James Klugmann La Resolución de La Kominform, 1951 PDF
James Klugmann La Resolución de La Kominform, 1951 PDF
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La resolución de la
KOMINFORM
De Trotski a Tito
1951
James Klugmann
EDITORES
La resolución de la Kominform--------------------------------------------------pág.04
El nacionalismo burgués-------------------------------------------------pág.27
Conclusión-----------------------------------------------------------------pág.30
Introducción de «Bitácora (M-L)»
1) Hay que recordar que la expulsión del Partido Comunista de Yugoslavia como
el autor explica no es debido a las desviaciones en sí del Partido Comunista de
Yugoslavia, sino a la negativa del partido a asistir a la IIº Conferencia de la
Kominform de 1948 para que los otros partidos comunistas hermanos
ejercieran su derecho de crítica al Partido Comunista de Yugoslavia, derecho
que –recordemos– el propio Partido Comunista de Yugoslavia había ejercido en
la Iº Conferencia de la Kominform de 1947 cuando precisamente los delegados
yugoslavos Milovan Đilas y Edvard Kardelj aprovecharon tal foro para criticar a
los delegados italianos y franceses por las actuaciones de sus respectivos
partidos, ejerciendo pues, el derecho a la libre crítica y autocrítica bolchevique
entre los partidos de esta organización como sus normas establecían, derecho
que los revisionistas yugoslavos no permitieron que fuera ejercido por terceros
para que la crítica tocara de lleno a su partido.
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habían sido descubiertos como revisionistas. Decimos esto para poner en
situación al lector y que por decirlo así «no se asuste».
6) Este documento es pues, una dedicatoria para los pueblos yugoslavos que
ejercieron una gran valentía durante su lucha de liberación nacional durante la
Segunda Guerra Mundial; de igual modo la historia ha otorgado a cada
yugoslavo marxista-leninista y a todo patriota progresista la misma o si cabe
más valentía por oponerse al revisionismo titoista; tanto en su política interior
pro kulak y pro burguesa; como a su política exterior de sumisión encaminada a
convertir a Yugoslavia en una mera semicolonia de los imperialismos
occidentales. A todos ellos que como Arso Jovanović, les tocó sufrir la calumnia,
el arresto y el asesinato bajo la etiqueta –para los titoistas despectiva– de
2
«kominformistas», les honra la estoica defensa que ejercieron del marxismo-
leninismo y su aplicación practico-teórica. Por ello deben ser conocidos y
promovidos este tipo de documentos.
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James Klugmann
La resolución de la Kominform
La cuestión del titoismo –el papel de Tito y los titoistas– no es una cuestión
para especialistas en problemas de los Balcanes y Europa. Ni es en ningún modo
una disputa privada entre comunistas y comunistas sobre cuestiones tácticas y
estrategia, de medios y métodos de lucha por el socialismo. Dicha posición
proviene de quienes no quieren el socialismo, verdaderamente, y quienes no
están realmente interesados en la preservación de la paz, por ello pretenden
hacerse a un lado. Esta no es la primera vez que ha habido traidores en el
movimiento obrero, como aquellos que han trabajado y luchado en el
movimiento obrero británico a lo largo de su historia, han descubierto, en
efecto, este coste. El capitalismo siempre sigue una fuerza de corrupción. Por
todos los medios desde la coacción hasta la corrupción, de las amenazas a la
adulación, los capitalistas buscan y han tratado de ganar influencia dentro del
movimiento obrero y progresista. A menudo han fracasado, pero a veces y en
diferentes momentos han reunido un éxito temporal.
La traición de Tito y sus principales aliados fue un shock para los pueblos
progresistas de todo el mundo. Llegó como una sorpresa en parte porque su
traición había sido larga y cuidadosamente ocultada, y en parte debido a que
fueron capaces de esconderse detrás del gran prestigio que las masas del pueblo
yugoslavo habían ganado con tanta razón en los largos años de heroica lucha
contra la reacción y la dictadura local, así como contra de la invasión del
imperialismo extranjero y el fascismo.
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Polaco Partido: J. Berman y A. Zawadski; y del Partido Obrero Rumano: G.
Gheorghiu-Dej, V. Luca y Ana Pauker. El Partido Comunista francés envió a E.
Fajon y J. Duelos y el Partido Comunista de Italia a P. Secchia y P. Togliatti.
