Cirrosis

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Cirrosis

Para la banda de punk rock, véase Zirrosis.

Cirritis

Cirrosis liderando un carcinoma hepatocelular carcinoma (espécimen de


necropsia)

Clasificación y recursos externos

CIE-10 K70.3, K71.7, K74

CIE-9 571

DiseasesDB 2729

MedlinePlus 000255

MeSH D008103

Aviso médico

La cirrosis, usada erróneamente en detrimento del término oficial "cirritis" (del griego: kirr-
κιρρóς, amarillo anaranjado, y -ō-sis, patología) es unahistopatología en la que
las células del parénquima de un órgano interno cualquiera son sustituidas, al morir, por un
tejido anormal de tipo cicatricialformado a partir del tejido estromal del propio órgano.
El término 'cirrosis' fue acuñado por René Laënnec en 1805 al estudiar lacirrosis hepática y
observar la presencia de gránulos amarillentos en el tejido hepático, debido esto a la
presencia de pigmentos biliares. En general, el término cirrosis queda reservado para la
enfermedad hepática, denominándose la enfermedad pancreática como pancreatitis crónica,
sin ninguna relación fisiopatogénica con la hepática, salvo el posible origen etílico coincidente
de la primera con algunos casos de la última. Tienen distintos aspectos morfológicos e
histopatológicos, con ciertas analogías.
Esencialmente se trata de una enfermedad degenerativa acelerada del parénquima hepático,
que como expresión final de múltiples etiologías, traduce una desestructuración del lobulillo
hepático, por un estado de regeneración mantenido, que finalmente no consigue sostener la
funcionalidad del laboratorio del metabolismo del cuerpo humano, al crecer de forma
inapropiada hepatocitos que sin sus adecuados conductos de drenaje, y agravado por
la fibrosis intersticial interlobulillar estromal, terminan produciendo insuficiencia hepática
progresiva, y cursando por una serie de grados de afectación clínica relativamente
correlacionadas con las anormalidades morfológicas crecientes que se van produciendo. Las
causas más comunes e importantes son:

 Etilismo crónico.
 Hepatitis crónicas víricas, especialmente la hepatitis C, y menor medida la hepatitis B, en
respuesta a ciertas configuraciones genotípicas del huésped, con anormal respuesta
autoinmune celular como origen principal de la patogenia, más que el propio virus en si.
 Medicaciones o fármacos de ingesta crónica, que terminan comportandose como el daño
alcohólico.
 Obesidad y sobrenutricion.

Cirrosis
Es la cicatrización y el funcionamiento deficiente del hígado. Es la última fase de la enfermedad
hepática crónica.

Causas

La cirrosis es el resultado final del daño crónico al hígado causado por hepatopatía crónica. Las
causas comunes de la enfermedad hepática crónica en los Estados Unidos son:

 Infección por hepatitis B o C


 Alcoholismo

Las causas menos comunes de cirrosis pueden ser:

 Hepatitis autoinmunitaria
 Trastornos en las vías biliares
 Algunos medicamentos
 Enfermedades hereditarias
 Otras enfermedades hepáticas como esteatosis hepática no alcohólica (EHNA) y
esteatohepatitis no alcohólica (EHNA)
Síntomas

Es posible que no haya síntomas o que se presenten lentamente, según qué tan bien esté
funcionando el hígado.

Los síntomas iniciales abarcan:

 Fatiga y desaliento
 Inapetencia y pérdida de peso
 Náuseas o dolor abdominal
 Vasos sanguíneos pequeños, rojos y aracniformes en la piel

A medida que el funcionamiento del hígado empeora, los síntomas pueden abarcar:

 Acumulación de líquido en las piernas (edema) y en el abdomen (ascitis)


 Coloración amarillenta en la piel, las membranas mucosas o los ojos (ictericia)
 Enrojecimiento de las palmas de las manos
 En los hombres, impotencia, encogimiento de los testículos e hinchazón de las mamas
 Tendencia a la formación de hematomas y sangrado anormal
 Confusión o problemas para pensar
 Heces de color pálido o color arcilla

Pruebas y exámenes

El médico hará un examen físico para buscar:

 Hepatomegalia y esplenomegalia
 Tejido mamario excesivo
 Abdomen hinchado como resultado de la presencia de demasiado líquido
 Palmas enrojecidas
 Vasos sanguíneos rojos en la piel en forma de araña
 Testículos pequeños
 Venas de la pared abdominal dilatadas
 Ojos o piel amarilla (ictericia)

Le pueden hacer los siguientes exámenes para medir el funcionamiento del hígado:

 Conteo sanguíneo completo


 Tiempo de protrombina
 Pruebas de la función hepática
 Nivel de albúmina en la sangre

Otros exámenes para detectar daño hepático son:

 Tomografía computarizada del abdomen


 Resonancia magnética del abdomen
 Endoscopia para buscar venas anormales en el esófago o el estómago
 Ecografía del abdomen

Se necesitará una biopsia del hígado para confirmar el diagnóstico.

Tratamiento

CAMBIOS EN EL ESTILO DE VIDA

Algunas medidas que usted puede tomar para ayudar a tratar su enfermedad hepática son:

 Beba menos alcohol.


 Consuma una dieta saludable con poca sal.
 Hágase vacunar contra enfermedades como la influenza, la hepatitis A y B, y la neumonía
por neumococo.
 Hable con el médico acerca de todos los medicamentos que toma, entre ellos hierbas y
suplementos, al igual que medicamentos recetados.

