas
representadas en el Palacio virreinal, 38 más la concentración de otros organismos de
poder, regulaban desde el centro de la ciudad el orden social de la colonia. 39
Asimismo, el aumento de la actividad mercantil dio al comercio, a partir de espacios
como los abastecimientos, las tiendas 40 y puestos callejeros de comida más
importantes, la posibilidad de circular alrededor de ésta zona de la ciudad. Manuel
Lucena Giraldo explica que éste control social se dio por la concentración y aumento
en las urbes de la población, y con él, una multiplicidad cultural.

La mejora y sofisticación de la administración urbana bajo la presión de las


tendencias también pretendió constituir una respuesta al fuerte incremento de la
población y su creciente complejidad social y étnica, reflejo de la emergencia de una
sociedad de castas en buena parte del continente. 41

Por un lado, a medida que la población creció, la Ciudad de México también. 42 La


presencia de construcciones religiosas fue muy representativa; con la creación de
conventos, monasterios, iglesias y catedrales se materializó la dualidad histórica de la
sociedad novohispana, es decir, la Ciudad de México respondió a las necesidades
culturales de los grupos sociales presentes en ella durante la colonia, contrastando

36 Maria del Carmen León Cázares. “A cielo abierto. La convivencia en plazas y calles” En, Antonio
Rubial García (Coordinador) La ciudad Barroca (Tomo II) Historia de la vida cotidiana en México, México,
DF, Fondo de cultura Económica, El Colegio de México, A.C, 2005. pp. 27.
37 Maria del Carmen León Cázares. “A cielo abierto. La convivencia en plazas y calles”, p. 20
38 Este edificio reunía, la residencia del representante directo del soberano y la Real Audiencia. Véase,

Maria del Carmen León Cázares. La plaza mayor de la ciudad de México en la vida cotidiana de sus
habitantes. México, Instituto de Estudios y Documentos Históricos, Claustro de Sor Juana, 1982, p. 87
39 Para Mayor información véase, Antonio Rubial García, La plaza el Palacio y el Convento. La ciudad de

México en el siglo XVII. México, Consejo Nacional para la cultura y las artes, 1986.
40 Todo lo referente a las actividades básicas de la ciudad: Comerciantes de telas, porcelanas, cristales,

joyas y especies, libreros, barberías y talleres artesanales.


41 Manuel Lucena Giraldo, A los cuatro vientos. Las ciudades de la América Hispánica. Madrid, Fundación

de Estudios hispánicos e iberoamericanos, Marcial Pons Historia, 2006, p. 141.


42 Según Lucena, la Ciudad de México tenia hacia 1772, 112.462 habitantes, consolidando la ciudad

como la más importante de la colonia. Véase, Manuel Lucena Giraldo, A los cuatro vientos, p. 141
22
una estructura social y arquitectónica europea con los orígenes propios del territorio.
Este contraste se ve en la siguiera cita:

Si bien la alta cultura virreinal acepta como propio el prestigio del pasado
indígena, será preferentemente a partir de los modelos europeos
contemporáneos que los arquitectos, literatos y pintores, iniciaron el tejido de
sus invenciones con la certeza de que en ningún momento podían ser
acusados de desacato a los dictados artísticos de la Península, aunque sí de
soberbia al asumir la originalidad. 43

El fortalecimiento del comercio en todo este siglo, por otra parte, permitió el ascenso
de los criollos y una lectura de la estratificación social a partir de los bienes de las
distintas familias; los títulos nobiliarios, las relaciones matrimoniales y “el
patronazgo para la ejecución de obras artísticas que bien sea donadas a la iglesia
(pintura, escultura, y la fábrica misma de los edificios) o para el disfrute particular,
significaban dentro del ámbito urbano la imagen misma tanto del poderío económico
como la identidad a que daba lugar la singular estética de la época”. 44 También, las
construcciones de edificios civiles, desde donde se hacían diversas actividades
sociales, 45 aportaron a la ciudad una riqueza estética colonial. Entre estos está el Real
Colegio de San Ignacio de Loyola (1734-1752) y el Colegio de San Ildefonso (1712-
1718). 46

Ahora bien, hacia finales del siglo XVIII, la introducción del pensamiento ilustrado
en las colonias españoles chocó con la concepción barroca de lo cotidiano, sobretodo
en lo referente al misticismo religioso característico de Nueva España. Los cambios
sociopolíticos y económicos de los Borbones durante el reinado de Carlos III, (1759-
1798) más la idea de afirmar al hombre como eje del mundo transformaron el sistema
de control. La expulsión de los Jesuitas en 1762, por ejemplo, fue una consecuencia a

43 Enrique X. de Anda. Historia de la arquitectura mexicana, Barcelona, Editorial Gutsavo Pili, SL, 2006, p.
109
44 Enrique X. de Anda. Historia de la arquitectura mexicana, p. 127.
45 Las órdenes eclesiásticas y la autoridad civil se encargaron de administrar y construir lugares como

los ayuntamientos, aduanas, mercados, cárceles y guarniciones militares; y las órdenes hospitalarias
de los centros de salud.
46 Para mayor información sobre la construcción de edificaciones en México véase, Enrique X. de

Anda. Historia de la arquitectura mexicana, p. 133.


23
las relaciones deterioradas entre la Corona y la Iglesia. De esta forma, el sistema
educativo, que era dirigido hasta entonces por las órdenes religiosas en su mayoría,
gradualmente vio la necesidad de crear escuelas y academias laicas capaces de
responder a multiplicidad cultural americana y a la vez, a la economía y estética
impuesta por la burguesía ilustrada de Europa.

La academia pronto empezó a funcionar dispuesta no sólo a fomentar la


nueva plástica neoclásica, sino a preparar a los arquitectos que habrían de
afrontar la construcción de los nuevos géneros que exigía la modificación de
la vida económica novohispana. La edificación de centros para la producción:
fábricas, estancos y almacenes, tanto como los recintos de educación superior
y los dedicados a la vivienda de la nobleza criolla, fueron a partir de
entonces, los temas que paulatinamente ganaron sitio a la tradicional
construcción eclesiástica, que de manera clara caracterizó los siglos anteriores
del virreinato. 47

La Ciudad de México respondió, entonces, tanto, a las necesidades de sus habitantes,


como a las distintas tradiciones culturales de éstos. La innovación estética de la
ciudad y las costumbres de los grupos sociales que circularon en ella hacia la
segunda mitad del siglo XVIII, son representaciones características de la sociedad
novohispana. Dentro de lo cotidiano, cada estamento social buscó la manera de releer
su pasado, si bien, la presión de seguir un comportamiento europeo fue constante, la
capacidad de mezclar los intereses colectivos también.

2.2 Los abastos de la ciudad

Fray Antonio de Espinosa hizo en el siglo XVI una descripción sobre la Ciudad de
México y su abasto, en ella recrea la circulación, intercambio y demanda de
alimenticios y demás artículos básicos de diferentes sectores que conformaron la
sociedad novohispana.

La ciudad es de las mejores y mayores del mundo, de excelente temple,


donde no hace frío no calor, de maravilloso cielo y sanos aires, que con estar
fundada en la laguna es muy sana… para el abasto de la ciudad entran de
toda la tierra cada día de la laguna más de mil canoas cargada de
bastimentos, de pan, carne, pescado, caza, leña, yerba que llama zacate y lo

47 Enrique X. de Anda. Historia de la arquitectura mexicana, p. 138.


24
demás necesario, y por tierra más de 3.000 mulas cargadas de trigo, maíz,
azúcar y otras casas a las alhóndigas; con que viene a ser uno de los lugares
más abundantes y regalados del mundo.
La ciudad tendrá más de 15.000 vecinos españoles y más de 80.000 indios
vecinos que viven dentro de la ciudad y en el barrio o cuidad de Santiago
Tlaltetulco y en los demás arrabales o chinapas. Sin los cuales hay más de
50.000 negros y mulatos esclavos de los españoles y libres con que la
habitación de la ciudad es muy grande y extendida. Es de mucha contratación
así por la grosedad de la tierra y ser Corte de aquellos reynos como por la
grande correspondencia que tiene con España, Pirú, Filipinas y con la
provincia Guatemala y su tierra Yucatán, Tabasco y todo el reino de Nueva
Galicia y Vizcaya.
Hay de ordinario en ella cuatro ferias (mercados) con grandes cantidades de
mercancías, de sedas, paños y todo cuanto se pueda hallar en las más
abastecidas del mundo, que son en S. Juan, Domingo lunes y martes; en
Santiago la hay todos los días; en Sta. Maria la Redonda, en la plaza mayor,
en la de la Modorra y en S. Hipólito miércoles y jueves y en Tomatlán que es
hacia la albarrada, hay feria de comidas todos los días.
Sin lo cual hay muchas y gruesas tiendas de mercaderes, de todos oficios,
españoles e indios que con primor los usan y ejercitan; de suerte que con la
abundancia que hay de todo, no se carece de cosas en esta famosa ciudad. 48

Ahora bien, para pensar un abastecimiento en la Ciudad de México, es preciso


señalar la diversidad cultural que circuló dentro de ella, puesto que da mayor
acercamiento a los tipos de consumo alimenticio que cada estamento buscó satisfacer.

A partir de la cita, se observa que la población en los siglos XVII-XVIII en Nueva


España se conformó en su mayoría por indígenas, junto a ellos se encontraron otros
grupos sociales: blancos, negros, mulatos y mestizos, 49 cada uno con patrones de
consumo distintos, y con niveles económicos diferentes. En algunos casos, alimentos
como la carne de res, de cerdo y de carnero en buen estado, tuvieron precios
demasiado elevados para ser accesibles a toda la sociedad, por ello el costo de los
productos obedeció a la calidad y demanda de los mismos. Culturalmente, consumir
algunos productos estuvo directamente relacionado con el nivel social; la carne de res

48 Citado por: Ivonne Mijares, “El abasto urbano: caminos y bastimentos” En Antonio Rubial García
(Coordinador) La ciudad Barroca, (Tomo II) Historia de la vida cotidiana en México, México, DF, Fondo de
Cultura Económica, El Colegio de México, A.C, 2005. p. 124.
49 Jonathan I. Israel, Razas, clases sociales y vida política en el México Colonia, 1610-1670. México, Fondo de

cultura económica, 1980. pp. 31, 37, 41, 70, 74.


25
“se asociaba con los consumos populares” 50 mientras que el cordero fue usado por
sectores sociales más altos. Sin embargo, productos como el cerdo y sus derivados
fueron consumidos por todas las personas sin ser catalogado socialmente como
alimento de mala calidad. Sin bien, la utilización de la carne de res, fue común dentro
de toda la sociedad, la diferencia radicó en su forma de uso y su importancia en la
mesa y el tipo de carne que se consumia.

Para el caso de los indígenas y españoles, estas diferencias sociales sobre el valor
cultural de los alimentos mostró una adaptación de productos alimenticios, que antes
de la Conquista no fundamentaban su alimentación y sus prácticas culinarias.

La dieta ancestral indígena sustentada en maíz, fríjol, chile y calabaza,


complementada con los productos vegetales y animales que tradicionalmente
cada región podía cultivar cazar pescar o recolectar, permanecía vigente, pero
para esta época [Finales Siglo XVII, inicios del XVIII] ya se había enriquecido
con algunos de los ingredientes traídos por los españoles, entre los que
destacaban la carne de varios animales domésticos y diferentes especies
frutales y vegetales. 51

La utilización de productos europeos, no reemplazó los alimentos originarios de


América en la dieta tradicional indígena, pero sí transformó algunos de sus hábitos y
gustos a partir de una fusión culinaria. Pese a la adopción de tendencias y hábitos
alimenticios europeos dentro de los grupos sociales que conformaron la sociedad
novohispana, los indígenas no fueron los que más circularon alrededor de las
etiquetas y comportamientos españoles. 52

Entre los sectores medios de la sociedad, muchos criollos tomaron de la


tradición española el gusto por el cotidiano puchero, el que no sólo se comía
en las casa de los criollos, como la de Dominga Guzmán –de quien hoy
conocemos su recetario- sino también en hospitales y colegios. Un fraile
franciscano, fray Gerónimo de San Pelayo –de quien también se conserva sus
recetas en el Fondo Reservado de la Biblioteca Nacional- recomendaba

50 Enriqueta Quiroz. “Del mercado a la cocina. La alimentación en Ciudad de México”, p. 22.


51 Ivonne Mijares, “El abasto urbano: caminos y bastimentos”, pp. 110-111.
52 Véase, Virginia Armella de Aspe, La historia de México a través de la indumentaria. México, Inbursa,

1988.
26
preparar con carne de res lo que él llamaba la “olla buena”, algo parecido a
un cocido de carne de res, con trozos de jamón, aves y verduras. 53

Abastecer los productos como el pan, el vino, el aceite y las carnes, básicos en la dieta
española, no fue difícil ya que éstos durante los siglos XVI y XVIII, se encargaron de
crear cultivos y hatos ganaderos regulares alrededor de la Ciudad de México. Con la
introducción de productos como el maíz, el fríjol, el chile o el jitomate, los hábitos y
tendencias culinarias españolas al igual que las indígenas entraron en un proceso de
fusión culinaria, puesto que la noción y el reconocimiento de las partes se materializa
tanto el la circulación de los productos en los abastos, como en su pequeño consumo
cotidiano en casas, puestos de comida o conventos.

Como complemento de lo anterior, los abastecimientos de Ciudad de México,


tuvieron un intercambio y relación permanente con la producción y población de
villas, pueblos y haciendas del territorio del Valle de México. Según Mijares esta
relación fue importante porque,

Entre más grande es una población, mayor complejidad presenta la


satisfacción de sus necesidades; así por ejemplo las pequeñas comunidades
campesinas, sin importar su localización geográfica, siempre tendieron a ser
autosuficientes, al menos en lo que refiere a productos alimenticios, mientras
que ciudades como México, Puebla y Zacatecas dependían del exterior para el
suministro de los bienes que requerían sus habitantes. 54

Finalmente, el crecimiento de la población en todo el territorio de Nueva España, da


como resultado la formación de múltiples urbes de diferentes tamaños, que desde
mediados del siglo XVII y todo el siglo XVIII, se reafirmaron desde un desarrollo
económico. Ciudades como México, Huejotzingo, Tepeaca, Zacatecas y Puebla
generaron sistemas de abastecimiento que, obedeciendo a sus limitaciones ratificaron
la necesidad de mantener un comercio activo y constante. 55 De esta manera, el
intercambio comercial cumplió con las demandas de alimentos y artículos que no se

53 Enriqueta Quiroz. “Del mercado a la cocina. La alimentación en Ciudad de México”, p. 22.


54 Ivonne Mijares, “El abasto urbano: caminos y bastimentos”, p. 117.
55 Ross Hassing, Comercio, tributo y transportes. La Economía política del valle de México en el siglo XVII.

México, Alianza editorial, 1990, p. 13.


27
producían en ciertas zonas. 56 Además, creó un espacio, cerca o dentro de las urbes,
en el cual distintos agentes pudieron sobrevivir, en otras palabras, “junto a los indios
ladinos, los mestizos, los negros los mulatos y también los blancos pobres,
encontraron en las ciudades, villas, minas y haciendas un lugar donde subsistir y
hasta progresar, es decir, poder comer, vestir y vivir como los blancos.” 57 Estos
elementos dejan entrever la cotidianidad pública de la población, qué se
comercializa, para que sé comercializa y que significado posee dentro de los grupos
sociales, también muestra objetos particulares como los productos o ingredientes de
mayor consumo en espacios privados como la cocina diaria o de fiesta.

2.3 Las casas y las cocinas

Otra forma de mirar los espacios de variedad cultural e integración de la sociedad


novohispana es analizando la importancia cotidiana de la cocina, pues en ella se
mantiene una dinámica en pequeña escala de lo que son los distintos grupos sociales,
sus gustos, percepciones y estilos y es precisamente en la cotidianidad de las casas
donde la práctica culinaria se materializa. En este caso, la cocina no sólo define un
conjunto arquitectónico, sino también los usos y las apropiaciones de quienes en ella
habitan. La cocina, igual que el abasto o la Ciudad de México se ha transformado y
seguirá innovándose tomando así una identidad.

Por ello, “la cocina, espacio dedicado al mantenimiento del cuerpo y la


experimentación culinaria, fue un sitio de importancia capital dentro de las casas”. 58
Las prácticas que en ella se registraron, definieron además, tendencias culinarias
distintas entre españoles e indígenas. Durante el siglo XVIII, el acto de comer se dio
en cualquier lugar de la casa, siendo la cocina o las habitaciones los espacios más
utilizados, sin embargo en ciertos grupos sociales —blancos y criollos— la cocina se

56 Angel Bassols, El abasto alimentario en las regiones de México. México, Universidad Nacional
Autónoma de México, 1994, p. 17-18.
57 Ivonne Mijares, “El abasto urbano: caminos y bastimentos”, p. 116.
58 Gustavo Curiel, “Ajuares domésticos. Los rituales de lo cotidiano”, En Antonio Rubial García

(Coordinador) La ciudad Barroca, (Tomo II) Historia de la vida cotidiana en México, México, DF, Fondo de
Cultura Económica, El Colegio de México, A.C, 2005, p.102.
28
constituyó exclusivamente como el lugar de creación culinaria, forjando así, la
necesidad de un nuevo espacio para el acto comer.

Dentro o cerca de las cocinas, existieron dos clases de fogones 59 el castellano y el


andaluz y por lo tanto dos formas de cocinar distintas. El primero cocina los
alimentos solo desde la parte baja; el segundo (más parecido a un horno) cocinaba los
alimentos además desde la parte superior. Tanto las cocinas como los elementos que
la conformaban en el siglo XVIII, variaron de acuerdo a la condición social de la
población: “Las casas de la población blanca eran más grandes que las de los
indígenas, pues hasta las más modestas contaban con cocina, sala y una o varias
habitaciones para dormir”. 60 En el interior de las cocinas, entre más recursos, más
espacio y más variedad de utensilios como ollas, peroles, cazos, sartenes, pailas y
calderos de distintos materiales, cobre o barro principalmente, los machetes,
cuchillos y cucharas de madera o de hierro de demuestran el tipo de alimentación de
la sociedad Novohispana. 61 Si bien no todas las cocinas contaban con los recursos y
materiales de los blancos, ni a los mulatos, ni a los negros ni a los indígenas les
faltaron utensilios para la preparación de sus comidas. Las despensas como una
reducción del abasto de la ciudad, también estaban ligadas a las cocinas, en ellas
además de alimentos y bebidas, se podían encontrar vasos, jarros, calderas, cazoletas,
y cualquier utensilio necesario para el mantenimiento de las casas. 62

La introducción de ciertos alimentos generó la necesidad de nuevos utensilios. Este


es el caso del trigo 63 , lo cual produjo la necesidad de tener un horno para la
producción del pan dentro de la cotidianidad culinaria española. En el caso de los

59 Según Curiel, la diferencia entre los tipos de fogones que se usaban en la mayoría de las casas parte

de la forma en la cual se ubicaba la leña o el carbón, estos dos estilos son heredados de España. Véase,
Gustavo Curiel y Antonio Rubial garcía, “Los espejos de lo propio: ritos públicos y privados en la
pintura virreinal” En, Pintura y vida cotidiana en México 1650-1950. México, Fomento Cultural Banamex,
1999, pp. 49-153.
60 Ivonne Mijares, “El abasto urbano: caminos y bastimentos”, p. 112.
61 Gustavo Curiel, “Ajuares domésticos. Los rituales de lo cotidiano”, pp. 103-104.
62 Gustavo Curiel, “Ajuares domésticos. Los rituales de lo cotidiano”, p. 104.
63 Quiroz explica que el ingreso de trigo en 1770 era de 30 millones de Kilogramos. Véase, Enriqueta

Quiroz. “Del mercado a la cocina. La alimentación en Ciudad de México”, p. 18.


29
indígenas, quienes no consumían pan, en sus cocinas carecían de este utensilio: 64 la
mayor parte de ellos hicieron una reapropiación de los alimentos básicos de su dieta
tradicional, así como de los utensilios y espacios donde se llevaba a cabo la práctica
de la alimentación. La producción de maíz, su alimento básico, generaba, alrededor
de 35.000 bultos hacia el año de 1767 solo en la Ciudad de México 65 , que eran
utilizados para diversos tipos de comida, como los tamales y las tortillas. Además:
“El jacal o casa indígena era por lo general de una sola habitación, en la que la familia
comía y dormía.” 66 Por lo tanto era, un espacio no muy amplio, especializado e
independiente del resto de la casa pero con la posibilidad de generar platos y comida
suficiente para abastecer la necesidad de comer a los indígenas.

2.4 La fiesta, la comida y la integración social

Si bien hasta el momento, la secuencia de este apartado ha sido desde la ciudad hasta
la cocina, las fiestas fueron un modo de integrar todos estos espacios por medio de
una celebración que permite el acceso a cualquier grupo social. En las fiestas
públicas, la posibilidad de convivencia de distintos intereses sociales era evidente;
élites y masas, por intereses diferentes, coinciden en ellas, como lo explica Rubial:

Por un lado, está la posición de las elites y las autoridades, interesadas en el


orden y en la salvaguarda de los valores tradicionales y religiosos; por el otro,
la vivencia de las masas populares, movidas por pasiones e instintos básicos y
disputas a salirse de lo establecido cuando se presentaba la ocasión. 67

No obstante esta diversidad de intereses, la fiesta sirvió para reunir diferentes


sectores sociales. Así, esta integración respondió a un equilibrio social manejado por
las autoridades en donde el orden jerárquico no se alteraba y, en lugar de eso, se
materializaba la ubicación de cada uno de los grupos sociales. Por ejemplo, El Corpus

64 Pilcher menciona que: “Las mujeres mesoamericanas, a diferencia de los modernos chefs franceses,
con ingredientes suntuosos y técnicas intricadas, pergeñaron formas ingeniosas de preparar comidas
frugales pero suculentas” Véase, Jeffrey M Pilcher, ¡Que vivan los tamales!, p. 26.
65 Enriqueta Quiroz. “Del mercado a la cocina. La alimentación en Ciudad de México”, p. 18.
66 Ivonne Mijares, “El abasto urbano: caminos y bastimentos”, p. 111.
67 Antonio Rubial García, Monjas, cortesanos y plebeyos. La vida cotidiana en la época de Sor Juana. México,

Taurus, 2005, p. 74.


30
Cristi, desde el siglo XIV se fomentó como una de las celebraciones más importantes
en todas las colonias americanas, aunque en el siglo XVII perdió importancia con la
llegada de la ilustración, procesión que combinaba todos los elementos
anteriormente mencionados. 68

Tanto los espacios como la forma de apropiarse de ellos, en la época colonial estaban
vinculados al catolicismo. Según Quiroz:

El calendario litúrgico de la iglesia católica marcaba el ritmo de la vida


cotidiana con numerosas fiestas religiosas que la población debía guardar
celosamente 69 […] La materialización de esta devoción, se expresaba
ampliamente en las cenas, preparación de comidas, vestimentas, rituales y
objetos de veneración. En el caso de las cenas, la utilización de ingredientes y
utensilios prehispánicos resurgían en esos momentos de convivencia
pública. 70

Siguiendo a Quiroz, con ello se lograba dar cuenta de un sincretismo religioso. 71 Las
fiestas revelaron la posibilidad de restablecer a partir de nuevos códigos y formas la
importancia del misticismo indígena dentro de la construcción católica de Nuevas
España.

Una de las celebraciones más importantes en el siglo XVIII fue el Día de los Muertos;
en esta celebración, las personas se reunían alrededor de los cementerios y difuntos
para pedir protección por los integrantes de las familias. El hilo conductor entre los
muertos y los vivos se dio desde las cenas y su representación.

68 Para mayor información véase, Maria Dolores Bravo, “La fiesta pública: su tiempo y su espacio” En,
En Antonio Rubial García (Coordinador) La ciudad Barroca, (Tomo II) Historia de la vida cotidiana en
México, México, DF, Fondo de Cultura Económica, El Colegio de México, A.C, 2005. pp. 449-452
69 Enriqueta Quiroz. “Del mercado a la cocina. La alimentación en Ciudad de México”, p. 38.
70 Enriqueta Quiroz. “Del mercado a la cocina. La alimentación en Ciudad de México”, p. 38.
71 Francois Laplantine define el concepto de sincretismo religioso como una sobreabundancia de

divinidades amontonadas, en donde no se rechaza ninguna (sea católica o no) sino que siempre se le
añaden mas generando una sobrecarga religiosa. Por ello el sincretismo manifiesta, o representa la
abolición de las diferencias por medio de la adición y adjunción. Sin embargo, este proceso de
disolución de la identidad del otro a lo mismo genera un proceso en donde lo múltiple resulta vencido
el la unidad. Maya mayor información, véase: Francois Laplantine y Alexis Nouss, Mestizajes. De
Arcimboldo a zombi. Buenos Aires, Argentina, Fondo de Cultura Económica, 2007, p. 323.
31
La familia visitaba los cementerios y por la noche se reunían en el hogar para
rezar y hacer vigilia; sólo al día siguiente todos disfrutaban de los alimentos
ofrendados a los difuntos, cuya visita a las casas se producía, según la
creencia, a partir de una invitación implícita al dejarles aquellos platillos que
más les habían gustado en vida. 72

La comida entonces, puede ser leída, como una representación de los grupos sociales
que si bien, se involucran dentro de un escenario colectivo, se diferencian e
identifican como núcleos apartes.

