Los Presocráticos
Los Presocráticos
Los Presocráticos
LOS PRESOCRÁTICOS
PANORAMA INTRODUCTORIO
La primera tarea que ocupó a los filósofos presocráticos fue la determinación del principio de
todo o “arjé” (αρχή), o sea, la explicación del mundo natural, lo que dio pie para la exploración de
temas que han llegado a ser perennes en la filosofía, como son, por ejemplo: lo uno y lo múltiple,
lo permanente y lo mudable, la realidad y la apariencia, el ser y el pensar.
Los presocráticos se clasifican en monistas y pluralistas, según que entiendan la “arjé” como un
solo elemento o como varios. La “arjé”, sea una o múltiple, es pensada de inicio como un
elemento material y dotado de prioridad temporal absoluta. Tiene carácter fundamentador y se le
llega a atribuir la función de organizarlo y gobernarlo todo. Junto al principio material, algunos
colocan otros factores de causación, sin que faltaran los que llegaron a priorizar un componente
inmaterial o, incluso, estrictamente entitativo.
El cuadro siguiente visualiza algunas de las posibilidad señaladas.
PRINCIPI O EL SER: uno, inmutable, eterno; “el ser es, el no ser no es”;
ENTITATIVO: “lo mismo es pensar y ser” (PARMÉNIDES).
Como puede observarse los presocráticos pertenecen mayormente a los siglos VI y V a.C.
M ELISO DE S AMOS V -
L EUCIPO V -
“Los pitagóricos pensaron que el origen del orden cósmico radicaba en los números y que
todo puede ser reducido a número. Aristóteles nos dice que los pitagóricos se dedicaron
al estudio de las matemáticas y que creyeron que sus principios (los números) eran
también el principio de todas las cosas; que imaginaron en los números representaciones
Para los pitagóricos, siendo los números el principio de todas las cosas, resulta que los
principios de los números son los principios de toda realidad. Ahora bien, los principios
de los números son lo par y lo impar. Si, además, identificamos lo par con lo ilimitado y
lo impar con lo limitado, el resultado es que todo está compuesto de la pareja de
contrarios: ilimitado (par) y limitado (impar). Según esto, ilimitación y limitación se
encontrarían en el seno de cualquier realidad. Las consideraciones sobre los componentes
del número derivan del estudio geométrico del mismo.
En resumen:
1) Las cosas constan de números.
2) Los números constan de lo par y lo impar.
3) Lo par equivale a ilimitado y lo impar a limitado.
4) Las cosas constan de ilimitado y limitado.
Criticando esta teoría, Aristóteles estima que el análisis de los pitagóricos es válido en
lógica, pero no desde un punto de vista metafísico, cf. Yarza, p. 40.
Los pitagóricos asignan diversas cualidades y simbolismos a los números. Por ejemplo, el
1 es creador e increado y representa a la Divinidad. El 2 es el número de la Feminidad; el
3 el del Varón. El 9 es el número de la Justicia. El número sagrado y perfecto es el 10.
(Para más detalles y explicación de la Tetractis, ver Goñi, p. 38).
Prisionera en el cuerpo por un crimen que marcó al ser humano en sus orígenes, el alma
necesita una purificación o catarsis (κάταρσις), que le permitirá liberarse de lo corpóreo y
sensible. Son medios para purificarse, entre otros, la dieta vegetariana, la contemplación
intelectual de la armonía del universo, y la música, que aquieta las pasiones y hace entrar
La influencia del pitagorismo en Platón es notoria. En tiempos del Imperio Romano, las
doctrinas pitagóricas revivieron con fuerza bajo la forma de neopitagorismo.
René Descartes,
1596-1650
-Movilismo. Platón y Aristóteles dejaron para la posteridad una versión del pensamiento
de Heráclito en la que se subraya como característica principal, casi exclusiva, un
movilismo exagerado, que se compendia en las sentencias πάντα ρεῖ (“panta rhei” = todo
fluye, todo cambia) y “Nadie se baña dos veces en el mismo río”, que no se hallan
literalmente en los fragmentos conocidos de Heráclito, pero reflejan una de sus
enseñanzas fundamentales.