MEDICAMENTOS DEL MÉDICO

 Diuréticos para eliminar la acumulación de líquido.


 Vitamina K o hemoderivados para prevenir el sangrado en exceso.
 Medicamentos para la confusión mental.
 Antibióticos para las infecciones.

OTROS TRATAMIENTOS

 Tratamientos endoscópicos para venas dilatadas en la garganta (várices sangrantes).


 Extracción de líquido del abdomen (paracentesis).
 Colocación de una derivación portosistémica intrahepática transyugular (DPIT) para
reparar el flujo sanguíneo en el hígado.

Cuando la cirrosis progresa a enfermedad hepática terminal, se puede necesitar un trasplante de


hígado.

Grupos de apoyo

El estrés de la enfermedad a menudo se puede aliviar uniéndose a un grupo de apoyo para la


enfermedad hepática, cuyos miembros comparten experiencias y problemas en común.

Expectativas (pronóstico)

La cirrosis es causada por una cicatrización del hígado. El hígado no puede sanar o retornar a su
funcionamiento normal una vez que la cirrosis es grave. Esta afección puede llevar a
complicaciones serias.

Posibles complicaciones
 Trastornos de sangrado (coagulopatía)
 Acumulación de líquidos abdominales (ascitis) e infección del líquido (peritonitis bacteriana)
 Venas dilatadas en el esófago, el estómago o los intestinos que sangran fácilmente
(várices esofágicas)
 Aumento en la presión de los vasos sanguíneos del hígado (hipertensión portal)
 Insuficiencia renal (síndrome hepatorrenal)
 Cáncer hepático (carcinoma hepatocelular)
 Confusión mental o cambio en el nivel de conciencia o coma (encefalopatía hepática)

Cuándo contactar a un profesional médico

Llame a médico si:

 Presenta síntomas de cirrosis.

Consiga ayuda médica urgente de inmediato si tiene:

 Dolor abdominal o torácico.


 Hinchazón abdominal o ascitis que es nueva o empeora repentinamente.
 Fiebre (temperatura mayor a 101° F [38º C]).
 Diarrea.
 Nueva confusión o un cambio en la lucidez mental o empeoramiento de ésta.
 Sangrado rectal, sangre en el vómito o sangre en la orina.
 Dificultad para respirar.
 Vómito más de una vez al día.
 Color amarillo en ojos o piel (ictericia) que es nuevo o empeora rápidamente.

Prevención

No tome alcohol en exceso. Hable con el médico si está preocupado respecto a su consumo de
alcohol. Tome medidas para evitar contraer o transmitir la hepatitis B o C.

Nombres alternativos

Cirrosis hepática; Enfermedad hepática crónica criptógena

Cirrosis
Escrito por María Alba Jiménez, licenciada en Medicina por la Universidad de Alcalá de Henares
No abusar del alcohol y protegerse contra la hepatitis son las medidas más efectivas para evitar la cirrosis,
una afección que supone un daño progresivo e irreversible para el hígado, que compromete sus funciones.

1. Qué es la cirrosis
2. Causas de la cirrosis
3. Síntomas de la cirrosis
4. Complicaciones de la cirrosis
5. Diagnóstico de la cirrosis
6. Tratamiento de la cirrosis

Diagnóstico de la cirrosis
Se puede llegar a un diagnóstico de cirrosis mediante los siguientes pasos:

Exploración del paciente


En la exploración del paciente se pueden observar signos de daño hepático crónico como la
coloración amarillenta de la piel, la inflamación abdominal y la pérdida de peso. Sin embargo, estos
signos no están siempre presentes. Aun así, con la exploración cuidadosa del paciente se pueden
evidenciar otras manifestaciones que inciten a sospechar un daño hepático. Al explorar el
abdomen, se puede determinar si el hígado está aumentado de tamaño; aunque a medida que
progresa la cirrosis, es posible que esto no sea tan evidente. Cuando sucede esto, el flujo
sanguíneo ya está tan comprometido que puede provocar congestión en otros órganos como el
bazo.

Análisis de sangre
En los análisis de sangre también se pueden observar datos que supongan una alarma de daño
hepático. No obstante, en la cirrosis establecida, los resultados analíticos pueden acercarse a la
normalidad.

Pruebas de imagen
Para determinar cuál es el alcance de la enfermedad, es posible que sean necesarias ciertas
pruebas de imagen como son la ecografía, el TAC (tomografía axial computarizada) o la
resonancia magnética.

Biopsia hepática
El diagnóstico definitivo de la cirrosis se hace en base al estudio de una muestra de tejido hepático
(biopsia).

Cirrosis
Escrito por María Alba Jiménez, licenciada en Medicina por la Universidad de Alcalá de Henares
No abusar del alcohol y protegerse contra la hepatitis son las medidas más efectivas para evitar la cirrosis,
una afección que supone un daño progresivo e irreversible para el hígado, que compromete sus funciones.
1. Qué es la cirrosis
2. Causas de la cirrosis
3. Síntomas de la cirrosis
4. Complicaciones de la cirrosis
5. Diagnóstico de la cirrosis
6. Tratamiento de la cirrosis

Tratamiento de la cirrosis
La cirrosis no tiene curación, pues el daño hepático es irreversible, aunque su progresión es muy
lenta. No existe ningún tratamiento que modifique la historia natural de la enfermedad.
El tratamiento de la cirrosis ha de dirigirse a evitar o controlar las complicaciones derivadas.

