Paulo Freire y Su Proyecto Pedagògico. Jose Luis Rebellato
Paulo Freire y Su Proyecto Pedagògico. Jose Luis Rebellato
Paulo Freire y Su Proyecto Pedagògico. Jose Luis Rebellato
De algo de esa práctica y teoría tan impactantes deseo dar cuenta en estas breves
reflexiones. Me ha parecido oportuno partir primero de un testimonio de vida cercano a los
educadores uruguayos (1); luego, señalaré algunos temas de la reflexión de Paulo que son
particularmente importantes y vigentes para el momento actual (2); por fin, me detendré en
algunos desafíos para la educación popular, hoy (3).
4
He desarrollado un análisis del neoliberalismo y de los desafíos éticos, políticos y educativos que se nos
plantean, en los libros La encrucijada de la ética. Neoliberalismo, conflicto Norte-Sur, Liberación,
Montevideo, Ed.Nordan, 1995; y en Etica de la Autonomía. Desde la práctica de la Psicología con las
comunidades, Montevideo, Ed.Roca Viva, 1997 (éste último en coautoría con el psicólogo Luis Giménez).
5
Carlos Núñez Hurtado en el Prólogo al libro de Paulo Freire, Pedagogía de la Esperanza. Un encuentro con
la Pedagogía del oprimido, México, Ed.Siglo XXI, 1996 (a).
en alianza con civiles- el 27 de junio de 1973. La dictadura militar duró hasta el año 1985.
Durante ese período se intensificó el trabajo en los barrios y surgieron numerosos centros
de promoción social y de educación popular. El trabajo social y político de dichos centros
fue un importante espacio de resistencia, junto con muchos otros espacios que revalorizaron
la sociedad civil.
Paulo Freire nos recuerda que el oprimido reproduce dentro de sí la imagen y los
valores del opresor; alguien que sufre las consecuencias de la colonización de la mente.
Alguien que no sólo tiene cadenas para perder, sino que también tiene para perder la
conformidad y el fatalismo que acompañan a la dependencia: "El dominante necesita
inculcar al dominado una actitud negativa hacia su propia cultura. Los primeros favorecen
en los últimos el rechazo de la propia cultura, generándoles la falsa comprensión de la
misma como algo desagradable e inferior (...). Han sido explotados, violados y se les ha
negado violentamente el derecho a existir y a expresarse."6
En junio de 1989 tuvimos la alegría de contar con Paulo Freire entre nosotros, en
Uruguay. Muchos recordamos aquellas hermosas jornadas con las organizaciones
populares, con los trabajadores sociales, con los estudiantes, con los educadores populares,
con los docentes, con los maestros. Fueron jornadas de encuentros intensos y de presencias
multitudinarias. Lo vimos presente en los medios de comunicación. Su estadía en Uruguay
nos significó un fortalecimiento en nuestras prácticas de promoción social y educación
popular. Ciertamente nos emocionó su calidez humana y su capacidad de escuchar, pero
también de hablar, partiendo de la pregunta del otro. En la conferencia de prensa nos
recordó con firmeza la urgencia de una pedagogía de la indignación: "Es la propia
realidad la que, en muchos momentos, puede llevarnos a una situación de desesperación, de
apatía, en la cual perdemos la visión de un mañana en el que ya no creemos. Es
exactamente esta realidad la que me lleva a plantear la necesidad de la indignación. Es
decir, en lugar de una posición fatalista frente a un mundo de dominación, en lugar de
volverme fatalista -y por lo tanto cínico- yo planteo la necesidad de una pedagogía
indignada. Yo planteo una existencia indignada. Para que sea eficaz esta indignación, tiene
que ser planeada, también, en forma eficaz". 7
6
Paulo Freire, The Politics of Education. Culture, Power and Liberation, Massachusetts, Bergin-Garvey
Pub., 1985 (trad.de Silvia Horvath, La Naturaleza Política de la Educación, Barcelona, Ed.Planeta, 1994,
188).
7
Paulo Freire fue invitado al Uruguay con motivo de que el Centro de Investigaciones y Desarrollo Cultural
(CIDC) -nacido desde prácticas concretas inspiradas en el pensamiento de Paulo- cumplía 15 años. Ver sus
diversas intervenciones en el libro Paulo Freire conversando con educadores, Montevideo, Ed.Roca Viva,
1990.
Quizás el acontecimiento más emotivo lo constituyó el encuentro de Paulo Freire
con las maestras y maestros uruguayos. El encuentro estaba previsto para realizarse en la
sede del sindicato de docentes, en la llamada Casa del Maestro. Sin embargo, fue tan
impresionante la concurrencia, que debió realizarse en la calle. Paulo habló desde un balcón
a una multitud de educadores que le hacían preguntas y aplaudían desde la calle. Con
palabras cargadas de emoción comenzó diciendo: "Mis queridos amigos y amigas de
Uruguay: ésta es una experiencia inédita para mí. No, nunca había experimentado una tarde
como ésta, ni siquiera en mi país...Hablar a los educadores y educadoras de oprimidos en la
calle". Respondiendo al afectuoso recibimiento de las maestras y maestros uruguayos,
Paulo reflexionaba: "No hay que esperar a que la sociedad cambie, para luego hacer una
escuela diferente. Cuando uno espera que la sociedad cambie, la sociedad no va a cambiar;
es la mejor manera de no hacer nada".