“La novedad de la doctrina heraclítea está precisamente en señalar la movilidad,
en remarcar el dinamismo esencial de todo lo real; todo cambia, cambian las cosas y
cambiamos nosotros, lo único que permanece es el devenir y en esto consiste la realidad
de las cosas, su esencia” (Yarza, p. 32). Fraile llama a la filosofía de Heráclito monismo
dinámico: “su monismo se concilia con un cierto pluralismo. El fuego, que es el principio
primordial, está en perpetua mutación. Pero la Razón universal permanece inmutable a
través de todos los cambios” (Fraile, I, p. 171).
-Oposición y armonía de los contrarios. El logos. Como trasfondo del cambio, Heráclito
pone una permanente lucha de los contrarios. Los opuestos se exigen mutuamente,
constituyen el único mundo verdadero. La oposición de los contrarios no es una pugna
estéril. Es un conflicto paradójico, una tensión que pone en armonía a los oponentes, para
que se produzcan así todas las cosas en su inagotable diversidad. El proceso, en sus partes
y en su totalidad, no es arbitrario, está regido por el λόγος (logos, razón).
HERÁCLITO EN LA POSTERIDAD
EL POEMA DE PARMÉNIDES
Parménides escribió un poema en hexámetros Sobre la Naturaleza, del que se conservan
170 versos. Es una de las obras fundamentales de la filosofía de todos los tiempos. El
poema se inicia con el viaje iniciático del filósofo hasta el extraño punto donde se
encuentran el día y la noche. En los versos propiamente didácticos del poema, la diosa
Dike instruye al viajero sobre los caminos que llevan, respectivamente, al error, a la
verdad y a la opinión.
“La diosa le descubre que existen dos caminos: uno que lleva a la verdad y otro que
acaba en la mera opinión. El primero sólo lo recorre quien es capaz de prescindir de los
sentidos y mirar solo con los ojos de la razón. El segundo, en cambio, puede ser andado
por cualquiera y está tan transitado que en él reina la confusión. El camino de la verdad
lleva a descubrir que el ser es y el no-ser no es, que solo existe el ser y que lo que vemos
gracias a la información de los sentidos es pura apariencia: nos parece que las cosas se
mueven y que hay una pluralidad de seres, pero la razón nos dice lo contrario” (Goñi, p.
53).
EL MONISMO ESTÁTICO
“Parménides […] establece su dilema entre ser y no- ser, pretendiendo que hay que elegir
forzosamente uno de los dos términos de la alternativa. A esta antítesis ontológica añade
otra paralela en el orden gnoseológico, distinguiendo entre conocimiento sensitivo,
engañoso, fuente solamente de opinión, y conocimiento racional, que es el único que
proporciona la verdad. Descalifica por completo el testimonio de los sentidos, que
atestiguan la existencia de las cosas particulares y del movimiento, y acepta solamente el
de la razón, que, según él, revela la existencia del ser uno, eterno, indivisible e inmóvil.
-El no ser existe: es el vacío. Su existencia permite el movimiento. Sería la opinión de los
pitagóricos. Parménides la rechaza.
-El ser existe y no existe a la vez, produciendo un mundo en continua transformación.
Sería la opinión de Heráclito. Parménides la rechaza.
-El ser existe y el no-ser no existe. Es la postura de Parménides. Cualidades del Ser que
de aquí se derivan (ver Goñi, pp. 54-55):
o Uno.
o Indivisible.
o Continuo y homogéneo.
o Eterno.
o Ingénito e imperecedero.
o Inmóvil.
o Finito, limitado, esférico.
o Inteligible.
