Pablo Duggan - Quién Mató A Nisman PDF
Pablo Duggan - Quién Mató A Nisman PDF
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MATÓ A
NISMAN?
PABLO DUGGAN
Duggan, Pablo Tomás
¿Quién mató a Nisman? / Pablo Tomás Duggan. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de
Buenos Aires : Pablo Tomás Duggan, 2018.
Libro digital, EPUB
A Raúl ‘Tuny’ Kollmann. Escribir este libro hubiese sido imposible sin su apoyo
y guía. Sus artículos en Página/12 sobre el tema han sido de consulta
permanente, muchos de ellos están citados en este libro. El trabajo de Irina
Hauser en el mismo diario ha sido igualmente notable.
A todas las fuentes relacionadas con el caso, para preservarlas no las nombro,
que han contribuido de manera vital para alcanzar el conocimiento necesario
sobre la causa. Soy consciente de los años de desazón y sufrimiento que este
hecho les ha provocado a algunos de ellos. La verdad tarda, pero siempre llega.
Lo saben.
A mis amigos, familiares y compañeros de trabajo, todos conocen la cantidad de
tiempo y dedicación que exige la locura de escribir un libro sobre este caso.
Tiempo, atención y presencia son el precio que los más cercanos pagan. Gracias
por la paciencia.
Prólogo
Es una tragedia para nuestro país que, a casi cuatro años de la muerte del fiscal
Alberto Nisman, todavía la Justicia no haya dado certeza alguna de lo ocurrido.
Los argentinos aceptamos mansamente que los casos judiciales de gran impacto
en la opinión pública jamás sean resueltos. Esto tiene una explicación: la
exposición de un expediente judicial al análisis diario por parte del periodismo, y
su ávido consumo por la ciudadanía, provoca efectos devastadores sobre la
búsqueda de la verdad. El caso judicial se convierte en un producto demasiado
atractivo. Lo utiliza el periodismo para aumentar sus ingresos, señalando
culpables que la gente ha elegido. Lo utiliza la política para perjudicar
competidores o beneficiar posiciones propias. Lo utilizan jueces y fiscales, que
se posicionan para que sus decisiones tengan un impacto positivo en la opinión
pública, de manera tal de no perjudicar sus carreras profesionales. En todos los
casos, la verdad pasa a un segundo plano. ¿Quién puede preocuparse por la
verdad cuando existe la oportunidad de romper el record de ventas o rating? ¿A
quién le preocupa que se inculpe a un inocente, si eso procura la destrucción de
un adversario político? ¿Cuál es el problema de emitir un dictamen o fallo
injusto, si el poder de turno y los medios lo festejan? La gran trascendencia
pública de un caso garantiza que nunca se descubrirá la verdad, porque ésta pasa
a un segundo plano.
El caso Nisman es el mejor ejemplo. Es un caso perfecto de mezcla de dos
fenómenos muy actuales en el periodismo mundial: las ‘fake news’ (noticias
falsas) y la ‘noticia deseada’. Las fake news son noticias falsas utilizadas para
fidelizar audiencias; o sea, influir según los intereses políticos de quien emite
dicha falsedad. La noticia deseada es la toma de partido por parte del público,
eligiendo supuestos culpables o imaginando cómo ocurrieron los hechos de un
caso, sin tener prueba alguna.
“Yo no puedo decir si lo mataron, pero acabo de ver una serie en donde la mafia
rusa agarra a una persona, la sienta en una silla, le pone unos aparatos
especiales, le pone la pistola así y una persona totalmente cubierta tira de un
piolín y lo hace suicidar.”
PATRICIA BULLRICH,
MINISTRA DE SEGURIDAD DE LA NACIÓN, 2017
“El deceso del doctor Nisman no obedeció a una libre y voluntaria decisión,
sino a la acción de terceras personas.”
SANDRA ARROYO SALGADO,
21 DE ENERO DE 2015
LA MUERTE
El viaje que no fue
Buenos Aires, viernes 26 de diciembre de 2014. Melisa Engstfeld, una joven de
21 años, modelo de la agencia del manager Leandro Santos, llega alrededor de
las nueve de la noche a Puerto Madero. El taxi la deja sobre la calle Azucena
Villaflor, más o menos a mitad de cuadra. Sabe dónde ir, es la segunda vez que
va a comer al departamento del fiscal Alberto Nisman. Llega al complejo Le
Parc y se identifica en la entrada, le abren la puerta y va hacia la Torre
Boulevard. En la planta baja la espera el fiscal. Suben al piso 13, departamento
2. Comen sushi, charlan, toman vino blanco, uno carísimo, comprado
especialmente.
Se habían conocido dos meses atrás en el boliche Rosebar de Palermo, en un
after office. Melisa y varias chicas más cobraban dinero para estar en el VIP
acompañando mesas de importantes empresarios o de quien contratara su
‘presencia’. La mesa que el fiscal ocupa todos los jueves es una de ellas. Todas
las jóvenes, de alrededor de 20 años, pertenecen al staff de Leandro Santos.
Leandro y Alberto son muy amigos. Más adelante conoceremos cómo surge esta
particular relación entre un fiscal federal y un manager de modelos.
Alberto le cuenta a Melisa que en pocos días partirá de viaje con su hija mayor
Iara, de 15 años. Melisa está preocupada porque debe solicitar la visa para
ingresar a los Estados Unidos y cree que pueden rechazarla. El fiscal la
tranquiliza, va a lograr que le den un tratamiento VIP a través de sus amigos en
la Embajada; no tiene de qué preocuparse. Le pide que cuando vaya a la
entrevista y la reciba su amigo, le diga que va a viajar a Miami con él. Melisa
está contenta, se acercan las vacaciones. La esperan cortos viajes a distintas
playas, no quiere perderse ninguna fiesta electrónica de la temporada. Bromea
con Alberto, le promete llevarlo a la Fiesta Ultra de Miami, una de las fiestas
electrónicas más famosas del mundo. Pasada la medianoche se van a dormir,
Melisa se queda con Alberto, utiliza como pijama una de sus remeras. En la
mañana, la custodia del fiscal la lleva a su casa. Es la última vez que ve con vida
a Alberto Nisman.
Enero suele ser un mes tranquilo en la ciudad de Buenos Aires, mucha gente de
vacaciones desacelera el ritmo de la ciudad. Los mentideros políticos se
trasladan a Pinamar y Mar del Plata, mientras todos aprovechan para recuperar
fuerzas. En vísperas del año nuevo, nadie prevé lo que ocurrirá en pocos días.
Una denuncia y una muerte transformarán el clima político y marcarán el inicio
de una pelea feroz. Faltan pocos días para que se produzca un terremoto político.
Alberto Nisman, fiscal general a cargo de la Unidad Fiscal de Investigación del
caso AMIA, (a partir de ahora UFI-AMIA) y su hija Iara están a punto de viajar
rumbo a Londres. Este viaje es el sueño de la adolescente que acaba de cumplir
15 años. La ingeniería del periplo por el viejo continente no ha sido fácil, pero
parece satisfacer a todos. La dificultad mayor es la mala relación de Nisman con
su exmujer, la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado. El viaje de
Iara es un recorrido por Europa en dos etapas bien distintas. La primera, del 1º al
20 de enero con su padre y el resto, hasta el 1º de febrero, con su madre. El
cambio de acompañantes se hará en París. Su hermana Kala, de 8 años, participa
de la misma excursión, pero en forma inversa. Partirá el 10 de enero rumbo a
Barcelona junto a su madre para regresar a Buenos Aires con su padre el 23 de
enero. Los pasajes son adquiridos en el mes de agosto, Arroyo Salgado organiza
todo con mucho detalle y anticipación.
-Ahora que los rajaron a ustedes, vienen por mí –le dice Nisman a Mazzino. El
grado de cercanía y asociación que tenían los tres queda claro.
Es necesario estar en Buenos Aires para preparar la jugada. Pero el dilema que
enfrenta es serio: suspender el viaje de su hija de 15 años le produciría a la niña
una enorme desilusión, sumado a los problemas que le acarrearía con su
exmujer. A pesar de ello, cree haber encontrado una solución. En silencio, sin
que nadie de la familia o de su entorno lo sepa, toma forma su estrategia.
Nisman decide iniciar el viaje, pero volver antes de tiempo a Buenos Aires,
presentar la denuncia y luego retomar el paseo por Europa. Piensa que puede
hacerlo sin complicar los planes de Arroyo Salgado ni defraudar a su hija. Para
eso, antes de viajar, ordena a su secretaria la compra de dos pasajes para volver
de Ámsterdam a Buenos Aires vía Madrid el 11 de enero, con vuelta a París el
19 de enero. Así podría encontrarse con su exmujer tal como lo habían acordado
tiempo atrás.
La fecha de vuelta del viaje con Iara no es casual. En los últimos días del año,
Nisman llama insistentemente a la Procuración General de la Nación para
averiguar cuándo tomará sus vacaciones Gils Carbó. Se entera de que la vuelta
de la licencia se producirá el 11 de enero de 2015. Es el día en el que debe estar
de vuelta, no tiene dudas. Siente que debe anticiparse a su despido, después será
muy tarde. Por esos días una noticia parece confirmar sus peores miedos: la
Presidenta de la Nación ha convocado a los titulares de las entidades
representativas de la comunidad judía a una reunión. Los contactos de Nisman le
informan que allí habrá fuertes críticas a su labor y podría anunciarse su salida
de la fiscalía.
¿Está preparado el fiscal Alberto Nisman para enfrentar la tormenta política que
sobrevendrá como consecuencia de su denuncia? ¿Ha evaluado con realismo los
pros y contras de la jugada? ¿Se está dejando llevar por el miedo a perder su
fiscalía?
El primero de enero de 2015, Alberto Nisman y su hija Iara de 15 años despegan
desde el aeropuerto de Ezeiza con rumbo a la ciudad de Londres, en el Reino
Unido, por la empresa Iberia, tal cual ha sido planeado. El fiscal no está
tranquilo durante los primeros días del viaje. Continuamente se contacta, vía
mensajes o llamados, con las personas más cercanas y les relata sus temores. En
una llamada con su exmujer Sandra Arroyo Salgado comparte su miedo. Hablan
entre el 2 y el 9 de enero.
-No sé qué estoy haciendo acá en Europa, todos se quedaron en Buenos Aires a
pesar de la feria, son tiempos difíciles –le confiesa Nisman.
-Alberto disfrutá del viaje con tu hija, no seas tonto –intenta tranquilizarlo
Arroyo Salgado.
-No tenés de qué preocuparte, disfrutá tu viaje con tu hija, es muy especial.
Después, cuando volvés, ves qué pasa… Mirá, capaz hasta te hacen un favor
sacándote de la fiscalía –a pesar de sus intentos, Arroyo Salgado sigue notando
nervioso a su exmarido; se queda preocupada.
En esos días, Nisman se comunica con Soledad Castro y le avisa que va a volver
de sus vacaciones en forma anticipada. Arma reuniones para el 12 de enero en
Buenos Aires con sus colaboradores más cercanos. Siguiendo el itinerario
acordado, Nisman y Iara deben abandonar el 10 de enero la ciudad de
Ámsterdam. El siguiente destino iba a ser Andorra, un pequeño país donde
planeaban practicar esquí, deporte al cual son aficionados. En el aeropuerto de
Ámsterdam el viaje es sorpresivamente suspendido por Nisman. El fiscal decide
que tanto él como su hija Iara viajarán a Buenos Aires y volverán a Europa una
semana después. Cancelan la excursión de esquí. El viaje soñado por su hija
queda en el aire por unos días. Los motivos que alega el fiscal ante su hija son
confusos. Abordan un vuelo rumbo a Buenos Aires con una escala en la ciudad
de Madrid, España, donde deberán cambiar de avión. Aterrizan en el aeropuerto
de Barajas y se preparan para tomar el vuelo con destino a la Argentina.
perdí todo lo de Andorra pero a veces uno hace lo que puede y no lo que quiere. Iara una ídola yo
estaba muy angustiado por como lo iba a tomar pero me demostró una adultez y esta mucho mas
tranquila que yo. Cuando llegamos a buenos aires te hablamos.” *
*(EL MENSAJE ES TEXTUAL)
Arroyo Salgado recibe muy mal esta noticia, queda en estado de shock.
Suspender un viaje tan esperado, y que su hija considera tan importante, es una
enorme decepción para todos. No entiende cómo el padre de su hija puede
interrumpir el viaje de esta manera. Se siente defraudada y su enojo es
mayúsculo. Iara le cuenta que está desilusionada y triste. Arroyo Salgado le pide
que le exija a su padre que se comunique con ella en forma urgente. Por
problemas con los celulares esto se demora, pero finalmente Nisman la llama.
La conversación es corta. El fiscal le dice que están en el aeropuerto de Madrid
próximos a tomar un avión de regreso a Buenos Aires y que deben embarcar en
pocos minutos. Arroyo Salgado le reprocha la decisión de volver. Él contesta que
tiene que hacerlo porque a su mamá la van a operar, que la necesidad de la
operación ha surgido pocos días antes y que siente la necesidad de estar con ella
porque presiente que algo malo le puede pasar. A su exmujer la excusa le suena
rara, no le cree. Recuerda que a Sara Garfunkel la habían operado por una
cuestión traumatológica, aunque no imagina cuál puede ser la gravedad del caso,
pero prefiere no discutirlo en ese momento; siente que si resulta ser cierto y a su
exsuegra le llega a pasar algo de verdad, ella va a sentirse muy mal. Por ese
motivo, prefiere no intentar evitar la vuelta de Nisman. No obstante, le dice que
si es tan urgente y que, si sí o sí tiene que tomarse ese vuelo, por lo menos que
espere a que ella busque a Iara en Madrid o que le saque un pasaje a Barcelona.
La idea es no interrumpir las vacaciones de su hija. Alberto dice que es
imposible esperar porque ya tiene el pasaje y ha despachado las valijas. Sólo le
falta embarcar y debe hacerlo en ese momento. Dice que es imposible sacarle un
pasaje a Iara.
Sandra está impactada. Se siente molesta y triste y encima está frustrada por no
tener tiempo para discutir con Alberto. No tiene más remedio que resignarse, no
le cree sus razones, pero debe aceptarlas. Le dice que no hay problema, pero que
Iara puede quedarse en el aeropuerto y que ella va a ir a buscarla. Necesita que
bajen la valija de Iara del avión para que no se quede en Europa en pleno
invierno sin ropa. Cortan la comunicación con la decisión pendiente sobre lo que
va a hacer Iara. Alberto insiste en que es un lío que se quede, que es más fácil
volver a Buenos Aires y regresar en una semana. Sandra sigue enojada, no le
cree lo que le cuenta sobre su madre. No tolera lo intempestivo de la decisión.
Alberto ya le ha mentido otras veces, incluso cuando estaban casados.
Desesperada, decide llamar a su pareja, Guillermo Elazar, para pedirle ayuda. Le
pide que le saque un pasaje urgente de Barcelona a Madrid o le averigüe cómo ir
en auto. Apenas corta, entra un llamado de Alberto. A partir de ese momento
cruzan varios llamados y mensajes de WhatsApp. Se amenazan mutuamente con
acciones judiciales. La situación entre los dos es muy tensa. Finalmente,
acuerdan que Iara se quede sola en el salón VIP de Iberia esperando la llegada de
su madre a Madrid. Ella le pide que le deje dinero para solventar todos los gastos
que tendrán para reparar los cambios de planes. También, que le deje uno de sus
celulares, ya que el de su hija aún no está habilitado para ser utilizado en el
exterior. Necesita poder comunicarse con Iara para encontrarse más tarde.
Alberto Nisman aborda el vuelo rumbo a Buenos Aires y se separa de Iara, es la
última vez que se ven. Nunca más, padre e hija, volverán a tener contacto. Iara
se queda sola en el salón VIP de Iberia en el aeropuerto de Barajas. No es el
viaje de 15 años que han planeado. Todo ha cambiado. De repente, se ha
quedado sola en un país extraño, luego de haber sido testigo de una dura pelea
entre sus padres. Un giro insólito del destino, aunque no es lo peor que le
ocurrirá. Todavía enojada con todo lo ocurrido, Arroyo Salgado decide llamar a
la madre del fiscal para intentar descubrir si le ha mentido. Sara Garfunkel la
atiende con total naturalidad. Le pregunta si es cierto que se tiene que operar en
pocos días. Su exsuegra le contesta con evasivas. Solo le revela que tiene un
turno para ver a su traumatólogo. Por la reacción de Sara, Arroyo Salgado no
duda de que Alberto le ha mentido. Ése no es el motivo de su regreso. Corta la
llamada muy molesta. Enseguida llama a Sandra Nisman, la hermana de Alberto,
y ella le revela la verdad: su madre no va a operarse.
-Mirá, mamá, lo que pasa es que papá habló conmigo cuando estábamos en
Ámsterdam y me dijo que hay momentos en la vida en que uno no elige y que se
tenía que volver. Estaba muy preocupado, nervioso, mal, angustiado y me
planteó que tenía que volver sí o sí porque era muy importante, era un trabajo
que venía haciendo hacía tiempo y que, si no volvía, podía quedar en la nada.
También le cuenta que le ha hecho una advertencia, tiene que estar preparada
para escuchar o leer cosas sobre él que no van a ser gratas, como
cuestionamientos a su desempeño o cosas así. Arroyo Salgado se queda
extrañada.
Algunos días después, Alberto y Sandra vuelven a hablar por teléfono; siguen las
peleas. Ella le reclama por los planes cambiados y le pide que le mande la valija
de Iara. El 12 de enero, Arroyo Salgado recibe un WhatsApp que dice: “Me da
todo apagado. El tuyo y el que le di yo a ella”. Al día siguiente, le llega otro:
“Aviso de viaje de Iara a París conmigo. Solo perdía la semana de esquí. Tu
tozudez impidió esto como impide todo. Cuando sepa como mandar la valija te
aviso”.
A pesar del pedido de Nisman de que ese largo mensaje no fuera respondido, eso
ocurrió. Melisa Engstfeld le contesta; para Alberto, es mucho más que una amiga
en ese momento. Durante el viaje cruzan algunos mensajes vía WhatsApp. Ella
ha recibido, al igual que algunas otras chicas del staff del polémico manager,
fotos de carteras y ropa de marcas conocidas junto al mensaje de “¿te gusta?”.
Saben que Alberto es muy generoso. Ella le contesta el largo mensaje: “No
entiendo el mensaje pero cuidate mucho”. Y Alberto le responde: “Gracias, te
quiero mucho, sos lo más”.
La muerte de un fiscal
Lunes 12 de enero
6 días antes de la muerte
-No volví por lo de mi madre, volví para presentar la denuncia en estos días,
¿qué te parece? -dice Nisman.
-¿Por qué ahora? -pregunta Fernando.
Al rato, Castro y Antao Cortés se juntan con el fiscal. La orden es clara: hay que
presentar la denuncia contra la Presidenta y sus funcionarios. Debe terminarse el
documento a toda máquina para presentarlo en dos días. Los secretarios letrados
ponen manos a la obra: la denuncia no está terminada y deben hacerlo a las
apuradas.
Martes 13 de enero
5 días antes de la muerte
En horas del mediodía, Patricia Bullrich, diputada aliada del partido de Macri,
recibe una llamada de su jefe de asesores. Éste le avisa que Nisman la está
buscando porque necesita hablar con ella en forma urgente. Le pasa su número
de teléfono y Patricia lo llama. Se conocen desde hace mucho tiempo. Han
compartido algunas reuniones relacionadas con la causa AMIA.
-Hola diputada, ¿cómo le va?
-Gracias, diputada; le pido por favor que no comente que va a venir a verme.
Muchas gracias.
Patricia Bullrich solo comenta esta conversación con su marido a la noche. Está
intrigada. Recuerda un encuentro con el fiscal un año y medio atrás. Acababa de
firmarse el Memorándum de Entendimiento con Irán. Ella le manifestó su
oposición al documento y el fiscal le dijo: “Yo tengo una línea de investigación
que cuando se conozca va a generar una situación explosiva para ese
Memorándum”. No dijo más. La diputada se pregunta si la reunión puede tener
que ver con eso. Está cerca de descubrirlo.
Durante los primeros días del mes de enero, habían intercambiado mensajes en
los que el fiscal le pregunta si estará en Buenos Aires en la primera quincena,
que le gustaría juntarse con ella para tomar un café. Le avisa que tiene news
(noticias). Alonso y Nisman tienen una buena relación. Se han reunido varias
veces durante el año anterior. El fiscal estaba interesado en las posiciones de
Alonso en contra del Memorándum de Entendimiento con Irán. El tema los une.
Miércoles 14 de enero
4 días antes de la muerte
Castro y Antao Cortés se comunican a las 8:30 con el fiscal para avisarle que la
denuncia está presentada. Nisman hace algunas llamadas al juzgado para ponerse
a disposición. Imagina que será citado a ratificarla.
Entre las 9 y las 10 se reúne con Laureano ‘Toti’ Pérez Izquierdo, de Infobae.
Durante esa reunión, llega Diego Lagomarsino, su colaborador informático, a la
fiscalía. Nisman está muy nervioso y lo reprende por haber ido primero a su casa
en lugar de dirigirse directamente a la fiscalía. Lagomarsino también recibe un
resumen de la denuncia.
A las 11:30 la diputada Alonso le escribe vía WhatsApp, acaba de enterarse de la
denuncia. El fiscal le dice que vaya para la fiscalía lo antes posible. Alonso llega
antes de la hora fijada. Apenas se reúnen, el fiscal le entrega el resumen y
comienza a explicarle los fundamentos. Ella le pregunta si tiene miedo. Nisman
contesta que no tiene miedo por él sino por sus hijas. Le cuenta que la
procuradora general lo ha llamado para informarle que el nivel de amenaza en su
contra se ha incrementado y que por lo tanto le ha ofrecido más custodia, lo cual
ha rechazado. El fiscal le cuenta a Alonso que posee información “fidedigna” de
que quieren apartarlo de la UFIAMIA porque el Gobierno sabía que estaba
trabajando en la denuncia contra la Presidenta.
Una vez informadas por el fiscal de la denuncia, las diputadas le preguntan cómo
pueden ayudarlo. Nisman les pide que conozcan y difundan la denuncia. Las
despide contándoles que va a prepararse para la entrevista televisiva. Bullrich le
sugiere bajar los decibeles, calmarse un poco. Al salir, las diputadas comentan lo
impactadas que están. A Patricia Bullrich se le ocurre invitarlo al Congreso, a
declarar ante la comisión de Legislación Penal. Alonso se entusiasma con la
idea.
En horas del mediodía, Nisman se reúne con Hernán Cappiello, periodista del
diario La Nación. Sigue brindando detalles de la denuncia y de las escuchas.
Antes de despedirse, Nisman le dice: “Cuidame, no me dejen solo en ésta, me la
juego toda”. Nisman parece empezar a tomar conciencia de la trascendencia de
su jugada. En medio de las reuniones, intercambia mensajes de WhatsApp con
Leandro Santos, el manager de modelos. Se saludan y preguntan por sus vidas.
Más tarde, a las 14, Patricia Bullrich decide enviarle la invitación al Congreso
vía WhatsApp para el día siguiente:
PB: “Soy Patricia Bullrich, estuvimos pensando que vengas mañana a las 12:00
hs. al congreso, yo te convoco formalmente como presidente de la comisión de
legislación penal” AN: “sí”
PB: “listo, te avisamos Sala más tarde, no lo comunicamos hasta última hora”
AN: “ok”
Un par de horas más tarde, Nisman no está tan seguro de ir al día siguiente al
Congreso de la Nación. Le envía un mensaje a Patricia Bullrich: “No puede ser
la semana que viene, hoy voy a TN, estoy destruido, va a ser con prensa?, sin
prensa Patricia”. La diputada le responde: “sin prensa, ya está arreglado”.
El fiscal no desea declarar ante los diputados con la presencia de la prensa. Está
cansado. Como quien no desea un compromiso engorroso, elige patearlo para la
semana siguiente. La idea de ir al Congreso no lo seduce.
Un rato más tarde, el fiscal vuelve a cambiar de idea. La llama por teléfono y
coordinan que será el lunes a las 15. Nisman insiste en que tiene que ser una
reunión reservada porque, si no, no va a poder hablar, va a tener que decir lo
mismo que en TN y no va a parecer serio. Según explica, hay elementos en su
poder que son secretos de Estado por estar vinculados a escuchas realizadas por
la exSIDE. Más tarde, Nisman le manda un nuevo WhatsApp a Bullrich: “ok
gracias, nos vemos en a dos voces, (emoji de dedo levantado)”.
Durante la tarde, lo visitan en la fiscalía los dirigentes de DAIA, Julio Schloser,
Jorge Knoblovits y Waldo Wolff; y Leonardo Jmelnitsky y Ariel Cohen Sabbah,
de AMIA. Lo primero que les dice el fiscal los sorprende: “Esto no los va a
afectar, no va a afectar a la causa, quédense tranquilos”. Quedan extrañados. No
entienden el porqué de esa frase. Nisman parece querer abrir el paraguas ante la
posibilidad de un reproche. Sin embargo, eso no ocurre pero tampoco recibe
apoyo de las organizaciones de la comunidad judía. Los dirigentes le preguntan
sobre la exposición en el Congreso de la Nación y si será pública, las noticias
vuelan. El fiscal les explica que las escuchas telefónicas son reservadas porque
involucran a un agente de la AFI y deber ser el jefe de la AFI, Oscar Parrilli,
quien levante dicho secreto para que puedan ser públicas. Discuten sobre la
conveniencia de acompañarlo o no a la sesión del Congreso. Nisman les dice que
con la denuncia se expone a que se digan muchas cosas sobre él, pero que debe
seguir adelante porque está convencido.
Es un día agotador, en total el fiscal toma contacto con treinta y dos medios de
comunicación para darle difusión a su denuncia. La periodista Natasha
Nibieskikwiat también se reúne con él, es su principal contacto en el diario
Clarín y quiere entregarle toda la información sobre la denuncia. Nisman le
revela que cree que puede terminar muerto, que se está jugando la vida. Habla
del miedo por sus hijas. Luego discuten sobre la permanencia del fiscal a cargo
de la UFI-AMIA. La periodista ha dado la primicia, un tiempo antes y a
instancias del fiscal, sobre su posible despido y cree que la resolución de su
separación está a la firma de Gils Carbó.
En horas de la noche, el fiscal llega temprano a los estudios de Canal 13. Allí va
a brindar su última aparición televisiva y será en el programa “A Dos Voces”, del
canal TN. El programa es conducido por Marcelo Bonelli y Edgardo Alfano,
pero esa noche lo conduce solo Alfano. Nisman se junta con él a hablar, faltan
unos quince minutos para que comience la emisión. Para el periodista político es
una nota espectacular: el fiscal que denuncia a la Presidenta. Para el fiscal es la
posibilidad de difundir públicamente los términos de su denuncia. Están los dos
nerviosos. Charlan sobre la denuncia y Nisman le cuenta que quiere que le dejen
demostrar la culpabilidad de Cristina; está obsesionado con eso. Alfano le
pregunta si no hubiera sido mejor ir por Cristina una vez iniciada la causa, él
dice que no. El periodista tiene mucha experiencia en política y está sorprendido
por la virulencia de la denuncia. También hablan sobre Arroyo Salgado, la mala
relación que tienen y los conflictos por la suspensión del viaje. Nisman le
confirma sus temores de que va a ser apartado de la UFI-AMIA por Gils Carbó.
Luego describe sus miedos, por él y por sus hijas. Repite que le ha avisado a sus
hijas que escucharán cosas muy duras sobre su vida privada. El fiscal está muy
ansioso, habla muy rápido, no se le entiende las frases enteras, eso se repite más
tarde al aire.
Terminan hablando de cosas más triviales, como el cuidado estético del fiscal.
Nisman dice que se cuida mucho, Alfano lo carga: “Seguro, con la pinta que
tenés, debes ganar chicas”. El periodista conoce la fama del fiscal.
Jueves 15 de enero
3 días antes de la muerte
Gladys Beatriz Gallardo llega muy temprano a la casa del fiscal. Trabaja en el
departamento de Puerto Madero de Nisman desde octubre de 2013, por
recomendación de una tía del fiscal. Va dos veces por semana, en general martes
y viernes, de 10 a 18. Recién en marzo de 2014, el fiscal Nisman blanquea su
situación laboral. Hasta esa fecha, trabaja en negro. Más adelante, contará en un
programa de televisión que el fiscal le había prometido nombrarla en la fiscalía y
que por eso aceptó trabajar en negro y sin vacaciones.
Ese jueves llega como siempre en su horario. Si bien en su última visita el fiscal
le había dicho que ese día no estaría, encuentra la puerta trabada; no puede
abrirla ya que hay metida otra llave. Nisman está en el departamento, toca el
timbre y le abre. Vale la pena recordar este dato: cuando Nisman está en el
departamento, deja cerrada la puerta con la llave puesta para impedir que alguien
que tenga una copia pueda entrar.
-El lunes es un día muy importante, voy a estar muy ocupado, a las dos de la
tarde voy al Congreso. Cuando llegues ¿me podés cocinar algo para comer al
mediodía? -le pide Alberto.
-Sí, doctor, no se preocupe, le hago un pastel de papas. Le dejo un nota con los
ingredientes que hay que comprar -contesta Gladys. Ésa es la metodología
habitual implementada por Nisman, ella le pide lo que necesita y él se encarga de
las compras.
-Te pido que ahora no me molestes porque voy a hablar con algunas radios.
Muchas gracias -dice Nisman y se encierra en el cuarto de sus hijas, donde
habitualmente trabaja.
Mazzino está con muchas dudas sobre la denuncia. Conoce bien las escuchas y
cree que solo la que involucra a Moshen Rabbani, acusado por la Justicia de
nuestro país de ser el cerebro del atentado a la AMIA, es relevante. Las demás
escuchas las considera una “paparruchada”, así se refiere a ellas más adelante.
-¿Estás seguro de lo que estás haciendo? -pregunta Mazzino.
-Sí, totalmente. ¿Sabés qué opinan Jaime (Stiuso) y (el exsubsecretario de la
SIDE, Francisco) Larcher? –consulta, ansioso, el fiscal.
Unas horas después, el fiscal le permite a Gladys limpiar el cuarto de las chicas y
se pasa al suyo. Antes de irse, la empleada toca la puerta para hablar con él.
Nisman no contesta, ella abre la puerta y lo encuentra profundamente dormido.
No lo despierta. Le deja dos notas: una con las instrucciones de la compra y otra
para avisarle que se retira, ya que se siente mal por no poder despedirse de él,
como lo hace habitualmente.
Armando Niz y Luis Miño, ambos con el grado de sargento primero de la Policía
Federal y afectados a la División Custodias del Ministerio Público Fiscal, llegan
a la UFI-AMIA a las 8 para comenzar su turno de trabajo. Son integrantes de la
custodia del fiscal Nisman. Miño es su chofer desde 2007 y Niz, su custodio
desde 2011. Comparten esa tarea con otros ocho policías, divididos en dos
grupos de cinco. Trabajan con el sistema de doce por treinta y seis: hacen doce
horas de tareas y luego descansan un día y medio. Su trabajo consiste en
acompañar al fiscal en todos sus traslados. Se limitan a llevarlo y traerlo; no
ingresan con él a ningún lado, su deber es esperar a que salga de donde sea que
esté para luego trasladarlo. El régimen de custodia lo decide el fiscal. Hombre de
carácter muy firme y, muchas veces, autoritario, es él quien decide todo. Es una
persona muy celosa de su intimidad, muy estricto y no requiere la presencia de
los custodios en forma permanente. Según el tipo de custodia que ejercen, no se
quedan en el edificio donde vive durante la noche, sino que se retiran a la fiscalía
hasta el día siguiente. Esta decisión implica que siempre el fiscal se quede sin su
custodia de Policía Federal de noche, Prefectura Naval vigila el edificio Le Parc.
En los traslados, Nisman suele viajar adelante y Niz atrás.
En la UFI-Amia, Miño le informa a Niz que más tarde tienen que ir a buscar a
Sara Garfunkel, madre de Nisman. Miño es quien da las instrucciones, ya que es
quien porta el Nextel con el que se comunican con el fiscal. Es habitual que
desempeñen tareas de transporte para toda la familia de su jefe. Actuar como
choferes de familiares y colaboradores es otra costumbre “particular” de esta
custodia. Hacen tareas de cadetería, delivery de comida, compras en el
supermercado y cualquier otra actividad que les pida el fiscal. En todos esos
casos, Nisman se queda sin custodia, sin la presencia de ninguno de ellos. A las
13, Miño lleva al fiscal a Itamae, un restaurant de sushi ubicado en Puerto
Madero. Luego de almorzar, se dirigen a Le Parc. Una vez en su departamento,
Nisman recibe un llamado. Es el fiscal federal Carlos Stornelli.
-Hola, Alberto, ¿cómo andás?, ¿te volviste loco? –el fiscal Carlos Stornelli
conoce a Nisman desde 1993 y decide, en el llamado que le hace ese viernes
poco después del mediodía, no andarse con rodeos.
-Hola, Carlos. No, quedate tranquilo; es una denuncia muy bien fundamentada,
hace mucho que vengo trabajando en esto, está muy bien fundamentada, tengo
muchos elementos, no me lo podía guardar más -contesta muy serio el fiscal.
Stornelli y Nisman no son amigos, pero se llevan muy bien. Stornelli conoce
bien el inicio de la causa AMIA, fue el impulsor de la denuncia por el
escandaloso pago a Alberto Telleldín. Cuando se descubrió un pago ilegal al
supuesto proveedor de la Traffic bomba para inculpar falsamente a policías
bonaerenses, el juicio por la conexión local del atentado a la AMIA se derrumbó.
Por esa denuncia mantuvo fluido contacto con Nisman. A lo largo del último
año, varias veces habla con él. En esas ocasiones, Nisman manifiesta su
intención de encontrarse personalmente para tomar un café. Ese encuentro nunca
se concreta. Enterado de la denuncia presentada contra la Presidenta, Stornelli se
sorprende. Le llama la atención no tanto el contenido fáctico, que desconoce,
sino la teatralidad y el voltaje. Su sensación es de escepticismo.
-Alberto, ¿qué papel jugó Jaime Stiuso en todo esto? -pregunta Stornelli
directamente.
-Vos sabés de mi cercanía con él, no te voy a negar mi relación con él, todo el
mundo la conoce, pero hace más de veinte días que no lo veo ni hablo con él. No
lo consulté. Si lo hubiera hecho, me habría aconsejado esperar. Pero te juro que
no tiene nada que ver con esto -contesta vehemente el fiscal.
Stornelli empieza a sentir que no ha sido un acto irreflexivo de Nisman. Aún está
escéptico sobre la denuncia, pero al menos siente que el denunciante está
convencido de lo que hace.
-Dale, muchas gracias, sabés que te respeto mucho, te agradezco mucho esta
llamada, me interesan mucho tus consejos y opiniones -contesta el fiscal.
-¿Cómo estás para ir al Congreso el lunes?
Soledad Castro, una de sus secretarias letradas, es una persona clave en estos
días previos a la presencia del fiscal en el Congreso. Lo ayuda permanentemente
con su presentación. Domina muy bien todos los temas que contiene la denuncia.
A las 14 llega convocada por el fiscal a Le Parc. La lleva el otro equipo de
custodios. Ingresa al edificio por el subsuelo. Sube y se encuentra con su jefe.
Soledad le entrega documentación para que lea. La mesa está llena de papeles de
la causa. Castro observa las ventanas con las cortinas cerradas. El fiscal la mira.
-Mirá cómo tengo que trabajar -le dice.
Ella entiende que se refiere a una cuestión de seguridad. No sabe si por él o por
la información que hay sobre la mesa. No le queda claro quién ni cómo puede
estar vigilando al fiscal en su propia casa.
-No sé, no hablé con él. Pero ya debe haber vuelto de las vacaciones.
A las 15, Miño y Niz van hacia la farmacia de propiedad de la madre del fiscal,
en Santa Fe y Gallo. Recogen a Sara Garfunkel de Nisman y la llevan a Azucena
Villaflor 450, en Puerto Madero, el edificio Le Parc donde vive el fiscal. Sara
sube y se encuentra con su hijo. Están un rato juntos.
-¿No querés ir a hacerme unas compras al Jumbo que está acá en Puerto
Madero? Estoy todavía en pijama trabajando y no tengo ganas de vestirme -dice
Alberto.
-Bueno, sí, voy -contesta su madre.
-Tomá la lista de las compras -le dice su hijo y le alcanza el papel escrito por su
empleada doméstica con una lista de productos.
Sara baja a la planta baja y se dirige al auto de los custodios. Les pide que la
lleven al supermercado Jumbo. Allí realiza las compras; elige cuidadosamente
los productos, se detiene en escoger con cuidado una colita de cuadril, paga y
luego vuelven a Le Parc. Armando Niz sube las bolsas del supermercado por la
puerta de atrás y ayuda a acomodarlas en la cocina, saluda al fiscal a quien ve
brevemente.
De vuelta con su hijo, Sara se ofrece a prepararle algo para comer. Alberto se
niega, dice que la empleada va a cocinarle el lunes y que no hace falta. Se queda
con su hijo un rato más.
-Ya es tarde, es mejor que te vayas -le dice de repente Nisman a su madre.
A las 17:30, Sara baja del departamento. Niz y Miño la llevan hasta su casa
sobre la calle Roosevelt, en el barrio de Belgrano. Luego vuelven a Puerto
Madero y esperan hasta las 19:30 para que Niz suba a ver a Nisman, tal cual se
los ha solicitado antes. En general, antes de terminar su turno le piden permiso
para retirarse, aunque nunca lo hacen en el horario exacto de finalización de su
horario porque, en ese caso, el fiscal se enoja porque sospecha que están
apurados por irse. Entre ellos comentan que es un hombre muy complicado. Esa
tarde el fiscal Nisman, luego de la visita de su madre, está solo en su casa. Le
cuenta al custodio que quiere pedir un delivery de comida. El otro auto de
custodia está en la fiscalía y luego debe tomar la posta en Puerto Madero para
relevar a Miño y Niz, que reciben la orden de retirarse; es demasiado temprano
para pedir comida. El custodio se despide. Es la última vez que ve al fiscal
Alberto Nisman con vida.
Niz y Miño son relevados por el otro móvil, ocupado por el sargento primero
Gustavo Méndez y el sargento primero Luis Pérez Méndez. El auto y los dos
custodios recién llegados se quedan en la planta baja del edificio y se retiran a
las 22; no ha habido ningún traslado. Antes de retirarse, Méndez llama a Miño
para decirle que el fiscal pide que lo llame al día siguiente a la tarde. Esa
operatoria es normal y sirve para programar los movimientos del día siguiente.
Niz y Miño deben trabajar el domingo.
