Sama defendió valientemente su pequeño campo de lentejas contra los filisteos que lo atacaron, a pesar de que el resto del pueblo había huido. Se paró solo en medio del campo y luchó contra los filisteos, matando a muchos, y Dios le dio la victoria. Su valiente defensa del campo que tanto le había costado cultivar enseña que debemos defender aquello en lo que hemos invertido nuestro esfuerzo y trabajo.
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Sama defendió valientemente su pequeño campo de lentejas contra los filisteos que lo atacaron, a pesar de que el resto del pueblo había huido. Se paró solo en medio del campo y luchó contra los filisteos, matando a muchos, y Dios le dio la victoria. Su valiente defensa del campo que tanto le había costado cultivar enseña que debemos defender aquello en lo que hemos invertido nuestro esfuerzo y trabajo.
Sama defendió valientemente su pequeño campo de lentejas contra los filisteos que lo atacaron, a pesar de que el resto del pueblo había huido. Se paró solo en medio del campo y luchó contra los filisteos, matando a muchos, y Dios le dio la victoria. Su valiente defensa del campo que tanto le había costado cultivar enseña que debemos defender aquello en lo que hemos invertido nuestro esfuerzo y trabajo.
Sama defendió valientemente su pequeño campo de lentejas contra los filisteos que lo atacaron, a pesar de que el resto del pueblo había huido. Se paró solo en medio del campo y luchó contra los filisteos, matando a muchos, y Dios le dio la victoria. Su valiente defensa del campo que tanto le había costado cultivar enseña que debemos defender aquello en lo que hemos invertido nuestro esfuerzo y trabajo.
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DEFIENDE TU CAMPO DE LENTEJAS PARTE 1
2 Samuel 23:11-12 Los valientes de David
11 Después de éste fue Sama hijo de Age, ararita. Los filisteos se habían reunido en Lehi, donde había un pequeño terreno lleno de lentejas, y el pueblo había huido delante de los filisteos. 12 El entonces se paró en medio de aquel terreno y lo defendió, y mató a los filisteos; y Jehová dio una gran victoria. "PERO SAMA SE PLANTÓ EN MEDIO DEL CAMPO Y LO DEFENDIÓ, DERROTANDO A LOS FILISTEOS. EL SEÑOR LES DIO ESE DÍA UNA GRAN VICTORIA". A la mayoría de los cristianos nos gusta mucho la palabra "guerra". En especial los cantos y alabanzas que tengan que ver con esta palabra. En sí, esa es la vida del cristiano: una constante lucha. Pero qué hay cuando alardeamos mucho con esta palabra y cuando estamos en medio de la batalla, cedemos y caemos? Este es el pasaje de los valientes de David, hombres de guerra, adiestrados para la batalla. Los filisteos estaban en constante batalla y guerra contra Israel. Estos hombres bajo la dirección de David luchaban contra sus enemigos valientemente. Cada uno tiene una característica muy especial pero hay uno que refleja la vida del creyente en determinadas situaciones en la que hay que decidir: Sama. Sama tenía una pequeña heredad, en la cual había sembrado lentejas. Yo me imagino el trabajo que había hecho este hombre al sembrar un campo de lentejas y en tiempo de guerra, arar la tierra, sembrar la semilla, cuidarla, cultivarla. Es más difícil cultivar que sembrar, siembras una sola vez, pero cultivas muchas veces. Una mata de uva te da cosecha por 45 años, pero la tienes que cuidar permanentemente. La razón por la que no cosechamos permanentemente, algunas veces, es porque descuidamos el campo de lentejas, nos confiamos, y creemos que es solo la semilla y ya, y ni cuidamos ni defendemos. Sama era un valiente, preocupado por su familia, por el sustento de ellos. De pronto, ocurre lo inesperado: los filisteos atacan. Fíjate bien que el pasaje no dice que atacaban el cultivo cuando la lenteja estaba pequeña. No, atacaban cuando ya casi cosechaban. Cada vez que Israel, y entre ellos la familia de Gedeón, tenían la cosecha de trigo lista, venían los madianitas y se la robaban. El enemigo viene, cuando la cosecha está lista!!! El sabe lo que es un botín. El pueblo de Israel hizo huecos en las rocas y las montañas para esconderse, hasta que el ángel visitó a Gedeón y le dijo “Dios está contigo, DEFIENDE TU CAMPO, DEFIENDE TU PUEBLO, con cántaros, Teas Y Trompetas.” Sama se paró en el medio del campo y luchó. El entonces se paró en medio de aquel terreno y lo defendió, y mató a los filisteos; y Jehová dio una gran victoria. SAMA SE PARO EN MEDIO, EN MEDIO DEL CAMPO, NO DE LEJITOS PARA AYUDAR SINO PARA PELEAR!!!!!! No corrió, lo enfrentó, defendió lo que tanto trabajo había costado. No se quejó, actuó, su decisión fue rápida y acertada. Se paró en medio del campo y peleó. ¿Nunca te has puesto a pensar cuántos filisteos atacaron en esa ocasión? No sé. ¿100?, ¿1000? Tal vez más, tal vez menos. No importa cuántos. Lo que importa es que no salió corriendo como los demás, lo enfrentó. No lo hizo desde la orilla, no desde el camino, no mandó a nadie por él. Él lo hizo solo, sin la ayuda de nadie. ESA ES MI DECISION, VOY A DEFENDER MI CAMPO DE LENTEJAS, ME HA COSTADO LA VIDA, LAGRIMAS, DESVELOS, TODO, Y NO VOY A DEJAR QUE NI FILISTEOS NI MADIANITAS ME ROBEN MI COSECHA. Sólo quien se ha esforzado en sembrar defiende eso que le ha costado porque quiere cosechar. SAMA veía más allá de un pequeño terreno, vio que allí estaba el futuro alimento del pueblo y luchó porque no se perdiera. Seguramente dijo: “de aquí no me muevo, nadie tocará mis lentejas.” Ese campo de lentejas, es tu casa, son tus hijos, es tu ministerio, es tu trabajo. Es lo que tienes ahora, no es eterno, es lo que tienes ahora en tu mano. Sabes por qué la gente no lo defiende, porque no tiene mentalidad de eternidad. En el ministerio están apenas haciendo algo pequeño, que no se parece a lo que Dios ha dicho, y dicen: Ese no es mi llamado, y no lo defienden, y lo menosprecian, están ahí, porque por ahora no tienen otra cosa que hacer, estos jamás estarán en la lista de los valientes cuando David sea rey. Los valientes de David no siempre fueron valientes, algún tiempo fueron gente común y corriente. Lee 1ra Samuel 22:1-2. Es el pasaje de la cueva de Adulam ¿Qué había allí? Vagabundos, exiliados, amargados, endeudados, gente que había huido de su círculo social por ser considerados escoria humana. Pero fueron fieles y pelearon. (continuara...) Profeta Yalile Díaz