Anatomia

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RESUMEN CAPITULO 6

El Sistema Esquelético: Tejido Oseo


En este capítulo se describirán los diversos componentes de los huesos para poder comprender
como se forman y envejecen, y de que manera el ejercicio afecta su densidad y solidez. Además,
hablaremos de la osteología que es el estudio de la estructura ósea y del tratamiento de las
enfermedades de los huesos.
Funciones del hueso y del sistema esquelético

1. Soporte: los huesos proveen un cuadro rígido de soporte para los músculos y tejidos
blandos.
2. Protección: los huesos forman varias cavidades que protegen los órganos internos de
posibles traumatismos. Por ejemplo, el cráneo protege el cerebro frente a los golpes, y
la caja torácica, formada por costillas y esternón protege los pulmones y el corazón.
3. Movimiento: gracias a los músculos que se insertan en los huesos a través de los
tendones y su contracción sincronizada, se produce el movimiento.
4. Homeostasis mineral: el tejido óseo almacena una serie de minerales, especialmente
calcio y fósforo, necesarios para la contracción muscular y otras muchas funciones.
Cuando son necesarios, el hueso libera dichos minerales en la sangre que los distribuye
a otras partes del organismo.
5. Producción de células sanguíneas: dentro de cavidades situadas en ciertos huesos, un
tejido conectivo denominado médula ósea roja produce las células sanguíneas rojas o
hematíes mediante el proceso denominado hematopoyesis.
6. Almacén de grasas de reserva: la médula amarilla consiste principalmente en adipocitos
con unos pocos hematíes dispersos. Es una importante reserva de energía química.

Estructura Osea

Aspecto macroscópico de un hueso largo


La estructura de un hueso largo, como el húmero, es la siguiente:

1. Diáfisis: la parte alargada del hueso


2. Epífisis: extremos o terminaciones del hueso
3. Metáfisis: unión de la diáfisis con las epífisis. En el hueso adulto esta parte es ósea,
siendo cartilaginosa en la fase del desarrollo del mismo.
4. Cartílago articular: es una fina capa de cartílago hialino que recubre la epífisis donde
el hueso se articula con otro hueso. El cartílago reduce la fricción y absorbe choques y
vibraciones.
5. Periostio: membrana que rodea la superficie del hueso no cubierta por cartílago. El
periostio es esencial en el crecimiento óseo, en su reparación y en su nutrición. También
constituye el punto de inserción de ligamentos y tendones
6. Cavidad medular: es un espacio cilíndrico situado en la parte central en la diáfisis que
en los adultos contiene la médula ósea amarilla
7. Endostio: la cavidad medular está tapizada por el endostio, una membrana que contiene
las células oste progenitoras.
Historial del tejido óseo

Como otros tejidos conjuntivos, el hueso o tejido óseo está constituido por una matriz en la que se
encuentran células dispersas. La matriz está constituida por 25% de agua, 25% de proteínas y 50%
de sales minerales. Además, hay cuatro tipos de células:

1. Células oste progenitoras: son células no especializadas derivadas de la mesénquima, el


tejido del que derivan todos los tejidos conjuntivos. Se encuentran células oste progenitoras
en la capa interna del periostio, en el endostio y en los canales del hueso que contienen los
vasos sanguíneos. A partir de ellas se general los osteoblastos y los osteocitos
2. Osteoblastos: son células que forman el tejido óseo pero que han perdido la capacidad de
dividirse por mitosis. Segregan colágeno y otros materiales utilizados para la construcción
del hueso. Se encuentran en las superficies óseas y a medida que segregan los materiales
de la matriz ósea, esta los va envolviendo, convirtiéndolos en osteocitos
3. Osteocitos: son células óseas maduras derivadas de los osteoblastos que constituyen la
mayor parte del tejido óseo. Al igual que los osteoblastos han perdido la capacidad de
dividirse. Los osteocitos no segregan materiales de la matriz ósea y su función es la
mantener las actividades celulares del tejido óseo como el intercambio de nutrientes y
productos de desecho.
4. Osteoclastos: son células derivadas de monocitos circulantes que se asientan sobre la
superficie del hueso y proceden a la destrucción de la matriz ósea (resorción ósea)

El hueso no es totalmente sólido, sino que tiene pequeños espacios entre sus componentes,
formando pequeños canales por donde circulan los vasos sanguíneos encargados del intercambio
de nutrientes. En función del tamaño de estos espacios, el hueso se clasifica en compacto o
esponjoso.
Hueso Compacto (hueso cortical)

Constituye la mayor parte de la diáfisis de los huesos largos, así como de la parte externa de todos
los huesos del cuerpo. El hueso compacto constituye una protección y un soporte. Tiene una
estructura de láminas o anillos concéntricos alrededor de canales centrales llamados canales de
Havers que se extienden longitudinalmente. Los canales de Havers están conectados con otros
canales llamados canales de Volkmann que perforan el periostio. Ambos canales son utilizados
por los vasos sanguíneos, linfáticos y nervios para extenderse por el hueso. Entre las láminas
concéntricas de matriz mineralizada hay pequeños orificios o lagunas donde se encuentran los
osteocitos. Para que estas células puedan intercambiar nutrientes con el líquido intersticial, cada
laguna dispone de una serie de canalículos por donde se extienden prolongaciones de los
osteocitos. Los canalículos están conectados entre sí y, eventualmente a los canales de Havers.
El conjunto de un canal central, las láminas concéntricas que lo rodean y las lagunas, canalículos
y osteocitos en ellas incluidos recibe el nombre de osteón o sistema de Havers. Las restantes
láminas entre osteones se llaman láminas intersticiales.
Hueso esponjoso

A diferencia del hueso compacto, el hueso esponjoso no contiene osteones, sino que las láminas
intersticiales están dispuestas de forma irregular formando unos tabiques o placas llamadas
trabéculas. Estos tabiques forman una estructura esponjosa dejando huecos que están llenos de la
médula ósea roja. Dentro de las trabéculas están los osteocitos que yacen en sus lagunas con
canalículos que irradian desde las mismas. En este caso, los vasos sanguíneos penetran
directamente en el hueso esponjoso y permiten el intercambio de nutrientes con los osteocitos.