“Su ser [de Parménides] no es ontológico sino lógico: un tal ser no puede darse de
ninguna manera en la realidad. Por esta razón, algunos, en contra de la opinión más
Llevando a sus últimas consecuencias la doctrina de Parménides, “el eleatismo acabó por
afirmar la existencia exclusiva de un único ser que deja fuera toda posible multiplicidad”
(Yarza, p. 48).
PRELIMINARES
Era nativo de Akragas (Agrigento, en Sicilia), pero no siempre vivió allí, pues fue
condenado al exilio. Fue médico, constructor y músico. Corren leyendas sobre su modo
estrafalario de vestir y presentarse. Se le tenía como profeta o mago y portador de
mensajes sobrenaturales. Murió al precipitarse en el cráter del volcán Etna, no se sabe si
voluntariamente. Según uno de sus discípulos, se lo tragó la tierra y se convirtió en dios.
Dejó dos obras de contenido muy disímil: una Sobre la Naturaleza, de tema cosmológico,
y otra titulada Las Purificaciones, de orientación ético-religiosa, donde aparece su
creencia en la transmigración de las almas (cf. Yarza, p. 50) y explica distintas
modalidades de reencarnación (cf. Goñi, p. 64).
Empédocles conoció las doctrinas de los jonios, los pitagóricos, Heráclito y los eléatas.
“Es el primer filósofo que busca conciliar la aporía parmenídea con el testimonio de los
sentidos” (Yarza, p. 49). Su pensamiento tiene matiz ecléctico.
Admite la inmutabilidad de lo real y la existencia de la realidad sensorial. Tanto los
sentidos como la razón nos llevan al conocimiento, pero ninguno de los dos tiene valor
absoluto (Yarza, p. 51).
Las raíces, como se desprende de los rasgos que les atribuye Empédocles, son realidades
elementales o elementos. Esto quiere decir que son sustancias materiales, inalterables,
que pueden unirse entre sí y separarse. Cuando se unen, dan origen a los demás seres;
cuando se separan, las cosas se destruyen.
“Ninguno de estos elementos por separado (dice Fraile refiriéndose a las cuatro raíces) es
invención de Empédocles. Pero a partir de él irán siempre unidos hasta que en el siglo
XVIII fueron destronados por la Química moderna” (I, p. 200).
EL CONOCIMIENTO
El conocimiento tiene carácter físico. El pensamiento tiene una base material. “Todas las
cosas poseen pensamiento” (Yarza, p. 52).
La actividad cognoscitiva procede por asimilación: lo semejante es conocido por lo
semejante. De las cosas salen unos efluvios que penetran a través de los poros de los
órganos de los sentidos.
Hay insinuaciones de otro orden, que explican el conocimiento por una especie de
anámnesis, en una línea semejante a la que seguirá posteriormente Platón. Existe un tipo
de conocimiento privilegiado, del cual Empédocles se sentía partícipe. “El conocimiento
es éxtasis por el que se entra en contacto con las raíces de lo real” (Goñi, p. 63).
DIOS
En sus dos obras, Empédocles presenta concepciones diversas sobre la divinidad. En una,
hace coincidir a Dios con la naturaleza. En la otra, le atribuye a Dios una imagen más
espiritual: “De ese Dios proceden, por obra de la Discordia, todos los demás dioses, los
demonios y todas las cosas” (Fraile, I, p. 208).
EL HOMBRE
Para explicar la multiplicidad de las sustancias, Anaxágoras recurre a las “semillas de las
cosas” (σπέρματα, spermata), llamadas luego “homeomerías” por Aristóteles.
“El primer principio era la mezcla confusa de entidades ilimitadamente pequeñas,
invariables, inertes, cualitativamente distintas entre sí y eternas” (Yarza, p. 54).
Todas las cosas están formadas por los mismos componentes, pero en cantidades
diferentes.
El Nous (Intelecto o Mente) es el factor que da comienzo al torbellino cósmico que
llevará a la distinción de las cosas, que vienen a la existencia mediante un proceso de
unión y separación de las partículas seminales. Siendo el Nous un factor inteligente, su
actividad conlleva regulación del cosmos y causación de su unidad.