Se señaló toda una serie de formas en que los dirigentes comunistas yugoslavos
habían estado persiguiendo una política hostil hacia la Unión Soviética y el
Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética. El estudio reveló que,
por ejemplo, se estaban propagando calumnias acerca de los expertos militares
soviéticos que estaban de visita en Yugoslavia por invitación de las autoridades
yugoslavas, que un «régimen especial» había sido instituido hacía los expertos
civiles soviéticos en Yugoslavia, que estaban siendo observados y seguidos por la
policía de seguridad yugoslava, que propios representantes de la Kominform,
como Pavel Yudin, el editor de la revista de la Kominform: «¡Por una paz
duradera, por una democracia popular!», estaban siendo ensombrecidos por la
policía secreta, y que un tratamiento similar fue dado a los representantes
oficiales soviéticos en Yugoslavia. El partido y el gobierno yugoslavo declararon
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formalmente sobre la Unión Soviética y el Partido Comunista (bolchevique) de
la Unión Soviética de modo amigable y se expresaron en términos de gratitud y
admiración. Pero al mismo tiempo, la propaganda antisoviética se difundía en el
interior del Comité Central del Partido Comunista de Yugoslavia: se hablaba de
la «degeneración» de la Unión Soviética y del Partido Comunista (bolchevique)
de la Unión Soviética, estas calumnias se formularon bajo el viejo idioma
contrarrevolucionario del trotskismo.
La resolución señaló las tres maneras fundamentales en las que Tito, Kardelj,
Đilas, Ranković y otros dirigentes yugoslavos rechazaban la experiencia del
movimiento obrero internacional, y sobre todo la experiencia de la construcción
del socialismo en la Unión Soviética, y por tanto ignoraban y despreciaban la
teoría y la práctica del marxismo-leninismo:
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«Los dirigentes del Partido Comunista de Yugoslavia se desvían de la vía
marxista-leninista hacia la vía del partido de los kulaks y de los populistas, en
la cuestión del papel dirigente de la clase obrera, afirmando que los
campesinos constituyen «la base más sólida del Estado yugoslavo».
(Kominform; Resolución: Sobre la situación en el Partido Comunista de
Yugoslavia, 22 de junio de 1948)
Dentro del partido lo que la resolución pedía era el cese del «régimen
guerrillero», ya que regía un sistema de despotismo militar ejercido por un
pequeño grupo en lo alto del poder, el cual, había reemplazado a los principios
marxista-leninistas del centralismo democrático. Un sistema de emisión de
órdenes de arriba, las cuales tenían que ser obedecidas sin cuestionamiento o
discusión, había reemplazado a la crítica y la autocrítica dentro del partido:
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hostilidad hacia ella». (Kominform; Sobre la situación en el Partido Comunista
de Yugoslavia, 22 de junio de 1948)
«La Kominform llega a la conclusión unánime de que los dirigentes del Partido
Comunista de Yugoslavia –por su orientación antisoviética y antipartido
incompatibles con el marxismo-leninismo, por toda su conducta y su negativa
a participar en la reunión de la Kominform– se han colocado en la oposición
con respecto a los partidos comunistas adheridos a la Kominform; se han
lanzado por la vía del desgajamiento del frente único socialista contra el
imperialismo, por la vía de la traición a la causa de la solidaridad
internacional de los trabajadores, pasando a las posiciones del nacionalismo.
(...) La Kominform comprueba que por todo lo expuesto el Comité Central del
Partido Comunista de Yugoslavia se coloca y coloca al Partido Comunista de
Yugoslavia fuera de la familia de los partidos comunistas hermanos, fuera del
frente comunista único y, por consiguiente, fuera de la Kominform».
(Kominform; Resolución: Sobre la situación en el Partido Comunista de
Yugoslavia, 22 de junio de 1948)
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buscando la amabilidad del Oeste, dicha conducta solo puede tener una extrema
secuela no muy lejana:
Este anunciado peligro parecía algo demasiado duro para algunas personas de la
época. Pero en los tres años que han transcurrido desde la primera publicación
de la resolución, se han confirmado desde las cosas más elementales hasta el
último de todos sus detalles. La lógica de la historia era ineludible. Entre el
campo de la paz y el campo de guerra no hay tercer camino. Y la política
nacionalista de la banda de Tito llevó directamente al campo de la reacción a
Yugoslavia.
