La Responsabilidad Civil Extracontractual
La Responsabilidad Civil Extracontractual
La Responsabilidad Civil Extracontractual
OBLIGACIONES III
Núcleo Temático I.
Responsabilidad Civil Extracontractual por Hecho Propio o Responsabilidad
Ordinaria
AUTORA:
MARIA NIEVES
C.I. 28.187.660
Pág.
INTRODUCCIÓN...............................................................................................3
El Hecho Ilícito....................................................................................................4
Características del Hecho Ilícito..........................................................................6
De la Responsabilidad Civil Extracontractual.....................................................7
La Culpa..............................................................................................................8
Teorías de la Culpa..............................................................................................9
Clasificación de la Culpa...................................................................................11
Elementos de la Conducta Culposa...................................................................11
CONCLUSIÓN.................................................................................................14
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS..............................................................15
INTRODUCCIÓN
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RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL POR
HECHO PROPIO O RESPONSABILIDAD ORDINARIA
El Hecho Ilícito
En este sentido, podemos inferir, que el hecho ilícito puede ser definido
como las acciones u omisiones culposas que pueden causar daño y que van en
contra de lo plasmado por el ordenamiento jurídico positivo.
De lo anteriormente descrito, se hizo necesario un estudio de las
condiciones requeridas que configuran o dan lugar al nacimiento de esta fuente de
obligación y al efecto, se han distinguido tres elementos los cuales son: el daño, la
culpa y la relación de causalidad entre el acto culposo y el perjuicio ocasionado.
El primero, el daño, es un elemento esencial para la existencia o
configuración del hecho ilícito “civil”, ya que en otros casos como el hecho ilícito
“penal”, no se exige el daño como elemento indispensable para su configuración;
ella tiene lugar aun sin haberse producido daño alguno.
Este daño, al mismo tiempo, debe poderse determinar, es decir, si el
ciudadano que es víctima de un hecho ilícito acciona en conformidad con lo
contemplado en el artículo 1.185, debe determinar a los fines de que prospere su
acción, en qué consiste el daño, y cual es la extensión del mismo. Ya que, la regla
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general, en materia de responsabilidad por hecho ilícito, está consagrada en la
primera parte del citado artículo 1185, que dispone:
“El que con intención, o por negligencia, o por imprudencia, ha causado un
daño a otro, está obligado a repararlo”.
Por otra parte, está dictaminada en la doctrina y jurisprudencia, que la
disposición sustantiva del artículo 1185 del Código Civil tiene dos situaciones
distintas de hecho ilícito, y fija elementos que diferencian una y otra. En este
sentido la primera parte consagra lo que se conoce como hecho ilícito por
antonomasia el daño causado a otro con intención o por imprudencia. Y en la
segunda parte se añadió el párrafo especial en el cual se asimila el hecho ilícito al
abuso de derecho.
Asimismo, en el primer caso, ya comentado, basta probar el daño causado
por un hecho intencional, negligente e imprudente de otro. En el segundo caso se
trata de una situación grave y complicada, de un delicado problema jurídico:
precisar cuándo se hace uso racional de un derecho, y cuándo se ha abusado de
ese mismo derecho, o expresado con los propios términos de la ley.
Ahora bien, se entiende por abuso del derecho a la situación que se produce
cuando el titular de un derecho subjetivo actúa de modo tal que su conducta
concuerda con la norma legal que concede la facultad, pero su ejercicio resulta
contrario a la buena fe, la moral, las buenas costumbres o los fines sociales y
económicos del Derecho.
Igualmente, es el accionar de quien en ejercicio de un derecho actúa con
culpa o dolo, sin utilidad para sí y causando daños a terceros.
No admitir el abuso de derecho significaría impedir que ni los poderes del
Estado ni los particulares puedan, al amparo del ejercicio de un derecho
fundamental, limitar o atacar a otro derecho fundamental o bien para desviarse de
los límites intrínsecos en el ejercicio del derecho de que se trate.
