24 de Mayo de 1822
24 de Mayo de 1822
24 de Mayo de 1822
A las nueve y media de la mañana se iniciaron los primeros disparos. Desde el comienzo del
combate, el Yaguachi y su comandante el Coronel Antonio Morales, en denodada lucha, agotaron
los cartuchos y los reemplazaron con la bayoneta. Tremolaba el azul y blanco de la bandera
conducida por el joven teniente Abdón Calderón. Estas unidades sostuvieron lo más recio del
combate hasta la llegada de Mires con el resto de la infantería.
La batalla fue, sangrienta y feroz, pues las fuerzas realistas estaban conscientes de que su derrota
significaría el fin del dominio español en esta parte del continente.
Sucre organizó sus fuerzas para que arribaran en oleadas sucesivamente. Cuando los Cazadores de
Paya y el Batallón Trujillo, conducidos por su jefe Santa Cruz, luego de valerosa acción agotaron
sus municiones, fueron relevados por otros dos batallones que a las órdenes del general Mires y
del coronel Morales hicieron retroceder a los realistas hasta que también acabaron con sus
municiones.
Volvieron entonces a la carga el “Paya” y el “Albión”, reforzados ésta vez por el coronel Córdova
que venía a la cabeza de dos compañías del “Magdalena”. En el fragor de la lucha, los hombres del
batallón Yaguachi demostraron una bravura que rayó en el heroísmo y que obligó a los españoles
a emprender la retirada. Finalmente,
el comandante Cestaris acabó con la
caballería realista, comandada por el
Crnel. Tolrá y conformada por 400
valerosos y buenos jinetes.
Las tropas debían rendir las armas con los honores de la guerra, conservando los jefes y oficiales
sus espadas, caballos y equipajes. Héroe de esta jornada fue el Tnte. Abdón Calderón, del batallón
Yaguachi, quien a pesar de haber sufrido varias heridas no abandonó el campo de batalla, y
manteniendo en alto la gloriosa bandera de celeste y blanco permaneció en él hasta que los
españoles fueron derrotados.
Ese día, Sucre prefirió no entrar en la ciudad, y esperó hasta el día siguiente para, después de que
fue firmada la capitulación, ocuparla victoriosamente.
En el Parte de la Batalla del Pichincha, el Gral. Sucre dice: “Los resultados de la jornada de Pichincha
han sido la ocupación de la ciudad y sus fuertes el 25 por la tarde, la posesión y tranquilidad de
todo el departamento y la toma de 1.100 prisioneros de tropa, 160 oficiales, 14 piezas de artillería,
1.700 fusiles, fornituras, cornetas, banderas, cajas de guerra y cuantos elementos de guerra poseía
el ejército español.
Cuatrocientos cadáveres enemigos y doscientos nuestros han regado el campo de batalla…
además tenemos 190 heridos de los españoles y 140 de los nuestros... Los cuerpos de todos han
cumplido su deber: jefes y oficiales y tropas se disputaban la gloria del triunfo. El Boletín que dará
el Estado Mayor recomendará a los jefes y subalternos que se han distinguido, y yo cumpliré con
el deber de ponerlos en
consideración del Gobierno.
El triunfo y la gloria,
no se hizo esperar,
cayendo vencidas
las huestes extrañas
Recordemos siempre
al genio de Sucre
que junto a Bolívar
nos dio libertad.
Miremos la frente,
gallarda y galana
del bravo mestizo
que derrotó a España.
Por la libertad!
Nació en Cuenca el 31 de julio de 1804. Sus padres fueron el Coronel Francisco
García-Calderón y Díaz-Núñez, cubano que luchó contra los realistas desde 1810 y la
guayaquileña Manuela de Jesús de Garaycoa y Llaguno, quien pertenecía a una de
las más destacadas familias del puerto.
Muerte:
El "héroe niño" no murió en el campo de batalla, sin embargo le impactó una bala
de cañón de metralla, que se dispersó en todo su cuerpo y le causó heridas
múltiples. Fue retirado del campo en contra de su voluntad, y trasladado al Hospital
San Juan de Dios en Quito, que actualmente es el Museo de la Ciudad. En este lugar
recibió atención médica junto a otros heridos. Días después el cuadro clínico del
Teniente Calderón se agravó por otra enfermedad.
Falleció por una complicación doble a causa de comida dañada que había ingerido
en el ejército, y una septicemia que se desarrolló producto de las heridas de batalla.
Murió como un héroe el 7 de junio de 1822, días después de la Batalla de Pichincha.
LOS PERSONAJES DE LA BATALLA DE PICHINCHA