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países de Europa del Este, donde la lucha armada guerrillera no llegó a las
proporciones de Yugoslavia, sin embargo si lograron que el movimiento anti-Eje
de sabotaje dentro de las industrias, la resistencia ilegal clandestina en los
pueblos y ciudades, y la actividad del movimiento sindical ilegal, estuviera más
desarrollado. Con la liberación, se comprobó que después de tres o cuatro años
de ocupación del Eje, el movimiento de la clase obrera de los pueblos yugoslavos
era políticamente atrasado en comparación con la de los países vecinos.
«Decimos a los campesinos que son la base más sólida de nuestro Estado, no
porque queramos ganar sus votos, sino porque lo son de hecho». (Josip Broz
«Tito»; Discurso pronunciado en Zagreb, 1946)
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Pero, durante la resistencia llegó a ampliarse hasta 140.000 miembros y llegó a
tener 360.000 en mayo de 1948.
En las grandes fábricas, que debería haber sido las principales bases del partido
comunista, el reclutamiento fue muy restringido. Por ejemplo, a mediados de
1948, en tres empresas industriales en Eslovenia, con un total entre ellas de
7.000 obreros, el número total de miembros del partido era de 245. De las cinco
grandes empresas en Croacia con un personal total de alrededor de 18.000, sólo
había 32 miembros del partido de esas fábricas. En una empresa en Bosnia-
Herzegovina, con 7.000 trabajadores había tan solo 92, mientras que existían
125 miembros del partido entre el personal de oficina de 952 miembros.
¿Qué política puede violar tan abiertamente los principios del marxismo-
leninismo y la experiencia de la Unión Soviética? Desde el primer desarrollo del
socialismo científico los teóricos del marxismo habían insistido en la necesidad
de que el proletariado juegue el papel principal en la revolución socialista y en la
construcción del socialismo. Marx y Engels escribieron en la obra del Manifiesto
Comunista de 1848:
«De todas las clases que hoy se enfrentan con la burguesía no hay más que una
verdaderamente revolucionaria: el proletariado. Las demás perecen y
desaparecen con la gran industria; el proletariado, en cambio, es su producto
genuino y peculiar». (Karl Marx y Friedrich Engels; El manifiesto comunista,
1848)
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«Marx y Engels enseñaron que el proletariado industrial es la clase más
revolucionaria y, por tanto, la más avanzada de la sociedad capitalista, y que
sólo una clase como el proletariado puede agrupar en torno a ella a todas las
fuerzas descontentas del capitalismo y conducirlas al asalto contra éste». (Iósif
Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; Historia del Partido Comunista
(bolchevique) de la Unión Soviética, 1938)
«La dictadura del proletariado es una forma especial de alianza de clase entre
el proletariado, vanguardia de los trabajadores, y las numerosas capas
trabajadoras no proletarias –pequeña burguesía, pequeños patronos,
campesinos, intelectuales, etc.–, o la mayoría de ellas, alianza dirigida contra
el capital, alianza cuyo objeto es el derrocamiento completo del capital, el
aplastamiento completo de la resistencia de la burguesía y de sus tentativas de
restauración, alianza cuyo objetivo es la instauración y la consolidación
definitiva del socialismo». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; Prólogo al discurso
publicado sobre: «El engaño de las personas con los lemas de libertad e
igualdad», 1919)
Otro ejemplo:
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En principio, Tito y Kardelj gustaron considerar al campesinado como una sola
entidad indiferenciada. Rechazaron pues, el ejemplo soviético. Ellos acuñaron
eslóganes sobre el campesinado, no explicando la estructura de clase de los
campesinos, y la diferencia en la actitud y el papel de los campesinos pobres,
campesinos medios y los campesinos ricos –los kulaks–. Debido a que un
número de kulaks se sumaron a la guerra nacional y patriótica de liberación
contra los invasores y ocupantes del bloque del Eje, afirmaron que estos kulaks
jugarían el mismo rol progresista después de la liberación en el avance hacia el
socialismo. Cuando la tierra de los grandes terratenientes se dividió por la
reforma agraria después de la liberación, negaron que los kulaks
inevitablemente hicieran todo lo posible para explotar a los campesinos
pequeños y medios y que se resistirían al avance de la agricultura socialista.