La salida del viernes para almorzar es la última de su vida. Nunca más abandona
el departamento de Le Parc. De vuelta del almuerzo, y luego de recibir a sus
colaboradores, Nisman se pone el pijama. No desea salir más de su casa. Es un
extenso conocedor de la causa AMIA. Dice dominar muy bien los términos de la
denuncia contra la Presidenta. Sin embargo, su vida parece suspendida. Quiere
quedarse solo y encerrado.
¿Realmente necesita estudiar lo que dirá en el Congreso durante tres días sin
salir de su casa? ¿Cómo está el ánimo del fiscal?
Una dura conversación lo revela. Alberto le envía a Sandra Arroyo Salgado un
mensaje de WhatsApp adjuntando una imagen suya en la tapa de la revista
Noticias. Comienza un intercambio de mensajes que tiene lugar entre las 19 y las
22: SAS: Aunque está claro que mis prioridades están en otro lugar, y como está
a la vista que para vos lo más importante es la puja de poder y salir en diarios,
revistas y tv, te felicito por haber conseguido lo que querías. Pese a todo esto
estoy haciendo hasta lo que no puedo y poniendo toda mi energía positiva para
que Iara tenga su viaje de 15 como ella lo soñó. Y no te preocupes ni vos ni tu
familia que ella lo está pasando bárbaro y feliz con un jean, un par de zapatillas,
una remera, dos bombachas y un corpiño… Ah! me olvidaba, y sin un centavo
de euros o dólares.
AN: No entendés nada. No podía NO hacerlo. Ya te lo explicaré personalmente.
AN: Estoy hecho mierda y vos encima seguís. Le ofrecí a Matías (Baldo, un
conocido de ambos a quien Nisman intentó contactar unos días antes) que viaje a
llevarle la valija y plata. Yo le sacaba el pasaje y ni siquiera me contestó.
SAS: no te preocupes, ni yo ni mis hijas somos tan basura como para hacer nada,
no somos oportunistas y además yo les estoy enseñando a ser feliz con poco o
con mucho, si si, con mucho, pero con mucho amor, atención, dedicación,
estudio y trabajo. Para que sean mujeres de bien y que se valgan por ellas
mismas, y no esperen o especulen con nada de nadie. Para que a los 20 años no
tengan que regalarse a un papá de 50 para tener un viaje, un auto, ropa, celular o
carteras…
SAS: te lo digo porque como vos y yo sabemos nada es gratis en la vida. Todo se
paga, todo pasa y todo llega. Suerte y éxitos, Sinceramente. Y para molestar,
agredir, exponerlas o destratar olvidate de mis hijas. Gracias.
AN: Yo te mandé copia del pasaje. Volvía en 4 días y seguía todo igual. vos no
lo aceptaste. Y no quiero hablar más por acá. Disfrutá el viaje y cuando vuelvas
si querés te explico.
Sábado 17 de enero
1 día antes de la muerte
-Bueno, nos vemos el lunes, voy al Congreso. No sé si voy a estar tres, cinco o
siete horas. Pero apenas llegues, mandame un WhatsApp. Yo, cuando me libere,
te llamo.
-Bueno, dale. Mucha suerte. Te mando un abrazo.
-Gracias, un abrazo.
Una llamada misteriosa. ¿Por qué no le hizo la pregunta por teléfono? ¿O, en
realidad, quería verlo personalmente por otro motivo? Si el fiscal está tan
concentrado en su presentación frente al Congreso, ¿para qué lo llama a
Bogoliuk? ¿De qué trata la pregunta personal de Nisman a su amigo?
Nisman tira la revista sobre la mesa ratona y le indica a Benítez que se siente en
el sillón blanco.
-La preciso para tenerla conmigo en el auto cuando voy con mis hijas. Yo sé que
ustedes van atentos, pero pueden tener un descuido y yo me encuentro con
alguien que me quiere atacar… quiero tenerla para amedrentar.
-Doctor, le recomiendo una Bersa Thunder, es buena pistola, sale siete mil pesos.
O una Bersa 380, pero ésa no sé cuánto cuesta.
-¿La puede comprar usted y me la deja a mí? Cualquier cosa, si llega a pasar
algo, no va a pasar nada, usted se la olvidó en mi auto porque ese día lo mandé a
hacer algo y se la olvidó. Lo arreglamos todo, no va a pasar nada -asegura el
fiscal.
Cuando le entrega la comida, Nisman le dice que hagan tiempo y que a las 19 los
va a llamar para darles instrucciones.
-Estoy preocupado por las chicas. Cuando voy los domingos con ellas, los
custodios van atrás en otro auto…
-Sí, pero primero yo no confío en las custodias, mirá si viene un tipo con un palo
gritándome ‘¡traidor! ¡traidor!’, yo tengo a mis hijas atrás. Quiero tener un arma
en la guantera por las dudas, para cuando salgo con ellas.
-Ya te dije, la custodia no puede estar atenta a todo. Mirá si los bloquean o si nos
chocan a propósito. Eso puede pasar y no van a reaccionar.
Tal cual había sido acordado, a las 19, Nisman les indica a los custodios que
vayan a buscar un sobre a la casa en donde está la secretaria letrada Soledad
Castro, ubicada en Solís y Alsina. Recogen el sobre y vuelven a Puerto Madero.
En el interín, Castro llama a Nisman y le explica qué es lo que contiene el sobre.
Durante la charla, combinan para verse al día siguiente en horas del mediodía.
Es la última vez que Soledad Castro habla con el fiscal.
Benítez sube a entregarle el sobre y el fiscal le informa que hay que llevar otro
sobre a una persona en la localidad de Olivos.
-Durán, Doctor.
-Que Durán y Castro estén el lunes a las 8:30 en la fiscalía por si hay que traer
algunos papeles, usted encárguese de eso.
-No, llevátela, así podés comprar más balas; tomá, guardala y dejala segura.
Lagomarsino toma el arma, la deja con el cargador con las balas colocado en la
pistola, pero sin munición en la recámara. La envuelve en el paño verde en
donde la trajo.
-En serio no te preocupes que ande mal, Diego, cualquier cosa en la semana
compramos una nueva y te la devuelvo. Es por estas semanas hasta que se baje
un poco el clima… -dice el fiscal.
El arma queda en el brazo de uno de los sillones del living, envuelta en su paño
verde. Alberto le prepara un café en su cafetera Nespresso y luego Lagomarsino
se retira por la puerta principal invitado por el fiscal. Diego encuentra a Alberto
mucho más relajado y amable de lo común. Se ha acordado del tipo de café en
cápsulas que le gusta y lo ha hecho salir por el ascensor principal, gestos nada
habituales en él. Toma el ascensor, con él bajan 5 personas, entre jóvenes y
mayores. Sale por la entrada de visitas más cercana al río. La guardia no registra
su salida, solo una cámara de seguridad lo muestra a las 20:30:54. En el video se
lo ve caminar hacia la salida y luego salir. Una cámara del exterior lo toma ya
afuera del complejo Le Parc, yendo hacia donde estaba estacionada su camioneta
a las 20:35:07. Hay un desfasaje de pocos minutos entre los dos horarios.
El sobre que Nisman le entrega a Durán está dirigido a ‘Toti’. Se trata del
periodista del portal Infobae.com, Laureano Pérez Izquierdo. Durán entrega el
sobre, se lo comunica a Nisman alrededor de las 21 y recibe la indicación de que
ya puede dejar el servicio. Un rato antes, a las 19:30, Miño se comunica vía
Nextel con Nisman. Éste le pide que se presente al día siguiente a las 11. Durán
deja el auto de la custodia en la fiscalía y se va a su casa. Es el último contacto
entre Durán y el fiscal. Es la última vez que lo ve con vida.
Durante todo ese día, Nisman chatea intensamente vía WhatsApp con Natasha
Nibieskikwiat, periodista de Clarín. Alrededor de las 21 comienza el último
intercambio, de cerca de 15 minutos. El último mensaje es a las 21:17:
NN: Alberto
AN: Si
NN: si si, no se que sale porque estaban todos apurados ahí ahora
NN: pero podemos hablar mañana que tengo que hacer una previa del lunes?
AN: Sí
NN: ok
AN: Beso
AN: no no jajaja
NN: Beso
AN: Pero ojito
AN: Bye
NN: No sé que preparan pero la casa rosada tuiteó hoy mi nota y se ve que están
muy en alerta
NN: Ampliaron la sala
AN: Ok
Esta conversación revela los realineamientos que genera la denuncia de Nisman,
incluso dentro del diario Clarín. Daniel Santoro es un periodista que, hasta ese
momento, se dedicaba a investigar exclusivamente al kirchnerismo, por ende no
tenía relación con Nisman, considerado un fiscal kirchnerista. Al presentar la
denuncia contra la Presidenta, se transforma en alguien interesante para Santoro.
A las 20:46 queda registrado el paso de Diego Lagomarsino por el peaje Retiro
de AUSA, la empresa de autopistas de la Ciudad de Buenos Aires. La
computadora asienta el paso a través del sistema Telepeaje adherido al vehículo.
Una foto permite divisar a alguien parecido a Lagomarsino. Una cámara registra
a las 21:02:07 al vehículo de Lagomarsino entrando en el complejo Talar de
Martínez, donde vive. Otra cámara –dentro del garage– graba la imagen de
Diego Lagomarsino caminando hacia el ascensor, a las 21:04:33.
Domingo 18 de enero
El día de la muerte
Armando Niz y Luis Miño deben retomar su tarea de custodia de traslados del
fiscal. Para ellos es un día normal. El clima está feo en la ciudad de Buenos
Aires, cielo nublado, hace calor y hay mucha humedad. En la tapa del diario
Clarín el título principal está dedicado a la denuncia de Nisman: El fiscal tendría
330 CDs de escuchas como prueba. Todos los diarios le dedican su tapa a la
denuncia contra la Presidenta de la Nación.
Preocupados por esta situación, deciden llamar a Marina Pettis, una de las
secretarias privadas del fiscal. Ella suele encargarse de los temas personales de
Nisman, a pesar de que trabaja en la UFI-AMIA. No es abogada, sino
nutricionista y desconoce todo lo relacionado con el trámite de la causa AMIA.
Miño tiene su número de celular, la llama. Cuando atiende, el custodio le relata
lo que sucede. Le cuenta que no han podido comunicarse y que las cortinas del
departamento están cerradas. Le pide que lo llame al teléfono de línea de su casa,
ya que ellos desconocen el número. Marina les solicita que chequeen si la
camioneta Audi Q3 que utiliza el fiscal está en el estacionamiento. Ellos le
confirman que está allí.
Ajenos a todo lo que ocurre en torno al departamento del fiscal, los diputados del
PRO Federico Pinedo, Laura Alonso, Cornelia Schmidt-Liermann y Patricia
Bullrich se reúnen a las 18 en el domicilio de esta última, presidenta de la
comisión de Legislación Penal que recibirá al fiscal al día siguiente. Se suma –
por vía telefónica con alta voz– el diputado Mario Negri, de la Unión Cívica
Radical. Discuten en torno al pedido del fiscal Nisman de que la reunión sea
secreta, solo reservada para los diputados. Bullrich comenta los temores de
Nisman de sufrir un ataque en la sesión. Revela que ha preguntado si Fernando
Esteche –líder del movimiento Quebracho– estará presente. A pesar de no ser
diputado, Esteche ha anunciado que intentará ingresar al recinto. Comentan que
miembros de la bancada oficialista han solicitado cámaras, ya que pelearán para
que sea pública la reunión, y han manifestado que irán “con los tapones de
punta”. Discuten sobre la posibilidad de ingresarlo en un vehículo de Diputados
a la cochera, llevarlo en un ascensor interno al despacho de alguno de ellos, sin
que nadie lo vea, y que espere allí hasta que se resuelva la discusión sobre si la
sesión debe ser pública o secreta. Finalmente, deciden que, por el clima de
violencia verbal que se ha generado en esos días por parte de voceros del
oficialismo y dado que la reserva pedida por Nisman no se encuentra
garantizada, el fiscal no se presente ante la Comisión, sino que permanezca en
alguna sala u oficina y no se lo invite a exponer. Resuelven que eso se lo
comunicará la diputada Bullrich a Nisman al día siguiente por la mañana.
A las 18:04 la periodista del sitio infobae.com Silvia Mercado le envía un SMS:
“Fiscal Nisman, soy Silvia Mercado de Infobae. Perdone q me meta, pero me
quedo mas tranquila si le digo que no acepte hablar mañana a puertas abiertas.
Como dice Timerman, no acepte el show mediático. Tiene tiempo. Usted tiene
que cuidarse. Perdone. Abrazo”.
Lo mismo ocurre dos minutos más tarde. A las 18:42 otro SMS, de un número
no agendado en el celular del fiscal, llega por el mismo tema: “Me pidieron una
nota para Clarín y quiero saber un par de cosas, necesitás ayudarme :)”.
Una vez en Le Parc, Sara descubre que la clave que había colocado
originalmente era la correcta, pero el ascensor sigue sin arrancar. Supone que su
hijo la ha cambiado. Imposible ingresar por esta vía. La madre del fiscal hace
unos llamados intentando conseguir un cerrajero. Mientras tanto, Miño
encuentra a un empleado de mantenimiento del edificio. Se trata de un hombre
que también es bombero y posee un código maestro para acceder a cualquier
piso del edificio a través del ascensor principal. Parece ser la solución.
Soledad Castro, angustiada, vuelve a comunicarse con los custodios a las 21:20 y
se entera de que todavía no han entrado a la casa. Siente que algo está pasando y
que la información que recibe es muy confusa. Decide escribirle a Walter Vargas,
secretario letrado de la fiscalía para que la acompañe a la casa de Nisman. A las
21:45, entra un WhatsApp al celular de Walter Vargas, es un mensaje de Soledad
Castro desesperada. Le pide que la llame urgente.
-Hola Walter -saluda angustiada Castro.
-Uy, algo no anda bien, es imposible que esté inubicable -dice Vargas, inquieto.
-Por eso estamos preocupados.
-Que las tiren abajo igual, como sea. Eso es lo que hay que hacer ya -dice Vargas
decidido.
-Pará, que ya llamaron a un cerrajero, está la madre ahí -lo calma Castro.
-Dale, te espero.
Cuando Vargas está a una cuadra de la casa de Soledad Castro, la llama para que
baje. Lo hace y sube al auto de Vargas. Parten consternados hacia Puerto
Madero. Desde el auto, Castro se comunica con los custodios. Le avisan que el
cerrajero está en camino, pero que va a tardar. La secretaria letrada ofrece
pasarlo a buscar para agilizar el trámite, le dicen que no es necesario. Llegan al
edificio a las 22:20, estacionan enfrente. Castro continúa hablando con varias
personas que la llaman. Cruzan la calle y se encuentran con la reja perimetral de
Le Parc. Castro le hace señas a uno de los custodios. Miño los ve y va a su
encuentro, rápidamente los pone al tanto.
Distraída y sin saber con exactitud qué está ocurriendo, Sandra Nisman envía a
las 22:23 un SMS al celular de Nisman: “Me avisás si está todo bien. Mamá está
preocupada porque no contestás el t.e.”
-Acá no hay nada, Sara -dice Niz y se dirige hacia el otro cuarto, que presume
que es el que utilizan sus hijas. La computadora está prendida.
Mientras observa que el otro cuarto también está vacío, Sara lo llama desde el
cuarto principal.
-Vení, vení, que está la luz del baño prendida… Por favor fijate -le dice,
temblando.
Niz llega hasta la puerta del baño del dormitorio principal. Intenta abrirla pero
no lo logra. Algo la traba desde el interior. Solo puede abrirla unos centímetros.
Ve que en el piso hay sangre. Por el lado de las bisagras de la puerta hay un
resquicio que permite ver algo del interior. Armando Niz ve claramente al fiscal
Nisman inmóvil en el piso.
-¡Acá está! ¡Acá está! -grita el custodio.
Sara está detrás suyo. Intenta abrir la puerta, pero no puede hacerlo. Decide no
forzarla. Apenas se asoma y alcanza a ver un gran charco de sangre. Se aparta
shockeada. De inmediato, decide llamar al servicio de emergencia de Swiss
Medical.
Con mucha frialdad habla con el operador de la empresa, quien la atiende con
mucha tranquilidad.
-¿Dónde está?
-¿La calle?
-¿450?
-Sí.
-¿Es una casa, una torre, un edificio?
-Eeeeeeee…
Sara consulta.
-El edificio es Le Parc, pero la torre es Boulevard.
-No tengo a quién consultarle, vine acá, a la casa de mi hijo y… (se escucha que
habla con alguien en el departamento y le dice que está llamando a Swiss
Medical)
-¿Paciente masculino, femenino?
-Masculino.
-51.
El operador se sobresalta.
-Bueno, dígamelo.
-Natalio Alberto Nisman.
-Bien, señora, puede sacarlo de… ¿dónde está? ¿en la bañera? ¿dónde está?
-Bueno igual puede corroborar por favor, quizás esté inconsciente nada más.
¿Puede corroborar si está respirando por favor?
-Hola, sí…
-Acá lo único que quiero hacer es ayudarlos a ustedes, ¿sí? Imagínese si el
paciente tiene alguna posibilidad de vida… o de alguien que lo pueda ayudar son
ustedes.
-No, sí, pero ya… este… encontramos ya sin vida al hombre, ¿me entendés?
-¿Usted me puede corroborar señor, que realmente no esté respirando el
paciente?
-Bueno… Discúlpeme, ¿me puede conseguir los datos del paciente por favor?
-Bueno, quédese tranquilo ¿sí? Cualquier cosa, de todos modos lo llamo por
teléfono. ¿Sí?
Ignorando el drama que tiene lugar en el departamento del fiscal, los productores
periodísticos intentan asegurarse la nota del día. A las 22:41 una productora de la
radio Rock & Pop envía un SMS al celular de Nisman: “Dr. Buenas tardes,
¿cómo anda? Soy Delfina Seoane, lo molesto para radio Rock & Pop, querría
saber si mañana podemos hablar con usted entre las 6 y las 9 am, en el programa
de Ernesto Tenembaum, ¿puede ser? Gracias y saludos”.
-¿Cómo lo sabe?
-Lo pudimos ver, pero si queremos abrir la puerta del baño no se puede, si
abrimos la puerta se cae el cuerpo. Está la madre acá, que también lo vio.
-Bueno, ¿usted va a hacer un certificado?
-Claro.
-Oficial Alegre, tómele los datos por favor. Doctor, ¿usted sabe que seguramente
va a ser citado? Usted fue el primero en ingresar -dice Andrada.
Alegre toma nota de los datos de Carrera.
Los periodistas insisten. A las 23:07, Omar Lavieri le envía un mensaje: “Aquí
Lavieri, ¿a qué hora vas mañana al Congreso?”
-Prefecto, quieren hablar con usted -dice el custodio. Aranda toma el celular.
-Soy el prefecto Aranda, ¿con quién hablo?
-Prefecto, soy la doctora Sandra Arroyo Salgado, jueza federal de San Isidro.
Necesito que me diga quién es el juez interviniente -dice Arroyo Salgado en tono
imperativo.
-Mire, doctora, no lo sé, hay que ver cuál es el orden del día, no tengo esa
información porque hay que corroborar el orden del día. Y esa información está
en la oficina de guardia, en la calle Güemes -contesta Aranda refiriéndose a qué
juzgado está de turno ese día.
-Mire, prefecto, esto es muy delicado, nadie tiene que tocar nada, se tiene que
preservar el lugar hasta que llegue alguna autoridad judicial –dice, preocupada,
Arroyo Salgado.
-Gracias, prefecto.
A las 11:37, en medio del dolor y la conmoción, su hija Iara le envía varios
mensajes, el último llega a las 12:40. Sabe que su padre ha muerto:
“Te amo”
Sara decide quedarse junto a su amiga sentadas en la cama del cuarto principal.
Aranda le pide que no se mueva de ahí y que no toque nada.
A las 23:43 suena el celular de Diego Donarini, secretario del Juzgado Criminal
y Correccional 25. Es el teléfono móvil del juzgado, que está las veinticuatro
horas del día encendido cuando están de turno.
-Sí, él habla.
-Soy el doctor Walter Vargas, secretario letrado de la UFIAMIA. Discúlpeme la
hora en que lo llamo. ¿Su juzgado está de turno hoy?
-Sí, doctor.
Donarini se queda pensando. Anota el llamado, ya que cree que algo grave ha
ocurrido, aunque no sabe qué.
Diez minutos más tarde, a las 23:45, vuelve a sonar el celular del juzgado.
Atiende Donarini.
-La puerta no se puede abrir del todo, está trabada por lo que parece ser el
cuerpo de una persona que está tendida contra la puerta.
-¿La persona está con vida?
-No lo puedo asegurar, doctor.
-No, doctor, todo está ordenado. Sobre la mesa del comedor hay mucha
documentación que parece que tiene relación con la causa AMIA, parece que
estaba trabajando con estos papeles.
-Bien, prefecto, ¿usted ya notificó a la Fiscalía 45?
-Hasta luego.
-De todos modos, actúe como en cualquier caso criminal, tengo que hablar con
la fiscal, hasta luego -Chirichella corta.
La fiscal Vivian Fein, titular de la Fiscalía de Instrucción 45, recibe una llamada
de su secretario Bernardo Chirichella minutos después de medianoche. Éste le
informa sobre la muerte del fiscal Nisman y se ponen de acuerdo sobre las
primeras medidas que deben tomar. La fiscal decide ir personalmente para iniciar
actuaciones y dar las instrucciones en el lugar. Así lo hace. Diez minutos
después de haber cortado, Chirichella llama al prefecto Aranda.
-Prefecto, le reitero que el lugar debe preservarse.
-No puedo creer que haya pasado esto, quiero entrar a ver qué pasó -le dice Sara.
-Es imposible que Alberto se haya pegado un tiro, ¡por su personalidad! -
contesta su hermana.
-Doctor, buenas noches, soy el prefecto Aranda, yo hablé con usted hace un rato.
-Buenas noches, prefecto.
-Vayamos arriba a ver al juez de Campos, hay que entrar al baño porque Nisman
puede estar agonizando -dice Berni con decisión. Su intención era hablar con el
juez fuera del departamento e instarlo a que permitiera que se atendiera a
Nisman.
Llegan al departamento y entran buscando a de Campos, pero éste ha bajado por
unos minutos. En ese momento le dicen que está presente la madre de Nisman.
Berni se acerca a dos señoras que ve en uno de los dormitorios. Las dos están
viendo televisión, un canal musical. Están como hipnotizadas. Berni encuentra a
Sara Garfunkel en un estado raro, no parece estar en shock. Parece indiferente.
Se acerca y le da el pésame.
-Señora ¿usted tiene alguna duda o piensa que su hijo puede estar necesitando
ayuda médica? -pregunta Berni
-Lo siento mucho señora, ¿necesita algo? ¿quiere tomar algo? -pregunta Berni
intentando contener a la madre. Por su condición de médico, sabe que es un
momento muy difícil para ella y necesita asistencia.
-Señora, acá hay un prefecto, en la puerta del acceso al living hay otro, nadie se
va a llevar nada de acá.
Berni nota extraña a la mujer. Tiene una larga experiencia en casos de muerte,
nunca ha visto una reacción de ese tipo en alguien que acaba de perder a su hijo.
Berni la saluda y va hacia la cocina, por donde entró. Allí se encuentra con el
juez de Campos.
-Doctor, ¿cómo le va? Hay que entrar urgente al baño para ver cómo está el
paciente.
-Hola, secretario, disculpe, pero no puedo autorizar eso yo.
-No, la fiscal está a cargo. Debemos esperar a que llegue para entrar al baño, no
podemos hacerlo sin autorización de ella.
-Señora, soy la fiscal, quiero darle mi pésame, lamento decirle esto a una madre
que acaba de perder a un hijo.
La fiscal Fein decide que sea el personal de Policía Federal quien realice la
apertura del baño.
Se dirigen hacia el baño. Llegan hasta la puerta y la fiscal decide que el operador
de video introduzca la cámara y tome imágenes rápidamente para ver el estado
del lugar antes de entrar. El camarógrafo lo hace y miran las imágenes en el visor
de la cámara. En ese momento, Berni y la fiscal no tienen dudas: Nisman está
muerto, no es necesario entrar de urgencia al baño. Comienzan las pericias.
Mientras esto ocurre, uno de los presentes ve a la madre del fiscal en una rara
situación. Aprovechando la atención que hay sobre el baño, ella hojea con
preocupación y avidez una agenda negra. De repente, la esconde debajo de la
almohada de la cama. Un rato más tarde se la ve revolviendo o buscando algo
entre la ropa del vestidor que une el cuarto con el baño. Extraño.
02:41 am. Mensaje de Melisa Engstfeld: “Alber estás? Leí una noticia que estás
muerto, por favor respondéme. Por favor!!!!!!”
Los hallazgos de los peritos se detallan a continuación:
Una vez terminadas las tareas periciales que involucran al cuerpo de Nisman, lo
retiran para su traslado a la morgue judicial. El personal de criminalística se
queda trabajando hasta las 7.
Como parte de las tareas de los peritos, se revisa hasta el último ropero de la
casa, se abren todos los cajones, las cajas fuertes y se detalla cada elemento
encontrado. La fiscal Fein le asigna a la Prefectura Naval la tarea de custodiar y
comenzar con el secuestro de toda la documentación que se halla en la mesa de
comedor y en el living. Todos los papeles que hay en la casa se identifican, se
hace un inventario y se guardan termo sellados para su mejor resguardo. Se
revisa cada papel que se encuentra en el departamento y se guarda con su
correspondiente identificación. El inventario incluye hasta los apuntes de las
clases de inglés del fiscal. Nada queda afuera. El dinero hallado es contado e
identificado. Todo otro elemento de valor también se incluye en el inventario.
Mientras tanto, la red social twitter está al rojo vivo. Los usuarios insomnes
intercambian rumores y datos imposibles de chequear sobre Nisman. Varios
mensajes llegan al celular del fiscal durante toda la madrugada.
4:09 hs: “Dr. Nisman, Juan Cruz Sanz, era solo para comentarle de URGENCIA
un rumor preocupante. Gracias. Perdón la hora.”
Natasha Nibieskikwiat (periodista de Clarín) escribe: “4:38 hs: Por favor solo
dame señales de que estás vivo.”
4:39 hs: “Hola doctor, disculpe las molestias por el horario. Quería saber si
estaba bien porque hay rumores sobre usted en las redes sociales, disculpas otra
vez por el horario. Soy Gimena, de A Dos Voces.”
La fiscal Fein se retira las 7 de la mañana cuando concluye una parte de la labor
pericial. Quedan peritos, testigos y miembros de las Fuerzas de Seguridad en el
departamento. La madre del fiscal se resiste a abandonar el lugar. Recién se
retira a las 19 del lunes. Al hacerlo, pasa por la cocina, retira de la heladera una
colita de cuadril y se la lleva. Los funcionarios, asombrados, la observan.
A lo largo de los años, desde que la justicia argentina imputó a los ciudadanos iraníes por el
atentado, Interpol buscó algún tipo de acercamiento. Es que se trata de un caso atípico. Interpol
normalmente busca prófugos en causas de narcotráfico o de organización criminal. En esos casos
los Estados no respaldan a los prófugos. En la causa AMIA existe -según Interpolun conflicto
entre dos Estados que son miembros y por eso la actitud siempre fue buscarle una solución
negociada. Después que Aníbal Fernández recibió aquella primera nota de la Policía Federal, le
trasladó la cuestión a quien estaba encargado de la investigación, el fiscal Nisman. La nota del
entonces ministro tiene fecha del 20 de febrero de 2008. Nisman contestó a la notificación de
Aníbal Fernández señalando que “que toda medida que implique futura cooperación la recibe la
fiscalía con beneplácito y la encuentra altamente constructiva”. Firman la respuesta el propio
Nisman y su secretario Fernando Scorpaniti.
El 1º de abril de 2008 la gestión sale de la órbita policial y se afina la propuesta a través de una
carta que el Ministerio de Relaciones Exteriores argentino le envía a Nisman. La Cancillería
transmite las precisiones a partir de un diálogo mantenido en Irán por la representación
diplomática argentina en Teherán.
-Ese Comité podría trazar una hoja de ruta o “acordar la firma de un Memorándum de
Entendimiento” que podría avanzar concretamente en la resolución del caso.
La nota está firmada por la directora de asistencia jurídica de la Cancillería, María Seoane de
Chiodi. Además, se acompaña un texto del Encargado de Negocios de Argentina en Irán, Mario
Quinteros, quien además detalla que las autoridades de Teherán proponen la visita del juez
Rodolfo Canicoba Corral, el fiscal Nisman y la defensora oficial para que se avance en las
tratativas. Quinteros menciona la idea de que Irán incluso estaría dispuesto a redactar un texto-
borrador del eventual acuerdo.
Nisman vuelve a contestar el 8 de abril de 2008 con un oficio muy similar al anterior. Toda
iniciativa de cooperación es “recibida con beneplácito y resulta altamente constructiva”. No es
que el fiscal pusiera alguna condición o sugiriera que no se puede negociar nada que no sea la
presencia en la Argentina de los sospechosos o que no corresponde ninguna comisión mixta.
Nisman y su secretario vuelven a contestar, por segunda vez, que es positiva la búsqueda de
cooperación con Irán, aún cuando ya está claro que se habla de Memorándum y de Comisión
Jurídica Mixta. El texto se adjunta a la causa y, además, se realiza una transcripción en forma de
respuesta a la Cancillería. O sea, hay tres aceptaciones de Nisman respecto de avanzar en la
cooperación con Irán para buscar algún camino e incluso firmar un Memorándum.
Es público y notorio que los sucesivos cancilleres argentinos, por instrucciones de Néstor y
Cristina Kirchner, siempre buscaron alternativas. La idea de hacer un juicio en un tercer país se
barajó varias veces, incluso se mencionó a Marruecos como posible sede. La intención fue
pública y replicaba lo ocurrido con el atentado de Lockerbie cuando el Reino Unido y Libia
acordaron hacer el juicio a los dos supuestos terroristas en una base norteamericana en Holanda.
En aquella oportunidad el mediador fue nada menos que Nelson Mandela”.
Volviendo sobre la crucial pregunta de por qué el fiscal presenta esta denuncia,
hay que recordar que el Memorándum se firma en enero de 2013, se declara
inconstitucional a mediados de 2014 y la denuncia se presenta el 14 de enero de
2015. Lo más sorprendente es que la gran mayoría de las escuchas telefónicas en
las que se apoya la denuncia son de 2012. Ahí ya se puede ver que hay algo
inconsistente en el manejo temporal del fiscal. Si el Memorándum fue una
estratagema para encubrir a los iraníes, ¿por qué Nisman tardó dos años en darse
cuenta? ¿Por qué esperó tanto para denunciar? Lo más extraño es que, al
momento de la denuncia, el Memorándum como tal había dejado de existir ya
que había sido declarado inconstitucional. Hay que agregar que cuando un
funcionario público, como el fiscal Nisman, toma conocimiento de un hecho
delictivo está obligado a denunciarlo inmediatamente. Es claro que ésa no fue su
conducta, por lo cual, tal vez, incurrió en un delito, siguiendo su propio análisis
de que las escuchas demostraban la comisión de ilícitos. Cómo veremos más
adelante, el fiscal se nutrió de escuchas telefónicas ordenadas en la causa AMIA
por el juez Canicoba Corral, pero nunca le informó al respecto. Estas son
algunas de las preguntas para las cuales Nisman carecía de respuesta. Está claro
que los motivos de la denuncia exceden la firma de este acuerdo. La posición de
Nisman sobre el Memorándum fue cambiando con el tiempo. Como lo
demuestran reportajes que están disponibles en internet, primero lo recibió
gustoso, incluso se ilusionó con viajar a Irán para tomar las declaraciones
indagatorias. Varios familiares de las víctimas recuerdan la emoción de sus
comentarios sobre el posible viaje. El protagonismo que conseguiría lo
obnubilaba. Incluso públicamente Nisman se pronunció favorablemente sobre el
Memorándum. En una entrevista televisiva con Gustavo Silvestre el 29 de mayo
de 2013 habló del tema:
Gustavo Silvestre: En todos estos años, el gobierno argentino, ¿qué papel ha cumplido, le ha
dado apoyo, le ha escatimado apoyo?
Alberto Nisman: En esto hay que ser muy claro, así como hay un presidente de un anterior
gobierno que próximamente va a ser sometido a juicio oral y público por encubrimiento,
concretamente Carlos Menem, en el año 2004, cuando se crea esta unidad por parte de Néstor
Kirchner se nos ha dotado de todas las facilidades, de todos los elementos técnicos, humanos, en
ese entonces que el programa excalibur era toda una novedad, nos han dado dos excalibur, la
verdad es que no nos podemos quejar, hemos tenido y seguimos teniendo todo lo que
necesitamos, tenemos todo el apoyo del gobierno en el sentido de que, obviamente la
investigación es resorte exclusivo en este caso del ministerio público porque el Juez Canicoba
Corral ha delegado la investigación, no se le puede pedir al poder político que se entrometa ni
mucho menos, pero en cuanto compete al poder político, tuve el apoyo de los organismos
estatales, esta es una unidad fiscal del Estado Argentino que es un orgullo en el exterior…
(…)
GS: Ahora toda la polémica sobre el Memorándum, usted no habló o se mantuvo al margen
porque no le corresponde hablar políticamente, toda la polémica supongo que la habrá seguido,
el debate en el Senado, en la Cámara de Diputados, mucho se habló políticamente, sobre todo de
la oposición, que el Memorándum de Entendimiento iba a hacer caer la causa y que iba a traer
impunidad y que ustedes no iban a poder avanzar. Este Memorándum ¿en algo lo ha afectado a
usted en la investigación?
AN: Primer punto, desde el punto de vista práctico mal podría afectarme algo que no está en
vigencia. Punto número dos no creo que pueda afectar en lo más mínimo, de hecho yo sigo
trabajando, voy a seguir trabajando, saco las resoluciones que tengo que sacar…”.
Nisman explica que más adelante dará su opinión, porque debe reservarla para
pronunciarse judicialmente en la causa iniciada por la inconstitucionalidad del
Memorándum, pero agrega:
Alberto Nisman: A mí, hasta ahora, no me ha afectado en lo más mínimo.
Gustavo Silvestre: ¿Pero usted cree que puede servir?
AN: …Cualquier diligencia que permita avanzar en esta investigación y que para el Juez, que es
en definitiva quien lo debe determinar, la considere válida y que sea como una indagatoria, voy a
estar ahí desde la primera hora, voy a colaborar, si hay alguien muy interesado en que avance
justamente por la postura que he tenido ése soy yo, en la medida que esto avance, en la medida
que esté previsto por las leyes y la constitución argentina, obviamente yo voy a colaborar.”
El miedo a perderlo todo fue más fuerte. Nisman creyó que así se blindaba
contra un posible despido. Que la denuncia modificaría los planes de Cristina
sobre la causa AMIA, que su denuncia podría brindarle a Cristina la vía de
escape del malogrado Memorándum y, al mismo tiempo, asegurarle a él su
permanencia en la fiscalía. Evaluó muy mal el momento político y a la
Presidenta. Jamás imaginó el enorme revuelo político que generaría su denuncia.
No tuvo en cuenta el gran desgaste que enfrentaba el kirchnerismo luego de once
años de gobierno y el advenimiento de las elecciones de fin de año, en las cuales
Cristina no se podía presentar. Nunca pensó que la oposición se abrazaría a su
denuncia de la manera en que lo hizo. Y, definitivamente, nunca evaluó la
posibilidad de que se lo obligara a presentarse ante el Congreso Nacional a
denunciar a una Presidenta en ejercicio.
N: Mínimamente, sin dar demasiados detalles, porque van a salir cuando (no se entiende)... Voy a
dar unas ideas. Obviamente Irán no los va a entregar voluntariamente. Quiere decir, que acá va a
intervenir un organismo internacional, un organismo que tiene que actuar compulsivamente
porque Irán no los va a entregar. Para actuar compulsivamente sobre Irán, Irán tiene que ser
miembro de ese organismo. Bueno, esas circunstancias se dan. No está establecido
expresamente. Pero hay jurisprudencia en otros casos, que con menos de eso, se ha obligado a
que los extraditen bajo apercibimiento sino de extraerlos de ese organismo internacional
-O sea, no entrar a Irán y llevárselos, sino obligar a que los extradite
N: Exactamente. Con un organismo internacional que tiene facultades compulsivas sobre los
miembros. E Irán es miembro. Esto va a salir ahora. Con lo cual, no sé si va a ocurrir, pero por
los antecedentes que hay y la jurisprudencia,(…) hemos encontrado una solución que finalmente
creo que es totalmente aplicable y se va a firmar en los próximos días…”
Otra prueba concreta de esta intención, y de las maquiavélicas estrategias de
Nisman, se descubrió un mes después de su muerte. Esto quedó refrendado en la
resolución judicial del juez federal Daniel Rafecas en donde rechazó la denuncia
de Nisman. En el fallo, el juez cuenta que las nuevas autoridades de la UFI-
AMIA presentaron un oficio con información relevante. El oficio comienza con
un acta de Soledad Castro, secretaria letrada de la fiscalía, en donde informa
sobre la existencia de un conjunto de documentos firmados por el extinto fiscal
Nisman antes de la denuncia contra Cristina Kirchner.
La colaboradora del fiscal relata que Nisman quería pedirle al Poder Ejecutivo
que presentara una solicitud para que el Consejo de Seguridad de Naciones
Unidas conminara a Irán a entregar a los acusados. Como se firma el
Memorándum, Nisman pospone la presentación del pedido y elabora dos
documentos con contenido diferente dependiendo de si Irán ratificaba o no el
Memorándum, pero con un mismo objetivo. Esto sorprende al juez Rafecas
porque el contenido de los dos escritos es completamente contradictorio con el
contenido de la denuncia de Nisman contra Cristina. Los escritos fueron
firmados entre diciembre de 2014 y enero de 2015. No eran escritos viejos,
como pretendieron decir algunos defensores del fiscal. En ninguno de ambos
escritos Nisman alude a la denuncia contra las autoridades del gobierno. Así
relata Rafecas el contenido de los escritos:
“A lo largo de sus páginas, presenta una postura diametralmente opuesta (a su denuncia), en el
sentido de que realiza consideraciones sumamente positivas de la política de Estado del gobierno
nacional, desde 2004 hasta la actualidad, destaca todos los discursos de los dos sucesivos
presidentes, todos los años, ante la ONU, y considera que tanto el ofrecimiento de juzgamiento
en un tercer país (2010) como la firma del Memorándum (2013), ambas iniciativas del P.E.N.,
como una consecuencia entendible de la “erosión” y “desgaste” que lograron hacer los iraníes
debido a su irreductibilidad y negativa a colaborar en el avance de la causa AMIA, que llevaron
al gobierno argentino, nos dice ahora el Dr. Nisman, a ir paulatinamente reduciendo sus
pretensiones, con tal de lograr el objetivo de siempre: sentar a los acusados ante el juez, y de este
modo, permitir avanzar la causa hacia el juicio oral”.