El Nous es material, pero no se confunde con la masa caótica de donde procede el
universo.
“La novedad de Anaxágoras radicó en introducir un elemento inteligente en la
explicación del origen del cosmos. De este modo, las cosas no son porque sí, sino que
entrañan una finalidad, están hechas para algo, tienen una razón de ser” (Goñi, p. 71.
“Átomo” (ἄτομος) quiere decir “indivisible”; “a-”: negación; “tomos”: corte, división.
En la concepción de los antiguos atomistas, los átomos son partículas infinitas en número
y pequeñez. Son cualitativamente iguales: equivalen al ser de Parménides, pero
multiplicado al infinito. No obstante, los átomos se diferencian por sus propiedades
externas, como figura, tamaño y posición que ocupan.
Los átomos caen libremente en el vacío. Los átomos son el pleno del ser. El vacío, por el
contrario, representa el no-ser.
La diversidad de las cosas es producto de las diferentes formas en que los átomos se
congregan o se disgregan. Todo consta de átomos: los seres materiales, el alma, la
divinidad.
El movimiento de los átomos carece de propósitos u objetivos. La única explicación
posible se llama azar o casualidad.
LA SENSACIÓN Y LA INTELIGENCIA
El atomismo elaboró una minuciosa teoría del conocimiento. Aquí, todas las sensaciones
se reducen al choque y al tacto; se les atribuye objetividad cuando se refieren a la
existencia de los cuerpos y de las cualidades comunes, pero las sensaciones referidas a
cualidades propias o específicas son clasificadas como subjetivas.
ÉTICA
EL ATOMISMO EN LA POSTERIDAD
“Si el ser para Parménides, como el principio de los jonios, tenía una connotación activa
en cuanto raíz o sustrato de toda realidad, para los pluralistas el ser comienza a
identificarse con las cosas, adquiriendo un significado sobre todo estático. La filosofía no
versa ahora sobre el ser, el principio, sino sobre los seres, los entes, las cosas. Saber no es
ya alcanzar el principio, el origen, la raíz de lo real, sino entender la estructura racional,
la composición de cada cosa. Del principio unitario que daba origen a todo y mantenía
todo el ser, se ha pasado a los múltiples principios que estructuran combinándose las
cosas; saber es conocer no el ser, sino las cosas, su estructura, su esquema, su figura”
(Yarza, pp. 58-59; ver referencia a Zubiri y alusión a Heidegger en N. 27).
PITÁGORAS COSMOS
HERÁCLITO LOGOS
PARMÉNIDES SER
ANÁXAGORAS NOUS
TALES DE MILETO
(1) “Entre los primeros filósofos, la mayor parte pensaban que los principios que están en
el género de la materia eran los únicos principios de todas las cosas. En efecto, aquello a
partir de lo que existen todas las cosas, y a partir de lo que son engendradas al principio,
y en lo que se corrompen al final, …esto dicen que es el elemento y principio, y, por ello,
piensan que nada empieza ni acaba de ser, dado que esta clase de naturaleza siempre
queda a salvo. En cuanto al número y naturaleza de tal principio, no dicen todos lo
mismo. Tales, el iniciador de esta clase de filosofía, afirma que es el agua (y esta es
también la razón por la que decía que la tierra está sobre el agua). Sin duda, él saca esta
suposición del hecho de que se ve que el alimento de todos los seres es lo húmedo, y que
incluso el calor procede y vive de él (y aquello de lo que las cosas proceden constituye su
principio). Así pues, por este motivo, hizo esta suposición, y también por el hecho de que
las simientes de todas las cosas tienen una naturaleza húmeda. Ahora bien, muchos
piensan que esta suposición relativa a la naturaleza había sido hecha por autores muy
antiguos, muy anteriores a la generación presente, y que fueron los primeros que se
ocuparon de los dioses. Ellos consideran al Océano y Tetis como antepasados del devenir,
y afirman que el juramento de los dioses se hace por el agua, la que los poetas llaman
Estigia. Puesto que lo que es más antiguo es más venerable, y por lo más venerable se
jura” (Metafísica A, 3, 983b6ss; Diels-Kranz, 11, A, 12). Grenet, p.14.