El hueso esponjoso es el principal constituyente de las epífisis de los huesos largos y del interior
de la mayor parte de los huesos.
Centellograma Oseo
Procedimiento para identificar áreas anormales o lesiones en los huesos. Se inyecta en una vena
una cantidad muy pequeña de material radiactivo que fluye por la sangre. El material radiactivo se
acumula en los huesos y se detecta con un escáner (una cámara especial que toma imágenes del
interior del cuerpo). Una centellografía ósea se usa para diagnosticar tumores óseos o cáncer que
se diseminó al hueso. También se usa para diagnosticar fracturas, infecciones óseas u otros
problemas en los huesos.
Irrigación e inervación del hueso
Los huesos presentan arterias, venas, vasos linfáticos y nervios que les permiten la irrigación
sanguínea y la inervación adecuada.

Irrigación e inervación de los huesos:

1. Arteria nutricia: La más voluminosa, penetra el agujero nutricio y luego se ramifica


irrigando la medula ósea y el tejido compacto
2. Arterias peristálticas de la diáfisis: Pequeñas y numerosas que irrigan el tejido compacto
de la diáfisis.
3. Arterias peristálticas epifisiarias: Vasos metafisiarios y epifisiarios que se originan de las
arterias y penetran la lámina compacta irrigando el hueso esponjoso y la médula ósea.
4. Venas: Solo incidentalmente acompañan las arterias y tienen mayor volumen que ellas.
5. Linfáticos: Son considerados como vías linfáticas los conductos de Havers.
6. Nervios: Pueden ser fibras con mielina (fibra verebro - espinal) y fibras sin mielina (fibras
vasomotoras simpáticas).

Formación del hueso

El proceso mediante el cual se forma el hueso se denomina osificación. En el embrión, existe un


precursor del esqueleto formado por tejido cartilaginoso hialino y mesénquina embrionario que ya
tiene una forma característica a partir de las seis semanas. La formación de hueso sigue dos
procesos diferentes:
Osificación intermembranosa:

La osificación intramembranosa es la que produce preferentemente huesos planos y, como su


nombre indica tiene lugar dentro de una membrana de tejido conjuntivo. En este proceso, algunas
de las células mesenquimatosas que forman las membranas de tejido conjuntivo son transformadas
en osteoblastos constituyendo un centro de osificación alrededor del cual se va formando hueso.
Se pueden distinguir los siguientes pasos:

1. Desarrollo de la osificación central: las células mesenquimatosas se agrupan en racimos


en el centro de osificación y se transforman primero en células oste progenitoras y
luego en osteoblastos.
2. Clasificación: los osteoblastos segregan matriz ósea y fibrillas de colágeno hasta que
quedan rodeados por completo.
3. Formación de Trabéculas: cuando están rodeados por completo por matriz ósea, los
osteoblastos se transforman en osteocitos formando lagunas y canalículos entre ellos.
Las fibras de colágeno quedan atrapadas en la sustancia fundamental. El depósito de
calcio y de sales minerales endurece la matriz ósea al cabo de unos días.
4. Desarrollo del periostio: mientras se produce la calcificación de la matriz ósea aparecen
las trabéculas o espículas óseas que se unen en una estructura en forma de malla dando
lugar al hueso esponjoso. La lámina central de hueso esponjoso se recubre por cada
uno de sus lados por placas de tejido óseo compacto. Una vez formado, el hueso plano
crece de tamaño mediante la adición de más hueso por sus bordes.

Osificación endocondrala:

El remplazo del cartílago por huso se denomina osificación endocondrala. Este proceso en un
hueso largo se cumple de la siguiente manera:

1. Desarrollo del molde cartilaginoso


2. Crecimiento del molde cartilaginoso
3. Desarrollo del centro primario de osificación
4. Desarrollo de la cavidad medular
5. Desarrollo de los centros secundarios de osificación
6. Formación del cartílago articular y la placa epifisaria

Crecimiento Óseo

Crecimiento en longitud

La placa epifisaria constituye pues el lugar a partir del cual el hueso puede crecer en longitud
durante la infancia y adolescencia. En ella se distinguen varios tipos de estructuras o zonas que se
extienden sin solución de continuidad:

 Zona de cartílago inactivo: cerca de la epífisis, consiste en condrocitos dispersos que no


proliferan y que sirven de punto de anclaje, uniendo las epífisis a la diáfisis
 Zona de cartílago en proliferación: es una lámina formada por condrocitos, algo mayores
que los anteriores, que se encuentran apilados y experimentando una mitosis activa. Como
consecuencia de esta, la capa se espesa y toda la placa crece longitudinalmente
 Zona de cartílago hipertrófico o maduro: consiste en condrocitos más grandes todavía
dispuestos de forma columnar. La división celular es, igualmente, la responsable del
crecimiento de la placa, si bien en esta área, algunos de los condrocitos experimentan
cambios degenerativos asociados con depósitos de calcio.
 Zona de cartílago calcificado: consiste en un área de tan sólo algunas células de espesor en
la que las células han muerto o están próximas a morir como consecuencia de que la matriz
alrededor de ellas se ha calcificado. A medida que la calcificación progresa, esta área se
vuelve frágil siendo invadido por osteoblastos y capilares, quedando una capa calcificada
sólida entre la placa epifisaria y la diáfisis.

Crecimiento en espesor

Se realiza a partir de una capa de tejido conjuntivo que rodea a todos los huesos (es más gruesa en
la diáfisis de los huesos largos y es más uniforme en los huesos cortos y planos. De manera que el
que sea más o menos grueso va a depender del hueso y de la zona). Este tejido conjuntivo se
denomina periostio (Peri: alrededor; osto: hueso).
La capa que da al hueso tiene osteoblastos (contenidos en el periostio) que están formando matriz
ósea que está creciendo hasta que entra en un periodo de latencia, volviéndose a activar por
ejemplo en caso de fractura.
El cartílago de crecimiento desaparece cuando termina el crecimiento.
Las fibras tendinosas de un musculo atraviesan la diáfisis hasta llegar al periostio. En esa parte del
hueso crece un refuerzo óseo que es un relieve del hueso producido por la alteración del periostio
para resistir la fuerza de tracción del musculo.
Si solamente creciera la periferia el hueso serio macizo, pero esto no ocurre. El resultado final es
que entran los osteoclastos que se encargan de reabsorber (destruir) el hueso y así hacer más ancho
el canal medular. De esta manera el grosor del hueso está en la proporción correcta.

