Las Múltiples Dimensiones Del Pensar - Fernando Gabucio Cerezo
Las Múltiples Dimensiones Del Pensar - Fernando Gabucio Cerezo
Las Múltiples Dimensiones Del Pensar - Fernando Gabucio Cerezo
CAPÍTULO I
LAS MÚLTIPLES DIMENSIONES DEL PENSAR - FERNANDO GABUCIO CEREZO
Dewey enfatiza nuestro papel en el proceso. Somos nosotros los que damos significado a
las cosas, somos nosotros los que inferimos, los que damos “saltos mentales”, más allá de lo
dado, de lo conocido hacia lo desconocido; somos nosotros los que, en definitiva, pensamos.
“La inferencia tiene lugar a través de la sugerencia que surge de todo cuanto se ve y se
recuerda […] sus características concretas dependen de la experiencia del sujeto, y ésta, a su
vez, del estado general de la cultura de la época. […] –y– de las preferencias, deseos, intereses e
incluso del estado emotivo del sujeto.”
Aquí es donde entra en juego el factor “orden”. La mera sucesión de ideas es, sin duda,
pensamiento, pero no es pensamiento reflexivo. El pensamiento reflexivo requiere, e impone,
orden a esa sucesión de ideas1. Dewey empezaba su libro distinguiendo el reflexivo de otros
tipos de sentidos para el término “pensamiento”.
El primero es el del pensamiento como “corriente de la conciencia” que había definido
William James: un flujo continuo de actividad mental consciente, pero autónomo, carente de
dirección, profundamente personal, errático, algo que “nos lleva”.
En realidad, Dewey es uno de los investigadores que más contribuye a encauzar el
interés de los psicólogos hacia el “pensamiento dirigido”.
Otra de las acepciones comunes de pensamiento, de la que Dewey se desmarca, es la
que lo equipara, simplemente, a lo que no es percibido, a lo imaginado.
La imaginación es anterior y más básica que el pensamiento reflexivo, pero es también
más desordenada, y la reflexión debe conducir a alguna meta.
La tercera acepción rechazada es la que hace equivalente el pensamiento a la creencia,
entendida como una afirmación acerca de algún asunto (“Pienso que mañana lloverá”, o
cualquier otra).
Pero hay una pregunta que aún no se ha formulado directamente: ¿qué valores posee el
pensamiento reflexivo para convertirlo en diana de la educación?
Son los siguientes:
• Posibilita la acción con un objetivo consciente.
• Hace posible el trabajo sistemático y la invención.
• Carga y enriquece las cosas con significados.
Por último, aunque esto quizá sea menos evidente, el pensador de Dewey no es un ser
solitario, sino social; en cualquier caso, no llega a convertirse en pensador reflexivo al margen
de su sociedad.
Dewey hace añicos la idea según la cual una cosa es la acción y otra el pensamiento. El
pensamiento se incrusta en la acción, se enriquece en la acción, sirve a la acción y debe pasar a
controlar la acción.
SEMANA 1 – PENSAMIENTO 3
hacernos cargo de más aspectos o de aspectos distintos a los inicialmente enfocados, intentar
definir un recuerdo, preguntarnos por las causas de nuestra propia extrañeza, ordenar nuestras
sensaciones, eliminar algún prejuicio de nuestra mirada, tratar de formular la pregunta
adecuada… Recuerda Dewey al respecto una vieja idea: “Como suele decirse, una pregunta bien
formulada está ya medio respondida”. Lo difícil es, precisamente, formular la pregunta
pertinente, la pregunta “clave”.
Dewey está hablando de un sujeto que debe formular él mismo el problema.
1.2.4. Razonamiento
Razonar ejemplifica, por ejemplo, esa noción de pensamiento a la que hemos aludido
desde el principio: “una secuencia de actividades simbólicas e internas que llevan a ideas o
conclusiones nuevas y productivas”. No es extraño, incluso, que se equipare pensamiento con
razonamiento.
No se trata de que haya un razonamiento en un proceso de pensamiento. Una reflexión
puede comportar múltiples y largas cadenas de inferencias. Afirma
Dewey, con mucho sentido común, que existe una clara relación entre conocimiento y
razonamiento:
“En casos complejos, hay largas cadenas de razonamiento en las que una idea lleva a
otra con la que […] se sabe que tiene relación. La cantidad de eslabones que el razonamiento ha
sacado a la luz depende del arsenal de conocimientos de que la mente dispone ya.
1.4. Significado de la teoría de Dewey en relación con los contenidos de esta obra
La teoría de Dewey con templa, aunque no hayamos hecho mención de ello, la
importancia y el papel de los conceptos y del lenguaje en la educación en general y en el
pensamiento reflexivo en particular.
Está claro que el pensamiento reflexivo es un recurso psicológico para el afrontamiento y
la solución de problemas: “el pensamiento reflexivo tiene un propósito […], la cadena debe
conducir a algún sitio, ha de tender a una conclusión […], hay una meta que se debe conseguir y
esta meta impone una tarea que controla la secuencia de ideas” (Dewey, 1933/1989, pág. 23).
Momentos clave de un proceso de pensamiento reflexivo es lo que hemos llamado
razonamiento. A la vez, para Dewey, “el pensamiento tiene su arranque en una situación que
muy bien podríamos llamar ‘bifurcación de caminos’”.
A la vez, para Dewey, “el pensamiento tiene su arranque en una situación que muy bien
podríamos llamar ‘bifurcación de caminos’”. Con un objetivo consciente, b) hace posible el
trabajo sistemático y la invención, c) carga y enriquece las cosas con significados.
Pero es posible que la teoría de Dewey esclarezca más que otras esa geología subyacente a la
que aludíamos, y evidencie mejor la orientación general de muchas de las investigaciones y
teorías psicológicas acerca del pensamiento.