Videosfera y Sujeto Fractal
Videosfera y Sujeto Fractal
Videosfera y Sujeto Fractal
ROBLES LILIANA
ROZO ALEJANDRA
PULIDO NICOL
SALAMANCA JULIAN
QUIROGA PAULA
VARGAS KAROL
“La transcendencia ha estallado en mil fragmentos que son como las esquirlas de
un espejo donde todavía vemos reflejarse furtivamente nuestra imagen, poco antes
de desaparecer.” Iniciamos con esta cita para poder dar explicación de cómo el ser
humano ha empezado a crear un mundo por medio de lo virtual reproduciéndose
por la unión de fragmentos que son, como nos dice Baudrillard, “esquirlas de un
espejo”, pues las uniones de estas esquirlas llenas de información dan la creación
a un holograma que se puede interpretar como objeto fractal; éste se puede
entender como la unión de elementos con información que contiene pequeños
detalles sobre el objeto. De esta forma, por otro lado y muy de la mano, se genera
el sujeto fractal, que podemos interpretarlo como el individuo que está lleno de,
como se mencionaba anteriormente, “egos miniaturizados” o, en otras palabras,
llevándolo a la “vida real”; construcciones sociales sobre la imagen en sí, pero ésta
está creada en “cultivos biológicos” y saturada por medio de una reproducción
asexual, un poco similar al comportamiento Narciso, pero éste resulta ya no estar
interesado en una “imagen ideal” sino, en encontrar “una fórmula de reproducción
genética hasta el infinito”.
Nos encontramos en una era donde la clonación virtual tiene gran relevancia sobre
los que nos rodean, y en especial sobre nosotros mismos, haciéndolo ver como una
necesidad sin límite, llegando a tal punto de darse una desmultiplicación y darle más
importancia al querer estar presentes en múltiples pantallas, fieles a su propia
fórmula y su propio modelo; en este caso, ya no hay una necesidad de diferenciar
un sujeto del otro, pues la lucha ahora trata de la diferencia interna de éste en su
propia fórmula de síntesis, según Baudrillard “alienados, nosotros ya no lo estamos
a los otros y por los otros, lo estamos a nuestros múltiples clones virtuales”. Por lo
siguiente dicho, vean el video que les vamos a presentar en la pantalla de cómo es
la idea de un sujeto fractal y cómo hemos llegado a ser una extensión más de las
máquinas por Jorge Bot.
“El horizonte sexual y social de los otros ha desaparecido virtualmente y el
horizonte mental se ha restringido a la manipulación de la imagen y de las
pantallas.” Con base a esto, Jean Baudrillard se pregunta: ¿Por qué debería
preocuparse por el sexo y el deseo? Debido al constante manejo de las redes
sociales, se ha ido generando un desafecto entre las personas, un individualismo
provocado por el espacio donde se desenvuelven. Tanto así, que se ha creído en
la inserción de una “prótesis mecánica” que se puede interpretar como una
extensión invisible del cuerpo, algo inherente al ser humano, como lo es la
tecnología (todo lo que sea un Smart); insertado en nuestro cerebro, en nuestro
espacio vital, haciendo al hombre mismo exorbitado y volviéndolo excéntrico,
desconociendo a éste sobre el mundo. Podemos ver un ejemplo en el siguiente
Fragmento de “Black Mirror - Blanca navidad”, miren al televisor.
“Ya no está inscrito en ningún sitio, está exinscrito en su propio cuerpo, en sus
propias funciones”. Ahora bien, se empieza a dar una desmultiplicación fractal de
la imagen y de las apariencias del cuerpo. Todos los cuerpos de cerca se llegan a
asemejar y desde un primer plano cualquier parte del cuerpo se convierte en
obsceno, se vuelve un sexo, se vuelve llamativo el querer ver desde muy cerca el
detalle de lo que lo compone, un valor casi sexual. Se construye una sociedad de
imágenes ficticias, fingidas, artificiales, “asexuadas, como las imágenes porno por
exceso de verdad y de precisión”. Se pierde la autenticidad de poder al
expresarnos tal y como somos, nos volvemos marionetas de nuestro propio
invento, insignificantes que por tratar de proyectar por medio de una pantalla
aparentamos ser algo que no somos. Baudrillard nos dice “Buscamos la
desmultiplicación en objetos parciales y la satisfacción del deseo en la sofisticación
técnica del cuerpo”.
Hoy en día ninguna actividad del ser humano se puede realizar sin ser registrada
en video y/o proyectada en una pantalla; “no para verse o reflejarse con la distancia
y la magia del espejo, sino como refracción instantánea y sin profundidad”.
Actividad por inercia que se genera en nuestro cerebro llevándonos a grabar todos
lo que hacemos por doquier, sin tener una idea comunicativa e informativa; la única
intención es el estar insertados en sí mismos en una pantalla de refracción estática
que ya no tiene nada de la imagen. El estadio video ha reemplazado el estadio del
espejo.
Se ha creado una video cultura, la cual empieza a realizar copias de los objetos y
un cliché de sí mismo que se capta a través de la vista donde hay una pantalla,
más no una mirada, pues la “mirada” ya no es tan detenida o detallista como lo
solía ser, sino que ahora es más rápida, menos detallada, no importa lo que ésta
contenga; llegando así a “un coma imaginario de la pantalla” que no nos deja
traspasar ni ir más allá. Observen el siguiente video que proyectaremos conocido
como ‘I’m Popy’. Por preste atención. En el video se puede observar cómo se ha
empezado a comunicar información vacía, sin sentido alguno.
Lo que lleva al hombre a cuestionarse ¿Soy un hombre, soy una máquina? Estos
dos van alineados formando un circuito integrado; en la realidad somos hombres,
virtualmente somos una máquina. Es por esto que sentimos que no estamos
viviendo cuando no estamos rodeados de estas máquinas; y es cuando nos
cuestionamos si realmente somos libres, si somos un objeto o un sujeto. Queremos
mostrarles otro fragmento de Black Mirror de la temporada 1 que se llama “Toda
tu historia”, por favor miren al televisor. Éste es un breve ejemplo futurista de cómo
el sujeto se ha vuelto alienado al objeto.
Como contrapunto, estas máquinas pueden aniquilar la posibilidad del tiempo libre,
pues éste ya no se puede plantear en un espacio interactivo ya que todo nuestro
entorno está rodeado de máquinas llevándonos a comunicar todo acontecimiento
que suceda. “Ya no creemos en una esencia propia del tiempo. Ya no creemos en
la libertad de un sujeto que gozaría de su propio vacío, de su ausencia, aun
efímera, en el loisir”.
No podemos separar el ente interactivo del comunicativo porque corremos el riesgo
de entrar a un lugar en el que nos desconectemos completamente del mundo ya
que no podemos abstraernos mentalmente; en pocas palabras, la diversión está
en un tiempo pasado, pues nuestro “tiempo actual” transcurre pendiente de las
redes sociales. “Prohibido desligarnos, en la vida social activa, interactiva,
informativa. Y también en nuestro lecho de muerte.”.