Virtudes para La Convivencia Familiar

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quizá el lector busque de modo in- prensión de los hábitos es clave pa-  ESE Nº15 2008

tuitivo. Hay una razón suficiente y ra cualquier tarea educadora, bien


necesaria para esa disparidad: los sea desde el punto de vista teórico 
hábitos inferiores, que se tratan en fundamentando el saber educativo,   
 .
la parte 2, son más numerosos que bien desde el punto de vista prácti-   
los hábitos superiores, que se tratan co en la medida en que los hábitos  
en la parte 3. son ineludibles en la formación de
Dado que el estudio de los hábitos las personas y en su propio ethos
sigue un orden ascendente, la im- profesional.■
portancia real de los capítulos sigue ALFREDO RODRÍGUEZ SEDANO
un orden inverso. De este modo,
son más relevantes los capítulos de
la tercera parte que los de la prime-
ra. Este mismo esquema se sigue
para cada parte, donde vuelve a
apreciarse el carácter ascendente y
Rf015
relevante de los hábitos que se tra- Virtudes para la
tan de acuerdo con el orden jerár-
quico que establece Tomás de
convivencia familiar.
Aquino. Apreciar esta relevancia es Vivir unidos y dejar
posible por el carácter sistémico de vivir
los hábitos, bien sean adquiridos o
innatos. David Isaacs
EUNSA, Pamplona, 2008, 104, pp.
La extensión del libro puede llamar
la atención: 26 capítulos y 665 pá-
ginas. El propio autor señala que la
procedencia de los capítulos tiene
ste libro se enmarca en la edu-
dos vertientes: ocho capítulos ela-
borados exclusivamente para la
E cación familiar tratando una se-
rie de aspectos concretos. Está es-
confección de este libro, que se en-
tructurado en cuatro capítulos que
cuentran en la segunda parte y res-
se corresponden con una introduc-
ponden a “El hábito abstractivo y
ción y la consideración de tres vir-
los hábitos formales”, conformado
tudes, la prudencia, la paciencia y
por cuatro temas y “Los hábitos de
la generosidad. El estilo del autor
la razón teórica”, compuesto por
permite una lectura ágil que recorre
los capítulos 10 a 13. Los otros 18
la fundamentación de los conteni-
capítulos han sido recopilados de
dos expuestos con las palabras pre-
diversos escritos ya publicados, pre-
cisas, ni más ni menos, relacionan-
sentando correcciones y añadidos.
do la teoría con la realidad con un
No está pensado, a mi modo de
procedimiento acertado. El equili-
ver, como un manual sino como
brio está logrado entre un esfuerzo
un libro de consulta que el profe-
especulativo y una tarea de divulga-
sor y el alumno han de tener y po-
ción.
der acceder al él con relativa fre-
En la introducción el lector puede
cuencia. Si la educación lo es de
encontrar un contenido más sustan-
personas y éstas crecen mediante
cioso que lo que suelen ser las típi-
los hábitos y las virtudes, la com-
2008 Nº15 ESE  cas introducciones de los libros. De práctica pasamos al terreno de la vi-
una forma amena, a través de trein- da familiar con dos aspectos opera-
 ta y cuatro páginas preliminares po- tivos de la prudencia: la toma de
   demos comprender qué es una fa- decisiones y la necesidad de equili-
 .
   milia unida. Para botón de muestra brar autonomía personal y respon-
  del interés de estas afirmaciones en- sabilidad con los otros miembros
tresacamos algunas ideas centrales de la familia. A estas alturas de la
respecto a este tema que tanto lectura sobresalen consejos “pru-
preocupa en la actualidad. La unidad dentes” sobre qué pasos hay que se-
de la familia que se fundamenta en guir para abrazar las decisiones ade-
el matrimonio y no se equipara a la cuadas y sobre qué márgenes ha de
uniformidad entre sus miembros situarse la autonomía de cónyuges
surge como consecuencia de com- e hijos. También advertimos algu-
partir valores en común, valores nas referencias a los desacuerdos y
constitutivos y esenciales que per- conflictos. Como ya advertía el au-
miten contribuir a que los miem- tor al comienzo del capítulo, la vi-
bros de una familia puedan crecer. da familiar es lo suficientemente
Entre los valores deslumbra uno: el entretenida como para dejar poco
crecimiento personal de cada tiempo para pensar, y esto es lo que
miembro de la familia. Ese compar- se precisa para ser prudente, refle-
tir valores no es una disposición só- xionar sobre qué queremos para la
lo intelectual que permite adoptar familia y cómo pretendemos conse-
decisiones para actuar, sino que guirlo.
también es afectiva. Para participar La segunda virtud destacada para la
de los mismos valores es preciso vida familiar es la paciencia. En es-
“realizarlos” mediante actividades te tercer capítulo se recuerda una
en común. Estas vivencias configu- experiencia habitual: lograr una fa-
ran la cultura familiar: “La forma milia unida no es fácil y sobrellevar
habitual y tradicional de pensar, de las dificultades para alcanzar esa
sentir, de decidir, de actuar y de re- unidad desarrolla la paciencia. En
flexionar sobre el futuro y al en- un contexto social en el que prima
frentarse con los problema que se la presión para obtener resultados
le presentan” (p. 36). Lo más im- inmediatos, la dinámica familiar y
portante para mantener la unidad la educación requieren saber espe-
es el interés de los unos para ayu- rar los beneficios a largo plazo.
dar a los otros a mejorar integral- Hay que darse tiempo para mejorar
mente. y dar tiempo a los otros para que
En el segundo capítulo, David Isa- desarrollen virtudes. La serenidad
acs explica cómo la prudencia es para pensar esta realidad humana
una virtud central para la unidad y constituye un requisito imprescin-
convivencia familiar. En pocas líne- dible de la vida familiar. Además
as presenta a esta virtud: es el hábi- otras disposiciones acompañan a la
to operativo bueno que nos permi- actitud paciente: el autocontrol de
te descubrir los valores, establecer las pasiones, el respeto y aceptación
el término medio de las otras virtu- de los otros, la seguridad afectiva,
des y adoptar las decisiones acerta- la motivación por el valor. Estas
das. Desde esta breve consideración cualidades se viven de diferente
modo según la edad y suponen un lidades. No obstante estas reflexio-  ESE Nº15 2008
ejercicio diverso según la condición nes pueden ser de utilidad a un pú-
de ser padres o hijos. Los ejemplos blico más amplio: a todos aquellos 
aportados en este apartado resultan interesados en un tema tan central   ...
   