Nos prometió volver, porque también, para Paulo Freire, la acogido que le dio
Uruguay lo llenó de emoción y cariño; no pudo hacerlo.
2. Educación y política. Una educación liberadora para las aulas y para las calles...
8
El reportaje fue realizado por los periodistas Néber Araújo y Graziano Pascale en el programa "En Vivo y en
Directo" de radio Sarandí (Montevideo), el día 22 de junio de 1989.
construyendo mapas ideológicos y estableciendo alianzas con quienes compartían valores y
posturas similares.9
Con ironía recuerda las críticas que se le hicieron por no insistir supuestamente en
las antagonismos entre las clases sociales, señalando que ahora, muchos de aquellos
críticos, se suman apresuradamente a la avalancha del neoliberalismo, afirmando que ya las
clases sociales no existen. Supo integrar dialécticamente, en su pensamiento y en sus
prácticas, la existencia y la lucha de las clases, con la emergencia de una pluralidad de
sujetos dominados y organizados en los movimientos sociales. Paulo recuerda que en la
década de los 70 ciertos representantes de la izquierda mostraban muy poco respeto por los
movimientos sociales (específicamente se refiere a los movimientos de liberación
femenina, pacifistas y ecologistas). Se los tildaba de inoperantes, escapistas y renuentes a la
política. Freire -sin desconocer que muchos de dichos rasgos eran reales- muestra confianza
en los mismos y en sus posibilidades de una resignificación política: "Tarde o temprano
superarán el letargo político que les es inherente. Los movimientos sociales nacieron ya
siendo políticos, aún cuando su naturaleza política no siempre fuera comprendida por los
mismos interesados" (Freire, 1994: 189-91; 1996a: 87-9).
9
Ira Shor-Paulo Freire, Medo e ousadia. O cotidiano do Professor, Rio de Janeiro, Ed.Paz e Terra, 1987. Es
interesante -una vez más- cómo Paulo articula dialécticamente las categorías de rigurosidad y de creatividad,
distanciándose de las categorías de rigidez y de espontaneismo: "Tenho certeza, Ira, que temos que lutar com
amor, com paixâo, para demonstrar que o que estamos propondo é absolutamente rigoroso. Ao fazer isso,
temos que demonstrar que rigor nâo é sinónimo de autoritarismo, e que rigor nâo quer dizer rigidez. O rigor
vive com a libertade, precisa de libertade. Nâo posso entender como é possível ser rigoroso sem ser criativo.
Para mim, é muito difícil ser criativo se nâo existe libertade. Sem libertade, só posso repetir o que me é dito"
(98).
10
Sobre el movimiento de Chiapas, Raúl Zibechi, Los arroyos cuando bajan. Los desafíos del zapatismo,
Montevideo, Ed.Nordan, 1995; Michael Löwy, La dialéctica marxista del progreso y el actual desafío de los
movimientos sociales, en ¿Hay alternativa al capitalismo? Congreso Marx Internacional. Cien años de
marxismo, Buenos Aires, Kohen & Ai Ed.,1996, 110-9; Giulio Girardi, Los excluidos, ¿construirán la nueva
historia? El movimiento indígena, negro y popular, Quito-Managua, Ed.Nicarao, 1994. En torno a la
Bajo la influencia del pensamiento de Gramsci, Freire descubre la importancia de
reinventar el poder. La rinvención del poder tiene contenidos muy precisos en sus análisis:
el desarrollo del poder en los múltiples espacios y canales de comunicación; el
reconocimiento de que ya no es posible continuar hablando tan sólo en nombre de, sino
que es preciso aprender a hablar con; la superación de la distancia hoy existente entre la
organización y los sectores en nombre de los cuales la organización supone hablar; la
construcción de un estilo diferente de hacer política; la vigencia de la pregunta, como
condición de la existencia humana; el poder entendido como participación; la articulación
de poderes populares.11
Paulo supo ser un educador en el sentido integral de la palabra; gustaba decir que si
un educador sólo calla para escuchar la voz del pueblo, o no tiene nada para enseñar o es un
incompetente o es un demagogo. Pero enseguida completaba su pensamiento afirmando que
nadie puede educar si, a la vez, no aprende de sus educandos. El educador educa y se
educa. Los años de su exilio le aportaron muchas enseñanzas. Paulo trabajó con ahínco en
Chile, en toda América Latina, en Estados Unidos, en Guiné-Bissau, en Cabo Verde, en
Sâo Tomé, en Principe, en Angola. De esas experiencias nacen sus Cartas Pedagógicas. De
la práctica de esos pueblos en la construcción de sus proyectos políticos, aprendió que el
acto educativo, en cuanto acto de conocimiento, no es nunca neutral. La acción cultural -
como él la denominaba- va unida a una teoría del conocimiento. Comprender el acto de
conocer, significa que nos preguntemos: conocer para qué; conocer con quien; conocer en
favor de qué; conocer contra qué; conocer en favor de quien; conocer contra quien.12
ecología, véase la obra de Leonardo Boff, Ecología: grito de la Tierra, grito de los pobres, Buenos Aires,
Ed.Lumen, 1996.