La homeostasis y el hueso

Remodelación Osea

La renovación de los huesos persiste incluso después de que alcanzan el tamaño y la forma
correspondientes al adulto. La remodelación ósea es un proceso continuo en que los osteoclastos
excavan pequeños túneles en el tejido óseo antiguo y luego los osteoblastos reconstruyen el tejido
destruido El ciclo completo de remodelación ósea puede requerir únicamente dos o tres meses o
durar mucho más, La destrucción de la matriz por los osteoclastos se denomina resorción ósea se
adhieren firmemente a la superficie ósea en el endostio o el periostio y forman un sello
impermeable en los límites de su borde arrugado.
Factores que afectan el crecimiento y remodelación del hueso

El metabolismo óseo normal- el crecimiento de los jóvenes y remodelación ósea de los adultos
depende de una serie de factores entre los que se incluye el consumo adecuado de minerales y
vitaminas y también los niveles suficientes de diversas hormonas.

Fractura y reparación del hueso

Existen distintas formas de clasificar las roturas de los huesos. Dependiendo del tipo de daño, se
clasifican de la siguiente manera:
1. Fractura completa: El hueso se rompe en dos partes.
2. Fractura en tallo verde: El hueso se rompe, pero no se separa en dos partes. Es típica de los
niños.
3. Fractura simple: El hueso se quiebra, por una parte.
4. Fractura conminuta: El hueso se quiebra en más de una parte o se astilla.
5. Fractura abierta: El hueso sobresale a través de la piel.
6. Fractura cerrada: Hay rotura, pero no sobresale el hueso por la piel.

Fracturas por estrés


Son las que se dan al ejercer presión de forma repetitiva en los huesos. Se pueden distinguir dos tipos:
1. Fracturas por debilidad: por haber algún tipo de deficiencia ósea que debilite los huesos,
como la osteoporosis.
2. Fracturas por fatiga: a causa de una actividad exagerada y repetitiva. Es frecuente en los
deportistas o en aquellas personas que realizan actividades físicas de manera frecuente.

Las tres opciones principales para el tratamiento de fracturas de huesos son:

1. Inmovilización con férula.

2. Reducción abierta y fijación interna. Requiere una operación quirúrgica para reparar la
fractura. Con frecuencia se utilizan varillas de metal, tornillos o placas para reparar el hueso,
los cuales se mantienen fijos, debajo de la piel, después de la cirugía. Este procedimiento se
recomienda en los casos de fracturas complicadas que no se pueden realinear (reducir) con
una férula, o cuando el uso prolongado de una férula no es recomendable.

3. Reducción abierta y fijación externa. Requiere una operación quirúrgica para reparar la
fractura y la colocación de un aparato para fijación externa del miembro fracturado. Este
aparato es un marco externo que sostiene al hueso y lo mantiene en la posición correcta
mientras se consolida. Por lo general, esta técnica se aplica a las fracturas complejas que no
pueden repararse por medio de la reducción abierta y la fijación interna.
Ejercicios y el tejido óseo

Dentro de ciertos límites, los huesos pueden modificar su resistencia en respuesta a cambios en los
esfuerzos mecánicos. Cuando el tejido óseo es sometido a éstos, inicia un proceso de adaptación
para adquirir más resistencia mediante mayor depósito de sales minerales y producción de fibras
de colágena. Los esfuerzos mecánicos producen otro efecto que consiste en aumentar la
producción de calcitonina, hormona que inhibe la resorción ósea. Cuando no hay tales esfuerzos,
los huesos no se remodelan de manera normal porque la resorción supera la formación ósea. La
falta de esfuerzos mecánicos debilita los huesos por efecto de la desmineralización (pérdida de
minerales óseos) y la reducción del número de fibras de colágena.

Tejido Óseo y el envejecimiento


Del nacimiento a la adolescencia, el cuerpo produce más tejido óseo que el que pierde con la
remodelación. En adultos jóvenes, la formación y resorción óseas tienen ritmo casi idéntico. Al
disminuir la concentración de esteroides sexuales durante la edad madura, sobre todo en mujeres
postmenopáusicas, se reduce la masa ósea porque la resorción es mayor que la formación de
hueso. En la edad avanzada, la pérdida de hueso por resorción ocurre con mayor rapidez que la
formación de tejido óseo. Generalmente, los huesos son más pequeños y tienen menor masa en las
mujeres que en los varones, de modo que el desgaste de masa ósea por lo regular tiene mayores
efectos adversos en ellas.
El envejecimiento causa dos efectos principales en el tejido óseo: reduce su masa y los hace más
frágiles. La disminución del volumen se debe a que la matriz ósea pierde calcio y otros minerales
(desmineralización).

El segundo efecto principal del envejecimiento en el sistema esquelético (la fragilidad) se debe a
la disminución de la síntesis de proteínas, que reduce la porción orgánica de la matriz ósea, en
particular las fibras de colágena, que confieren a los huesos la resistencia a la tensión. En
consecuencia, los minerales inorgánicos constituyen un porcentaje cada vez mayor de la matriz
ósea. La pérdida de resistencia a la tensión hace que los huesos se vuelvan muy frágiles y propensos
a fracturas.

En algunos ancianos, se desacelera la síntesis de fibras colágenas, en parte a causa de la menor


producción de hormona del crecimiento. Además de la mayor susceptibilidad a las fracturas, la
pérdida de masa ósea provoca deformidades, dolor, rigidez, disminución de estatura y caída de los
dientes.
RESUMEN CAPITULO 7
El Sistema Esquelético: Esqueleto Axial
Tipos de Huesos
Los huesos del esqueleto se pueden clasificar por su forma, como verás a continuación:

1. Huesos Largos: constan de una zona cilíndrica (la diáfisis) y dos extremos, llamados cada
uno epífisis.
2. Huesos Cortos: estos tipos de hueso se caracterizan por tener una forma algo irregular y
no son simplemente una versión más corta de un tipo de hueso largo.
3. Huesos Planos: se encuentran dondequiera que se necesite protección de partes blandas
del cuerpo o un lugar para inserción muscular extensa.
4. Huesos Irregulares: comprende huesos de forma característica y diferente.
5. Huesos Sesamoideos: huesos pequeños y redondeados que se encuentran junto a las
articulaciones, y tienen la función de incrementar la función de palanca de los músculos.