3. Del mestizaje gastronómico a la fusión de tendencias culinarias

Dentro de la historiografía mexicana y más específicamente dentro de la corriente de


la historia de la vida cotidiana y la historia de la alimentación muchos investigadores
sociales utilizan el término de mestizaje culinario para referirse básicamente a la
incorporación, adaptación y uso de los productos alimenticios, técnicas de cocción y
utensilios dentro de las dietas tradicionales tanto de indígenas como de españoles. A
pesar de ello, los debates sobre el nacimiento, concreción y legitimación del mestizaje
culinario siguen siendo permanentes.

Según Jesús Flores y Escalante, desde el siglo XVI se generó un proceso de mestizaje
en América que se dio principalmente desde cuatro aspectos representativos y
cotidianos de cualquier cultura: 73 la comida, la sexualidad, la música y la danza que
se evidenciaron y consolidaron durante la época colonial. De acuerdo a esta postura,
el proceso de mestizaje parte de las experiencias de lo cotidiano, cuya importancia no
es el resultado sino el proceso. Rosario Olivas Weston, al analizar el caso del
Virreinato del Perú, toma uno de estos aspectos cotidianos, la alimentación, para
definir lo que ella llama “mestizaje gastronómico”. 74 Según esta autora, éste
comprende los siguiente elementos: primero, el incremento productivo y comercial
de plantas y animales originarios de Europa, Asia y África en América; segundo, la

72 Enriqueta Quiroz. “Del mercado a la cocina. La alimentación en Ciudad de México”, p. 38.


73 Jesús Flores y Escalante. Breve Historia de la comida mexicana. México DF. Debolsillo, 2004.
74 Rosario Olivas Weston. La cocina en el virreinato del Perú. Lima, Escuela profesional de Turismo y

Hotelería. Universidad de San Martín de Porres. 1998. pp. 75-76


32
mezcla de ingredientes y técnicas originarias de los dos continentes; tercero, la
participación de españoles en la comercialización de productos americanos dentro y
fuera de América, y la de indígenas en el cultivo de los productos básicos de la dieta
española; y por último, la obligada introducción de sabores nuevos entre las
respectivas dietas de éstos, principalmente en los siglos XVI, XVII y XVIII.

Por otra parte, Pilcher en su texto ¡Que vivan los tamales! 75 menciona que el mestizaje
gastronómico fue un proceso lento y heterogéneo de fusión culinaria, en donde las
prácticas cotidianas y las posibilidades socioeconómicas se relacionaron también con
el intercambio alimenticio entre diferentes regiones, clases y grupos étnicos. Por ello,
sustenta el autor que “el resultado de este proceso fue un pronunciado regionalismo,
con una cultura española que predominada en las inmediaciones de la ciudad de
México y hacia el norte, mientras que las costumbres indígenas prevalecían en el
sur” 76 durante la independencia y la formación de identidad nacional mexicana en el
siglo XIX. Ahora bien, lo que relaciona a estos tres autores sobre el concepto de
mestizaje culinario, no es su definición en términos de resultado, sino en términos de
procesos de intercambio cultural entre las partes relacionadas, que se legitima para el
caso de México, en el siglo XIX y XX con la aparición de la cocina nacional.

De manera contraria a estos autores, Maria del Carmen León García argumenta en su
texto El libro de Dominga Guzmán 77 , que para el siglo XVIII no se puede hablar de un
mestizaje culinario ya que la utilización de productos y técnicas indígenas no
sobresale cuantitativamente dentro del libro de cocina manuscrito de Dominga
Guzmán, es decir, se entiende el mestizaje culinario como la combinación de las partes
en donde uno de ellos posee más peso que el otro y lentamente genera (de la
combinación) un tercer elemento ; además, el análisis de esta combinación
gastronómica se hace primordialmente con estadísticas de consumo, y por lo tanto,
no se involucra dentro del análisis el factor cultural y su importancia dentro de la

75 Jeffrey M Pilcher, ¡Que vivan los tamales!


76 Jeffrey M Pilcher, ¡Que vivan los tamales!, p.15.
77 Maria del Carmen León García. El libro de Dominga de Guzmán.

33
creación de las recetas. Si bien, leyendo los libros de cocina cuantitativamente es
mayor la utilización de productos traídos de Europa, es innegable la valoración
social de ciertos productos como el jitomate, el tomate, el cacao o el maíz. Del mismo
modo, plantea que al no ser homogéneo el intercambio culinario entre españoles e
indígenas en la región del valle de Toluca, la lectura de un posible mestizaje se debe
hacer en términos regionales y sólo a partir del siglo XX con la legitimación de los
discursos nacionalistas, ya que “se imponen las maneras de comer que identifican a
la cocina mexicana y unifica la historia de la alimentación en detrimento de la
variedad cultural, de las costumbres de diferentes sectores de la población y de los
platillos regionales”. 78

Si bien es evidente el intercambio de productos entre españoles e indígenas en el


proceso de conquista y colonización de América, también lo es la lenta
transformación de las prácticas culinarias que se materializan en la creación
constante de una cocina nacional mexicana. En este trabajo no se pretende definir el
concepto de mestizaje gastronómico y sus implicaciones teóricas, sino analizar a
partir de las fuentes primarias y secundarias, si hubo o no una fusión de tendencias
culinarias entre indígenas y españoles. Es decir, dado el debate historiográfico sobre
la utilización del concepto “mestizaje gastronómico” se preferirá el uso de la noción
“fusión de tendencias culinarias”; no usamos la expresión “sistema culinario”,
común en la historiografía, pues la palabra ‘sistema’ invita a pensar en una estructura
sólida y, como se verá más adelante, tal estructura no es del todo clara ni en la
gastronomía española, ni en la americana. A continuación se presentarán algunos de
los elementos que constituyen las tendencias culinarias.

3.1 Los Alimentos: un elemento fundamental de las tendencias culinarias

Los tipos de alimentos y de utensilios son algunos de los elementos que constituyen
las tendencias culinarias propias de una sociedad. Estos elementos configuran y
dependen de una forma determinada de existencia social, además se insertan en una

78 Maria del Carmen León García. El libro de Dominga de Guzmán. p. 23.


34
variedad culinaria que a su vez está en constante movimiento y transformación
gracias al contacto entre distintas tendencias culinarias. Los alimentos y utensilios
deben ser descifrados, interpretados desde el origen y uso de los mismos, porque
ellos se definen y constituyen dentro de las prácticas y gustos gastronómicos de
sociedades específicas. Reapropiarse de los distintos alimentos y utensilios de una
cocina es poner en diálogo a diferentes tendencias culinarias, es motivar la
transformación de la sensibilidad social de una época.

Existe un estrecho diálogo entre identidad cultural, cotidianidad y prácticas


culinarias que se integran espacial y temporalmente en la cocina. Cada cultura desde
una práctica cotidiana establece la importancia de los alimentos utilizados, los tipos
de preparación y los sabores consumidos, pero también simbólicamente les atribuye
una estética social, configurando así tendencias culinarias específicas. Sonia Corcuera
de Mancera explica:

El valor de la buena cocina —incluyo una buena taza de chocolate o un buen


vaso de pulque— se calcula o se mide no sólo por el placer sensorial que
despierta, sino por su “deseabilidad”; pero un platillo deseable no es
necesariamente un objeto real, sino un objeto que provoca interés y el interés,
a diferencia del deseo, es sólo una posibilidad. Esta simple distinción viene al
caso para explicar la presencia de tantas preparaciones golosas en el libro de
cocina del convento de San Jerónimo, y explica, indirectamente, la notable
escasez de recetas austeras y “pobres” capaces de ser traducidas en los
platillos de uso común, pero por los que nadie mostraba interés, porque ese
alimento diario no formaba parte de la cocina ideal, del “debe ser”, sino del
“hacer” cotidiano. 79

Por estas razones, hacer un acercamiento a los distintos alimentos y utensilios


indígenas y españoles permitirá: primero, resaltar la importancia de ciertos aspectos
en la alimentación de los grupos mencionados. Segundo, ver la adopción y la
adaptación que hace cada uno de los grupos sociales de los usos y las costumbres
culinarios de los otros; y finalmente, mostrar el contacto entre asuntos como el gusto,
los ritos sociales, los espacios de socialización y el orden social de una época.

79 Sonia Corcuera de Mancera, “La embriaguez, la cocina y sus códigos morales”, p. 549.
35
3.1.1 Los Alimentos Americanos

Algunos alimentos de origen americano impactaron tanto a los españoles que fueron
estudiados, analizados y lentamente introducidos dentro de las tendencias culinarias
europeas, éstos acercamientos —ya sean morales, medicinales o culinarios—,
expresan la importancia de la alimentación en la formación de una cotidianidad que
posteriormente trascendió el territorio americano. Es preciso resaltar, además, que
para el siglo XVIII en la Ciudad de México el consumo, distribución, adaptación y
experimentación de estos alimentos fue hecho por todos los estamentos sociales ya
fuese por necesidades y percepciones de gusto distintas o por escasez de otro tipo de
alimentos.

En este apartado, se mostrarán algunos de los alimentos americanos que fueron


permitiendo el contacto entre las dos tendencias culinarias que nos interesan: la
indígena y la española. A partir de una lista de alimentos generada por el análisis de
los libros de cocina 80 utilizados para esta investigación, se puede observar que los
alimentos más representativos son el maíz, el chile, el jitomate, el fríjol, y el chocolate.

El Maíz fue el alimento sagrado de los indígenas desde épocas prehispánicas y es


originario de Sur de América; sin embargo, en Centroamérica su producción se inició
en el Valle de Puebla y se constituyó como la base alimenticia de los indígenas. Su
nombre en náhuatl es Tlaolli, que significa “grano curado y seco”. Debido a su
abundancia, una de las connotaciones culturales del maíz dentro de la simbología
indígena fue su asociación con los rituales de fertilidad que se daban en la época de
siembra de este alimento, la temporada de lluvias, situación que perduró hasta el
siglo XVI. Durante los siglos XVII y XVIII este ritual indígena de siembra del maíz
entró en un proceso de sincretismo religioso que se manifestó en la celebración de la
fiesta de la Santa Cruz, el 3 de mayo, fecha de las primeras lluvias del año. Este
alimento también fue importante porque de él se derivaron muchos tipos de platos,
entre los cuales se encontraban el tamal, la tortilla, el atole, la chicha, el pozole, el

80 Véase el anexo No. 1: Principales Alimentos Americanos y Europeos.


36
chileatole (bebida fermentada a base de maíz y chile) y el nixtamal. En los libros de
cocina del siglo XVIII, el maíz es uno de los ingredientes básicos para la elaboración
de platos más confeccionados. Veamos el caso de los Tamales de hueso de mamey:

Se rebanan muy delgadas, se ponen a cocer y a cada hervor se le echa agua


caliente y se va derramando de la que está hirviendo, ya que no amarga se
lava muy bien y se muele muy remolido, y estando se lo echa chile ancho
bien tostado, se muele en seco bien molido, se le echa la sal necesaria,
manteca fría la que fuere menester, se revuelve muy bien, se pone a cocer
maíz en agua de ceniza y estando bien cocido se apea y se lava muy bien, se
muele que no quede muy entera la masa y se le echa poca manteca y sal, se
van haciendo tortillas, una de pasa y otra del priscle, se pone una de uno y
otra de otro, y se lo echa al priscle un poco de anís, y si no de epazote, se van
doblando los tamales. 81

Como se observa en el título de la receta, los ingredientes fundamentales para la


creación de este plato son el maíz y el mamey 82 . Para el procesamiento del maíz se
empleó el metate, utensilio de piedra volcánica en la que se tritura y muele el maíz
para producir la masa de platos como las tortillas, los tamales y el mole. 83

Otro de los alimentos que verifican una posible fusión de tendencias culinarias entre
indígenas y españoles es el chile. Producto americano por excelencia, fue empleado
tanto en bebidas como en comidas, pues el gusto picante tiene la facultad de
diferenciar y agudizar los sabores que componen estos productos, lo que revela que
la alimentación indígena no sólo cumplía la función fisiológica de comer, sino que
también implicaba una estética culinaria, es decir, una especialización en los sabores.
El chile fue utilizado en la época colonial como uno de los mayores condimentos de

81 Dos Manuscritos Mexicanos de Cocina, p. 120


82 El Mamey, conocido también como Zapote o Lúcuma es un fruto originario de la región de
Mesoamérica. Para el siglo XVIII su consumo y utilización es común entre cualquier estamento social,
principalmente por su sabor fibroso y dulce, además, por su abundancia y bajo precio tanto en las
villas como en los abastecimientos de la Ciudad de México. Véase: Enriqueta Quiroz. “Del mercado a
la cocina. La alimentación en Ciudad de México”, pp. 29-30
83 Muchos de estos platos con el pasar del tiempo han sido transformados, mezclados o perfeccionados

con diferentes alimentos ya sean europeos, asiáticos, africanos o americanos para la creación de
recetas que van más allá de la posición social y expresan la necesidad de mantener tradiciones
específicas de las culturas.
37
las comidas, 84 pues los españoles reemplazaron algunas especias asiáticas, costosas y
difíciles de conseguir, por este producto americano. También usaron el chile para la
conservación de diversas carnes o embutidos típicos de la alimentación española,
como los chorizos picantes. Por su parte los indígenas, aprovecharon sus múltiples
variantes, lo que permitió una abundante gama de sabores, texturas y colores que al
ser mezclados con otros productos como el jitomate, el tomate verde o el epazote,
formaron salsas o moles, que se utilizaban como acompañamiento o relleno de
comidas cotidianas.

Algo similar ocurrió con el jitomate, planta solanácea 85 de la cual también se deriva
el tomate verde. Su nombre proviene del náhuatl y significa “tomate con ombligo”.
Este fue uno de los alimentos más representativos de la tendencia culinaria indígena
y de mayor aceptación dentro de los españoles. La comercialización de este producto
durante la época colonial fue tal, que impactó las prácticas culinarias europeas, como
es el caso de la comida italiana, la cual lo empleó intensivamente hasta hacerlo un
elemento de identidad cultural. 86 Por supuesto, en los libros de cocina novohispanos
del siglo XVIII, el jitomate ocupó un lugar privilegiado, pues se empleó en la
elaboración de todo tipo de platos salados. De hecho, es uno de los productos más
mencionados, 176 veces como ingrediente de algunas de las recetas de los libros de
cocina. 87

También está el fríjol cuyo nombre en náhuatl fue ayocotle; su nombre contemporáneo
se dio en Italia en el siglo XVI, lo cual refleja parte del impacto de este producto en
Europa. Algunas razones para que esto ocurriera fueron las ventajas de su cultivo (se
reproducía fácilmente en cualquier clima y suelo) y también, porque en algunos

84 Lucia Rojas de Perdomo, Cocina Prehispánica, Bogotá: editorial Voluntad, 1994, p. 46.
85 Para información sobre la familia de las solanáceas véase: “Solanaceae” [En línea], disponible en:
http://es.wikipedia.org/wiki/Solan%C3%A1cea recuperado: 18 de Julio de 2008.
86 Ya para la segunda mitad del siglo XVIII, la utilización constante del jitomate, hizo que éste formara

parte de la alimentación cotidiana europea, pese a que le precedió fama de ser un producto que no era
bueno para la salud y que tampoco se debía combinar con licores
87 Véase el anexo No.1: Principales Alimentos Americanos y Europeos.

38
momentos sustituyó al trigo cuando escaseó (como ocurrió en Francia a finales del
siglo XVI, lo que los salvó de hambrunas). 88 En el siglo XVIII, en la alimentación
indígena su consumo era regular por el escaso acceso a las carnes, por lo cual se
comportaba como un complemento proteínico. Cabe anotar que ésta leguminosa, 89 se
cultivaba en las mismas temporadas que el maíz. En los libros de cocina, por ejemplo,
se empleó principalmente en sopas, antes y tamales. 90 Además, era un producto que
tenía una estrecha relación con los ayunos estipulados por la Iglesia Católica, pues no
sólo reemplazaba la carne, sino que también simbolizaba la austeridad.

Por último, el más controversial y conocido producto mexicano es el chocolate, cuyo


nombre proviene del náhuatl Xocolätl que significa “bebida espumosa”.Se extrae del
grano de cacao, fruto cultivado en toda América. Este procedimiento de extracción
consiste básicamente en separar los componentes sólidos y grasos de la semilla, es
decir dividir la pasta de cacao de la manteca. Antes de la conquista, este producto era
de carácter divino y solo era consumido en celebraciones y rituales por los altos
mandos indígenas o como moneda, sin embargo, durante la época colonial su
consumo fue generalizado y permanente entre los indígenas haciendo del chocolate
una bebida cotidiana que además de tener un sabor exquisito, eliminaba el cansancio
y aumentaba las capacidades psíquicas, mentales y sensoriales. Éstos, a diferencia de
los españoles, normalmente los consumían frío, mezclado con maíz, chile y achiote y
ocasionalmente le agregaban miel para contrarrestar el sabor amargo o picante. Sin
embargo, la apropiación, por parte de los españoles, de este producto intensificó su
comercio y ya para el siglo XVIII era uno de los productos con mayor demanda en
países como Francia, Italia, Alemania y Holanda entre otros, los cuales mezclaban el

88 Jesús Flores y Escalante. Breve historia de la comida mexicana, p. 31.


89 Se les denomina Leguminosas a aquellas plantas cuyo fruto y semilla tiene forma de vaina, se les
conoce con el nombre de Legumbres y poseen un gran porcentaje de proteína.
90 En el Libro de Cocina: Dos Manuscritos Mexicanos de Cocina, p. 86, encontramos el caso de la receta

Tamales de frijoles. Se despunta el nixtamal y se lava muy bien, que no le quede hollejo, se muele en
seco no muy remolido y se echa agua, manteca, azúcar y una poquita de sal, con una cuchara se bate
muy bien, se cuecen unos frijoles, se lavan y molidos se ponen al fuego, se les echa manteca, azúcar y
sal, después de muy bien fritos se pone una capa de masa y otra de frijoles y se van haciendo los
tamales, a la masa se le echa agua de azahar.
39
chocolate con azúcar, leche y especias, y lo bebían caliente. Sin embargo, es a partir
del siglo XIX en donde su producción se especializó, abriendo un nuevo campo de
profesionalización culinaria, conocida como la chocolatería. 91

3.1.2. Los Alimentos Europeos

Ahora bien, para poder definir las tendencias culinarias que se encontraron en Nueva
España y que se materializan en los libros de cocina del siglo XVIII, no se puede dejar
de lado la importancia de los alimentos, productos y utensilios traídos de Europa
durante la conquista. Una de las bases fundamentales de la alimentación española y
europea en general, fue el trigo y su conocido derivado, el pan. Desde el mismo
momento de la conquista, los españoles introdujeron este producto, y con él, la
infraestructura –como los molinos-, y las herramientas para la producción de sus
derivados –como los hornos-. Sin embargo no fue fácil su proceso de introducción
entre la población indígena, debido a la resistencia a consumirlo, porque se negaban
a abandonar el maíz. Para el siglo XVIII, Mijares lo explica de esta forma:

El cultivo del trigo, por su parte, también, tuvo gran difusión, pero su
consumo nunca fue tan generalizado como el maíz, pues la población
indígena no llegó a hacerlo parte de su alimentación cotidiana, y cuando llegó
a sembrarlo fue con el único fin de venderlo a los consumidores de los centros
urbanos. 92

Si bien los indígenas no lo consumían, estos fueron agentes importantes porque en


ellos reposaba la producción del trigo. Este alimento y sus derivados en Nueva
España, fue principal en las mesas de elites, y su importancia era tal, que su venta
estuvo sujeta a un estricto control, se vigiló precio, calidad e higiene. En las fuentes
empleadas en esta investigación, la mención del trigo tiene la misma condición que lo
que sucede con el maíz: su importancia radica en los derivados, y más precisamente
en el pan. Ejemplo de los derivados del trigo es el pastel de pan:

91 Para Mayor información sobre la historia de la Chocolateria Véase: Gilles Brochard.El chocolate.
Barcelona, Reditar libros, S.L, 2005.
92 Ivonne Mijares, “El abasto urbano: caminos y bastimentos”, p. 131.

40
Se muele una torta de pan frío, se le echan cuatro yemas de huevo y una clara,
manteca derretida la que hubiere menester, lomo de puerco picado, se le
echará al caldillo jitomates, ajo, todo esto frito; al picadillo se le echarán pasas,
almendras, aceitunas, tornachiles y un huevo duro, piñones, perejil y todas
especias competentes. 93

Cabe resaltar que el pan es un ingrediente que se empleó frecuentemente en recetas


de sopas, tortas y pasteles, ya sean dulces o saladas.

Otro ingrediente importante es la carne. Ella, hacia 1750, circulaba en los abastos de
la ciudad de México como uno de los productos de mayor consumo. Quiroz explica
que:

En 1767 ingresaron a la ciudad más de 10 millones de kilogramos de carne de


matadero (res, ternera, carnero, cerdo) y de gallina y pavos otros 2.5 millones.
La suma de las carnes blancas y rojas indicaría un consumo por persona de
142 kilogramos anuales, es decir, 389 gramos diarios por habitante, cantidad
que resulta muy superior a similares estimaciones para ciudades europeas en
esa fecha, e incluso proporcionalmente más generosas que las actuales. 94

Paralelo a esto, dentro de la población indígena el consumo de aves como patos,


pichones o guajolotes y pescados siguió siendo permanente. Sin embargo, la
utilización de la carne en recetas como Dieta para enfermos 95 encontrado en el
Recetario Novohispano o Una olla buena 96 del Libro de cocina de Fray Gerónimo de
San Pelayo, muestran que la carne de res, de carnero o gallina, fueron las más usadas
dentro de cualquier estamento social de la Ciudad de México, para cualquier tipo de
comida —cotidiana, festiva o para enfermos—. Si bien, las diferenciaciones sociales y
económicas limitaron o ampliaron el consumo de la carne dentro de la alimentación
en la colonia, es indiscutible su importancia.

La caña de azúcar, 97 originaria de Nueva Guinea y comúnmente utilizada en toda


Europa, fue otro de los productos de gran impacto dentro de América, especialmente

93 Dos Manuscritos Mexicanos de Cocina, p.76.


94 Enriqueta Quiroz. “Del mercado a la cocina. La alimentación en Ciudad de México”, p.19.
95 Recetario Novohispano, p. 23 Véase anexo No. 2: Recetas Citadas
96 Gerónimo De San Pelayo, Libro de Cocina del Hermano Fray Gerónimo de San Pelayo, p. 29. Véase anexo

No. 2: Recetas Citadas.


97 Véase anexo No. 1: Principales Alimentos Americanos y Europeos.

41
por desplazar el consumo de miel entre los indígenas. Su sabor dulce y su
transformación en productos como la panela, y el almíbar generaron una amplia
gama los platos dulces dentro de Nueva España. Por su parte, el vino, bebida típica
europea, solo fue consumida por las élites dado que su precio nunca fue asequible
para el común de la población en Nueva España —en la mayoría de recetas
analizadas el vino es utilizado como adobo de carnes, o base de guisos y sopas.

Como se menciona en el epígrafe de este capítulo, hay que entender la alimentación


no solo como una forma de satisfacer cotidianamente las necesidades fisiológicas,
sino como un reflejo de los gustos, los comportamientos y las posiciones sociales de
una sociedad determinada. Su estudio permite un acercamiento a las bases que
identifican a una cultura particular. En el caso de la Nueva España, estos productos,
entre otros tantos, dejan ver un elemento de dos fuertes tendencias culinarias, la
indígena y la española, que reflejan tres aspectos relevantes para este estudio, pues
borran algunos de los mitos de la historia de la alimentación en México. Primero, por
el lado de los españoles, hubo fascinación por los productos americanos que se
manifiesta en los libros de cocina novohispanos y europeos; segundo, las prácticas
culinarias indígenas no eran “primitivas”, ya vimos como el chile refleja una estética
culinaria específica; tercero, que el proceso de fusión de las tendencias culinarias
indígena y española, aunque continuamente diagnosticado por los historiadores, no
fue fácil, pues tardó dos siglos en concretarse.

Entender las prácticas culinarias, el intercambio social o la adopción y adaptación de


ingredientes, deja ver la importancia de la comida como un objeto de investigación:
el pasado de una sociedad no se explica solamente a partir de grandes
acontecimientos políticos, sociales y económicos, sino también desde las
transformaciones de un espacio, los conflictos estéticos o la cotidianidad de una
cocina y unas tendencias culinarias en contacto.

42
CAPITULO 2

DE LA TENSIÓN ENTRE LO ESPAÑOL Y LO INDÍGENA

“Una gastronomía histórica no puede interesarse


sólo en recetas, o en saber quién inventó el primer
mole mexicano o, en otros espacios culinarios, la
primera mayonesa, el Katchup o el fried chicken. La
evolución de las prácticas culinarias que nos
manifiesta la lectura de los recetarios antiguos es sin
duda fundamental para la gastronomía histórica,
pero con la condición de saber leer en esos textos un
sistema de signos específico de una historia y una
cultura. 98

1. Importancia y valoración de los Libros Cocina: un objeto histórico y


cotidiano

En los libros de cocina usados para esta investigación se perciben dos funciones
básicas de la sociedad novohispana, funciones que están permanentemente
interrelacionadas y que permiten un acercamiento a su cultura y su cotidianidad en
el siglo XVIII: En primer lugar, se encuentran aspectos sociales y culturales de
quienes escriben o crean las recetas, como las recomendaciones sobre la presentación
de los platos, el uso cotidiano o ritual de las recetas, el tipo de comida que se debía
emplear (para el caso específico de los enfermos o advertencias para evitarlas);
también reflejan una jerarquización de productos relacionados con fechas religiosas,
horas de comida y su lugar en la mesa, el momento en que se sirven, etc. En segundo
lugar, los libros de cocina dejan entrever prácticas culinarias específicas, como el uso
de los tiempos de cocción, el sentido de las cantidades, los tipos de medidas, los
pasos y la complejidad de las recetas, todos estos, elementos que dan forma a las
diferentes tendencias culinarias y comienzan a mostrar indicios de la fusión de éstas.
Podríamos decir que los libros de cocina materializan y simbolizan necesidades
racionales, emocionales y físicas del hombre dentro de un grupo social específico.