Medidas generales en el tratamiento de la cirrosis


Aunque esta enfermedad es irreversible, es posible tomar diferentes medidas para reducir el daño
hepático:
 Dejar el alcohol.
 Limitar el uso de fármacos. Al existir una deficiente función hepática, no se pueden metabolizar y
eliminar bien la mayoría de los medicamentos.
 Evitar otras enfermedades. La lesión del hígado provoca en el organismo una mayor dificultad
para combatir las infecciones, lo que las hace más peligrosas para estos pacientes. Es muy
importante que los cirróticos eviten el contacto con posibles focos de infección y se vacunen
contra las hepatitis víricas A y B, la gripe y la neumonía neumocócica.
 Tener una alimentación rica en frutas, verduras y cereales. En ocasiones es necesaria la
administración de suplementos vitamínicos (vitaminas A, D y K). Entre los consejos dietéticos,
también se incluye la restricción de la sal en las comidas, para evitar la acumulación de líquidos.
En la cirrosis es fundamental que la dieta no contenga excesivas proteínas porque pueden
favorecer el desarrollo de una encefalopatía hepática.

Tratamiento farmacológico
En general, el paciente con cirrosis no complicada no precisa ningún tratamiento, salvo que su
cirrosis se deba a una enfermedad que requiera un tratamiento específico.
El control de las varices esofágicas, para evitar que se rompan y produzcan un sangrado digestivo,
se puede realizar mediante fármacos que reduzcan la presión venosa, y técnicas quirúrgicas que
consistan en cerrar estas varices.
La acumulación excesiva de líquido se puede reducir mediante la administración de diuréticos que
ayuden a eliminarlo.
El picor que puede producirse por las altas concentraciones de metabolitos en la sangre, se puede
tratar mediante colestiramina u otros medicamentos.
El tratamiento de la encefalopatía hepática se realiza con laxantes y antibióticos, para reducir los
niveles de amoniaco en sangre.

Trasplante hepático
En todos los casos y, especialmente, en situación terminal, es posible la realización de un
trasplante de hígado. Este es el tratamiento de la cirrosis definitivo.
Generalmente este tipo de tratamiento se indica cuando la enfermedad se encuentra ya tan
avanzada que el hígado no puede funcionar. La tasa de éxito del trasplante hepático supera
actualmente el 90%. El problema se plantea cuando la cirrosis está relacionada con la hepatitis
viral, porque esta enfermedad puede reaparecer en el hígado trasplantado.

Conocimientos básicos sobre el hígado

Cuando hay una cirrosis, el hígado forma nódulos delimitados por tejido fibroso. La
funcionalidad de estos nódulos no es igual a la del hígado normal.

L a cirrosis afecta al hígado, uno de los órganos más importantes del cuerpo

humano. El hígado está ubicado en la zona superior del abdomen en el lado


derecho, por debajo de las costillas y pesa aproximadamente 1,5 kg. Un hígado
normal es de contorno liso y elástico, está conectado directamente al intestino
delgado por medio del conducto biliar, el cual transporta la bilis que se produce en
el hígado hacia el intestino delgado donde es utilizada para la digestión. El hígado
funciona como una gran fábrica química, que se altera cuando hay cirrosis. Casi
toda la sangre que sale del estómago e intestino pasa por el hígado. Entre las
muchas funciones que el hígado cumple están las siguientes:
 Producción de bilis y otras enzimas (proteínas) digestivas.
 Control de infecciones.
 Producción de proteínas que ayudan a la coagulación de la sangre.
 Metabolismo del colesterol.
 Almacenamiento de glicógeno que sirve de combustible a los músculos.
 Mantención y regulación de los niveles hormonales.
 Metabolización de medicamentos, alcohol y otras drogas.
Considerando todas las funciones del hígado, no es sorprendente que las
enfermedades hepáticas alteren todas las demás funciones del cuerpo. Una de las
enfermedades más importantes del hígado es la cirrosis.

¿Qué es la cirrosis?
La cirrosis es la consecuencia de un daño acumulado en el hígado, habitualmente
durante varios años, que se caracteriza por la acumulación de fibrosis (“cicatrices”)
en el tejido hepático y disminución del tejido hepático funcionante. Estos cambios
del hígado interfieren con la estructura y funcionamiento normal del hígado,
ocasionando serias complicaciones en la circulación de la sangre a través de
dicho órgano y en sus funciones.

¿Cuáles son las causas de la cirrosis?


Existen numerosas causas que pueden desencadenar la cirrosis hepática, entre
las principales están:

 Virus de hepatitis B, hepatitis C, y hepatitis D.


 Consumo excesivo de alcohol.
 Hígado graso no alcohólico (también llamada esteatohepatitis no alcohólica):
Condición frecuente en la población general, asociada a diabetes y obesidad.
 Enfermedades autoinmunes: Hepatitis autoinmune y cirrosis biliar primaria.
 Enfermedades hereditarias o congénitas como:
 Hemocromatosis, en la cual se acumula hierro dentro del hígado dañando
el tejido.
 La enfermedad de Wilson, la cual es causada por una alteración en el
transporte del cobre, acumulándose en el hígado y en otros tejidos.
 Obstrucción prolongada del conducto biliar, como la colangitis esclerosante.
 Ausencia de proteínas específicas o enzimas para metabolizar diferentes
substancias en el hígado, como la deficiencia de alfa 1-antitripsina.
 Ciertas enfermedades del corazón (insuficiencia cardiaca).
 Reacción severa a drogas o medicamentos.
 Exposición prolongada a agentes tóxicos en el medio ambiente.

¿Se pueden identificar las causas de la cirrosis?