Accidentes de la superficie ósea


Los accidentes óseos aparecen donde se insertan los tendones, ligamentos y fascias, o donde las
arterias se hallan adyacentes a los huesos o penetran en ellos. Otras formaciones están en relación
con el paso de un tendón o para controlar el tipo de movimiento que ocurre en una articulación.
Algunos de los accidentes más comunes son: depreciones y apofisis.
Cráneo
El cráneo se localiza antes de la columna vertebral y es una estructura ósea que encierra al encéfalo.
Su función es la de proteger al encéfalo y proveer un sitio de adhesión para los músculos faciales.
Las dos regiones del cráneo son la región craneal y la facial. La porción craneal es la parte del
cráneo que aloja directamente el encéfalo y la porción facial comprende el resto de los huesos del
cráneo
La función del cráneo es darle forma a nuestra cara y brinda protección al cerebro, un órgano
muy sensible e imprescindible para la vida. Lo protege de golpes y otros daños.

Los huesos de la cabeza son1. Huesos del cráneo (8):

- Frontal

- Temporal (2)

- Occipital

- Etmoides

- Esfenoides

2. Huesos de la cara (14):


- Palatino (2)

- Vómer

- Lagrimal o Unguis (2)

- Nasal (2)

- Cornete inferior (2)

- Maxilar superior (2): Sostiene a los dientes superiores. Se extiende alrededor de


la cavidad nasal y conecta los huesos de los pómulos y el cuenco de los ojos.

- Maxilar inferior o Mandíbula: El único hueso que es móvil en el cráneo es el


maxilar inferior. Los huesos craneales conforman la parte superior y los
órganos auditivos. Mientras que los huesos faciales son el marco de la cara y
nos proporcionan soporte a los músculos de las expresiones faciales.

- Cigomático o Malar (2)

3. Huesos del oído (6):

- Martillo (2)

- Yunque (2)

- Estribo (2)

4. Hueso hioides (1)

5. Huesos Parietales

Estos huesos forman los lados del cráneo y conectan con la parte superior de la cabeza. Se
extienden desde la parte trasera del cráneo hasta la parte posterior de la mandíbula inferior.

EL DATO
Ocho huesos articulan la cavidad del cráneo y son frontal, parietal, dos temporales, un occipital,
esfenoides, etmoides y sutúrales.

Paladar Hendido

El paladar hendido y el labio leporino son defectos congénitos. Ocurre cuando el labio superior y
el paladar no se desarrollan correctamente. Esto sucede en los primeros meses de embarazo. Un
bebé puede tener paladar hendido o labio leporino o ambos.
El labio leporino ocurre cuando el tejido que forma el paladar y el labio superior no se unen antes
del nacimiento. Esto causa una abertura en el labio superior. Esta abertura puede ser pequeña o
puede ser una grande que va desde el labio hasta la nariz. Puede ser en un lado u otro del labio, o
con menor frecuencia, en el medio del labio.

Algunos niños con labio leporino pueden tener el paladar hendido. Esto sucede cuando el tejido
que forma el paladar no se une correctamente. Algunos bebés pueden tener estas hendiduras en la
parte de adelante o atrás del paladar. Otros solo tienen una parte del paladar hendida.

Síndrome de la articulación temporomandibular

Los trastornos temporomandibulares, comúnmente llamados trastornos de la ATM, son unas


alteraciones que causan dolor y disfunción en las articulaciones y los músculos que controlan el
movimiento de la mandíbula. Este problema, parece ser más común en mujeres que en hombres y
es con frecuencia objeto de consulta al cirujano maxilofacial.
Este tipo de alteraciones se dividen en tres categorías:
1. El dolor Miofascial, que produce dolor en los músculos que controlan la mandíbula.
2. Una asimetría interna causada por un disco desplazado, la mandíbula dislocada o lesiones
del cóndilo.
3. Alteraciones degenerativas e inflamatorias de las articulaciones temporomandibulares.

Tabique Nasal Desviado


Un tabique nasal desviado se produce cuando la delgada pared entre las fosas nasales (tabique
nasal) se desplaza hacia un lado. En muchas personas, el tabique nasal se desplaza o desvía, y esto
hace que una de las fosas nasales se achique.

Orbitas
1. Pared Superior: Es muy cóncava y está formada especialmente por la bóveda orbitaria del
hueso frontal, y en parte por la cara inferior del ala menor del esfenoides. En esta bóveda
y en la parte medial se encuentra la fosita troclear para la polea de reflexión del músculo
oblicuo superior del ojo, y en la parte lateral encontramos la fosa para la glándula lacrimal.

2. Pared Inferior: También es cóncava y tiene forma de plano inclinado hacia abajo, afuera y
delante. Formada por el plato orbital del maxilar junto con el cigomático, y en su límite
posterior encontramos la apófisis orbitaria del palatino. Es el techo del seno maxilar. En
sus dos tercios posterolaterales, el suelo está separado de la pared lateral por la fisura orbital
inferior por lo que la división maxilar del trigémino entra en la órbita..

3. Pared Medial: Es muy delgada, plana y paralela al plano medio. Formada por el hueso
etmoides, juntamente con las contribuciones de los huesos frontal, lagrimal y esfenoides.
La parte anterior está intentada por la fosa del saco lacrimal y la porción proximal del
conducto naso lagrimal.