Queda claro que, en los escritos, Nisman pondera la posición del gobierno
argentino a lo largo de los tres mandatos del kirchnerismo. Luego hace un relato
pormenorizado de los diferentes discursos de la Presidenta ante Naciones
Unidas. Es notable que el mismo Nisman consigna las palabras de Cristina
aclarando ante Naciones Unidas que el Gobierno argentino de ninguna manera
puede alterar las alertas rojas ya que ellas dependen de “jueces y fiscales” del
país, lo cual contradice él mismo luego en su denuncia. Leyendo estos escritos,
se nota una enorme coherencia por parte de nuestro país en el tema AMIA y la
situación de los iraníes acusados. Al mismo tiempo, resulta repugnante al sentido
común pensar que quien escribe todo esto es la misma persona que escribe todo
lo contrario en la denuncia de encubrimiento. ¡Y todo fechado con diferencia de
un mes!
Este absurdo carente de toda lógica obedece solo a un motivo: la denuncia contra
Cristina no estaba en los planes de Nisman un mes antes. Confirma, por lo tanto,
lo apresurado e improvisado de la decisión del fiscal. A través de la denuncia,
Nisman pretendió condicionar a Cristina Kirchner a avanzar en el sentido de
estos escritos, confrontando fuertemente con Irán y fortaleciendo la posición del
fiscal. En ese contexto, su despido de la UFI-AMIA era inimaginable.
Para Rafecas fue la frutilla del postre para rechazar la denuncia. Demostró la
falta de convicción del fiscal sobre lo que denunciaba. Como bien señala
Llorens, tan grave era la contradicción que salieron importantes editorialistas a
minimizar su trascendencia. Eduardo Van Der Kooy, en Clarín, y Joaquín
Morales Solá, en La Nación, dijeron que eran borradores sin importancia y que
habían sido redactados antes de la firma del Memorándum de Entendimiento, a
pesar que estaban fechados en diciembre de 2014 y enero de 2015, dos años
después. Pero la intención era clara: salvar la memoria del fiscal, aún de sus
propias contradicciones.
Hay más pruebas de todo esto. La fuente es curiosa. Una vez más, Llorens
aclara: el diario Clarín del 27 de febrero de 2015 publica un reportaje a Joseph
Humire, director del Center for a Secure Free Society y coautor del libro La
estratégica penetración de Irán en América Latina. Humire conoció muy bien a
Nisman: expusieron juntos en 2013 ante el Congreso norteamericano sobre la
influencia iraní en la región. En el reportaje, Humire nos da la clave sobre las
intenciones del fiscal:
“Yo no creo que Nisman realmente hubiera querido atacar a la presidenta, no era su propósito. Lo
que creo es que de alguna manera estaba usando a Cristina Kirchner como un vínculo para poder
abrir el caso de AMIA a un nivel internacional, a cortes globales, a Naciones Unidas”.
Hasta antes de su muerte, nunca fue considerado un héroe por nadie. Más bien
fue un hombre discutido, polémico y hasta odiado por algunos sectores. No tenía
buena relación con los familiares de las víctimas del atentado a la AMIA, que él
investigaba. Políticamente, no tenía amigos o aliados. Su relación con el
kirchnerismo fue muy buena hasta después de la firma del Memorándum de
Entendimiento con Irán en enero de 2013. El pico de esta buena relación se dio
en 2010, cuando Mauricio Macri, en ese momento jefe de gobierno de la ciudad
de Buenos Aires, fue procesado por el juez federal Norberto Oyarbide –ya
retirado– en una causa por escuchas ilegales. Nisman no fue el fiscal de la causa
pero sí colaboró denunciando a Macri. El mismo Macri dijo apenas ganó las
elecciones en 2015: “Fue un fiscal que no se portó bien conmigo (…) se metió
en la causa sin tener porqué participar”. Pero todo cambió el 14 de enero de
2015. En el mismo instante de su presentación contra Cristina Kirchner, la
Presidenta en ejercicio, la percepción que todos tenían de él sufrió una brutal
transmutación. Todo opositor a Cristina Kirchner lo identificó inmediatamente
como un hombre que estaba cumpliendo un servicio a la patria. Gente que jamás
había escuchado hablar de él, lo reconocía y celebraba. Medios y periodistas que
lo ignoraban, de repente, lo buscaban afanosamente. Políticos de Cambiemos,
que lo miraban con desprecio y bronca, se le acercaron raudamente. Su muerte,
cuatro días después, lo encaramó a la cima de su popularidad. El país entero
habló de él. La marcha del 19 de febrero, que sería recordada como “la marcha
de los paraguas”, solidificó el mito de Nisman. El fervor popular de los
opositores a Cristina Kirchner lo convirtió en un héroe.
Pero… ¿quién era Alberto Nisman? Pocos lo saben.
La propia Sandra Arroyo Salgado relató cómo se conocieron en una nota con
FM Millenium:
“En el momento en que yo trabajaba en una fiscalía de Casación él lo hacía en los Tribunales en
San Martín y ahí ya nos encontrábamos, ya que visitaba seguido a Guillermo Montenegro, que
también estaba allí. Cuando me enteré que Nisman era secretario de la Cámara Federal de San
Martín, él se transformó en una fuente de consulta.
Empezamos a charlar sobre precedentes jurisprudenciales, siempre fuimos muy obsesivos,
perfeccionistas y dedicados al trabajo. Valoraba mucho su formación, siempre fue una persona
que se destacaba. Con el tiempo empezamos a tener una relación más íntima y pasamos a salir.
Al principio mantuvimos todo en estricta reserva, y con el tiempo nuestros conocidos se fueron
enterando. Con el tiempo empezamos a usar un apodo: Yo lo llamaba ‘Gustavo’ y él me decía
‘Gus’. Era por un personaje del programa de Marcelo Tinelli (VideoMatch), en referencia a
Eduardo Husni, nombre que habíamos distorsionado. El tiempo que duró nuestra relación, 17
años, usamos ese apodo.
Pero con los años se produjo un desgaste en nuestra relación y terminó con la separación en
2011. El vínculo se fue deteriorando: tratamos de sacarlo a flote, pero cuando tomamos
conciencia que ya no era posible la convivencia pasamos a una relación más distante. Las
separaciones siempre son en malos términos, empezamos a crecer en forma separada, nos fuimos
disociando en lo profesional, sentía que no había dejado de ser el profesor, y empecé a sentir que
no respetaba ciertos espacios. Nuestras vidas estuvieron cruzadas por cuestiones profesionales y,
cuando uno lleva esto todo el tiempo, incluso más allá de los horarios laborales, era inevitable
que se terminara la relación”.
A los tres años, Alberto tuvo una hermana, Sandra. Creció disfrutando los
espectáculos de Hugo Midón una vez por semana de la mano de su tía Lidia.
Hizo su primaria en el colegio Dr. Hertzel, de la comunidad judía, y practicó
deportes en el club Macabi. Para su secundario asistió a la Escuela Nacional de
Comercio Nº 3, Hipólito Vieytes, terminando sus estudios en 1981. Se recibió de
abogado en la Universidad de Buenos Aires en 1988. Antes de recibirse, trabajó
en el Juzgado de Primera Instancia en lo Criminal Nº 7 y en el Criminal y
Correccional Nº 1 de Morón. En este último, una vez recibido, fue designado
prosecretario y luego ascendió a secretario. Fue secretario de la Cámara Federal
de Apelaciones de San Martín. En 1989, Gerardo Larrambebere (entonces juez
federal de Morón) lo designó como secretario a cargo de la investigación de las
denuncias por desaparición forzada de Iván Ruiz y José Díaz, dos de las
personas que actuaron ese año como atacantes en el copamiento del cuartel
militar de La Tablada. No fue feliz su desempeño. Nisman archivó la causa por
falta de pruebas. Pero en 1997, la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos dictaminó que Ruiz y Díaz habían sido víctimas de delitos de lesa
humanidad y que el Estado argentino había incumplido su deber de investigar y
castigar a los responsables. Veinte años después, se reactivó la causa y el
entonces juez federal de Morón dispuso el procesamiento y captura de militares
sospechados de haber cometido los crímenes. No fue un buen arranque para
Nisman en casos de alto impacto público. La decisión del juez, que él acompañó,
pareció responder a los intereses del gobierno de ese momento, que pretendía la
condena de los responsables del copamiento, pero no abrir grietas investigando
la actuación de los militares que intervinieron en la defensa y recuperación del
regimiento. Alberto Nisman parecía aprender a hacer equilibrio con lo que
esperaba de él el poder de turno. En 1995 fue nombrado Fiscal General en la
Fiscalía Nº 1 ante los Tribunales Orales en lo Criminal Federal de San Martín.
Este nombramiento sellaría el destino profesional y personal de Nisman.
Nisman y la causa AMIA
Lo más importante en la vida profesional de Nisman comienza en 1997. En ese
momento se instruía la causa judicial por el atentado a la AMIA, ocurrido el 18
de julio de 1994, que había dejado un sangriento saldo de 85 muertos y 300
heridos. Los fiscales Mullen y Barbaccia, junto al juez Juan José Galeano,
llevaban adelante la investigación. Los fiscales veían acercarse el momento del
juicio oral y público contra los culpables de la conexión local y necesitaban
sumar un fiscal con experiencia en juicios orales. Ambos conocían bien a los
candidatos posibles. Pensaron en alguien que reuniera los requisitos para la tarea
por venir. Sin dudarlo, estuvieron de acuerdo en que un joven fiscal de un
tribunal oral, por lo tanto con buena experiencia en juicios orales, sería su fiscal
de juicio. Se trataba de Alberto Nisman. Elocuente, histriónico, eléctrico a veces,
parecía dar con el physique du rol necesario para encarar un juicio oral de
tremenda repercusión. Algunos críticos de Mullen y Barbaccia creen que lo
eligieron también por ser judío, como para ganarse cierto favoritismo de los
jueces y darle épica al juicio. En el medio tribunalicio le decían ‘el ruso’ y a
veces ‘el gordo’, tenía buena fama, aunque era considerado un jugador de tenis,
un singlista. Este apodo tenía que ver con que se lo consideraba un egoísta.
Alguien que solo jugaba para él mismo, que no sabía trabajar en equipo. Pero en
este caso solo precisaban a alguien que les revisara la causa con miras al juicio
oral y llevara adelante el juicio. Querían evitar posibles nulidades. Estaban
convencidos de que Nisman podía desempeñarse bien.
Se desata un gigantesco escándalo que incluye una interna feroz entre dos
sectores de la SIDE, uno de ellos comandado por Jaime Stiuso. El poderoso
espía, creador y principal investigador de la pista iraní, se había opuesto a la
línea de investigación local, fogoneada por otro sector de la SIDE, la llamada
‘Sala Patria’, a cargo de Patricio Finnen. El juicio termina en el año 2004 con la
absolución de todos los acusados, previamente –en 2003– se aparta al juez
Galeano de la causa. En la sentencia se denuncia penalmente por el delito de
encubrimiento a Carlos Menem, Carlos Corach, Hugo Anzorreguy –titular de la
SIDE al momento del atentado–, el juez Galeano, los fiscales Mullen y
Barbaccia, Patricio Finnen, Rubén Beraja, Jorge ‘el fino’ Palacios y varias
personas más. Apenas concluye el juicio, los acusadores, transformados en
acusados, esperaban ansiosos la apelación del fiscal del juicio oral, pero ésta
nunca llegó. Entendiendo que era una causa perdida y agradeciendo no quedar
enchastrado en ella, Nisman decidió no apelar. Una devolución de favores por
haber sido excluido de la denuncia por estos hechos escandalosos, ya que
Nisman había formulado la acusación y pedido pena para los policías
bonaerenses falsamente imputados, por lo cual debería haber sido incluido en la
acusación de encubrimiento.
Algunos creen que Nisman, cuando analizó la causa, ya calculaba que eso podía
ocurrir. En la lectura del expediente toma conocimiento de que el acta del
hallazgo del motor de la supuesta Traffic bomba tenía graves deficiencias. Eso le
hizo pensar, dicen, en que el juicio podía terminar en un fiasco. Ocurre que el
principal de la Policía Federal que firma el acta certificando el hallazgo declara
en el juicio que nunca había visto nada. Nisman comienza a asustarse. Debido a
que padecía de rosácea en la piel de la cara, se le notaba mucho cuando estaba
nervioso porque enrojecía. En esos días el fiscal estaba brotado, todo rojo. La
causa no hizo sino empeorar. El fiscal se opuso al levantamiento del secreto de
Estado a los agentes de la SIDE, con el apoyo de la DAIA, cuyos testimonios
eran clave para certificar la existencia del pago a Telleldín que podía hacer caer
la causa.
Finalmente, cuando asume Néstor Kirchner y levanta el secreto de Estado,
declaran los agentes de SIDE y cuentan todo el armado de la falsa acusación.
Con eso termina el juicio y se descubre el montaje de la pista local. El juicio más
grande en la historia judicial de la Argentina termina en escándalo.
Stiles era uno de los tantos alias con los que se movía Stiuso, Jaime Stiles. Pero
de hecho tampoco se llama Jaime, su verdadero nombre es Horacio Antonio
Stiuso. Algunos cuestionan la anécdota que relata ‘Tato’ Young, el mismo Stiuso
la desmintió. Hay un buen argumento: difícilmente, Stiuso hubiese permitido
que Nisman fuera nombrado sin haberlo sondeado antes, sin haber trazado una
estrategia con él, sin conocerlo a fondo. Los que lo conocieron bien a Nisman no
tienen dudas de que Jaime detectó un aspecto clave de su personalidad, el fiscal
no tenía voluntad propia. Dicen quienes lo conocieron bien, que Nisman era un
hombre que carecía de iniciativa frente a los grandes temas. Prefería siempre
seguir instrucciones. Necesitaba un jefe que le estuviera marcando el camino.
Era un hombre inseguro, le gustaba el protagonismo mediático, pero puertas
adentro prefería jugar de segundo, siguiendo el camino que le marcaban. La
causa AMIA fue siempre manejada por Jaime Stiuso, jamás dependió de
Nisman. Sin Stiuso, Nisman no podía llevar adelante la investigación. Por lo
tanto, jamás podría haber estado ahí si no hubiera sido elegido por él. Si bien
puso siempre la cara ante la opinión pública –lo cual le encantaba– no era quien
tomaba las decisiones.
Stiuso no era solo el hombre fuerte de la SIDE, no solo era el dueño de la causa
AMIA, no solo se dedicaba a hacer espionaje sobre políticos y periodistas –
propios y ajenos– y a manejar las relaciones con los organismos de inteligencia
del mundo –básicamente el norteamericano e israelí. Stiuso cumplía un papel
mucho más importante para Néstor Kirchner. A lo largo del tiempo había forjado
una gran relación con los poderosos jueces federales. El fuero federal es el que
investiga al poder, es el que puede poner en aprietos a una administración por
sus problemas de corrupción. Stiuso conocía a casi todos ellos por haber sido
colaborador –desde la SIDE– en investigaciones de drogas, en escuchas
telefónicas varias y otros menesteres delicados. A base de favores y amistades –
mutuamente convenientes– con la mayoría de ellos, era quien más influía en sus
decisiones. Stiuso, dicen, podía evitarle problemas judiciales al gobierno de
Kirchner; y de hecho lo hizo. En esta actividad se le reconoció una enorme
eficiencia. Los problemas judiciales del gobierno de Cristina Kirchner coinciden
con el deterioro de la relación de su administración con Jaime.
Pero Stiuso no lograba controlar a todos los jueces federales. Es un secreto a
voces que había un juez indomable, que fallaba según su criterio jurídico sin
atender presiones; era el caso de Daniel Rafecas. Servini de Cubría, según cuenta
‘Tato’ Young en su libro, tenía un trato de igual a igual con él, incluso una hija
de Jaime trabaja en su juzgado. Stiuso, al comando de casi todo el fuero federal,
manejando las escuchas sobre políticos, periodistas e influyentes –a las cuales
Kirchner era muy afecto–, era uno de los hombres más importantes del
Gobierno. Si encima se hacía cargo del grave problema de la causa AMIA –que
ya manejaba– aportando alguna solución, era más que bienvenido por Kirchner.
Una muestra del poder de Stiuso fue el nombramiento de la mujer de Nisman
como jueza. La historia de cómo llega Sandra Arroyo Salgado a su puesto como
jueza federal de San Isidro, la cuenta ‘Tato’ Young en su libro Código Stiuso:
“Quien se ocupaba del trato diario con Nisman era Horacio García, “Garnica”, el jefe de la base
Estados Unidos. Nisman le pedía de todo. (…) Por eso fue a él, a Garnica, a quien Nisman le
hizo el pedido. Un día que iba a ser trascendental. Porque era un favor de esos que solo se piden
una vez y atan para siempre: un favor muuuuy grande. Nisman levantó el teléfono y le pidió a la
SIDE que ayudara a su mujer a convertirse en jueza. Acaso sin saberlo, se estaba entregando así
a un mundo con códigos diferentes a los suyos, un mundo sórdido del que no se salía. -Dejame
hablar con Jaimele dijo Garnica. (…)
Sandra Arroyo era defensora oficial en la Capital Federal desde hacía varios años. Y si bien no
tenía libros ni artículos publicados, a los 37 años tenía un posgrado en la Universidad Austral y
era docente de derecho penal en la UBA. Estaba lista para dar un nuevo paso en su carrera. Pero
su aspiración era muy ambiciosa. Lo que pidió Nisman era ayuda para convertirla en titular del
Juzgado Federal número 1 de San Isidro, que llevaba casi un año sin juez. Era un cargo muy
codiciado (…) Sandra Arroyo quería ese puesto, además, por comodidad de la familia. Los
Nisman ya vivían en San Isidro y tenían allí su vida social. (…) ¿Estaba capacitada para el cargo
que aspiraba? Sandra venía desarrollando una buena carrera, sin duda, pero pasar a un cargo tan
importante significaba un salto muy abrupto, por lo tanto, más costoso para quien lo facilitara.
Quien lo hizo fue Jaime. Lo resolvió él mismo o a través de Javier Fernández, aquel hombre a
quien Kirchner había asociado para ganar influencia en el Poder Judicial. (…) No conocemos los
detalles, pero aquel invierno de 2005 se cocinó en el Consejo el nombramiento de Sandra Arroyo
Salgado como jueza federal de San Isidro. Los indicios se encuentran en el concurso 112/05.
Sandra compitió con candidatos mucho más preparados y con mejores antecedentes. Pero el
Consejo, que debe elegir a los tres mejores, la puso primera en la terna que luego envía al Senado
de la Nación. Las calificaciones, se sabe, ya se toqueteaban a gusto de la mayoría, que en ese
momento ostentaba el kirchnerismo. En el concurso, terminado en septiembre de 2005, quedó
asentada la queja de, al menos, una de las consejeras (Victoria Pérez Tognola), quien señalaba
que otro de los candidatos, Juan Pablo Salas, había dado un examen muy superior al de todos los
demás. Los antecedentes de Salas también eran mucho mejores. Seguramente se merecía el cargo
más que Sandra Arroyo Salgado. Pero claro, el tal Salas no tenía llegada a La Casa”.
Embajador Schmorak, quien me habló esta madrugada para solicitar audiencia durante mañana
miércoles con Sr. Presidente Nación y con Sr. Canciller, me expresó:
1- Asentimiento primer ministro para aparición conjunta con Sr. Presidente en programa
Neustadt esta noche fue influido entre otras razones por entendimiento a nuestro gobierno le
resulta positiva dicha presentación.
2- Para gobierno Israelí es importante coordinar con el nuestro una versión coincidente del
atentado -principalmente por impacto tendrá manera de presentar la cuestión ante opinión
pública israelídado que partidos oposición y algunos medios prensa están utilizando el hecho
para atacar duramente política paz gobierno Rabin, apreciación de Embajador Schmorak que
suscripto confirma.
3- Gobierno Israelí no tiene queja alguna sobre manera en que el nuestro está manejando el tema.
Objetivo de entrevista alto nivel solicitada es coordinar interpretación del atentado efectos
presentar a la prensa -inmediatamente después del encuentrouna versión unificada de lo ocurrido.
OTEGUI.”
Esto prueba la intención de Israel de dar una versión en conjunto con nuestro
país. Por supuesto que así se hizo, la interpretación coordinada fue que el
atentado había sido perpetrado por Hezbolá, una organización musulmana chií
libanesa, a instancias de Irán.
Se organizó todo con mucha rapidez. Rescatistas israelíes fueron los que
encontraron el motor de la presunta Traffic bomba. Algo sobre lo que siempre se
discutió. Hubo irregularidades en la confección del acta donde se hizo constar el
hallazgo y surgieron dudas sobre lo actuado por este equipo de israelíes. Israel
sostuvo desde el primer día la culpabilidad de Irán. La bomba complicó los
planes de paz de Rabin. La derecha israelí más extrema cuestionaba la utilidad
del plan de paz con el argumento de que se seguía atentando contra los judíos,
por lo tanto no servía para nada.
La causa AMIA ha sido calificada como una verdadera cloaca nacional por el
desastre que ha ocurrido alrededor de la investigación: pruebas falsas,
encubrimientos, operaciones de todo tipo. La investigación, esto es casi
unánime, ha sido calificada como pésima. Como se vio en el juicio de la
conexión local, la causa fue utilizada para hacer política nacional, pero también
para hacer política internacional. Más allá de la utilización para chicanas
políticas internas, para todo gobierno siempre fue importante mantener la causa
en marcha para generar una buena relación con los familiares de las víctimas y
con la dirigencia de la comunidad judía. Ése fue siempre el objetivo de los
presidentes. La pista iraní nunca fue la única pista. Existió una pista siria que fue
dejada de lado.
Como ya dijimos, la pista iraní es una creación de Jaime Stiuso, ya que se basa
fundamentalmente en informes de inteligencia, escuchas telefónicas y
contribuciones de otros servicios de inteligencia. Eso es todo material de acceso
exclusivo de la SIDE. Si bien reinaba siempre una sensación de que la causa
estaba estancada, si se iniciaba una investigación sobre otra pista iba a ser visto
como un retroceso, por eso confiaban en Stiuso. Según un grupo de familiares, la
presencia de Nisman fue fundamental en dicho estancamiento. Esos familiares
creen, tal vez con razón, que Nisman no logró ningún avance en sus once años al
frente de la fiscalía. Dicen que la causa no avanzó nada en su objetivo primordial
que era dar con los autores y con las pruebas que acreditaran tal autoría. Con su
gran manejo con la prensa, su ubicuidad para moverse con el poder político y sus
promesas a los familiares, Nisman fue fundamental para engañar a todos y
hacerles creer que la causa avanzaba, cuando en realidad estaba estancada desde
que Galeano inventó la pista local. En el fondo siempre existieron las mismas
supuestas pruebas, informes de inteligencia y poco más. Nisman no avanzó en
descubrir el coche bomba, el origen de los explosivos utilizados o algún tipo de
conexión local real. El gran reproche que le hacen algunos familiares es que tuvo
la posibilidad de investigar desde cero cuando asumió. Sin embargo, siguió el
libreto dictado por Jaime Stiuso, quien, a su vez, dicen que lo recibió de Israel y
Estados Unidos.
Muchos de los que han investigado la causa creen que la pista iraní es un invento
de Israel y Estados Unidos. Otros, más prudentes, señalan que la culpabilidad de
Irán puede ser cierta, aunque no consideran que esté demostrada aún. Es
innegable que para Israel y su socio geopolítico Estados Unidos es crucial tener
a un país enemigo como Irán acusado de haber cometido un grave hecho
terrorista. La pista iraní no tiene que ver con algunos ciudadanos iraníes
extremistas, sino con una supuesta decisión tomada por las más altas autoridades
de ese país para hacer explotar una bomba en la Argentina, utilizando todos los
recursos del país, inclusive su embajada. La guerra diplomática en los
organismos internacionales es mucho más fácil cuando una causa judicial sindica
a tu país enemigo como terrorista. Ésta fue siempre una fuerza poderosa que
impulsó a Stiuso y Nisman a sostener esta pista. Al mismo tiempo, el
agradecimiento de Estados Unidos e Israel no se hizo esperar. Nisman siempre
contó con innumerables privilegios y favores por parte de estos dos países.
Estados Unidos siempre tuvo interés por la causa AMIA. Es fácil comprobar la
especial relación de Nisman con la embajada de ese país. A través de la filtración
de los documentos del Departamento de Estado norteamericano, conocidos como
Wikileaks, tomó estado público esta relación. Son los cables que enviaban los
embajadores de ese país a sus jefes en la cancillería. En esos cables contaban
cada una de las reuniones con personajes relevantes de la política del país en el
cual estaban representando a los Estados Unidos. Esas revelaciones, relacionadas
con nuestro país, fueron obtenidas de manos del propio Julian Assange por el
periodista Santiago O’Donnell. Escribió dos libros contando las relaciones de
personajes renombrados de nuestro país con los distintos embajadores. En
Politileaks, O’Donnell habla de Nisman y la AMIA, con revelaciones
sorprendentes sobre el grado de relación del fiscal con la embajada. Dice:
“Son 196 los cables del Departamento de Estado que mencionan la palabra AMIA entre los
cientos de miles de despachos obtenidos por WikiLeaks y difundidos en la megafiltración que se
conoció como “Cablegate”. Los documentos abarcan el período que va desde principios de 2004
hasta principios de 2010, coincidiendo con gran parte de la presidencia de Néstor Kirchner y del
primer mandato de Cristina Kirchner. Si bien el archivo de WikiLeaks no incluye las
comunicaciones más sensibles, clasificadas como “top secret”, la serie de documentos que
mencionan a la AMIA incluye 16 escritos marcados como “secret” y 75 clasificados como
“confidential”, que en su mayoría no han sido previamente publicados ni difundidos en la
Argentina. Los cables muestran que el gobierno de los Estados Unidos impulsó y alentó la
investigación de los sospechosos iraníes acusados de haber cometido el atentado que en 1994
mató a 86 personas. Distintos funcionarios estadounidenses mantuvieron numerosos contactos
con el fiscal encargado de llevar adelante la investigación, Alberto Nisman. En esos encuentros,
los estadounidenses dejaron en claro que no dudaban de la culpabilidad de los iraníes acusados
por la fiscalía, e insistieron en que Nisman dejara de lado la “pista siria” y la “conexión local”
por considerar que seguir esas pistas podía debilitar el “caso internacional” en contra de los
acusados iraníes. El fiscal siempre se mostró solícito ante los pedidos y los consejos de la
embajada, a tal punto que muchas veces fue él quien inició el contacto, según dicen los cables,
para pasar información. En noviembre de 2006, Nisman le adelantó al embajador en Buenos
Aires, con tres semanas de anticipación, la decisión del juez Rodolfo Canicoba Corral de
procesar a los sospechosos iraníes. En diciembre de 2007, Nisman le presentó a la embajada el
borrador de un pedido de captura de los iraníes para ser llevado ante la Interpol, pero el
documento de dos carillas no satisfizo a los diplomáticos, y el representante del FBI en la
delegación le hizo varias sugerencias al fiscal para mejorar el texto. Dos meses después, Nisman
volvió a la embajada con un borrador de nueve carillas que esta vez sí fue elogiado y ponderado
por los estadounidenses. En mayo de 2008, Nisman llamó a la embajada tantas veces para “pedir
perdón” por no haber avisado que iba a pedir la captura del expresidente Carlos Menem, que la
sede diplomática escribió tres cables distintos dando cuenta de las sucesivas ampliaciones del
pedido de disculpas. En diciembre de ese año, Nisman llamó a la embajada para darle un
“advance notice” de que iniciaría acciones civiles en contra de los sospechosos iraníes. En mayo
de 2009, le avisó a la embajada con un día de anticipación que pediría la captura del colombiano-
libanés Samuel Salman El Reda por considerarlo miembro de la “conexión local” del atentado”.
Con respecto a la solidez de las pruebas contra los iraníes, esto se dice:
“Pero entre los elogios, el representante de la Cancillería argentina a cargo del caso AMIA, un
consejero de la DAIA y un representante del FBI expresaron en distintas ocasiones sus reparos
sobre la solidez de las pruebas acumuladas en la investigación. El consejero de la DAIA agregó
que, debido a la presión de la comunidad judía, a sus representantes no les quedaba otra
alternativa que aplaudir cada acción que se tomara en la causa. Lo dijo en 2008, tras el pedido de
captura de Menem y otros altos funcionarios de su gobierno, acusados de encubrimiento por
Nisman”.
Este párrafo explica muy bien el sentimiento de muchos sobre la causa. Explica
la necesidad que tenían de que avanzara, aunque tuvieran dudas sobre la solidez
del avance. Una actitud hipócrita, ya que lo importante es descubrir la verdad, no
inventar pistas. Ése fue el cuestionamiento eterno de los familiares al fiscal
Nisman. Se quejaban con él de que era un experto en venderles novedades que
nunca se materializaban. Esa actitud también era imputable a algunos dirigentes
de la comunidad judía.
Con todo esto quedan claras las intenciones de los gobiernos de Estados Unidos
e Israel de culpar a Irán por el atentado a la AMIA. Y que las dudas sobre la
solidez de las pruebas acompañan a esta causa desde su inicio. Es tan compleja
la causa AMIA y sus vaivenes que es difícil de entender. Pero algo está claro:
Nisman trabajaba en la causa de la mano de Stiuso, Israel y Estados Unidos. El
tema AMIA era tan importante para Estados Unidos, que muchos creen que la
pésima relación que tuvieron los Kirchner con ese país no llegó a la ruptura
gracias a este caso. No importaban las diferencias –muy grandes– en casi todos
los temas, mientras se mantuviera viva la pista iraní en la causa AMIA.
Cuando llegan a Buenos Aires, el fiscal juntó a los familiares de las víctimas del
atentado en una solemne reunión y les dijo pomposamente –mientras les exhibía
una foto–: “Ésta es la persona que asesinó a sus familiares”. Se quedaron todos
duros, sumamente impresionados. Hubo llantos. Nisman les mostró la foto de
Ibrahim Berro y lo presentó como el chofer suicida de la Traffic bomba. Luego
hizo lo propio ante la prensa. Incluso llegó a citar los dichos de uno de los
hermanos de Berro. Según Nisman, éste había dicho: “Mi hermano voló la
AMIA”. Apenas enterados, los hermanos Berro declararon ante la prensa
argentina que eso era falso. Algunos interpretaron que no querían problemas con
Hezbolá y por eso negaban la participación de su hermano en el atentado que
habían confesado ante Stiuso. Sin embargo, otros pudieron acceder a las actas de
declaración de los hermanos Berro. Allí descubrieron la cruel mentira de
Nisman. Los Berro jamás había aceptado la culpabilidad de su hermano, la
negaban claramente en su testimonio.
Nisman se salió con la suya, la mentira no tuvo contrapartida. El fiscal siguió
adelante con total impunidad. No fue sancionado ni denunciado ni nada. Pero su
relación con varias personas se terminó por completo, descubrieron hasta dónde
era capaz de llegar. Con respecto al conductor suicida, en la morgue existían
restos NN, o sea, sin identificar, de una persona muerta en el atentado. Se creía
que esos restos podían pertenecer al conductor suicida. Por eso, al menos dos
personas, Sergio Burstein y el periodista ‘Tuny’ Kollmann, le insistían al fiscal
en que hiciera un examen de ADN a fin de contrastarlo con los hermanos de
Berro. Nisman se negaba con diferentes excusas. Finalmente, ya muerto el fiscal,
ese cotejo se pudo realizar gracias a las muestras de ADN que dieron los
hermanos de Berro. Ese perfil correspondía a Augusto Daniel Jesús, hijo de otra
víctima del atentado. Lo cual no significa que no hubiera un conductor suicida,
pero no se encontraron restos de nadie más. Y fue la segunda desmentida con
respecto a Ibrahim Berro. El fiscal Nisman se opuso siempre a realizar el cotejo,
sosteniendo que se trataba de una víctima de origen boliviano, a pesar de que el
cuerpo pertenecía a un hombre con una altura de 1,85 metros, algo poco común
en alguien proveniente del altiplano. Nisman se resistía cerradamente a cualquier
cotejo de ADN que pudiera hacerse en la causa. Hoy en día, con los nuevos
fiscales nombrados luego de la muerte de Nisman, existe un completo mapa de
ADN de víctimas y familiares.
La fortuna de Nisman
Según relata Sandra Nisman, ella y su madre firmaron –en 2014– formularios en
blanco que les presentó Alberto. Ella nunca supo para qué eran. Luego de su
muerte, su madre le comentó que Alberto le había dejado un papel con un
teléfono y un nombre al cual había que llamar si le pasaba algo. Sandra tomó el
papel y llamó, tuvo que trasladarse a un locutorio porque era un número del
exterior. Se presentó con nombre y apellido y le dieron el pésame por la muerte
de Alberto. Preguntó por la cuenta de su hermano y le dijeron que podía
consultar con un usuario y contraseña, a través de internet. Ella le dijo que no
tenía nada de eso, entonces la mujer le aconsejó que consultara con Diego, el
otro cotitular. Ella dijo que no lo conocía, la atenta representante del banco le
proveyó el nombre de Diego Ángel Lagomarsino.
Todo suena muy extraño y misterioso, oscuro. Pero hay más, Alberto Nisman
tenía en la cochera una camioneta Audi Q3, que utilizaba habitualmente pero
que no le pertenecía. Poseía una cédula azul que lo habilitaba a manejar el auto y
sacarlo del país. El titular de la cédula verde del vehículo era la sociedad
anónima Palermo Pack, cuyo titular es Claudio Picón. Según declaró en la causa
Picón, se conocieron con Nisman porque sus hijas iban al mismo colegio. De allí
surgió una relación, los dos eran separados y cuando estaban con sus hijas les
resultaba cómodo juntarse. Picón es de familia de mucho dinero, es un hábil
empresario y quienes lo conocen creen que es un poco débil de carácter. Así
comenzaron una relación de amistad que rápidamente empezó a tomar otro cariz.
El aspecto económico es muy relevante para entender quién era Alberto Nisman.
El manejo de dinero sin declarar por parte de un funcionario judicial de la
importancia de Nisman es un hecho gravísimo. Recibir dinero sin una
contraprestación configura el delito de dádivas. Esto coloca al funcionario en
una posición de debilidad, ya que el descubrimiento de estos manejos implicaría
el inicio de una causa judicial y el final de su carrera. El origen del dinero de la
cuenta en Merrill Lynch es un misterio, pero esas misteriosas transferencias no
eran la única fuente de ingreso ilegal en la economía del fiscal Nisman. Otras
transferencias también son sospechosas.
(…) En diciembre de 2014, el Banco Central del Uruguay hizo una evaluación crítica del
cumplimiento de la normativa sobre lavado de dinero por parte de varios bancos, entre ellos el
Hapoalim. Así lo admitió la oficial de cumplimiento del Hapoalim, María Pilar Pedrazzini,
durante una jornada de capacitación sobre lavado. Nisman murió al mes siguiente, y poco
después el Hapoalim decidió el cierre de su sucursal Colonia, que era la puerta de salida para la
fuga de capitales desde la Argentina hacia Israel. Hoy sólo quedan la central en Montevideo, que
a la sigla añade el número 001, y la de Punta del Este, con el añadido 002”.
Eso se asemeja a lo que contaban los custodios. A veces era muy duro con ellos,
muy estricto y malhumorado. No era un hombre de trato fácil para los
subordinados. El temor que le tenían los custodios a Nisman jugó en contra para
el descubrimiento de lo que había pasado el fatal domingo.
Al parecer, Nisman tenía debilidad por las mujeres jóvenes. De esto dan cuenta
sus amigos o quizás sea más adecuado llamarlos conocidos. Algunos abogados
que conocieron mucho a Nisman cuentan algo muy privado del fiscal que va en
la dirección de lo descubierto por la fiscal Fein. Ellos dicen que era muy
“desesperado” por las mujeres jóvenes. Que lo volvían loco y que su apetito
sexual les llamaba la atención. Poseía una voracidad sexual fuera de lo común.
Le encantaba salir con muchas mujeres y compartir sus conquistas con ellos.
Una de sus costumbres era mandarles fotos de las mujeres con las que salía. “Le
gustaba hacerse el canchero –cuentan– quería que pensáramos que era un
ganador”. Sus amigos sospechaban que muchas de sus conquistas no eran tales,
creían que más bien eran prostitutas o ‘gatos VIP’. Pero más allá de querer
mostrarse, lo cierto era que salía con muchas mujeres, muy bellas y muy
jóvenes.
En sus salidas nocturnas y con relación a sus compañías, se pueden diferenciar
claramente dos etapas: antes y después de Leandro Santos. En su primera etapa,
concurría una vez por semana a un boliche de Vicente López en donde siempre
tomaba algo solo y se retiraba acompañado de una chica distinta, todas
dedicadas a la prostitución. El dueño del boliche, muy amigo suyo, le decía que
no era bueno para él que lo vieran allí, pero él se quejaba: “No me dejás
relajarme un poco”. Esas compañías no le significaban un costo, pagaba la casa.
Años después comienza la segunda etapa. El fiscal se hizo asiduo asistente a los
after office de Rosebar, un reconocido boliche de Palermo. En esa época se
completa la transformación personal de Nisman. Sus sesiones con el personal
trainer Daniel Tangona –dedicado a empresarios y famosos– dan resultado: está
flaco y atlético. También hacen efecto las aplicaciones de bótox y cremas para
combatir su rosácea. Gasta mucho dinero en trajes, camisas y corbatas caras. El
panorama se completa con lentes de contacto de color celeste que comienza a
usar asiduamente. Es el nuevo Nisman, ganador más que nunca con las mujeres,
canchero, bien vestido y muy generoso con los regalos a sus “conquistas”.
También, los Santos se vieron señalados como responsables de la difusión del video hot de la
modelo Alexandra “la sueca” Larsson -también de su staff-, que había sido filmada teniendo sexo
en un departamento de Puerto Madero. (…) Luego de que NOTICIAS publicara en tapa a
Florencia Cocucci, modelo de Santos y la “amiga” de Nisman –que horas más tarde declaró ante
Fein–, el “management y scouting de modelos” (como se identifica su hermano Rodrigo) llamó a
todas sus chicas, las juntó en sus oficinas ubicadas en la avenida Pueyrredón al 1000 y, en una
charla escueta y concreta, les anunció que cerraba su agencia de modelos. “Cerré la agencia
porque estoy cansado de que me metan siempre en medio de todos los quilombos. Yo no soy
responsable de lo que hagan las chicas en su vida personal”, afirmó Santos.
(…)
Al manager le molestó que se lo señale como un proveedor de prostitución VIP. “Si Leandro se
dedicara a eso no tendría la agencia y se dedicaría a ganar plata haciendo solo eso”, le aseguró a
NOTICIAS un allegado al representante. Pero, cuando se habla de prostitución VIP, no siempre
el sexo es a cambio de dinero. En algunos casos, lo que importa es quedar bien con alguien con
poder a quien poder recurrir en caso de necesitarlo.