98 Maria del Carmen León García, El libro de Dominga Guzmán, p. 17.


43
1.1 Los libros de cocina españoles y los manuscritos novohispanos

Como se mencionó en el primer capítulo, los libros de cocina creados en Nueva


España durante el siglo XVIII tienen una estrecha relación e influencia de los libros
de cocina usados en España. Sobresalen entre ellos, el de Francisco Martínez
Montiño, Arte de cocina, pastelería, bizcochería y conservería 99 , y el de Ruperto de Nola,
Libre del Coch 100 . El primero fue creado por el cocinero mayor en la corte de Felipe III,
el cual es considerado el padre de la cocina barroca española 101 ; el segundo libro, de
Ruperto de Nola, cocinero del rey Alfonso V de Aragón, fue creado por éste para
registrar los platos prediclectos del rey. Sus obras, refieren, según los dos autores la
importancia y estructura de una cocina como espacio físico, y los procedimientos que
constituyen el oficio del cocinero. Los manuscritos de cocina novohispanos se
apropian de esta estructura social sobre la tradición alimentaria europea, en la que
los espacios físicos como la cocina, la despensa o el mismo libro de recetas juegan un
papel fundamental dentro de la consolidación de las prácticas y tendencias
culinarias.

Esta apropiación de las tradiciones europeas en los manuscritos novohispanos de


cocina se observa en las diversas clases de recetas, pero sobre todo en las
recomendaciones concernientes a los tipos de comidas que se debían emplear en las
distintas celebraciones religiosas del año. Para el caso de los manuscritos
novohispanos estas recomendaciones son llamadas advertencias 102 . Del mismo modo,
en los platos específicamente para enfermos, los autores sugieren una alimentación
balanceada para prevenir las enfermedades o curarlas. El libro de Nola, por ejemplo,
trae recetas que demuestran la antigua relación entre comida y salud, de manera
similar el libro Novohispano, Cuaderno de guisados caseros. En este sentido, ver la

99 Francisco Martínez Montiño. Arte de cocina, pastelería vizcochería y conservería. Edición facsimilar de
una edición de 1807, Tusquets, Barcelona, 1982.
100 Ruperto de Nola. Libro de cocina. Libro de guisados manjares y potajes. Edición facsimilar de una

edición de 1529, Paris-Valencia SL. Valencia, 1997.


101 Lorenzo Díaz, La cocina del Barroco. La gastronomía del siglo de Oro en Lope, Cervantes y Quevedo,

Madrid, Alianza Editorial, 2003, p.131


102 Gerónimo De San Pelayo, Libro de cocina, pp. 69, 128, 129, 158 – 160. Véase anexo 2: Recetas Citadas.

44
relación salud - comida y alimentación - religiosidad manifiesta la intención de
conservar tradiciones culturales.

Otro de Gallinas o de carne Un Pastel de ave para enfermos

As de tomar una gallina o capón: y Echarás a cocer una pechuga de gallina y


ponlo en orden así como si lo hubieses cuando esté cocida sácala y pícala muy
de azar y hacerlo pedazos: y con una menudita, picarás un poca de enjundia
mano de mortero quererle muy bien los fresca de la misma gallina y mezclada
huesos de manera que pueda salir la con carne y sazonada de sal, muy poca
sustancia de ella: y ponla en una olla especie y unas gotas de vino, un poco de
nueva muy limpia: y poner en la olla caldo, harás tu pastel; cuécelo y lo
canela entera: y clavos enteros: y un espesarás con dos yemas de huevo, un
poco de azafrán porque alegra el poco de caldo y agrio de limón; algunas
corazón: y todo atado dentro de un rosas podrás echarle al asado por
paño de lino limpio: y muy lavado: y encima. 104
puesto en la olla colgado el trapillo de
un hilo que sea muy limpio o suelto si
quiera: y a tapar muy bien. 103

Además, muchas recetas, como manjares, buñuelos o jaleas 105 están presentes tanto
en los libros de cocina de Martínez Montiño y Nola, como en los libros manuscritos
de Nueva España. Sin embargo, en los segundos, éstos son modificados a partir de la
introducción o el reemplazo de ingredientes americanos como el maíz, el mamón, el
tejocote o el guajolote. 106 Esto se puede observar en el siguiente ejemplo tomado del
libro de Montiño y el tomado del llamado Recetario Mexicano.

Jalea de Agraz Jalea de tejocote

Has tomar el agraz, y desgranarlo Se ponen a cocer en una olla limpia, ya


media arroba, ó seis libras, lo cocidos se limpian y se echan en agua
quisieres, y ponerlo á cocer con la hasta que cubra el agua, hasta los ocho
cantidad de agua que cubra, y luego días se cuela por un lienzo, a dos
colarlo por el paño, ó el cedazo, y tener cuartillos de esta jalea una libra de azúcar

103 Ruperto de Nola. Libro de cocina. Libro de guisados manjares y potajes, folio, XXXIII.
104 Dos Manuscritos Mexicanos de Cocina, p.47.
105 Véase anexo No. 2: Recetas Citadas.
106 Véase anexo No. 1: Principales Alimentos Americanos y Europeos.

45
azúcar clarificado, y tres partes de muy blanca, se clarifica sin huevo, se
zumo de agraz, echar dos de azúcar pone a hervir todo junto y se espuma con
clarificado, que tenga muy poco punto cuchara de plata, con otra cuchara de
cuando se eche en el zumo, y ponlo á palo se toma el punto que se quede
hervir. Hasta que haga un punto como pegada en la cuchara y no empuerque el
las amacenas. 107 dedo. 108

Luce Giard menciona que “las conductas alimentarías constituyen un dominio donde
la tradición y la innovación importan de igual modo, donde el presente y el pasado
se mezclan para atender las necesidades del momento, proporcionar la alegría del
instante y adecuarse a la importancia”. 109 Una rápida comparación de las recetas de
estas dos jaleas es una prueba de ello. Se puede afirmar entonces, que la función de
conservar y transmitir un conocimiento culinario se retroalimentó con la necesidad
de inventar y experimentar recetas en un medio que, como el novohispano, no ofrece
las mismas condiciones que en Europa.

La estructura de los libros de cocina novohispanos siguió siendo la misma que la de


los Europeos, pero el cambio de ingredientes denota una fusión e innovación de
sabores, texturas y olores, que señala los primeros indicios de la fusión de tendencias
culinarias. Esta afirmación resalta la importancia de analizar los productos y
prácticas originarios de América y los traídos de Europa, para demostrar que al ser
integrados en la dieta de los novohispanos trascendieron su origen inmediato —
indígena o español— para dar paso a una fusión de tendencias culinarias. A
continuación se presentará cómo se dio este proceso de fusión en los libros de cocina.

107Receta de Francisco Martínez Montiño citada por: Lorenzo Díaz, La cocina del Barroco, p. 168.
108Dos Manuscritos Mexicanos de Cocina, p. 148.
109Michel de Certeau; Luce Giard y Pierre Mayol. La invención de lo cotidiano. 2. Habitar y cocinar.

México, Universidad Iberoamericana, 1999, p. 154.


46
1.2 De lo que contienen los cuatro libros de cocina: clasificaciones y funciones de
las recetas

La fusión de tendencias culinarias se basa en la comunicación e interrelación de los


alimentos, utensilios, preparaciones, presentaciones y expresiones de la práctica
culinaria de una determinada sociedad, por ello en el siguiente apartado analizamos
el contenido de los libros de cocina de manera cuantitativa. Para su efecto se
clasificaron las recetas en dos grandes categorías. La primera, agrupa las recetas a
partir de su origen tradicional o novedoso, el cual se determino por medio de la
comparación y distinción primero: de alimentos y utensilios de origen español o
indígena; segundo por el título y tercero por la estructura de la escritura.

La segunda categoría, clasifica las recetas por su importancia o función cotidiana en


espacios culinarios o festivos de la sociedad novohispana. Está última categoría, se
tomó a partir de una previa clasificación de platos hecha por fray Gerónimo de San
Pelayo en su libro de cocina, en el cual agrupa las recetas como: Principios; salsas;
guisados; guisos; cosas de vigilia; masas para pasteles y postres; comida para enfermos;
conservas y bebidas. 110 Ésta sistematización, muestra que ciertos platos como los guisos
o las salsas tiene un empleo importante en las prácticas culinarias, por su parte platos
como cosas de vigilia manifiestan una práctica culinaria en función de las experiencias
religiosas características de la sociedad novohispana.

A continuación presentamos en la tabla No. 1, la clasificación del total de las recetas


encontradas en los cuatro libros de cocina novohispanos a partir de la clasificación
hecha por Gerónimo de San Pelayo, para así determinar más fácilmente la categoría
de importancia social o culinaria .

En ella se observa que la mayoría de las recetas están reunidas en dos grupos. Por un
lado los principios término que denomina a los platos principales de una comida, se
caracterizan por tener un nivel de complejidad más alto que grupos como salsas o

110Para mayor información sobre el significado de estos platos véase Anexo No. 3: Glosario de
términos.
47
guisados en la elección y preparación de alimentos que tiene como fin crear un plato
de gusto primordialmente salado-picante que representa y expresa la practica
culinaria de un grupo social lo cual, como ya lo hemos mencionado, articula y forma
las tendencia culinarias.

Por otro lado, se encuentran las recetas llamadas Masa para pasteles y postres que
refiere a todos aquellos productos consumidos normalmente, para finalizar las cenas
con un sabor dulce-acido. Estos platos suelen tener una complejidad menor que los
principios, pero mayor conocimiento culinario que las bebidas o conservas porque
necesitan de utensilios, técnicas de cocción y procedimientos puntuales para su
elaboración.

Clasificación de las 988 recetas por tipo de plato

350
323
307
300

250

200

150

100 92
84 81

56
50 32

5 8
0
Bebidas Comida para Conservas Cosas de Guisados Guisos Masa para Principios Salsas
enfermos vigilia pasteles y
postres
Clasificación

Tabla No. 1: Clasificación de los 988 Platos en los cuatro libros de cocina a partir de la
estructura del libro de cocina de Fray Gerónimo de San Pelayo

48
Los libros de cocina, como se mencionó en el primer capítulo, fueron creados para
registrar un conjunto de recetas. Estas recetas pueden ser tanto tradicionales como
novedosas dentro del quehacer culinario del cocinero que las registra. Tradicionales
porque las tendencias culinarias, al igual que otras actividades sociales, se
constituyen dentro de espacios cotidianos, con procedimientos y técnicas específicas
y rutinarias que se transmiten generacionalmente. Y son novedosas porque dentro
del oficio culinario es indispensable garantizar una permanente renovación del
placer gastronómico. En este sentido la novedad consistía en crear nuevas recetas a
partir de las tradicionales, o en su defecto, reemplazar ingredientes europeos por
americanos, o por aquellos que se conseguían más fácilmente.

En el libro de cocina Novohispano se puede ver ésta doble condición la de conservar


una tradición y la de registrar las creaciones novedosas de los cocineros. En este
libro de cocina, por ejemplo, se encuentra una receta llamada Huevos reales,
tradicional en la mesa española, y otra receta llamada Huevos moles, en donde se
describe la realización de este plato, de forma similar al primero, pero reemplazando
el piñón (fruta europea) por el mamón (fruta americana) 111 . Ahora bien, éste
reemplazo de alimento, que parece no ser muy significativo, da como resultado una
nueva receta y una primera clasificación del contenido de los libros de cocina (receta
novedosa). De esta forma, vemos en la tabla 2, la cantidad de recetas Novedosas y
Tradicionales de las 988 recetas de los cuatro Libros de cocina y el porcentaje de
recetas tradicionales (56,3%) y de recetas novedosas (43,6%), que muestran un
cambio en las tradiciones culinarias españolas porque hay un aumento constante de
la utilización de ingredientes y utensilios indígenas.

111 Recetario Novohispano, pp. 17-18.


49
Clasificación y Porcentaje de Recetas por Origen

600

500

400
557
431

300

200

100

0
Tradicional 56,38% Novedosa 43,62%

Tabla No. 2: Clasificación de recetas por Origen.

Al mirar la tabla 2 se verifica una lenta fusión de tendencias culinarias, primero


porque la cocina española y la indígena se constituyeron por caminos distintos en los
siglos anteriores a su encuentro con procedimientos, técnicas y un gusto diferente.
Segundo porque estas dos tendencias culinarias al reconocerse, diferenciarse y
mezclarse fueron concretando un espacio apto para nuevas manifestaciones
gastronómicas que se materializan a partir de un proceso cultural en los libros de
cocina del siglo XVIII.

En cuanto a la segunda categoría, la función de las recetas, hay algunas que son
registradas en los libros de cocina porque definen elementos del quehacer culinario,

50
y otras que son registradas por su importancia en campos sociales como las fiestas o
las celebraciones religiosas. El primer grupo de ésta segunda categoría posee recetas
con relevancia culinaria porque manifiestan la necesidad de un pre-conocimiento
específico de quien cocina, tanto del oficio, como de los alimentos, los utensilios y las
técnicas, que le proporcionaban al producto un valor estético culinario. Una muestra
de ello, son las recetas de salsas y guisados, cuya redacción no era específica ni
proporcionaba todos los procedimientos, porque partían del supuesto que la persona
tenía ciertas destrezas y conocía los pasos básicos.

Salsa de jitomates Otro mole

Asados o cocidos quítales el pellejo, Se asan jitomates en el rescoldo y se


muélelos y échale ajo molido, perejil mondan y muelen chiles tostados,
picado, pimienta y vinagre. 112 jengibre, clavo, canela, pimienta y
azafrán, se sancochan las aves con agua,
manteca y sal, y se le echa el chile, vino,
vinagre, chorizos y jamón. 113

Dentro de la categoría de las recetas por función, el segundo grupo, presenta los
platos que cumplen un papel dentro de la cotidianidad social de los novohispanos y
está conformado por recetas relacionadas con aspectos cotidianos mas allá del
quehacer culinario, es decir, su valor radicaba en el uso que se les daba en otras
prácticas culturales como la nutrición, la prevención de las enfermedades, o en los
comportamientos previos a ciertas celebraciones religiosas, etc. En este sentido, las
recetas estaban dirigidas a la alimentación de los enfermos bajo la idea de que ciertos
platos ayudaban a la curación y conservación de la salud. Así mismo, algunas recetas
estaban en función de sustituir el consumo de la carne, los licores y los dulces, los
cuales prohibía la Iglesia antes de algunas fechas religiosas, como en los tiempos de

112 Gerónimo De San Pelayo, Libro de cocina, p. 49.


113 Dos Manuscritos Mexicanos de Cocina, p.95.
51
Cuaresma y Adviento 114 . En el siguiente caso, fray Gerónimo de San Pelayo titula
una receta como Día de Ascensión, en ella describe el tipo de plato que se debe
consumir en fechas de ascensión.

Día de la Ascensión
Sopa, principios y arroz; Pascua no se da sopa, sólo la vigilia de Navidad.
Ntra. Señora de Guadalupe, sopa y dos principios, San Felipe de Jesús lo
mismo. Estos dos días, para no errar preguntar al prelado. Estas advertencias
son las que tiene el libro de Fray Daniel. "Y Ud. las trasplanta." 115

De esta manera, la categoría de las funciones muestra que las recetas fueron creadas
en su mayoría para obtener una utilidad social relacionada con aspectos culturales, o
para generar una estética culinaria. Teniendo en cuenta las categorías de las recetas
por origen o por función, a continuación se presentará cuantitativamente, primero la
frecuencia de los ingredientes en todos los manuscritos; segundo, la importancia de
los ingredientes dentro de la creación de las comidas, y por último, la fusión de
tendencias culinarias.

2. Sobre las recetas y sus datos: un acercamiento a las fuentes desde lo


cuantitativo

En Libro de Dominga Guzmán, María del Carmen León García plantea un análisis de
un libro de cocina del siglo XVIII desde la perspectiva de la historia cultural, para
responder si se puede hablar de un mestizaje social y gastronómico en Nueva
España. Su investigación trata sobre un libro de cocina escrito por Dominga de
Guzmán hacia mediados del siglo XVIII en la ciudad de Toluca. El libro está
compuesto por un total de 107 fojas, escritas por varias personas muy posiblemente
familiares o cercanas a Dominga Guzmán, durante 1750 y 1799. Además en este libro
de cocina, se encuentran 358 recetas, e información adicional de la familia Guzmán,
como fechas de bautizos y pequeñas listas de mercado. La hipótesis de León García

114 El desarrollo completo de la relación entre recetas y otros aspectos culturales se da en el tercer
capítulo apartado dos.
115 Gerónimo De San Pelayo, Libro de cocina, p. 160.

52
es que para la época no es posible establecer un mestizaje gastronómico en todos los
grupos sociales pues, la creación del manuscrito de cocina tiene de forma
predominante recetas y temas relacionados a la tradición española. A partir de esta
hipótesis, desarrolla una historia regional (de Toluca) que tiene como hilo conductor
a la familia Guzmán.

Para sustentar su “hipótesis”, (la imposibilidad de mestizajes gastronómicos en el


siglo XVIII en los diversos grupos sociales de Nueva España, puesto que la
utilización de libros de cocina era reducida) establece los siguientes argumentos:
primero, la baja utilización de productos americanos en comparación a los productos
tradicionales españoles; segundo, la importancia del papel blanco europeo para la
creación de los manuscritos de cocina, ya que para el siglo XVIII en Nueva España no
se encontraban fábricas de producción de papel; tercero, el uso de libros en blanco
para la creación de manuscritos de cocina, en los cuales se registraban aspectos
importantes de la actividad cotidiana de los hogares, como lo son listas de mercado,
bautizos, matrimonios o celebraciones religiosas, además de las formulas culinarias
españolas; cuarto, la importancia de la educación en las mujeres criollas o españolas
para la administración doméstica y de la historia familiar de Dominga Guzmán para
la descripción de las costumbres criollas o españolas en la ciudad de Toluca; y quinto
la movilidad social en la región gracias a la actividad comercial de la ciudad de
Toluca con otros sectores cercanos como villas, haciendas y abastos. Respecto a una
historia de las prácticas culinarias el trabajo de Maria del Carmen León García es
fuerte por su uso y análisis del libro de cocina como hilo conductor de una
investigación , es decir, por tratarlo como fuente histórica y no como una recopilación
de datos que se consulta cuando hace falta; y es fuerte también por la revisión de la
historiografía mexicana apropósito del papel de la cocina en la formación de ésta
sociedad.

Sin embargo, su hipótesis sobre el mestizaje gastronómico, al desarrollarse


primordialmente en un análisis cuantitativo de los ingredientes del manuscrito, no
53
abarca aspectos contextuales más allá de los que proporciona el estudio de la familia
Guzmán durante el siglo XVIII. Además, Maria del Carmen León García a partir de
su texto propone que el mestizaje gastronómico se desarrolló en el siglo XX a partir
del discurso de la identidad nacional, el cual legitimó la comida mexicana como una
comida mestiza, pero no resalta la importancia de los manuscritos durante el siglo
XVIII Sobre ello expone en su texto:

Las evidencias de la cuantificación permitieron pensar en la acción de la


política nacionalista conformadora de la representación de la nación
mexicana. Su discurso impone maneras de comer que identifican a la “cocina
mexicana” y unifican la historia de la alimentación en detrimento de la
variedad cultural, de las costumbres de diferentes sectores de la población y
de los platillos regionales. Complementar este análisis de las recetas en el
libro de Dominga de Guzmán implicaba una emoción suprema. Tendríamos
elementos para dejar de escuchar tantos lugares comunes con los que se habla
de la “cocina mexicana”, resultante mestizada del “encuentro entre la olla de
barro y el cazo de cobre” o “entre el chile y la manteca”. 116

Como se mencionó en el primer capítulo, el debate historiográfico sobre el mestizaje


culinario tiene dos grandes posturas, sin embargo, en esta investigación lo que se
analiza es el proceso y materialización de fusión de las tendencias culinarias indígena
y española, que se manifiesta en los manuscritos novohispanos. Los libros de cocina
creados en el Valle de México y el contexto sociocultural de la época evidencian que
aunque la utilidad de alimentos, utensilios y técnicas españolas es mayor, la
apropiación de alimentos, utensilios y técnicas indígenas también está presente, por
lo que la propuesta de León García puede ser debatible.

Ahora bien, Maria del Carmen León García en su investigación clasifica las 358
recetas del manuscrito de Dominga Guzmán en 150 recetas saladas y 208 recetas
dulces. Posteriormente presenta la cantidad de ingredientes americanos y europeos
en las recetas saladas y determina que hay una aceptación de los alimentos
americanos pero que no se registra la incorporación de prácticas culinarias indígenas
en los libros de cocina del siglo XVIII. Partiendo de esta idea, y para demostrar que sí

116 Maria del Carmen León García. El libro de Dominga de Guzmán. p. 23.
54
hay una fusión de tendencias culinarias aún cuando haya primacía de la cocina
española, se adoptó por aplicar este mismo método a los cuatro recetarios que se
trabajan en la presente investigación. De tal modo, se compararon las 150 recetas
saladas del manuscrito de Dominga Guzmán y las 644 recetas saladas que aparecen
en los cuatro libros de cocina, para mirar si hay un aumento o disminución de los
alimentos.

55
Comparación de Ingredientes I
400
336
350

300 270

250 219
203
200
157 151
136 134
150 115
103 103 95
78 72 75 82
100 66
53 60
39 43 38 32 48
31 26 24 22
50
611 31 1216 15 82 18 50
3 3 30 21
0
o

ar

es
te

n
e

il e

Co o
e
ar

la

ich o
a
s

ro

ro
l la

o
s
er

n
Aj
na
ei t

ra

ot

Ci s
rd
az

av
ne
ca

ot
úc

in
ne

o
ib

nt
Ch
e
m

bo
m
ar

af
u

en
Ce
Ac

Cl
lab

rn

Ej
ro
ua

ar
m

Az

Ca

la
ei t
co

Az

Ca

Ce
p

Ca

e ll
ar

Al
Ag

Ca
ca
Ac
de

sr
Al

Ch
ca
e

il e
ei t

Al

Ch
Ac

Ingredientes en 644 recetas de los 4 libros de cocina Ingredientes en 150 recetas de libro de Dominga Guzmán

Tabla No. 3: Comparación de ingredientes entre el Libro de Dominga Guzmán y los cuatro libros de cocina

56
Comparación de Ingredientes II

400
347
350
288
300 275
251
250 224
204
187
200 171 164
142 154 144
150 120
87 85
100 66 56
58 55 47
30 30 35 25 41 38
50 23 17 20 14 19
10 11 6 14 13 15 60 51 8 11
2 0 1 3
0
z

l
n
pa

Pi d o
Ga l

Ji t n

ll o
Pe ji l

no
vo

To ra
l lo

M o le
na

ca

Sa
e

V i te
e
s
Or as

Re
í jo

Te t e

Pa
ó

at

nt

ale

gr
an

re

a
e
Pa
te

Vi
M
m

Po
Ga

a
ue
l li
Fr

qu
M

rn
ci l

m
om

ie

na
sc
Pe
ég
an

m
Ja
H

m
or

es
Ta
M

qu
Te
Ingredientes en 644 recetas de los 4 libros de cocina Ingredientes en 150 recetas de libro de Dominga Guzmán

Tabla No. 3: Comparación de ingredientes entre el Libro de Dominga Guzmán y los cuatro libros de cocina

57
Comparación Porcentual de Ingredientes I

90,0
76,7
80,0
68,7
70,0
60,0 52,2 52,0
50,0 41,9 44,0
40,0
35,3 31,5 34,0
40,0 24,4 32,0
26,0 25,3
23,4 21,1
30,0 20,7 20,8
16,0 17,3 14,8 16,0 14,7
20,0 11,2 10,7 12,7
6,7 11,6 12,0
7,3 5,0
10,0 0,9 0,5 0,7 1,9 2,0 2,3 2,0 1,2 1,3 0,8 0,5 0,0 0,3 0,7
0,0
0,0
o

t es
il e
e

C a ca r

Co o
C h er d o
Az n

C a la
te
Aj

Ca e
Az ar
Ag nas

Ca a

l la
Ce o

tr o
s

in o
ei t

av
t
á

n
Al es

az
ca a r r a

er
ne
ca
Ac er

Ch
mo

Ejo
b
a fr

C i os

bo
ú

lan
Cl
Ac

n
mi
u

rn
la b

m
om

ua

en
ar
rro
ei t

ic h

e ll
ca
ec

pa
Al

sr
ed

il e
Al
ei t

Ch
Ac

% Ingredientes en 644 recetas de los 4 libros de cocina % Ingredientes en 150 recetas de libro de Dominga Guzmán

Tabla No. 4: Comparación porcentual de ingredientes entre el Libro de Dominga Guzmán y los cuatro libros de cocina

58
Comparación Porcentual de Ingredientes II
90,0
80,0
80,0
70,0
58,0 56,7
60,0 53,9

50,0 44,0 44,7 42,7


38,7 39,0
36,7
40,0 31,7 34,8 29,0 31,3 25,3
26,6 23,9 23,3 25,5 27,3
30,0 22,0 22,4
20,0 20,0
20,0 13,3
8,7 9,3 8,7 7,3
0,2 2,2 0,8
10,0 3,6 1,3 0,2 0,7 2,6 3,9 3,3 0,9 3,0 1,2
0,0 0,0 0,9 0,7 0,2 0,0 0,7 2,0
0,0

Ta al
s
M aíz

Pe a
G a ol

ll o

no
J i t ón

M o le

P e ji l
l lo

Re
Ja m o

Pi ad o

T o ra
na

V i a te
a
a te

o
Pa

e
ta

qu es
S
O r ll a s
ev

T e it e
te c
íj

gr
an

re
Pa

Vi
M

Po
Ga

en

Te m al
Fr

l li

rn
m
om
Hu

qu
sc

na
ci
ég
an

mi
or

es
% Ingredientes en 644 recetas de los 4 libros de cocina % Ingredientes en 150 recetas de libro de Dominga Guzmán

Tabla No. 4: Comparación porcentual de ingredientes entre el Libro de Dominga Guzmán y los cuatro libros de cocina

59
La importancia de observar los componentes de las recetas saladas se debe a que a
través de éstas, se puede determinar la utilización de los diferentes tipos de
ingredientes. Como se mencionó, hay dos grandes divisiones de sabor hechas por León
García —Dulces y Salado—, en este caso, solo se tomaron las recetas saladas, pues León
García no presenta la cantidad de apariciones de los ingredientes en las recetas dulces.
Ahora bien, el libro de cocina sobre el cual trabaja León García tiene significativamente
menos recetas que las que se emplean en los cuatro libros de esta investigación.

