Malambo Carlos Vega
Malambo Carlos Vega
Malambo Carlos Vega
PRIMERA PARTE:
DANZAS INDIVIDUALES
El hombre solo o la mujer sola ejecutan la danza.
EL MALAMBO
Pero el Malambo por excelencia, el de área más amplia, el que predominó sobre
sus congéneres, es, en la Argentina, una justa o competencia entre dos hombres
que zapatean en alterancia.
Segunda Parte
“El auditorio está pendiente de los pies de los danzantes que escobillan,
zapatean, repican, ora arqueando, inclinando, doblando y cruzando sus
pies cuya planta apenas palpita sobre la tierra.”
En uno de los artículos que publicó en 1882, Arturo Berutti4 dice algunas
palabras sobre el Malambo: …”que generalmente es bailado por dos
hombres que se están disputando la supremacía en la variedad, agilidad,
presteza y exactitud de las mudanzas, recibiendo grandes ovaciones por
parte de los espectadores, aquél que por su vigor y destreza ha obtenido
la gloria del vencedor.”
Por una posta de la provincia de Tucumán, a cuatro leguas del límite con
la de Santiago del Estero, pasó en 1863 el Dr. Thomas J. Hutchinson18,
cónsul británico en Rosario de Santa Fe, y presenció allí una exhibición
del Malambo individual puro. Fué en días de carnaval y había fiesta en la
posta. Escribe el cónsul:
Tercera Parte
ORIGEN. Las danzas individuales son, con las colectivas, las primeras
danzas humanas. Pertenecen, por lo tanto, a los capítulos iniciales de la
prehistoria. Y a los demás; porque los ciclos posteriores conservaron
algunas de sus formas, si no el sentido primitivo. En el trance de la
pubertad, danzaba sola la mujer aborigen para conquistar los beneficios
de la fecundidad; danzaba solo el hechicero para conjurar la adversidad.
A través de milenios, Europa occidental heredó las formas individuales.
Ya pasada la Edad Media, un hombre bailaba solo delante de la
procesión del Corpus en Galicia.
Ch. Davillier11 anduvo por España hacia 1862 y tomó entonces las notas
que publicó en su Voyage en Espagne. Dice, también en pos de Pellicer,
que el Canario es más o menos “la misma danza que la Guaracha y el
Zapateado” y que “en estas tres danzas, los movimientos de los pies, que
eran extremadamente vivos, desempeñaban el papel principal. El nombre
de Zapateado —agrega— es todavía popular, y este baile, uno de los
más conocidos entre los de Andalucía, se danza aún frecuentemente y
obtiene siempre gran éxito, pues si bien ha sufrido francas alteraciones
con el tiempo, no ha perdido nada de su gracia primitiva.” En otro lugar
añade Davillier: “El Zapateado es, acaso, el más vivo de todos los pasos
andaluces y nada hay más gracioso ni más ardiente. Ordinariamente es
bailado por una mujer sola, que otra reemplaza cuando la primera está
fatigada.”
Los folkloristas han recogido varias danzas llamadas con tales nombres.
Julio Avzeno3 describe un Zapateo, de Santo Domingo, pero es danza
de pareja: “todo este baile no simula más que una amorosa persecución.”
En cambio, M. y R. d’Harcourt17 observa en el Perú una danza de
hombres solos llamada ttakteo (del verbo quichua ttaktani = zapatear)
que “consiste en un golpeteo muy rápido de pies sobre el suelo, sin
cambiar de lugar, danza que, a falta de gracia, requiere mucha agilidad.”
No dicen los autores si es baile de competencia.
“Le sapateo était leur danse favorite” —escribía Lafond de Lurcy19 allá
por el año 1825 refiriéndose a los pobladores de San Blas, Panamá. Y
añade que se llamaba así “porque en ella se marca el compás con
golpes de pie más o menos violentos y precipitados”.. . Era danza de
pareja.
Allá por los años 1790-1794 Tadeo Haénke vio en Lima, Perú, varias
danzas individuales: “Distínguense sus danzas con los nombres de
Tarengo, Caballo cojo, Don Mateo, el Torito, el Matatoro, el Zango, el
Agua de Nieve, etc. —escribe en su Descripción del Perú—. Y agrega:
“Por lo general baila uno solo; y el mayor aguante constituye su
habilidad.”
“En sus casas —cuenta el viajero— las damas reciben a las visitas con
mucho agrado y se complacen en distraerlas tocando el Arpa o la
Guitarra, que acompañan con la voz; y si se les ruega que dancen,
acceden con mucha complacencia y amabilidad.”