Nisman no solo llamaba a Santos cuando quería saber si sus “amigas” -las modelos de
Santosiban a ir al boliche. Otra de las ocasiones en las que el fiscal se comunicó con él fue en
agosto del 2014, cuando falleció su hermano Diego arrollado por un camión en la avenida del
Libertador mientras circulaba con su moto. Nisman lo llamó para darle sus condolencias y para
explicarle cómo debía afrontar el tema judicial en un caso de accidente de tránsito. Antes de
cortar, el fiscal se ofreció para ayudarlo en lo que necesite. “Estoy a tu disposición”, le habría
dicho. Es que el fiscal se sentía en deuda con la persona que representaba a las chicas con las que
compartía noches, viajes e, incluso, momentos de relax y, en algunos casos, amor.
Santos tiene abierta una causa por “trata de personas, explotación sexual, prostitución de
menores y lavado de activos”, la modalidad más común de lo que es conocido como
“Prostitucion Vip”, en Uruguay. La investigación comenzó en 2012 y el escándalo saltó cuando
dos policías de civil lo detuvieron en plena conferencia de prensa. Los efectivos intervinieron
con el fin de hacer efectivo el pedido de extradición que había realizado en país vecino. De
inmediato, su abogado, Mariano Cúneo Libarona, intercedió y presentó un hábeas corpus con el
que anuló el pedido de la Justicia uruguaya y Santos recuperó su libertad. Actualmente, la
investigación sigue en curso y el representante no puede cruzar el charco, porque, si lo hiciere,
quedaría inmediatamente detenido. “No pienso ir nunca más a Uruguay. Acá tengo todo lo que
necesito”, le aseguró el manager de modelos a un amigo.
El llamado de los jueves de Nisman a Santos no es casual. Era el día de la semana más esperado
por el fiscal y, si sus “amigas” no lo acompañaban en su momento de dispersión, no tenía sentido
salir. El lugar elegido era Rosebar, el boliche del barrio porteño de Palermo. Allí comenzó a
concurrir luego de haberse separado de su exmujer, la jueza Sandra Arroyo Salgado, quien
encabeza a la querella en la investigación por la muerte del fiscal, en representación de sus hijas.
Nisman llegaba cada jueves a las 19 horas, ingresaba por el estacionamiento del boliche y era
recibido por uno de los dueños. Juntos ingresaban a la mesa del sector VIP que le tenían
reservada (una mesa que le daban como gentileza) y comían algo. A sus custodios los mandaba
de vuelta y solo volvía a llamarlos para irse del lugar. “Era un tipo muy correcto. Cuando alguien
le decía si no tenía miedo de que lo perjudicara que lo vean ahí, él respondía ‘soy soltero y mi
mujer rehizo su vida, ¿porqué no puedo divertirme yo también?’”, le confesó a NOTICIAS una
de las personas que lo acompañó más de una vez en su mesa. Y agregó: “su mayor preocupación
era que el custodio del VIP dejara pasar a las chicas que venían a verlo. Una de esas es Danisa
(Fernández), con quien estuvo de novio varios meses y de la que él me decía que estaba
enamorado”.
En ese espacio de luz tenue y música fuerte, Nisman se divirtió, comió, bailó y hasta se enamoró.
Danisa Sol Fernández, la modelo del staff de Santos que fue tapa de Playboy en marzo de 2013 y
que hoy está en boca de todos, conoció al fiscal a mediados del 2012, cuando estaba por cumplir
20 años. Al poco tiempo tuvieron un romance que duró hasta mediados del 2013, momento en
que Danisa se reconcilió con su novio y rompió con el fiscal.
Durante ese noviazgo, viajaron juntos y Nisman le habría comprado toneladas de ropa, como
hizo con muchas de las modelos que conoció en los últimos tres años. “Era un tipo fachero, súper
educado y que encima las trataba como diosas, las llevaba de viaje a lugares increíbles y les
regalaba fortuna en ropa. Eso, a estas chicas de clase media, las deslumbraba”, contó un íntimo
amigo del fiscal muerto.
La última relación de Nisman habría sido, casualmente, otra de las modelos de Santos, Florencia
Cocucci. La joven que, gracias a la exposición lograda, tiene muchas posibilidades de convertirse
en uno de los integrantes del Gran Hermano 2015. La modelo negó un romance, aunque con ella
viajaron a Cancún (viaje en el que también participó otra de las modelos de Santos, Constanza
Antonaci y con quien compartió un sugestivo festejo de cumpleaños en el que no faltaron
artículos sexuales. “Si con Cocucci tuvo algo, fue superficial. Él estaba enloquecido con Sol
(Aguilar), con quien salía, cenaban pero la piba no le daba más que eso”, afirmó un amigo de las
modelos. La trilogía que lo acompañó durante el último tiempo estaba conformada por Cocucci,
Sol Aguilar y Katja Solange Cejas. Las tres, casualmente, modelos que formaban parte del staff
de Leandro Santos.
Nisman llegaba a Rosebar a las 19, comía con agua y cuando se hacían presente las chicas, juntos
bailaban y se divertían hasta la medianoche. A las 00 horas, llamaba a sus custodios y junto con
sus “amigas”, se iban a terminar la noche en Tequila o en Vita, dos reconocidos boliches de la
noche porteña en los que Santos tendría un convenio para que sus modelos vayan a hacer
presencia a cambio de ingresar gratis y tener barra libre. Con la aparición de Cocucci, Leandro
Santos fue citado por Fein. Su declaración fue corta y Fein no indagó mucho en la amistad entre
ambos, porque no se conocía. Solo se remitió a hablar de su relación laboral con la modelo y
nada más”.
La realidad del viaje fue otra que la relatada por Cocucci. El viaje fue tan bien
planeado que el mismo Nisman contrató un fotógrafo profesional que les sacó
fotos a las chicas en la playa. En esas fotos profesionales también aparece
Nisman. Cuando llegó a Buenos Aires, el fiscal le pidió a Diego Lagomarsino
que lo ayudara a armar tres carpetas con esas fotos. Una para cada una de las
chicas con sus fotos y otra para él. Había varias tomas de las chicas en topless
junto a Alberto. A Lagomarsino le dio la sensación de que quería que él viera las
fotos de las chicas para cancherear sobre el viaje con las modelos. Las fotos
también sirvieron para que las chicas justificaran el viaje con sus respectivos
novios y familiares. Todo muy bien pensado.
Hoy en día vive en su ciudad natal, Mar del Plata, y sigue trabajando como
modelo.
La relación de Nisman con estas mujeres adquiere relevancia por dos motivos.
Uno es el nivel de gastos que exhibía el fiscal en sus tarjetas de crédito. Era
excesivamente alto para sus ingresos en blanco. La mayoría de esos gastos
tenían que ver con compras en casas de ropa femenina y de accesorios como
carteras y alhajas. ¿Cómo solventaba todos esos gastos un fiscal con un sueldo
que no superaba los 90.000 pesos por mes? El otro aspecto relevante era la
voracidad sexual del fiscal, la superficialidad de esas relaciones y el vacío
emocional que parecía afectarlo. Estos elementos pueden sumar datos a una
compleja personalidad. En sus últimas horas, ninguna de estas chicas estuvo
cerca de él. Intercambió algunos mensajes con varias de ellas, pero siempre
fueron superficiales y de ocasión. El tipo de relaciones que procuraba con el
sexo opuesto no le aportaba más que soledad.
Ailén Bechara-Modelo
Alberto Fernández-Político
Andrés Oppenheimer-Periodista
Aníbal Mathis-Dueño de Rosebar
Jorge Asís-Político
Bárbara Armesto-Modelo
Barbie Ruiz-Modelo
Rodolfo Canicoba Corral-Juez Federal
Carlos Pagni-Periodista
Constanza Antonaci-Modelo
Flor Paolini-Modelo
Flor Parise-Modelo
Flor Silveira-Modelo
Francisco de Narvaez-Político
Guada Elliott-Modelo
Jorge Argüello-Político
Jorge Telerman-Político
Tuny Kollmann-Periodista
Luciana Geuna-Periodista
Marcelo Nardi-Abogado
Marcelo Rocchetti-Abogado
Matías Morla-Abogado
Maypi Delgado-Modelo
Miku Santos-Hermana de Leandro Santos
Nisman denunciado
La obsesión de Nisman por las mujeres no comenzó tras su separación de
Arroyo Salgado. La historia que sigue es antigua. Se trata de una causa judicial
muy grave que involucró a Alberto Nisman. El porqué de su inclusión en estas
páginas requiere una explicación previa. Los aspectos fundamentales de este
expediente son reveladores de algunos aspectos muy particulares de la
personalidad de Nisman. Cuando murió el fiscal, muchos hablaron de la
posibilidad de que hubiera sido objeto de un chantaje o de una amenaza. Se
hablaba de un carpetazo, de la posibilidad de que se difundiera información que
pudiera perjudicarlo gravemente. Esta historia presenta un posible carpetazo
contra el fiscal, es información que ningún hombre público querría que saliera a
la luz jamás. Con el fin de entender su potencialidad de daño para la imagen del
fiscal debe ser contada con detalle. Hay condimentos que hacen que esta historia
podría haber sido muy dañina. El otro motivo para relatarla es la información
que nos provee sobre un aspecto de la personalidad de Nisman; no es un aspecto
positivo y las consideraciones al respecto se hacen más adelante. Es una historia
que debe salir a la luz para conocer algo más de Alberto Nisman.
En marzo de 1991, María Laura S., una abogada de 26 años, se presentó en el
Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Criminal y Correccional Federal
Nº5 para realizar una denuncia. Frente al juez, declaró que desde hacía ocho
años recibía ininterrumpidamente llamadas telefónicas anónimas. Dichas
llamadas eran tan insistentes que impedían el uso de la línea telefónica de su
hogar por parte de todo su grupo familiar. Quien llamaba se negaba a cortar la
comunicación y el teléfono de la casa quedaba bloqueado. En esa época no
existían aún los teléfonos celulares ni las líneas digitales. Durante las llamadas
anónimas, María Laura recibía amenazas que incluían detalles de sus horarios y
movimientos. El sujeto parecía tener mucha información de su vida privada y las
llamadas siempre ocurrían cuando ella estaba en su casa. Eran alrededor de
quince o veinte llamadas por día. María Laura denunció que se trataba de una
voz masculina que parecía pertenecer a una persona de mediana edad. La voz era
fingida, como para evitar su reconocimiento. El sujeto la amenazaba y le decía
obscenidades de todo tipo. María Laura solicitó la intervención de su línea
telefónica para poder demostrar el contenido agresivo de las llamadas. Ella temía
que los llamados provinieran de un empleado de la empresa Telecom.
Fecha: 27/5/91
‘E’: ¿Qué?
‘S’: La tengo larga para vos, ¿querés verla?
‘E’: No…
‘E’: No…
‘E’: ¿Eh?
Fecha: 29/5/91
‘E’: ¿Qué?
‘S’: ¿Viste alguna vez alguna?
‘E’: ¿Qué?
‘S’: ¡Me pone la pija al palo ese lomo! Quiero que me hagas la paja entre las
tetas.
‘E’: Qué lindo, qué boquita…
‘E’: Corta.
‘E’: ¿No serás Reucabio? (Así se entendió). (En realidad, se refiere a Lautaro, el
personaje principal de la novela)
‘S’: Sí.
‘S’: Decime.
‘E’: No sé, después vemos. ¡Seguro que no podés hacer nada porque sos
maricón!
‘E’: No sé, porque no te conozco, si tuviera el gusto de conocerte sería otra cosa,
pero no te conozco…
‘E’: (Corta)
‘S’: (Corta)
Fecha: 5/7/91
‘E’: No, no puedo porque estoy de novio, ¡y menos salir con vos…!
‘E’: Hola…
‘S’: No me cortes…
‘E’: ¡Te corté porque ya estoy cansada de que me estés llamando…!
‘E’: ¡No…!
‘S’: (Corta)
‘E’: (Corta)
‘S’: ¿Qué?
‘E’: Voy a ver la televisión, ¿qué voy a hacer?
‘E’: ¿Antes?
‘S’: Sí…
‘E’: Minifaldas.
‘S’: ¿Y arriba?
‘E’: ¿Podés ser tan degenerado vos? Fuera de broma, ¿podés ser tan degenerado?
‘E’: Sí… Sí… Sí… aparte no sé dónde me ves, ¡no entiendo! Para decirlo, no
entiendo de dónde me ves.
‘S’: Quiero que me des el gusto…
‘E’: ¿Qué?
‘S’: Quiero que me des el gusto…
‘E’: No…
‘S’: ¿No le mirás la entrepierna? Tus amigas me dijeron que te gusta ver el pito.
‘E’: Qué tonto. ¡Pobre pibe! No sé qué amigas pueden haberte dicho eso.
‘E’: (Corta)
‘S’: (Corta)
Fecha: 10/7/91
‘E’: Bien...
‘S’: ¿Cuándo nos vemos? ¿Hoy?
‘E’: No, no puedo...
Fecha: 1/8/91
‘E’: No.
‘E’: Nada...
‘S’: (Inaudible)
‘E’: Qué término médico el tuyo. Ahora yo te digo una cosa, ¿por qué a veces
hablás tan degeneradamente y otras veces hablás normal?
‘E’: No...
‘S’: La tengo grande en serio...
‘S’: Cuando me veas me vas a decir: “qué tarada que soy, lo tendría que haber
reconocido antes”.
‘S’: (Corta)
‘S’ (voz masculina fingida): Mery, ¿tu aparato o el mío anda mal?
‘E’: Pero...
‘S’: Sí, las chicas me dicen: “mirá todo lo que tenés y con esa vocecita que
parecés un marica”.
‘E’: (Corta)
‘S’: (Corta)
María Laura jamás volvió a recibir una llamada de esas características. Hoy en
día, la impunidad del autor de las llamadas no tendría lugar: la legislación
avanzó en penalizar este tipo de hechos desagradables y agraviantes. Al día de
hoy, María Laura quiere sepultar el tema. Aunque recuerda bien lo ocurrido, no
quiere revivir esa historia. En conversación con el autor de este libro aclaró que
siempre supo que Alberto Nisman era quien la había llamado durante ocho años
para decirle obscenidades y amenazarla.
Cualquier hombre público tendría mucho temor de que lo amenazaran con sacar
a la luz esta causa. Su prestigio quedaría destrozado, su imagen pública se
derrumbaría. Hay quienes imaginan que la difusión de esta causa podría generar
la aparición de alguna otra damnificada por hechos similares. Creen que no es la
única vez que Nisman pudo haber actuado de esta manera. Dicen los psicólogos
que cuando hay un comportamiento tan patológico, difícilmente no se repita.
Pero solo hay rumores, no existe una denuncia parecida a ésta.
Un profesional de la psicología analizó estas llamadas a pedido del autor de este
libro. En su opinión, demuestran que el hostigador posee una conducta
persecutoria que busca generar angustia en el otro. Hay cosificación de la mujer.
Se nota que el que llama tiene fuertes rasgos narcisistas. Su sexualidad es muy
genital, muy fálica, totalmente centrada en él. No habla de ella en los llamados,
solo habla de él. Tiene rasgos psicopáticos. Es más psicópata que perverso.
Genera temor con el componente anónimo. Posee una gran inseguridad, una gran
impotencia. Ejerce el poder para compensar su inseguridad. Es cobarde,
masturbatorio y de trato enfermizo. Algunos rasgos identificados por este
profesional se corresponden con el trabajo de la pericia psiquiátrica realizada por
Mariano Castex, perito médico de la defensa de Lagomarsino, y que veremos en
detalle más adelante.
PARTE III
LA
INVESTIGACIÓN
Los primeros pasos
A partir del 19 de enero de 2015, cuando llega la fiscal Viviana Fein junto a la
Unidad Criminalística Móvil de la Policía Federal al edificio Le Parc, comienza
oficialmente la investigación sobre la muerte de Alberto Nisman. De aquí en
más, este libro se dedica a analizar cada una de las alternativas de la
investigación. Cada prueba, cada indicio va a ser descifrado para llegar a
contestar la pregunta del título. ¿Quién mató a Nisman?
Es una pregunta que, cuando se termine de escribir este libro, aún no habrá sido
contestada por la Justicia. Luego de más de tres años de investigación, de haber
pasado por dos fueros, con un expediente de más de 130 cuerpos, la
investigación está empantanada. Nunca la Justicia ha estado más lejos de poder
contestar esa pregunta. Explicar el fenómeno de las presiones políticas y
mediáticas que se han desatado en este caso requerirían la escritura de otro libro.
Son esas presiones las que han impedido contestar una pregunta que tiene una
respuesta que se puede y se debe contestar. Este libro lo hace.
La respuesta a todas esas preguntas es que este caso es muy especial. Si esta
idéntica situación de muerte en un departamento tiene como víctima a una
persona común, no hay dudas de que, si la autopsia o el análisis del lugar del
hecho no arrojan prueba alguna sobre la participación de terceras personas, el
caso se cierra decretando que fue un suicidio. Pero Alberto Nisman no era una
persona común; por ende, su muerte tampoco. Fue la muerte violenta de un
fiscal que investigaba el atentado terrorista más sangriento ocurrido en nuestro
país. Era un fiscal que había acusado a la Presidenta de la Nación de haber
encubierto dicho atentado. Por eso es lógico que se requiera un tratamiento un
poco más exhaustivo que en un caso común.
Examen externo
1. Antropométrico:
Color blanco.
Cabellos entrecanos.
Calvicie frontal.
Ojos pardos, nariz, boca y orejas medianas.
Bigotes y barba afeitados de 2 días.
Pupilas dilatadas.
Conjuntivas: sin particularidades.
Uñas: cortas.
3. Intervalo post-mortem
Córneas: transparentes.
Rigidez: instalada.
Examen traumatológico
A la inspección este cadáver no presenta injurias médicas.
(Lesiones producto de intervenciones médicas)
Del mencionado orificio, parten fracturas radiadas hacia parietal derecho y hacia
el peñasco del temporal.
Explorado el encéfalo se halla un elemento metálico desnudo, ubicado en la
región cortical parieto-temporal izquierda y un fragmento metálico que se extrae
y envía a la Instrucción.
La trayectoria del elemento vulnerante ha sido de derecha a izquierda,
ligeramente de adelante hacia atrás y ligeramente de abajo hacia arriba.
Examen interno
a) Cabeza:
b) Cara:
c) Cuello:
Faringe y esófago: sin particularidades.
d) Tórax:
Pericardio: libre.
Cavidad pericárdica: vacía.
Corazón: forma: conservada, peso: 310 gr. músculo contraído.
e) Abdomen:
Hígado: exangüe.
Vesícula: sin litiasis. (Sin cálculos).
Riñones: exangües.
f) Pelvis:
Consideraciones médico-legales
2. Se deja constancia que las manos se hallan envueltas en bolsa de nylon y bajo
ellas de papel madera.
Conclusiones
A las 9:50 de esa misma mañana, cuando está terminando la autopsia, el abogado
Guillermo Alberto Elazar, pareja de Sandra Arroyo Salgado, hace una
presentación en la fiscalía a través de un escrito. Elazar se presenta en nombre de
la jueza Arroyo Salgado y de sus hijas Kala y Iara Nisman. Relata que su pareja
se encuentra de viaje en Europa y que está haciendo todo lo posible para
anticipar su regreso a Buenos Aires en forma urgente. Sostiene que las dos hijas
de Nisman tienen derecho a presentarse como querellantes en la causa que se
instruye por la muerte de su padre. Transmite el pedido de Arroyo Salgado
respecto de que “ninguna medida de carácter decisivo tendiente a despejar tales
causales –AUTOPSIA– se lleve a cabo sin reconocerle previamente a sus hijas el
derecho de controlar a través de peritos de parte especializados en la materia el
procedimiento”.
Es clara su solicitud de que no se realice la autopsia sin la participación de un
perito nombrado por ella, pero el grave problema es que la autopsia ya ha
finalizado cuando se hace la presentación. Desde el punto de vista legal, además,
aún no son parte en el expediente y Elazar no presenta ningún poder para
representar a nadie. Más allá de que este inconveniente legal puede ser obviado
por la fiscal, lo cierto es que el escrito se presenta demasiado tarde como para
cumplir su objetivo. Es significativo otro párrafo de esa presentación que dice:
“Que en el día de ayer en horas de la noche recibí un llamado telefónico de mi pareja conviviente
en aparente matrimonio, Sandra Arroyo Salgado, quien me solicitó que a primera del día de la
fecha materializara esta presentación con el fin de poner en su conocimiento que la nombrada,
conjuntamente con sus hijas menores de edad, se encuentran de viaje en el exterior del país,
arbitrando todos los medios a su alcance a fin de anticipar su regreso a la Argentina a la mayor
brevedad posible”. (textual)
Cuando son interrogados los peritos deben contestar preguntas sobre las pericias,
no sacan conclusiones; solo se refieren a lo que está probado y a lo que no está
probado. Eso dificulta entender los resultados, ya que las respuestas urgentes que
busca la Justicia no son satisfechas por los peritos. Esto se va a ver claramente
en la declaración testimonial del médico responsable de la autopsia, Héctor Di
Salvo, un gran experto del Cuerpo Médico Forense.
La autopsia la realiza asistido por el Director Administrativo de la Morgue
Judicial y por el Decano del Cuerpo Médico Forense. Son los mayores expertos
que tiene nuestro país. El Cuerpo Médico Forense (CMF) realiza unas cuatro mil
autopsias por año. Son los médicos que más experiencia tienen en autopsias.
Dependen de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, ya que son parte del
Poder Judicial. De hecho, rumores provenientes de los tribunales indican que el
informe de esta autopsia fue visto por Ricardo Lorenzetti, el presidente de la
Corte, antes de ser entregado a la fiscal. En ese momento, Lorenzetti estaba
enfrentado con Cristina Kirchner. A partir de este resultado de la autopsia, la
querella de Sandra Arroyo Salgado y sus abogados comienzan a sembrar
sospechas sobre el CMF por el resultado de la autopsia. ¿Lorenzetti hubiera
ordenado encubrir el crimen de un fiscal enfrentado a Cristina Kirchner? No
parece probable desde el punto de vista político, más allá de que implicaría una
complicidad criminal de médicos forenses con una larguísima trayectoria. ¿Por
qué participarían de semejante complot homicida? Eso nunca fue explicado por
nadie ni existe en toda la causa judicial algún indicio o prueba que permita
sospechar de las intenciones de algún integrante del CMF de desviar o inclinar
falsamente la investigación hacia un resultado espurio. A lo largo del análisis de
la investigación judicial nos vamos a encontrar con muchas preguntas que no
tienen una respuesta coherente, como así también con afirmaciones que no
encuentran soporte probatorio alguno.
Queda claro que para estar seguros de lo que pasó, Di Salvo acepta la idea de la
fiscal de que una pericia criminalística pueda servir para cotejar sus resultados
con los de la autopsia. Es una muy buena manera de buscar ayuda para no tener
que decir algo tan concreto.
Los peritos de parte siempre cargan con el prejuicio de que elaboran dictámenes
a gusto del contratante. En este caso, los expertos tienen por delante una ardua
tarea. Su mandante, Arroyo Salgado, se manifiesta convencida de que ha
ocurrido un asesinato antes de la convocatoria de los peritos. Así lo hace en el
escrito que presenta el 21 de enero de 2015 donde solicita ser aceptada como
querellante en la causa. En múltiples entrevistas periodísticas dice que no admite
el suicidio de Alberto Nisman. No es fácil contrariar a quien le paga el sueldo a
uno, mucho menos si es una jueza federal y dice estar convencida. ¿Qué
posibilidades quedan de buscar la verdad en un caso cuando existe semejante
condicionamiento?
Esta conclusión del hecho investigado es muy clara. Los peritos creen que el
suicidio es posible, aunque poco probable. Al parecer, esta redacción del punto
más importante de la pericia no satisfizo los deseos de algún integrante de la
querella. Queda claro que, si uno pretende instalar la idea de que se probó el
homicidio, esta redacción deja dudas. Considerar al suicidio como algo posible
es repugnante a los deseos de Arroyo Salgado.
Insólitamente, o no tanto, al día siguiente el contenido del punto 13 ha cambiado.
La diferencia no es menor. La nueva redacción dice:
“El análisis del lugar del hecho, así como de las evidencias físicas del escenario de esta Muerte
Violenta, descartan la posibilidad de que el hecho sea accidental. Por los mismos motivos
expuestos se descarta la probabilidad de la hipótesis en modalidad suicida.”
El otro aspecto particular de esta pericia es que va por delante de las pericias
oficiales. La pericia criminalística oficial se presenta en el mes de junio del
mismo año. Este trabajo de la querella se adelanta tres meses a la pericia oficial.
El análisis criminalístico
Se analizan los puntos trascendentes de esta pericia, que son los que contradicen
las pericias oficiales. Para entender el análisis de esta pericia hay que adelantar
que la conclusión de estos expertos es que lo más probable es que Nisman haya
sido asesinado estando con rodilla derecha en tierra, mirando hacia la bañadera y
con la mano del asesino gatillando en su sien derecha. A su derecha está la
mesada del vanitory, a su izquierda la puerta del baño y detrás suyo el inodoro y
bidet. Dicen los peritos de la querella que el cuerpo de Nisman fue movido, ya
que la parte derecha de la remera del fiscal absorbió sangre por capilaridad, pero
debajo de ésta no hay sangre y nunca la hubo. Es decir que el cuerpo fue llevado
a esa posición. Explican que en ese lugar hay gotas que cayeron de la mano
izquierda. Esas gotas se ven claramente y confirman que allí nunca hubo
derrame de sangre. Según ellos, esto demuestra que no es la posición original. La
observación de los peritos es correcta, pero no así la conclusión. La explicación
a este fenómeno que marcan es que la absorción de la remera es de la sangre que
está sobre el costado izquierdo. La sangre atrapada entre el sector izquierdo del
cuerpo de Nisman y la bañadera mojó toda la espalda y fue absorbida por
capilaridad por la remera incluso hasta el sector derecho de la misma. Pero es
correcto que, en el sector derecho de la remera, debajo de ella, nunca hubo
sangre. El cuerpo jamás fue movido, la sangre de la remera proviene del otro
costado. Una explicación simple. De haber sido movido el cuerpo, debería haber
otros signos más visibles y obvios de ello.
Los expertos indican que la mano izquierda que ha goteado sangre al piso fue
impregnada por contacto con la mano de otra persona. Ésa es la explicación que
dan para que esté llena de sangre. Además, señalan correctamente que no tiene
sangre en la palma. Este es otro error, la explicación es muy básica: la doble
empuñadura. Al asir el arma con la mano derecha y sumar la mano izquierda por
encima, las dos manos se llenaron de sangre en el disparo. Hay otro fenómeno
que explica el goteado de sangre de la mano izquierda. Además de mancharse en
el disparo, la mano izquierda sufre la lesión por mordida de corredera, que se
explica más adelante. Ese fenómeno genera una lesión en los dedos de la mano
izquierda.
Vamos a ver que, en esta pericia, muchas conclusiones tienen que ver con la
negación de algunos hechos básicos. Al negar la existencia de la doble
empuñadura, es necesario encontrarles una explicación a las consecuencias de la
doble empuñadura –por ejemplo, la sangre en la mano izquierda. La querella
aprovecha a adjudicárselo a un supuesto contacto con otra persona –lo cual es
muy conveniente ya que introduce la presencia de alguien más en el baño–
diciendo: “… como si algo o alguien manchado de sangre hubiese tomado la
misma (se refiere a la mano) posterior al hecho…”.
Se verá más adelante, en otra pericia sobre el mismo punto, que es imposible
tomar una mano y solo manchar el dorso, dejando limpia la palma. Esa supuesta
mancha por contacto es imposible. Es una mala explicación para un fenómeno
que proviene de un hecho que deben negar –la doble empuñadura. Los peritos
van construyendo su propio relato.
La querella niega la existencia de salpicaduras por retroproyección o backspatter
debido a que, dicen, este fenómeno se manifiesta en microgoteado de gotas de
un milímetro: “En el caso que nos ocupa la víctima NO presenta este signo”.
(Textual)
Para probar esta arriesgada idea, los peritos aportan una imagen de backspatter
que se puede hallar fácilmente en internet si uno googlea esa palabra. Lo curioso
de esta presentación es que la foto del ejemplo coincide mucho con las fotos de
las manos derecha e izquierda de Nisman. Es claro que hay diferencias porque el
backspatter depende del calibre del arma, el tipo de bala, etc. por lo tanto no
siempre va a ser igual. Más adelante, además, se verá que el fenómeno de
backspatter siempre está influido por las barreras que puedan interponerse, como
el pelo o el arma, y no siempre es igual. Esta afirmación de la querella de que no
hay backspatter no está fundamentada en el informe y lo poco que se explica no
coincide con las pruebas recabadas. Encima, se presentan pruebas que
supuestamente desmienten un hecho, cuando en realidad lo confirman.
La pericia continúa con el análisis de una gran mancha de sangre sobre la
mesada (la identificamos a partir de ahora como mancha A, según nomenclatura
de la pericia criminalística oficial que veremos más adelante). Es la mancha de
sangre más importante que hay en el baño, más allá del lago de sangre a la
derecha del cuerpo y el charco de sangre a la izquierda. La descripción de “lago”
y “charco” tiene que ver con que uno no tiene límites y el otro sí, son
denominaciones que utiliza la criminalística. Ambos, lago y charco, no son
salpicaduras, sino que provienen del derrame de sangre de la cabeza de Nisman
una vez que yace en el suelo.
Para los peritos de la querella, de haber estado parado al momento del disparo, la
mancha A debería estar más adentro de la mesada o sobre el espejo. En la caída
debería haberse golpeado. La alfombra, luego de la caída, dicen que no se ha
movido; debería, al menos, estar arrugada. La mancha en el tobillo izquierdo
indica que la rodilla derecha está en tierra y la izquierda, en cuclillas. De tal
manera, la sangre cayó en forma vertical sobre el tobillo y sobre la alfombra.
Estas especulaciones contienen gruesos errores. La mancha A proviene de arriba;
por lo tanto, no tiene proyección hacia el espejo. De hecho, presenta dos figuras:
una con dirección al espejo y otra con dirección al borde de la mesada. No es
lógico situarse sobre la mesada, lo coherente es estar de pie sobre la alfombra, no
inclinado hacia adelante. En cuanto a la alfombra, sí está arrugada. Tal cual se
puede ver en las fotos de la causa, presenta una pequeña arruga cerca de la planta
de los pies y una arruga mayor paralela a la pierna derecha. En esta pericia no
están las fotos policiales que muestran con claridad las arrugas. Decir que no
presenta arrugas es inexacto. Son interpretaciones forzadas de hechos mal
recreados.
Con respecto a las manos, la pericia insiste en señalar que las manchas de sangre
en la mano derecha no coinciden con un auto disparo. No hay sangre en gran
parte de la mano derecha. Sí se ve sangre en la segunda falange del dedo pulgar,
en todo su dedo índice y en parte del dorso. No hay sangre en el resto de la
mano. Según los expertos de la querella, esto se debe a la existencia de un telón
de interposición sobre la mano, que puede ser un objeto u otra mano. La palma
de la mano está libre de sangre. La mano izquierda de la víctima está
impregnada de sangre en el dorso. Dicen que es imposible que una de las manos
de Nisman haya transferido sangre a la otra, por contacto, lo cual demuestra para
ellos que hubo otra persona que realizó esta transferencia. En la mano izquierda
hay manchas que presentan un sentido inverso al resto, lo cual indica un
mecanismo de producción opuesto. Hay sangre en el pulgar derecho, que toma
un camino inverso, hacia la punta del dedo.
Para la querella la disposición de las manchas de sangre sobre las manos de
Nisman se explica por la interposición de la mano de un asesino sobre la derecha
del fiscal, la cual luego transfiere sangre a la mano izquierda.
Lo que parece más ajustado a la realidad es lo que más adelante explicará la
pericia oficial. Esto es nada más y nada menos que la doble empuñadura del
arma por parte del fiscal. Con esa explicación, se terminan las dudas. Hubo telón
de interposición, sin dudas, pero es la mano izquierda de Nisman, que por esa
razón está impregnada en sangre. Eso lo explica todo. La diferencia entre colocar
una mano derecha sobre la mano derecha del fiscal o colocar una mano izquierda
–del mismo Nisman– es sutil. Dicen los peritos de la querella que no coincide el
dibujo. Eso es falso. El dibujo que queda en la mano derecha de Nisman es
compatible con el apoyo encima de una mano izquierda, no derecha.
Pero hay un fenómeno más que requiere una explicación. Esto no está en la
pericia oficial que veremos más adelante, pero ha sido revelado
extraoficialmente por peritos que participaron de la misma. Es el dato de la
sangre en el pulgar y la existencia, en los dedos índice y anular de la mano
izquierda, de sangre que no parece provenir del backspatter. Todo indica que la
mano izquierda de Nisman sufrió un problema habitual en el tirador no experto,
que suele ocurrir en mayor grado cuando hay doble empuñadura. Es lo que se
denomina mordedura de corredera, que es una lesión típica que provoca la
pistola cuando es mal sujetada. La corredera de la pistola en el disparo retrocede
con mucha fuerza, sale por fuera de la pistola, expulsa el casquillo y carga una
nueva bala. Cuando esto ocurre, el reborde inferior de la misma puede producir
una lesión cortante en la parte de los dedos que encuentra en su camino. En este
caso, se puede ver en las fotografías de la mano izquierda una lesión continua
que va del dedo índice al mayor a la altura del final de la primera falange. Son
dos marcas paralelas que coinciden con una corredera. Esta lesión provocó el
sangrado que se transfirió al dedo pulgar provocando las manchas y goteo que
señalan los peritos de la querella con razón. También se puede ver que debajo de
esa lesión se encuentra la única mancha de sangre de la palma de la mano, en
este caso la palma de los dedos. Expertos consultados –no de la querella– dicen
que es muy factible que se trate de mordedura de corredera. De esta manera,
todos los fenómenos descriptos por la querella encuentran su explicación lógica
que nada tienen que ver con la presencia de una tercera persona.
En el baño hay muchas manchas que marcan la caída del cuerpo e indican que la
fuente de la que emanaron está en movimiento hacia la puerta del baño. Por
ejemplo, las manchas en la puerta y marco. Para los peritos de la querella esas
manchas existen y las describen de esa forma, la contradicción es que ellos dicen
que la caída es asistida. Si el movimiento es lento las manchas tomarían una
forma distinta a la que se registra.
La toalla de manos que se encuentra colgada del toallero que está al lado de los
cajones solo presenta manchas verticales. Si el hecho ocurre como lo plantea la
querella, ¿por qué no hay manchas en la cara de la toalla que mira hacia donde
está la cabeza de Nisman? Otra vez la explicación es un telón de interposición, el
asesino. Sin embargo, el misterioso homicida no tapa la mancha A que está a
pocos centímetros de la toalla. Extraño.
Más extraño aún es la elucubración sobre la alfombra del baño. Ésta presenta un
goteo vertical entre las piernas de la víctima. Según la querella, estas manchas
deberían estar a la derecha de su pie derecho y el piso, hacia la derecha, debería
estar impregnado de sangre. La explicación básica a esto es que la sangre
provino de la cabeza del fiscal; estando uno parado, siempre la cabeza está entre
los pies. En cuanto a las manchas de sangre en el piso, efectivamente se
encontraron pequeñas gotas compatibles con el backspatter hacia el inodoro y
bidet. En cuanto al piso, el cono de dispersión del backspatter no llegó hasta esa
superficie, como veremos en la pericia oficial.
Según la querella, la víctima –si hubiese estado de pie– debería presentar golpes
producto de la caída. Lo cierto es que los presenta en la cabeza. Están descriptos
por la Junta Médica, como veremos más adelante, en el capítulo 13.
Las manchas en el sector izquierdo de la remera (y que llegan al pantalón) no se
justifican para la querella. Dicen que el disparo ocurrió del otro lado. Sin
embargo, ya veremos que coinciden con varias fuentes sangrantes de la víctima:
boca, nariz y oídos estando en la posición que indica la pericia oficial.
En cuanto a la posición final del arma, tampoco coincide para ellos. Ya veremos
la explicación oficial. Como toda duda, se resuelve con la misma táctica: la
participación del asesino. En este punto, el razonamiento de los peritos de la
querella se complica bastante. ¿Quién colocaría un arma debajo del hombro
izquierdo de la víctima, si desea simular un suicidio? La lógica es colocarla en
cualquier lugar cerca de la mano derecha, que supuestamente la empuñó. Éste es
un elemento clave para el que la querella tampoco posee una explicación
satisfactoria. Asesinos tan profesionales que no dejan una sola huella en un
espacio de dos metros por dos metros lleno de sangre y nunca son encontrados,
¿cometen la torpeza de dejar el arma en un lugar inverosímil? No parece lógico.
El video también muestra al asesino lavándose las manos en la bacha del baño.
En la pericia oficial esto se derrumba cuando se hace una comprobación
adecuada sobre la grifería y bacha. El lavado de manos no existe.
El análisis médico-legal
Solo cabe analizar aquí una frase llamativa incluida en las consideraciones
generales. Dicen los peritos de la querella:
“No se han hallado en la autopsia lesiones extracraneales indicativas de lucha o forcejeo,
debemos aclarar que, bajo amenaza con arma de fuego, o un disparo por sorpresa no habrá por
supuesto signos de lucha en el resto del cuerpo”.
Los peritos quieren contestar la pregunta obvia que es cómo pudo Nisman
entregarse a su ejecución mansamente, ya que no presenta ningún signo de
lucha. Según la pericia, Nisman es llevado mansamente al baño de su casa por
una sola persona, sin oponer la menor resistencia, la puerta del baño es cerrada,
el fiscal se arrodilla y permite que la persona se le coloque por detrás, Nisman
toma el arma que le dio Lagomarsino –llevándola al baño en el paño verde en
que se la entregó–, permite que el extraño tome el arma por arriba de su mano y
lleve la mano a su sien derecha, el asesino dispara con la mano del fiscal debajo.
¿Es ésta una descripción realista? ¿Bajo qué particulares condiciones alguien
aceptaría someterse a una situación así sin resistirse? ¿Acaso puede haber
sorpresa en esa situación, como parece decir la querella? De ninguna manera
puede sostenerse que es un disparo sorpresivo ni aceptarse una entrega mansa;
nada de eso puede ser cierto. Toda la situación resulta muy poco creíble. No
existe amenaza capaz de obligar a una persona a entregarse a la muerte sin
resistencia. En un espacio tan pequeño, una sola persona no es suficiente para
dominar a un hombre de un metro ochenta y dos centímetros de altura, como
Nisman. No hay sorpresa y no hay amenaza posible. El relato de los peritos no
cierra.