En la tabla 3 y 4 llama la atención la caída del empleo de las carnes en los recetarios de
la segunda mitad del siglo XVIII. Como se mencionó en el primer capítulo, las recetas
basadas en carne de res, eran fundamentales en la dieta española, los indígenas por su
parte incorporaron las carnes de gallina, carnero y cerdo por su bajo precio y su valor
alimenticio. Esta caída en el consumo de carnes, específicamente la de res puede
evidenciar elementos que de la fusión de tendencias culinarias, puesto que a menos
consumo de carne de res, mayor consumo de cereales como el maíz o los frijoles o
carnes de origen americano, como el guajolote. Pero el aspecto más importante en esta
comparación del conjunto de libros de cocina es lo que tiene que ver con el empleo y/o
aparición de ingredientes americanos. Entre estos se encuentran la calabaza, el camote,
el chile, el fríjol, el jitomate, el mole, la papa, el tamal y el tomate verde. Sin embargo, el
problema no es sólo la aparición de estos ingredientes americanos, sino la manera como
algunos de ellos dan paso a la incorporación de prácticas y recetas típicamente
americanas, como es el caso de los tamales. En el libro de Dominga Guzmán, no hay
evidencia de tamales, en los cuatro libros de cocina se encuentran, en cambio, ocho
recetas de tamales, y siete recetas más donde se hace referencia al Nixtamal 117 o al
tamal. Como se puede observar, a pesar de que hay cambios en los dos conjuntos de
libros, en ambos se están empleando ingredientes americanos en una proporción más o
menos similar, muestra de ello es el chile y el jitomate. Esta es una de las razones que

117El nixtamal es un tipo de masa preparada con maíz y con cal principalmente para la elaboración de
tamales y tortillas en México.
60
permiten demostrar cómo las tendencias culinarias del siglo XVIII, se fusionaban, pese a
que León García insiste en que esto se da sólo a partir del XIX. Existe una diferencia de
cerca de 30 años en la creación del manuscrito de cocina de Dominga de Guzmán y los
cuatro manuscritos de la investigación, lo cual hace probable que cambiara el contexto
en el que se daba la importación de ciertos productos desde España. La tabla 4 muestra
también, los porcentajes de la presencia de ingredientes en relación al número de
recetas, lo que proporciona una perspectiva más clara de la manera como varía la
incorporación de los diferentes ingredientes entre los recetarios del Valle de México y el
de Toluca comentado por León García. Si bien es cierto que, en términos generales, el
comportamiento del empleo de los ingredientes en los dos bloques de recetas es
bastante similar, a partir de estos porcentajes comparativos se pueden observar varias
cosas: en primer lugar, existe una relación homogénea con respecto al empleo de ciertos
ingredientes que servían como condimentos, como es el caso de la cebolla y el ajo. En
segundo lugar, es interesante notar cómo decrece la utilización de algunos alimentos
que eran centrales en las costumbres culinarias españolas, como la pimienta, la canela y
el clavo. Esto se explica en buena medida por la adopción de ingredientes americanos
para la creación de condimentos, además de los costos y las dificultades para
obtenerlos.

Para concluir el presente capítulo, la comparación cuantitativa hecha con la tesis de


Maria del Carmen León evidencia que los alimentos que conforman la tendencia
culinaria española son predominantes frente a los alimentos de la tendencia culinaria
indígena. Esto se da por dos razones. Primero, porque como se ha mencionado a lo
largo del texto, los libros de cocina en Nueva España se crean a partir de la influencia de
libros de cocina españoles ya sea para conservar las tradiciones culinarias peninsulares
o para crear nuevas recetas con base a las españolas. Segundo, porque los creadores de
los libros de cocina en Nueva España, como lo menciona León García, son de grupos
sociales con acceso a la escritura y a las costumbres europeas. Sin embargo, al hacer las
clasificaciones a partir de los categorías de origen y de función las recetas se puede ver

61
que los libros de cocina utilizados en esta investigación tienen un número mayor de
recetas fusionadas, es decir, por un lado, la adaptación de algunos ingredientes
americanos, como el chile, el jitomate y el mamón, en recetas tradicionales españolas, ya
sean dulces o saldas muestra un conocimiento sobre algunos elementos culinarios de la
tendencia indígena. Por otro lado, la adopción de recetas como el tamal o el mole,
características de la alimentación indígena dentro de grupos sociales hereditarios de
España, como lo son los españoles y criollos, demuestra que para el siglo XVIII la
cotidianidad culinaria, como otros aspectos culturales de la sociedad novohispana está
en constante cambio y relación.

62
CAPÍTULO 3

DE LOS LIBROS DE COCINA A LA FUSIÓN DE TENDENCIAS


CULINARIAS

“Todos comemos y bebemos, todos dormimos y


morimos; pero la forma de hacer todo esto no es
intemporal sino histórica. Cada época tiene su modo de
percibir la vida y la muerte y de satisfacer las
necesidades corporales, y cada situación impone
determinadas exigencias. Por eso tiene sentido una
historia de la vida cotidiana que puede decirnos mucho
acerca de gustos, temores, desdichas y alegrías que
dejaron huella en las costumbres y en las creencias”. 118

1. Lo que narran los libros de cocina: su valor cualitativo

En el primer capítulo de este trabajo se definieron los libros de cocina a partir de sus
tres funciones principales, éstas, como se explicó son: registrar un conjunto de recetas;
señalar la experiencia e inventiva del quehacer culinario; y conservar el conocimiento de
la práctica culinaria. Posteriormente se presentó la información particular conocida
sobre los cuatro libros de cocina utilizados en la investigación. De esta manera se
estableció, primero, que fueron creados en el Valle de México durante la segunda mitad
del siglo XVIII; segundo, que tienen influencia de los libros de cocina europeos; tercero,
que utilizan ingredientes originarios de América; y cuarto, que las tendencias culinarias
necesitan de una tradición oral que se materializa en la creación de documentos escritos.

En el segundo capítulo se mostró la importancia de los libros de cocina como un objeto


histórico, puesto que permiten un acercamiento a la cotidianidad de la sociedad
novohispana del siglo XVIII. Además, se desarrolló la relación de los cuatro
manuscritos con los libros de cocina europeos para evidenciar algunos de los elementos
conformadores (alimentos, utensilios, preparaciones, presentaciones y expresiones

118 Pilar Gonzalbo Aizpuru (Coordinadora) El Siglo XVIII: Entre tradición y cambio, p. 11.
sociales) de las tendencias culinarias predominantes en Nueva España —indígena y
española—. Para el efecto, se trataron las recetas contenidas en los libros de cocina a
partir del análisis de cuadros estadísticos, que dieron cuenta del número de
ingredientes y de las distintas clasificaciones de las recetas; con lo cual tratamos de
observar que sí hay una fusión de tendencias culinarias españolas e indígenas.

Por lo anterior, el presente capítulo se trata insistir en el valor social de los libros de
cocina: las características y relaciones que demuestran que los manuscritos, si bien
provienen de una tradición española, para el siglo XVIII registran una fusión de
tendencias culinarias españolas e indígenas. Para lograr este objetivo, se analizarán los
libros de cocina desde los títulos de las recetas, la redacción de las mismas, la manera
como se revelan aspectos de la vida cotidiana y la formación del gusto.

Por último, a diferencia de los capítulos anteriores en donde se ha reseñado qué tipo de
instrumentos, ingredientes y procedimientos se empleaban, en este apartado lo
importante es observar cómo se narran estos aspectos dentro de la composición de la
receta. Las expresiones no remiten a un lenguaje técnico culinario, sino a experiencias
que nacen de la cotidianidad culinaria. Por esta razón, otra forma de leer el valor social
de los libros de cocina y la fusión de las tendencias culinarias, además de los títulos, es a
través de un examen de la redacción de todo el cuerpo de los manuscritos.

1.1. Los títulos de las recetas: valor social, características y relaciones entre las
tendencias culinarias

Luce Giard explica que la invención de los títulos de las recetas se dan por una doble
configuración social; 119 éstos son, el contexto en el que se crean las recetas y las prácticas
culinarias que se manejan en una sociedad en particular. Separa entonces, tres grupos
de títulos: el primer grupo está compuesto por títulos descriptivos, los cuales, como su
nombre lo indica describen los alimentos, utensilios y pasos necesarios para la creación

119Michel de Certeau; Luce Giard y Pierre Mayol. La invención de lo cotidiano. 2. Habitar y cocinar. pp. 225-
229.
64
de un plato destinado básicamente a la alimentación cotidiana de los hogares. En los
manuscritos novohispanos encontramos 68 títulos que entrarían en este grupo. En esta
clasificación entran tanto las recetas de origen español, como a aquellas en que se
evidencia la fusión de tendencias culinarias. Un par de ejemplos representativos son los
siguientes:

Pollos con naranja Jamón con jitomate

Se ponen a cocer dos pollos con agua, Se remoja el jamón, si hay lugar de un
sal, manteca, pimienta y clavo molido y día antes en agua fría, y si no hay lugar
para llevarlos a la mesa se exprimen se cuece para desalarlo, luego se fríe el
unas naranjas y se echa aceite, no hierve jitomate molido y se le echan unos
con todo esto, ni lleva azafrán. 120 cuantos ajos machucados y la sal
correspondiente; cuajado el jitomate se
vuelve a echar el jamón y se revuelve
todo. 121

Los títulos descriptivos son los de menor porcentaje (6.8%) en el conjunto de las recetas
trabajadas para esta investigación, porque se trata de aquellas recetas que son
importantes por su uso común. Estas fórmulas en los títulos, ofrecían una información
completa: el procedimiento, las cantidades, qué se podía hacer para que tuviera mejor
sabor, como lo menciona “Pollos con naranja”. En otras palabras, eran aquellas donde
menos intervenía la creatividad del cocinero sino su técnica culinaria..

El segundo grupo, está compuesto por títulos analíticos y responde a recetas en las
cuales se precisan los alimentos y utensilios, pero no se explican de manera exacta los
procedimientos o las cantidades para la creación del plato. A su vez, este grupo se
subdivide en analíticas simples y complejas. Ambas se encuentran tanto en libros de
cocina domésticos, en el Cuaderno de guisados o el Recetario novohispano, o en libros de
cocina creados por instituciones —laicas o religiosas— como el manuscrito de fray

120 Dos Manuscritos Mexicanos de Cocina, p.27.


121 Recetario Novohispano, p. 31
65
Gerónimo de san Pelayo. Giard explica también que: “lo esencial permanece callado,
oculto en el anonimato de su autor que no pretende la condición de inventor” 122 , es
decir en este tipo de recetas el cocinero no busca demostrar su capacidad inventiva sino
su conocimiento dentro del quehacer culinario. Los títulos analíticos simples se pueden
ejemplificar de la siguiente manera:

Papas Turrón

Las puedes dar como quieras variando o A una libra de azúcar siete claras de
en revoltijo, según queda dicho, o en huevo. 124
aceite y vinagre y cebolla picada. 123

Este tipo de recetas requerían un conocimiento previo del oficio, de manera que no
estaban dirigidas al común de la gente. La receta del turrón o de las papas, no
proporcionaba indicaciones específicas, sin embargo para un cocinero estas narraciones
conllevaban un conocimiento anterior: para producir turrón, a diferencia del merengue,
se requería una mayor proporción de azúcar pulverizada y una menor cantidad de
huevos y sutilezas de este tipo que no son explicitas en la presentación del
procedimiento.

Recetas como Papas, habas, calabaza mediana o turrón son una muestra de la sencillez a la
que estos títulos podían llegar. Sin embargo, los títulos analíticos complejos, que son la
mayoría (56%), solían estar compuestos por un ingrediente y el tipo de plato que se
hacía con él. De esta forma, las Albóndigas de Gallina, Salsa de chilote, Mamones rellenos o
Guiso de conejo para carnero 125 , son platos que a su vez se clasifican como principios,
salsas, pasteles o guisos que requieren de un razonamiento cultural y culinario, es decir,
de un conocimiento previo del cocinero y de un consumo común. El total de las recetas
en este grupo, gracias a su doble clasificación y su escasa pretensión creativa, es de 554,

122 Michel de Certeau; Luce Giard y Pierre Mayol. La invención de lo cotidiano. 2. Habitar y cocinar, p. 228.
123 Gerónimo De San Pelayo, Libro de cocina p. 88
124 Dos Manuscritos Mexicanos de Cocina, p.148.
125 Albóndigas de Gallina: Dos Manuscritos Mexicanos de Cocina, p. 31; Guiso para Carnero: Gerónimo De

San Pelayo, Libro de cocina, p. 35.


66
más de la mitad del total. Puede compararse los títulos analíticos sencillos con estos
complejos:

Salsa de chilote Mamones rellenos

Se pica el jitomate crudo y una cebolla en Harás la pasta de como molido, que quede
gajos según fuere, se cogen unos ajos y se jugosa y le echarás pasas, almendras y
doran en la manteca, ya que está refrito el piñones; cogerás mamones de los
ajo se echa el jitomate, si está colorado y redondos chicos, los ahuecarás, los
maduro se echa junto con la cebolla, si rellenarás con la pasta, y con las tapitas
está verde se echa el jitomate primero, su que les quitaste los taparás y los irás
punta de clavo, canela, cominos, azafrán, poniendo en el platón que cubran, les
su jamón, chorizos, huevo duro, echarás su almíbar con vino y luego los
tornachiles, pasas, almendras, alcaparras, taparás con huevos moles, que queden
aceitunas, azúcar y su punta de vinagre y bien cubiertos. Les pones almendras,
perejil. 126 pasas y piñones. 127

El último grupo, los títulos misteriosos, son aquellos platos que por un lado, no refiere
directamente los ingredientes que construyen la comida y necesitan de una explicación
adicional; y, por otro lado, no suelen ser puntuales en la narración de las recetas, como
es el caso del embarrado del recetario novohispano; o el escondido del cuaderno de guisos
caseros:

El embarrado El escondido

Se lavan las pollas muy bien y se ponen a Se echan gallinas en agua con unos
cocer con sal, manteca, y todas las demás pedazos de jamón y sus especies enteras,
especias, en su tanto unos pedazos de se ponen a dos fuegos, se les echa
cebolla, chile verde, tomate y almendras, manteca, vino y vinagre, y al medio día
media taza de aceite de comer y un poco unas cáscaras de almendras tostadas y
de vinagre, se tapa la olla con engrudo y molidas, unas yemas de huevo batidas y
así que están cocidas se sirven en sus cortadas con sumo de limón. 129
platos. 128

126 Dos Manuscritos Mexicanos de Cocina, p. 144.


127 Recetario Novohispano, p. 53.
128 Recetario Novohispano, p. 27.
129 Dos Manuscritos Mexicanos de Cocina, p. 20.

67
Cabe resaltar que, por un lado, para la creación de estas dos recetas el cocinero debía
tener una buena experiencia culinaria, debía además, saber las cantidades necesarias de
los ingredientes, los tiempos de cocción, los utensilios y procedimientos requeridos para
la creación del plato. Los ingredientes que conforman estas recetas son de conocimiento
general, tanto en círculos privados —hogares— como en círculos institucionales —
conventos y/o restaurantes—puesto que estructuran un gusto culinario específico y
colectivo.

Por otro lado, los títulos misteriosos se relacionan con una tradición social y culinaria, al
mencionar el lugar geográfico del producto, o un producto típico de un lugar ya que “al
contrario de la comida ordinaria —o cotidiana— no es estrictamente analítico ni
explicativo. [Este tipo de título] Designa otro lugar que llega hasta nosotros, sin ofrecer
la escalera de Jacob hacia alturas sociales”. 130 Es decir, refina el gusto colectivo por
medio de una gastronomía común a la sociedad en general. En los cuatro libros de
cocina, se encuentran 366 recetas con títulos misteriosos. Esto refleja primero, un
conocimiento de varias tendencias culinarias europeas entre quienes crearon y
utilizaron los manuscritos en Nueva España; y segundo, la fusión de las tendencias
culinarias españolas e indígenas. Ejemplo de ello son las siguientes recetas: los Buñuelos
de España y el Clemole Poblano:

Buñuelos de España Clemole poblano

A cinco libras de harina, veinticinco Se toma un poco de ajonjolí tostado,


huevos, medio de vino, cinco dedos de pepitas de chile, un poco de cilantro y
manteca, se amasan y se extienden con cominos, todo tostado, unos dientes de ajo
palote, se cortan largos y con una carretilla asados, clavo, pimienta, canela, jengibre,
se pone la manteca, que esté bien caliente, poco chile ancho remojado y chile ancho
se echa el buñuelo en ella y con palito se le tostado, más del remojado, tomates y
hace el nudito para que quede como jitomates cocidos, todo esto se muele y se
abanico, se le echa su almíbar por fríe en manteca bien caliente 132 .

130 Michel de Certeau; Luce Giard y Pierre Mayol. La invención de lo cotidiano. 2. Habitar y cocinar, p. 228.
131 Recetario Novohispano, p. 43.
132 Recetario Novohispano, p. 69.

68
encima 131 .

Los buñuelos expresan directamente el origen y el gusto español por este producto, el
clemole por su parte, aunque no señala su lugar de origen, mantienen el nombre
original dado en Nueva España por los indígenas. En este sentido, las 366 recetas que
abarcan este tipo de nombres muestran un refinamiento dentro del quehacer culinario y
la influencia de las costumbres novohispanas en el siglo XVIII.

Al mirar cómo son llamadas las recetas dentro del conjunto de libros de cocina, se pone
de manifiesto que las tendencias culinarias están en permanente cambio y correlación,
que se deben estudiar desde todos los elementos que las conforman. Los libros de
cocina, señalan algunas características de las tradiciones y los cambios tanto de las
tendencias como de las sociedades que las sostienen:

Desde el fondo de los tiempos, llegan a nosotros las artes de alimentarse, en


apariencia inmóviles en el corto plazo. Abastecimiento, preparación, cocción y
reglas de compatibilidad pueden muy bien cambiar de una generación a otra, o
de una sociedad a otra. Pero el trabajo cotidiano de las cocinas permanece como
una manera de unir materia y memoria, vida y ternura, instante presente y
pasado abolido, invención y necesidad, imaginación y tradición: gustos, olores,
colores, sabores, formas, consistencias, actos, gestos, movimientos, cosas,
personas, calores, especias y condimentos. 133

Los nombres de las recetas dejan entrever que éstos se relacionan con el entorno
cultural que los produce, porque títulos de los manuscritos novohispanos revelan por sí
mismos no sólo las prácticas de la cocina que menciona Giard en la cita anterior —
abastecimiento, preparación, cocción—, sino también la fusión de tendencias españolas
e indígenas, a su decir, materia y memora. Igualmente, evidencian otro elemento
importante, pues, la forma como se narran las recetas tienen relación a la experiencia
que quien escribe tiene de su sociedad.

133 Michel de Certeau; Luce Giard y Pierre Mayol. La invención de lo cotidiano. 2. Habitar y cocinar, p. 229.
69
1.2. Las recetas y su lenguaje: reglas del quehacer culinario y su cotidianidad social

Los libros de cocina, son una manifestación y materialización de las tendencias


culinarias de una sociedad. Como se mencionó en la anterior cita, el “arte de
alimentarse” no se da de manera casual, y se conforma a partir de una distinción o
estética culinaria en correlación con lo cultural. La cocina que había en Nueva España
para el siglo XVIII, al igual que en cualquier otro lugar, persistía entre la necesidad de
conservar hábitos culturales heredados y la sorpresa del cambio que suponía el
encuentro de tendencias culinarias. Esto se refleja no sólo en los títulos, sino también en
la narración de las recetas, las cuales puntualizan, evidencian y concretan acciones,
necesidades y gustos de una sociedad, porque el lenguaje, las medidas, las
comparaciones, entre otros aspectos, son específicos de esa sociedad. En una receta de
huevos batidos, una expresión como “se baten con un molinillo como chocolate” 134 ,
revela una cultura, la mexicana, donde el uso del chocolate estaba integrado en su dieta
alimenticia. Porque se parte de un lenguaje particular, desde una experiencia cotidiana,
para formar una imagen de cómo se deben batir los huevos.

En este sentido, la composición de una receta, oral o escrita, está conformada, según
Giard, por “cuatro ámbitos distintos de objetos o de acciones”, 135 que como hemos
mencionado se relatan desde la experiencia de lo cotidiano: los ingredientes, en primer
lugar, marcan el desarrollo de la creación, son la base del resultado final, éste, como se
ha descrito puede ser un principio, guiso o pastel; en segundo lugar, el quehacer
culinario requiere de utensilios y recipientes para la cocción de los ingredientes; en
tercer lugar, procedimientos, acciones y descripciones del cocinero; y finalmente, el
producto final al cual se le denomina con un nombre para su consumo.

A pesar de esta separación en cuatro ámbitos, es preciso señalar que todos los
elementos narrativos de los libros de cocina como documento están interrelacionados,
ya que la escritura y el lenguaje tienen un carácter oral, es decir, se escribe el texto como

134 Dos Manuscritos Mexicanos de Cocina, p. 112.


135 Michel de Certeau; Luce Giard y Pierre Mayol. La invención de lo cotidiano. 2. Habitar y cocinar, p. 221.
70
se habla y actúa dentro de la cotidianidad de la cocina y la sociedad. Por ello “la receta
de cocina complica la situación, pues se trata por su intermediación, de “hablar en
lenguas” de las acciones, decir lo estrictamente necesario sin olvidar la información
indispensable”. 136

Los ingredientes al ser el hilo conductor más evidente dentro de los libros de cocina, no
son agentes estáticos, mantienen una dinámica y valor con respecto a las acciones o
procedimientos de las prácticas culinarias, porque la movilidad de un ingrediente
responde a la función que cumple en enl plato. Por ejemplo, en una receta como el
Axiaco 137 la utilización del chile esta en función de la condimentación del plato, en otras
ocasiones, este mismo ingrediente es el plato en si, como en la receta Migas de chile. 138
Estas prácticas a su vez pueden tener tradición culinaria española o indígena, ya que la
narración de los ingredientes no se queda solamente en mencionar cómo se deben
utilizar los alimentos para la composición de la receta, sino que incluyen un lenguaje
que hace referencia a formas culturales en como se medien y tratan los ingredientes.
Expresiones como “un poco de jitomate” 139 denotan un ingrediente y un peso común
dentro de la lengua del cocinero, pues no se hace necesario explicar con precisión qué
cantidad.

Sobre los procedimientos que se deben seguir con el ingrediente o producto que se está
cocinando es frecuente la comparación. Encontramos entonces referencias como: “se
envuelven como un chilaquile“ 140 o “se cuelan, se cuecen como el atole” 141 que
presentan una apropiación sobre palabras y productos americanos, así como también
representan una acción específica que conoce el lector. Por esta razón, la forma como se
narran los ingredientes explica las necesidades de quienes crearon las recetas y su gusto
culinario a partir de un dialogo verbal o escrito entre la acción de cocinar y la

136 Michel de Certeau; Luce Giard y Pierre Mayol. La invención de lo cotidiano. 2. Habitar y cocinar, p. 222.
137 Dos Manuscritos Mexicanos de Cocina, p. 23.
138 Dos Manuscritos Mexicanos de Cocina, p. 85.
139 Gerónimo De San Pelayo, Libro de cocina, p. 54.
140 Dos Manuscritos Mexicanos de Cocina, pp.131-132.
141 Recetario Novohispano, p. 40.

71
cotidianidad del lugar. Además, evidencia la presencia de la fusión entre tendencias
culinarias, pues, como ya se dijo, aunque el libro está dirigido a españoles, los términos
y acciones que se describen son de origen americano.