ANAXIMANDRO
(1) Anaximandro, hijo de Praxiades, originario de Mileto, conciudadano y discípulo de
Tales, declaró que el principio y el elemento de los seres es lo infinito [ápeiron], y fue el
primero que introdujo el nombre de principio: dice que no es ni el agua ni ninguno de los
que llamamos elementos, sino una naturaleza, infinita [ápeiron], de la que nacen todos los
cielos y los mundos incluidos en ellos. (Simplicio, Comentario sobre la Física de
Aristóteles, 24, 13; Diels-Kranz 12, A, 9). Grenet, p. 17.
(2) Los principios a partir de los cuales existe la generación tienen por ello mismo
corrupción “según una ley necesaria, pues sufren castigo y pagan compensación los unos
a los otros de su injusticia, según el orden del tiempo”. De esta forma expresa él estos
pensamientos con palabras más bien poéticas (Simplicio). Grenet, p. 17. [Es la frase más
antigua de un presocrático citada literalment; ver Yarza, Goñi, Höffe, etc.]
(3) Todo lo que existe, o bien es un principio, o tiene un principio. Pero del infinito no
hay principio, pues en este caso tendría un límite. Por el contrario, es tan ingénito como
incorruptible en cuanto es un principio; pues lo que es engendrado es necesario que tenga
un fin; y hay una terminación para toda destrucción. Y es porque, como decimos, él
mismo no tiene principio, sino que él parece ser el principio del resto y envolver todas las
cosas y gobernarlas todas, como dicen todos aquellos que no admiten, además del
infinito, otras causas tales como el espíritu o la amistad. Parece que esto sea lo divino,
pues es inmortal e indestructible, como dicen Anaximandro y la mayoría de los
naturalistas. (Aristóteles, Física III, 4,203b6; DK A, 15). Grenet, p. 18.
ANAXÍMENES
(1) Anaxímenes de Mileto mostró que el principio de los seres es el aire; pues es a partir
de él como todo es engendrado, e inversamente, en él todo se disuelve; “igual que nuestra
alma, que es del aire, nos domina y conserva, decía, así también un soplo y un aire
envuelve y contiene al mundo entero”. (Aecio, Diels-Kranz, 13, B, 2). Grenet, p. 21.
(2) Dice que el principio es el aire infinito, del que procede lo llega a ser y lo que será, y
los dioses y las cosas divinas, y que todo lo demás viene de sus retoños. (...) Está
siempre en movimiento; pues no cambiaría en todo lo que cambia si no estuviera siempre
en movimiento. (Hipólito, en DK 13, A, 7). Grenet p. 22
(3) El aire está cerca de lo incorpóreo, y puesto que nosotros llegamos al ser según un
movimiento de derrame de éste, es preciso que sea infinito y rico, por el hecho de que
nunca llega a faltar. (Olimpiodoro, DK B, 3). Grenet p. 22.
De la selección de J. González:
[Logos] “Los hombres no han llegado al conocimiento de este logos que ha existido
desde siempre, ni antes de haber oído hablar de él ni tampoco después. Pues, viniendo
todas las cosas a la existencia según este logos, los hombres parecen gentes inexpertas,
cuando ensayan palabras y actos tales como los que yo describo detalladamente,
distinguiendo cada cosa según su naturaleza y expresando como es. Se les escapa lo que
los hombres hacen en estado de vigilia, igual que se les escapa lo que realizan
durmiendo” (n. 1).
[Contrarios y Armonía] “Lo que se opone se une; de las cosas diferentes (nace) la más
bella armonía” (n. 8).
[El fuego] “Este mundo, el mismo para todos, ningún dios ni hombre lo hizo. Sino que ha
sido siempre y es y será un fuego siempre vivo, que se enciende según medida y se apaga
según medida” (n. 30).