4. Pared Lateral: Está formada por la apófisis frontal del hueso cigomático y el ala mayor de
esfenoides. La pared lateral es más fuerte y gruesa, y la más vulnerable a los golpes y el
traumatismo directo. Separa la órbita de las fosas temporal y craneal media.
Pasos y canales de la cavidad orbitaria
Son básicamente nueve y aseguran las comunicaciones con las fosas nasales, la parte media de la
base del cráneo y la fosa pterigoidea-palatina.
Los que más destacan son:
1. El conducto óptico. Por él pasa el nervio óptico, (II nervio craneal), la arteria oftálmica y
una rama orto simpática destinada al globo ocular)
2. La hendidura esfenoidal. Deja paso a: Tres nervios motores del globo ocular Ramas
(lacrimal, frontal y nasal) del nervio Willis)
Rama orto simpática destinada al ganglio ciliar.
Venas oftálmicas superior e inferior. La arteria meníngea media.
3. La fisura orbitaria inferior. Por ella pasan dos ramas del nervio maxilar superior y del
Ganglio de Meckel.

conductos
La órbita presenta además dos conductos etmoidales, un conducto nasal para el canal lacrimal,
una escotadura supraorbitaria, un conducto suborbitario y un conducto malar para el nervio
maxilar superior.
Suturas
Una sutura es una articulación inmóvil en el adulto, que se encuentra únicamente entre los
huesos del cráneo y permite mantenerlos unidos entre sí. Las suturas en el cráneo de los lactantes
y los niños generalmente son móviles. Los nombres de muchas suturas provienen de los huesos
que unen. De las numerosas suturas que se encuentran en el cráneo vamos a identificar las cuatro
más destacadas:
1. La sutura coronal (en forma de corona), que une el frontal con los parietales también
llamada frontoparietal.
2. La sutura sagital (en forma de saeta), que une ambos parietales en la línea media
superior del cráneo. Su nombre se debe a que en los lactantes, antes de que los huesos
craneanos estén firmemente unidos, las suturas y las fontanelas asociadas forman una
imagen que se parece a una flecha. También llamada interparietal.
3. La sutura lambdoidea une los dos parietales con el hueso occipital. El nombre de esta
sutura se debe a que se parece a la letra griega Lambda (A). Pueden aparecer huesos
naturales tanto en en la sutura sagital como en la lambdoidea. También llamada
parietooccipital.
4. Las suturas escamosas unen los huesos temporales con los parietales en la cara lateral
del cráneo.

Senos Paranasales
Los senos paranasales son cavidades ubicadas en ciertos huesos del cráneo y la cara cerca de la
cavidad nasal. Además de la producción de moco, los senos paranasales actúan como una caja de
resonancia para el sonido cuando una persona habla o canta.
Sinusitis
Las secreciones producidas por las mucosas de los senos paranasales drenan hacia la cavidad nasal.
La inflamación de dichas mucosas por un proceso alérgico o infeccioso se denomina sinusitis.

Fontanelas
En el momento del nacimiento, existen espacios formados por tejido mesenquimatoso
denominados fontanelas entre los huesos del cráneo. Las fontanelas son áreas de mesénquima no
osificado. Al final serán reemplazadas por hueso gracias a osificación intramembranosa y se
formarán así las suturas
Si bien un lactante puede tener muchas fontanelas en el nacimiento, seis de ellas presentan forma
y localización constantes.
1. La fontanela anterior es impar y la más grande; se ubica en la línea media,
entre ambos huesos parietales y el frontal. Tiene una forma aproximadamente
romboidal.
2. La fontanela posterior es impar y está ubicada en la línea media entre ambos
huesos parietales y el occipital.
3. Las fontanelas anterolaterales o esfenoidales están ubicadas en la parte lateral del

cráneo, entre los huesos frontal, parietal, temporal y esfenoides. Son pequeñas y de
forma irregular.
4. Las fontanelas mastoideas o posterolaterales se localizan lateralmente entre los
huesos parietal, occipital y temporal y son de forma irregular. Empiezan a cerrarse
entre el primero y segundo mes del nacimiento.
Hueso Hioides

El hueso hioides, es un hueso delgado y en forma de U. Está suspendido justo debajo de la


mandíbula. Este hueso no está unido directamente con ningún otro hueso.
En unión con los músculos que se insertan en él, el hueso hioides cumple dos importantes
funciones: Sostiene la lengua, que se encuentra encima de él, y sostiene la laringe que cuelga
debajo de él. También transmite la fuerza de los músculos que ayudan a abrir la mandíbula

Columna Vertebral

La columna vertebral está dividida en varias secciones. Las vértebras cervicales forman el cuello.
Las vértebras torácicas comprenden la porción del tórax y tienen costillas adheridas a ellas. Las
vértebras lumbares son las vértebras restantes que están por debajo del último hueso torácico y
en la parte superior del sacro. Las vértebras sacras están rodeadas por los huesos de la pelvis y el
cóccix representa las vértebras terminales o rastros de la cola.

Columna vertebral adulta (26 huesos): 7 vértebras cervicales, 12 vértebras torácicas, 5 vértebras
lumbares, el sacro y el cóccix.
Curvatura normal de la columna vertebral
La columna humana cuenta con dos tipos principales de curvaturas: anteroposteriores y
laterolaterales.
Curvaturas anteroposteriores
Se describen dos tipos de curvaturas: cifosis y lordosis. La cifosis es la curvatura que dispone al
segmento vertebral con una concavidad anterior o ventral y una convexidad posterior o dorsal.
La lordosis, al contrario, le da al segmento vertebral una convexidad anterior o ventral y una
concavidad posterior o dorsal. La columna vertebral humana se divide en cuatro regiones, cada
una con un tipo de curvatura característica:

 Cervical: lordosis.
 Torácica: cifosis.
 Lumbar: lordosis.
 Sacro-coccígea: cifosis.
En el recién nacido humano, la columna cervical sólo cuenta con una gran cifosis. La lordosis
lumbar y cervical aparecen luego.
Curvaturas laterales
En los seres humanos, la columna vertebral presenta una curvatura torácica imperceptible de
convexidad contralateral al lado funcional del cuerpo. Debido al predominio de la condición
diestra en la población, la mayoría presenta una curvatura lateral torácica de convexidad derecha

Disco intervertebral

Un disco intervertebral es cada una de las almohadillas que separan las vértebras de la columna
vertebral. Cada uno forma un amortiguamiento cartilaginoso que organiza y permite ligeros
movimientos de las vértebras y actúa como un ligamento que las mantiene juntas.