Conclusiones:
Por primera vez una pericia habla, elípticamente, de homicidio. Sin embargo, ¿lo
prueba? ¿Cuál sería la prueba o el indicio de homicidio? Esta pericia solo
contiene algunas malas interpretaciones de las manchas de sangre y construye un
relato que no se sostiene. No aporta ni una sola prueba de la presencia de
terceras personas. En la pericia de la querella no existen pruebas novedosas para
el expediente, solo interpretaciones de hechos ya conocidos. No es necesario ser
perito para darse cuenta de que las explicaciones que da la querella no alcanzan.
No indican prueba de la presencia de terceras personas, no explican cómo se
llevó a la víctima al baño sin resistencia, no se sabe cómo entraron a Le Parc, no
se sabe cómo entraron al departamento, no se sabe cómo hicieron para no dejar
huellas en un baño lleno de sangre, para abrir la puerta del baño sin dejar
manchas de sangre, cómo salieron del baño dejando el cadáver de Nisman
trabando la puerta desde adentro, cómo salieron del departamento dejando
ambas puertas cerradas por dentro y cómo salieron del edificio sin ser vistos. En
definitiva, es una pericia muy pobre que no alcanza a demostrar nada. Es claro
que el único efecto que perseguía era generar impacto en la opinión pública e
imponer la hipótesis del homicidio.
Esta pericia no puede ser tenida en cuenta. Agreguemos que deja abierta la
puerta para que el hecho se trate de un suicidio, al cual se refiere como posible –
aunque poco probable–, y todo queda claro. Seguimos sin conocer prueba o
indicio alguno de la existencia de un homicidio. Pero hay que seguir adelante en
la búsqueda.
La Junta Médica
Cómo ya hemos visto, la autopsia que se le practica al cuerpo de Alberto Nisman
arroja como resultado que murió de forma violenta sin la intervención de
terceras personas. Luego de la presentación del informe de la querella en donde
se cuestionan los resultados de la autopsia, la fiscal Fein decide ordenar la
realización de una Junta Médica para que los peritos discutan y se pongan de
acuerdo en las diferencias que han surgido. Además, hace varias preguntas que
deben ser contestadas por los expertos.
Son los mejores expertos del Cuerpo Médico Forense y de la Policía Federal
Argentina. Es razonable decir que son los mejores expertos del país. Todos ellos
visualizan los videos de la pericia en la casa de Nisman cuando aparece muerto,
de la autopsia y de las inspecciones posteriores en la casa. También reciben 1840
fotos que se han tomado en las diversas pericias. Analizan mucho material y
llegan a varias conclusiones.
-Las livideces cadavéricas: son las manchas que aparecen en los cuerpos sin vida
luego de la muerte. Tienen que ver con la putrefacción de los órganos internos y
también con la posición del cuerpo. Permiten saber la data de la muerte y la
posición en la que estuvo el cuerpo, también pueden indicar si un cadáver fue
movido. Por ejemplo: si muere de espaldas, tienden a formarse manchas en la
espalda porque los líquidos bajan a donde el cuerpo está apoyado. Si se mueve el
cadáver luego de que se forman estas manchas, se puede descubrir que alguien lo
movió después de muerto. Todo este proceso es complejo y va dando señales a
distintas horas de la muerte. En este análisis se fija la data de la muerte en rango
amplio de 24 horas y en un rango acotado de 18 horas. O sea, entre las 8 y las 12
del domingo.
-La temperatura del cadáver: éste es uno de los métodos más antiguos, se usa
hace 150 años, aunque no es demasiado exacto. El cuerpo humano tiene la virtud
de mantener estable su temperatura. Cuando una persona muere, esa capacidad
se pierde; por lo tanto, el cuerpo comienza un período de enfriamiento, desde la
temperatura normal de una persona viva, a la temperatura ambiente. Están
estudiados los procesos de pérdida de calor del cuerpo. Es poco exacto porque
hay muchos elementos que interfieren en la temperatura de un cuerpo sin vida.
El lugar del hecho, la temperatura, la humedad, si hay ventilación, etc. También
lo son las condiciones en que se realiza el traslado del cuerpo a la morgue, si hay
hemorragias o no, la vestimenta del cuerpo… Son muchos los factores que
pueden influir. En este caso es correcta la crítica de la querella sobre que no se
tomó la temperatura del cuerpo en el lugar del hecho, sino en la morgue, se hizo
luego de lavado el cuerpo y por poco tiempo. Para la Junta Médica, con este
método se amplía la ventana horaria –por los motivos explicados– en 4,5 horas y
se fija la data de la muerte en 18,4 horas. El horario sería entre las 11 y las 21 del
domingo. Pero el método es poco confiable en este caso.
-Potasio en humor vítreo (dentro del ojo): es un sistema que permite fijar la data
de muerte analizando el comportamiento del potasio en el humor vítreo. Cuando
se produce la muerte comienza a incrementarse la concentración del potasio en
el humor vítreo del ojo. Este sistema presenta una enorme dispersión de
opiniones de distintos autores que establecieron diferentes fórmulas para llegar a
fijar un IPM. Partiendo de una misma concentración de potasio, los resultados
oscilan de 16 a 58 horas. Además, los expertos de la Junta Médica señalan que,
en casos de disparos de arma de fuego en la cabeza, los daños que éste produce
pueden alterar las lecturas. Por lo tanto, después de una larga explicación
técnica, desaconsejan utilizar este método. En caso de querer utilizarlo, dicen,
debe optarse por la fórmula que da el siguiente resultado: data de la muerte entre
16 y 27 horas antes de la autopsia, o sea entre las 5 y las 16 del domingo. Este
método también resulta poco confiable en este caso.
-La putrefacción del cuerpo: el estudio indicó que no había signos de que el
cuerpo hubiera entrado en estado de putrefacción. Esto es un indicativo de la
cantidad de tiempo que pasó desde la muerte.
-El estudio del contenido gástrico aplicado a la estimación del IPM: este sistema
de cálculo se basa en el análisis del contenido gástrico de la víctima que
permitirá, sabiendo el momento de la última ingesta, establecer la data de la
muerte. Admite muchas críticas ya que se debe conocer el momento exacto de la
última comida y el alimento ingerido. Este sistema permite establecer que la
muerte se produjo a las dos horas de haber ingerido una “comida ligera”. Pero se
establece que no se puede fijar la data de la muerte. En las disidencias, Mariano
Castex agrega que la “comida ligera” pareciera tratarse de un desayuno o
entremés. No puede tomarse en cuenta.
Finalmente, la Junta Médica integra todos los sistemas de cálculo del IPM y
determina:
Más allá de esta fallida cita, el CMF cita estudios que llegan a la conclusión
contraria de lo que pretende demostrar la querella. Se cita un estudio realizado
entre 2009 y 2012 sobre un total de 29 casos de suicidios por arma de fuego que
dio como resultado:
-Mayoría de hombres sobre mujeres de 13 a 1
-Todas las víctimas se dispararon en contacto con la piel (31%) o cerca (69%)
-En todos los casos las heridas fueron de atrás hacia adelante
-En el 86% de los casos de derecha a izquierda
Para que quede claro, en todos los casos analizados por este estudio los disparos
son de atrás hacia adelante y en todos los casos se certificó la existencia de
suicidio. Según la querella, todos los disparos de atrás hacia adelante resultan ser
un homicidio. Este estudio demuestra la falsedad de dicha afirmación.
Por si no queda claro, los peritos de la querella –el doctor Raffo y el doctor
Ravioli– sostienen algo que es contradictorio con lo que sostiene un libro escrito
por el mismo Raffo. Y encima lo citan como bibliografía de su propio informe.
Insólito.
Finalmente, se concluye que el disparo fue de contacto, con el arma apoyada
sobre la cabeza, y la trayectoria de derecha a izquierda y de abajo hacia arriba.
En cuanto al debate sobre si fue de atrás hacia adelante o de adelante hacia atrás,
se determina que eso no puede establecerse. Aclaran que el mejor momento para
determinarlo es en la autopsia ya que el cerebro se encuentra todavía fresco.
La Junta analiza seguidamente las otras lesiones, o sea las que no fueron
provocadas por el arma de fuego. Según los médicos, se encuentran: (*en itálicas
comentarios del autor; el resto es textual de la autopsia):
Según el acta de la Junta Médica, todas estas lesiones son producto de un golpe o
choque con un elemento contundente o superficie dura, sólida y roma, sin punta
ni filo. En cuanto a la data de las lesiones, dicen que las internas son
contemporáneas a las heridas de arma de fuego y las cutáneas en la pierna no
puede ser estimadas. A pedido del médico legista de la Policía Federal, se deja
constancia de que él cree que por la tonalidad verdosa de la lesión cerca del
tobillo, esta no puede tener inmediatez con la muerte.
Esto significa que hubo lesiones por el disparo directas y otras producto de la
caída del cuerpo en el baño. Los golpes en la cabeza son producto de la caída. La
lesión en la pierna es más simple, el color verdoso que puede observarse en el
video indica, como dice Sapag en la Junta, que se produjo tiempo antes de la
muerte. Las lesiones en la caída son importantes para determinar lo ocurrido
dentro del baño, ya que los peritos de la querella sostienen que el cuerpo de
Nisman no cayó, sino que fue acomodado en el piso.
Los médicos también declaran que la muerte fue como consecuencia del disparo
y que hubo una sobrevida de minutos. Para llegar a esa conclusión se analizan
varios órganos y se presentan diversos trabajos sobre el tema. También se
verifica por el gran charco de sangre que se encuentra en el baño y que responde
a la actividad cardíaca luego del disparo. El cuerpo del fiscal queda “exangüe”
(sin sangre).
Se produce un gran debate entre los peritos por el espasmo cadavérico. Según la
autopsia, el cuerpo de Nisman presentaba espasmo cadavérico en la mano
derecha. De hecho, en las fotos del cuerpo tal cual fue hallado se puede ver que
el dedo índice sobresale de los demás dedos. El espasmo cadavérico es una
dureza localizada en algún lugar del cuerpo en el mismo momento de producida
la muerte. Por ejemplo, en un disparo autoinflingido, la mano con la que se
empuña el arma puede quedar como agarrándola, con el dedo del gatillo
accionándolo.
(…)
Manifestamos que, desde la perspectiva médico-legal, no podemos afirmar ni descartar –con
certeza científica–, cualquier hipótesis de causalidad subjetiva; es decir, que se trate de una
muerte voluntariamente autoprovocada u ocasionada por la acción directa o indirecta de terceras
personas. En tal sentido, consideramos haber aportado un análisis médico-legal de hechos, sobre
la base de evidencias verificadas según pautas científicas y objetivas; la integración con las
restantes constancias del expediente, a fin del pronunciamiento acerca de la causalidad subjetiva
de la muerte investigada, corresponde al elevado criterio del órgano jurisdiccional”.
Los peritos intervinientes son de primer nivel. Se trata de cuatro peritos, tres
criminalísticos y un médico. Son:
Lo más importante que dice la pericia, luego del análisis de cada patrón de
sangre, es que Nisman estaba solo en el baño al momento de producirse el
disparo. La conclusión es contundente: Nisman se auto dispara en la cabeza
estando solo en el baño, parado, mirando hacia el espejo, a su derecha tiene el
inodoro y el bidet, a su izquierda está la bañadera y atrás suyo la puerta. Nisman
cae hacia su izquierda y hacia atrás; su cuerpo queda trabando la puerta de
entrada al baño que está cerrada. Su cabeza toca la puerta y queda torcida, como
apoyada en el hombro derecho. Debajo del hombro izquierdo queda el arma. Su
mano izquierda queda flexionada a la altura del codo, rotada hacia su cuerpo y
apoyada en su pecho. La mano derecha queda apoyada en el piso, pero
flexionada y rotada hacia arriba.
Cada mancha de sangre es una salpicadura desde el cuerpo hacia el lugar de
impacto, hubo sangre que salió de la boca, nariz, oídos y del orificio por donde
ingresó el disparo, más salpicaduras que partieron de las manos de Nisman
manchadas profusamente de sangre por haber estado muy cerca del orificio de
entrada de la bala. Toda esa sangre dejó huellas en la puerta, en la mesada, en el
inodoro, en la bañadera, en las paredes y en el piso. Se estudió cada una de ellas
para determinar desde donde partieron para impactar de la forma en que lo
hicieron, desde qué altura partieron y en qué ángulo impactaron. Está claro que,
de haber habido alguien más en el baño, estas salpicaduras de sangre debieron
haber sido interrumpidas en su trayectoria y eso, según analizan, no ocurrió. Ésta
es la prueba más importante de toda la causa, es la madre de todas las pruebas.
La pericia analiza la caída del cuerpo hasta tomar la posición en la que fue
encontrado y sostiene que es compatible con las manchas que demuestran la
trayectoria del cuerpo. Sobre el hallazgo de la vaina servida, que es el casquillo
de la bala que las pistolas expulsan al producirse el disparo, dice que es
compatible. Finalmente, sobre el hallazgo del arma debajo del hombro, los
expertos explican que es un lugar compatible con el auto disparo y la caída del
cuerpo, indican que el arma pudo haber caído por detrás de Nisman –y más
rápido que éste–, para terminar debajo del hombro izquierdo. Para estos peritos,
todo en el baño está en el lugar en que debe estar. Este es el análisis de los
peritos oficiales:
Mancha A
La primera mancha de sangre en ser estudiada es la que se encuentra sobre la
mesada en forma perpendicular a la pared, en el costado izquierdo de la pileta y
en el borde externo del vanitory. Es el goteo de sangre más importante que
presenta el baño. Se advierte que se deben diferenciar la gran mancha de sangre
producto del sangrado en el piso de las manchas por goteo o salpicadura, o sea
las gotas de sangre que viajaron desde el cuerpo de Nisman por el aire hasta
impactar en algún lado. Ese goteo principal sobre la mesada es fundamental.
Tiene unos 22 centímetros de largo y forma de franja. Su característica más
importante es que está formada por salpicaduras multidireccionales, eso significa
que las gotas cuando caen contra la mesada del vanitory, van hacia todas las
direcciones. Esta multidireccionalidad indica que el goteado es vertical, o sea
que cae de arriba. Se ha formado por impacto de las gotas sobre el lugar y de
gotas sobre gotas también. La mancha de sangre permite diferenciar dos
sectores: uno con predominancia de gotas de dirección hacia el espejo y otro más
grande con gotas que apuntan hacia la dirección contraria –la puerta del baño.
Según los peritos esto indica un leve movimiento pendular de la cabeza de la
víctima. La mancha de sangre se extiende sobre el canto de la mesada, lo cual
refuerza la idea de goteo vertical y la dirección de la caída, que es hacia atrás,
hacia la puerta del baño. Pequeñas gotas satélites acompañan la gran mancha y
refuerzan lo dicho sobre la dirección.
El análisis de la mancha y sus satélites le sugiere a los peritos oficiales que
proviene de un precipitado vertical desde unos 50 a 100, o 50 a 80 centímetros
de altura. Es decir que partieron desde una altura de medio metro a un metro por
arriba de la mesada. Es importante saber que la mesada tiene una altura de 80
centímetros y Nisman medía 1,82. Las alturas coinciden. La fuente del goteado
es alguna de las cavidades sangrantes de Nisman: boca, nariz u oreja. No son
terminantes en cuanto a la cavidad de donde parten, de haber sido así mostraría
una única dirección hacia el espejo del baño. Los peritos oficiales hacen una
experiencia arrojando sangre humana desde una altura de 50 a 80 centímetros
sobre la mesada y se obtiene una confirmación, la mancha es similar.
La conclusión sobre esta mancha de sangre es la siguiente:
“De esta forma, entendemos que el goteo registrado sobre la mesada es resultado de un
precipitado vertical continuo y superpuesto, con leve movimiento horizontal, originado en
alguna/s de las cavidades sangrantes ubicada en la cabeza del occiso (boca, fosas nasales, oreja,
herida), la cual penduló (hacia el espejo y hacia la puerta) a una altura de entre 50 y 80
centímetros respecto a la mesada, acorde a los parámetros bibliográficos indicados y las
experiencias señaladas en el presente informe, lo que coincidiría con la posición inicial erguida
de la víctima al momento de producirse el balanceo”.
Mancha B
Mancha C
Es una salpicadura sobre la mesada, junto al borde externo del lavatorio y muy
cercana al espejo. Esta mancha es alargada y fina, como si fuera un signo de
exclamación. Esta mancha demuestra un movimiento horizontal de la fuente (la
cabeza). El disparo fue realizado sobre el costado derecho de la cabeza, lo que
ocasionó un movimiento brusco de la misma hacia el lado contrario al disparo
(la izquierda). Los peritos acuerdan que la sangre partió desde cierta altura. Todo
esto reafirma la posición de la víctima descripta anteriormente.
Mancha D
Es un goteado pasivo, o sea vertical y sin movimiento, que está sobre el borde
exterior de la mesada del vanitory y a la izquierda de la macha A. Estas mismas
manchas se verifican sobre las manijas de los cajones del vanitory. Este goteo
confirma que las fuentes del sangrado (cabeza) están sobre la mesada y frente al
espejo al momento del disparo, lo cual coincide con la postura ya descripta.
Mancha E
Mancha F
Todo esto demuestra que, al momento del disparo, Nisman estaba parado junto a
la bañadera, frente al vanitory, sobre la alfombra, de cara al espejo y con el
lateral del dorso levemente perfilado hacia la puerta del baño.
Para los peritos, en este caso hay presencia indudable de backspatter en ambas
manos. Se observan salpicaduras de diámetro pequeño y variable, sin perjuicio
de algún escurrimiento hasta que las manos llegaron a su posición final. Los
peritos señalan varias gotas que provienen del escurrimiento de las manos una
vez que el cuerpo llegó al piso.
Las manchas en las manos también demuestran que Nisman tomó el arma con
sus dos manos en posición de sobre-empuñadura, con una mano sobre la otra. En
este caso, la tomó con la mano derecha y la izquierda se montó encima. Eso
explica que en las manos haya manchas y, en la mano derecha, porciones de piel
sin ninguna mancha. La parte manchada es la que estuvo expuesta, la que no
tiene manchas es porque la otra mano cubrió la exposición a las salpicaduras.
Eso se ve claramente en las fotos del cuerpo: se notan las porciones manchadas y
las libres de salpicaduras de sangre. Si alguien hubiera sostenido las manos de
Nisman al momento del disparo, el dibujo de las manchas sería diferente, habría
otras porciones de piel sin salpicaduras de sangre. La doble empuñadura queda
confirmada, además, por las manchas de sangre en el dorso de la mano
izquierda, cerca de la muñeca, lo que revela la proximidad del brazo a los
lugares de donde salió sangre (boca y/o fosas nasales).
Los peritos detectan patrones de sangre similares a los que Nisman tiene en sus
manos en la mesada, en el piso cerca del inodoro y sobre el borde superior
derecho del inodoro. Son salpicaduras de alta velocidad. Esto indica que el
fenómeno de backspatter se produjo hacia la derecha y que fue afectado por la
interposición del pelo, la pistola, las manos y el hombro del fiscal. Allí quedaron
atrapadas la mayoría de las gotas. Las manchas en el hombro derecho indican
que ese sector estaba despejado; por lo tanto, la empuñadura de la pistola tuvo
una leve inclinación hacia el espejo al momento del disparo. La toalla colgada en
el frente del vanitory no fue manchada ya que quedó por debajo del cono de
dispersión del backspatter y cubierta por la mesada.
Las manchas en el fondo de la bacha indican que fueron lanzadas desde una
altura superior al vanitory. De haber partido de una altura similar a la de la
mesada, no podrían nunca haber alcanzado una parábola suficiente para caer en
esa profundidad.
La caída del cuerpo
Las manchas sobre la parte de adentro de la puerta del baño también muestran un
objeto ensangrentado (cabeza, manos, arma) en movimiento hacia la puerta y
que ésta se encontraba cerrada.
En la cara interna del tobillo izquierdo hay un goteo estático que cayó de arriba
en forma vertical (como ya vimos). Una vez caído el cuerpo al piso se produce
un escurrimiento gravitatorio. Eso significa que la sangre que le cae al tobillo
cuando el fiscal está parado, al estar acostado, empieza a chorrear hacia abajo.
Las manchas sobre la alfombra debajo de los pies también presentan un formato
vertical, pero se acumulan cerca del vanitory y van disminuyendo hacia la
puerta, indicando el desplazamiento gradual hacia atrás.
Sobre el lado derecho del baño (según ingreso) se forma un lago de sangre que
derrama por pendiente hacia la rejilla ubicada entre el inodoro y el bidet. La
ubicación de esa sangre indica que, desde la caída, la cabeza se situó en el
mismo lugar, nunca fue movida. De haber ocurrido un movimiento, se hubiesen
producido distintas líneas de escurrimiento.
El charco de sangre
La palabra charco alude a sangre que ha quedado atrapada en un contorno.
Detrás de la espalda hacia la bañadera queda sangre atrapada que no escurre por
debajo del cuerpo. Esta acumulación de sangre comprueba que, desde el
desplome hasta el hallazgo, el cuerpo permaneció en el mismo lugar. Estos
elementos dan cuenta de la caída de la víctima a través del espacio izquierdo del
baño, hacia la puerta de éste. El cuerpo nunca fue movido, quedó fijo en el lugar
de la caída.
La vaina servida
El lavado de manos
Manchas de arrastre
No se encontraron manchas de arrastre, salvo en un caso. Hay manchas de
arrastre sobre la puerta del baño que son como pinceladas realizadas por la
cabeza y el pelo de Nisman.
Estas marcas fueron generadas por la articulación de la puerta contra la cabeza,
lo cual posiblemente ocurrió cuando se abrió la puerta del baño por primera vez.
Conclusión de la pericia
La víctima cae hacia atrás con posibles escalas, en dirección a la puerta del baño,
que está cerrada. El cuerpo cae sobre el sector izquierdo.
Esta pericia es la más importante de toda la causa Nisman. Demuestra con toda
claridad que se trató de un suicidio. No deja lugar a dudas. En nuestra búsqueda
de indicios o pruebas sobre la existencia de un homicidio nos indica la nula
probabilidad de que encontremos algo así. Nos dice a gritos que es un suicidio y
que no tiene sentido alguno seguir buscando. La pericia es demoledora, responde
todas y cada una de las preguntas que pueden surgir sobre la escena del hecho.
No deja nada abierto, clausura todo discusión posible.
La fiscal Fein, ante la prensa, dijo que el resultado era negativo y agregó
“lamentablemente”. Esa expresión fue malinterpretada. Se dijo que demostraba
que la fiscal deseaba cerrar la causa decretando el suicidio. La verdad de esa
afirmación tiene que ver con que un resultado positivo indica, sin lugar a dudas,
el suicidio; por lo tanto, la causa tenía una respuesta contundente sobre lo
ocurrido. Si resultaba un suicidio, debía cerrarse. Sin embargo, como bien
explican los expertos, por el contrario, un resultado negativo no indica el no
disparo, es insuficiente como prueba. Osvaldo Raffo, perito de la querella en esta
causa, escribió en su La muerte violenta un análisis de esta problemática:
“Concluyendo: a) en caso de positividad de la prueba, no se podrá rechazar la posibilidad del
disparo; b) las técnicas actuales no aportan absoluta certeza porque la pólvora no posee
constituyentes que le sean estrictamente particulares; c) en caso de negatividad, no se puede
excluir el borrado eventual de la huella; las fallas dependen, en gran medida, del insuficiente
entrenamiento del personal que acude al lugar del hecho”.
Este último párrafo es citado aquí porque Raffo abre la posibilidad de una doble
empuñadura en un suicidio, algo que se rechaza en la pericia de la querella.
En el primer párrafo explica muy bien que un resultado negativo no debe
considerarse concluyente ya que la toma puede haber sido incorrecta. Esto
significa que no puede utilizarse como prueba para negar el disparo.
Por todos estos motivos, los resultados no sirven para sostener que no hubo
suicidio. Es claro que el resultado no puede ser utilizado como prueba de que
Nisman no disparó el arma.
Esta resolución del fiscal Eduardo Taiano está llena de afirmaciones que, según
lo analizado hasta ahora, no son exactas. No es exacto que las pericias no hayan
dado un resultado sobre la naturaleza de la muerte de Nisman. Con claridad, han
dicho que no hay señales, rastros o pruebas de la intervención de terceras
personas en su muerte. Esta afirmación permite una sola conclusión obvia y es
que se trata de un suicidio. Dice Taiano que ninguna de las dos juntas se
aproxima a la causa de muerte; eso no es así. Las dos son muy claras en negar la
existencia de un homicidio. En base a una falsa interpretación del resultado de
las dos juntas, Taiano arma el escenario para el desembarco de un nuevo perito
oficial.
En algún punto, la trampa de esta resolución de Taiano es la misma en la cual
cayeron la fiscal Fein y la jueza Palmaghini. En una investigación criminal que
busca saber si una muerte proviene de un homicidio o suicidio, lo que se intenta
descubrir es una prueba de que el homicidio existió. Nunca se puede buscar una
prueba negativa, por ejemplo, una prueba de que no hubo homicidio. Eso es
invertir la carga de la prueba. Uno no puede, ni debe, probar que es inocente; es
el Estado quien debe probar la culpabilidad de uno. De la misma manera,
investigar in eternum para descartar un homicidio es algo insólito y destinado al
fracaso, siempre se va a poder ampliar un poco más la investigación. Si el
homicidio no existió, nunca se va a encontrar nada y se seguirá buscando hasta
el fin de los días. Lo correcto es, frente a cierta duda que pueda existir con
respecto a una muerte, iniciar una investigación que busque alguna prueba de
que haya sido un homicidio. Si no se encuentra, luego de varias pericias y un año
de investigación (lo cual es más que suficiente), se debe cerrar la causa por
inexistencia de delito.
¿A qué se refiere el fiscal Taiano cuando dice que no hay una aproximación a la
causa de muerte de Nisman? Lo curioso es que después se contradice, ya que
sostiene que hay que arribar a un diagnóstico con mayor convicción; o sea que,
para Taiano, ya hay un diagnóstico, para él con poca convicción, pero hay. Dice
que los aspectos médicos legales no arrojan certezas, eso contradice toda la
bibliografía; “el cuerpo habla”, dicen los médicos forenses. En general, se
considera que la autopsia es la mayor prueba –el cuerpo del delito–; sin
embargo, para Taiano no alcanza. La autopsia y la Junta Médica lo desmienten,
arrojaron un resultado contundente. Los aspectos médicos legales arrojan en esta
causa total certidumbre. Cuando Palmaghini imaginó una junta interdisciplinaria,
siempre tuvo en mente juntar a los únicos dos campos relevantes, el médico-
legal y el criminalístico. Esas son las dos únicas disciplinas válidas para el
análisis de este caso. Eso significaba juntar al Cuerpo Médico Forense con la
Policía Federal y los peritos de las partes. Taiano reinterpreta a su modo la idea y
descarta a los peritos oficiales que han intervenido hasta ese momento en la
causa sin dar ninguna explicación. Procede a nombrar como nuevo perito oficial
a la Gendarmería Nacional sin ninguna justificación o explicación de por qué esa
fuerza –inhabitual en ese papel– podrá determinar en mejor forma lo ocurrido.
Esto es en sí un escándalo de proporciones. Apartar sin motivo alguno a los dos
peritos oficiales de la causa es, por lo menos, sorprendente. Encima lo hace sin
justificación alguna.
Su resolución dice:
“…podrán los expertos requerir la presencia en sede de su dependencia de los distintos peritos
que ya hubieran intervenido en estas actuaciones, a fin de que se explayen en relación con las
conclusiones que ya han expuesto en el marco de los estudios y exámenes que obran en este
sumario. Ello con miras a obtener una única conclusión superadora, en razón de su enfoque
multidisciplinario”.
En criminalística pasa lo mismo con la Policía Federal. Estos saben más, tienen
experiencia, realizan esas pericias en forma regular. Gendarmería tiene
experiencia en el tema drogas y en balística. Actúan mucho en pericias
balísticas, que se solicitan en tiroteos donde intervinieron agentes de la Policía
Federal y de la Policía de la provincia de Buenos Aires, ya que una misma fuerza
no puede investigarse a sí misma. En eso saben mucho, pero en temas médicos y
criminalísticos no; carecen de experiencia y preparación. No están siquiera en
condiciones de compararse las capacidades de esta fuerza con las del Cuerpo
Médico Forense y la Policía Federal.
Blanck dice tres cosas más: que la hipótesis del suicidio es poco verosímil,
aunque no dice por qué; que Cristina intentó diluir la verdad del caso –aunque no
dice cómo–; y que la fiscal, los policías y Berni dañaron severamente la
investigación –aunque tampoco lo explica. Ése es el libreto de la querella de
Arroyo Salgado y ya se ha visto la falsedad de esas afirmaciones. Continúa
Blanck:
“Las autoridades del Gobierno han prestado atención a la opinión del Ministerio de Seguridad,
que encabeza Patricia Bullrich, en el sentido de preservar el trabajo de los peritos de
Gendarmería de toda tentación de utilización política, bajándole incluso el perfil”.
La ketamina
El punto que más repercusión tuvo de esta pericia fue el hallazgo de ketamina en
uno de los órganos del fiscal. La ketamina es una droga disociativa con potencial
alucinógeno, derivada de la fenciclidina, utilizada original y actualmente en
medicina por sus propiedades sedantes, analgésicas y sobre todo, anestésicas. Es
utilizada en humanos y también en medicina veterinaria. En nuestro país se
consigue fácilmente en veterinarias en forma líquida como anestésico para
caballos. Desde hace varios años se incorporó como droga recreativa, usada
como estimulante alucinógeno. Dicen sus consumidores que provoca un efecto
parecido al de la marihuana, aunque más potente. Es una droga que
habitualmente está presente en las fiestas electrónicas. Como Nisman solía
acudir a boliches con música electrónica, en un primer momento a muchos no les
sorprendió el hallazgo. Sin embargo, cuando expertos analizaron el trabajo de
Gendarmería surgieron fuertes cuestionamientos.
-La ketamina es una droga lipofílica, por lo tanto, es esperable que se distribuya
post mórtem en todo el organismo. Dado el tiempo transcurrido entre la muerte y
la autopsia era esperable que otros tejidos de la cavidad abdominal hubieran
recibido el flujo difusivo a la sangre y a otros órganos, de manera de dar
positivos para ketamina.
Hemos podido comprobar que ni siquiera las muestras biológicas se encuentran en condiciones
de recolección y resguardo aceptables que permitan arribar a conclusiones verosímiles. No
tenemos constancia en estos dos años y medio de los registros en las condiciones de resguardo, el
pool de vísceras que implica una “mezcla” de tejidos en los que se produce contaminación y
difusión unos con otros.
La ausencia de cuantificación y la verificación en otras matrices biológicas, como por ejemplo
pelo pericraneal, como para descartar consumos recreativos retrógrados, nos hace pensar que la
detección informada no es más que una contaminación que hasta pudo haberse generado en el
ambiente de un Laboratorio en el que no se procesan tejidos biológicos sino incautaciones de
drogas. Sería prudente descartar algún tipo de contaminación accidental, luego que un químico
toxicólogo orgánico especialista en cromatografía instrumental analice la fragmentometría
encontrada a la que Gendarmería dio como identidad ketamina. Además de los procesos de
análisis anteriores a la inyección de la muestra extraída de la víctima, como para descartar una
retención de vestigios de ketamina en un análisis previo.
Entendemos así que el resultado emitido se encuentra sujeto a muchas fallas inherentes a la
muestra y su conservación, de cotejo entre otros tejidos y muestras, y de interpretación de
fenómenos pos mortales como biotransformación y redistribución post mórtem que se encuentran
ausente en el informe pericial, por lo que entendemos sus resultados sujetos a nulidad”.
Por otro lado, el periodista ‘Tuny’ Kollmann, de Página/12, pudo hablar con
gente cercana al Cuerpo Médico Forense. En un artículo publicado el 29 de
octubre de 2017 relató que sus fuentes le explicaron que las máquinas que usa el
CMF para detectar sustancias tóxicas son iguales que las de Gendarmería y que
es imposible que no hubieran detectado la ketamina. La explicación para este
hecho insólito es una sola: la máquina de Gendarmería estaba contaminada. Eso
no sería raro: mientras que la máquina del Cuerpo Médico Forense se usa para
análisis de vísceras, la de Gendarmería se usa habitualmente para analizar
pastillas o drogas que se secuestran en la frontera o en alguna fiesta que fiscaliza
esa Fuerza. Es posible que en un análisis de ketamina la máquina haya quedado
contaminada, es la única explicación lógica para un hallazgo completamente
ilógico.
El arma
Sin embargo, unas líneas más arriba se dice lo contrario. En la página anterior
dice:
“Se deja constancia que en la prueba de aptitud y funcionamiento del arma incriminada, se
realizaron siete (7) intentos de disparo, resultando los mismos negativo (-) para la prueba
advirtiéndose un mal estado de conservación, provocando un mal funcionamiento de sus partes
móviles”.
Manchas de sangre
Para llegar a esta conclusión, se utilizan las mismas manchas de sangre que
usaron la pericia oficial y la de la querella. Son las mismas manchas analizadas
por la Policía Federal que dieron un resultado absolutamente contrario. Para la
Policía Federal demostraron la inexistencia de otras personas en el baño, pero
para Gendarmería demuestran que hubo dos personas más. El análisis es muy
diferente al de la Policía Federal, pero copia bastante al que hace la querella.
Los peritos de Gendarmería dicen que si la sangre hubiese caído de una altura
mayor a los cincuenta centímetros “provocarían la presencia de manchas
satelitales aún más pronunciadas”. Para ellos, la altura es menor a esa distancia.
También hay debate sobre otras manchas de sangre en los mismos términos. Hay
el mismo desacuerdo sobre la alfombra de baño que termina entre las piernas de
Nisman con dos arrugas. Las interpretaciones son las mismas. Esto es todo lo
que contiene la pericia con respecto a las manchas de sangre. Gendarmería
produce una mala copia de la pericia de la querella. La versión de dos asesinos
es menos creíble aún, aunque igualmente carente de demostración fáctica, que la
versión de un solo asesino de la pericia de la querella.
El cuerpo sin vida de Nisman fue observado por la médica experta de la Policía,
por los médicos expertos que hicieron la autopsia y por los catorce médicos de la
Junta Médica. Los dos médicos de Gendarmería encontraron una lesión en el
tobillo interno de la pierna izquierda y una ubicada en la cadera izquierda.
Ambas lesiones ya habían sido detectadas en la autopsia. Los peritos de la
querella señalaron que la del tobillo era una lesión contuso cortante; sin
embargo, los médicos de Gendarmería –solo observando las fotos– los
corrigieron. No es una lesión cortante, la confusión parte de una foto del cadáver
en la cual se ve algo de sangre sobre el tobillo. Para Gendarmería se trata de una
lesión “pudiendo responder a mecanismo de producción secundario a golpe/
choque con elemento duro y romo”.
(…)
La lesión debajo del labio es claramente post-mortem. Se llama impronta dentaria post-mortem,
reproduce el borde de los dientes. En las fotos de la autopsia se ve claramente que esas marcas
son producto de la rigidez de los dientes que quedaron prácticamente incrustados en el labio
inferior, como una mordida. Otra vez confunden eso, que es muy habitual, con un golpe.
(…)
Lo más serio desde el punto de vista criminalístico es que la Gendarmería informa que Nisman
tiene fractura de nariz, o sea que recibió un golpe durísimo que lo dejó groggy para que le
administren la ketamina. ‘Lo de la fractura de nariz es una afirmación sin fundamento alguno -
señalaron los médicos que dialogaron con este diario-. Basta haber mirado el cuerpo y ahora las
fotos para ver que no tiene ni un hematoma ni una marca de ningún tipo. Imagínese los rastros
que deja una fractura. Los gendarmes confundieron una radiografía sacada con un leve chanfle,
algo que es habitual, con una fractura. O hay inexperiencia o hay manipulación. Piense que todo
eso fue observado por 16 forenses’.
(…)
En el cuerpo de Nisman hay otras pequeñas lesiones. En una pierna, por ejemplo, que ya tenía
color verdoso, lo que significa que era un golpe de antigua data. También se confundió una
mancha en el pulgar con un golpe. El autopsiante, Héctor Di Salvo, incluso abrió esa zona para
demostrar que no había hematoma, es decir que no era un golpe”.
Más adelante veremos cómo hay tres de estos factores de riesgo presentes en
este caso. Son: sentimientos de que no existe otra salida, desesperanza y
reducción del contacto con familiares y amigos.
También cuentan que Kurt Schneider, prestigioso psiquiatra alemán y decano de
la Escuela de Medicina de la Universidad de Heidelberg, en 1961, distinguía tres
clases de actos suicidas, uno de ellos resulta interesante para este caso:
“la reacción de fuga o suicidio racional surge ante una situación adversa intolerable, inadmisible
e inmutable que no se puede enfrentar, optando por poner fin a su vida como única vía de
escape”.
Lo primero que explican los expertos es que es muy difícil descubrir un suicida.
Hay muchos casos de pacientes cuyos psicólogos que los trataban desde hace
tiempo jamás imaginaron que podían llegar a suicidarse y, sin embargo, lo
hicieron. Esto es común en esa profesión. Básicamente, este no era un caso de
una persona que manifestaba su intención de suicidarse. O sea que la pericia no
arroja nada nuevo en favor o en contra de la posibilidad de suicidio.
Los expertos de la querella dicen algo inquietante que hay que leer con atención,
aquí puede haber una clave sobre la personalidad de Nisman:
“Las principales motivaciones que se deben considerar en la raíz de todo suicidio son las que
provocan un debilitamiento de las funciones yoicas y permiten el afloramiento de pulsiones
tanáticas que se encontraban reprimidas. No se han advertido en ese sentido en el Dr. Natalio
Alberto Nisman características de este tipo como son las pérdidas afectivas, injurias narcisistas,
sentimientos de fracaso, acción desintegradora producto de ingesta de sustancias tóxica,
situaciones sociales de aislamiento o rechazo, necesidad de huida ante situaciones de extremada
exigencia, sugerencia y/o amenazas directas o indirectas en su discurso, carencia de objetivos,
derrumbe de sus convicciones, etc. Es más, el Dr. Natalio Alberto Nisman mostraba signos de
estar comprometido y contento con sus logros y sumamente entusiasmado con lo que en lo
inmediato iba a realizar”.
Algunos puntos claves que para la querella son ajenos a Nisman, pero pareciera
que se aplican certeramente:
-El narcisismo: muchos que lo conocían lo reconocían como un narcisista.
-El sentimiento de fracaso: era muy inseguro y temeroso, según mucha gente que
lo conoció. Tenía miedo de quedar mal ante la opinión pública.
-La necesidad de huida ante situaciones de demasiada exigencia: su presencia en
el Congreso de la Nación era una situación de enorme exigencia, tal es así que se
encerró días para prepararse.
(Las negritas pertenecen a Mariano Castex, perito de la defensa, en su crítica a este trabajo)
Es evidentemente que para los peritos de la querella no hay nada que pueda
relacionarlo con el suicidio. Sin embargo, en lo que parece una elegía del fiscal,
se cuelan algunos conceptos complicados que han sido subrayados por el perito
de Diego Lagomarsino. Esos conceptos describen una personalidad narcisista e
insegura.