11
Paulo Freire, Hacia una pedagogía de la pregunta. Conversaciones con Antonio Faúndez, Buenos Aires,
Ed.La Aurora, 1986.
12
Paulo Freire, Cartas à Guiné-Bissau. Registros de uma experiência em processo, Rio de Janeiro, Ed.Paz
e Terra, 1977.
13
Ver Paulo Freire, 1994, 154,160-1,163, 167-170. Raúl Aramendy-Alicia González, Los dos Freire. Notas
desde un punto de vista epistemológico, en Alternativa Latinoamericana, 5(1987), 25-30; Rosa María Torres,
Educaçâo Popular: Um encontro com Paulo Freire, San Pablo, Ed.Loyola, 1987.
De una profunda formación religiosa -su padre era espiritista y su madre católica-
Paulo recuerda que fue en su hogar donde aprendió el diálogo y la tolerancia. Rescató
siempre la virtud de la tolerancia como una virtud radicalmente revolucionaria. Ser
tolerantes hacia las posturas de los demás, para unirse con fuerza ante el antagónico. Así
como también, la virtud de la coherencia, entre el discurso y nuestras prácticas. La
capacidad de preguntar y de escuchar con humildad la pregunta, teniendo firmeza en
nuestras convicciones, pero viviendo a fondo la búsqueda en medio de incertidumbres. Fue
un educador cristiano, convencido del compromiso de un cristianismo profético; lo veía
concretado en las comunidades cristianas de base y en la teología de la liberación. Se trata
de un cristianismo que rechaza todo pensamiento estático: "Para ser, acepta devenir. Dado
que piensa críticamente, esta Iglesia profética no se puede pensar a sí misma neutral.
Tampoco trata de ocultar su elección. No separa el mundo de la trascendencia, la salvación
de la liberación" (Paulo Freire, 1994, 129-48). Esto también explica el entusiasmo con el
que prologó una obra norteamericana de teología de la liberación: la obra de James Cone.
Ambas teologías -dice Freire refiriéndose a la latinoamericana y a la sostenida por Cone- no
sólo hablan en nombre de aquellos a quienes se prohíbe hablar, sino que, sobretodo, luchan
junto a quienes han sido silenciados. "Poder hablar es construir una historia que pueda
reformularse una y otra vez (...). Toda reconciliación entre opresores y oprimidos,
presupone la liberación de los oprimidos."14
Concluyendo esta breve síntesis de ideas centrales en Paulo Freire, quiero señalar
tres tareas que me parecen fundamentales para el momento actual.
14
Prólogo a la obra de James Cone, Teología negra de la liberación, Buenos Aires, Ed.Carlos Lohlé, 1973.
15
Ver la importante contribución de Oscar Jara en su obra, Para sistematizar experiencias: una propuesta
teórica y práctica, México, Imdec, 1997.
desde la sociedad civil, y a la constitución de nuevas subjetividades colectivas. El proceso
de maduración de un teoría crítica-emancipatoria, le ha permitido integrar, entre otros
aspectos, el componente de incertidumbre, el reconocimiento y la defensa de la diversidad -
específicamente la diversidad cultural o interculturalidad-, la importancia estratégica del
espacio público y de la sociedad civil, la dimensión simbólico-cultural de toda acción
colectiva. A la vez se le plantea también la necesidad de un pensamiento holístico; la
elaboración de categorías teóricas y de estrategias prácticas que conjugen la diversidad con
la construcción de una unidad, que supere la desagregación producida por la ideología
neoliberal; el compromiso con una democracia, de fuerte base social y popular que, a mi
entender, resulta insostenible en el marco de un capitalismo destructor; el empeño en la
construcción de redes y bloques sociales de los movimientos que luchan por la vida y
contra la dominación. Es decir, una estrategia de articulación de los poderes de los
oprimidos.
16
José Luis Coraggio, Desarrollo humano y política educativa en la ciudad latinoamericana, en La
Piragua, Revista Latinoamericana de Educación y Política, 9 (1994), 92-8. Miguel Soler, El Banco Mundial
metido a educador, Montevideo, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación - Revista de la
Educación del Pueblo, 1997. Michael W.Apple, El conocimiento oficial. La educación democrática en una
era conservadora, Barcelona, Ed.Paidós, 1996.
construir interlocucionariamente saberes con nuestros alumnos, a crear espacios públicos
alternativos y democráticos en el ámbito educativo.17
17
Henry Giroux, Los profesores como Intelectuales. Hacia una pedagogía crítica del aprendizaje.
Introducción de Paulo Freire, Barcelona, Ed.Paidós, 1990.