Sí. La mayoría de las veces las causas de la cirrosis se pueden identificar:

 En caso de cirrosis alcohólica: Antecedentes de consumir alcohol regularmente


o en exceso, cambios físicos o de conducta y una biopsia del tejido hepático.
 En caso de hepatitis: Exámenes de sangre para detectar el virus u otros
marcadores específicos de la enfermedad, imágenes y biopsia hepática entre
otros. La biopsia hepática es una muestra del tejido del hígado que se obtiene
bajo anestesia local.

¿El beber excesivamente puede llevar a una persona a


adquirir cirrosis?
Muchas personas que ingieren alcohol en cantidades excesivas desarrollan cierto
grado de daño al hígado, pero no necesariamente lleva a la cirrosis hepática.
Entre aquellos individuos que consumen entre 200 y 400 mL de alcohol
diariamente por un período de 15 años o más, aproximadamente una tercera parte
desarrollará cirrosis hepática, otra tercera parte desarrollará hígado graso y el
resto tendrá problemas hepáticos leves. En general, mientras más beba y mientras
más frecuente y regularmente lo haga, mayor será la probabilidad de que termine
desarrollando cirrosis hepática. El alcohol por sí sólo en cantidades excesivas es
un tóxico que puede causar cirrosis.

¿Puede una persona que bebe socialmente adquirir cirrosis?


Sí. Los individuos que ingieren alcohol socialmente también pueden desarrollar
cirrosis. Los factores que contribuyen al desarrollo de la enfermedad son:

 Cantidad de alcohol consumida.


 Frecuencia con que se consume alcohol.
 Factores genéticos o hereditarios.
 Estado físico y nutricional.
No se saben las razones por las que algunos individuos son más propensos que
otros a los efectos del alcohol. Las mujeres toleran peor el alcohol que los
hombres. Muchos investigadores creen que la razón de esto es que los hombres
tienen una habilidad mayor que las mujeres para metabolizar y eliminar el alcohol.
Investigaciones indican que las mujeres, aún consumiendo menos alcohol que los
hombres, desarrollan cirrosis más frecuentemente que los hombres.

¿La hepatitis siempre resulta en cirrosis?


Algunos pacientes con hepatitis crónica viral desarrollan cirrosis, Hay 5 tipos
conocidos de virus causantes de hepatitis.

 La hepatitis aguda de tipo A y la hepatitis E no llevan a la hepatitis crónica (se


han descrito casos excepcionales de hepatitis E crónica en pacientes
inmunosuprimidos, pero no es lo habitual).
 La hepatitis tipo B aguda lleva a una infección crónica en el 5% de los
pacientes adultos. En una minoría de estos pacientes, la hepatitis crónica
progresa a cirrosis.
 La hepatitis aguda tipo D afecta sólo a individuos previamente infectados con el
virus de la hepatitis B.
 La hepatitis aguda tipo C se convierte en crónica en aproximadamente 80% de
los adultos infectados. Una minoría de estos pacientes (20 – 30%) progresará
a cirrosis hepática en un período de varios años (10 a 30 años).

¿Cuáles son los signos y síntomas de la cirrosis?


El principio de la cirrosis es por lo general silencioso siendo muy pocos los
síntomas específicos. A medida que se acumula el daño en el hígado, pueden
aparecer los siguientes síntomas:

 Pérdida de apetito.
 Malestar general.
 Náusea y vómitos.
 Pérdida de peso.
 Aumento del tamaño del hígado.
 Ictericia o coloración amarilla de la piel y la parte blanca de los ojos, debido a la
acumulación de la sangre cuando el hígado no es capaz de eliminar bien la
bilis.
 Prurito o picazón.
 Ascitis o acumulación de líquido en el abdomen.
 Vómitos con sangre, por ruptura de venas (várices) en la parte baja del
esófago.
 Encefalopatía o cambios del estado de conciencia, los que pueden ser sutiles
(confusión) o profundo (coma).
El diagnóstico de la cirrosis puede ser inesperado. Una persona puede
presentarse al médico con síntomas que no aparezcan de enfermedad hepática y
luego de un examen físico y análisis de sangre descubrir que tiente cirrosis.

¿Cuál es el tratamiento para la cirrosis?


El tratamiento para la cirrosis depende del tipo de cirrosis que padezca la persona,
el tiempo que haya durado la enfermedad y el daño permanente que haya sufrido
el hígado. Algunas veces el daño que sufren el hígado se puede corregir si se
encuentra la causa específica de la cirrosis y se da el tratamiento adecuado.

 En el caso de la cirrosis alcohólica, la abstención total y una dieta


balanceada son partes importantes del tratamiento.
 En el caso de la cirrosis secundaria a hepatitis viral, se usan medicamentos
para aumentar la respuesta del sistema de inmunidad contra el virus, como el
interferón.
 En casos de cirrosis causada por hepatitis autoinmune, los corticosteroides
solos o combinados con la azatioprina pueden ser un tratamiento efectivo.
 En los pacientes cirróticos con ictericia, el tratamiento suplementario con
vitaminas liposolubles pueden ayudarlos.
 En el caso de la enfermedad de Wilson, se eliminan las cantidades excesivas
de cobre en el organismo por medio de medicamentos.
 En la hemocromatosis, se elimina el exceso de hierro por medio de flebotomías
(extracción de sangre).
 Muchos tipos de cirrosis requieren un trasplante de hígado cuando la
insuficiencia hepática está avanzada.
¿Cuáles son las complicaciones de la cirrosis?
Las complicaciones de la cirrosis incluyen la ascitis, la encefalopatía hepática y la
hemorragia por ruptura de várices esofágicas.