Por otro lado, la narración de los utensilios dentro de los manuscritos no es constante,
porque entre el quehacer culinario su utilización es obvia. Los libros de cocina al ser un
instrumento del las prácticas culinarias, son leídos permanentemente por los cocineros.
En este sentido, el manejo de los utensilios supone, por un lado, un conocimiento del
lector, y por otro lado, una cotidianidad de la época frente al empleo de estos
instrumentos. Sin embargo, cuando aparecen en la narración de las rectas es porque su
uso es indispensable para desarrollar la creación del plato. Un ejemplo de ello es la
utilización del metate en las albóndigas, comida de tradición española:

Albóndigas
Se coge un pedazo de pulpa de carnero y un pedazo de carne de puerco, se lava
muy bien y se pica, antes de picarla se despelleja, ya picada se muele en metate,
se le echa clavo, canela, pimienta, cilantro, cominos, azafrán, se pica yerbabuena,
perejil y se revuelve con esta carne, con su punta de vinagre, vino, ajos, manteca
y huevos, se le echa a esta carne y se amasa, ahora se hace el relleno para
rellenarlas con pedacitos de jamón, pasas, tornachiles, almendras, alcaparras,
aceitunas en escabeche, pedacitos de chorizos y huevos duros; a este relleno se le
echan las mismas especias y su vino, jitomate picado, perejil y manteca, se
revuelve este relleno, sin llegar al fuego se coge la cantidad de carne picada, un
pedazo que hincha la mano y le hace un agujero y se le echa del dicho relleno y
se van envolviendo muy bien, ha de estar el caldillo de jitomate hirviendo a
borbollones, así se han de ir echando las albóndigas y se han de cocer unas
cebollas y duraznos, se han de echar unos dientes de ajo; después de sazonado
con todas sus especias un terrón de azúcar. 142

En esta receta, se evidencia otro elemento de la fusión de tendencias culinarias, ya que


los libros de cocina son creados, escritos y utilizados por grupos sociales letrados, en los
que permanece arraigada la tradición culinaria española y en los que se encuentran
utensilios indígenas como el metate (en 19 recetas) o el comal (en 33 recetas) . En recetas
de tendencia culinaria española este tipo de mención, revela además que dentro de la

142 Dos Manuscritos Mexicanos de Cocina, p.77.


72
cotidianidad social, el empleo de estos utensilios o recipientes trascendió su origen
indígena y se les asignó un significado en las prácticas culinarias españolas.

Por su parte, lo que respecta a los procedimientos, acciones y recomendaciones del


cocinero, se evidencia un carácter oral y activo de la receta, es decir, a medida que se lee
el manuscrito se actúa dentro de la cocina. La narración es una secuencia, sin pausas o
momentos previos, los pasos pueden hacerse simultáneamente o en tiempos distintos,
pero apenas se separan por medio de comas. La medida de estos tiempos se da en días,
horas, pero también por medio del las cocción del ingrediente. Se encuentran ejemplos:
“se ponen a hervir hasta que estén cocidos” 143 o “hasta que endulce”. 144 En estos casos
se nota que las medidas del tiempo son relativas en tanto que tales mediciones no se
explicitan en temporalidades concretas, sino de acuerdo a la experiencia y el criterio del
cocinero.

De esta experiencia relativa del tiempo dependen los procedimientos y las acciones, es
decir, el conjunto de cosas que hay por hacer: desde pelar, moler o batir un ingrediente,
hasta la forma de cocción y su presentación. Así, las narraciones de las recetas no apelan
a un lenguaje técnico como el que se encuentra en los recetarios actuales, sino a un
relato en el cual los procedimientos y acciones recurren a imágenes cotidianas. Un
ejemplo se encuentra en esta forma de hacer hojuelas para tomar el muy americano
chocolate:

Hojuelas para tomar chocolate


A tres libras de harina, una de azúcar, tres huevos con claras, tres yemas, cuatro
pozuelitos de vino blanco y más de medio de manteca derretida. En una taza
caldera de agua de anís se desbarata un pedazo de levadura del tamaño de un
huevo y no se amasa como todas las masas, sino que se apuña hasta que
partiéndola con cuchillo haga ojitos y se va extendiendo; se cuece en un comal,
otros huevos han de ser enteros y tres yemas más. 145

143 Dos Manuscritos Mexicanos de Cocina, p. 73.


144 Dos Manuscritos Mexicanos de Cocina, p. 80.
145 Recetario Novohispano, p. 51

73
Como se nota en esta receta, la narración presenta las acciones en un mismo momento:
desde la citación de los ingredientes, hasta los diferentes procedimientos pasando por el
empleo de diferentes utensilios, todo se presenta en conjunto, sin pausas. El lenguaje se
basa en acciones cotidianas que entendería una persona de su época. En este caso, el
tratamiento de la masa es diferente, ésta se apuña hasta que haga ojitos; o la medida de la
levadura no es concreta como la harina y el azúcar, se describe como del tamaño de un
huevo. La cotidianidad desde la que se narra la fórmula, la unidad de este relato termina
con la siguiente frase: se cuece en un comal. Éste es un instrumento de origen indígena
que hace parte de la cotidianidad del cocinero que usa el recetario o de aquél que lo
escribe, de nuevo, estos aspectos cotidianos muestran valores cualitativos que prueban
la fusión de tendencias culinarias que la cuantificación no hace visibles.

En las narraciones, los procedimientos y acciones se complementan con las


recomendaciones del cocinero que escribe los textos. Es decir, en los libros de cocina se
encuentran tres tipos de recomendaciones: en primer lugar, aquellas que hacen alusión
a técnicas culinarias; en segundo lugar, las que aconsejan cómo mejorar el sabor de los
alimentos en función del gusto; finalmente, las que especifican el empleo de recetas en
función de las fiestas religiosas. Para el caso, es importante hablar de las dos primeras.
En la primera, sobre las técnicas culinarias, generalmente recomiendan cómo se debe
presentar el producto final, el plato. En la segunda, las recomendaciones manifiestan el
gusto a partir de expresiones como “bonito”, “rico”, “sabroso”, y el redactor trata de
hacer una propuesta para mejorar el producto. Veamos un ejemplo:

Modo de hacer la cocada


A dos libras de azúcar bien clarificada y colada, para lo que se tiene prevenido
un coco regular rallado. Acabado de colar la almíbar se pone al fuego y se le
echa el coco, se menea seguido hasta que quede espesa, se aparta y se deja en el
mismo cazo hasta que se enfríe. En éste se baten catorce yemas de huevo en dos
cuartillos de leche y se mezclan en el cazo de la pasta y se pone en la lumbre, no
se deja de menear hasta que tome punto de cajeta, se aparta, se adorna y se pone

74
en el plato con un real de polvo de canela, echándole por encima. Para dos cocos
el doble. 146

En esta receta el cocinero da tres recomendaciones, en primer lugar hace referencia a la


cantidad de coco que se debe emplear según el número de cocadas, aunque esto no se
hace explícito en la narración de la receta, es un conocimiento tácito a la creación del
plato. En segundo lugar, aconseja cuanto tiempo se puede menear el almíbar sin referir
qué cantidad de tiempo y al punto que debe llegar, de cajeta, es decir de textura de
dulce; finalmente, hace una recomendación sobre su presentación, en este caso,
adornado con polvo de canela.

Este último aspecto, la presentación, es frecuente dentro de los libros de cocina, lo cual
refleja que los platos no sólo cumplen con la función básica de alimentar, sino que
también tienen un carácter estético, un refinamiento del gusto. Esto se complementa con
el uso reiterativo de expresiones antes mencionadas como “sabroso” o “bonito”. El
gusto es una experiencia cultural que se constituye desde la cotidianidad social, y estas
recetas manifiestan una acción particular, que se observa en la forma de adornar y
presentar los alimentos.

Al analizar la redacción de las recetas, estas crean una imagen de doble vía en el lector:
por un lado, cómo se debe proceder dentro de la cocina, y por otro, cómo se debe
presentar el producto. Estas dos imágenes se manifiestan en colores, como por ejemplo
la combinación del jitomate (rojo) con el chile (verde), crea una experiencia visual, pero
también olfativa, que se convierten en una experiencia densa. Se entiende por esta
expresión, aquellas recetas que combinan productos fuertes —gustativa u
olfativamente— y cuyo resultado es un plato de sabores fuertes. Por ejemplo, mezclar
pimienta, clavo y azafrán en una misma receta, proporciona una experiencia densa del
gusto, lo que refleja la predilección de una sociedad como la novohispana por sabores
intensos, agrios y dulces, principalmente.

146 Recetario Novohispano, p. 87- 88


75
2. Sobre los valores sociales de las recetas y la vida cotidiana

Los libros de cocina, como se ha visto, reflejan aspectos de la vida cotidiana en la


medida en que el sujeto que produce los textos parte de las experiencias diarias del
quehacer culinario y éstas a la vez manifiestan una transformación y fusión de las
tendencias culinarias. Las recetas que conforman los manuscritos, dejan entrever
aspectos de la vida cotidiana como las maneras de la mesa, hábitos y costumbres
alimenticias, formas de comer, el sentido cultural de las medidas y el transcurrir del
tiempo, el qué y el cómo se come, etc. De estos múltiples aspectos de la vida cotidiana,
hay dos que llaman especialmente la atención: lo relacionado con el cuidado de los
enfermos y el sentido que tiene el alimentarse para purificarse, es decir, la comida que
se debía consumir en los momentos previos a las fiestas religiosas.

2.1. El cuidado de los enfermos.

En la tradición de la cultura cristiana desde la Edad Media, era usual relacionar los
alimentos con la salud. Esta relación se dio a partir de la teoría de los humores creada
por Hipócrates 147 , en la que se plantea que las enfermedades se generan a partir de
desórdenes en los cuatro humores -sanguíneo, flemático, colérico y melancólico-,
relacionados a su vez con los cuatro elementos de la naturaleza (aire, agua, fuego y
tierra). Estos humores se controlaban a partir de la alimentación. Por ello, la función
tanto del cocinero como la del médico, era la de atender al enfermo y mantener el
bienestar del sano.

Ésta tradición se prolongó hasta los tiempos modernos, como bien lo explica Juan Cruz
en su trabajo “Dietética medieval”, donde demuestra que en obras como el Quijote,
existe una estrecha relación entre comida y salud. 148 Con respecto a ésta relación, Cruz
explica que en toda Europa, para la clasificación de productos y platos, se tenía un

147 460 a.C.- 377 a.C. Para información general sobre la vida y los tratados médicos ver: “Hipócrates” [en
línea], disponible en: http://es.encarta.msn.com/encyclopedia_761576397/Hip%C3%B3crates.html o
http://es.wikipedia.org/wiki/Hip%C3%B3crates recuperado: 18 de Julio de 2008.
148 Juan Cruz Cruz, Dietética Medieval, p.11

76
conocimiento sobre los cinco sabores básicos. De esta manera, los sabores dulces,
picantes y amargos eran entendidos como sabores intensos; los amargos como sabores
leves y los salados como sabores moderados.

A su vez, a estos sabores se les reconocían propiedades curativas. Por una parte, los
dulces tenían un carácter húmedo, blando y nutritivo, porque eran intensos en el
paladar y ofrecían a otros órganos del cuerpo nutrientes básicos para su desarrollo, sin
embargo, en grandes cantidades afectaba la digestión por ser intensos. Las propiedades
de los sabores picantes, estaban en función de la circulación sanguínea en la medida que
producían calor en el cuerpo y en el alma. Eran recomendados para aquellas personas
que sufrían del bazo 149 y de temperamento frío. Por su parte, los amargos funcionaban
para problemas de pulmones y estreñimiento pues “disuelven y atacan los ligamentos
de la lengua; mezclados con otros sabores dan poco nutrimento, mas para quien tiene
lombrices son óptima medicina”. 150 Los ácidos al ser sabores leves estimulaban el
apetito en los enfermos y ayudaban a evitar la fiebre, los malestares estomacales y las
depresiones. Por último, los sabores salados, catalogados como moderados servían
también para la digestión y enfermedades intestinales, pero “producían sed, porque
secaban los humores”. 151

De esta manera, tanto los cocineros como los médicos cumplían con la función de crear
recetas y tratados sobre la comida:

Desde el siglo XVI hasta bien entrado el XVIII, los tratados de medicina y los
médicos se ocuparon profusamente de alimentos y propiedades medicinales de
los alimentos; y los cocineros, de medicina. En toda Europa, los recetarios
culinarios, renacentistas, o del Barroco abordan la cuestión de la comida no sólo

149 “El bazo es un órgano formado por sangre y células, esencialmente linfocitos, situado en el abdomen, a
la derecha del estómago, bajo las costillas. De color rosado, pesa, en estado normal entre 100 y 250 gramos
y en estos casos no se puede palpar desde el exterior. Sin embargo, cuando se ve afectado por alguna
enfermedad, aumenta de manera considerable de volumen y llega a pesar entre 3 y 4 kilos.” En: “Bazo”
[en línea], disponible en: http://www.institutobiologico.com/seminarios/bazo.htm recuperado: 18 de
Julio de 2008.
150 Juan Cruz Cruz, Dietética Medieval, p. 175.
151 Juan Cruz Cruz, Dietética Medieval, p. 175.

77
desde el punto de vista del gusto, sino también a partir de sus propiedades
medicinales, preventivas o curativas. 152

Para el siglo XVIII aunque su relación se vio debilitada por la aparición de muchos
alimentos nuevos, esta reciprocidad entre la alimentación y la salud se traslada también
a las colonias españolas. Encontramos dentro de los libros de cocina novohispanos
comidas especiales para enfermos en donde los sabores y los ingredientes juegan un
papel importante. A continuación una de las nueve rectas.

Otro
Se muele el morcón, jitomate y yerbabuena, clavo, canela, se calienta la manteca,
se fríe el ajo, se saca y se echa cebolla picada y frita, se echa el morcón con el
jitomate, a que se fría mucho, se le echa el caldo de gallinas o carnero, si quieren
se le echa granada y un poco de vino. 153

La receta se puede clasificar en dos grupos de sabores que se combinan a partir de los
ingredientes utilizados, no en función del gusto, sino de la salud. Uno de los grupos
está conformado por los sabores ácidos, que, como se mencionó anteriormente actúan
sobre problemas estomacales y para abrir el apetito. Los ingredientes que la componen
son: jitomate, hierbabuena, clavo, canela, cebolla, ajo, granada y vinagre. El segundo
grupo, los sabores salados y moderados, son los ingredientes como: la mantequilla, la
carne de gallina o carnero y el morcón: funcionan para la digestión.

Este ejemplo, que aparece en los manuscritos novohispanos, al clasificarse a partir de


los sabores, registra además que el jitomate se incluyó dentro de las prácticas de
prevención y mejora de la salud. Por lo tanto, la apropiación de este alimento dentro de
la tradición española da mención de la fusión de tendencias culinarias. Otras recetas
para enfermos, por su parte, utilizan ingredientes americanos como el tomate, la papa el
chile y el tornachile. Es decir, detrás de los libros de cocina, se hallaba un largo
conocimiento acerca de los usos de los ingredientes y sus preparaciones.

152 Citado por Maria del Carmen León García, El Libro de Dominga Guzmán, p. 81.
153 Recetario Novohispano, p. 24.
78
2.2. Alimentarse para purificarse

El segundo aspecto, alimentarse para purificarse refiere principalmente el uso y valor


de la comida en las fiestas religiosas. La tradición cristiana había dado una gran
importancia a la conmemoración de ciertos acontecimientos religiosos, los cuales
terminaban por convertirse en fiestas vistosas que no sólo involucraban procesiones,
ritos, sino también formas de vestirse, de oír música para la ocasión y por supuesto,
tipos de comidas especiales. Estas celebraciones fueron introducidas por los españoles
en el siglo XVI en América, a lo que se le sumaron los aportes culturales de los nuevos
conversos: los indígenas, quienes en muchas ocasiones cristianizaron y ritualizaron sus
propias fiestas religiosas. Como se mencionó en el primer capítulo, las fiestas religiosas
eran muy importantes en los espacios urbanos, por lo que congregaban a toda la
sociedad. Ahora bien, no todas las fiestas religiosas tenían el mismo valor o sentido
ritual. Para el caso concreto de la Nueva España, Antonio Rubial clasifica las
celebraciones de la siguiente manera:

Las fiestas religiosas, la más importante y suntuosa de la ciudad, se celebraban


durante todo el año y respondía a tres diferentes usos: en primer lugar estaban
las del ciclo litúrgico que se conmemoraban en toda la cristiandad católica, como
las de Corpus Christi, Semana Santa, Navidad y la Inmaculada Concepción; en
segundo lugar, venían las celebraciones de los santos patronos, también anuales,
pero que correspondían al ámbito mas restringido de una ciudad, de un barrio,
de una orden o de un gremio; finalmente, se realizaban las que se hacia por un
motivo especial, como la dedicación de un templo, las rogativas contra las
epidemias y catástrofes, la beatificación o canonización de un nuevo santo. 154

Si partimos de esta clasificación y el orden de importancia de las celebraciones, es


interesante notar que se corresponden con las recetas que aparecen en los libros de
cocina, pues todos estos incluyen algunas recetas en función de las fiestas religiosas.
Estos libros se preocupaban además, por mencionar qué alimentos se debía consumir
para la disposición física y espiritual a la fiesta, porque la comida tenía un carácter de
ofrenda, es decir, era un medio para dar gracias por lo recibido y purificar el cuerpo
para que lo espiritual tuviese un campo más fluido.

154 Antonio Rubial García. Monjas, cortesanos y plebeyos, p. 77 – 78.


79
Los libros de cocina novohispanos por su parte, hablan especialmente de las comidas
que se debían preparar para las fiestas de lo que Rubial llama “el ciclo litúrgico”. Un
ejemplo de ello es la receta de fray Gerónimo titulada Antes de Adviento y Cuaresma. 155
De las 988 recetas, se encuentran 57 que son específicamente para cosas de vigilia (tabla
1), lo que conforma aproximadamente el 6% del total.

Estas recetas tenían una implicación fundamental: se trataba de recomendar tipos de


alimentos con los cuales la persona se podía preparar, o purificar, para recibir corporal
y espiritualmente la fiesta señalada. Se encuentran entonces alimentos como pan,
huevos, carnes blancas, atole y frijoles. Estos consejos sobre el tipo de alimento estaban
muy relacionados con los consejos para enfermos, pues los alimentos tenían
propiedades o “humores” que ayudaban espiritualmente a la persona. En esta
perspectiva, también tenía sentido las recomendaciones que hacían los autores de los
libros de cocina. En el apartado anterior, hablábamos de tres tipos de recomendaciones.
La última de ellas tiene que ver precisamente con el uso de comida en función de lo
religioso. Especialmente el de Gerónimo, puesto que al ser un fraile franciscano estaba
permanentemente en contacto con las fiestas religiosas, es el caso de:

Días de sopa
Vísperas de Navidad, sopa y dos principios, pescado frescal y seco, frijoles
blancos y arroz. Viernes de Dolores, San José, Encarnación; lo mismo. Jueves
Santo, lo mismo y empanadas de pescado frescal. Viernes Santo, encima de la
sopa va el pescado frescal frito y frijoles blancos en su plato. Sábado Santo, no
hay sopa, lo que hay es un pescado pero frescal y frijoles blancos y arroz. Pero si
la Encarnación cayese en el carnaval, no hay más que 2 principios, uno de gallina
y arroz." San Felipe de Jesús. Nuestra Señora de Guadalupe, tantos los han
hecho de primera clase y para no errar preguntar al Prelado. San Miguel de
primera clase. San José siempre primera clase. 156

La cita anota varios elementos interesantes: como se observa las recomendaciones


apuntan a enfatizar tipos de comidas para los ciclos litúrgicos importantes, como la
Navidad y la Semana Santa. Entre los aspectos que se destacan se encuentra el consumo

155 Gerónimo De San Pelayo, Libro de cocina, p. 129. La receta como su título lo advierte, es para recibir la
cuaresma y dice: “Merienda el día que señala el prelado, salida de Adviento y Cuaresma, almuerzo”.
156 Gerónimo De San Pelayo, Libro de cocina, p. 130

80
de carnes blancas, y frijoles, que en la colonia mexicana eran un símbolo de austeridad.
Igualmente es importante tener en cuenta que estas recetas se consumían en los días
previos a la fiesta, por la razón que se ha mencionado anteriormente, la purificación del
cuerpo y del alma. Sin embargo es curioso dar cuenta que el tipo de alimentos que se
consumían después para celebrar el acontecimiento no eran precisamente austeros. En
el México del siglo XVIII, cuenta Quiroz que “en las fiestas los dulces eran infaltables,
ya que eran el medio de propiciar en las personas una energía desbordante para el
regocijo y la alegría”. 157

Finalmente, fue tan importante esta relación de la comida con la fiesta en la colonia, que
se heredó a la actual cultura, no solo mexicana, sino también en la mayor parte de
América, donde las fiestas religiosas están emparentadas con ciertos tipos de comida.
Por ejemplo, se continúa evidenciando el mandamiento de la iglesia que prohíbe comer
carnes rojas en las vigilias de cuaresma, o la recomendación de comidas frugales a
manera de penitencia. Pero también, la elaboración de ciertos platos relacionados con la
fiesta de navidad o pascua, como es el caso de la natilla o los buñuelos. En este sentido,
vale la pena mencionar este texto de Octavio Paz, en el que se refleja la importancia de
la fiesta dentro de la tradición cultural mexicana.

El solitario mexicano ama las fiestas y las reuniones públicas. Todo es ocasión
para reunirse. Cualquier pretexto es bueno para irrumpir la marcha del tiempo y
celebrar con festejos y ceremonias hombres y acontecimientos. Somos un pueblo
ritual. Y esta tendencia beneficia a nuestra imaginación tanto como a nuestra
sensibilidad, siempre afinadas y despiertas. El arte de la fiesta, envilecido en casi
todas partes se conserva intacto entre nosotros. En pocos lugares del mundo se
puede vivir un espectáculo parecido al de las grandes fiestas religiosas de
México, con sus colores violentos, agrios y puros, sus danzas, ceremonias, fuegos
de artificio, trajes insólitos y la inagotable cascada de sorpresas de los frutos,
dulces y objetos que se venden esos días en plazas y mercados. 158

Enriqueta Quiroz. “Del mercado a la cocina. La alimentación en Ciudad de México”, p. 39.


157
158Octavio Paz. “Todos Santos. Día de muertos” en: El laberinto de la soledad. Bogotá. Fondo de Cultura
Económica, 1994. p. 51.
81
CONCLUSIÓN

“Cada hábito alimentario compone una minúscula


encrucijada de historias. En “lo invisible cotidiano”,
bajo el sistema silencioso y repetitivo de servidumbres
cotidianas que uno cumple por costumbre, con el
ánimo en otra parte, en una serie de operaciones
ejecutadas maquinalmente y cuyo eslabonamiento
sigue un esquema tradicional disimulado bajo la
máscara de la primera evidencia, se amontona en
realidad un montaje de acciones, ritos y códigos, ritmos
y elecciones, usos recibidos y costumbres puestas en
práctica. En el espacio apartado de la vida doméstica
lejos del ruido del mundo, se hace así porque siempre
se ha hecho así, poco más o menos, cuchichea la voz
del pueblo de las cocinas; sin embargo, basta con
viajar, ir a otra parte para constatar que allí, con la
misma tranquila certeza de la evidencia, se hacen las
cosas de otra forma sin buscar más explicaciones, sin
caer en cuenta de la significación profunda de las
diferencias o de las preferencias, sin cuestionar la
coherencia de una escala de compatibilidades (lo dulce
y lo salado, el azúcar y el vinagre, etc.) ni la validez de
una clasificación de los elementos en no comestible,
repugnante, comible, deleitable, delicioso”. 159

En la introducción de este trabajo se afirmó que la intención de esta investigación era


evidenciar la fusión y materialización de tendencias culinarias, indígena y española, por
medio del análisis de los libros de cocina creados en la sociedad novohispana del siglo
XVIII. Este estudio mostró que los manuscritos exhiben algunas de las prácticas
cotidianas de Nueva España en los que se pueden reconocer tres cambios tanto
culturales como culinarios.

En primer lugar, el quehacer culinario de españoles e indígenas desde el siglo XVI fue
consolidando un intercambio entre ambas tendencias culinarias que se encontraron en
Nueva España a partir de la reciprocidad en el consumo y uso de productos,
ingredientes, técnicas y procedimientos. Para el siglo XVIII el fenómeno que se

159 Michel de Certeau; Luce Giard y Pierre Mayol. La invención de lo cotidiano. 2. Habitar y cocinar, p. 175.
encuentra es la fusión de éstas tendencias, fusión que se manifiesta a en los libros de
cocina. Sin embargo, ésta fusión de tendencias culinarias registradas en los manuscritos
del siglo XVIII no es tan fácil de ver, porque el análisis histórico que se le ha hecho de
este tipo de fuentes generalmente puntualiza en el intercambio de alimentos, a partir de
análisis cuantitativos, sin mostrar aquellas cosas tan cotidianas que salen de los libros
de cocina, como los cambios de sabores en las comidas, la invención de nuevos platos,
el gusto y la apropiación sobre todo el conjunto de experiencias que implica la práctica
culinaria, a demás del lenguaje empelado en los libros de cocina. Ahora bien, estos
elementos cotidianos, “invisibles” según Luce Giard, muestran una transformación, no
sólo las prácticas culinarias, sino también las percepciones sociales sobre la
cotidianidad, pero, los análisis cuantitativos no los pueden percibir, de allí que se haya
optado por un trabajo cualitativo que se llevó a cabo en el tercer capítulo.