En Venezuela, al contrario de lo dispuesto en el ordenamiento jurídico
extranjero, constituye un caso particular del hecho ilícito la figura del abuso del
derecho, por lo cual una persona queda obligado a reparar el daño que hubiese
causado al ejercer algún derecho, excediéndose en dicho ejercicio los límites
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trazados por la buena fe, o el objeto por el cual le ha sido conferido ese derecho.
Si bien en algunos ordenamientos extranjeros y conforme a gran parte de la
doctrina más actualizada, el abuso de derecho constituye una fuente autónoma de
obligaciones, con lineamientos propios y características peculiares, y nuestra
legislación positiva no es más que un hecho particular del hecho ilícito.
Por otra parte, para que exista reparación del hecho ilícito, el daño debe ser
actual, producido ciertamente al momento de la demanda. Sin embargo, hay
daños futuros que si son indemnizables como son todos aquellos que son
consecuencia directa o inevitable del daño presente, tal es el caso del lucro
cesante, que se manifiesta en el hecho de que la víctima dejara de percibir las
ventajas que anteriormente adquiría, por la producción del daño. Debe ser
cierto; no debe quedar la menor duda de que el daño existe y que es
producido injustamente.
En este sentido, para que prospere una acción de esta naturaleza, esto es, la
acción de daños y perjuicios, es indispensable que se hayan producido
conjuntamente para cada caso, los elementos configurantes de ella; en tal
forma, que si faltare cualquier de ellos desaparecería la posibilidad de la
procedencia de la acción.
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por si obligación alguna". Por tanto, media incompatibilidad entre los
actos ilícitos y los hechos involuntarios.
La Relación de causalidad, la razón de ser de esta condición deriva de que
el daño producido no acarrea responsabilidad para su actor, sino cuando él ha sido
ocasionado por acto suyo, que sea culposo. No todos los elementos que concurren
a la producción del daño son, para el ordenamiento jurídico causa de ese daño. El
hecho productor del daño es el que objetiva y normalmente debía producirlo, de
forma tal que la relación entre el hecho y el daño se requiere que sea adecuado.
B) prohibición de la ley. El acto ilícito para ser tal ha de estar
en contradicción con la norma legal.
C) Causación de un daño. Sin daño no hay acto ilícito civil es que tal acto
es concebido por el ordenamiento jurídico como causa o fuente de
la obligación de indemnizar, y lógicamente, si el acto no causa daño alguno, falla
el presupuesto de cualquier indemnización.
En cuanto al daño, como ya se advirtió como elementos esenciales de la
existencia del hecho ilícito civil, este debe ser determinado o determinable en el
sentido de que debe demostrarse en qué consiste el daño, y que este sea de una
producción actual, para el momento en que es exigido, y cierto, que no de lugar de
que éste exista, y que sea producido injustamente.
Así mismo, El daño, debía lesionar el interés pero no cualquier interés sino
el interés legítimo, es decir el interés protegido, tutelado o amparado por el
derecho. El daño se requiere que provenga o se haya ocasionado como
consecuencia de la acción u omisión de una persona, para que pueda quedar
obligado a reparar el daño ocasionado, resultante de la modificación del mundo
exterior. En conclusión el daño, para que de lugar a reparación civil, debe ser
ocasionado con culpa.
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Para que exista responsabilidad contractual o extracontractual, se necesita
que se den tres elementos o requisitos: en primer lugar, un incumplimiento
contractual o hecho ilícito; en segundo lugar, un daño que pueda ser reparado; y,
en tercer lugar, una relación de causalidad entre los dos elementos anteriores. En
Venezuela está generalmente aceptado que el daño material (daño emergente y
lucro cesante) es reparable, tanto en el ámbito de la responsabilidad contractual,
como en el ámbito de la responsabilidad extracontractual. En cambio, el daño
moral es reparable en el ámbito de la responsabilidad extracontractual únicamente
(esto es en el entendido de que, si la acción u omisión de una de las partes de un
contrato causa un daño moral a la otra parte, aquélla puede ser obligada a
indemnizar a ésta, siempre y cuando tal acción u omisión, haciendo abstracción
del contrato que une a ambas partes, configure un hecho ilícito generador de daño
moral, conforme a los artículos 1185 y siguientes del Código Civil).