 La ascitis es tratada reduciendo la ingesta de sal más la administración de


diuréticos. En algunos casos es necesaria la evacuación directa de grandes
cantidades de líquido en el abdomen por medio de un catéter a través de la
pared abdominal, también llamado paracentesis.
 El tratamiento del coma hepático o principio de coma (encefalopatía hepática)
requiere medicamentos específicos, reducir la ingesta de proteínas y el control
de la hemorragia digestiva.
 El tratamiento de las hemorragias por las várices esofágicas incluye
tratamientos endoscópicos como la ligadura o escleroterapia (inyección directa
de una sustancia química que destruye la várice en su interior) y otros
tratamientos como medicinas que disminuyen la tendencia a sangrar,
compresión de una várice sangrante por medio de balones inflables especiales
y un procedimiento llamado shunt protosistémico intrahepático transyugular
(TIPS).

¿Como puede afectar la cirrosis a otras enfermedades que yo


padezca o su tratamiento?
La responsabilidad del hígado por el funcionamiento adecuado de todo el
organismo es tan grande que una enfermedad crónica del hígado puede modificar
las respuestas de su organismo a una variedad de enfermedades. El
funcionamiento anormal del hígado en la cirrosis puede:

 Afectar la dosis de medicamentos requeridos para el tratamiento de otras


enfermedades.
 Modificar el tratamiento de la diabetes.
 Afectar la respuesta del organismo a las infecciones.
 Alterar la tolerancia a procedimientos quirúrgicos.
Los pacientes con cirrosis son propensos a desarrollar infecciones bacterianas,
trastornos en el funcionamiento del riñón, úlceras estomacales, cálculos en la
vesícula, cierto tipo de diabetes y cáncer del hígado.
¿Cuáles son las expectativas de tener una salud razonable y
supervivencia con un tratamiento?
El tratamiento en esta etapa y con adherencia adecuada a las recomendaciones
de su médico puede llevar a una mejoría de los síntomas, con lo que el paciente
puede llevar una vida y actividades normales. Cuando la cirrosis no es descubierta
a tiempo, el pronóstico puede ser menos favorable con respecto a tener una
mejoría y las complicaciones como la ascitis y la hemorragia son más frecuentes.

¿Cómo puedo yo evitar la cirrosis?


 No beba en exceso. Evite el uso de bebidas alcohólicas. El alcohol destruye las
células del hígado. El grado de regeneración de las células del hígado varia de
persona a persona. Un daño previo al hígado por virus desconocidos o
sustancias químicas pueden afectar el proceso de regeneración.
 Siga una alimentación balanceada, mantenga un peso adecuado,
coma frutas y verduras; y haga actividad física regular.
 Busque ayuda médica. Manténgase bajo cuidado médico si desarrolla una
hepatitis viral hasta que su mejoría esté asegurada.
El hígado es un órgano grande, con gran reserva funcional, capaz de seguir
desempeñando sus funciones vitales aunque esté dañado. También tiene la
capacidad de repararse a sí mismo en cierto grado. Las células que mueren
pueden se reemplazadas por otras nuevas. Si la causa de la cirrosis puede ser
eliminada o controlada, esta capacidad del hígado permite que se logre cierta
mejoría y puede permitir desempeñar una vida normal.

¿Qué es?

La cirrosis es una afección en la que el hígado se deteriora lentamente y funciona


mal debido a una lesión crónica. El tejido sano del hígado se sustituye por tejido
cicatricial, que bloquea parcialmente la circulación de la sangre a través del hígado.
La cicatrización también deteriora la capacidad del hígado para otras funciones. Entre
ellas: controlar las infecciones, eliminar las bacterias y las toxinas de la sangre,
procesar los nutrientes, hormonas y medicamentos, fabricar las proteínas que regulan
la coagulación sanguínea, producir bilis para ayudar a absorber grasas, incluido el
colesterol, y vitaminas solubles en grasas.
Un hígado sano es capaz de regenerar la mayoría de sus propias células cuando se
dañan. En la cirrosis en etapa terminal, el hígado no puede sustituir eficazmente las
células dañadas. Se necesita un hígado sano para la supervivencia.

¿Por qué se produce?