En segundo lugar, los libros de cocina, si bien, tiene una tradición española y por ello
tiene como función conservar sus recetas, también registran la lenta introducción en la
sociedad novohispana de ingredientes, utensilios, procedimientos, gustos culinarios,
sabores y texturas características de los indígenas, que definen e identifican la fusión de
tendencias culinarias. Ésta fusión, consiste en apropiarse del quehacer culinario y de las
costumbres de los agentes en encuentro. Los libros de cocina tienen por ello un valor
social, culinario e histórico que va más allá de la cuantificación de sus elementos,
porque tienen una lógica narrativa que revela las necesidades, las diferencias y los
secretos de quienes escriben y cocinan las recetas (ver tercer capítulo).

En tercer lugar, las actividades o formas de actuar dentro del quehacer culinario y la
cocina están relacionadas con la vida cotidiana y material de la sociedad del siglo XVIII
en Nueva España. Es decir, los manuscritos de cocina permiten visualizar las relaciones
cotidianas de las personas, las necesidades físicas o espirituales, en la medida en que se
trabajen desde los valores cualitativos y entendiendo este tipo de fuentes como un
objeto histórico. Normalmente, los libros de cocina, son utilizados dentro de la historia
como un elemento complementario de otros aspectos sociales de la vida cotidiana
83
mientras que aquí se mostró un análisis desde la vida cotidiana que nos permitió revisar
algunos lugares comunes de la historia de la alimentación.

Para terminar, se puede afirmar que las tendencias culinarias son, como dice el epígrafe
una “encrucijada de historias” que se ocultan en la cotidianidad silenciosa de una
sociedad determinada, son juegos permanentes entre las necesidades reales y los sueños
inalcanzables y reflejan lo más rutinario y a su vez lo más sensible y delicado de una
sociedad. Talvez, el carácter “invisible” de las prácticas cotidianas, en este caso las
prácticas culinarias, ha hecho que la historiografía pase rápidamente por fuentes como
los manuscritos de cocina y solo se usen para corroborar datos o para cuantificar sus
elementos, aquí consideramos que el exhaustivo análisis de los cuatro libros de cocina
que se realizó desde la perspectiva de la historia de la vida cotidiana y haciendo énfasis
en aspectos cualitativos, muestra una nueva alternativa en el uso de tales documentos
que rescata dimensiones de una cotidianidad que suele quedar en el silencio.

84
BIBLIOGRAFÍA

FUENTES PRIMARIAS

Anónimo, Dos Manuscritos Mexicanos de Cocina. México, CONACULTA, 2002.

Anónimo, Recetario Novohispano. Vargas Lugo, Elisa. México, CONACULTA, 2004.

San Pelayo, Gerónimo De. Libro de cocina del Hermano Fray Gerónimo de San Pelayo,
México, CONACULTA, 2003.

Martínez Montiño, Francisco. Arte de cocina, pastelería vizcochería y conservería. Edición


facsimilar de una edición de 1807, Tusquets, Barcelona, 1982.

Nola, Ruperto de, Libro de cocina. Libro de guisados manjares y potajes. Edición facsimilar
de una edición de 1529, Paris –Valencia SL. Valencia, 1997.

BIBLIOGRAFÍA GENERAL

Anda, Enrique X. de. Historia de la arquitectura mexicana, Barcelona, Editorial Gutsavo


Pili, SL. 2006. p. 109

Armella de Aspe, Virginia, La historia de México a través de la indumentaria. México,


Inbursa, 1988.

Bassols, Angel. El abasto alimentario en las regiones de México. México, Universidad


Nacional Autónoma de México, 1994.

Bourdieu, Pierre “Espacio cultural y espacio simbólico” En: Razones prácticas. Sobre la
teoría de la acción., Barcelona, Anagrama, 1997.

Bourdieu, Pierre. La distinción. Criterio y bases sociales del gusto. México, Taurus, 2002.
Bravo, Maria Dolores. “La fiesta pública: su tiempo y su espacio” En, En Antonio Rubial
García (Coordinador) La ciudad Barroca, (Tomo II) Historia de la vida cotidiana en
México, México, DF, Fondo de Cultura Económica, El Colegio de México, A.C, 2005.

Buenrostro, Marcos; Barros Cristina. La cocina prehispánica y colonial. México DF, Tercer
Milenio, 2001.

Certeau, Michel de; Luce Giard y Pierre Mayol. La invención de lo cotidiano. 2. Habitar y
cocinar. México DF, Universidad Iberoamericana, 1999.

Corcuera de Mancera, Sonia. “La embriaguez, la cocina y sus códigos morales”, En


Antonio Rubial Garcia (Coordinador) La ciudad Barroca, (Tomo II) Historia de la vida
cotidiana en México, México DF. Fondo de Cultura Económica, El Colegio de México,
A.C, 2005.

Cruz Cruz, Juan. Dietética Medieval, España, La Val de Onsera, 1997.

Curiel, Gustavo, “Ajuares domésticos. Los rituales de lo cotidiano”, En Antonio Rubial


García (Coordinador) La ciudad Barroca, (Tomo II) Historia de la vida cotidiana en
México, México, DF, Fondo de Cultura Económica, El Colegio de México, A.C, 2005.

Curiel, Gustavo y Rubial García, Antonio, “Los espejos de lo propio: ritos públicos y
privados en la pintura virreinal” En, Pintura y vida cotidiana en México 1650-1950.
México, Fomento Cultural Banamex, 1999.

Chartier, Roger. El mundo como representación. Historia cultural: entre la práctica y la


representación. Barcelona, ED. Gedisa, 1992.

Díaz, Lorenzo. La cocina del Barroco. La gastronomía del siglo de Oro en Lope,
Cervantes y Quevedo, Madrid, Alianza Editorial, 2003

86
Escalante Gonzalbo, Pablo (Coordinador.) Mesoamérica y los ámbitos indígenas de la nueva
España. (Tomo I) Historia de la vida cotidiana en México, México, DF, Fondo de Cultura
Económica, El Colegio de México, A.C. 2004.

Flores y Escalante, Jesús. Breve Historia de la comida mexicana. México DF. Debolsillo,
2004.

Laplantine, Francois; Nouss, Alexis, Mestizajes. De Arcimboldo a zombi. Buenos Aires,


Argentina, Fondo de Cultura Económica, 2007.

Gonzalbo Aizpuru, Pilar. (Coordinadora) El Siglo XVIII: Entre tradición y cambio, (Tomo
III) Historia de la vida cotidiana en México, México, DF, Fondo de Cultura Económica,
El Colegio de México, A.C. 2005.

Hassing, Ross. Comercio, tributo y transportes. La Economía política del valle de México en el
siglo XVII. México, Alianza editorial, 1990.

Israel, Jonathan I. Razas, clases sociales y vida política en el México Colonia, 1610-
1670.México, Fondo de cultura económica, 1980.

Juárez López, José Luís. La lenta emergencia de la comida mexicana. Ambigüedades criollas
1750 – 1800. México DF. Miguel Ángel Porrúa. 2000.

León Cázares, Maria del Carmen. “A cielo abierto. La convivencia en plazas y calles”
En, Antonio Rubial García (Coordinador) La ciudad Barroca (Tomo II) Historia de la vida
cotidiana en México, México, DF, Fondo de cultura Económica, El Colegio de México,
A.C, 2005.

León Cázares, Maria del Carmen. La plaza mayor de la ciudad de México en la vida cotidiana
de sus habitantes. México, Instituto de Estudios y Documentos Históricos, Claustro de
Sor Juana, 1982.

87
León García, Maria del Carmen. El libro de Dominga de Guzmán. Un documento personal
del siglo XVIII .México DF. Culturas Populares, 1997.

“Los estatutos de la historia. Entrevista a Roger Chartier” En Memoria y sociedad, Vol. 3,


No. 6 (Abril de 1999)

Lucena Giraldo, Manuel. A los cuatro vientos. Las ciudades de la América Hispánica.
Madrid, Fundación de Estudios hispánicos e iberoamericanos, Marcial Pons Historia,
2006.

Mijares, Ivonne. “El abasto urbano: caminos y bastimentos”, En Antonio Rubial García
(Coordinador) La ciudad Barroca, (Tomo 2) Historia de la vida cotidiana en México,
México, DF, Fondo de Cultura Económica, El Colegio de México, A.C, 2005.

Morino, Angelo. El libro de Cocina de Sor Juana Inés de la Cruz. Bogotá, Norma, 2001.

Neirinck, Edmond; Poulain, Jean Pierre. Historia de la cocina y los cocineros. Técnicas y
prácticas de mesa en Francia de la Edad Media a nuestros días. Barcelona, Zendrera
Zariquiey, 2001.

Novo, Salvador. Cocina mexicana o historia gastronómica de la Ciudad de México. México,


ED. Porrua, S.A, 1979.

Olivas Weston, Rosario. La cocina en el virreinato del Perú. Lima, Escuela profesional de
Turismo y Hotelería. Universidad de San Martín de Porres. 1998.

Paz, Octavio. “Todos Santos. Día de muertos” En El laberinto de la soledad. Bogotá. Fondo
de Cultura Económica, 1994.

Pilcher, Jeffrey M. ¡Que vivan los tamales!, México, ED: De la Reina Roja, SA coedición:
CONACULTA, CIESAS, 2001.

88
Quiroz, Enriqueta. “Del Mercado a la cocina. La alimentación en la ciudad de México”.
En Pilar Gonzalbo Aizpuru (Coordinadora.) El Siglo XVIII: Entre tradición y cambio,
(Tomo III) Historia de la vida cotidiana en México, México DF, Fondo de Cultura
Económica, El Colegio de México, A.C. 2005.

Rojas De Perdomo, Lucia. Aportes alimenticios del viejo mundo al nuevo mundo. Santa fe de
Bogotá, ED. Voluntad, 1993.

Rojas de Perdomo, Lucia. Cocina Prehispánica, Bogotá, editorial Voluntad, 1994.

Rubial García, Antonio. “Los espejos de lo propio: ritos públicos y privados en la


pintura virreinal” En Pintura y vida cotidiana en México 1650-1950. México, Fomento
Cultural Banamex, 1999.

Rubial García, Antonio. La plaza el Palacio y el Convento. La ciudad de México en el siglo


XVII. México, Consejo Nacional para la cultura y las artes, 1986.

Rubial García, Antonio. Monjas, cortesanos y plebeyos. La vida cotidiana en la época de Sor
Juana. México, Taurus, 2005.

Schumm, Petra, “El concepto “barroco” en la época de la desaparición de fronteras”, en


Petra Schumm (ED.), Barrocos y modernos, Frankfurt, 1998.

Super, John. Alimentación, política y sociedad en América Latina. México, Fondo de Cultura
Económica. 1989.

FUENTES DE LA RED

“Historia de la Alimentación” [En línea], disponible en:


http://www.agapea.com/Historia-de-la-alimentacion-n178166i.htm, recuperado: 18 de
Julio de 2008.

89
“Johannes Gutenberg” [En línea], disponible en:
http://es.wikipedia.org/wiki/Johannes_Gutenberg , recuperado: 18 de Julio de 2008.

“Propaganda Fide”[En Línea], disponible en: http://mv.vatican.va/4_ES/pages/x-


Schede/METs/METs_Main_06.html , recuperado: 18 de Julio de 2008.

“Solanaceae” [En línea], disponible en:


http://es.wikipedia.org/wiki/Solan%C3%A1cea recuperado: 18 de Julio de 2008.

“Hipócrates”[en línea], disponible en:


http://es.encarta.msn.com/encyclopedia_761576397/Hip%C3%B3crates.html o
http://es.wikipedia.org/wiki/Hip%C3%B3crates recuperado: 21 de Julio de 2007.

“Bazo” [en línea], disponible en:


http://www.institutobiologico.com/seminarios/bazo.htm recuperado: Julio 18 de 20

90
ANEXOS

ANEXO NO. 1: ALIMENTOS Y PRODUCTOS AMERICANOS Y


TRAIDOS DE EUROPA EN LOS CUATRO LIBROS DE COCINA

NOVOHISPANOS

Producto Procedencia Significado Total


Recetas

Ejemplos

Acedera (Europa) Conocida también como lengua de vaca. T. R: 2


Dentro de la cocina es característica por su
Rumex acetosa Mediterráneo sabor ácido y agrio. Se consumen tanto 85, 726
(Hierba) crudas como cocidas, especialmente en
Francia.

Aceite (Asia) Palabra originaria del árabe, Az-zait el cual T.R: 87


significa jugo de la aceituna u oro líquido. Es
Az-zait / zayta fundamental en la dieta mediterránea y 49, 254
española, tanto para la preparación de
(Líquidos Península Arábiga platos como para su consumo.
grasos)

Aceituna u (Asia/Europa) Perteneciente a la familia de las oleaceae. T.R:82


Oliva Fruto comestible del Olivo el cual se
Asia Occidental y caracteriza por los aceites que se producen 333, 647
Mediterráneo en sus tejidos. Su uso es variado.

Achiote (América) Del portugués bija; Orellana. Sus semillas T.R:1


son conocidas como colorante alimenticio,
Bixa Orellana Zona Intertropical en alimentos o productos como el arroz, 195
pescado, mantequilla, o quesos. También
es característica su utilización como
condimento dentro de varias dietas de
América. Sirve además como astringente,
antiséptico, cicatrizante y diurético.

91
(América) Biznaga escarchada, postre originario de T.R:42
México. El acitrón también es conocido
Norte y Centro como Chiles en Nogada. Sin embargo, el 38, 218
Acitrón América término Acitrón se ha vuelto tan común
que es utilizado como sinónimo de fruta
escarchada.

(América) Palabra originaria del Náhuatl Ahuácatl T.R:3


Aguacate que significa testículos. Árbol americano
Norte, Centro y de la familia de las Lauráceas, 572, 581,
Persea Sur de América posiblemente originario de Chiapas. Pero 900
Americana/ su cultivo se da desde el actual México
hasta la parte central de Chile. Su fruto es
Del Náhuatl. conocido como Aguacate, palta, cura,
Ahuácatl avocado o abacate y se dividen en tres
razas. La mexicana, la guatemalteca y la
antillana. Su consumo ha sido
característico y permanente en toda
América.

Ajo (Asia) Hortaliza que se usa como condimento en T.R:91


la mayoría de las dietas mediterráneas y
Allium sativum No se especifica americanas. De sabor fuerte y duradero. 9, 916
origen. Se usa también como Antibiótico y
antiséptico general.

Ajonjolí (Asia y África) Se denomina ajonjolí a la semilla del T.R:102


Sésamo, sin embargo también es conocida
Sesamum India y norte de como sésamo. Estas semillas son ricas en 157, 225
indicum/ África (no se aceite. Dentro de la gastronomía son
especifica) usadas para miles de platos, ya sean
Del árabe. dulces, salados, picantes o ácidos, gracias
a su sabor fuerte y seco.
Simsim

Alcaparra y (Europa) Capullos comestibles del alcaparro. La T.R:52


Alcaparrón semilla es conocida como alcaparrón, la
Mediterráneo cual también en comestible. Dentro de la 369, 600
Capparis spinosa gastronomía se usan como aperitivo o
aderezo. Son además ingredientes básicos
de la comida mediterránea.

Almendra (Asia Central) Fruto del almendro, de carne seca y de T.R:159


color verde. Tarda 9 meses su
Prunus Persia, maduración. Se ha cultivado desde hace 607, 735
(Amygdalus) Mesopotamia más de 4.000 años y se comercializo por
dulcis medio de las rutas entre Asia y Europa. Se
dice que fue introducido en España por
los fenicios, haciendo de este producto
uno de los más consumidos hasta la
actualidad ya sea como ingrediente o a
partir de sus derivados como lo es el
92
aceite.

Almíbar (Asia y África) Disolución sobresaturada de agua y T.R:190


azúcar cocida hasta que comienza a
Del árabe. Península Arábiga espesar. Puede dársele muchas 2,7
consistencias (desde líquida hasta
Al-maiba caramelo duro) Se utiliza para conservas,
para presentación y elaboración de
(jarabe a base de caramelos.
membrillo)

Anís común (Asia) Hierba de la familia de loas apiáceas. Los T.R:21


frutos-semillas poseen un fuerte sabor
Pimpinella no se especifica aromático. Son usados como condimento 209, 236
anisum o para la elaboración de licores, así como
también en curris y comidas de mar.

Arroz Asia y África Uno de los elementos básicos de la dieta T.R:80


asiática y latinoamericana. El cultivo de
Oryza sativa no se especifica este cereal, se introdujo a Japón y Corea en 239, 347
(Asiatico) el 1.000 adC. Posteriormente este se fue
propagando por Europa y América.
Oryza glaberrima

(Africano)

Arveja o (Cercano Oriente) También conocida como guisante, arveja o T.R:1


Arvejón chícharo. Es una fuente de proteínas,
No se especifica minerales y fibras más antiguas (10.000 216
Pisum sativum años aprox.). Se extiende desde el Cercano
Oriente a toda Europa y el Este de la
India. Llega a América donde es
consumida primordialmente fresca.

(América) Bebida dulce de origen Prehispánico T.R:-


Atole consumida principalmente en Centro
México y América. En su forma original es una
Del Náhualt. Guatemala cocción azucarada de harina de maíz en
agua hasta que toma una textura viscosa,
Atolli ‘aguado’ la cual se condimenta con cacao o vainilla.
de atl ‘agua’ y tol Actualmente se elabora a base de muchos
‘diminutivo, más ingredientes como la canela, el anís o
despectivo’ miel.

Avellana (Asia ) Fruto seco proveniente del Avellano. Es T.R:10


conocida también por sus derivaciones
Del Latín. Turquía como el aceite o por sus combinaciones 263,489
con productos como chocolate. Posee
Corylus avellana además un alto porcentaje de proteínas
(16%) y aceites insaturados (62%), calcio y

93
potasio.

Azafrán (Asia, África) Especia de sabor amargo, fuerte aroma y T.R:89


color amarillo dorado. Es utilizado en
Crocus sativus Turquía, Egipto. ritos, ceremonias religiosas, medicina y 561,627
gastronomía. En España su utilización es
Del árabe. común en platos como la paella.

Záfaran

Azahar (Asia) Flor del Naranjo amargo, conocido T.R:53


también como naranja agria. En la
Citrus aurantium India, Birmania y actualidad se da en clima tropical y 2, 929
China templado. Su flor es recomendada para
Del árabe. prevenir enfermedades cardio-
circulatorios o digestivos.
al-azahar

(Flor blanca)

Azúcar (Asia y Oceanía) Se denomina azúcar a la sacarosa (glucosa T.R:300


y fructosa) la cual se obtiene
Proveniente: India, Nueva principalmente de la caña de azúcar, la 4,5
Guinea cual fue propagada por los árabes en el
Caña de Azúcar mediterráneo. Es uno de los componentes
más utilizados en toda la historia de la
Saccharum alimentación. Especialmente en la
officinarum Pastelería y repostería.

Berenjena (Sudeste Asia) De la familia de las solanáceas (plantas T.R:1


herbáceas con hojas alternas, simples y sin
Solanum Norte de India, estípulas) Fue comercializada por los 626
melongena Birmania y China árabes quienes la introdujeron en el norte
de África y posteriormente en Europa
Del persa. gracias a la España musulmana. Su sabor
es amargo y contiene grandes cantidades
Bãdinyãn o del de potasio, además de fósforo y calcio.
árabe. Sólo es comestible después de su cocción,
normalmente su preparación es asada o
Bãdhinyãn. salteada.

Betabel (Asia, Europa) Es también conocida como remolacha, T.R:6


acelga blanca, o beterava. Se consumen
Remolacha India, Persia y el cocidas y suele ser usada como colorante 741,804
Mediterráneo. o azúcar. Es usada para evitar la
Beta vulgaris hipertensión arterial.

94
Cacao (América) Se denomina cacao a: en primer lugar, al T.R:1
fruto y semilla cacaotero en forma de
Theobroma Desde México mazorca que crece directamente del 622
cacaoL. hasta Brasil. tronco. En segundo lugar al producto
resultante de la fermentación y el secado
Theobroma del de las semillas del cual se saca el
Griego. componente básico del Chocolate y en
tercer lugar al polvo que se obtiene de la
(alimento de los molida de los granos del cual
dioses) anteriormente se le extrae su grasa o
manteca.
Cacao del Maya
Ka´Kaw. Existen tres variedades de Cacao. El
criollo, el forastero y el trinitario.

Su sabor es amargo y astringente.


Del náhuatl.
Cacahuaxochitl Fue uno de los alimentos más simbólicos e
(flor del cacao) importantes de los Mayas (siglo X adC.)
Chocolate que perduró. Fue y ha sido usado como
estimulante, reconstituyente y su manteca
Xocoätl como ungüento de heridas. En sus inicios
se consumía de forma líquida, fría y
(bebida marga.
espumosa)

Cal Material utilizado para la creación de T.R:4


morteros de cal (morteros fabricados con
Oxido de Calcio cal, agua y arena). En el caso de América 154, 253
la cal se usa para el proceso del Nixtamal
CaO. con el cual se hacen tortillas de maíz.

Calabaza / (América) Llamada también, ahuyama o zapallo. Fue T.R:5


calabacita introducida a Europa hacia finales del
Cono Sur. siglo XVI. Su cultivo se da en zonas 381, 437
Cucurbita templadas y subtropicales. Sus semillas
máxima son utilizadas en algunas partes de
México para las Pepitas (son tostadas en
comal, con sal) Se le atribuyen además
propiedades curativas y ceremoniales.

Camarón Es uno de los alimentos más abundantes T.R:3


en la tierra, gracias a su reproducción,
Caridea siendo uno de los recursos pesqueros más 777, 816
importantes.
Crustáceos

(América) Camote, batata o papa dulce de raíz T.R:32


Camote tuberosa. De uso común desde hace más
México, de 8.000 años por las sociedades de 31, 901
Ipomoea batatas Guatemala América. Llega a Europa alrededor del

95
Del Náhuatl. Perú, Bolivia siglo XVI obteniendo buena aceptación. Es
Ecuador. reconocida además por sus características
Camohtli nutritivas, fácil cultivo y producción.
Entre sus variedades más comunes están
el Camote Blanco, Amarillo y Morado. En
México el consumo de Camote se da como
dulce, postre, compota o fruta cristalizada.

Canela (Asia) Es uno de los mayores condimentos y T.R:200


especias del mundo. Se usa como
Cinnamomun Sri Lanka ingrediente de postres, dulces o bebidas, 4, 9
verum entre otras. Para el caso de México el uso
del Té de Canela es común dentro de toda
Del Francés Ant. la población por sus beneficios
medicinales.
Canele

Y este del
italiano.

Cannella

(diminutivo de
Caña)

Cocido como grana cochinilla o rojo natural T.R:8


Carmín 4. Colorante natural que se produce del
ácido carmínico producido por el insecto 69, 123
Dactylopius coccus. Es usado en la
gastronomía, pintura y cosméticos entre
otros.

Carnero (Cercano Oriente) Su domesticación data hacia IX milenio T.R:50


adC, por los beneficios de su carne, piel,
Ovis aries lana y leche. Viven entre 20-22 años. 23, 25

Del latín.

Agnus carnarius

Cebada (África) Más conocido como un Cereal de gran T.R: 1


importancia nutricional, siendo el quinto
Hordeum vulgare Abisinia, Egipto cereal más cultivado del mundo. Su uso 480
se conoce desde el antiguo Egipto. En
Del latín. Europa durante los siglos XVI y XVIII fue
muy consumido por ser accesible a la
Cibãta mayoría de la población. En América ha
sido cultivada desde el siglo XVI.
(cebar)

Cebolla (Asia) Es una de las primeras plantas en ser T.R:59


cultivadas por el hombre. Aunque hay

96
Allium cepa Afganistán, Persia muchas variedades forman parte de la 21, 24
y China. familia de las Liliáceas, de raíz fibrosa y
Del latín. tallo de seis a ocho centímetros de altura.

Capullo Su olor fuerte y sabor amargo y lechoso es


usado en gran variedad de comidas.

Cerdo (Puerco) Mamífero domesticado por la T.R:60


mayoría de las culturas desde hace más de
Sus scrofa 5.000 años. Es introducido a América 27, 29
domestica desde el siglo XV, en el cual tuvo buena
aceptación.
(Pelo grueso)

Chícharo o (Mediterráneo) Conocido más como garbanzo hace parte T.R:9


Garbanzo de la familia de las fabáceas (leguminosas).
Grecia, Siria, Es uno de los productos más reconocidos 700, 770
Cicer arietinum Turquía y consumidos en todo el mundo. En
América llego desde el siglo XV y al igual
Del mozárabe. que en España su consumo se relaciona
con ceremonias (como la del Miércoles de
Cicar[o] Ceniza) y con la austeridad gracias a su
fácil acceso.
Y este del latín.

Cicera.

(América) Especies de plantas cuyo fruto se consume T.R:70


Chile como condimento, colorante o picante. Es
Centro y Sur conocido también como ají o chili. Entre 18, 24
Capsicum sus variedades se encuentran: el Ají
serrano, jalapeño, chile ancho o verde. En
Del Náhuatl. México son empleado como base de
distintas comidas como el Mole. Su
Chilli utilización se da desde la época
prehispánica tanto en bebidas como en
Chilchote comidas, con el descubrimiento de
América este alimento es introducido
(Chile muy dentro de la gastronomía Española y en
picante) general europea.