Negaron que la propiedad individual de la tierra diera a luz al capitalismo si no
se toman medidas rápidas y eficaces contra tal desarrollo.
Y, por último, cuando se les criticó por una política pro-kulak como se denuncia
en las cartas entre el Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética y el
Partido Comunista de Yugoslavia, comenzaron de manera totalmente
aventurera, típica de las declaraciones ultraizquierdistas de Trotski, a hacer
proclamaciones jactanciosas sobre la liquidación de «los últimos vestigios del
capitalismo» en unas semanas o unos meses.
«El Pleno del Comité Central había aprobado medidas propuestas por el Buró
Político del Comité Central, tendentes a la liquidación de los restos del
capitalismo en el país». (Carta de Tito y Kardelj al Comité Central del Partido
Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética, 13 de abril de 1948)
«En nuestro país, están contados los días para todos los restos de la
explotación del hombre por el hombre». (Edvard Kardelj; Discurso
pronunciado en la Asamblea de la República Federativa Popular de
Yugoslavia, 25 de abril de 1948)
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Los grandes exponentes del marxismo-leninismo siempre habían demostrado
que la producción a pequeña escala engendra el capitalismo.
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decide a tomar todavía esta determinación. Y lo haremos así, no sólo porque
consideramos al pequeño campesino que trabaja su tierra como alguien que
virtualmente nos pertenece, sino además por un interés directo de partido.
Cuanto mayor sea el número de campesinos a quienes ahorremos su caída
efectiva en el proletariado, a quienes podamos ganar ya para nosotros como
campesinos, más rápida y fácilmente se llevará a cabo la transformación
social». (Friedrich Engels; El problema campesino en Francia y Alemania,
1894)
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«Hasta 1929, el poder soviético siguió la política de restricciones contra los
kulaks. (...) A fines de 1929, cuando ya los koljoses y los sovjoses se fueron
desarrollando, el poder soviético dio un rápido viraje, abandonando aquella
política, para pasar a la política de liquidación, a la política de destrucción de
los kulaks como clase. (...) Fue ésta una profundísima transformación
revolucionaria, un salto del viejo estado cualitativo de la sociedad a un nuevo
estado cualitativo, equivalente por sus consecuencias a la transformación
revolucionaria operada en octubre de 1917. El rasgo peculiar de esta
revolución consistía en que se había operado desde arriba, por iniciativa del
poder del Estado, con la ayuda directa desde abajo, por parte de la masa de
millones de campesinos que luchaba contra el avasallamiento de los kulaks y
por una vida koljosiana libre». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin;
Historia del Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética, 1938)
«El paso del capitalismo al comunismo llena toda una época histórica.
Mientras esta época histórica no finalice, los explotadores siguen
inevitablemente abrigando esperanzas de restauración, esperanzas que se
convierten en tentativas de restauración. Después de la primera derrota seria,
los explotadores derrocados, que no esperaban su derrocamiento ni creían en
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él, que no aceptaban ni siquiera la idea de él, se lanzan con energía
decuplicada, con pasión furiosa y odio centuplicado a la lucha por la
restitución del «paraíso» que les ha sido arrebatado». (Vladimir Ilich Uliánov,
Lenin; La revolución proletaria y el renegado Kautsky, 1918)
Por lo tanto para combatir a todos estos tipos de enemigos, era necesario que la
democracia popular yugoslava se hubiera sistemáticamente consolidado, que se
hubiera realizado la lucha contra los kulaks, que en la maquinaria de Estado
hubiera sido purgada de elementos reaccionarios –mucho más–, que el
liderazgo de la clase obrera y del Partido Comunista de Yugoslavia hubiera sido
reforzado, de manera que, cumpliendo las funciones de la dictadura del
proletaria, pudiera suprimir a los explotadores, defender al país de la
intervención imperialista, fortalecer los lazos de Yugoslavia con las democracias
de otros pueblos, sobre todo, con la Unión Soviética, desconectando a las masas
trabajadoras de la burguesía y consolidando su alianza con el proletariado, y
haber puesto velocidad al avance económico del país en cuanto a sentar las
bases para el socialismo. Como dijo Lenin:
Los líderes titoistas, sin embargo, lejos de organizarse para resistir al capital
internacional, ya estaban activamente comprometidos en colaborar con él. La
propaganda sobre su «nuevo camino hacia el socialismo», no sólo ayudó a la
restauración del capitalismo en Yugoslavia, sino que, presentados bajo el
prestigio del movimiento de liberación de Yugoslavia, al cual en realidad
estaban traicionando, influyeron de forma activa, y por lo tanto debilitaron, la
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luchar por el avance hacia el socialismo de una serie de otros partidos
comunistas.
