Hemapotoyesis
Hemapotoyesis
Hemapotoyesis
1 INTRODUCCIÓN
El Sistema inmune consta de una serie de órganos, tejidos y
células ampliamente repartidos por todo el cuerpo.
Funcionalmente, los órganos se clasifican
en primarios y secundarios. Los primeros suministran el
microambiente para la maduración de los linfocitos, mientras
que los segundos se encargan de capturar el microorganismo o
antígeno, suministrando el entorno adecuado para que los
linfocitos interactúen con él.
Los linfocitos constituyen el 25% de los leucocitos sanguíneos, y el 99% de las células linfáticas.
Existen unos 10 billones de linfocitos en el cuerpo humano, que equivalen a la masa del cerebro.
Especificidad
Variedad (diversidad)
Memoria inmunológica
Reconocimiento de lo propio y lo ajeno
2.2 HEMATOPOYESIS
La hematopoyesis consiste en la formación y desarrollo de
células sanguíneas a partir de la célula madre
pluripotencial (stem cell).
Durante las primeras semanas embrionarias se encuentran células
madres en el saco vitelino, las cuales van diferenciándose en células
eritroides, provistas de hemoglobina embrionaria.
Desde el tercer mes hasta el séptimo de embarazo, las células madre
migran, primero al hígado fetal, y después al bazo fetal, donde
sigue la heamtopoyesis.
Desde el séptimo mes, va disminuyendo la hematopoyesis en el
hígado y bazo, hasta que desaparece para la época del nacimiento, y
va adquiriendo preeminencia el papel de la médula ósea.
Un ratón irradiado con rayos X (950 rad) moriría al cabo de unos 10 días; pero si le infundimos sólo
diez mil o cien mil células de médula ósea de un ratón singénico, se reconstituye todo su sistema
hematopoyético.
Supervivencia
Multiplicación
Diferenciación
Maduración
los eritrocitos viven unos 120 días, al cabo de los cuales son
fagocitados por los macrófagos del bazo
los neutrófilos duran unos pocos días
algunos linfocitos T duran más de 30 años.
El cuerpo humano produce unos 400 000 millones de células de
la línea hematopoyética cada día.
2.3 MARCADORES DE
SUPERFICIE DE LEUCOCITOS
Los linfocitos y otros leucocitos, así como sus precursores
hematopoyéticos, presentan patrones característicos de
moléculas de superficie, que pueden ser aprovechadas como
marcadores para distinguir y caracterizar distintas poblaciones
celulares.
de linaje (p. ej., el CD3 sólo existe en el linaje que conduce a los
linfocitos T);
de maduración (ej.: el CD1 sólo aparece en las fases madurativas de
células T en el timo);
de activación (p. ej., el CD25 es el receptor de la citoquina IL-2, y
sólo se expresa en aquellas células T estimuladas previamente por el
antígeno).
1. células T
2. células B
3. células NK
Los linfocitos T y B vírgenes (no cebados) son pequeños
(unas 6 m de diámetro), con poco citoplasma, que forma un
estrecho anillo alrededor del núcleo. Poseen cromosomas
condensados, con abundante heterocromatina; albergan pocas
mitocondrias, y apenas nada de retículo endoplásmico ni de
complejo de Golgi.
2.4.1 Linfocitos B
En los mamíferos, los linfocitos B se diferencian en la médula ósea,
mientras que en las aves lo hacen en la bursa o bolsa de Fabricio.
Constituyen del 5 al 15% de los linfocitos circulantes.
Reconocen al antígeno en forma soluble, por medio de sus
inmunoglobulinas de membrana (mIg), que forman parte del
complejo receptor de las células B (BCR). En cada linfocito hay unas
150.000 moléculas de mIg (de las clases M y D), que han sido
sintetizadas por él. Todas estas moléculas poseen la misma
especificidad antigénica. Acompañando a cada mIg, unidas no
covalentemente con ésta, existen dos tipos de cadenas
acompañantes, llamadas Ig e Ig , que son invariantes.
Otros marcadores de superficie:
MHC II
receptores para el complemento: CD35 (=CR1) y CD21 (=CR2)
receptor para IgG exógena: CD32 (=FcRII), que juega un papel en las
señales negativas para el linfocito B
carecen de Ig de membrana.
Son mayores y con más proporción de citoplasma que las B de las
que proceden.
Su RE está muy desarrollado. Esto explica la gran cantidad de Ac
secretados que producen; esos anticuerpos poseen la misma
especificidad antigénica que la de las mIg de la célula B original.
No circulan por la sangre ni por los vasos linfáticos, sino que se
localizan en los órganos linfoides secundarios y los lugares de la
respuesta inmunológica.
Viven unos pocos días; al ser células en fase de diferenciación
terminal, carecen de capacidad mitótica, y mueren por apoptosis.
2.4.2 Linfocitos T
Durante la infancia, se diferencian en el timo, pero al llegar la
adolescencia, el timo regresiona, y entonces la diferenciación ocurre
sobre todo en la piel y mucosa intestinal.
Poseen un receptor de membrana (TCR) asociado no covalentemente
al llamado complejo CD3, lo que conjuntamente se denomina
complejo receptor de las células T.
Aunque el TCR es diferente estructuralmente a las Ig, posee zonas
homólogas. Una diferencia importante del modo de reconocimiento
antigénico del TCR respecto del BCR es que aquél sólo interacciona
con el Ag dispuesto en la superficie de células del propio organismo
(de hecho, el antígeno procede de procesamiento proteolítico, y le es
"enseñado" al linfocito T asociado a moléculas de MHC).
Existen dos tipos de TCR, que definen dos poblaciones diferentes de
linfocitos T:
TCR2
TCR1
La mayoría (85%) de las células T poseen el TCR2, y a su vez
se pueden dividir en dos tipos:
Las TCR2 CD4+ funcionan como células cooperadoras (TH): reconocen
el Ag expuesto por el MHC-II propio de células presentadoras de Ag
(APC), y al hacerlo, se activan y expanden clonalmente, secretando
citoquinas que juegan un papel clave en la activación de otras células
(B, T, etc.). A microscopio, la mayoría muestran el llamado
corpúsculo de Gall (un grupo de lisosomas primario junto con gotitas
de lípidos).
Las TCR2 CD8+ generalmente funcionan como células T citotóxicas o
matadoras (Tc). Un 65% de ellas poseen cuerpo de Gall. Reconocen
el Ag expuesto en moléculas MHC-I de células propias infectadas con
virus o cancerosas, lo cual, junto con las señales adecuadas de
citoquinas, provoca la activación y proliferación clonal, con
diferenciación a linfocitos T citolíticos (CTL), que matan
extracelularmente a las células propias enfermas.
1) Monocitos
2) Macrófagos
Características principales:
Los macrófagos son células de vida más larga que los neutrófilos
(meses e incluso años).
Poseen un núcleo en herradura.
En su citoplasma se ve un abundante retículo endoplásmico rugoso y
gran número de mitocondrias.
Están especialmente adaptados a luchar contra virus, bacterias y
protozoos intracelulares.
1) Actividad fagocítica:
2.5.3 Eosinófilos
2.5.5 Plaquetas