Partes de una vértebra típica

Las vértebras son aquellos huesos que conforman la columna vertebral. Su gran particularidad es
su resistencia ya que, un pequeño pedazo de hueso puede soportar un peso de hasta nueve mil
kilogramos (9 toneladas).

Cuerpo: Es la porción con más volumen de la vértebra y la que ayuda a dar solidez y resistencia a
la columna vertebral. Posee forma cilíndrica y como es la parte central solida de una vértebra es la
que soporta peso. En sus superficies dorsales se originan los pedículos del arco.

Arco vertebral: Es el agujero o apertura que se encuentra conformado por el cuerpo y el arco
vertebral, el cual empieza en la primera vértebra cervical y sigue hasta la quinta vértebra lumbar.

Se encuentra traspasado por la vena, arteria y el nervio vertebral y en su interior se localiza la


médula espinal la cual está asociada a las meninges que la contienen. Pedículos Son las dos
porciones óseas estrechas y delgadas que a cada uno de sus lados unen la base de las apófisis
transversas y las dos apófisis articulares que corresponden a la parte lateral y posterior del cuerpo
vertebral, por lo que son los limites laterales del agujero de la vertebra.
Láminas vertebrales
Las láminas vertebrales son dos: una ubicada a la derecha y la otra a la izquierda. Tienen formas
cuadradas y aplanadas constituyendo la mayor parte de la pared posterolateral del agujero
raquídeo.

Apófisis: Son denominadas de esa manera porque tienen como función la articulación de las
vértebras entre sí y son en total cuatro: dos ascendentes o superiores y dos descendentes o
inferiores.

Las apófisis articulares se encuentran simétricamente situadas a cada lado del agujero vertebral
articulándose así las superiores con las inferiores de la vertebra inmediata superior y viceversa.

Apófisis transversas
No son más que unas prominencias que se encuentran a los lados. A esta parte también se le conoce
como el cuerpo vertebral.

Apófisis espinosa
Es una prominencia posterior que se encuentra incorporada por la lámina.

Regiones de la columna vertebral

Región cervical
Las vértebras cervicales poseen el foramen transverso por donde transcurren las arterias
vertebrales que llegan hasta el foramen magno para finalizar en el polígono de Willis. Estos
forámenes son los más pequeños, mientras que el foramen vertebral tiene forma triangular.

Región torácica o dorsal

Los doce huesos torácicos y sus procesos transversos tienen una superficie para articular con las
costillas. Alguna rotación puede ocurrir entre las vértebras de esta zona, pero en general, poseen
una alta rigidez que previene la flexión o la excursión excesiva, formando en conjunto a las
costillas y la caja torácica, protegiendo los órganos vitales que existen a este nivel (corazón,
pulmón y grandes vasos).
Región lumbar
Las cinco vértebras tienen una estructura muy robusta, debido al gran peso que tienen que soportar
por parte del resto de vértebras proximales. Permiten un grado significativo de flexión y extensión,
además de flexión lateral y un pequeño rango de rotación. Es el segmento de mayor movilidad a
nivel de la columna
Región sacra
Son cinco huesos que en la edad madura del ser humano se encuentran fusionadas, sin disco
intervertebral entre cada una de ellas.
Coxis
En general, son cuatro vértebras (en casos más raros puede haber tres o cinco) sin discos
intervertebrales. Muchos animales mamíferos pueden tener un mayor número de vértebras a nivel
de esta región, que reciben el nombre de vértebras caudales. El dolor a nivel de esta región se
denomina coccigodinia, el cual puede ser de diverso origen.

Tórax

El tórax, coloquialmente conocido como pecho, tiene en el interior una estructura ósea que lo
conforma y le da soporte, a esta estructura se le conoce como caja torácica o tórax óseo. La caja
torácica tiene una forma que recuerda someramente un cono ya que crece de ancho
inferiormente, y forma una cobertura cuyas funciones principales son:

1. Proteger los órganos vitales de la cavidad torácica como el corazón, los


pulmones y los grandes vasos sanguíneos.
2. Soporta la cintura escapular del hombro y a las extremidades superiores.
3. Proporciona los puntos de anclaje de muchos músculos del cuello, espalda,
tórax y hombros.
4. Finalmente, los espacios intercostales (entre las costillas) están ocupados por
los músculos intercostales que levantan y deprimen el tórax durante la
respiración.

Esternón

Yace en la línea media anterior del tórax con una forma que recuerda vagamente un puñal. Es un
hueso plano de unos 15 cm de longitud y ha sido el resultado de la fusión de tres huesos:

1. El manubrio: que es la porción superior, recuerda el nudo de una corbata y


articula con las clavículas por la vía de las muescas claviculares. También articula
con las dos primeras costillas superiores.
2. El cuerpo: es la porción media y forma la mayor parte de la masa del esternón.
Sus zonas laterales presentan muescas donde articulan las costillas desde la
segunda a la séptima.

3.- Apófisis xifoides: constituye el final inferior del esternón, es pequeño, variable en la forma, y
está constituido por cartílago hialino durante la infancia y la juventud, pero normalmente se
osifica en el adulto. Esta apófisis articula solamente con el cuerpo del esternón y sirve como
punto de anclaje de algunos músculos abdominales.

Costillas

Forman los lados de la caja torácica, son 12 pares, todas se anclan a los cuerpos y a las apófisis
transversales de las vértebras torácicas, y se curvan inferiormente hacia la superficie anterior
corporal. Los primeros 7 pares superiores se anclan directamente al esternón a través de cartílagos
costales independientes (barras de cartílago hialino que dan una unión segura pero flexible) y por
ello reciben el nombre de costillas verdaderas. Los restantes 5 pares (8 a 12) no se anclan
directamente al esternón, o bien lo hacen indirectamente (8 a 10), o bien no tienen conexión alguna
con el esternón (11 y 12) y por ello se les llama en conjunto costillas falsas. Entre las costillas
falsas, los 2 últimos pares (11 y 12) no tienen anclaje anterior alguno con el esternón y esto las
hace costillas flotantes. Note que los pares del 8 al 10 están solidarios al esternón a través de la
unión de su cartílago costal con el de la costilla inmediatamente superior. En las costillas flotantes
sus cartílagos costales yacen embebidos en los músculos de las paredes laterales del cuerpo.