Algunos conceptos sobre lo dicho por la querella:
Castex está alineado con la Junta Médica –que ya analizamos– que concluyó que
no hubo homicidio, eso lo deja claro.
Es interesante como hace un análisis que va más allá de lo psicológico:
“En efecto, no se aprecian en el cadáver lesiones u otros indicadores de violencia indubitable de
defensa, debiendo haber existido si se piensa en el lugar en que fuera hallado el cadáver (el baño
principal) y que Nisman transitó desde algún lugar de su departamento hasta ese lugar,
libremente o sometido. Tampoco ha observado el perito abajo firmante y desde la óptica de su
especialidad, indicadores convincentes de la presencia en el lugar de los hechos, de una figura
asesina, pese a haber tomado nota cuidadosamente de lo aportado en contrario por la disidencia
en minoría”.
Castex arroja luz sobre algo que no quedó del todo claro cuando se analizó
anteriormente:
“Por otra parte, también desde la dimensión tanatológica es necesario rescatar la presencia en
estómago de alcohol no absorbido aún en el momento de producirse la muerte del fiscal y que
podría hipotetizarse –vista la escasa cantidad– como ‘un trago para darse fuerza, decidida la
conducta suicida’”.
Acá analiza el hallazgo del paño verde en que lleva envuelta el arma
Lagomarsino cuando se la entrega a Nisman. Ese paño aparece en el baño. Es
lógico pensar que los asesinos difícilmente lo hubiesen llevado hasta ahí. Es un
análisis lógico.
“Otro dato significativo: la puerta del frente estaba cerrada y la puerta del servicio, según
constancias estaba cerrada arriba y en la cerradura de abajo, con media vuelta, se hallaba la llave
de ésta ligada a la llave de la cerradura de arriba de la puerta. En otras palabras, ambas
cerraduras cerradas. La madre de AN declara que pudo abrir la superior pero no la inferior ya
que la llave estaba colocada a media vuelta, en su interior. Es ahí donde el cerrajero interviene,
liberando la misma, lo que permitió su apertura con la llave que portaba la progenitora”.
(…)
En igual sentido la diputada Patricia Bullrich el 21.01.15, en nota periodística dice: es probable,
entonces, que Nisman se haya sentido abandonado por gente muy (pero muy) cercana…”.
Ahora Castex introduce elementos nuevos que todos pasaron por alto:
“En el mismo sentido, la ex pareja del fiscal Sandra Arroyo el 08.09.2015 según nota del
matutino La Nación, habría declarado –según la fiscal Fein–: “Nisman pudo haberse suicidado
con pastillas. No descartó el suicidio”. La misma funcionaria, el 23.12.2015 afirma en
Animales sueltos (15:00 y 17:55): “Alberto me mintió y estaba mal de ánimo”. Si bien la
necropsia en su dimensión toxicológica descartó la ingesta de fármacos en dosis tóxicas, cabe
resaltar aquí la idea de posibilidad suicida en AN en los días inmediatos que precedieron a su
muerte. Que el fiscal rumiaba algo por alguna razón que ocultaba
–al menos de su expareja–, puede leerse en el diario La Nación del 31.01.2015, matutino que
asevera: ‘Nisman le ocultó a su exmujer por qué volvía’.
(…)
Así, a las notas indicadoras de soledad y abandono que surgen como presentes en los últimos
días del fiscal se agrega un sentimiento no definible en su o sus causales, de inseguridad, temor
y hasta miedo, que le lleva a ocultarle el motivo del retorno a su expareja, como se señalara
supra. Este punto se encuentra reflejado en la nota publicada el 26.01.2015 en el no 2583 de la
Revista Gente, titulado: ‘El miedo de AN a hacer un papelón en la audiencia’ y condujo al perito
abajo firmante –antes de ser propuesto como experto en los presentes actuados– a señalar a un
medio, el mismo día 26.01.2015 que: Nisman no tenía los rasgos de un potencial suicida, pero sí
de narcisista... si lo dejan solo, es posible el suicidio.
(…)
No debe ocultarse que el trabajo pericial fue realizado en un medio psicosocial cargado
fuertemente por el sesgo que se podría denominar “del deseo pro-homicidio”, incentivado por
declaraciones públicas y hasta por pruebas incorporadas a los actuados, muy endebles, por cierto,
pero presentadas como certezas indiscutibles, desvalorizantes de toda opinión prudente emitida
en contrario”.
Aquí Castex se anima a describir el ánimo público sobre el caso. Dice que había
un deseo pro-homicidio. Esto es así. Esa opinión, creencia o deseo era
mayoritario. En cuanto a la descripción del fiscal dice:
“El buceo entre opiniones arroja un claro consenso en describir en Alberto Nisman una
personalidad narcisista, proclive a la omnipotencia, con escasa resiliencia en el fracaso –que al
producirse era desplazado hacia un buco emisario oportuno–, triunfadora, ganadora, obsesiva,
con excelente nivel intelectual y –sobre todo– “coqueta” y preocupada notoriamente por su
aspecto, presencia y figura.
(…)
Una de las personas entrevistadas por la Junta, el 08.06.2016, refleja mejor que ningún otro la
personalidad de Alberto Nisman. Lo describe, así como de “carácter fuerte, extremadamente
ansioso, obsesivo, respetuoso con las ideas ajenas, pero capaz de disentir, exigente, deportista,
carente de límites horarios en el trabajo, carente de hábitos desordenados en cuanto a la ingesta
de psicofármacos (solo consumía cuando viajaba o necesitaba), humor cambiante (cuando se
enojaba, gritaba, pero se le pasaba al poco rato) pero rápido para entrar en razón. Agrega que
solía presumir acerca de sus conquistas, mostrando fotos de algunas y narrando cosas de ellas.
También agrega que, tras la separación, empezó a contar que salía y alardeaba de sus relaciones
como algo propio de su vida. Su afecto se hallaba focalizado prioritariamente sobre sus hijas y
dice: “la faceta más humana que tenía.” Al responder a la pregunta 12, lo define como persona
‘cerrada en sí mismo, con ambición y dispuesto a pelear por aquello que busca. Él era lo primero
y lo expresaba así. Me lo imagino más capaz de perjudicar a otro antes que a sí mismo, aferrado
a la vida y a sus cosas. El suicidio me parece imposible en él. No lo veo tomando esa decisión,
tampoco la forma’. Y agrega refiriéndose al obitado (muerto) y el presunto suicidio: ‘Forzada a
pensarlo debería haber tomado algo’.
(…)
Otro entrevistado por la Junta, el 08.06.2016, no duda en exponer de entrada su identificación
con la hipótesis de homicidio, aún cuando precisa que ‘Alberto Nisman nunca le abrió su
dimensión afectiva’. Destaca: ‘Alberto Nisman era agradable, ponía la distancia justa, empático,
pero no abierto, simpático con proclividad a charlar. Se lo veía muy coqueto, muy cuidado.
Nunca habló con él de su vida familiar. Sabía que salía con chicas. Apegado a su trabajo y celoso
por exhibir su conocimiento de la causa’. Manifiesta que su último contacto con Alberto Nisman
fue el 14.01.2015, día de la denuncia y que ‘no lo notó anormal ese día’. También agrega que el
último día, Alberto Nisman le manda la foto. Concluye reflexionando: ‘Su muerte me impacta’
(…)
También otro entrevistado, al expresarse ante los peritos el 13.07.2016 insiste en señalar que
tenía ‘una relación estrictamente profesional con Alberto Nisman’. Describe al fiscal como un
‘líder, obsesivamente cuidadoso y consciente que con su denuncia daba un paso difícil (tomó la
decisión de acusar en absoluta soledad... en sus últimos días lo encontré ansioso por lo que hacía
y acelerado...’. Con respecto a la muerte de Alberto Nisman se mantiene objetivo y baraja la
tríada hipotética: a) lo mataron; b) lo indujeron al suicidio (‘...tenía coraje para hacerlo... ¡Flaco
hasta aquí llegaste!’) y/o c) el suicidio (‘...el jugó fuerte y lo sabía’). Al final de la entrevista, el
colega que interroga repregunta acerca de una de las hipótesis de modo sugerente y rebota. Ello
indica la postura objetiva del entrevistado. (…)
Otro de los escuchados a lo largo de la peritación, funcionario cercano a Alberto Nisman,
describe a su jefe como persona ‘pulcra, ordenado en su aspecto, infantil y caprichoso, humor
lábil, obsesivo, consagrado al trabajo en donde no ponía limitación horaria (era lo mismo
cualquier día de la semana y a cualquier hora)’. Manifiesta que ‘Alberto Nisman era un buen jefe
que se ocupaba de sus empleados, pero era astuto, osado, carente de escrúpulos, capaz de
sacrificar a alguien si ello le convenía’. Y precisa: ‘Tenía como un ego enorme y si algo le salía
mal la culpa la tenía el otro. Era sensible en extremo a las buenas y/o las malas noticias. Pero
también –cuando estaba bien– podía ser chistoso. En los aeropuertos solía tomar Rivotril con
vino y gustaba de exhibir las fotos de sus conquistas, en especial las tomadas en Cancún, no
teniendo novia fija desde su separación. Recuerda que en una ocasión se salió de sus casillas en
una heladería en Nueva York, porque la expendedora no comprendía su inglés’. En cuanto a los
días previos a su muerte, ‘los días lunes y martes lo notó sumamente ansioso, viéndolo igual el
miércoles. El jueves habló con él por teléfono’. Concluye señalando que Alberto Nisman ‘tenía
conciencia de la gravedad de la denuncia que presentaba y estaba como monotemático con ella’.”
-Así él era lo primero y lo expresaba así, aferrado a la vida y a sus cosas, con ambición y
dispuesto a pelear por aquello que buscaba.
-Tenía como un ego enorme y si algo le salía mal la culpa la tenía el otro.
-Por lo general, de trato agradable, sabía poner la distancia justa, empático, pero no abierto,
simpático con proclividad a charlar, pero dentro de los límites prudentes de reserva que sabía
mantener para su labor profesional.
-Personalidad introvertida, cerrada en sí mismo.
-Salía con chicas varias y gustaba de exhibir las fotos de sus conquistas, en especial unas
tomadas en Cancún, no teniendo novia fija desde su separación. También solía presumir acerca
de sus conquistas, mostrando fotos de algunas y narrando cosas de ellas (‘luego de la separación,
empezó a contar que salía y alardeaba de sus relaciones como algo propio de su vida’).
-Su afecto se hallaba focalizado prioritariamente sobre sus hijas y un testimonio señala esto
como la faceta más humana que tenía”.
(…) En los testimonios se halla según su expareja, que ‘Nisman pudo haberse suicidado con
pastillas. No descarto el suicidio’; ‘Alberto me mintió y estaba mal de ánimo’ y ‘Nisman le
ocultó a su exmujer por qué volvía’. En otras palabras, la idea de posibilidad suicida en Alberto
Nisman en los días inmediatos que precedieron a su muerte está latente para miembros de su
entorno.
(…)
Alberto Nisman no revela tener personalidad psicótica, ni psicopática, o padecer de alguna
proclividad que permitiera afirmar existencia en él de una definida o subyacente proclividad
hacia la autoeliminación. Ello no excluye en absoluto la posibilidad en él de suicidarse.
(…)
Los indicadores de rasgos de personalidad en Alberto Nisman recuerdan por cierto la peculiar
figura nosológica denominada por algunos caracteropatía o neurosis de carácter.
(…)
La conducta suicida no puede prevenirse en absoluto. Escalas como las de Poldinger & Hamilton
que intentan una prevención fracasan con demasiada frecuencia. Para H. Ey es la reacción
antisocial más frecuente en patología mental. Aún cuando es un riesgo habitual en enfermos
psíquicos, no todos quienes se suicidan pertenecen a grupos de riesgo o sufren patologías
psíquicas en donde suele producirse tal conducta. Es importante saber que puede darse en
cualquier paciente y en cualquier estadio, como lo señala Carrasco Gómez quien halla que el
50,1% de los psiquiatras han tenido al menos un paciente suicida en su historial de atención. Es
causal del 25% aproximadamente de las demandas por razones psiquiátricas.
(…)
En otras palabras, la conducta suicida es individual, pero nace de una interacción persona –
sociedad y hay siempre en ella una etiología y responsabilidad compartida entre el suicida y su
circunstancia.
(…)
Por todo lo expuesto concluye este perito:
-Que es muy probable y con una muy escasa duda prudente en contrario, que el fiscal Alberto
Nisman se hubiese quitado la vida;
-Que el suicidio hubiera sido inducido por alguien en forma dolosa desde fuera, es algo que
escapa por completo a esta pericia, ya que la acreditación de ello debe correr por otra vía de
probatoria, la perteneciente a la materia de comunicación, que no es competencia del experto
(llamadas o mails)”.
Lo que ocurrió fue que los abogados de Arroyo Salgado presentaron un recurso
para suspender la pericia con la excusa de que había que “preservar la privacidad
de Nisman y de sus hijas, que podía verse afectada por el material informático, e
invocó también la inviolabilidad de correspondencia y papeles privados prevista
en la Constitución. En su resolución, la jueza advierte que había una
“contradicción” en el planteo de Arroyo Salgado, ya que al proponer los “puntos
de pericia” había pedido que se hiciera “visible el contenido de los archivos”
mientras que esta vez pedía “que se tutele”. De todos modos, accedió al pedido,
ordenó que el estudio continúe “sin que las partes visualicen el contenido de la
información que pudiera obtenerse”, pidió que sea todo copiado y enviado a su
juzgado”. Fue clara la intención de frenar la pericia a partir del descubrimiento
de la actividad en la computadora el domingo a las siete de la mañana. ¿Qué
pasó? Lo explica Irina Hauser en el diario Página/12 el 7 de marzo de 2015:
“Con este asunto en suspenso, Arroyo Salgado brindó al día siguiente una conferencia de prensa
donde aseguró que sus peritos llegaron a una “verdad confirmada científicamente”: “Nisman no
sufrió un accidente, Nisman no se suicidó. A Nisman lo mataron y su muerte es un magnicidio de
proporciones desconocidas”, dijo la ex esposa del fiscal fallecido, que es jueza federal de San
Isidro. Un rato antes había hecho llegar a la fiscalía de Fein el dictamen de 98 páginas que señala
la teoría del homicidio, firmado por el criminalista Daniel Salcedo y los forenses Julio Ravioli y
Osvaldo Raffo. Algunas diferencias clave que planteaban respecto de la autopsia oficial, hecha
por el Cuerpo Médico Forense que depende de la Corte Suprema, son: el horario de la muerte
(que la querella sitúa el sábado entre la tarde y la noche, y la autopsia oficial estima el domingo
al mediodía o tarde); los peritos de Arroyo Salgado dicen que el fiscal agonizó y que su cuerpo
fue movido; que no exhibía “espasmo cadavérico” en la mano (como dicen los médicos
oficiales). Lo que sí admiten es que la muerte se produjo en el baño, que el disparo fue a una
distancia de un centímetro de la cabeza, apenas por encima de la oreja y en dirección ascendente.
Arroyo Salgado dijo que la fiscalía le impidió participar en la autopsia. Fein le contestó
públicamente que el único pedido suyo llegó cuando la autopsia ya había terminado, que
tampoco nadie se había presentado en nombre de ella”.
Durante esa presentación todo quedó claro, la pericia informática podía arruinar
la pericia criminalística y médico-legal de la querella que decía que la muerte
había sido un homicidio perpetrado a la tarde/noche del sábado y, por ende, les
permitía situarlo a Lagomarsino como autor. Esa pericia iba a presentarse al día
siguiente. Apenas la querella de Arroyo Salgado fue informada por su perito
Presman, se decidió que debía ser silenciada o, al menos, postergada para no
arruinar la presentación. Inmediatamente se ejecutó con éxito la maniobra de la
suspensión de la pericia informática. Pero todo eso se solucionó más adelante,
una vez pasada la presentación. Peleas y recursos judiciales aparte, la pericia
finalmente se hizo. En realidad, el día de la suspensión ya casi había concluido la
primera parte que fue la detección de la última actividad. Antes de conocer el
resultado, ocurrió otro escándalo.
Los peritos de la Policía Federal y el perito de Lagomarsino fueron denunciados
por la aparición de carteles en la ciudad de Buenos Aires con fotos íntimas de
Nisman junto a chicas en locales nocturnos y en viajes. La difusión de esas fotos
fue anónima. Como ya vimos, Nisman poseía una característica en su
personalidad, le gustaba alardear de sus conquistas. Por eso solía enviar a sus
“amigos” fotos de él con las chicas. Alguno de los receptores de esas fotos fue el
que proveyó el material para ser difundido. La denuncia contra los peritos nunca
avanzó.
¿Puede una pericia informática demostrar la identidad del operador? Según los
expertos no es tan difícil determinar la identidad de quien utiliza la máquina.
Para ello se analiza cada movimiento. En primer lugar, hay que poner la clave de
la computadora. La clave debe ser colocada y se analiza si hay errores o si se
coloca bien al primer intento. Cualquier error genera sospecha. En segundo
lugar, hay que dirigirse a la casilla de mail de Nisman, es preciso conocer cuál es
el tipo de mail que utiliza. En tercer lugar, quien operó la máquina sabía cuál era
la chica con la que Nisman estaba saliendo. En este caso tampoco hubo dudas, se
abrió el mail que condujo a Melisa. En cuanto a la navegación de los diarios, ese
día había múltiples notas sobre Nisman y su presentación en el Congreso. Quién
operó la laptop supo exactamente cuál era la nota que más le importaba o
interesaba al fiscal de todas las publicadas. Ésa era la de Ronald Noble que
escribió ‘Tuny’ Kollmann. Finalmente, la navegación fue certera. Eso significa
que no hubo búsqueda ni revisación de la computadora, se fue directo a lo que se
buscaba. Los expertos indican que cuando uno ingresa en una computadora ajena
se dedica a revisar un poco los documentos disponibles, archivos, etc. Nada de
eso ocurrió en esta navegación: no hubo revisión de nada ni lectura de
documentos; todo fue directo, certero y sin errores. El veredicto de los expertos
es contundente: no hay duda de que todo indica que la máquina fue operada por
su dueño, Alberto Nisman.
Es interesante analizar la otra hipótesis, o sea que no haya sido Nisman el que
operó la máquina. Si creemos en el complot asesino, hay muchas preguntas sin
respuesta. ¿Cómo entraron a Le Parc? ¿Cómo entraron al departamento? ¿Cómo
metieron a Nisman en el baño sin golpearlo? ¿Cómo salieron del departamento
dejando cerrado por dentro las dos puertas? ¿Cómo salieron de Le Parc sin ser
vistos? ¿Cómo no dejaron ninguna mancha de sangre en el baño? ¿Cómo
convencieron a Lagomarsino de hacer algo tan absurdo como proveerles un arma
suya que lo comprometería? A todas éstas, se deben sumar algunas preguntas
más. Si Nisman fue asesinado alrededor de las dos de la mañana, según
Gendarmería, y alrededor de las ocho de la noche, según la querella, ¿qué
necesidad tenían los asesinos de quedarse hasta las siete de la mañana para
operar una computadora sin aportar nada al caso? Debieron esperar escondidos
en el departamento y dejar que amanezca, complicando su huida y tomando
muchos más riesgos. ¿Por qué a las siete de la mañana? Si uno mata a alguien y
simula un suicidio, ¿qué importa la hora? ¿Para qué arriesgarse a fijar un horario
que es contradictorio con la verdadera hora de la muerte?
Son tantas las preguntas que no tienen respuesta que no vale la pena seguir. El
complot asesino más sofisticado jamás ejecutado en la Argentina presenta
algunas inconsistencias muy básicas. Asesinos profesionales simulan
perfectamente un suicidio, pero se equivocan al hacerlo aparecer vivo doce horas
después de muerto.
La red inalámbrica del departamento del fiscal fue materia de análisis. Esta
cuestión es importante porque en el procesamiento a Lagomarsino, que se trata
más adelante, el juez Julián Ercolini sostiene que el fiscal Nisman tenía una
“muy vulnerable situación informática”. Si bien la resolución completa del juez
se analizará más adelante, corresponde introducir el tema para completar la
cuestión informática. El juez establece, a través de la pericia, algunas cuestiones
sobre la seguridad del sistema informático de Nisman. Describe así la red
inalámbrica de la casa del fiscal:
“Utilizaba un algoritmo criptográfico de seguridad WEP (Wired Equivalent Privacy) débil el cual
con herramientas informáticas que se encuentran al alcance de cualquier persona, y con un
conocimiento técnico de nivel medio, permitiría a un tercero no autorizado acceder a la misma…
la contraseña era "1212121212" siendo esta simple de obtener mediante mecanismo de fuerza
bruta (técnica utilizada para la obtención de contraseñas que comprueba todas las combinaciones
entre los parámetros determinados)”.
La clave del wi-fi también fue configurada por el experto a pedido del fiscal.
Como siempre se hace con los clientes, se les pide a ellos que sugieran la clave
que desean utilizar. Nisman informó que sería 1212121212 y Lagomarsino le
indicó que era una clave insegura. El fiscal insistió y el empleado obedeció. Con
respecto a la seguridad de la máquina, Lagomarsino instaló programas de
borrado seguro, que Nisman utilizaba seguido, y un antivirus potente. La
computadora poseía toda la seguridad que se le podía instalar. Obviamente
cuando fue peritada, la laptop no demostró estar infectada, no tenía virus alguno
ni troyanos; estaba limpia.
Se puede coincidir con el juez en cuanto a que Nisman podría haber tenido
alguna mayor seguridad informática en la casa, pero eso nunca se debió a un mal
servicio de su experto informático Diego Lagomarsino ni tampoco a engaño
alguno. La seguridad que poseía Nisman era la que él mismo quería tener. De la
misma manera que se manejaba con total libertad y utilizaba a sus custodios
como choferes y cadetes, desoyendo los consejos en contrario, Nisman era el
único que decidía qué protección debía tener. Si bien alegaba estar amenazado,
no actuaba como una persona preocupada por su seguridad o por la posibilidad
de ser espiado. Eso tenía lógica, su gran cercanía con quien manejaba la
inteligencia y el espionaje en el país le otorgaba cierta seguridad.
Fue moneda corriente en la prensa leer que “las cámaras de seguridad de Le Parc
no funcionaban” o que “la mayoría de las cámaras de seguridad no
funcionaban”. Ninguna de esas afirmaciones es cierta. El trabajo de la Policía
Federal determinó que todo el complejo Le Parc contaba con 116 cámaras de
seguridad. Encontraron que 22 de ellas no funcionaban. O sea que alrededor del
20 por ciento de las cámaras de seguridad no estaban funcionando. Esto
constituye una seria deficiencia del sistema de seguridad del complejo. No se ha
denunciado relación alguna entre la falla de funcionamiento de las cámaras con
la muerte de Nisman. No hay sospechas de que hayan dejado de funcionar
misteriosamente días antes de la muerte del fiscal. Los efectivos de la DOTE
encontraron cuatro caminos desde la reja perimetral hasta la torre Boulevard que
no están monitoreados por cámara alguna. Esto indica que el mal
funcionamiento de las cámaras no es el problema, sino que el diseño de las
cámaras, en cuanto a su posición, presentaría una vulnerabilidad en la seguridad.
La pericia aclara que esos caminos no monitoreados ocurren bajo ciertos
parámetros técnicos, orientación y condiciones de grabación del sistema de
visualización relevado, esto significa que no siempre se da el punto ciego. El
criterio del relevamiento fue la localización de puntos de no visualización del
sistema de video vigilancia, lo cual no quiere decir que no pudieran ser vigilados
por personal de seguridad y de Prefectura asignado a la custodia.
Esta pericia da cuenta de la deficiente seguridad que presenta cualquier complejo
de edificios en Buenos Aires. Son diseños de seguridad básicos, que no
contemplan una exigencia de seguridad de máximo riesgo. ¿Es posible descartar
que alguien haya saltado el cerco perimetral y haya ingresado en la torre? Según
esta pericia, no se puede descartar. De todos modos, es clara la dificultad en
atravesar el lugar sin ser vistos. No debe haber una guardia atenta y los
perpetradores deben conocer a la perfección el lugar y su sistema de vigilancia,
además deben darse precisos parámetros (que no sabemos cómo son conocidos
por los asesinos) para que no sean visualizados. Todo esto convierte a la
hipótesis del ingreso ilegal en muy difícil.
Nisman-Stiuso
Tres llamadas, dos el sábado y una el domingo. Todo indica que Jaime Stiuso, ex jefe de la SIDE
y aliado del fiscal, le había prometido material para la denuncia contra CFK. Stiuso, pese a estar
en guerra con el kirchnerismo, se hizo el distraído. No atendió. Dijo que tenía el celular en
vibrador y no escuchó las llamadas. Para hablar con su hombre de confianza, Alberto Mazzino,
otro ex SIDE, Stiuso sí tuvo el celular dispuesto: intercambiaron 13 llamadas. Ahí no hay
complot posible.
Pocino-Milani
Durante el fin de semana hubo dos llamadas de Fernando Pocino, el jefe de Reunión de
Información de la ex SIDE, allegado al kirchnerismo, con César Milani, jefe del Ejército. El día
anterior, jueves 15, robaron un misil de la unidad de Arana, en las afueras de La Plata. El Tow 2
capaz de perforar cualquier blindaje provocó una búsqueda en la que participó la ex SIDE por
orden del juez platense Laureano Duran. La hipótesis era que el misil podría ser usado no sólo
para robar un blindado sino también para un atentado, lo que motivó un comunicado de
preocupación de la DAIA.
En Comodoro Py no faltan quienes quieren usar las comunicaciones entre Pocino y Milani como
evidencia de que se armó una zona liberada en Puerto Madero. Ambos exfuncionarios exhibirían
una estupidez sin límites ya que usaron los celulares a su propio nombre (en el caso de Pocino, el
celular estaba, desde hacía mucho, a nombre de su esposa, Silvia Tomalini) para armar un
complot destinado a matar a un fiscal.
Pocino-Matzkin
El mismo criterio puede usarse respecto de las llamadas entre Pocino y Hugo Matzkin, jefe de la
Bonaerense. Durante aquel fin de semana no sólo estaba el robo del misil, sino que se jugaba la
Copa de Verano en Mar del Plata. El sábado, Boca-Racing y el domingo River-Estudiantes de La
Plata. La información que circulaba era que iba a haber enfrentamientos entre las hinchadas y
estaba la sospecha de que podrían “tirarle un muerto” a Daniel Scioli, candidato presidencial.
Nuevamente, Pocino y Matzkin usaron sus teléfonos oficiales en las cinco llamadas que se
cruzaron. En caso de complot, personas tan expertas hubieran usado lo que se conoce en el argot
como mochos, es decir celulares difíciles de identificar porque su origen es incierto.
Stornelli-Matzkin-Pocino
Curiosamente, el juez no tuvo espacio en las 77 páginas de mencionar las llamadas entre el fiscal
federal Carlos Stornelli y Pocino, por un lado y de Stornelli con Matzkin por el otro. Como se
sabe, Stornelli es un fiscal muy cercano al macrismo y fue secretario de seguridad de Boca
cuando el actual presidente era el titular xeneize. Stornelli habló primero con ambos funcionarios
porque detuvieron a un amigo de su hijo en Pinamar. El joven tuvo una pelea a la salida de un
boliche. Además, Stornelli y Pocino fueron compañeros en la Facultad de Derecho y solían
hablar en forma permanente –según declaró en la causa el fiscal–, por lo que hablaron también de
Nisman. Como es obvio, éstas llamadas no podrían ser parte de ningún complot.
Mena-Pocino
El número dos de la ex SIDE, Juan Martín Mena, se comunicó seis veces con quien era el
encargado de reunir información. Un punto central del diálogo entre Mena y Pocino fue que esa
mañana el diario La Nación puso que uno de los principales denunciados por Nisman era un
supuesto agente de la SIDE llamado Alan Bogado. Todo se probó falso. Mena y su principal
subordinado, Pocino, hablaron además de los otros temas: el robo del misil, las barras de Boca y
River y, por supuesto la denuncia de Nisman. Nuevamente, tanto Mena como Pocino usaron sus
propios celulares oficiales, con los que se comunicaron siempre, antes y después de la muerte de
Nisman.
Mazzino-Pocino
Durante todo el fin de semana, hubo numerosas comunicaciones entre Mazzino, el hombre de
Stiuso, y Fernando Pocino. El gobierno había echado a Stiuso y suponía que, como venganza,
Stiuso armó o participó de la denuncia de Nisman por el Memorándum. Para toda la comunidad
de la ex SIDE estaba claro que Mazzino respondía a Stiuso y Pocino a la Casa Rosada. Pero de
uno y otro lado resolvieron mantener diálogo para ver qué información podía recoger cada uno.
Todo indica que ese domingo se tantearon por lo de Alan Bogado y sobre todo por la denuncia de
Nisman y la posible audiencia en el Congreso. Desde ya que nada podían tener que ver esas
conversaciones con un plan respecto del fiscal: ambos estaban en bandos opuestos.
Miño-Goncalvez Pereira
Durante el domingo 18 de enero de 2015, el día de la muerte de Nisman, Luis Miño era uno de
los dos custodios del fiscal. El otro era Armando Niz. Miño registra comunicación con Héctor
Goncalvez Pereira, dueño de una pequeña agencia de vigilancia, en la que Luis Miño y su
hermano Carlos prestaban servicios. La versión es que Goncalvez Pereira tenía clientes por
influencia de Stiuso y que era un aportante de información para el ex SIDE. Es decir que si Miño
era parte de un supuesto complot –una especulación descabellada– su principal relación era más
bien con Stiuso.
Como se ve, se pretende armar un complot incomprobable a partir de ese cruce de llamadas. Es
elucubrar desde la nada. El problema es que desde la nada han llegado hasta aquí, construyendo
una historieta sin ningún tipo de evidencia o testimonio. Lo que domina en el caso de la muerte
de Nisman es la política. Elucubran la existencia de un comando y un complot con un doble
objetivo. Internacionalmente, acusar a Irán, en sintonía con las derechas de Estados Unidos e
Israel. Localmente, seguir echándole culpas al kirchnerismo”.
Este artículo explica con claridad las llamadas ocurridas el fin de semana de la
muerte de Nisman. No hay nada aquí que permita sostener ningún complot ni
algo parecido.
En la búsqueda de indicios o pruebas de la existencia de un homicidio, a través
de la participación de terceras personas, el dato de las llamadas no nos aporta
nada.
Diego Lagomarsino y los custodios
Diego Lagomarsino
Lagomarsino se quedó pensando y dijo en voz baja: “Hijo de puta, soy una cosa
para vos”. Según el analista terapéutico del informático, Nisman y Lagomarsino
tenían una relación de amo-esclavo. Esto debido a la baja autoestima de
Lagomarsino y al perfil autoritario del fiscal.
En las extensas notas periodísticas sobre el caso se llegó a especular con una
relación amorosa entre los dos. Nada de eso consta en la causa; ni siquiera como
una especulación, simplemente no es cierto. Ninguno de ellos es homosexual.
Cuenta Lagomarsino que Nisman tenía muchos altibajos anímicos en cortos
períodos de tiempo. En minutos cambiaba el humor, algo también referido por
personas que trabajaban cerca suyo. Algunas veces podían tener conversaciones
profundas y otras ni le prestaba atención. Pero siempre imponía sus deseos,
siempre se hacía lo que él quería y se hablaba de lo que él quería. Era alguien a
quien era muy difícil decirle que no, insistía mucho. No parecía ser alguien que
tuviera en cuenta al otro. Muchas veces reaccionaba levantando la voz si uno
osaba cuestionarlo. Todos rasgos que quedaron claros en la pericia psicológica.
En el año 2014 Lagomarsino le había traído al fiscal un IPhone de un viaje. En
esa época, el informático trabajaba para una empresa que lo hacía viajar
bastante. Tiempo después, le comentó a Nisman que tenía que viajar a Chile y
éste le pidió que le comprara un traje. Esto lo puso incómodo, no le gustaba la
idea de ir a un local a elegir un traje para Nisman. Puso algunas excusas y
entonces el fiscal le dijo que quería ir con él cuando viajara. A partir de ahí se
puso pesado, preguntándole todo el tiempo sobre el viaje, cuándo sería, etc.
Según Diego Lagomarsino: “Literalmente me volvió loco con ese tema”. Intuyó
que se quería ahorrar el valor del hotel quedándose con él en el mismo cuarto.
Finalmente, viajaron; Nisman se sacó un pasaje para el mismo día, en el mismo
avión. Para Diego era incómodo, no tenía tanto tema de conversación, pero se
tranquilizó porque fueron en asientos separados. Evidentemente, la relación era
de jefe a subordinado y no estaba acostumbrado a tratarlo fuera de la relación
laboral. Cuando llegaron al aeropuerto de Santiago de Chile, Lagomarsino salió
de Migraciones y Aduana y lo buscó infructuosamente. Nunca lo encontró.
Nisman ya estaba en el hotel, había pasado por el sector de diplomáticos y salido
muy rápido del aeropuerto. Esto le molestó a Lagomarsino; según él, así de
egocéntrico era el fiscal, jamás pensaba en ayudar al otro sino en usarlo para lo
que él quería.
Una vez Lagomarsino intentó abrir una cuenta propia en el mismo banco y
consultó a Clarisa. Ella le preguntó el monto que deseaba depositar, cuando le
informó la cantidad, lo rechazaron como cliente.
Se dijo en la prensa que Lagomarsino le depositaba la mitad de su sueldo en esa
cuenta, esto es inexacto. Esa plata se la entregaba en efectivo y en mano, como
contamos. Lagomarsino no tenía declarada la cuenta en la AFIP porque creía que
no correspondía, ya que no era suya. El fiscal le dijo que él no aparecía porque
era una persona políticamente expuesta, lo cual era cierto, y le pedían mucho
papelerío para abrirla, por eso era más fácil ser apoderado y poner otra gente de
confianza. Esto es cierto, pero tener una cuenta sin declarar es un delito.
Hubo polémica por la munición que compró Lagomarsino para el arma, balas de
punta hueca. Algunos medios señalaron que eran balas propias de un sicario. En
realidad, las balas se las vendieron en un polígono de San Fernando donde fue a
practicar tiro. Tampoco es cierto que esas balas estén prohibidas, la prohibición
para usarlas rige solo para las Fuerzas de Seguridad. De hecho, se venden en
armerías.
Hay un incidente que tuvo alguna repercusión y que demuestra las cosas
insólitas que ocurren cuando alguien tiene una repentina exposición pública en
un caso mediático como éste. Es la denuncia que hizo contra Lagomarsino el
abogado José Iglesias, padre de una víctima de la tragedia de Cromañón
(incendio ocurrido el 30 de diciembre de 2004 en la ciudad de Buenos Aires, en
el que murieron 194 jóvenes durante el recital del grupo de rock Callejeros). La
denuncia de Iglesias consistió en acusarlo de ser una persona que había estado
sacando fotos en las marchas de los familiares de víctimas de Cromañón. De
alguna manera dando a entender que podía estar al servicio de algún organismo
de inteligencia –de lo que se lo acusaba en los medios.
El procesamiento de Lagomarsino
El fallo de Ercolini se extiende a lo largo de 656 páginas, de las cuales 344 son
menciones a la prueba y una larga y tediosa reconstrucción de los llamados
telefónicos de los últimos días del fiscal. Solo la mitad contiene el auto de
procesamiento de Lagomarsino y los custodios. Es preocupante el comienzo de
la medida porque revela alguna inconsistencia que luego se comprobará. Dice
Ercolini:
“La prueba que ha sido traída para su consideración (por el fiscal Taiano) se caracteriza en sus
aspectos medulares por una serie de sucesos concatenados que tuvieron lugar a lo largo de un
período de tiempo relativamente corto –un fin de semana–, durante el cual resulta posible ver
numerosas actividades que confluyeron entre sí y que conformaron la compleja historia que
concluyó con la muerte violenta”.
Algo grave ocurre con la hipótesis que desarrolla el juez Ercolini y es que no
tiene coherencia con los hechos ocurridos. Sus interpretaciones sobre algunos
acontecimientos son muy exageradas y rebuscadas. Pero lo peor es que omite
explicar muchos aspectos básicos del supuesto crimen. Como dice el colega
Alejandro Laría en su artículo La novela policial del juez Ercolini, “el fallo no
satisface la demanda razonablemente exigente de un lector de novelas
policiales”.
Pero es solo el principio. Siguiendo una enumeración que hace ‘Tuny’ Kollmann
en un artículo en Página/12, hay otros aspectos fundamentales de la resolución.
El juez Ercolini procesa a Lagomarsino como cómplice de otros asesinos, pero
no tiene idea alguna de quiénes son, no tiene ni un solo dato sobre quiénes
podrían ser ni se anima a ensayar una hipótesis. Tampoco ha conseguido
demostrar algún contacto telefónico, o por cualquier vía, entre Lagomarsino y
los supuestos asesinos. Habla de un complot del cual no hay un solo rastro; nada.
No hay un solo vínculo entre Lagomarsino y alguien que pueda ser señalado
siquiera como sospechoso.
¿Qué dice el juez sobre el móvil del crimen? Si en un estudio de televisión
alguien entra con un arma y mata a una persona, a nadie le importa el móvil del
crimen para probar el hecho; todos lo vieron hacerlo. Pero cuando no hay una
sola prueba directa de un asesinato y se apunta a alguien cercano a la víctima
como responsable o cómplice, el móvil pasa a tener mucha relevancia. Es más
fácil en caso de enemistad manifiesta de alguien con la víctima; por ejemplo, si
había una deuda, una pelea o algo así. Eso es investigar el entorno de la víctima
y es fundamental en cualquier investigación. Lagomarsino trabajó nueve años
para Nisman sin tener una pelea. Pudieron haber tenido alguna diferencia que ya
se describió, pero nada importante. Para Nisman era un empleado fiel y de
mucha confianza, hasta lo colocó como titular de una cuenta en dólares junto a
su madre y hermana. No hay en la causa constancia alguna de un enfrentamiento
o enemistad entre ellos. El informático es un confeso militante antikirchnerista,
los posteos en su facebook previos a la muerte del fiscal dejan constancia de
ello. Tampoco es un extremista islámico, no tiene problemas de dinero, no es un
sicario, no trabaja para nadie más que para él mismo. La posible motivación de
Lagomarsino no es visible. Por supuesto que el juez no arriesga opinión sobre el
móvil del crimen. Se suman los elementos de los que carece el juez para dar
cuenta de un hecho criminal: no tiene a los asesinos, no tiene contactos entre los
cómplices, no tiene el móvil, no sabe cómo entraron o salieron del departamento
en que se habría cometido el hecho y no sabe cómo ingresaron al complejo Le
Parc.