Esta «teoría» era que el Partido Comunista de Yugoslavia debía de estar oculto
del pueblo, que debería disolverse en la organización popular más amplia del
frente popular, que debería y que ésta y no el partido, debía convertirse en la
principal organización del pueblo yugoslavo. ¿Acaso el partido comunista debía
poner abiertamente su programa ante el pueblo y abiertamente trabajar para
ganar el apoyo de éste? No, respondió Tito, para quién el programa comunista
no es en absoluto diferente del programa del frente popular:
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¿Pero qué era exactamente el frente popular? El frente popular jugó un gran y
progresivo papel en la guerra de liberación y podría haber seguido haciéndolo,
en el período que siguió a la liberación. Fue desarrollado por iniciativa del
Partido Comunista de Yugoslavia antes del ataque alemán contra Yugoslavia, y
fue formado a partir de los diferentes grupos –entre ellos varios de los viejos
partidos políticos–, así como elementos individuales. Abarcaba representantes
del Partido Campesino Croata Republicano; el Partido Republicano de Serbia, el
Partido Demócrata y el Partido Demócrata Independiente, el Partido Nacional
Campesino de Serbia y la Unión Agraria –que más tarde se fusionaron para
convertirse en el Partido Agrario Unido de Serbia–, así como representantes de
los sindicatos y de las organizaciones de masas de la juventud y las mujeres, etc.
Concebido como una organización popular de masas dirigida por la clase obrera
y su organización, el partido comunista, y siendo visto como una herramienta
para activar la acción contra la reacción local y extranjera y sus miembros
reaccionarios, el frente popular podría haber jugado un papel importante en la
consolidación del régimen democrático popular. Pero en vez de eso, fue
construido por los titoistas para absorber, y eventualmente sustituir al Partido
Comunista de Yugoslavia.
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cuales 160 eran miembros del partido. Allí las reuniones del partido se
celebraron en secreto. Ninguno de los obreros que no eran miembros del
partido sabían dónde tenían lugar las reuniones, lo que se discutía en ellas, o lo
que se llegaba a decidir, ninguno de los obreros que no eran del partido sabía
quiénes eran los miembros del partido. Y los miembros del partido avergonzado
trataban de poner las decisiones del partido, sin decir que eran las propuestas
del Partido Comunista de Yugoslavia. Los nuevos reclutas eran además
reclutados por invitación secreta.
Esto era una ruptura completa con la concepción leninista de partido y su rol:
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el partido se ocultó, se disolvió, su programa y la política permanecía oculta, su
liderazgo abandonado. En lugar de salir al frente con orgullo delante del pueblo,
y también con orgullo alegar públicamente a favor de las reivindicaciones de sus
objetivos, los miembros del partido, por orden de la camarilla de Tito, estaban
renunciando a esto y perdiendo su identidad de partido.
Pero no fue sólo en relación con el papel de partido que los titoistas estaban
violando los principios del marxismo-leninismo y tirando por la borda todas las
experiencias más valiosas del Partido Comunista (bolchevique) de la Unión
Soviética. Lo mismo se extrapola a su «teoría» y la práctica de la organización
interna del partido comunista.
Tito, Kardelj, Đilas y sobre todo en este campo Ranković, eran prácticamente
como un estrecho grupo de poder dominante que dictaban y dictan actualmente
la política del partido desde arriba. Ellos practicaban el llamado «método
militar» de dirección del partido defendido por Trotski. No fue por casualidad
que la concepción «derechista» de Trotski de un partido compuesto por todos y
de diverso pelaje, diera lugar a que se combinara después con la concepción «de
izquierda» de Trotski de «órdenes de arriba». Como de costumbre las prácticas
«de derechas» y «de izquierda» dieron lugar a los mismos resultados de
destruir el carácter revolucionario del partido comunista. En el Partido
Comunista de Yugoslavia las elecciones del partido a todos los niveles cesaron.