La cirrosis tiene varias causas. Las más comunes son el consumo excesivo de alcohol
y la hepatitis C crónica. La obesidad también se está convirtiendo en una causa
común de cirrosis, ya sea como causa única o en combinación con consumo de
alcohol y/o hepatitis C.
- Enfermedad hepática relacionada con alcohol: la mayoría de las presonas que
consumen alcohol no sufren daño hepático. Sin embargo, el consumo excesivo puede
causar una lesión crónica. La cantidad de alcohol necesaria para provocar daño varía
mucho de una persona a otra.
- Hepatitis C crónica: el virus de la hepatitis C es una infección hepática que se
transmite por contacto con la sangre de una persona infectada. La hepatitis C crónica
provoca inflamación y daño al hígado que con el tiempo puede causar cirrosis.
- Hepatitis B y D crónicas: el virus de la hepatitis B es una infección hepática que se
transmite por contacto con la sangre, semen u otro fluido corporal de una persona
infectada. La hepatitis B, como la hepatitis C, provoca inflamación y lesiones al hígado
que pueden provocar la cirrosis. La vacuna contra la hepatitis B se les administra a
todos los bebés y a muchos adultos para prevenir el virus. La hepatitis D es otro virus
que infecta el hígado y puede provocar cirrosis, pero sólo se presenta en personas
que ya tienen hepatitis B.
- Enfermedad de hígado graso no alcohólica: en la enfermedad de hígado graso no
alcohólica se provoca un aumento de la grasa en el hígado que finalmente causa la
cirrosis. Esta enfermedad hepática cada vez más común está asociada con la
obesidad, la diabetes, la desnutrición proteica, la enfermedad de las arterias
coronarias y los medicamentos corticoesteroides.
- Hepatitis autoinmune: esta forma de hepatitis es causada por un ataque del
sistema inmunitario del cuerpo a las células del hígado, lo que provoca inflamación,
daño y finalmente cirrosis. Los investigadores creen que hay factores genéticos que
pueden hacer que algunas personas sean más propensas a las enfermedades
autoinmunes. Alrededor del 70% de las personas con hepatitis autoinmune son
mujeres.
- Otras enfermedades: varias otras patologías pueden dañar o destruir las vías por
las que se transporta la bilis desde el hígado y causar cirrosis. En los los adultos, la
afección más común de esta categoría es la cirrosis biliar primaria, enfermedad en la
que las vías biliares se inflaman y se dañan y, finalmente, desaparecen. La cirrosis
biliar secundaria puede presentarse si las vías se atan o lesionan por error durante
una cirugía de vesícula biliar. La colangitis esclerosante primaria es otra afección que
provoca daño y cicatrices en las vías biliares. En los bebés, el síndrome de Alagille o
la atresia biliar, afecciones en las que las vías no existen o están lesionadas,
comúnmente provocan daño a las vías biliares.
- Enfermedades hereditarias: la fibrosis quística, el déficit de alfa-1-antitripsina, la
hemocromatosis, la enfermedad de Wilson, la galactosemia y las glicogenosis son
enfermedades hereditarias que interfieren con la forma en que el hígado produce,
procesa y almacena enzimas, proteínas, metales y otras sustancias que el cuerpo
necesita para funcionar adecuadamente. Estas afecciones pueden causar cirrosis.
- Medicamentos, toxinas e infecciones: otras causas de cirrosis pueden ser las
reacciones a medicamentos, la exposición prolongada a químicos tóxicos, las
infecciones parasitarias y los ataques repetidos de insuficiencia cardíaca con
congestión del hígado.

Síntomas

Muchas personas con cirrosis no presentan síntomas en las primeras etapas de la


enfermedad. Sin embargo, a medida que la enfermedad avanza, la persona puede
experimentar los siguientes síntomas:
- Debilidad
- Fatiga
- Pérdida del apetito
- Náuseas
- Vómitos
- Pérdida de peso
- Dolor abdominal e hinchazón cuando se acumula líquido en el abdomen
- Picazón
- Vasos sanguíneos en forma de araña cerca de la superficie de la piel
A medida que la función hepática se deteriora, se puede presentar una o más
complicaciones. En algunas personas, las complicaciones pueden ser los primeros
signos de la enfermedad.
Entre estas complicaciones están:
-Edema y ascitis: cuando el daño hepático pasa a una etapa avanzada, se acumula
líquido en las piernas, llamado edema, y en el abdomen, llamado ascitis. La ascitis
puede provocar peritonitis bacteriana, que es una infección grave.
- Moretones y hemorragias: cuando se detiene o enlentece la producción de
proteínas necesarias para la coagulación sanguínea por parte del hígado, la persona
sufre moretones o hemorragias fácilmente.
-Hipertensión portal: normalmente, la sangre se transporta desde los intestinos y el
bazo al hígado a través de la vena porta. Pero la cirrosis enlentece la circulación
normal de la sangre, lo que aumenta la presión en la vena porta. Esta afección se
llama hipertensión portal.
- Várices esofágicas y gastropatía: cuando se presenta la hipertensión portal, puede
provocar vasos sanguíneos agrandados en el esófago, llamados várices, o en el
estómago, llamado gastropatía, o ambos. Los vasos sanguíneos agrandados tienen
más probabilidades de reventarse debido a paredes delgadas y al aumento de
presión. Si se revientan, pueden provocar hemorragias graves en el esófago o en la
parte superior del estómago, lo cual requerirá atención médica inmediata.
- Esplenomegalia: cuando se presenta la hipertensión portal, con frecuencia el bazo
se agranda y retiene glóbulos blancos y plaquetas, disminuyendo el número de estas
células en la sangre. Una baja cantidad de plaquetas puede ser la primera prueba de
que una persona padece cirrosis.
- Ictericia: se presenta cuando el hígado enfermo no elimina suficiente bilirrubina de
la sangre, lo que provoca una coloración amarillenta de la piel y en el blanco de los
ojos, y oscurecimiento de la orina. La bilirrubina es el pigmento que le da a la bilis el
color amarillo rojizo.
- Cálculos biliares: si la cirrosis no permite el flujo libre de la bilis desde y hacia la
vesícula biliar, la bilis se endurece y se forman cálculos biliares.
-Sensibilidad a medicamentos: la cirrosis enlentece la capacidad del hígado de
filtrar medicamentos de la sangre. Cuando esto ocurre, los medicamentos actúan por
más tiempo de lo normal y se acumulan en el cuerpo. Esto provoca una mayor
sensibilidad de la persona a los medicamentos y a sus efectos secundarios.
- Encefalopatía hepática: si el hígado falla, no puede eliminar toxinas de la sangre y
finalmente éstas se acumulan en el cerebro. La acumulación de toxinas en el cerebro,
llamada encefalopatía hepática, puede provocar una disminución del funcionamiento
mental y coma. Los signos de disminución del funcionamiento mental incluyen
confusión, cambios de personalidad, pérdida de la memoria, problemas de
concentración y cambio en los hábitos de sueño.
- Resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2: la cirrosis provoca resistencia a la
insulina, una hormona producida por el páncreas que le permite al cuerpo usar la
glucosa como energía. Con la resistencia a la insulina, los músculos y grasas del
cuerpo así como las células del hígado no usan la insulina adecuadamente. El
páncreas intenta satisfacer la demanda de insulina produciendo más, pero el exceso
de glucosa se acumula en el torrente sanguíneo y causa la diabetes tipo 2.
-Cáncer de hígado: el carcinoma hepatocelular es un tipo de cáncer de hígado que
puede presentarse en las personas con cirrosis. El carcinoma hepatocelular tiene una
tasa de mortalidad alta, pero hay varias opciones de tratamiento disponibles.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico de cirrosis generalmente se basa en la presencia de un factor de riesgo