Con respecto al arma de Lagomarsino utilizada en esta muerte, hay una doble
polémica. En primer lugar el juez habla de la teoría del ‘arma amiga’. Según su
explicación, era necesario que el arma con la cual debían hallar a Nisman
‘suicidado’ tenía que ser un arma de alguien cercano a él, para hacer ‘más
creíble’ el suicidio. Dice el juez:
“Esta pistola, además de ser importante para llevar a cabo la ejecución de Nisman, tuvo gran
trascendencia dentro del desarrollo de la acción criminal bajo estudio ya que, al pertenecer a una
persona del círculo íntimo de Nisman, ayudó a robustecer la hipótesis del suicidio. En efecto, la
presencia de un arma de fuego ajena a alguna de las personas con las que Nisman tenía alguna
familiaridad habría dificultado o imposibilitado presentar una escena que aparentara un suicidio
y que ocultara las verdaderas circunstancias de su muerte”.
Analicemos un poco esta expresión del juez. Como dice el colega Laría en su
artículo, no es cierto que para simular un suicidio se necesite un arma amiga.
Con colocar un arma cerca de la mano, nadie se fijaría en su origen. Kollmann
también dice, con razón, que si el arma era de origen desconocido nada
cambiaba. Pensar que era fundamental el hecho de contar con un arma amiga no
está fundamentado por el juez. Simplemente, lo menciona como una verdad
revelada, pero sin una explicación lógica. Aunque esta teoría tiene una lógica
oculta. En la causa, el jefe de la División Custodia y Seguridad del Ministerio
Público Fiscal cuenta que Benítez le relata el pedido de un arma por parte del
fiscal, le dice que le pidió un ‘perro’, que es como en la jerga le dicen a un arma
sin registrar. Pero después, en la fiscalía, Benítez dice que no fue así, que le
pidió que le consiguiera un arma, sin detalles. Si a un policía le piden un arma
sin registrar, está obligado a denunciarlo; es un delito. Benítez se complicaba si
decía eso en la fiscalía, por eso cambia la historia. De esto se puede concluir que
el fiscal buscaba un arma con desesperación.
Más allá de esto, la lógica oculta en la teoría que desarrolla el juez Ercolini sobre
el arma amiga es la siguiente: ¿por qué motivo alguien va a complicarse la vida
prestándole un arma a otra persona para que un sigiloso asesino la mate y uno
quede implicado de por vida en el crimen? Por más vueltas que se le dé a esta
idea, no existe una respuesta coherente. Por eso el juez debe, necesariamente,
encontrar una explicación a esta pregunta fundamental y hace aparecer la idea
del arma amiga. Según esta teoría, sin arma amiga no podía creerse en el
suicidio, por lo tanto era necesaria para el complot asesino. El juez impone esta
hipótesis para poder sostener el suicidio simulado. Sin la ‘necesidad’ del arma
amiga, es inimaginable la actuación de Lagomarsino, salvo que fuera verdad su
testimonio sobre que el fiscal se la pidió. No habría forma de justificar otro
motivo por el cual esa arma permitió la muerte de Nisman.
Antes de ver la crítica de Fein, corresponde dejar clara una idea. Todos aquellos
que llegaron al departamento del fiscal Nisman entre la noche del domingo y la
madrugada del lunes, se hicieron la idea de que allí había ocurrido un suicidio.
No había puertas forzadas, el edificio contaba con seguridad, el baño estaba
cerrado con el cuerpo trabando la puerta, el arma estaba dentro del baño y no
había señal alguna de pelea en toda la casa. Esa escena de muerte correspondía a
un suicidio. Ésa fue la primera impresión que tuvieron todos los profesionales
que participaron de las pericias esa noche. Es por eso que los que transmitieron
la noticia a los periodistas, muchas veces en off the record –sin que figuren sus
nombres– dijeron que eso había sido un suicidio. No cabe ningún reproche a
cualquiera que haya visto esa escena y haya concluido que era un suicidio, pues
demostraba ser exactamente eso. Éstas son las “situaciones” que, según Ercolini,
instalaron la idea del suicidio:
“a) La puesta en conocimiento e intervención para la investigación del hecho de una Fiscalía sin
competencia federal (...)
En estos supuestos que sostiene el juez, solo en el último no habría tomado parte
la fiscal Fein. La respuesta de la fiscal sobre estos supuestos es:
“a. En cuanto a la intervención del fuero nacional en lo criminal y correccional, se afirma en la
páginas 602/3 que ello habría sido el primer paso para ‘encorsetar la investigación a la
suposición de una decisión unilateral de Nisman de quitarse la vida’, ya que ello ‘habría
implicado una determinación –desde las áreas funcionales con potestad de tomar esas decisiones
iniciales– de acotar la investigación del hecho a un suicidio y así descartar cualquier otra
hipótesis”.
Según Ercolini, la intervención del fuero ordinario fue parte de un complot para
direccionar la investigación hacia un suicidio. Esto ya ha sido dicho también por
los abogados de Arroyo Salgado, que reclamaron –mucho tiempo después– que
la investigación debió ser encarada por el fuero federal desde un principio, lo
cual fue insólito porque habían consentido la intervención del fuero correccional.
El primer pedido para que intervenga el fuero federal fue hecho en diciembre de
2015, cerca de que se cumpliera un año de la muerte de Nisman y a días de que
cambiara el gobierno. Fein contesta que la doctrina que imperaba en ese
momento señalaba que el fuero que debía intervenir era ése y además agrega que
el prefecto a cargo del caso llamó a su fiscalía porque entendió que era quien
debía intervenir.
Según explica Fein, ella no tuvo nada que ver con la decisión de que interviniera
su fuero; la decisión fue de Prefectura de acuerdo a las prácticas habituales y
nadie lo discutió. Y hasta un secretario de la UFI-AMIA llamó a un secretario de
ese fuero dando por descontado que sería quien iba a intervenir, antes de que lo
hiciera formalmente. Esto lo vimos al principio en el relato de los hechos.
De allí que no exista ninguna relación entre la declaración que hice informando el resultado de la
autopsia y la ‘situación’ que se analiza en la resolución: mientras que las afirmaciones públicas
mencionadas no son otra cosa que eso, declaraciones de funcionarios sobre un suceso de
trascendencia pública, aquella información que di a los medios de comunicación no era otra cosa
más que el resultado de la autopsia.
Por eso es que el ‘tono’ irónico que pretende lograr el párrafo de la resolución pareciera denotar
cierta inquina hacia la suscripta y el trabajo realizado en el expediente, el que se aprecia a partir
de que se sostiene que esas manifestaciones a la prensa del adelanto de la autopsia fueron
seguidas de la conferencia de prensa en el estudio de los abogados de Diego Ángel Lagomarsino,
lo que es falso ya que entre ambos sucesos transcurrieron nueve días.
Justamente, a partir de la liviandad e irresponsabilidad con la que se efectúan, hay mucho más en
común entre éstas últimas y las conclusiones que surgen en este punto de la resolución, lo que
lleva a preguntarse por qué motivo son criticadas las afirmaciones de la expresidente cuando
muchas de las cosas que señalaba en aquel entonces también se afirman en la resolución.
En ese sentido, el lunes 19 de enero de 2015 la ex presidente también se refería en las redes
sociales que se habría intentado simular un suicidio, al referirse al ‘caso del ¿suicidio? del fiscal’,
y también cuestionaba la versión dada por Diego Ángel Lagomarsino de haberle prestado la
pistola a Natalio Alberto Nisman, sobre la que se afirma en la página 608 de la resolución que
‘Debe descartarse por inverosímil’. También sobre la entrega de la pistola, la ex presidente
afirmaba ‘¿por qué iba a pedir prestada un arma para suicidarse cuando el fiscal tiene registradas
dos armas a su nombre en el RENAR?’, lo que es coincidente con lo que se afirma en la página
614 de la resolución donde se sostiene que ‘el propio Nisman si hubiese querido quitarse la vida
como argumentaban los custodios también imputados en autos, lo cierto es que poseía una pistola
de idénticas características a su alcance para hacerlo, lo que desvirtúa la supuesta necesidad del
‘préstamo’; o, si se quiere, recordemos que vivía en un piso 13 de un edificio”.
Incluso, tres días después, la expresidente insistía por las redes sociales que ‘la denuncia (...) que
aún sin pruebas ni sustento, plagada de información ‘plantada’ quedaba sepultada por la muerte
del fiscal. Eso sí, bajo la forma de aparente suicidio’. De tal forma, la hipótesis homicida
sostenida en la resolución, en la que Diego Ángel Lagomarsino aporta un ‘arma amiga’ para que
pueda luego ocultarse el hecho bajo el ropaje de un suicidio ya había sido antes esbozada por
Cristina Elizabeth Fernández de Kirchner en aquellos comunicados.
En conclusión, la resolución parece haber hecho una interpretación equivocada de aquellos
mensajes efectuados por la entonces titular del Poder Ejecutivo Nacional, ya que de ellos se
aprecian conclusiones similares a las que surgen de la resolución en cuanto al hecho.
Por esa razón, no son ni siquiera comparables las afirmaciones que realizó la suscripta, donde
sólo informaba acerca del resultado de la autopsia, con aquellas opiniones de la expresidente,
donde delineaba una hipótesis de lo sucedido similar a que surge de la resolución dictada por
V.S”.
Es exacto lo que alega la fiscal Fein: Cristina habló dos veces de la muerte del
fiscal al poco tiempo. Lo hizo por redes sociales. En la primera parece abonar la
teoría del suicidio, pero el sentido es otro:
“La muerte de una persona, siempre causa dolor y pérdida entre sus seres queridos, y
consternación en el resto. El suicidio provoca, además, en todos los casos, primero: estupor, y
después: interrogantes. ¿Qué fue lo que llevó a una persona a tomar la terrible decisión de
quitarse la vida? En el caso del ¿suicidio? del fiscal a cargo de la causa AMIA, Alberto Nisman,
no sólo hay estupor e interrogantes, sino que además una historia demasiado larga, demasiado
pesada, demasiado dura, y por sobre todas las cosas, muy sórdida. La tragedia del atentado
terrorista más grande que se produjo en la Argentina”.
Además de ello, esta conclusión a la que se arriba en la resolución omite un detalle esencial, que
es que la imputación formal hacia Diego Ángel Lagomarsino y el resto de los imputados recién
tuvo lugar a partir de que el agente fiscal Eduardo Taiano solicitara sean citados a prestar
declaración indagatoria, más de un año después de que la causa arribara a este juzgado.
En esas condiciones, cabe preguntarse por qué motivo no fue citado a prestar declaración
indagatoria antes si, tal como se afirma en la resolución, Diego Ángel Lagomarsino era un
‘sospechoso directo’ del hecho”.
Es importante señalar algo más sobre la instalación de la idea del suicidio. Desde
que uno comienza a leer la causa queda claro quién es la persona que primero
habla de suicidio. Cuando encuentran a Nisman, los que descubren el cuerpo son
el custodio Niz y la madre del fiscal. Luego de ellos, llega el equipo médico de
la ambulancia de Swiss Medical: el médico ecuatoriano José Carrera Mendoza,
la enfermera Yésica López Roman y el chofer Facundo Cardozo. En ese orden
observan el cadáver. Fíjense lo que declara la enfermera:
“Después el médico se acerca y mira y transmite eso a la mamá. Le dice que no está vivo y le
dice que aparentemente se había suicidado porque había un arma. El médico le dice que había
que dar aviso a criminalística. Después vuelvo a mirar porque yo al arma no la había visto. Ahí
veo el arma y el cosito de la bala que no sé cómo se llama. Salimos de ese pasillo, le
transmitimos esto al personal de Prefectura. Que el paciente estaba sin vida y que había que dar
aviso a criminalística”.
Es importante recordar esto: suicidio y que no sabían quién era. Para chequear
esta información, basta con leer la declaración de Armando Niz que estaba al
lado de la madre en ese momento. El custodio dice:
“Que con Sara se quedaron en la puerta del dormitorio, y también allí estaba la amiga, y Sara
llamó a Swiss Medical. Que luego de un rato, calcula en unos veinticinco minutos, llegó la
ambulancia con un médico. Que el médico ingresó al departamento, se dirigió al baño, y observó
el cuerpo de Nisman a través de la puerta. Que por lo que pudo ver, manifestó ‘se pegó un tiro,
está el revólver ahí’. Que entonces ‘Sara se acerca y dice, ¿cómo? no puede ser’ y él le dice ‘hay
que dar intervención a la policía y llamar al SAME’. Que Miño, entretanto lo llamó para ver qué
era lo que estaba ocurriendo y ahí le dije que le diera parte a prefectura para que baje un móvil y
al rato llegó gente de prefectura y el dicente también le pidió a Miño que le haga saber lo
ocurrido a su jefe”.
Si bien no lo dice, está claro que le debe haber contado a su compañero que
había sido un suicidio, al fin y al cabo ellos eran sus custodios. Ahí empieza a
desparramarse la idea del suicidio. Mucho antes de la intervención de la fiscal.
Pero quien habla de suicidio es nada menos que el médico.
Esta declaración, la primera, tuvo lugar el 20 de enero de 2015, dos días después
de la muerte de Nisman, suponemos que su memoria era buena. Como dijimos,
volvió a declarar el 17 de septiembre de 2015, ocho meses después. Tampoco
esta vez relata haber dicho que se trataba de un suicidio. Según declaró la
enfermera, la madre del fiscal fue la receptora de la información que dio el
médico sobre que se había pegado un tiro. Sin embargo, esto no es lo que declara
la madre de Nisman. Ella dice:
“Que llegó un médico acompañado por dos personas, quienes estaban vestidos con ambos. Que
el médico se acercó hasta la puerta, y miró y sale y dice hay un revólver y se fue”.
Alguien tiene mala memoria. Pero esto no es todo: hay una tercera versión, la del
chofer de la ambulancia. Este testimonio es interesante. Facundo Cardozo es un
personaje especial. En su declaración contó que luego de haber participado en
este caso se tuvo que tomar una licencia psiquiátrica por diez meses, al cabo de
los cuales lo echaron de Swiss Medical porque le pedían que se reincorporara y
él no quería hacerlo. Luego de eso, se fue a vivir a Córdoba. Más adelante
sabremos por qué. Esto es lo que contó Cardozo:
“La enfermera Jésica se asomó de nuevo por la puerta y dijo ‘acá hay un arma y tiene un disparo
en la cabeza’. Cuando dijo eso se revolucionó el ambiente, y allí la madre preguntó ‘¿¿se
suicidó??’ y allí la abrazó a la otra mujer y le dijo ‘es por lo de mañana, no aguantó la presión’.
Allí el jefe de prefectura les pidió a todos que salgan y clausuró el lugar. (…) Que cuando Jésica
dice que había un arma y entre la gente dicen se suicidó y el custodio le dijo al dicente que se
suicidó, ahí ya empieza a pensar de otra manera, que ya no es un servicio de ambulancia ni un
código rojo, sino que es un suicidio, entonces uno lo toma de otra manera. (…) Uno de los
custodios le dijo al dicente que Nisman se suicidó porque no tenía pruebas para lo del otro día.
Que el custodio era una persona de pelo oscuro, de camisa, de unos 50 años, contextura robusta”.
Es cierto que parece que todos mienten, pero se trata de una falla típica en la
memoria de mucha gente en un momento de estrés, es normal que haya
diferentes versiones. Pero está claro que, aún así, se puede recrear lo que ocurrió.
La versión del juez Ercolini acusando a los custodios y a la fiscal de instalar el
suicidio es inexacta, la historia es diferente. Utilizando el sentido común, lo
lógico es que quienes hablen primero del suicidio sean los que vieron el cadáver
primero, esos fueron el médico y la enfermera.
Los médicos de emergencia saben que no deben intervenir de ninguna manera
cuando llegan y la persona está muerta, se van lo más rápido que pueden para
evitar meterse en problemas. Es lo que les piden en las empresas. Si hay rastros
de muerte violenta (homicidio, suicidio o accidente), le piden a la familia que
llame a la policía; si no, les dicen que llamen a una cochería. En este caso es
obvio que, al ver la escena, el médico se imaginó que era un suicidio; no había
que ser un genio. Ya lo repetimos varias veces: sin violencia, sin desorden, en un
baño cerrado con el arma al lado, no hay duda de que para un observador eso es
un suicidio. Por una cuestión lógica, es creíble que le haya dicho a la madre que
su hijo se pegó un tiro; en ese momento todos quieren saber qué pasó. Son
creíbles también los testimonios coincidentes del custodio y la enfermera, cuya
actuación nunca estuvo sospechada. Pero lo más contundente es que Lidia
Garfunkel, la tía de Nisman, revela que su hermana Sara fue informada de eso
por el médico, aunque a ella le pareció que era imposible. Tampoco tiene
motivos para mentir. No está claro por qué la madre de Nisman no lo menciona,
pero da lo mismo, los testimonios referidos son suficientes. De esta manera,
vemos que el primero en instalar la hipótesis del suicidio fue el médico de Swiss
Medical o tal vez la enfermera. Sobre esto nada dice el juez Ercolini. En su
resolución no hay una sola palabra sobre todos estos testimonios que explican
cómo surge la versión –lógica– del suicidio.
Tal vez, Carrera Mendoza no haya sido cuestionado por este tema por una
circunstancia que surge en su testimonio y que fue utilizada por la querella. La
versión de que el cuerpo de Nisman fue movido fue instalada por él en una de
sus declaraciones. Supuestamente, el cuerpo del fiscal fue movido desde que él
lo observa hasta que se hacen las pericias. Esto es de por sí un absurdo, la madre
de Nisman y su amiga estuvieron todo el tiempo en el cuarto a través del cual
hay que pasar para llegar al baño. Hábilmente, ocho meses después del hecho, le
exhibieron una foto al médico para ver si era la misma posición del cuerpo que
él había visto. Ocho meses después debía dar precisiones sobre algo que vio
fugazmente asomando la cabeza en un baño con la puerta entreabierta. Así
contesta:
“En este acto la querella solicita se le exhiba al testigo una fotografía tomada en el lugar del
hecho, al momento del procedimiento inicial, para que exprese si la posición del cuerpo coincide
con la que él vio, según lo recuerde. Seguidamente se le exhibe la vista fotográfica nro. 107, e
indica que ‘así no, me parece que en la fotografía está un poco desplazado hacia la izquierda,
pero me confunde. No es como lo recuerdo, la posición de los brazos estaba como los dibujé. Me
parece que uno de los testigos dijo en la tele que la posición era como yo la dibujé.”
Insistente, el comisario Soto citó a los custodios para exigirles conocer los
desplazamientos de Nisman. Ellos se negaban alegando la prohibición
terminante de dar información que el fiscal les había ordenado. Finalmente, los
policías aceptaron compartir algunos desplazamientos, como los continuos viajes
a la farmacia de Gallo y Santa Fe, donde la madre de Nisman, situada en la caja
registradora, les daba una bolsa cerrada que luego entregaban al fiscal.
Los custodios conocían bien los malos humores del fiscal. Nisman había
despedido a uno de ellos por entrar en su despacho sin tocar la puerta; no querían
seguir el mismo camino. Por eso jamás se les ocurrió oponerse a realizar una
innumerable cantidad de favores al fiscal. Se convirtieron en cadetes que
llevaban y buscaban sobres, choferes de madre, esposa –durante un tiempo–,
hermana, hijas. También se ocupaban de hacer las compras y buscar el delivery
de comida. Buscaban y llevaban de vuelta a chicas que salían con el fiscal.
También transportaban a empleados de la fiscalía cuando lo disponía Nisman. A
veces lo tomaban con humor y se referían a ellos mismos como la ‘remisería
federal’. Ninguna de esas funciones debía ser realizada por los custodios, pero lo
hacían para evitarse problemas, era imposible oponerse a sus tiránicos deseos.
El brutal trato que les dispensaba queda reflejado en una anécdota que relató el
comisario Soto cuando la fiscal Fein le preguntó cuál había sido la última vez
que habló con el fiscal:
“Telefónicamente hablé entre los días 13 y 15 de enero de este año con motivo de los problemas
de salud que presentaba el Sargento 1° Niz, quien debía ser intervenido quirúrgicamente por
padecer un tumor cancerígeno en los riñones, para lo cual solicitaba un reemplazo. Frente a ello,
el Dr. Nisman me respondió que no, que Niz debía trabajar hasta el viernes.”
Alberto Nisman no accedió a que unos de sus custodios fuera reemplazado por
otra persona. Poco le importó que la ausencia se debiera a una seria operación de
cáncer. Este trato era el habitual, pero no solo con sus custodios, sino con todos
sus subordinados.
El juez asegura que la custodia “franqueó el acceso de los ejecutores”. Nunca los
custodios de la Policía Federal estuvieron encargados de la custodia domiciliaria
de Nisman. No era su función, no lo fue nunca.
También asegura que “permitió que estos lleven adelante su accionar sin riesgo
de ser descubiertos”. Durante la noche estuvo cada uno en su casa, al igual que
en los nueve años anteriores. Hicieron lo que era parte de su rutina diaria.
¿Puede constituir complicidad en un hecho delictivo?
Del mismo modo, Ercolini señala que la custodia ayudó al homicida, que
“determinó su salida impune del lugar e impidió tomar conocimiento del hecho
en forma inmediata a su producción”. Los custodios asignados al domingo
fueron citados a tomar servicio a las 11 de la mañana de ese día. El equipo del
sábado fue relevado del servicio por el fiscal alrededor de las 8 de la noche.
Todo lo ocurrido en esa franja horaria escapa al control y responsabilidad de los
custodios de la Policía Federal. Nisman nunca abandonó su domicilio.
Con respecto a las tareas desarrolladas por los custodios el domingo, ellos
informaron a la secretaria privada del fiscal y a personal de la fiscalía sobre la
imposibilidad de comunicación que tenían con Nisman. Luego, por decisión
familiar, fueron en busca de la madre, única autorizada para ingresar ya que
poseía las llaves del inmueble. Se cuestiona en el fallo y también en los medios
el no haber tirado abajo la puerta del departamento para proceder al ingreso
inmediato. Los custodios son policías federales entrenados en el cumplimiento
de la ley y saben que no estaban dadas las condiciones para proceder al
“allanamiento sin orden” que establece el Código Procesal Penal.
Como se puede ver, nada de esto se aplica al caso, máxime cuando –sumado a
esto– los custodios no sospechaban que estuviera en riesgo la vida del fiscal,
creían que estaba dormido o que no quería ser molestado.
Resulta extraño, pero los custodios dicen no haber sido informados de las
amenazas físicas al fiscal ni que se hubiera incrementado el riesgo luego de la
denuncia contra la presidenta en ejercicio en ese momento, Cristina Fernández
de Kirchner. Es cierto que puede sostenerse el error de haber demorado casi once
horas en dar aviso a sus jefes sobre su incomunicación con el fiscal, lo cual debía
ser informado. Pero hay que considerar que las comunicaciones a sus superiores
tenían que ver con las responsabilidades que les cabían a ellos, no de aquéllas
sobre las cuales no tenían injerencia alguna. Su tarea era custodiarlo durante los
traslados y debían comunicar novedades a ese respecto. El domingo no estaba
planificado ningún traslado. Finalmente, el juez los acusa de haber instalado la
versión del suicidio, tema ya analizado previamente.
Si uno decide creer la versión del homicidio, como hace el juez, aún no se
entiende cuál podría haber sido el papel de los custodios. En todos sus años de
custodios del fiscal, nunca se quedaron a pasar la noche en Le Parc. Nunca lo
hicieron. Según la data de la muerte de Gendarmería –errada, como vimos– que
elige seguir el juez, Nisman deja de existir durante la noche, horario en el cual
los custodios no trabajaban. De eso hay muchas constancias, más las
declaraciones del jefe de los custodios. El juez se afana en implicarlos, pero no
encuentra una conducta concreta sobre la cual construir su acusación. Cumplir
con la rutina diaria, de manera exacta, no puede ser considerado un acto de
encubrimiento o de incumplimiento de sus deberes, cuando ésta está aceptada
por quien dirigía la custodia –Nisman– y quien la supervisaba –el jefe de la
división. Los esfuerzos del juez no logran convencer sobre la complicidad de los
policías. Si Nisman fue asesinado, no se precisaba ninguna complicidad de estos
policías; en todo caso, hubiese sido mucho más útil la de las personas que
estaban a cargo de la seguridad de Le Parc esa noche que, insólitamente, nunca
fueron cuestionadas.
Tal cual deviene de este análisis, no hay ninguna prueba o indicio de
complicidad de los policías en la muerte de Nisman. Tampoco se entiende el
cuestionamiento a la supuesta demora en ingresar a su casa. Nunca se explica en
qué podría haber ayudado a los supuestos asesinos la demora en encontrarlo
muerto. Carece de sentido. El cuestionamiento sobre la forma en que se
desempeñaban los custodios, en todo caso, debería dirigirse a su superior, en este
caso el comisario Soto, ya que conocía bien los problemas que enfrentaban con
el fiscal. Curiosamente, el fiscal Taiano y el juez Ercolini no lo hicieron. Este
fallo del juez Ercolini no supera un análisis lógico y un contraste con las pruebas
e indicios obrantes en la causa.
Tanto Diego Lagomarsino como todos los custodios procesados son víctimas de
un fallo injusto y contrario a Derecho que les ha destruido sus vidas. No pueden
trabajar, no pueden viajar, no pueden proveer el sustento a sus familias y
soportan el escarnio público de ser acusados de complicidad de un asesinato no
probado. Su situación empeora en junio de 2018 con un fallo de la Cámara
Federal, que confirma los procesamientos en los mismos vagos y confusos
términos que el fallo de Ercolini.
PARTE IV
Las querellantes son muy claras: no hubo suicidio y creen que Alberto Nisman
ha sido asesinado. Han pasado 48 horas desde el hallazgo del cuerpo sin vida del
fiscal. Su exmujer y sus hijas han regresado de urgencia desde Europa. En el
camino se han impartido órdenes a sus abogados. Apenas llega, Sandra Arroyo
Salgado firma el escrito para que se presente en Tribunales. Cabe preguntarse en
esta instancia: ¿de dónde proviene la convicción de que se trata de un
homicidio?, ¿es información o es una suposición?, ¿cuánta información posee
Sandra Arroyo Salgado como para tener semejante grado de certeza sobre algo
que acaba de ocurrir? Tratándose de una experimentada jueza federal es
llamativo que, en vez de solicitar una investigación, se pronuncie con convicción
a favor del homicidio sin contar con prueba alguna. Más adelante, como vimos,
conseguiría un grupo de peritos que intentarán aportar sus opiniones técnicas en
favor de dicha posición.
Otro incidente relevante ocurre la misma noche del hallazgo del cuerpo de
Nisman. Trata sobre la primicia de la muerte del fiscal.
Damián Pachter
En la mañana del lunes 19 de enero de 2015 se desata una tormenta mediática.
No hay otra noticia en el país. Los canales envían desde primera hora móviles
que transmiten en directo desde Puerto Madero, más tarde levantan toda su
programación para dedicarla a la cobertura de este hecho. La muerte de Nisman
eclipsa toda otra información. La noche anterior, en paralelo a lo ocurrido dentro
del departamento y entre autoridades políticas y judiciales, la opinión pública
toma conocimiento del hecho a través de twitter, poco después de la llegada de la
ambulancia de Swiss Medical. El periodista Damián Pachter escribe un tuit a las
23:35 del domingo 18 de enero de 2015, donde dice lo siguiente:
“Me acaban de informar sobre un incidente en la casa del Fiscal Alberto Nisman”.
Todo indica que su fuente fue el camillero de Swiss Medical, quien de pura
casualidad era una persona allegada al periodista. Más adelante, veremos cómo
se descubre su fuente. A partir de ese momento, la noticia comienza a repercutir
en twitter y luego salta a los grandes medios de comunicación. Al día siguiente,
comienzan a ocurrir cosas extrañas alrededor de quien tuvo la primicia de esta
muerte o, por lo menos, así lo vive el periodista.
(…)
Por supuesto, tanto por su velocidad como por su poder viralizador, lo más apropiado era usar
Twitter. La información era tan sólida que jamás dudé de mi fuente, a pesar de que un par de
colegas dudaron de mí, debido a que sólo contaba con 420 seguidores, una cantidad que ahora
eclipsa los 10.000.
(…)
La noche avanzaba y varios periodistas me contactaron para que los informara de modo más
directo. El primero en hacerlo fue Gabriel Bracesco. No bien tuiteé que Nisman había muerto,
cientos de personas re tuitearon la noticia y se agregaron a la lista de mis seguidores. Ésa fue la
primera de varias noches sin dormir.
(...)
Mientras trabajaba en la redacción del Buenos Aires Herald, el viernes, un colega de la BBC me
dijo que chequeara la historia de la muerte de Nisman publicada por la agencia oficial de
noticias. El artículo tenía serios errores de tipeo, pero el mensaje era todavía más extraño: la
agencia citaba un supuesto tuit mío que yo nunca escribí. Maldije de indignación, y entre puteada
y puteada agregué: “Voy a tuitear esto y ya van a ver”. Pero esperé unos minutos para calmarme
y advertí que ese tuit era una especie de mensaje cifrado. Así que se lo reenvié a un amigo, que
me dijo: “Salí ya mismo y andate a Retiro. Vení a visitarme. Tenés que salir de la ciudad”. Eran
cerca de las 8 y media de la noche. Tuve mucha suerte: llegué a la estación con tiempo de
subirme a un micro que partía en dos minutos. Tampoco revelaré nunca el destino. Tras varias
horas en la ruta, llegué a mi destino, donde me quedé un par de horas. Ése resultó ser mi gran
error: creo que fue en ese lugar que alguien empezó a observarme. Pero en ese momento no me
di cuenta. No quería quedarme demasiado tiempo en ningún lugar, así que caminé hasta una
estación de servicio cercana. Mi amigo me contactó y me dijo: “En 20 minutos estoy ahí”.
(…)
Habían pasado unas dos horas que estaba sentado ahí, cuando entró una persona extraña, con
pantalón y campera de jean y anteojos oscuros. Lo noté de inmediato, pero me quedé donde
estaba. Se sentó a dos mesas de distancia de la mía. De repente, sentí un dedo en mi cuello y
pegué un salto como nunca en mi vida. “Estás un poco nervioso, querido.” Era mi amigo, con
uno de sus chistes. “Te están vigilando. ¿No viste al tipo de Inteligencia que está ahí, atrás tuyo?,
¿El de jeans y anteojos de sol? Sí. ¿Qué quiere? Quedate tranquilo, mirá hacia mi cámara”, dijo
mi amigo y me sacó una foto, aunque en realidad le sacó una foto al agente de Inteligencia, que
se fue cinco minutos después. Tengo esa foto conmigo.
(...)
Como sea, me decidí rápidamente: tenía que abandonar el país de inmediato. Así que contacté a
uno de mis mejores amigos, que tuvo miedo, pero entendió la situación. Teníamos que actuar
rápido.
(...)
Compré un pasaje de Buenos Aires a Montevideo, de ahí a Madrid y de Madrid a Tel Aviv. Tenía
que mantener un bajo perfil para no alertar a las fuerzas de seguridad. Así que volví a la estación
de Retiro, y ésa fue la parte más aterradora de aquel largo día. Estaba seguro de que, si algo iba a
pasar, sería en la estación de tren, un lugar que de noche es muy peligroso.
(...)
Les envié mensajes de texto a dos de mis mejores colegas, un amigo y mi mamá, diciéndoles que
se reunieran conmigo en el aeropuerto.
(...)
No tengo idea de cuándo volveré a Argentina. Ni siquiera sé si quiero volver. Lo que sí sé es que
el país donde nací no es el país feliz del que solían hablarme mis abuelos judíos. Tras abandonar
Argentina, descubrí que el Gobierno seguía publicando información errónea sobre mí. La cuenta
de Twitter de la Casa Rosada publicó detalles del pasaje de avión que había comprado, y afirmó
que me proponía regresar al país el 2 de febrero. Decían que en realidad no había escapado. La
fecha de regreso de mi pasaje es para diciembre”.
Esta historia que parece sacada de una novela de espías tiene algunos puntos
débiles. Comienza Pachter con una publicación que refiere a un tuit suyo que
nunca existió. La agencia Télam niega haber publicado un tuit falso de Pachter.
Según él, esa publicación es una amenaza cifrada que motiva a que un amigo le
indique que debe escapar. Nada de esto puede comprobarse, pero parece extraño
que se utilice un tuit para mandar un mensaje cifrado –¿a quién? – y una nota
periodística para amenazar a un periodista y que solo él lo haya notado. Lo que
sí es cierto es que hubo una información sobre él de la agencia Télam. Un
artículo de la agencia oficial de noticias publicó información sobre su pasaje. Lo
que ocurrió es que, días después de la muerte del fiscal, Damián Pachter dejó de
ir a su trabajo en el Buenos Aires Herald sin avisar los motivos. Al día siguiente,
mandó un mensaje diciendo que se sentía mal. Enseguida, empezaron a correr
rumores sobre que se encontraba amenazado y que estaba por irse del país.
Rumores lanzados a correr por alguno de sus amigos. Esto generó mucho
revuelo y se supo que había viajado al Uruguay. La información que recogieron
varios medios de comunicación decía que había tenido que escaparse por miedo
a represalias relacionadas con la primicia que había dado. Ante esa versión,
torpemente, la agencia Télam publicó los datos de su pasaje a Montevideo. Se
mostró en un cable que Pachter había fijado su regreso a Buenos Aires para una
semana después, el día 2 de febrero. Esa publicación buscaba desmentir que
estuviera amenazado y atemorizado, ya que no hubiese tenido sentido volver tan
pronto. Eso es lo que se quiso mostrar desde el Gobierno, desactivar lo que
consideraban una operación de prensa. El Gobierno tenía claro que la historia
que se estaba tejiendo alrededor de Pachter no era cierta y buscaba implicarlos
en la muerte de Nisman. Publicar sus registros de viaje fue un error.
A partir de ese momento, se habló mucho de esta persona, se supo que Pachter
además de argentino era israelí, que estuvo viviendo en ese país, hizo el servicio
militar allá y fue vocero de alguna de las Fuerzas. Hoy en día trabaja en un canal
de noticias israelí que tiene una línea editorial muy cercana al gobierno de ese
país. Su historia tuvo mucha repercusión y él terminó no volviendo a Buenos
Aires, como lo tenía planeado, sino que se tomó un avión de Montevideo a
Israel. Desde ese momento se quedó allí.
Cuestionamientos al hallazgo del cuerpo
Mientras la investigación del caso continuaba, el expediente era un hervidero de
pistas falsas, testimonios que no agregaban nada y mucho ruido mediático. Las
pruebas importantes estaban en marcha. La pericia criminalística, en plena
realización. Es necesario detenerse en este momento en algo que ha ocurrido y,
sin duda alguna, constituye uno de los hechos más polémicos de toda la causa
judicial que recién comenzaba. Fue el principal cuestionamiento que se le hizo a
la investigación. Se trata de todo lo acontecido en el departamento del fiscal en
la noche y madrugada del hallazgo de su cuerpo sin vida.
Agrega que la escena del hecho se contaminó, que su departamento era Tokio a
las dos de la tarde (por la cantidad de gente que había), que hubo personas que se
pararon arriba de pruebas y que limpiaron el arma. Según continúa Lanata, los
peritos nunca vieron un capítulo de la serie CSI (Criminal Scene Investigation,
en español: investigación de la escena criminal). Sobre este último concepto,
aunque tal vez haya sido dicho en broma, hay que aclarar que CSI es una serie
de ficción que presenta investigaciones irreales y que habitualmente exagera el
tipo de pericias que se hacen en la escena de un crimen, mostrando indagaciones
o pesquisas que difieren de las que tienen lugar en la vida real. Para que no
queden dudas, las investigaciones criminalísticas tienen poco que ver con lo que
se ve en esa serie. Se podría decir que, para juzgar el trabajo de peritos expertos
en la vida real, ver mucho CSI puede confundirnos.
El programa de Lanata está basado en las imágenes que tomaron los peritos de la
División Video Operativo de la Policía Federal Argentina. Ese video dura
muchas horas, pero en el programa se muestran solo instantes cuidadosamente
seleccionados. Las imágenes tienen algunos breves cortes debido a que no todo
precisaba ser filmado, pero en el momento más importante del trabajo fílmico (el
ingreso al baño) se registra una pequeña interrupción en la cual se cambian
baterías. En el video original visto en forma completa se puede advertir cómo
fue realizado casi todo el trabajo pericial. Una edición da lugar a interpretaciones
erróneas.
En otro tramo del programa vuelven sobre el arma encontrada en el baño bajo el
hombro izquierdo de Nisman. Lanata dice:
“Vos veías antes imágenes del arma ensangrentada, después imágenes del arma sin sangre,
alguien la limpió… no sabemos quién. Tampoco el arma tenía huellas… En principio el arma
tendría que tener huellas de Lagomarsino, que es el que se la prestó, ¿cómo llevó el arma sin
agarrarla para dársela?, no tiene ningún sentido. Él mismo admitió haber manipulado el arma en
la conferencia de prensa que dio”.
Éste es un punto sobre el cual no hay discusión: el arma había sido tocada por
Diego Lagomarsino, era lógico pensar que debería haber presentado sus huellas.
Pero la respuesta la da la misma colega de Lanata, Duffard, cuando dice:
“¿Por qué esta arma no tenía huellas? Justamente, lo que dicen es que el arma se ensangrentó o
llegó llena de sangre a la hora de hacer los estudios bioquímicos y de ADN. ¿Qué pasa? Si vos
tenés mucha sangre, la sangre tapa el ADN de contacto que puede dejar. Si agarro este iPad,
puedo dejar por transpiración o descamación… esto deja rastros en el objeto que toco, eso lo
explica la bioquímica Gabriela Novoa cuando dice ‘a mí me llegó todo lleno de sangre, el
cargador, las balas y la pistola’”.
Queda claro algo: si el arma está llena de sangre no pueden obtenerse huellas o
rastros de ADN. Eso lo dice la misma periodista, no se entiende por qué Lanata
se queja de que no hay huellas. Enseguida, se vuelve a mostrar la imagen de la
pistola cuando es recogida por el perito balístico. En la imagen se ve sin cortes
que de un lado la pistola está llena de sangre y del otro hay mucha menos sangre.
Lanata y Duffard conversan:
“-Fijate como está llena de sangre de un lado, fijate cómo está del otro lado…-señala Duffard.
-Está limpia, es imposible que tenga sangre de un solo lado y del otro no –contesta Lanata sin
dudarlo.”
Jorge Lanata entra en una confusión. Su periodista se la aclara. Es correcto que
tenga sangre de un lado y del otro no. La pistola estaba apoyada en el suelo.