En este mismo orden de ideas, el hecho ilícito da lugar a la reparación civil
extra-contractual, la palabra “responsabilidad” en materia civil no tiene la
significación que tiene en materia penal. En derecho civil, se responde del daño
que se causa por hecho propio, del dependiente o sirviente, o bien por hecho de
una persona sometida a nuestra guarda, a nuestro cuidado, o de una cosa o animal
sobre los cuales debíamos haber ejercido vigilancia. La reparación a la cual hace
referencia el artículo en comento se puede extender a todo daño moral o material,
de conformidad con lo establecido en el artículo 1196 ejusdem, norma esta
también invocada por la parte demandante.
En situaciones en que no existe un contrato previo entre la persona a la que
se atribuye la causación de un daño y la persona que sufre dicho daño, por lo que
la responsabilidad es extracontractual. La responsabilidad extracontractual por
excelencia es la responsabilidad por hecho ilícito.
La Culpa
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de establecer una responsabilidad. Incurre en culpa: l. Quien proyecta
voluntariamente su conducta hacia la producción de un daño 2. Quien debiendo
preverlo no lo hizo.
El encabezado el articulo 1185 del Código Civil venezolano consagra el
principio de responsabilidad por culpa en estos términos: “el que con intención, o
por negligencia, o por imprudencia, ha causado un daño a otro, esta obligado a
repararlo”.
Si una persona, por su culpa, causa un daño a otra, evidentemente es
razonable que sea condenada a repararlo. El comportamiento culpable o deficiente
de aquel que origina el perjuicio, justifica que se le imponga esta obligación. En
esos casos, la falta del autor del daño es el fundamento de su responsabilidad: él
es responsable porque incurrió en una conducta culposa. Es un criterio subjetivo,
o sea, implica un juicio de valor. El artículo citado consagra el principio de
responsabilidad por culpa. El principio inverso -según el cual no hay
responsabilidad sin culpa- no existe: muy frecuentemente sucede que se tiene a
alguien por responsable sobre la base de criterios objetivos, tal como veremos más
abajo.
Teorías de la Culpa
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son las causas queridas del hecho. La culpa, es la omisión voluntaria de diligencia
al calcular las consecuencias probables y previsibles del propio hecho y la hace
descansar sobre la voluntariedad del acto, la falta de previsión del efecto nocivo y
la posibilidad de prever.
Teorías Intermedias
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omisión voluntarias, tal resultado, efectivo o potencial, que pudo preverse en el
momento en que se manifestó la voluntad.
Clasificación de la Culpa
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a. Conducta consciente o intencional. Es aquella en la que se incurre
cuando al realizar un hecho ilícito se hace con conocimiento pleno de que la
conducta es punible y con la finalidad de causar un daño.
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“el que con intención...ha causado un daño...”); mientras que la culpa strictu sensu
implica una falta de diligencia (atención, prontitud y empeño) o de prudencia
(prever y evitar los riesgos innecesarios).
La culpa puede ser tanto un hecho positivo como una abstención, o sea, una
acción o una omisión; puede haber, pues, una violación de un deber positivo o
negativo. Una omisión es culposa cuando se causa un daño absteniéndose de
actuar, contrariándose un deber positivo, o sea, violándose un deber de actuar
de una determinada manera. La Jurisprudencia y la doctrina venezolanas
afirman que una persona puede ser responsable tanto de lo que ha hecho
como de lo que ha dejado de hacer. Para que se configure una falta por
omisión no es necesario que el responsable haya tenido la intención de dañar
a la víctima.
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CONCLUSIÓN
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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