para cirrosis, como por ejemplo el consumo de alcohol o la obesidad, y se confirma
mediante exámenes físicos, pruebas de sangre e imágenes como una tomografía,
ecografía o resonancia magnética.
El diagnóstico de cirrosis se puede confirmar mediante una biopsia de hígado, pero no
siempre resulta necesaria.

¿Cómo se trata?

El tratamiento de la cirrosis depende de la causa de la enfermedad y si hay


complicaciones presentes. Los objetivos del tratamiento son enlentecer el avance del
tejido cicatricial en el hígado y prevenir o tratar las complicaciones de la enfermedad.

Hígado: Anatomía y Funciones

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Anatomía del hígado:


El hígado está situado en la parte superior derecha de la cavidad abdominal, debajo del diafragma
y por encima del estómago, el riñón derecho y los intestinos. El hígado tiene forma cónica, es de
color marrón rojizo oscuro y pesa alrededor de 3 libras.

La sangre que llega al hígado proviene de las dos fuentes que se indican a continuación:

 La sangre oxigenada llega al hígado a través de la arteria hepática.

 La sangre rica en nutrientes llega a través de la vena porta hepática.

El hígado recibe permanentemente alrededor de una pinta de sangre (el 13 por ciento de la sangre
total del cuerpo). El hígado consta de dos lóbulos principales que a su vez están formados por
miles de lobulillos. Estos lobulillos se conectan con pequeños conductos que a su vez están
conectados con conductos más grandes que finalmente forman el conducto hepático. El conducto
hepático transporta la bilis producida por las células del hígado hacia la vesícula biliar y el duodeno
(la primera parte del intestino delgado).

Sabía usted que...


El hígado puede perder tres cuartos del total de sus células antes de dejar de funcionar.

Además, el hígado es el único órgano del cuerpo que tiene la capacidad de autorregenarse.
Funciones del hígado:
El hígado regula los niveles sanguíneos de la mayoría de los compuestos químicos y excreta un
producto llamado bilis, que ayuda a eliminar los productos de desecho del hígado. Toda la sangre
que sale del estómago y los intestinos pasa a través del hígado. El hígado procesa esta sangre y
descompone los nutrientes y drogas en formas más fáciles de usar por el resto del cuerpo. Se han
identificado más de 500 funciones vitales relacionadas con el hígado. Entre las funciones más
conocidas se incluyen las siguientes:

 La producción de bilis, que ayuda a eliminar los desechos y a descomponer las grasas en el intestino
delgado durante la digestión.

 La producción de determinadas proteínas del plasma sanguíneo.

 La producción de colesterol y proteínas específicas para el transporte de grasas a través del cuerpo.

 La conversión del exceso de glucosa en glucógeno de almacenamiento (glucógeno que luego puede ser
convertido nuevamente en glucosa para la obtención de energía).

 La regulación de los niveles sanguíneos de aminoácidos, que son las unidades formadoras de las
proteínas.

 El procesamiento de la hemoglobina para utilizar su contenido de hierro (el hígado almacena hierro).

 La conversión del amoníaco tóxico en urea (la urea es un producto final del metabolismo proteico y se
excreta en la orina).

 La depuración de la sangre de drogas y otras sustancias tóxicas.

 La regulación de la coagulación sanguínea.

 La resistencia a las infecciones mediante la producción de factores de inmunidad y la eliminación de


bacterias del torrente sanguíneo.

Cuando el hígado degrada sustancias nocivas, los subproductos se excretan hacia la bilis o la
sangre. Los subproductos biliares entran en el intestino y finalmente se eliminan del cuerpo en
forma de heces. Los subproductos sanguíneos son filtrados por los riñones y se eliminan del
cuerpo en forma de orina

 Cirrosis alcohólica
La cirrosis alcohólica es la destrucción del tejido normal del hígado que deja tejido cicatrizante inerte.
Entre los síntomas se incluyen los mencionados para la hepatitis alcohólica además de hipertensión
portal, bazo agrandado, ascitis, insuficiencia renal, confusión o cáncer de hígado.
Enfermedad Hepática Crónica / Cirrosis

¿Qué es la enfermedad crónica del hígado?


La enfermedad crónica del hígado se caracteriza por la destrucción gradual del tejido del hígado
con el paso del tiempo. Entre las distintas enfermedades que conforman esta categoría se incluyen
las siguientes:

 Cirrosis hepática.

 Fibrosis hepática.

¿Qué es la cirrosis hepática?