Chile Ancho o (América) Originarios de México, se dice que gracias T.R: (en
Verde a ser cultivado en el valle de Puebla es chile)
México, conocido como Chile Poblano al
Guatemala consumirse verde

Embutido hecho a base de tripa rellena de T.R:51


Chorizo carne, normalmente de cerdo o res, ésta es
picada, adobada y curada. En España el 25, 35
Del latín. chorizo cantimpalos es uno de los más
reconocidos por tener como ingrediente

97
Salsicium pimentón, lo cual lo diferencia de otros
embutidos como la salchicha. En América
hay muchas versiones sobre éste
producto, en México por ejemplo la carne
de cerdo no se pica y el adobo se hace a
base de chiles y otras especias como el
laurel.

(África y Europa) También conocido como culantro. Hierba T.R:30


aromática y comestible. De uso común en
las comidas mediterráneas, 57, 58
Cilantro latinoamericanas y china. Sirve como
condimento ya sea seco o fresco, se
Coriandrum encuentran en algunos currys, salchichas o
sativum pan de centeno, además es habitual como
bebida alcohólica o estimulante y
Del griego. antiespasmódica.

Korios En México es un ingrediente esencial del


chutney (conserva agridulce), en salas,
(chinche) sopas y en el guacamole.

Clavo de Olor Indonesia Brotes secos de las flores del árbol del T.R:128
clavo. Es usada en casi todas las culturas
Syzgium del mundo como especia aromática. Su 14, 22
aromaticum o aceite es usado por sus propiedades
medicinales como anestésico o relajante
Eugenia muscular.
caryophyllata

(América) Fruta comestible del cocotero, de la T.R:37


Coco familia de las palmas. Está cubierto por
Centro y Caribe dos cortezas, la primera es fibrosa y la 231, 260
segunda dura y marrón; su pulpa es
blanca y gustosa y en la cavidad posee un
líquido comestibles. Se consume tanto
fresco, como seco en la pastelería y
repostería europea y americana. El agua y
la leche de coco son también usadas tanto
en bebidas como en la base para comidas
saladas o agridulces.

Existen tres tipos: los gigantes, los enanos


y los híbridos.

Col o Repollo (Europa, De la familia de las brasicáceas. Son T.R:4


Mediterráneo) características por su forma de cogollo
Brassica oleraceae compacto, sin embargo sus hojas pueden 874, 885
var variar entre rizadas, lisas o circulares. Son
ricas en vitamina A y C y Calcio. Se
Del latín. consume en ensaladas o en preparaciones

98
caulis como el Chucrut.

Coliflor (África, Asia) Variedad del col que está compuesta por T.R:4
diversas cabecitas en forma de árboles de
Brassica oleraceae Egipto, Turquía color blanco. Su principal componente es 893, 912
el agua y es rico en fibra dietética y
Del latín. vitamina B6.

caulis y flor

Comino (Mediterráneo) Es de sabor amargo y olor fuerte y dulce T.R:40


gracias a sus aceites. Es usada de forma
Del latín. común en la comida hindú y posterior al 914, 922
descubrimiento de América en comidas
Cumínum y este exóticas como la mexicana y guatemalteca.
del griego. Es usada como condimento o como bebida
aromática, sirve como sedante muscular.
Kúpivov

Conejo (Europa) Mamífero del orden Lagomorpha (forma de T.R:6


liebre) del cual se conocen registros desde
Oryctolagus hace más 3.000 años. Hacen parte de la 199, 462
cuniculus alimentación de muchas culturas
europeas, africanas y americanas.
Del latín.

Cuniculus de
origen
prerromano.

Durazno (Asia) Se constituye de una semilla encerrada en T.R:16


una cascara dura. La piel es aterciopelada
Prunus pérsica China, Mongolia, y su carne varia de color, entre amarilla y 949, 125
Persia blanquecina. Su sabor es dulce y su aroma
Del latín. suave. Es un fruto importante dentro de
las culturas asiáticas, como símbolo de
Duracínus longevidad y/o inmortalidad.

(América) Mazorca tierna que guarda humedad T.R:3


Elote natural. En Sur América es conocida como
Centro choclo (del quechua. chuqllu) o jojoto. Olote 216, 254
Del náhuatl se denomina a la mazorca sin granos o
chócolo. En México y en general en la
Élotl o epazolt mayoría de países latinoamericanos se
usan como legumbre, debido a su fácil
(corazón) cocción.

Epazote (América) Planta herbácea de hojas aromáticas y T.R:9


flores pequeñas. Se usa como condimento
Chenopodium Centro y medicamento natural en toda América, 325, 629
ambrosioides también es conocida como paico (del
quechua. payqu) Fue introducido en

99
Del náhuatl. Europa en el siglo XVI por Francisco
Hernández, médico de Felipe II, como
Epazõtl, epatli purgante natural y antiespasmódico. En
México es usado además como
(zorrillo) y ingrediente de tortillas.

Zotli (hierba)

Escabeche Posiblemente Método para la conservación de alimentos T.R:6


Persia en vinagre y su producto. Consiste en el
Del árabe. precocinado mediante un caldo de 30, 189
vinagre, aceite, vino, laurel y pimienta. Es
Sikbag fundamental en la cocina árabe. Es llevado
por los españoles a la alimentación
latinoamericana en la conquista.

Espárrago (Asia y Europa) De la familia de las Liliáceas, está T.R:1


conformada por tallos aéreos ramificados
Asparagus Zona y una parte que hace de raíces y yemas la 114
offcinalis Mediterránea cual se llama comúnmente garra.

Del latín. Es considerada una verdura comestible


por su sabor suave y sus propiedades
Asparãgus y este diuréticas.
del griego.

Aspharagos

(brote)

Fríjol (América) Semillas comestibles de la familia fabaceae T.R:9


de diversas variedades. Se conocen
Phaseolus Centro y Sur también como poroto, frejoles, chícharos o 42, 219
vulgaris judías.

Del leones. Se consume fresca o seca. Poseen un alto


nivel de proteínas y fibra por lo cual es un
Fréjol reemplazante de las carnes en épocas de
escasez. Para el caso de México son
Y este del latín. consumidas hervidas, trituradas, o fritas.

Phaseolus

Gallina Es el ave doméstica más numerosa y T.R:65


consumida en el mundo. Son criados por
Gallus gallus su carne y sus huevos, altas en proteína. 8, 13

(Oriente Medio) Fruta que contiene semillas revestidas por T.R:9


Granada una cubierta llamada sarcotesta, de pulpa
Irán roja y jugosa. Cultivado principalmente 47, 56
Punica granatum por las sociedades del mediterráneo desde
hace más de 5.000 años. Muy consumida

100
Del latín. en los desiertos por su resistencia y
jugosidad. Es utilizada para la creación de
Malum dulces, mermeladas o jugos. Es rica en
(manzana), antioxidantes, potasio, calcio, hierro,
granãtum magnesio, cobre y vitaminas C, B y E.

(con granos)

Guacamote, (América) De la familia de las euforbiáceas T.R:2


Mandioca o constituyendo uno de los productos de
Yuca México, Colombia, mayor almidón. Se consume cocida, frita o 3, 540
Perú, Bolivia, en forma de masa.
Manihot aipi Chile

Del náhuatl.

cuauhcamotli

Guajolote (América) Especie de ave que se alimenta de semillas T.R:7


e insectos. Fue introducida en Europa en
Meleagris México, 1511. Fue domesticada en México hace 66, 736
Guatemala, más de 1.000 años.
Del náhuatl. Estados Unidos

huexolotl

Haba (Mediterráneo, Semillas de plantas trepadoras comestibles T.R:10


Asia) como legumbre o seco. Es rica en
Vacia faba carbohidrato y proteínas. 81, 216

Del latín.

faba

(Europa) Nombre genérico del producto hecho a T.R:102


Jamón base de patas traseras de cerdo, salado en
crudo y curado de forma natural. Hay dos 13, 160
grandes variedades. El jamón Español
(serrano o ibérico); y el jamón Italiano
(prosciutto)

Jengibre (Asia) De la familia de las cingiberáceas cuya raíz T.R:20


está formada de rizomas. Es característica
Zingiber offcinale India por su fuerte aroma y su sabor acido- 62, 605
picante.
Del latín.
Fue conocida por el mundo gracias a su
Zingíber utilización constante en la gastronomía
asiática de la cual se traslado a todo el
Este del griego. mundo. Se suele conservar en vinagre
como aperitivo o té. En las comidas se usa
Ziyybepic como condimento o como ingrediente, en

101
Y este del platos dulces, picantes, amargos o salados.
sánscrito. También se encuentra en polvo para su
utilización en pastelería o galletería.
Singavera
Sirve para tratar las náuseas, la gastritis o
(formado como ulcera por ser tónico y expectorante.
un cuerno)

Jiricaya o (América) Postre típico de México, muy consumido T.R:1


Jericaya en Guadalajara. Parecido a un flan, pero
México, Honduras con mayor consistencia. Su parte superior 76
se caracteriza por estar quemada a base de
caramelo. Los ingredientes básicos son:
Leche, canela, caramelo y huevos.

Jitomate o (América) Fruto de la tomatera, planta de la familia T.R:115


tomate verde de las solanáceas. Es conocida como
Perú Jitomate o tomate la cual es una baya de 18, 21
Solanum diversos colores: verde, rojo o amarillo.
lycopersicum De sabor ácido se consume y produce en
todo el mundo, tanto fresco como seco.
Del náhuatl. Este fruto originario de los andes se
extendió por América en la época
Xictli (ombligo) prehispánica y posteriormente a Europa
desde México.
Tomatl (tomate)

Laurel (Mediterráneo) Planta de hoja duradera y aromática T.R:20


común dentro de la gastronomía como
Laurus nobilis condimento. Sirve además como tónico 13, 392
estomacal, su aceite es usado como
antiinflamatorio. Sin embargo puede
general dermatitis por medio del contacto
y fotosensibilización.

Dentro de sus significados culturales, el


Laurel es el símbolo del signo Aries. Es
usado para la creación de coronas desde la
época romana. En América su uso es muy
común dentro de las distintas dietas.

Líquido blanco producido por las mamas T.R:200


Leche para la alimentación de sus crías. Dentro
de los humanos, el consumo de leche de 1, 3
Del latín. otro origen se produce con la
domesticación y especialización del
Lac, lactis ganado, principalmente vacas, ovejas y
cabras. Dentro de sus derivaciones están
el queso, la mantequilla y el yogur.

Lechuga (Mediterráneo o Planta cultivada para la alimentación, es T.R:22


usada básicamente como ingrediente de

102
Lactuca sativa La India. S.C.) las ensaladas y como acompañamiento. 26, 47

Del latín. Es rica en fósforo, hierro, calcio, potasio y


aminoácidos, sin embargo para su
Lactuca consumo debe ser lavadas con limón para
desinfectarlas.
(de apariencia
láctea)

Levadura Nombre genérico de algunos hongos T.R: 17


unicelulares que se reproducen en cadena.
(levantar) Son usados para la fermentación de 119, 142
licores; como la cerveza, el vino, o para la
producción de pan e hidromiel.

(Oriente Medio) Nombre genérico de árboles frutales T.R:3


Lima cítricos. La fruta más conocida con este
término es la lima ácida; citrus x 24, 245
Del árabe aurantifolia.
hispánico.
Frutos pequeños de pulpa ácida y muy
Lima aromática. Fue introducida en Europa
durante las cruzadas. Entre sus usos
Y este del árabe. culinarios están los aderezos, cócteles,
para la condimentación o preparación de
Límah comidas fuertes entre otras.

Limón (Asia) Fruta comestible de sabor ácido que al T.R:40


igual que la lima se una dentro de la
Citrus x limon gastronomía como condimento, fruta o 20, 22
aderezo. Su gran diferencia con la lima es
del árabe su sabor refrescante y no tan ácida,
hispánico. proviene del limonero y su colores es
amarilloso.
La[y]mún
Es rico en vitamina C y ácido cítrico.
Este del árabe.

Laymún

Este del persa.

Limu

Y este del
sánscrito.

Nimbú

(Europa) Embutido de carne de cerdo picada con T.R:7


Longaniza especias. Puede comerse cruda luego de
ser curada por varios meses al sol o frita si

103
Del latín vulgar. España está recién hecha. 159, 225

Lucanicia

Maíz (América) Uno de los productos americanos de T.R:14


mayor reconocimiento mundial, fue
Zea mays Desde México introducido en Europa en el siglo XVI y 66, 128
hasta Perú. actualmente es el cereal de mayor
Del taíno. consumo y producción. Existen diversas
variedades de maíz. E México, se les llama
Mahís elote a las mazorcas maduras-secas y hacia
el sur es llamada choclo. En Honduras,
O del Náhuatl. Guatemala y México el maíz constituye la
base de la alimentación desde épocas
tlayoli prehispánicas.

Mamey (América) El árbol de mamey es similar a la T.R:3


Magnolia, de tronco grueso y follaje
Mammea Nicaragua, Costa denso. 425, 451
americana Rica, Panamá,
Colombia y Su fruto, está cubierto por una cascara
De Voz taína. Venezuela. gruesa de color gris. Se sabor dulce,
aromática y naranja o rojizo en su interior.
Mamey. Se consume como fruta, en postres, dulces
o refrescos.

Mamón o (América) Fruto pequeño y comestible. De carne T.R:54


Mamoncillo blanca amarillenta de sabor dulce-amarga
Zona Tropical y cascara verde. Se consume 1, 2
Melicoccus normalmente como fruta fresca.
bijugatus

Mantequilla Técnica originaria Producto emulsionado de agua en grasa T.R:43


de Mesopotamia obtenido del batido de la crema de leche
(vacuna). Alimento graso rico en grasas 5, 9
saturadas, colesterol y calorías. Es usado
en todo el mundo.

Manzana (Europa y Asia) Fruta dulce de mucho consumo en el T.R:16


común mundo, es una de las más consumidas.
Específicamente Existen más de 7.500 especies y se 50, 145
Malus domestica Cáucaso encuentran en climas templados y
subtropicales, necesita temperaturas
Del antiguo. inferiores a 7 grados para su reposo.

Manzana Es rica en vitamina C, azúcares y pectina.


Se usa para la producción de dulces,
Y este del latín. tortas, compotas, jugos o sidra.

Mattiãna [mala]

104
Mejorana (Asia) Hierba aromática (seco-tierra). Su esencia T.R:8
es de color amarillo verdoso. Es usada
Origanum dentro de la gastronomía para aromatizas 13, 601
majorana sopas, salsas y carnes. Es tónica y
antiespasmódica.
De mayorana.

Membrillo (Asia) Emparentado con el árbol de manzano y T.R:23


del peral. Su fruto es de color amarillo
Cydonia oblonga Cáucaso dorado y su pulpa dura y aromática. Es 50, 106
astringente y agrio, por lo cual no se come
Del latín. crudo. Se usa para hacer mermelada,
compota o budín.
Melimelum

(manzana dulce)

Fluido dulce y viscoso producido por las T.R:25


Miel abejas a partir del néctar de las flores. Las
abejas lo recogen, transforman y 2, 75
Del latín. combinan con sustancias propias y lo
almacenan en los panales donde se
Mel, mellis madura y es consumido. Es usada por los
hombres desde hace más de 3.000 años en
la pastelería o como acompañamiento de
pan, o té. Es rica en fructosa, vitaminas y
antioxidantes.

Mole (América) Salsa de varios platos mexicanos. A base T.R:25


de especias y chiles. El más conocido es el
Del náhuatl. México, honduras mole poblano. 75, 190
y Guatemala.
Mulli

(salsa)

Nabo (Asia) Hortaliza de climas templados. Se pueden T.R:5


almacenar por temporadas de 3 a 4 meses.
Brassica rapa Afganistán y 252, 253
Pakistán Es usado en la cocina mediterránea como
Del latín. acompañamiento o sopas.

napus

Naranja (Asia) Fruta cítrica de piel carnosa y pulpa de T.R:28


gajos jugosos. Rica en vitamina C y aceites
Citrus x sinensis China, Vietnam e esenciales. Es usada como refresca, 49, 137
India mermelada, dulces y agua aromática.
Del árabe
hispánico. Probablemente es un híbrido entre el
pomelo y la mandarina
Narangã

105
Este de árabe.

Nãrang

Este del persa.

Nãrang

Y este del
sánscrito.

nãranga

Nata o Crema Sustancia grasosa y de tonalidad blanca- T.R:36


de Leche. amarilla que se encuentra en la leche. Es
usada para múltiples preparaciones, ya 68, 109
sean dulces, agrias, picantes o saladas.

Nixtamal Masa de maíz cocido en agua de cal que es T.R:7


usada para la elaboración de las tortillas
Del Náhuatl. mexicanas. 66, 128

nextamalli

Nuez (Asia) Es considerado un fruto seco, con una T.R:73


semilla en su interior y un cuerpo duro.
Del latín. Hay muchas variedades de nueces. Es 14, 15
usado dentro de la pastelería, panadería,
Nux, nucis además para productos como licores y
aceites. Entre las más conocidas están:

Castañas y avellanas.

Orégano (Mediterráneo) Planta herbácea aromática utilizada en la T.R:32


cocina mediterránea y latinoamericana
Origanum principalmente. Se usan como condimento 21, 25
vulgare por su sabor y olor fuerte. Es usada como
antioxidante y digestiva.
Del latín.

Origãnum

Pan Es el resultado de la masa de harina de T.R:102


trigo, agua, sal y levadura. Es usado como
Del latín. acompañante de la mayoría de las 21, 33
comidas europeas.
Panis

Panela (América) Alimento sacado de la caña de azúcar, la T.R:3


cual es cocida a temperaturas altas hasta
forma una mezcla densa. Es un producto 161, 259

106
importante dentro de la dieta americana.
Se usa como melado, en postres y dulces,
además se consume como bebida fría o
caliente. Es rica en fósforo, calcio y
vitaminas.

Papa (América) De la familia d las solanáceas cultivada T.R:13


por su tubérculo comestible. Es uno de los
Solanm tubersum cultivos más producidos en el mundo y 26, 66
fundamental en la dieta americana.
Del quechua. Existen muchas variedades de papa,
alrededor de 150. Son usadas como
Papa ingrediente de sopas, como acompañante
o plato fuerte, además al ser fermentada se
produce el vodka.

Pera (Asia, Fruto del peral. Jugosa, de sabor suave, T.R:23


Mediterráneo) rica en vitaminas, calcio, fosforo, hierro y
pyrus complejo B. Su principal uso es como fruta 82, 125
fresca, postre o dulce.
Del latín.

pirum

Perejil (Europa, Asia) Planta herbácea usada como condimento. T.R:75

Petroselinum Ricas en vitaminas A, B1, B2, C y D. Se 13, 24


cripum consume crudo. Es usada también como
diurético y tónico.
Del provenzal.

Pe[i]ressil

Pescado Variedades de peces usados para el T.R:55


consumo alimenticio. Alimento básico en
Del latín. las culturas de mar. 208, 212

piscãtus

Pichón Pollo de la paloma casera. Usado a veces T.R:7


como carne de entradas.
Del italiano. 23, 78

Piccione

Y este del latín.

Pipío, -onis

(Asia) Fruto picante usado por su sabor y aroma T.R:123


Pimienta como condimento. Existen negras, blancas
y verdes. De uso común en la india,

107
Piper nigrum India mediterráneo. 14, 15

Piña (América) Fruto dulce y refrescante, fibrosa y de T.R:42


color amarillo. Rica en vitaminas C, B1,
Ananas comosus Guyanas, B6, B9, potasio, magnesio, yodo y cobre. 31, 37
Colombia, Fue llevada a Europa en el siglo XVI. Se
Del Latín. Venezuela, Brasil. usa fresca o en conserva, como postre,
mermelada o jugo.
Pinea

Piñón Semilla de las especies del género Pinus. T.R:43


Existen alrededor de 20 especias en todo el
mundo. Es rica en proteínas y fibra. 11, 14

(Asia, Europa y Existen 8 especies. En América el plátano T.R:12


Plátano América) es usado como ingrediente o como plato
principal, se puede consumir verde o 31, 37
Platanaceae maduro.

Pollo, gallo o Ave domestica, la más consumida y T.R:134


gallina común numerosa del mundo. Son criados por el
su carne y sus huevos. Se llama pollo al 48, 49
Gallus gallus. animal en estado joven. Se usa en sopas, y
platos fuertes, su carne es suave y suele
Del latín. absorber fácilmente los condimentos
puestos.
pullus

(Asia) Producto elaborado a partir de la leche T.R:23


cuajada de mamíferos grandes o medios
Queso (vaca, cabra, oveja o búfalo) Hay miles de 16, 79
variedades y estos dependen del las
Del latín. diferentes especies de bacterias y mohos
que acidifican la leche. Los orígenes de
Caseus éste alimento provienen de hace más de
8.000 años. Fue llevada a Europa por las
rutas comerciales de medio oriente y para
la época romana surgieron y se
especializaron en técnicas de elaboración
en la actualidad la cata de quesos en una
de las profesiones más complejas de la
gastronomía mundial. Es rico en
proteínas, calcio, grasa y fósforo.

Rábano (Asia) También conocido como daikon o rábano T.R:4


chino es una planta herbácea fundamental
Del latín. China en la comida china y japonesa, es usado 47, 55
como aderezo para platos como el sushi, o
Raphãnus consumido cocido solo o como sopa.

Vaca o Res. Animal generalmente domesticado pero T.R:17


perduran en un estado salvaje. Se cría

108
Bos tausus especialmente por su carne, piel y leche. 9, 30
Los críos son llamados terneros o becerros y
los jóvenes novillos.

(Mediterráneo) Arbusto de toda la región mediterránea. T.R:6


Romero Sus hojas y flores son las más utilizadas
dentro de la alimentación por su sabor y 13, 117
Rosmarinus aroma. Se usa también para extraer su
officinalis aceite y alcohol. Es estimulante y
antiséptica, ayuda al mecanismo del
Del latín. hígado y a problemas intestinales. La flor
de romero en muchas culturas simboliza
Ros maris fe y franqueza.

Alrededor de 100 especies de rosales y sus T.R:5


Rosa flores. En su mayoría son cultivadas como
ornamentales, sin embargo se usan a veces 95, 935
Del latín. también para la producción de aceites,
aguas aromáticas, perfumería y
Rosa. gastronomía.

Cristalización del cloruro sádico. T.R:167


Sal Condimento más antiguo usado en la
humanidad. Ayuda a la conservación de 8, 30
Del latín. los alimentos, ayuda a la retención de
líquido, por ello debe consumirse en pocas
Sal cantidades. Su poco uso en la
alimentación puede provocar mareos y
calambres. Ayuda a evitar las
inflamaciones bucales y ayuda a la
congestión nasal.

Salchichas (Europa) Embutido de carne picada ya sea de cerdo T.R:4


o vacuna de forma alargada y cilíndrica.
Del italiano. Alemania Existen muchas variedades de salchichas. 22, 104
De origen alemán, pero este producto se
Salciccia extendió por todo el mundo,
consumiéndose de diversas formas.

Tequesquite (América) También conocido como tequixquitl es T.R:8


una sal mineral natural utilizada para la
Del náhuatl. México sazón de alimentos. Compuesto 138, 140
principalmente de bicarbonato de sodio y
Tetl (piedra) sal común. Es de color grisáceo. Es usado
principalmente en los productos hechos a
Quixquitl base de maíz, como los tamales, elotes o
(brotante) esquites, ya que ayudan a la conservación
de sus colores.

109
Ternera Carne de vaca de menos de seis meses de T.R:14
edad. Es la carne más suave de los
De tierno. vacunos. 86, 87

Tomate (América) De la familia de las solanáceas. Similar al T.R:21


jitomate solo que de color rojo y de sabor
Solanum México, más ácido. Actualmente es uno de los 66, 80
lycopersicum Guatemala, productos más usados en todas las cocinas
Honduras del mundo.

Tomillo (África) Se emplea como condimento o como T.R:13


planta medicinal. Es uno de los
Del latín. Egipto condimentos más usados en la 13, 392
gastronomía europea y del Caribe. Uno de
Thymus sus símbolos durante la edad media fue la
de coraje y valentía. Sus flores son usadas
como tónico y astringente estomacal.

Tornachile (América) Especia de chile de color verde claro, con T.R:48


forma de trompo. Usado para
Del náhuatl. condimentos. 99, 100

Tonalli (verano)

Chilli (chile)

Trigo (Antigua Es uno de los cereales más cultivados y T.R: -


Mesopotamia) consumidos por el hombre. Es usado para
Del latín. la producción de harinas, sémola o
cerveza, panes o pastas, entre otros. Se
Triticum conoce de su existencia hace más de 8.000
años y es usado en todo el mundo. Es rico
(triturado) en vitaminas.

Uva (Asia) Fruta de la vid. Son pequeñas de sabor T.R:78


dulce, se pueden consumir frescas, secas o
Del latín. en productos como el vinagre o el vino. 4,5
Hay aproximadamente 20 clases de uvas.
Uva.

Vinagre (Oriente) Líquido agrio y astringente, producido T.R:148


por la fermentación ácida del vino
Del latín. combinado con el agua. 13, 18

Vinum acre

Bebida que se obtiene de la fermentación T.R:129


Vino de la uva por medio alcohólico de su
zumo. No tiene adiciones de nada. El 4, 13
Del latín. origen de su producción no se registra con
exactitud, pero se ubica en el Medio

110
Vinum Oriente.

Yerbabuena (Europa) Es empleada en la gastronomía y la T.R:24


perfumería por su olor intenso y fresco.
Mentha spicata 13, 29

Zanahoria Es una de las hortalizas más consumidas T.R:9


por el hombre. Se compone de agua e
Daucus carota hidratos de carbono dando así calorías 47, 242
necesarias en la dieta humana. Es rica en
vitaminas B, potasio y fósforo. Se puede
comer fresca o cocida. En sopas, platos
fuertes o en jugo.