Nisman agonizó y por eso hubo un gran sangrado. La sangre manchó la pistola
del lado que estaba apoyado en el suelo y del otro, no. El problema parece ser
que a Lanata le han relatado que en un tramo se ve a alguien que limpia el arma,
por eso se confunde. Eso es cierto: en un momento se muestra la imagen de
cuando el perito limpia un sector del arma con uno de sus dedos para poder ver
la marca y modelo, luego usa papel higiénico. Eso es objetado en el programa;
sin embargo, expertos consultados dicen que es correcta la maniobra ya que es
fundamental identificar el arma para evitar suspicacias, esto lo comenta Duffard
e insiste –contrario a lo que opinaron los expertos– en que es incorrecto. En el
programa critican que la numeración estaba en la culata y se veía bien, lo cual es
cierto. Queda flotando una contradicción: si se dice que el arma llena de sangre
no puede aportar huellas o ADN, ¿cuál es el problema de que se limpie para ver
la marca y modelo? Duffard cuestiona que se haya limpiado el arma con papel
higiénico. Sostiene que es incorrecto y se queja porque dice que el papel
higiénico utilizado por el perito podría haber sido investigado en busca de
“saliva o pelos”. Los expertos explican que esto es una exageración, no era
necesario ni lógico analizar el papel higiénico.
En otro momento del programa Lanata dice que él siempre pensó que había sido
un homicidio y que, cuando vio que la llevaron a la madre a la casa, se terminó
de convencer. Dice:
“Si vos te cargaste al tipo, llevar a la madre para que reconozca la escena es la mejor forma
manera de blanquear todo, metés ahí a una persona nerviosa, afectada por la situación, que te va
a decir todo que sí. Y le hacés firmar lo que sea y después la mandás a la casa”.
Es evidente que no conoce todo lo que ocurrió el domingo 18 de enero hasta que
entraron a la casa de Nisman. Nadie llevó a la madre, su intervención fue a
instancias de las colaboradoras más cercanas y de mayor confianza del fiscal. A
partir de la aparición de la madre, es ella quien da las órdenes, quien decidió
cómo entrar a la casa, quien se manifestó contraria a romper la puerta, quien
llamó al cerrajero, quien –una vez dentro– controló la escena del hecho, estuvo
presente en cada pericia en la casa, contó la plata encontrada, inspeccionó el
automóvil y se retiró a las siete de la tarde del día lunes 19 de enero llevándose
la plata encontrada y un pedazo de carne, cuando ya lo principal y prioritario se
había hecho. También fue la primera en negar el suicidio, los dichos de Lanata
tienen poco que ver con lo que ocurrió en realidad. Estos hechos, sobre los
cuales tiene información errónea, son los que lo convencen del asesinato.
Para Lanata:
“Nunca se va a poder saber qué pasó porque la escena del hecho está completamente
contaminada. (…) El departamento era un quilombo”.
En la misma línea que el programa de Lanata, casi dos años después, el fiscal
federal Eduardo Taiano presentó sus objeciones en sede judicial. Su objetivo fue
cuestionar el accionar de altos funcionarios del Ministerio Público Fiscal, del
Poder Judicial, del Poder Ejecutivo y de miembros de las Fuerzas de Seguridad
que actuaron esa noche. Entre ellos, nombra a la fiscal Vivian Fein, al juez
Manuel de Campos, al secretario de Seguridad Sergio Berni (ya fuera de su
cargo al momento de la presentación), al jefe de la Policía Federal Román Di
Santo (también fuera de su cargo) y al comisario Roque Luna, jefe de la
Superintendencia de Interior y Delitos Complejos de la Policía Federal.
Lo insólito de esta presentación es que ocurre cuando el expediente ya lleva casi
dos años de trámite. Es extraño que una objeción tan básica llegue tan tarde. Por
lo menos significa que todos lo que han intervenido hasta ese momento han sido
cómplices de las irregularidades ocurridas. Fiscal, juez, cámara de apelaciones,
fiscal de cámara, querellantes, etcétera. Taiano alega que personas ajenas a la
labor pericial circularon por el departamento de Nisman, que personal policial no
llevaba ropa de resguardo (protección en calzado y cabeza), que hubo descuido
en el manejo de la escena del hecho, que “es altamente probable que en el lugar
hayan existido más indicios que fueron pasados por alto en aquel procedimiento
inicial”. Para entender el porqué de la presencia en el departamento de tantas
autoridades es necesario remarcar la enorme conmoción que produjo la muerte
de Alberto Nisman. No solo se trataba de un fiscal federal, sino que era quien
acababa de denunciar cuatro días antes a la Presidenta de la Nación por un delito
gravísimo y aberrante. Habiendo analizado el comportamiento de las autoridades
y efectivos de Fuerzas de Seguridad esa noche, uno no puede más que concluir
que las características de la persona hallada muerta condicionaron lo que pasó.
Está claro que ninguna de las autoridades que estuvieron presentes suelen ir a un
operativo policial por una muerte. Lo hicieron en este caso por tratarse de la de
Nisman. Lo principal fue la necesidad de tener alguna certeza de lo ocurrido. El
caso era confuso, había un muerto en un baño cerrado al cual no se podía
acceder. Adicionalmente, es razonable que la presencia de los jefes máximos de
las Fuerzas de Seguridad actuantes pretenda servir de contralor a los trabajos
requeridos.
¿Es correcta la crítica de Taiano a que nadie, salvo los peritos y la fiscal, debió
entrar al departamento? Sin dudas hay excepciones que vamos a analizar. La
escena del hecho no era solo el baño, que permaneció intacto, sino toda la unidad
funcional. La restricción entonces incluye a la madre del fiscal, su amiga y sus
parientes, que tuvieron libre acceso por ser los primeros en llegar. Quien debió
impedir la entrada al lugar e incluso desalojar a las personas que ya estaban
dentro debería haber sido el prefecto Horacio Aranda, jefe de servicio del
destacamento de Prefectura en Puerto Madero, a quien ya hemos nombrado en el
relato de los hechos. Este efectivo debió encargarse, supuestamente, de negarle
la entrada a sus propios superiores, incluido el jefe de la Fuerza, al jefe y demás
autoridades de la Policía Federal, al juez de Campos y sus secretarios, y a toda
persona que arribara antes de la llegada de la fiscal, incluyendo a su superior
más alto, nada menos que el secretario de Seguridad Sergio Berni. Además de
desalojar a la madre del muerto y a su amiga, situándola en el incómodo palier
de servicio junto a todos los demás. Esta tarea es claramente imposible para un
simple efectivo frente a semejante hecho y a semejantes personalidades de
quienes recibe órdenes. Es imposible pensar que pueda impedirle el acceso a
superiores jerárquicos o a autoridades judiciales. Lo que hizo Aranda fue colocar
un prefecto en la puerta del baño, otro en el living y dejar pasar a todas las
autoridades y familiares. De esa manera, preservó el baño y todos los papeles
que se encontraban en el living.
(…)
Sacaron el cuerpo a las 03:30 horas de la madrugada, a los quince minutos lo volvieron a meter y
se lo llevaron para la izquierda, ‘no boludo, por acá no, es por allá, decían con risas’. (…) Se
llevaron sábanas y trapos sucios. (…) Intervenían las hojas del fiscal subrayando y marcando.
Me decían ‘Natalia quiero que sepas que esto está así tal cual nosotros lo encontramos’. (…) El
clima era de jarana. (…) Tomaban mate y pidieron medialunas (…) Tocaban todo. (…) En un
momento me dormí en el living. (…) Había cincuenta personas. (…) El portero me ofreció un
café de la cafetera de Nisman, hizo chistes. (…) Un astronauta (perito) vino con el celular de
Nisman y dijo que no lo tocaran. Como no dejaba de vibrar, una agente lo agarró para atender.
Yo misma empecé a decir ‘no, no, dijeron que no lo toquen, es el teléfono del tipo al que
mataron’. La mina soltó el teléfono, dijo me mandé un moco y hubo carcajadas”.
Como es lógico, esta declaración causó sensación. La imagen de que todo había
sido un descontrol esa noche quedó fijada en la opinión pública. Los principales
diarios publicaron entrevistas a Natalia en donde contaba estas cosas
escandalosas que habían ocurrido. Pero ¿qué ocurrió esa noche?, ¿cuál es la
verdad?, ¿es cierto lo que contó Natalia?
La historia real es que Natalia y su amiga estuvieron más de tres horas en la
escalera del piso 13 sin poder entrar al departamento. En esas tres horas se
hicieron muchas de las pericias. Ellas ingresaron al departamento cuando se
retiró el cadáver de Nisman, alrededor de las 5 de la mañana. Es falso que se
retira el cuerpo a las 3:30, como ella dice. El grueso del trabajo pericial ya estaba
hecho cuando las dejan pasar.
Tiempo después, Arroyo Salgado declara ante la prensa: “Muchos dicen que la
ex-Presidenta mandó a matar a Nisman; yo no lo sé, tampoco lo descarto”.
El disparo movedizo
En la televisión hubo, desde un principio, otros factores que actuaron sobre la
opinión pública para instalar la versión del homicidio.
Sandra Arroyo Salgado y sus abogados, Juan Pablo Vigliero, Manuel Romero
Victorica y Eduardo Casal, tuvieron mucha presencia mediática. Siempre
intentaron convencer a la audiencia de que el homicidio estaba ya probado. Aún
antes de la existencia de la pericia de Gendarmería, ellos se apoyaban en su
propia pericia. Uno de los temas preferidos de Arroyo Salgado para sostener la
existencia del homicidio fue el lugar en donde ingresa la bala del disparo. Dijo
Sandra Arroyo Salgado en “Animales Sueltos”, América TV, el 23 de diciembre
de 2015: “El disparo viene de atrás hacia adelante, detrás de la oreja”. Y, en
“Código Político”, TN, el 18 de marzo de 2016, aseguró: “El disparo no es en la
sien, es arriba de la oreja y detrás de ésta, de atrás hacia adelante”.
La idea era instalar que el disparo no podía provenir del mismo Nisman, ya que
el lugar en donde había entrado la bala era incompatible con un suicidio. Esta
mentira fue desactivada fácilmente cuando la revista Noticias publicó la foto –
tomada en la autopsia– del sector derecho de la cara de Nisman donde se ve que
el disparo es adelante y arriba de la oreja, pero eso ocurrió recién a fines de
2017. Claro que antes, uno de sus abogados tuvo que desmentirla. Manuel
Romero Victorica en “Animales Sueltos”, el 27 de septiembre de 2016, desdijo a
su clienta. En medio del programa, se le exhibió un reportaje anterior a
Maximiliano Rusconi, abogado de Lagomarsino. Éste dice claramente que el
disparo ha sido delante de la oreja y no detrás, lo cual sorprende a los integrantes
del programa. A continuación, Romero Victorica dice, visiblemente nervioso:
“Efectivamente la posición del disparo es arriba de la oreja, dos centímetros, y
de atrás hacia adelante y de abajo hacia arriba (…), la doctora Arroyo Salgado
nunca dijo que era detrás de la oreja, nunca nadie se dijo que era detrás de la
oreja (sic)”.
Todos estos videos están en YouTube y pueden ser consultados por quien quiera.
Kato sin El Avispón Verde
En 2018, la investigación del supuesto asesinato de Nisman comandada por el
fiscal Eduardo Taiano está totalmente empantanada. La infructuosa búsqueda de
un asesino que no existe mantiene preocupada a la fiscalía. Se multiplican los
manotazos de ahogado con el fin de mantener entretenida a la opinión pública
dando indicios de avances que no son tales. Uno de ellos es la historia de ‘Kato’,
en este caso nada que ver con su homónimo, el fiel asistente oriental de El
Avispón Verde.
En esa época, era habitual que la exSIDE aportara efectivos para la custodia de
personalidades. Personajes diversos como Eduardo Menem, Marcelo Tinelli, la
presunta amante del expresidente Fernando De la Rúa, María Julia Alsogaray y
otros, contaron con custodia de la exSIDE. No fue extraño que Nisman también
aprovechara esta posibilidad, sobre todo por su cercanía con Jaime Stiuso.
El problema con ‘Kato’ se presentó cuando fueron analizados los llamados de los
custodios de Nisman, que tuvieron lugar alrededor del día de su muerte. Se
descubrió que ‘Kato’ se comunicó con el suboficial Rubén Benítez, jefe de la
custodia de Nisman, al día siguiente de la aparición sin vida del fiscal. La
explicación de ‘Kato’ suena lógica, cuenta que quiso solidarizarse con sus
excompañeros de custodia por la muerte de Nisman. Quiénes lo conocen agregan
que, probablemente, quiso chusmear un poco sobre el tema, nada extraño ya que
el país entero hablaba de esta muerte. Ambos hablaron desde los teléfonos
celulares a su nombre por breves minutos.
Una vez más, la fiscalía a cargo de Eduardo Taiano logró distraer a la opinión
pública unos días con una pista absurda que no arrojó ningún resultado. Sus
publicitadas líneas de investigación que terminan en la nada hacen recordar a un
fiscal que hacía lo mismo, pero en una causa mucho más grave, el mismo
Alberto Nisman.
‘Kato’ sigue sin trabajo, pero gracias a las operaciones de prensa es mucho más
difícil que ahora logre conseguir empleo.
La pericia trucha
Uno de los momentos televisivos más absurdos sobre el caso Nisman ocurre, una
vez más, en el programa “Periodismo Para Todos”, de Jorge Lanata. El programa
presenta una pericia criminalística, o algo así, realizada por un perito patólogo
forense norteamericano llamado Cyril Wecht. Lo presentan como “el tipo que
hizo las dos autopsias de los Kennedy, de John Lennon y de Sharon Tate, entre
otros”.
El experto indica que no hace autopsias, sino autopsias forenses; por la
explicación que da sobre su trabajo, se trataría más bien de una investigación.
Dice haber recibido información sobre la causa Nisman, enumera varios ítems
no relevantes y admite haber recibido la pericia de la querella. Nada dice sobre
la pericia criminalística oficial. Es entrevistado por la periodista Mariel
Fitzpatrick en un precario inglés que parece haber dificultado las repreguntas. En
algunos tramos no se entiende bien a qué se refiere y es necesaria una aclaración.
Wecht dice:
-“La alfombra del baño no tiene arrugas”. Esto es falso. Tiene dos arrugas.
-“Nisman estaba parado cerca del lavatorio al momento del disparo”. Aquí
acierta. Pero después dice que no hubiera quedado sangre en el vanitory si el
cuerpo terminaba en esa posición. Algo confuso.
-“El lugar donde quedó el arma es extraño”. En esta explicación Wecht revela su
desconocimiento del caso al decir que el brazo derecho de Nisman, cuando se
encuentra el cuerpo, está cruzado sobre su pecho. Eso no es así. El brazo
izquierdo está cruzado sobre el pecho. El derecho está flexionado con el codo
apoyado sobre el piso y el antebrazo girado hacia su cabeza. Su mano derecha
está muy cerca de su cabeza. Lanata dice que los peritos forenses oficiales
indican que Nisman se suicidó con el arma apuntando a su nuca. Otra vez vemos
este grave error de información. Lo curioso es que Lanata dice que lo lógico
hubiese sido que se disparara en la sien y señala el lugar en donde efectivamente
se disparó Nisman, o sea adelante y arriba de la oreja. Lanata contaba con
información errónea. Seguidamente repite el error de Wecht y sostiene que el
brazo derecho está cruzado sobre el cuerpo. Simplemente con googlear “el
cuerpo de Nisman” e ir a imágenes, se puede visualizar cómo fue encontrado.
Otro serio error de información. Sobre el hallazgo del arma, dice Lanata que los
peritos oficiales sostienen que se cayó por atrás del cuerpo, rebotó en la pared y
quedó abajo del cuerpo, “casi un partido de la NBA”, bromea el periodista.
Cuando dice que rebotó en la pared señala hacia adelante suyo, como si el arma
hubiera pasado por detrás de su cuerpo y luego hubiera viajado hacia adelante,
golpeado la pared y vuelto atrás. Está claro que los peritos no dicen eso. Por la
doble empuñadura el arma se va por detrás del cuerpo de Nisman, golpea la
pared de atrás (la puerta del baño) y se desliza al suelo. Como se puede ver, nada
que ver con un partido de la NBA. Solo mala información del periodista.
-Dice que el disparo fue de atrás hacia adelante, lo cual es poco frecuente pero
no permite descartar el suicidio. Este debate ya lo analizamos anteriormente. De
todos modos, es irrelevante según el experto porque no es concluyente. Otra vez
la curiosidad la aporta Lanata. Parece demostrar que no ha visto el informe o que
no lo ha entendido. Lanata comenta lo dicho por Wecht, pero habla de la
trayectoria hacia arriba, y dice que lo normal es la trayectoria hacia abajo. Eso es
disparatado, lo que dice el experto es otra cosa, se refiere a la trayectoria de atrás
hacia adelante. Nada dice Wecht sobre la trayectoria hacia arriba.
-“La mano derecha debería tener más sangre”. Eso es correcto, el problema es
que Wecht no toma en cuenta la posibilidad de la sobre empuñadura para
analizar este fenómeno.
-“Es raro que la mano izquierda tenga sangre, puede ser por contacto cuando fue
movido o se manchó con la remera”. Dice que la sobre empuñadura no es
común, aunque no la descarta totalmente. Utiliza la misma explicación de la
querella.
-“Había una lista de compras en su casa que no se sabe cuándo la escribió”. Otro
serio error de Wecht: la lista la escribió su empleada doméstica. Nisman no
escribió ninguna lista de compras.
Finalmente, Wecht da una opinión en la cual dice inclinarse hacia la hipótesis del
homicidio. De ninguna manera es terminante. Dice que llega a esta idea como
consecuencia de un amplio análisis de todos los elementos. El problema es que
no posee todos los elementos y nunca explica cómo pudo ocurrir el homicidio.
Solamente opina sobre cinco o seis temas, cuando la complejidad del caso es
mucho mayor.
Más adelante, vuelve a dar su opinión y utiliza la misma idea que la pericia de la
querella; dice que es “más probable” que haya sido un homicidio. De la misma
manera que los peritos de la querella, no dice que es imposible el suicidio.
Al día siguiente de salir al aire este programa, varios medios publican las graves
acusaciones que soporta Cyril Wecht en su país por el delito de venta de
cadáveres. También se supo que su participación en los casos de muertes de
famosos tuvo que ver con contrataciones privadas de programas de televisión.
En la emisión del programa de Lanata, al cual se puede acceder vía YouTube, no
consta si el experto recibió un pago por hacer este trabajo para el programa del
periodista.
Para el análisis serio del caso, este trabajo no debe tenerse en cuenta. Es parte de
un show televisivo y no agrega nada. La intención parece haber sido sumar a un
supuesto experto internacional para dotar de mayor credibilidad la versión del
homicidio. Falta de información, datos equivocados y opiniones sin fundamento
terminan por situar esta pericia en el campo del absurdo.
Es cierto lo que dice Fein. La tesis de los golpes asesinos fue sólidamente
desvirtuada en la Junta Médica. Pero agrega la fiscal:
“Romero Victorica relató lo mismo en la sede de la fiscalía. En esa oportunidad, frente a la
suscrita y al secretario Chirichella. Se le hizo saber que dicha circunstancia nunca antes había
sido señalada por los propios peritos médicos, los doctores Raffo y Ravioli. Ello, no obstante,
añadió que el primero de los nombrados se lo había dicho”.
Vale la pena reiterar lo aclarado más arriba: Raffo y Ravioli nunca hablaron de
cachiporras con arena. Las heridas en la cabeza del cadáver de Nisman
provienen del balazo y de la caída al piso. La herida en la pierna, según la
mayoría de los médicos, era anterior al día de su muerte. Dice Fein: “Me
pregunto entonces, ¿cómo se puede ser tan mendaz?”.
La fiscal Fein también revive la denuncia que, en su momento, Arroyo Salgada
hizo en su contra por, supuestamente, no dejar participar a las partes en la
autopsia. Esos hechos ya se han relatado en este libro. Fein sostiene que son
dichos “absolutamente falsos”.
Según la fiscal, el papel que ha cumplido en los medios de comunicación se
asemeja al de un “punchingball, una persona a la cual todos le pegan”. Aquí no
solo se refiere al papel de Arroyo Salgado y sus abogados, sino que incluye a
“una gran mayoría de operadores de los medios de comunicación (periodistas)
que, sin conocimiento cierto de lo obrado en el legajo, sin escrúpulos, han dicho
cuanto se les vino primero a la mente”. Quienes han seguido la cobertura
periodística del caso Nisman y han tenido, paralelamente, acceso a la causa
judicial, pueden dar fe de lo bien fundadas que están las críticas de la fiscal Fein
a ciertos periodistas.
Esto es cierto, primero negó que estuviera probado el magnicidio del fiscal y que
éste estuviera relacionado con su papel de fiscal federal, por lo tanto negó la
incompetencia de la justicia ordinaria. Además, realizó fuertes críticas sobre el
desempeño de la querella.
Este último capítulo es distinto a los anteriores. Para avanzar sobre algunos
posibles aspectos del final del fiscal es necesario abandonar la crónica
periodística. Ya sabemos que el fiscal Alberto Nisman se suicidó. La pregunta
que todos se hacen es ¿por qué? La crónica periodística no puede avanzar en la
respuesta a semejante pregunta. Nisman no puede contestar. Por lo tanto,
debemos tomar una licencia para intentar describir lo que pudo haber ocurrido.
Nisman siempre se apoyó en alguien con más poder que él. Fue un experto en
trabajar con gran cobertura por encima suyo. Siempre le tocaba ser el coronel
que peleaba en la primera trinchera, pero necesitaba un apoyo personal del
comandante en jefe que tomaba las decisiones desde el cuartel general. Ésa fue
siempre su forma de actuar. Terminando el 2014, la sensación de que todo en su
vida podía derrumbarse lo preocupa y angustia mucho. Pensar en que lo
obliguen a dejar la UFIAMIA, en abandonar la causa que lo ha obsesionado más
de diez años, es inimaginable. Se sabe débil; por primera vez, ha perdido todo
apoyo y está seguro de que el futuro es incierto. Las consecuencias de dejar la
fiscalía lo abruman; perder poder, dinero, influencia, prestigio y figuración es
muy duro para él. Luchó mucho para conseguir todo lo que tiene y de repente
está muy cerca de perderlo todo. Pero tal como ha aprendido en su vida, de la
debilidad puede surgir la fuerza. Está acostumbrado a llevarse el mundo por
delante. Siempre se la ha bancado. Esta vez va a ser igual, va a ganar la
pulseada. Diseña su jugada convencido de su fortaleza, de su capacidad y de su
suerte. ¿O acaso no ha llegado a donde llegó pasando por encima de mucha
gente? Más que nunca vislumbra un futuro brillante en donde ser el procurador
general de la Nación es una posibilidad cercana. Por primera vez decide en
soledad, sin consultar a nadie cercano, ¿para qué? Ya no es el abogado inseguro
que depende de otros. Está cerrado a cualquier crítica; nadie entiende nada, solo
él puede ver con claridad. Este contraataque va a ser un éxito. El plan se va a
ejecutar y va a salir bien. El arma secreta que guarda bajo siete llaves para un
caso de emergencia debe activarse. La denuncia contra Cristina se va a presentar,
así lo ha decidido.
Chatea envalentonado con Leandro Santos. También lo hace con varias chicas
que conoció en Rosebar, las entusiasma con lo que está pasando. Ellas están
lejos, de vacaciones en Punta del Este o Miami. En broma las invita a
acompañarlo al programa de televisión “A Dos Voces”. No es algo que las
atraiga, claro, pero le gustaría sumarlas para que lo vean en su mejor momento.
Muchísimas personas le mandan mensajes, a todos les dice que miren la web de
Clarín en donde está en primera plana su denuncia. Todos lo felicitan, pero
Nisman no les da mucha bolilla. De repente es el ídolo de todos sus amigos. Los
periodistas y los políticos lo buscan incansablemente, aún aquellos que él sabe
que no lo quieren. Esa noche en los estudios del programa, el mismo Edgardo
Alfano, conductor de “A Dos Voces”, le hace saber sus dudas. Le pregunta si no
hubiera sido mejor iniciar la causa y luego involucrarla a Cristina. El fiscal
vuelve a contestar a borbotones; fanatizado, le dice que tiene todas las pruebas.
Le cuenta su temor a ser echado de la fiscalía y el conflicto con Arroyo Salgado
y sus hijas. Nisman está emocionado, sensible, se abre a un desconocido. Antes
de comenzar el programa se acerca a Elisa Carrió, con quién tenía mala relación.
Busca y consigue darle un beso, es casi una bendición para él. No lo puede creer,
consiguió el apoyo de Lilita, jamás lo hubiera pensado. Durante el programa se
le escapa una extraña confesión, dice que no hay nada personal en la denuncia.
La aclaración es absurda, nadie piensa eso. El inconsciente le tiende una trampa.
Esta denuncia es totalmente personal, pero no contra Cristina; es personal porque
es para lograr su salvación y buscar su éxito. Nisman se va a dormir confundido:
una jugada así ha tenido repercusiones inusitadas.
Sin embargo, la jueza federal de turno durante la feria, María Romilda Servini de
Cubría, también le asesta un golpe contundente. Decide no habilitar la feria
judicial para investigar su denuncia. En consulta con el juez Ariel Lijo, quien
debe tramitar la presentación, deciden esperar a febrero para comenzar la
investigación. Agrega Servini en su resolución que la denuncia de Nisman
carece de pruebas:
“El caso no es de aquellos supuestos que habilitan a ser tratados en el transcurso de la feria
judicial. (…) No hay gravedad institucional. (…) Nisman no presentó las pruebas que otorgan
sustento a sus pedidos de impedir la salida del país de los acusados”.
Esto no estaba previsto y lo hace quedar mal. Comodoro Py lo ataca con todo.
Alberto acusa el golpe. No precisa revisar la denuncia, sabe que el canciller tiene
razón. Lo que sostiene sobre Timerman no está probado. De repente, se
sorprende. Tiene que defenderla el lunes en el Congreso. Ha respondido
automáticamente que tiene muchas pruebas, pero ¿las tiene?
Relee los diarios. Los diputados kirchneristas baten el tambor de guerra, se da
cuenta de que el único enemigo es él. La diputada oficialista Diana Conti revela
el estado de ánimo con el que el kirchnerismo ha recibido la denuncia. Dice
Conti:
“El lunes vamos a salir con los tapones de punta contra Nisman. Vamos a correr el velo de la
mentira. Queremos que la reunión sea pública y no en secreto como lo intentaban. Nisman desea
ser corrido de la fiscalía AMIA, por eso denunció a la Presidenta”.
Nisman empieza a perder fuerza. Pero el día termina peor. A última hora, Héctor
Timerman convoca a una nueva conferencia de prensa. El canciller lee un correo
electrónico enviado por el exdirector general de Interpol Ronald Noble, en el que
destaca el compromiso del Gobierno argentino de mantener las circulares rojas
que impiden a los sospechosos del atentado a la AMIA salir de su país sin ser
detenidos. Dice el mail de Noble:
“Mientras era secretario general de Interpol, en cada ocasión que hablamos, usted indicó que
Interpol debía mantener las notificaciones rojas en rigor. Su posición y la del Gobierno argentino
fueron consistentes”.
No hay más que leer los diarios. Todos se han puesto muy agresivos. El
exministro de la Corte Suprema de Justicia Eugenio Zaffaroni lo critica
duramente. Más allá de ser un confeso kirchnerista, es reconocido como un gran
jurista y su opinión tiene peso en la Justicia. Dice Zaffaroni:
“La denuncia de Nisman parece ser un juego imaginativo bastante fantasioso, es forzado afirmar
que el Gobierno buscó pactar con Irán para lograr la impunidad internacional por el atentando.
(…)
No se explica qué tiene que hacer un fiscal con la SIDE y con ninguna embajada extranjera,
fuera de ir a algún cocktail si lo invitan”.
Nisman se da cuenta de que muchas de las críticas son ciertas. No tiene pruebas,
la denuncia es una maniobra y se nota. Claro que sabe que no hay delito, pero
eso no fue nunca un problema, el objetivo era presionar a Cristina. Ahora todo
empieza a desbandarse y él deberá defender el lunes algo indefendible.
-¿Por qué Nisman mantuvo dos años en secreto la investigación sin avisar a un juez ni hacer una
denuncia ante los primeros indicios?”
AN 8:50 pm: Estoy hecho mierda y vos encima seguís. Le ofrecí a Matías
(Matías Baldo, conocido de ambos) que viaje a llevarle la valija y plata. Yo le
sacaba el pasaje y ni siquiera me contestó.
SAS 9:34 pm: no te preocupes, ni yo ni mis hijas somos tan basura como para
hacer nada, no somos oportunistas y además yo les estoy enseñando a ser feliz
con poco o con mucho, si si, con mucho, pero con mucho amor, atención,
dedicación, estudio y trabajo. Para que sean mujeres de bien y que se valgan por
ellas mismas, y no esperen o especulen con nada de nadie. Para que a los 20 años
no tengan que regalarse a un papá de 50 para tener un viaje, un auto, ropa,
celular o carteras…
SAS 9:39 pm: te lo digo porque como vos y yo sabemos nada es gratis en la
vida. Todo se paga, todo pasa y todo llega. Suerte y éxitos, Sinceramente. Y para
molestar, agredir, exponerlas o destratar olvidate de mis hijas. Gracias.
AN 9:55 pm: Yo te mandé copia del pasaje. Volvía en 4 días y seguía todo igual.
vos no lo aceptaste. Y no quiero hablar más por acá. Disfrutá el viaje y cuando
vuelvas si querés te explico.
El fiscal está solo en su casa, con las persianas bajas, golpeado, angustiado,
nervioso. La depresión aumenta. No está en condiciones de trabajar ni de
preparar nada. ¿Va a ir al Congreso? Nisman se siente acorralado. El escape a
todo esto ¿empieza a dar vueltas en su cabeza? ¿Toma una decisión final esa
noche?
Nisman, que hasta ahora tuvo alta exposición, prefiere evitar una riña televisada entre oficialistas
y opositores, con él en el centro de la disputa. En su intervención, planifica leer párrafos
textuales de las escuchas telefónicas –hasta ahora desconocidos– y aportar nuevos elementos.
Como contracara, el kirchnerismo se juega a machacar sobre lo que considera ‘puntos flojos’ de
su argumentación. Entre otros ejes, abordarán estos interrogantes: ¿por qué no notificó al juez
Rodolfo Canicoba Corral acerca de su línea de investigación? ¿Por qué después de escuchar las
revelaciones del piquetero Luis D’Elía y del líder de Quebracho, Fernando Esteche, cuando
hablaban con el iraní Jorge Alejandro Khalil, que tenía intervenido el teléfono, no solicitó
pinchar las líneas de ambos dirigentes involucrados para obtener más indicios? ¿Cómo podría el
Gobierno sembrar una ‘pista falsa’ sin contar con él como eslabón necesario, en su rol de
investigador del ataque?
Otro capítulo giraría en torno de su figura. En el Gobierno, describen a Nisman como
subordinado a las órdenes de Antonio Stiusso, alias Jaime, exhombre poderoso de la Secretaría
de Inteligencia, hasta que Cristina descabezó la cúpula el mes pasado. Ayer, el ministro de
Planificación, Julio De Vido, se ocupó de asignarle otro capataz al deslizar que los lineamientos
de la denuncia “no provienen de territorio argentino” sino “hay que mirar al Norte”. Esa
afirmación, asegura, está respaldada en los cables de la embajada estadounidense en Buenos
Aires, conocidos en el marco del affaire WikiLeaks, en los que el fiscal avisa los pasos a seguir
en el expediente y esquiva avanzar en la denominada ‘pista siria’.
‘Lo que Nisman está haciendo es tapar años de inactividad en la causa, desviando la atención a
una denuncia sin sustento’, afirmó el diputado salteño Pablo Kosiner, vicepresidente de la
bancada oficialista, en lo que es apenas un aperitivo, a la espera de la cita, en la sala 2, del Anexo
de la Cámara baja”.
Todo se ha salido de cauce. Muchas verdades amenazan con ver la luz. Lo que
viene es demasiado complicado. El Congreso, los fanáticos kirchneristas que le
van a hacer la vida imposible, la suerte en Comodoro Py de la denuncia, su
permanencia –a esta altura ilusoria– en la fiscalía, la relación con su ex y sus
hijas, su propia suerte judicial en caso de caer en desgracia es algo del desastre
que le espera.
Decide llamar a Ricardo Bogoliuk, comisario retirado de la Federal. Lo llama
para verlo personalmente, algo tiene en mente… pero está en Mar del Plata,
quedan en verse en la semana. A la una de la tarde llama a Benítez. Algo está
decidido en la cabeza del fiscal. Le pide un arma. Benítez se niega. Segundo
intento fallido. Un par de horas más tarde, llama a Lagomarsino. Esta vez es más
fácil. Lo presiona. Llora, no le cuesta. Le miente, tampoco es un esfuerzo.
Consigue el arma. Tiene un último gesto con él, está agradecido, le ofrece un
café.
Llama a Jaime Stiuso, otra vez no lo atiende. Intercambia llamados con Soledad
Castro y hace arreglos para el día siguiente. Manda un sobre a un periodista
amigo con información sobre la denuncia. Chatea con una periodista, está
monosilábico. Chatea con el periodista amigo. No trabaja esa noche tampoco,
todo queda intacto sobre la mesa del comedor. Se va a dormir, o no. Tiene el
arma en su casa. Ya es dueño de su destino.
El domingo, muy temprano, lee los diarios por internet. Son sus últimas horas.
Falta solo un día para su presentación en el Congreso. Pero él ya sabe que nunca
estará allí ¿Durmió? La ingesta de ansiolíticos fue importante, tomó dos distintos
otra vez. No da más. Los diarios no traen buenas noticias. Ya nada puede ser una
buena noticia en esta instancia. Las cartas están jugadas. Su futuro es
extremadamente difícil. Toda su vida se ha derrumbado. El fiscal ya lo sabe, la
denuncia ha sido el peor error de su vida. No podía, ni debía, exponerse así. Se
jugó, creía que tenía que hacerlo y le salió mal. No hay dudas. En el futuro se
destruirá todo lo que consiguió en treinta años de trabajo. Ya no hay ayuda
posible y no hay vuelta atrás. Nadie lo acompaña, está solo. Más solo que nunca
en su vida. Sin familia, sin amigos, sin socios como Stiuso –a quien le fue
siempre tan fiel–, utilizado por todos, dentro y fuera del país. Sabe que nadie lo
va ayudar; así es la política: te acompañan al cementerio, pero solo hasta la
puerta.
Este artículo es la última nota que lee el fiscal Nisman sobre él mismo. El
cúmulo de reacciones negativas a su denuncia, la falta de pruebas, la desmentida
de un personaje clave para él como Ronald Noble, la falta de apoyo de las
organizaciones de la comunidad judía, la certeza de que va a ser despedido de la
UFI-AMIA, la convicción de que va a ser acusado de poseer dinero en forma
ilegal y de incierta procedencia, la seguridad de que su vida íntima relacionada
con prostitutas vip va a conocerse, la probabilidad de que la causa judicial que lo
tuvo acusado de graves delitos vaya a desenterrarse, la sospecha de que va a ser
señalado por haber defendido en su tarea como fiscal de la causa AMIA los
intereses de dos países extranjeros, impactan de manera brutal en su ánimo.
Alberto confirma que ha quedado acorralado por todas sus acciones. Encima ha
arruinado la relación con sus hijas por todo esto que ha salido tan mal. Sus hijas,
lo que más quiere en el mundo.
Del famoso luchador contra el terrorismo internacional, con mucho dinero a su
disposición, con jóvenes y hermosas mujeres para él, con ansias de convertirse
en procurador, del viajero recibido como héroe en Estados Unidos e Israel, del
poderoso fiscal con diez custodios y dos autos a disposición más una fiscalía
dedicada a satisfacer sus más obsesivos deseos, de todos eso no va a quedar
nada. Su caída va a ser fatal. La cárcel, el descrédito, la vergüenza… Ése es su
futuro. Sus peores miedos están a punto de volverse realidad, el mundo va a
conocerlo en su faceta más negativa.
Le dedica una última mirada a Melisa. La extraña, quisiera que estuviera ahí.
Clickea sobre el aviso que recibe en su mail de que ha subido una nueva foto a
su instagram. Alberto quiere verla. Su decepción es gigante; si algo podía
deprimirlo más, es esa foto que se queda mirando largamente. Melisa está con
una amiga junto a dos chicos de veinte años flacos y atléticos, todos en traje de
baño. Ella es hermosa, pero que lejos que está. Su juventud, sus necesidades, su
alegría, sus fiestas electrónicas, sus descontroles con las drogas y el alcohol…
ese mundo al cual él no pertenece, están más lejos aún. No tiene juventud ni
alegría ni futuro. Solo dinero mal habido y un futuro negro. Nisman encuentra
un artículo de Claudio María Domínguez sobre la vida después de la muerte,
quiere saber qué le va a pasar; dice la nota que hay un flash de psicodelia en el
momento de la muerte. Le interesa: googlea psicodelia.Está decidido. Averigua
cosas que le llaman la atención. Finalmente, es nuestro destino. Vivió una vida
apasionante, se dio todos los gustos, se llenó de dinero, gozó con las mujeres
más lindas de la Argentina, fue poderoso y disfrutó poniendo en aprietos a más
de un pez gordo. ¿Qué más se podía pedir?
Deja la computadora prendida, toma el paño verde en el que está envuelta la
pistola de Lagomarsino. Todo en su casa está ordenado. En su cuarto todo está
en su lugar. La cama solo deshecha del lado izquierdo. En la más absoluta
soledad, camina por el pasillo hacia el baño. Sus trajes carísimos, prolijamente
enfundados, son testigo del paso decidido del ya no tan poderoso fiscal. Va hacia
su baño, entra lentamente y cierra la puerta, consciente de lo que sucederá a
continuación. Apoya el paño en el vanitory, lo abre y descubre su salvación: la
pistola 22. Toma cuidadosamente el arma con la mano derecha, la acerca
lentamente a su sien mientras se mira en el espejo y dispara… la bala no sale.
Vuelve a hacerlo… el gatillo percute pero no pasa nada. Lo repite varias veces,
sacude el arma. Ya cansado, la toma con las dos manos y vuelve a gatillar. El
disparo impacta en su sien, destrozando el hueso e internándose en su cerebro.
Destroza todo a su paso. La sangre salpica para todos lados. Las manos
ensangrentadas se sacuden. El arma se escapa de sus manos. Alberto cae en
cámara lenta hacia atrás babeando sangre. De su boca, nariz y orejas escapa el
fluido vital. Cae cerca de la bañadera, ya no tiene consciencia. Su corazón late
unos minutos más, la sangre abandona su cuerpo formando enormes charcos.
Queda tendido con su mano izquierda cruzada sobre su pecho, la derecha cerca
de la cabeza. Su remera blanca con inscripciones y su short deportivo Nike
comienzan a mancharse de sangre. Alberto se desangra y muere en pocos
minutos.
Un hilo de sangre baja por su cara desde la comisura de su boca dibujándole una
sonrisa siniestra. En el departamento reina el silencio. En el baño, el cuerpo del
fiscal yace sin vida esperando ser encontrado. En Buenos Aires, todavía, es un
domingo más de verano.