Según el Instituto Nacional de la Diabetes y de las Enfermedades Digestivas y del Riñón (National
Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases, su sigla en inglés es NIDDK), la cirrosis
es la 12ma causa principal de muerte en Estados Unidos. Debido al daño crónico del hígado, el
tejido cicatrizante reemplaza lentamente al tejido del hígado de funcionamiento normal, lo que
causa la disminución progresiva del flujo sanguíneo que atraviesa el órgano. A medida que se
pierde el tejido normal del hígado, los nutrientes, las hormonas, las drogas y las sustancias tóxicas
no son procesados eficientemente por el hígado. Además, se inhibe la producción de proteínas y
de otras sustancias producidas por el hígado.

¿Cuáles son los síntomas de la cirrosis?


Los síntomas de la cirrosis varían según la severidad de la condición. La cirrosis leve puede no
mostrar ningún síntoma. A continuación, se enumeran los síntomas más comunes de la cirrosis.
Sin embargo, cada individuo puede experimentarlos de una forma diferente. Los síntomas pueden
incluir los siguientes:

 Función nerviosa anormal.

 Ascitis: acumulación de fluido en la cavidad abdominal.

 Agrandamiento de mamas en el hombre.

 Toser o vomitar sangre.

 Dedos rizados (contractura de Dupuytren de las palmas).

 Cálculos en la vesícula biliar.

 Caída del cabello.

 Comezón.

 Ictericia: color amarillo de la piel y de los ojos.

 Insuficiencia renal.

 Encefalopatía hepática.

 Pérdida de masa muscular.

 Poco apetito.
 Hipertensión portal.

 Enrojecimiento de las palmas.

 Agrandamiento de las glándulas salivales de las mejillas.

 Disminución del tamaño testicular.

 Venas en forma de araña en la piel.

 Debilidad.

 Pérdida de peso.

Los síntomas de la cirrosis pueden parecerse a los de otras condiciones o problemas médicos.
Consulte siempre a su médico para el diagnóstico.

¿Cuál es la causa de la cirrosis?


La causa más común de la cirrosis es el abuso de alcohol. Otras causas pueden incluir las
siguientes:

 Hepatitis y otros tipos de virus.

 Uso de determinadas drogas.

 Exposición a sustancias químicas.

 Obstrucción del conducto biliar.

 Enfermedades autoinmunológicas.

 Obstrucción del flujo de salida de la sangre del hígado (por ejemplo, síndrome Budd-Chiari).

 Alteraciones del corazón y de los vasos sanguíneos.

 Deficiencia de alfa1-antitripsina.
 Altos niveles de galactosa en la sangre.

 Altos niveles de tirosina en la sangre al momento de nacer.

 Enfermedad por almacenamiento de glucógeno.

 Fibrosis quística.

 Diabetes.

 Desnutrición.

 Acumulación hereditaria de exceso de cobre (enfermedad de Wilson) o de hierro (hemocromatosis).


¿Cómo se diagnostica la cirrosis?
Además del examen físico y la historia médica completa, los procedimientos de diagnóstico para la
cirrosis pueden incluir los siguientes:

 Exámenes de laboratorio.
 Exámenes de la función del hígado - serie de exámenes de sangre especiales que pueden determinar si
el hígado funciona correctamente.
 Biopsia del hígado - procedimiento en el que se toman muestras de tejido del hígado (con aguja o
durante una operación) para examinarlas con un microscopio.
 Colangiografía - examen de rayos X de los conductos biliares mediante una tintura de contraste
intravenosa (su sigla en inglés es IV).
 Tomografía computarizada (También llamada escáner CT o CAT.) - este procedimiento de
diagnóstico por imagen utiliza una combinación de tecnologías de rayos X y computadoras para obtener
imágenes transversales (a menudo llamadas "rebanadas") del cuerpo, tanto horizontales como verticales.
Una tomografía computarizada muestra imágenes detalladas de cualquier parte del cuerpo, incluidos los
huesos, los músculos, el tejido graso y los órganos. La tomografía computarizada muestra más detalles
que los rayos X regulares.
 Ecografía (También llamada sonografía.) - técnica de diagnóstico por imágenes que utiliza ondas
sonoras de alta frecuencia y una computadora para crear imágenes de vasos sanguíneos, tejidos y
órganos. Las ecografías se usan para visualizar los órganos internos del abdomen como hígado, bazo y
riñones, y para evaluar el flujo sanguíneo de varios vasos.
Tratamiento para la cirrosis:
El tratamiento específico para la cirrosis será determinado por su médico basándose en lo
siguiente:

 Su edad, su estado general de salud y su historia médica.

 Qué tan avanzada está la enfermedad.

 Su tolerancia a determinados medicamentos, procedimientos o terapias.

 Sus expectativas para la trayectoria de la enfermedad.

 Su opinión o preferencia.

La cirrosis es una enfermedad del hígado progresiva y el daño hecho al hígado es irreversible. Sin
embargo, una correcta nutrición, evitar ciertas toxinas (como el alcohol), tomar suplementos
vitamínicos y el manejo adecuado de las complicaciones de la cirrosis suelen demorar o detener un
mayor daño del hígado. En los casos severos de cirrosis, se puede evaluar la posibilidad de un
trasplante de hígado.

¿Qué es la fibrosis?
La fibrosis es el crecimiento de tejido cicatrizante como resultado de una infección, inflamación,
lesión o incluso de la curación. El crecimiento excesivo de tejido cicatrizante puede afectar
prácticamente a cualquier órgano. La fibrosis en el hígado puede inhibir el correcto funcionamiento
del órgano. Con frecuencia la fibrosis hepática es el resultado de la cirrosis

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