Los liderazgos fueron organizados mediante la pura cooptación. Se desanimo la
discusión interna. La crítica y la autocrítica fueron suprimidas. Y Ranković
abusó de su cargo de Ministro del Interior y jefe de la Policía de Seguridad –la
conocida UDBA– para tomar medidas disciplinarias contra los miembros del
partido que se atrevieran a discutir o criticar los dictados de la camarilla
gobernante.
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«Lo primero que hay que hacer es luchar por todos los medios y sin tregua
contra las supervivencias y los hábitos del periodo de guerra en nuestro
partido, contra la errónea opinión de que nuestro partido es un sistema de
instituciones, y no una organización combativa del proletariado, que piensa
activamente, que actúa por iniciativa propia, que vive una vida intensa, que
destruye lo viejo y crea lo nuevo. En segundo lugar, hay que elevar la
actividad de las masas del partido, sometiendo a su discusión todas las
cuestiones que les interesen, siempre que estas cuestiones puedan ser debatidas
públicamente, y garantizándoles la libertad de crítica de todas las sugerencias,
sin excepción, presentadas por cualquier organismo del partido. Sólo por ese
medio se podrá convertir la disciplina del partido en una disciplina consciente
de verdad, es una disciplina férrea de verdad; sólo por ese medio se podrá
elevar la experiencia política, económica y cultural de las masas del partido;
sólo de esta manera se podrán preparan las condiciones necesarias para que
las masas del partido vayan destacando, paso a paso, nuevos funcionarios, a
nuevos dirigentes que procedan de la base. En tercer lugar, hay que observar
en la práctica la elegibilidad de todas las organizaciones y cargos del partido,
siempre que a ello no se opongan obstáculos insuperables, como la falta de
antigüedad en el partido, etc. Es preciso extirpar de raíz en la práctica la
costumbre de hacer caso omiso de la voluntad de la mayoría de las
organizaciones, cuando se eleva a los camaradas a los cargos de
responsabilidad en el partido; hay que conseguir que el principio electivo sea
aplicado de hecho». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; Las tareas del
partido, 1923)
Fue bajo la dirección de Lenin y Stalin que esta adaptación del partido al nuevo
período se llevó a cabo. Con la eliminación del zarismo, la victoria de la
revolución de octubre de 1917 y la derrota de las fuerzas intervencionistas, los
principios del centralismo democrático, como Lenin los expuso, se establecieron
plenamente en el partido bolchevique:
«Para funcionar bien y dirigir las masas con arreglo a un plan, el partido debe
estar organizado sobre la base del centralismo, con estatutos únicos, con una
disciplina de partido igual para todos, con un solo órgano de dirección a la
cabeza, a saber: el Congreso del partido y, en los intervalos entre congreso y
congreso, el Comité Central, con la sumisión de la minoría a la mayoría, de las
distintas organizaciones a los organismos centrales, y de las organizaciones
inferiores a las superiores. Sin ajustarse a estas condiciones, el partido de la
clase obrera no puede ser un verdadero partido, ni cumplir con sus deberes de
dirección del proletariado. Claro está que el régimen de ilegalidad, en que
vivía el Partido bajo la autocracia zarista, no permitía a sus organizaciones,
en aquellos momentos, estructurarse sobre el principio de la elección desde
abajo, por cuya razón el partido se veía obligado a mantener un carácter
estrictamente conspirativo. Pero Lenin entendía que esto era, en la vida de
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nuestro partido, una situación pasajera, que desaparecería al día siguiente de
ser derribado el zarismo, y entonces el partido empezaría a actuar
abiertamente dentro de la legalidad, y sus organizaciones se estructurarían
sobre la base de la elección democrática, sobre la base del centralismo
democrático». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; Historia del Partido
Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética, 1938)
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«La actitud de un partido político ante sus errores es una de las pruebas más
importantes y más fieles de la seriedad de ese partido y del cumplimiento
efectivo de sus deberes hacia su clase y hacia las masas trabajadoras.
Reconocer abiertamente los errores, poner al descubierto sus causas, analizar
la situación que los ha engendrado y examinar atentamente los medios de
corregirlos: esto es lo que caracteriza a un partido serio, en esto es en lo que
consiste el cumplimiento de sus deberes, esto es educar e instruir a la clase,
primero, y, después, a las masas». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; La
enfermedad infantil del «izquierdismo» en el comunismo, 1920)
«Todos los partidos revolucionarios, que han perecido hasta ahora, lo hicieron
porque crecieron vanidosos, y no pudieron ver donde residía su fuerza, y
temían hablar de sus debilidades. Pero no pereceremos, porque nosotros no
tememos hablar de nuestras debilidades y aprenderemos a superarlas».
(Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; Informe en el XIº Congreso del Partido
Comunista (bolchevique) de Rusia, 1922)
Podría haberse considerado esta actitud como errónea, pero sincera, si después
de una completa discusión, ellos hubieran mantenido esta política. ¿Pero que se
hizo? ¿Es posible catalogar como una dirección honesta y sincera a una
dirección, que después de haber recibido críticas por parte de un partido de la
experiencia y logros como el Partido Comunista (bolchevique) de la Unión
Soviética, se rechacen estas críticas sin un amplio debate en todo el partido
desde arriba hacia abajo? ¿Es posible pensar considerar como comunistas
honestos a quienes no están orgullosos de recibir críticas por parte de los
partidos de cuyos liderazgos forman parte Stalin, Dimitrov, Rákosi, Togliatti o
Thorez?
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miembros a debatir el contenido y esencia de la resolución de la Kominform.
Ellos contestaron con unas 10.000 palabras de las cuales no salió una de
autocrítica. Dos líderes revolucionarios como Sreten Žujović y Andrija Hebrang,
miembros del Comité Central de Partido Comunista de Yugoslavia ya estaban en
prisión por haberse atrevido a criticar a los líderes titoistas.
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diferentes sobre el mismo tema, una de los miembros sin-partido y otra del
extranjero. Solamente más tarde nos convocaron en una reunión del partido y
nos informaron de que habían sido retirados del Comité Central a causa de sus
actividades hostiles. Nos dijeron que el asunto estaba siendo investigado y que
íbamos a ser informados. En la próxima reunión se recibió el informe de la
comisión que llevó a cabo la investigación y se leyó una declaración del Buró
Político del partido. Según estos documentos, Sreten Žujović durante la quinta
ofensiva germana contra las divisiones partisanas, influenció a una de las
divisiones partisanas para romper el cerco del enemigo. Debido a esto,
supuestamente, se encontraron estos mismos en una situación crítica. Pero
nuestras preguntas se alzan: ¿por qué Žujović no fue tratado en ese momento
como un traidor y fue ascendido al grado de general por su participación en
esa operación en particular? Esto sigue sin respuesta». («¡Por una paz
duradera, por una democracia popular!»; N º 17 (20), 1 de septiembre de
1948)
La carta describe cómo fue suprimida toda genuina crítica a la política titoista,
como lo fue especialmente suprimida en las células del partido en la
universidad:
26
la universidad. Un corresponsal estadounidense, June Cannon, fue expulsado de
Yugoslavia por informar de la oposición estudiantil comunista de Belgrado hacía
líderes titoistas. Así, un brutal ataque se hizo en lo que siempre había sido uno
de los mejores y más combativos centros del comunismo en Yugoslavia, siendo
una «purga» de estudiantes progresistas llevada a cabo en consecuencia.
El nacionalismo burgués
¿Pero que podría ser más deformado que un cuadro de liberación de Yugoslavia
de la ocupación del Eje y la construcción del socialismo que una Yugoslavia
separada e «independiente» de la Unión Soviética?
27
¿Podrían las fuerzas partisanas yugoslavas que estaban anotando éxitos en las
colinas y bosques yugoslavos haber expulsado a los nazis de las principales
ciudades sin el Ejército Rojo Soviético? ¿Habrían sido Belgrado y otras ciudades
liberadas sin el Ejército Rojo Soviético?
Las tropas soviéticas del segundo y tercer frente ucraniano cruzaron los ríos
Drava y Tisza en la segunda mitad de 1944, liberaron a Serbia y Vojvodina, y el
20 de octubre de 1944, lucharon al lado del Primer y Duodécimo Cuerpo del
Ejército de Liberación Popular Yugoslavo, liberando Belgrado, la capital
yugoslava.