[Conflicto, Guerra] “El conflicto es el padre de todas las cosas, el rey de todas las cosas.
A unos ha hecho dioses y a otros hombres; a unos ha hecho esclavos y a otros libres” (n.
53). / Versión en Antología de Gaos (44): La guerra es la madre de todo, la reina de todo,
y a los unos los ha revelado dioses, a los otros hombres; a los unos los ha hecho esclavos,
a los otros libres.
“Es necesario saber que el conflicto es comunidad, que la disputa es justicia, y que todo
llega a ser por la disputa” (n. 80).
[Todo cambia] “Lo que está en nosotros es siempre uno y lo mismo: vida y muerte,
vigilia y sueño, juventud y vejez, ya que por el cambio esto es aquello, y de nuevo por el
cambio aquello es esto” (n. 88).
De la Antología de J. Gaos: 28: Todo lo gobierna el rayo. / 32: El sol es nuevo cada día. /
39*: Lo frío se calienta y lo caliente se enfría, lo húmedo se seca y lo seco se hace
húmedo. / 56: Acople de tensiones, el del mundo, como el del arco y la lira.
JENÓFANES
(1) Homero y Hesíodo han atribuido a los dioses todo lo que en los humanos es oprobio y
vergüenza, robo, adulterio y engaño recíproco (DK B, 11 y 12). Grenet, p. 33.
(2) Los etíopes dicen que sus dioses son chatos y negros, los tracios que los suyos tienen
los ojos azules y los cabellos rojizos (B, 15). Grenet, p. 33.
(3) (Jenófanes) habiendo levantado los ojos hacia la totalidad del universo, declaró que el
uno es Dios (Metafísica A 986b21; DK 21, A, 30). Grenet, p. 34.
(4) Un Dios único, el más grande entre los dioses y los hombres, no parecido a los
hombres ni por la estatura ni por el pensamiento (B, 33). Grenet, p. 35.
PARMÉNIDES
Παρμενίδης ὁ Ἐλεάτης
De la selección de J. González:
“Por distantes que sean las cosas, contémplalas presentes a tu espíritu con certeza. Pues
no conseguirás separar el ser de su continuidad con el ser, ni para dispersarlo, ni para
reunirlo (n 2).
“Tú escúchame y retén mis palabras, que te enseñarán cuáles son los dos únicos caminos
de investigación que se pueden concebir. El uno que el ser es y el no ser no es. Es el
camino de la certeza, ya que acompaña a la verdad. El otro, que el ser no es y que
necesariamente el no-ser es. Este sendero es un estrecho sendero, en el que nada
Ἐμπεδοκλῆς
(Crónica de Nurenberg)
Cuando los elementos mezclados llegan a la luz del día en la forma de hombre, o
siguiendo el género de un animal salvaje, o de una planta, entonces se dice que hay
nacimiento; cuando se separan se dice que hay una muerte dolorosa. Pero esto no es
nombrar según la justicia; aunque yo mismo hablo según la convención (9). Grenet, p. 58.
ANAXÁGORAS
Ἀναξαγόρας
PANORAMA GEOGRÁFICO
MUNDO GRIEGO
PROCEDIMIENTO
Delimitar el tema seleccionado.
Destacar los datos principales mediante un resumen esquemático.
Ilustrar las ideas, dentro de lo posible, con fragmentos del autor estudiado.
Presentar los resultados en una exposición oral de 10 a 15 minutos.
Bibliografía sugerida: Reale y Antíseri, Goñi, Yarza. Dar referencia de las obras
consultadas.
TEMAS SUGERIDOS
a. Comparar las concepciones cosmológicas de Anaximandro y Anaxímenes
b. Doctrina pitagórica sobre el cosmos y el alma
c. Jenófanes: su concepción de la divinidad
d. Empédocles: los elementos, el ciclo cósmico, el alma
e. Anaxágoras: la función del Nous.