En la estructura general de la costilla se pueden diferenciar ciertas partes significativas que son:
1. Cabeza: es el extremo más posterior de la costilla y tiene dos facetas articulares, una
2. articula con el cuerpo de la vértebra torácica del mismo número y la otra con el cuerpo de
la vértebra inmediatamente superior.
3. Cuello: es una zona constreñida de la costilla que está justo a continuación de la cabeza.
4. Tubérculo: yace lateralmente en el cuello y articula con la apófisis transversal de la vértebra
torácica del mismo número.
5. Ángulo: es la zona del cuerpo de la costilla a continuación del cuello que se curva
bruscamente hacia adelante.

Fracturas costales luxaciones y separaciones

Es la lesión más frecuente en los traumatismos toráxicos. Las fracturas costales son excepcionales
en los menores de 15 años, por la gran elasticidad del tórax, y son muy frecuentes por encima de
los 40 años.

La subluxación costal: implica desprendimiento del cartílago del esternón.

La separación o luxación costal: implica desprendimiento de la costilla y de su cartílago costal.


RESUMEN CAPITULO 8
El Sistema Esquelético: Esqueleto Apendicular
El esqueleto apendicular comprende los huesos de los miembros superiores e inferiores, así como
los huesos de las dos cinturas que unen los miembros del esqueleto axial. Los huesos del esqueleto
apendicular están unidos entre si y a los músculos esqueléticos permitiéndoles caminar, escribir,
usar el ordenador, bailar, nadar o tocar un instrumento musical

Cintura Escapular
La cintura escapular es el segmento proximal del miembro superior. Se extiende desde la base del
cuello hasta el borde inferior del músculo pectoral mayor.
Fija la articulación glenohumeral al tronco, de manera que constituye la comunicación entre el
miembro superior o torácico y el tronco.
La cintura escapular se encuentra formada por la escápula y la clavícula.
Se divide en tres regiones: anterior o axilar, media o deltoidea y posterior o escapular.

Clavícula
La clavícula es un hueso que discurre horizontalmente entre la parte superior del esternón y el
omóplato (o escápula). La clavícula ayuda a conectar el brazo con el resto del cuerpo.
Escapula
La escápula es el hueso grande y plano, formado como un triángulo y situado a cada lado de la
parte superior de la espalda. Una fractura escapular también afecta otras partes del cuerpo,
particularmente la clavícula, el húmero, los pulmones y el pecho.

Miembro (extremidad) superior

Humero

El Húmero (en latín, humerus) es el hueso más largo de las extremidades superiores en el ser
humano. Forma parte del esqueleto apendicular superior y está ubicado en la región del brazo.

El antebrazo está formado por dos huesos:

Cúbito

Es el hueso más interno situado en el antebrazo. En este hueso se distinguen las siguientes partes:

 Cara anterior: ligeramente excavada por arriba y redondeada hacia abajo.


 Cara posterior: dividida por una cresta longitudinal en dos partes, interna y externa.
 Cara interna: sirve para inserciones musculares.
 Borde anterior: es obtuso.
 Borde posterior: por arriba se divide en dos crestas que se dirigen hacia los bordes del
olecranon.
 Borde externo: Es la cresta interósea.
 Epífisis proximal: Se articula con la tróclea humeral. Presenta: olecranon, vértice o pico del
olecranon, apófisis coronoides, tubérculo coronoides, en su cara interna, cavidad sigmoidea
menor, en su cara externa, superficie su sigmoidea, por debajo, y cavidad sigmoidea mayor
del cúbito.
 Epífisis distal o cabeza del cúbito: apófisis estiloides, interna y dirigida hacia abajo y hacia
atrás, y canal para el tendón del músculo cubital posterior, por dentro y por detrás.

Radio
Es el hueso externo del antebrazo. En este hueso identificamos las siguientes partes:

 Cara anterior: se extiende desde la tuberosidad bicipital hasta la extremidad inferior del
hueso.
 Cara posterior: es redonda por arriba y excavada hacia su parte media.
 Cara externa: es convexa y redondeada.
 Borde anterior: se extiende desde la tuberosidad bicipital hasta la base de la apófisis
estiloides del radio.
 Borde posterior: acentuado en su parte media.
 Borde interno o interóseo: delgado y cortante. Se divide en la extremidad inferior del hueso.
 Epífisis proximal o superior: Cabeza del radio: cúpula del radio, para la articulación con el
cóndilo del húmero; superficie articular en el contorno de la cabeza para la cavidad
sigmoidea menor del cúbito.

Carpianos

La muñeca contiene ocho pequeños huesos formando una región que une el antebrazo y la mano.
Estos son los huesos del “carpo”, nombre con el que se denomina a esta región del miembro
superior.
La muñeca o carpo, se construye formando dos filas con los huesos del carpo. Podemos diferenciar
entre la fila proximal y la fila distal.
Los ocho huesos del carpo en cada una de las filas son:

 Fila proximal: Escafoides (1), semilunar (2), piramidal (3) y pisiforme (4).
 Fila distal: Trapecio (5), trapezoide (6), hueso grande (7) y hueso ganchoso (8).

Metacarpianos
Es el esqueleto de la mano que une al carpo con las falanges y consta de cinco huesos
metacarpianos. Las extremidades distales se articulan con la falange proximal y forman los
nudillos y las extremidades proximales se articulan con los huesos del carpo.
Los huesos del metacarpo sirven de sostén de la palma de la mano y permiten la inserción de
músculos para realizar movimientos como llevar el pulgar al centro de la palma o flexionar las
articulaciones metacarpianas.
En los metacarpianos describiremos un cuerpo o diáfisis, cuello o metáfisis y dos epífisis o
cabezas.

Falange
Las falanges son los huesos terminales de la extremidad superior. Hay catorce en total, con cada
dedo que tiene tres; una falange proximal, media y distal, con la excepción del pulgar, que sólo
tiene dos; Falange proximal y distal.