Al comentar sobre el papel del Ejército Rojo Soviético en aquellos días, el jefe
del estado mayor de las fuerzas yugoslavas, el coronel general Arso Jovanović,
escribió en su folleto: «Operación Belgrado»:
«El gran pueblo ruso ha sido nuestra esperanza y garantía de todas las
épocas. Tal fue también el caso en esta ocasión. El Ejército Soviético nos
ofreció una ayuda fraternal desinteresada. Los soldados soviéticos
derramaron su sangre en el suelo de nuestra tierra natal; en Serbia, en las
calles de Belgrado, en Srem. Del sufrimiento y derramamiento de sangre
conjunto se cultivo una unidad y fraternidad invencible entre estos dos países
eslavos. Esta es la única política de orientación extranjera correcta que
corresponde a los viejos esfuerzos históricos, culturales desarrollados por
nuestros pueblos. Esta es la única garantía de que nuestros pueblos puedan
salvarse de la desgracia; y ya ha habido muchas desgracias nacionales en
nuestra amarga historia». (Arso Jovanović; Operación Belgrado, 1944)
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enero de 1945, los alemanes se abrieron paso en el frente de Srem y una vez más
amenazaron Belgrado, el Mariscal Tolbukhin desplegó grandes fuerzas en la
parte de delante de Hungría, alrededor del Lago Balaton, y rompió la ofensiva
nazi.
¿No fue la Unión Soviética la que envió sin demora y, a pesar de la devastación
de sus propios territorios, alimentos y ayuda económica de todo tipo en el
período más crítico de 1944 a 1945, cuando el Oeste todavía estaba tratando de
arrancar concesiones políticas a Yugoslavia a cambio de alimentos para su
población hambrienta?
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«La desviación hacia el nacionalismo es una acomodación de la política
internacionalista de la clase obrera a la política nacionalista de la burguesía.
La desviación hacia el nacionalismo refleja las tentativas de la «propia»
burguesía nacional para restablecer el capitalismo». (Iósif Vissariónovich
Dzhugashvili, Stalin; Informe en el XVIIº Congreso del Partido Comunista
(bolchevique) de la Unión Soviética, 1934)
Conclusión
Pero la resolución atravesó el tupido velo de este engaño. Reveló la deserción del
marxismo-leninismo de parte de los líderes del Partido Comunista de
Yugoslavia, señaló su nacionalismo que se elevaba a la superficie y que
anteriormente se había ocultado con audacia, y mostró además donde
conduciría esta política inevitablemente.
Hay que recordar que quién estuvo vigilante y en primer lugar fue el Partido
Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética y su profunda experiencia
política, quién se refirió a los errores de la camarilla de Tito. Fue también por
iniciativa del Partido Comunista (bolchevique) de la Unión Soviética que se
adoptó la resolución de la Kominform. En los próximos años esta resolución
será considerada como uno de los documentos más decisivos en la historia del
movimiento obrero internacional. Porque no sólo mostró en los términos más
claros los errores de Tito, Kardelj, Đilas y Ranković y otros líderes del partido
yugoslavo, sino que permitió a otros partidos comunistas que habían sido
influenciados por la doctrina del titoismo corregir sus errores, y creó ante todos
los principales teóricos una profunda discusión que les permitió continuar sus
luchas con mayor comprensión y perspectiva más clara. A los camaradas
soviéticos que tomaron esta iniciativa debemos expresar nuestra más profunda
gratitud.
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mundo. No hubo un solo resquicio de ruptura de filas en estos partidos. Todos
los que participaron en la discusión se adhirieron al curso de entender la
realidad de los principios esbozados en dicha resolución.
Pero entonces una pregunta quedó abierta. ¿Cómo era posible que estos errores
se hubieran llegado a cometer? ¿Eran simplemente errores políticos o había
algo más detrás de ellos? ¿Por qué la reacción británica y estadounidense
parecen otorgar a la camarilla de Tito? ¿Cómo podría un grupo de hombres
como los de Tito negarse a discutir los asuntos con los otros partidos hermanos?
¿Qué explicación podría haber detrás de este comportamiento no comunista en
los dirigentes comunistas yugoslavos?
Estas preguntas no recibieron una respuesta completa hasta que los juicios a
László Rajk, Traicho Kostov y Koçi Xoxe mostraron que los errores de los
titoistas eran parte de un plan consciente, contrarrevolucionarios de agentes
directos del imperialismo anglo-estadounidense.
FIN
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Equipo de Bitácora (M-L)
Bitácora Marxista-Leninista