elocuentes para comprender cómo como la familia de la que depende 
educar con paciencia y cómo edu- la felicidad de las personas, y espe-
car en la paciencia. cialmente a los educadores que por
Para coronar la publicación, el capí- un motivo u otro acaban entrando
tulo final versa sobre la generosi- en contacto con las familias. Esta
dad. La unidad familiar se sostiene publicación muestra el buen que-
en la entrega mutua y ésta radica hacer pedagógico de David Isaacs y
en la generosidad de sus miembros, enlaza con algunos de sus títulos
en que sean capaces de entregar como: La educación de las virtudes
“todo lo que uno posee y entregar- humanas que ya ha superado con
lo a la persona adecuada en el mo- creces la décima edición.■
mento oportuno” (p. 91). Esta ca- AURORA BERNAL MARTÍNEZ DE SORIA
pacidad se desenvuelve siguiendo
dos pasos: valorar lo que se posee y
valorar las necesidades de los de-
más. Los actos de generosidad se
concretan en dar cosas, en dar
tiempo –en cantidad y calidad– pe-
Rg015
ro sobre todo en darse. Uno de los Todos educamos
principales actos de generosidad en
las relaciones familiares es el per-
mal… pero unos peor
dón que manifiesta gran seguridad que otros
y gran deseo de servir a los demás. Tomás Melendo Granados
El autor nos ayuda a discernir los EIUNSA, Madrid, 2008, 221 pp.
actos de generosidad auténticos de
otras actuaciones en las que pode-
mos buscar contraprestaciones más
o menos encubiertas de las otras
personas. Esta realidad es adaptada
a la familia en la que lo difícil es
T odos educamos mal… pero unos
más que otros. Con el título de
este libro, el autor sabe captar con
tratar a cada persona como necesita sencillez la atención de aquellos in-
y conciliar con equilibrio las accio- teresados en cuestiones que atañen
nes en y fuera de la familia. Por úl- a la educación de los hijos o de los
timo rescatamos una idea profunda alumnos. Con ello viene a recor-
con la que se termina el libro: cre- darnos a los adultos que no esta-
cer en generosidad no es opcional mos exentos de la ignorancia, la
sino que es fundamental para que torpeza, la inexperiencia (a pesar de
las personas lleguen a su plenitud. los años acumulados) o del error
El autor no esconde su objetivo si- cuando tratamos, casi siempre de
no que lo expone con claridad: modo bienintencionado, de “edu-
ayudar a los padres de familia para car” a nuestros jóvenes. Esta idea
que mediten sobre su actividad y la sobre la torpeza o la posibilidad de
mejoren en la medida de las posibi-

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