Cintura pélvica

La cintura pélvica es parte del esqueleto apendicular, y está formada por un par de huesos coxales
unidos entre sí anteriormente. Ambos huesos coxales se funden con el hueso sacro posteriormente,
y toda la estructura formada entre los tres huesos se conoce como la pelvis ósea o simplemente
pelvis.

Ilio

Es un hueso grande y abocinado que forma la región superior del hueso coxal. Se diferencian en
él un cuerpo y una aleta superior llamada ala. El borde superior del ala es grueso y se conoce como
cresta ilíaca ubicada inferior a la zona donde usted descansa las manos cuando las lleva a la cintura.
A lo largo de la cresta ilíaca se pueden diferenciar tres puntos de interés, una zona engrosada en la
parte superior conocida como tubérculo de la cresta ilíaca, una espina roma en el final anterior
llamada espina anterior superior ilíaca y una espina aguda en el final posterior llamada espina
posterior superior ilíaca. Ubicadas debajo de estas, están las menos prominentes espina anterior
inferior ilíaca y espina posterior inferior ilíaca. Todas las espinas sirven como puntos de anclaje
de varios músculos del tronco, cadera y muslo. La espina anterior superior ilíaca se puede palpar
fácilmente, e incluso, es visible a través de la piel en la gente delgada. Exactamente inferior a la
espina inferior posterior ilíaca, el ilio forma una muesca profunda conocida como muesca ciática
mayor a través de la cual entra al muslo el nervio ciático.

Isquion
El isquion constituye la parte posterior del hueso coxal, su forma recuerda someramente una L y tiene
un robusto cuerpo superior que se funde con el ilio y una rama delgada inferior que articula con el
hueso pubis anteriormente.

En el isquion se pueden notar tres puntos de interés importantes (figura 3):

1.- La espina isquiática: que se proyecta medialmente al interior de la cavidad pélvica, sirviendo como
punto de anclaje del ligamento sacroespinoso del sacro.
2.- La muesca ciática menor: ubicada inmediatamente inferior a la espina isquiática, por esta muesca
pasan varios nervios y vasos sanguíneos para atender el área anogenital.

3.- La tuberosidad isquiática: localizada en la superfice inferior del cuerpo del isquion y que resulta en
una zona escabrosa brillante y gruesa. La tuberosidad isquiática es la parte más robusta del hueso coxal
y recibe el peso completo del cuerpo superior cuando nos sentamos. Un poderoso ligamento corre
desde el sacro a la tuberosidad isquiática de cada isquion, el ligamento sacro tuberoso, importante para
mantener la integridad de la pelvis.

Pubis
El pubis o hueso púbico forma la parte anterior del hueso coxal. En esencia es un hueso con un cuerpo
aplanado del que salen en forma de V las ramas superior e inferior, y en la posisión antómica yace
próximo a la horizontal con la vejiga descansando sobre él.

El cuerpo del pubis yace medialmente y su borde anterior engruesa para formar la cresta púbica. En el
extremo lateral de esta cresta esta el tubérculo púbico, uno de los anclajes del ligamento inguinal.

Las dos ramas el pubis corren lateralmente para unirse con el cuerpo y la rama del isquion dejando en
medio una gran abertura conocida como forámen obturador. Aunque la aberura del obturador es
grande, a través de ella pasan unos pocos vasos sanguíneos y nervios, y está casi cerrada por una
membrana fibrosa en el cuerpo vivo.

Los cuerpos de los dos huesos púbicos se unen en la linea media de la pelvis formando la sínfisis púbica,
un disco de fibrocartílago. Inferior a la unión entre ellos, las ramas inferiores de los huesos
púbicos forman un arco con forma de V invertida lateral llamado el arco púbico (figura 5 abajo), la
agudeza del ańgulo formado es bastante diferente entre mujeres y hombres, siendo esto una pauta
importante para diferenciar la pelvis de ambos sexos.

Estructura de la pelvis
Estructuralmente la pelvis femenina difiere los suficiente de la masculina como para que un anatomista
entrenado pueda diferenciar a simple inspección si un esquleto es masculino o femenino. La pelvis
femenina refleja cambios estructurales importantes a fin de no solamente sostener el feto en crecimiento,
si no también, permitir su paso durante el nacimiento. La pelvis femenina tiende a ser más ancha, llana,
ligera y redondeada que la masculina.

Se dice que hay una pelvis falsa o mayor y una pelvis verdadera o menor separadas por la linea terminal,
un reborde o cresta continuo y ovalado que corre desde la cresta púbica a través de la linea arqueda y el
promontorio sacro (figura 2). La pelvis falsa es la porción superior a la linea terminal y está limitada por el
ala del ilio lateralmente y por las vértebras lumbares posteriormente, constituyendo en realidad parte del
abdomen y ayuda a soportar las vísceras abdominales.

La pelvis verdadera es la región inferior a la linea terminal y está rodeada de hueso casi completamente,
forma una suerte de "tazón" que contiene los órganos pélvicos.

Las dimensiones de la pelvis verdadera son cruciales para un parto sin complicaciones, ya que el bebé
debe pasar a esta pelvis para salir al exterior. Son particularmente importantes las llamadas entrada y
salida pélvicas.

La entrada pélvica es equivalente a la linea terminal y es más ancha en la dirección de derecha a izquierda
en el plano frontal, de modo que durante el nacimiento, típicamente, la cabeza del bebé pasa la entrada
pélvica con la frente "mirando" un ilio y la parte occipital "mirando" el otro, y así aprovechar la parte mas
ancha de la abertura

La salida pélvica es el margen inferior de la pelvis verdadera, limitada anteriormente por el arco púbico
(figura 5), lateralmente por los huesos isquiáticos y posteriormente por el sacro y el coxis. La dimensión
mayor de la salida pélvica es el diámetro anteroposterior y generalmente después que la cabeza del bebé
ha pasado la entrada pélvica esta gira un cuarto de vuelta para colocar la frente "mirando" posteriormente
y la parte occipital anteriormente para usar la dimensión mayor de la salida pélvica.

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