Zapote (América) Fruto latinoamericano usado T.R:4


principalmente por su pigmento y sabor.
Diospyros digyna 327, 435

111
ANEXO NO. 2: RECETAS CITADAS O UTILIZADAS

Tales de Se despunta el nixtamal y se lava muy bien, que no le Dos Manuscritos


quede hollejo, se muele en seco no muy remolido y se Mexicanos de
Frijoles
echa agua, manteca, azúcar y una poquita de sal, con una Cocina.
cuchara se bate muy bien, se cuecen unos frijoles, se
Receta No. 219 lavan y molidos se ponen al fuego, se les echa manteca,
azúcar y sal, después de muy bien fritos se pone una
capa de masa y otra de frijoles y se van haciendo los
tamales, a la masa se le echa agua de azahar.
Pastel de Pan Se muele una torta de pan frío, se le echan cuatro yemas Dos Manuscritos
de huevo y una clara, manteca derretida la que hubiere Mexicanos de
Receta No. 184 menester, lomo de puerco picado, se le echará al caldillo Cocina
jitomates, ajo, todo esto frito; al picadillo se le echarán
pasas, almendras, aceitunas, tornachiles y un huevo
duro, piñones, perejil y todas especias competentes.
Dieta para Se pone a cocer el carnero, vaca o gallina, con una rama Recetario
Enfermos de tomillo, otra de romero, laurel y un poco de vinagre, Novohispano
ya que está bien cocido se muelen unos chiles, remojados
Receta No. 463 con pimienta y clavo, se pone a calentar la manteca, se
fríe el chile y se le echa la carne y el caldillo en que se
coció, si quieren que sea asado lo dejan consumir y si no
que quede con caldo.
Una olla buena Lava la carne y échala dentro con su sal necesaria y Libro de Cocina
espúmala bien y luego échale garbanzos, cabeza de ajos, del Hermano Fray
jamón y aves, y una hora antes de apartarla echa la Gerónimo de San
Receta No. 627
verdura que será unas cebollas, chícharos frescos, y Pelayo
habas frescas, yerba buena y culantro verde, sazónala con
pimienta, clavo y azafrán.

Advertencias En los días de Jubileo se llama al noviciado a las 4 ½ de la Libro de Cocina


mañana, y a las 4 ¾ a la comunidad, y se descubre a las 5 del Hermano Fray
repicando ¼ de hora antes. Jueves, viernes y sábado Gerónimo de San
Receta No. 903
Santos se llama al noviciado a las 5 y a la comunidad a Pelayo
las 5 Vi. Domingo de Pascua se llama al noviciado a las 3
¾, a la comunidad a las 4 a maitines. Misas de
Aguinaldo, se llama al noviciado a las 4 y a la
comunidad a las 5. Repican mientras prima. Al otro día
empiezan las oraciones en vísperas y se revisten los
acólitos para acompañar al de la capa. Víspera de
Navidad, para Calenda se llama al noviciado a las 3 ½, y
éste llama a los (¿?) para las 4 a maitines, echan primas y
sigue la Calenda, y para ésta se visten los acólitos y el
que la canta.

Advertencias Jubileo se llama al noviciado a la 4 de la mañana, y a Vi Libro de Cocina


para las 5 a la comunidad y se vuelve a tocar a las 5 del Hermano Fray
repitiendo un cuarto de hora antes. Jueves, viernes y Gerónimo de San
Receta No. 982
sábado se llama al noviciado a las 5, a la comunidad a las Pelayo
5. Domingo de Pascua se llama al noviciado a las 3 ½, y a
112
la comunidad a las 4 a maitines.

Un Pastel de Echarás a cocer una pechuga de gallina y cuando esté Dos Manuscritos
cocida sácala y pícala muy menuda, picarás una poca de Mexicanos de
ave para
enjundia fresca de la misma gallina y mezclada con la Cocina
enfermos carne y sazonada de sal, muy poca especie y unas gotas
de vino, un poco de caldo, harás tu pastel; cuécelo y lo
Receta No. 95 espesarás con dos yemas de huevo, un poco de caldo y
agrio de limón; algunas rosas podrás echarle al asado por
encima.

Jalea de Se ponen a cocer en una olla limpia, ya cocidos se Dos Manuscritos


limpian y se echan en agua hasta que cubra el agua, hasta Mexicanos de
Tejocote
los ocho días se cuela por un lienzo, a dos cuartillos de Cocina
esta jalea una libra de azúcar muy blanca, se clarifica sin
Receta No. 411 huevo, se pone a hervir todo junto y se espuma con
cuchara de plata, con otra cuchara de palo se toma el
punto que se quede pegada en la cuchara y no
empuerque el dedo.

Salsa de Asados o cocidos quítales el pellejo, muélelos y échale ajo Libro de Cocina
Jitomates molido, perejil picado, pimienta y vinagre. del Hermano Fray
Gerónimo de San
Receta No. 686 Pelayo

Salsa de Con manteca dora pan, un poco de jamón, ajos, cebolla y Libro de Cocina
Jitomates estando, echa bastante jitomate; estando el caldo, del Hermano Fray
sazónalo con sal, pimienta y clavo. Gerónimo de San
Receta No. 698 Pelayo

Otro mole Se asan jitomates en el rescoldo y se mondan y muelen Dos Manuscritos


chiles tostados, jengibre, clavo, canela, pimienta y Mexicanos de
Receta No. 246 azafrán, se sancochan las aves con agua, manteca y sal, y Cocina
se le echa el chile, vino, vinagre, chorizos y jamón.

Día de la Sopa, principios y arroz; Pascua no se da sopa, sólo la Libro de Cocina


Ascensión vigilia de Navidad. Ntra. Señora de Guadalupe, sopa y del Hermano Fray
dos principios, San Felipe de Jesús lo mismo. Estos dos Gerónimo de San
Receta No. 988 días, para no errar preguntar al prelado. Estas Pelayo
advertencias son las que tiene el libro de Fray Daniel. "Y
Ud. las trasplanta."

Pollos con Se ponen a cocer dos pollos con agua, sal, manteca, Dos Manuscritos
Naranja pimienta y clavo molido y para llevarlos a la mesa se Mexicanos de
exprimen unas naranjas y se echa aceite, no hierve con Cocina
Receta No. 49 todo esto, ni lleva azafrán.

Jamón con Se remoja el jamón, si hay lugar de un día antes en agua Recetario
Jitomate fría, y si no hay lugar se cuece para desalarlo, luego se Novohispano
fríe el jitomate molido y se le echan unos cuantos ajos
Receta No. 482 machucados y la sal correspondiente; cuajado el jitomate

113
se vuelve a echar el jamón y se revuelve todo.

Habas Remojadas y quitadas las cascaras, lávalas bien y ponías Libro de Cocina
con agua y sal a cocer; las espumas bien y estando le del Hermano Fray
Receta No. 779 echas dentro una cabeza de ajos entera, poleo picado y Gerónimo de San
chiles anchos picados, y las cuidas para que no se Pelayo
asienten, meneándolas y dejando que se vayan cociendo.

Calabaza Cocida, fríes pan rayado, échale agua caliente, dulce vino Libro de Cocina
Mediana o vinagre, canela y clavo; sazónalo de sal y echa la del Hermano Fray
calabaza dentro. Gerónimo de San
Receta No. 792 Pelayo

Papas Las puedes dar como quieras variando o en revoltijo, Libro de Cocina
según queda dicho, o en aceite y vinagre y cebolla del Hermano Fray
Receta No. 787 picada. Gerónimo de San
Pelayo

Turrón A una libra de azúcar siete claras de huevo. Dos Manuscritos


Mexicanos de
Receta No. 413 Cocina

Albóndigas de Se desfleman unas lechugas echándolas en agua fría, Dos Manuscritos


Gallina hasta que queden muy blancas, los huesos se ponen a Mexicanos de
cocer después, se sacan y se cuela el caldo que quede Cocina
Receta No. 62 muy claro, las lechugas se muelen con un pedacito de
jamón gordo y un migajón de pan, se muele clavo,
jengibre, cilantro, poca pimienta y se echan las pechugas,
y a cada pechuga dos yemas de huevo y una clara, una
punta de vinagre, se revuelven y se hacen las albóndigas
del tamaño de una avellana, y en el caldo hirviendo se
van echando, no se tapan porque se ponen prietas, se
espesan con un migajón de pan, no han de hervir mucho,
se les echa por encima perejil.

Guiso de Con manteca dora un poco de pan, ajos, cebolla y poco Libro de Cocina
Conejo para jitomate, deslíe 2 o 3 tablillas de chocolate en vinagre y del Hermano Fray
Carnero échalo en el guiso con el caldo, perejil y pimienta, échale Gerónimo de San
la carne cocida y déjalo a fuego manso. Pelayo
Receta No. 642

Salsa de Se pica el jitomate crudo y una cebolla en gajos según Dos Manuscritos
Chilote fuere, se cogen unos ajos y se doran en la manteca, ya Mexicanos de
que está refrito el ajo se echa el jitomate, si está colorado Cocina
Receta No. 400 y maduro se echa junto con la cebolla, si está verde se
echa el jitomate primero, su punía de clavo, canela,
cominos, azafrán, su jamón, chorizos, huevo duro,
tornachiles, pasas, almendras, alcaparras, aceitunas,
azúcar y su punta de vinagre y perejil.

Mamones Harás la pasta de como molido, que quede jugosa y le Recetario


echarás pasas, almendras y piñones; cogerás mamones
114
Rellenos de los redondos chicos, los ahuecarás, los rellenarás con Novohispano
la pasta, y con las tapitas que les quitaste los taparás y los
Receta No. 531 irás poniendo en el platón que cubran, les echarás su
almíbar con vino y luego los taparás con huevos moles,
que queden bien cubiertos. Les pones almendras, pasas y
piñones.

El Embarrado Se lavan las pollas muy bien y se ponen a cocer con sal, Recetario
manteca, y todas las demás especias, en su tanto unos Novohispano
Receta No. 473 pedazos de cebolla, chile verde, tomate y almendras,
media taza de aceite de comer y un poco de vinagre, se
tapa la olla con engrudo y así que están cocidas se sirven
en sus platos.

El Escondido Se echan gallinas en agua con unos pedazos de jamón y Dos Manuscritos
sus especies enteras, se ponen a dos fuegos, se les echa Mexicanos de
Receta No. 20 manteca, vino y vinagre, y al medio día unas cáscaras de Cocina
almendras tostadas y molidas, unas yemas de huevo
batidas y cortadas con zumo de limón.

Buñuelos de A cinco libras de harina, veinticinco huevos, medio de Recetario


España vino, cinco dedos de manteca, se amasan y se extienden Novohispano
con palote, se cortan largos y con una carretilla se pone la
Receta No. 508 manteca, que esté bien caliente, se echa el buñuelo en ella
y con palito se le hace el nudito para que quede como
abanico, se le echa su almíbar por encima.

Clemole Se toma un poco de ajonjolí tostado, pepitas de chile, un Recetario


Poblano poco de cilantro y cominos, todo tostado, unos dientes de Novohispano
ajo asados, clavo, pimienta, canela, jengibre, poco chile
Receta No. 571 ancho remojado y chile ancho tostado, más del remojado,
tomates y jitomates cocidos, todo esto se muele y se fríe
en manteca bien caliente.

Huevos Se mide una taza de agua y se echa un pedazo de azúcar, Dos Manuscritos
Batidos se echa en una olla y ya que está hirviendo dicha agua se Mexicanos de
echan die/ yemas de huevo y se baten con un molinillo Cocina
Receta No. 299 como chocolate, y así que hayan hervido se echan en
tazas con azúcar y canela por encima.

Axiaco Se muelen chiles anchos remojados, jitomates, se fríen Dos Manuscritos


con una poca de manteca y aceite, se echa la gallina con Mexicanos de
Receta No. 31 su caldo y después se le echa plátano, camote, calabaza, Cocina
pina, chiles, aceitunas y aceite en los platos y ajonjolí.

Migas de Chile Se echan a remojar unos chiles y pan frío, se exprime y se Dos Manuscritos
revuelve con el chile, se fríe el ajo con la manteca, se hace Mexicanos de
Receta No. 214 como tortilla y se pone entre dos fuegos, ya que está a Cocina
medio cocer se clavetea con pasas, almendras, ajonjolí y
se sirve con azúcar y canela.

Salsa de Fríe en manteca jamón, unos ajos, cebolla y un poco de Libro de Cocina
115
Chícharos jitomate, échale chicharos y sazónalos con clavo y del Hermano Fray
azafrán, espésalos con yemas. Gerónimo de San
Receta No. 700 Pelayo

Memoria de A una libra de harina cinco yemas de huevo, dos onzas Dos Manuscritos
Hojaldrado de manteca y una poquita de agua fría con sal, se amasa Mexicanos de
y se ponen unas hojas quitando el borde por donde se Cocina
Receta No. 362 untan de manteca tibia, se ponen unas sobre de otras,
todas las que quisieren, se envuelven como un chilaquile
y después se corta en rebanadas, se extiende y se pone a
que cueza un poco de abajo y después se le echa la pasta
que quieran, se pone entro dos ruegos, y tenga cuidado,
no se queme.-

Buñuelos de Se pelan las almendras, se muelen, se exprimen, se Recetario


Almendra cuelan, se cuecen como el atole, se tantea la harina, se le Novohispano
echa dulce, una poquita de sal, canela, tantita agua de
Receta No. 502 azahar, esto se amasa, ya que está frío se le echa su
manteca muy bien amasada, se pone al sol a que se oree,
se van haciendo los buñuelos chiquitos, se cuecen en
horno como rosquetes, se echan en almíbar con su canela.

Albóndigas Se coge un pedazo de pulpa de carnero y un pedazo de Dos Manuscritos


carne de puerco, se lava muy bien y se pica, antes de Mexicanos de
Receta No. 189 picarla se despelleja, ya picada se muele en metate, se le Cocina
echa clavo, canela, pimienta, cilantro, cominos, azafrán,
se pica yerbabuena, perejil y se revuelve con esta carne,
con su punta de vinagre, vino, ajos, manteca y huevos, se
le echa a esta carne y se amasa, ahora se hace el relleno
para rellenarlas con pedacitos de jamón, pasas,
tornachiles, almendras, alcaparras, aceitunas en
escabeche, pedacitos de chorizos y huevos duros; a este
relleno se le echan las mismas especias y su vino,
jitomate picado, perejil y manteca, se revuelve este
relleno, sin llegar al fuego se coge la cantidad de carne
picada, un pedazo que hincha la mano y le hace un
agujero y se le echa del dicho relleno y se van
envolviendo muy bien, ha de estar el caldillo de jitomate
hirviendo a borbollones, así se han de ir echando las
albóndigas y se han de cocer unas cebollas y duraznos, se
han de echar unos dientes de ajo; después de sazonado
con todas sus especias un terrón de azúcar.

Otros pollos Los pollos crudos y hechos cuartos se estofan con jamón Dos Manuscritos
distintos en y ajo, clavo, canela y pimienta, luego se echan en una olla Mexicanos de
Nogada y a dos tantos de vino uno de vinagre de castilla, se Cocina
ponen a hervir hasta que estén cocidos, agua ninguna, si
Receta No. 176 hubiere menester más caldo, se echa un tanto de vino y
mitad de vinagre, en el ínterin se muele nogada con ajo,
migajón de pan remojado y sal; cuando los pollos estén
cocidos se les echa sal y para ir a la mesa se pone la
nogada extendida en un platón y se pone capa de pollos
116
y capa de nogada y se sirven.

Pollos Se asan estos pollos, allí se les echa jitomates, pimienta, Dos Manuscritos
Agridulces clavo, canela, cebollas enteras, duraznos o, a falta de Mexicanos de
éstos, manzanas, allí se le echa vino, vinagre, pasas, Cocina
Recta No. 200 almendras, agua, manteca, azafrán, azúcar hasta que
endulce, se coge todo esto sin desbaratar las cebollas, se
pone a fuego manso y en sazonando se le echa ajonjolí
por encima.

Hojuelas para A tres libras de harina, una de azúcar, tres huevos con Recetario
tomar claras y tres yemas, cuatro pozuelos de vino blanco y Novohispano
chocolate más de medio de manteca derretida, y en una taza
caldera de agua de anís se desbarata un pedazo de
Receta No. 453 levadura del tamaño de un huevo, y no se amasa como
todas las masas, sino que se apuña, hasta que partiéndola
con cuchillo haga ojitos, y se va extendiendo, y en un
comal se cuece.

Modo de hacer A dos libras de azúcar bien clarificada y colada, para lo Recetario
la cocada que se tiene prevenido un coco regular rallado. Acabado Novohispano
de colar la almíbar se pone al fuego y se le echa el coco,
Receta No. 619 se menea seguido hasta que quede espesa, se aparta y se
deja en el mismo cazo hasta que se enfríe. En éste se
baten catorce yemas de huevo en dos cuartillos de leche y
se mezclan en el cazo de la pasta y se pone en la lumbre,
no se deja de menear hasta que tome punto de cajeta, se
aparta, se adorna y se pone en el plato con un real de
polvo de canela, echándole por encima. Para dos cocos el
doble.

Otro Se muele el morcón, jitomate y yerbabuena, clavo, canela, Recetario


se calienta la manteca, se fríe el ajo, se saca y se echa Novohispano
Receta No. 464 cebolla picada y frita, se echa el morcón con el jitomate, a
que se fría mucho, se le echa el caldo de gallinas o
carnero, si quieren se le echa granada y un poco de vino.

Antes de Merienda el día que señala el prelado, salida de Adviento Libro de Cocina
Adviento y y Cuaresma, almuerzo. del Hermano Fray
Cuaresma Gerónimo de San
Pelayo
Receta No. 906

Días de Sopa Vísperas de Navidad, sopa y dos principios, pescado Libro de Cocina
frescal y seco, frijoles blancos y arroz. Viernes de Dolores, del Hermano Fray
Receta No. 910 San José, Encarnación; lo mismo. Jueves Santo, lo mismo Gerónimo de San
y empanadas de pescado frescal. Viernes Santo, encima Pelayo
de la sopa va el pescado frescal frito y frijoles blancos en
su plato. Sábado Santo, no hay sopa, lo que hay es un
pescado pero frescal y frijoles blancos y arroz. Pero si la
Encarnación cayese en el carnaval, no hay más que 2
principios, uno de gallina y arroz." San Felipe de Jesús.
117
Nuestra Señora de Guadalupe, tantos los han hecho de
primera clase y para no errar preguntar al Prelado. San
Miguel de primera clase. San José siempre primera clase.

Otro de As de tomar una gallina o capón: y ponlo en orden así Libro de Cocina.
Gallinas o de como si lo hubieses de azar y hacerlo pedazos: y con una Libro de guisados
Carne mano de mortero quererle muy bien los huesos de manjares y potajes
manera que pueda salir la sustancia de ella: y ponla en
Receta Folio. una olla nueva muy limpia: y poner en la olla canela (Ruperto de Nola)
XXXIII entera: y clavos enteros: y un poco de azafrán porque
alegra el corazón: y todo atado dentro de un paño de lino
limpio: y muy lavado: y puesto en la olla colgado el
trapillo de un hilo que sea muy limpio o suelto si quiera:
y a tapar muy bien.

Jalea de Agraz Has tomar el agraz, y desgranarlo media arroba, ó seis La Cocina del
libras, lo quisieres, y ponerlo á cocer con la cantidad de Barroco
Receta Pág. 168 agua que cubra, y luego colarlo por el paño, ó el cedazo,
y tener azúcar clarificado, y tres partes de zumo de (Francisco
agraz, echar dos de azúcar clarificado, que tenga muy Martínez Montiño)
poco punto cuando se eche en el zumo, y ponlo á hervir.
Hasta que haga un punto como las amacenas

118
ANEXO NO. 3: GLOSARIO GENERAL

Acitrón: Tallo descortezado y confitado de la biznaga. Cactácea. En la colonia también se le


conocía como cidra cristalizada.

Agraz: (del Fr. Verjus: zumo verde) zumo ácido extraído de la uva blanco o de la manzana. Se
usa para sustituir el zumo de limón o vinagre. Utilizado principalmente para la condimentación
de carnes, pescado o salsas. Su uso es conocido desde la edad Media, el cual se extendió a
América en el siglo XVI.

Agrio: agrio de cítricos. Limón, vinagre o vino.

Almirez: (del Ár. hisp. Almihrás o almihráz y este del. Ár. clás. Mihrãs) mortero de metal con su
pilón para machacar o moler.

Bobo: (Joturus dichardii, Poey) Pez de agua dulce sin escamas, rollizo, de carne blanca comestible
solamente cocinado, de sabor suave.

Batea: (del Ár. hisp. Batía: lugar llano) Recipiente: Bandeja o azafate, de madera normalmente o
con pajas de una sola pieza.

Brodi Maritimi: caldo italiano.

Cardo: nombre común que recibe la alcachofa. En el siglo XVIII se solía comer tierno y guisado.

Cazuela: Recipiente: utensilio profundo, generalmente con dos asas, que a diferencia del cazo
tiene mango en su lugar. Para el siglo XVII denominan los recipientes de barro.

Cedazo de Tambor: Recipiente: redondo, hecho de madera ligera, con crin o alambre para colar
alimentos delicados.

Chirivía: planta de la familia de las Umbelíferas, con tallo acanalado de nueve a doce centímetros
de alto, hojas parecidas a las del apio, flores pequeñas y amarillas, semillas de dos en dos y raíz
fusiforme blanca o rojiza, carnosa y comestible.

Cuartillo: ½ litro.

119
Desflemar: dejar alimentos en agua de sal por un tiempo para despejar su sabor amargo o fuerte.
Posteriormente se enjugan para su cocción.

Epazote: (del Náhuatl epazotl: hedor o sudor) planta utilizada para infusiones o condimento.

Escobeta: escobilla de raíz de zacatón corta y recia, utilizada para restregar los utensilios.

Especias: condimentos comunes como culantro, comino o pimienta; o finos como azafrán, clavo,
canela o nueces.

Garabato: varilla de hierro terminada en varios ganchos, donde colgaban la carne y los jamones;
pendía del techo. Dio origen al dicho popular: "Un ojo al gato y otro al garabato."

Hisopillo: (del diminutivo de hisopo) planta aromática útil para condimentos, de la familia de las
labiadas, utilizada también en aplicaciones médicas para malestares estomacales.

Infurtir: o enfurtir, adobar, impregnar.

Jitomate: fruto rojo y grande, del náhuatl, xitli, ombligo, y tomatl, tomate.

Librillo: Recipiente: vasija de barro con boca amplia, más ancho por los bordes que alto por el
fondo.

Libra: 460 Gramos.

Maimón o Mamón de Pan: bollo masa de pan o bizcocho de harina.

Martajar: quebrantar o moler sustancias o granos.

Mazamorra: (voz derivada tal vez del árabe bagsamat: galleta de barco) Se quiere decir una masa
o bizcocho espesado o con la materia pulverizada o desmigajada.

Melado: torta amasada con contenido de miel.

Metate: (del náhuatl metlal, metate, y pilli, hijo, ayuda) Recipiente: piedra cuadrilonga, curva, de
tres patas y una mano también de piedra llamada metlapil.

Milanés: la carne actualmente es llamada milanesa, molida y empanizada.

120
Molcajete: Recipiente: de piedra o barro con tres pies cortos y una mano de piedra llamada
tejolote, que sirve para hacer las salsas. Molcajete, del náhuatl, molli, salsa, y caxitl, cajete. Tejolote,
del náhuatl, tetl, piedra, y xólotl, muñeco (almirez).

Morcón: morcilla hecha de una tripa gruesa.

Mulsa o Mulso: jugo de fruta mezclado con miel de maíz o azúcar. Coulis en francés.

Onza: 29 Gramos.

Panecillo: o pan, pasta de grana cochinilla molida y amasada con baba de nopal; usado en
repostería para colorear los alimentos.

Panole: pinole, maíz tostado y molido.

Prebe: salsa, para sazonar viandas. También aparece en el recetario como prebre y pebre.

Pegujones: pelotón de lana o pelo; bolitas.

Pimiento: gordo, chile veraniego, de riego, chile cuaresmeño porque se cosecha en Cuaresma,
cuando no llueve. Tornachiles en vinagre.

Pípila: pavita, hembra del guajolote o cócono.

Poleo: hierba de la familia de las labiadas, de agradable aroma.

Recado o Recaudo: ingredientes para condimentar los guisos.

Refitolera: o refitolero, que cuida del refitorio, refectorio.

Sancochar: dejar la comida a medio cocer, antes de guisarla o sazonarla.

Tapesco: (del náhuatl, tlapechtli, tapestle) zarzo de madera que colgaba de las vigas del techo de
las cocinas mediante mecates, que subían y bajaban a discreción; en él se ponían quesos y
alimentos fuera del alcance de los ratones.

Tequesquite: bicarbonato, sal de la tierra. Suaviza los frijoles y otros granos, y las cáscaras de
ciertas frutas como higos y duraznos.

Tomate Verde: (del náhuatl, tomatl) de cáscara o de milpa, tomatillo

121
Tornachiles: (del náhuatl tonalli, estío, y chilli, chile) Chiles grandes de riego, conocidos por
cuaresmeños.

Totopostles: (del náhuatl, totopotza, tostar) totopos o tortillas de maíz delgadas que se sacan del
metate directamente.

Yagual: (Yahualli) canastillo circular que se cuelga cerca del fogón, para guardar alimentos fuera
del alcance de gatos y ratones, protegido con una jícara invertida en la parte superior.

122

También podría gustarte