La Regla Kimbisa Del Santo Cristo Del Buen Viaje Es Un Producto Netamente Cubano
La Regla Kimbisa Del Santo Cristo Del Buen Viaje Es Un Producto Netamente Cubano
La Regla Kimbisa Del Santo Cristo Del Buen Viaje Es Un Producto Netamente Cubano
Fue fundada
a mediados del siglo XIX por Andres Facundo Cristo de los Dolores Petit. Este hombre
sorprendente y profundamente místico era, al mismo tiempo, Terciario de la Orden de San
Francisco del pueblo de Guanabacoa, Babalosha de la Regla de Osha, Issué de Bakokó Efor en la
Sociedad Secreta Abakuá y Padre Nkisi de la Regla que él mismo fundara. Aunque no se han
encontrado pruebas, es muy probable que también fuera hermano Masón, pues en la liturgia y los
ritos kimbiseros se aprecian rasgos de la Masonería, como en el juramento de iniciación.
Andrés Facundo Cristo de los Dolores Petit, mulato claro, alto, delgado y de finos modales, es un
símbolo de nuestra amalgama criolla. Nació en Guanabacoa, La Habana, a principios del siglo XIX
y durante un tiempo vivió en el Convento de los Franciscanos y muchos recuerdan que recogía
limosnas para los frailes. Sabía latín y son muchas las leyendas que rodean su vida: "Iba Andrés
una vez por una calle solitaria, a eso de las doce del día y observó a un caballero de bomba y
levita cruzada que andaba delante de él. A poco, por la acera de enfrente aparecieron dos
morenos facinerosos. Aquellos tipos continuaron caminando y Petit cruzó la calle, los detuvo y
les dijo que ellos querían matar al hombre de la levita cruzada para robarle la cartera y las
prendas. _ No lo maten _les dijo Petit _Quítenle lo que lleve, pero no le quiten la vida. Y tal
poder tenía Petit en su bastón que se acercó al caballero, lo tocó en el hombro y lo dejó
paralizado. Los ladrones le llevaron cómodamente la cartera, la leontina, el reloj, el alfiler de
corbata y el anillo, todo lo que tenía encima y escaparon sin hacerle ni un rasguño. Petit volvió a
tocarlo con su bastón y el señor siguió caminando sin darse cuenta de nada. Así Petit le salvó la
vida".
Andrés Petit fue el primero en aceptar a hombres blancos dentro de la sociedad secreta Abakuá
_en su Potencia Bakokó Efor, en el año 1863_ y con el oro que obtuvo de esas iniciaciones logró
sacar de las cárceles españolas a muchos hermanos ñañigos y paleros. Gracias a esa acción, al
incluir a jóvenes blancos, de buenas familias criollas, dentro de los Abakuá, consiguió mejorar
la imagen de la opinión pública sobre dicha sociedad secreta. Algunos opinan que sin Petit, los
Abakuá hubieran desaparecido. No hubieran podido resistir la prolongada persecución de que
fueron objeto por parte de las autoridades españolas y más tarde, a comienzos del siglo XX, por
las cubanas.
La Regla Kimbisa difiere del Mayombe y de la Brillumba en que su creador trató de incluir en ella
no solo algunos de los ritos y conceptos de las otras manifestaciones religiosas cubanas, sino
también del espiritismo, del catolicismo y de la magia esotérica occidental. Es posible afirmar,
pues, que si hay en Cuba una practica religiosa real y deliberadamente sincrética, ésta es la
Regla Kimbisa. Lydia Cabrera escribiría que los iniciados en la Kimbisa se comprometen a hacer el
bien valiéndose de los secretos del negro y del blanco.
En efecto, Petit trató de hacer llegar a sus seguidores el mensaje de fraternidad universal de los
primeros cristianos; de respeto por las tradiciones y de solidaridad con la familia ampliada de los
Abakuá; de devoción por los antepasados, fuente de sabiduría y de ayuda para sus descendientes,
característica tanto de la Regla de Osha como de las Reglas de Palo Monte, y de comunión con
esos ancestros y con otros espíritus benéficos a través del trance mediúmnico, a la usanza del
espiritismo, y de los sistemas de adivinación que emplea la Kimbisa. Este elevado empeño está
presente en toda la liturgia creada por Petit, cuyos rezos y exhortaciones instan a sus seguidores
a obrar y a vivir en la rectitud y la bondad. Lo cual no quita que, cuando no hay más remedio, el
kimbisero es capaz de atacar a sus enemigos y abrirse camino con bilongos tanto o más terribles y
poderosos que los de cualquier otro ngangulero.
Un análisis somero de la Regla Kimbisa resultará suficiente para mostrar cuán vinculados están en
esa liturgia diversos aspectos de las religiones que se practicaban en la Isla en vida de Petit.
Comenzaremos por las jerarquías de un templo Kimbisa _templo que, generalmente, es una
habitación en la casa de un jerarca de la Regla, en la que se guardan los objetos del culto_, sus
funciones y lo que pudiera considerarse sus equivalencias en la mayombería, comenzando de
mayor a menor:
Auxiliares del Segundo Capacitado Llevan los trabajos al lugar que Ngueyos.
también llamados Apóstoles del indique el Padre o la Madre
Camino si son hombres, y Siervas, Maestro.
si son mujeres.
San Luis Beltrán, santo católico, es el Guía de los templos Kimbisa, pero la prenda, nganga o
fundamento es, al igual que en las otras ramas de las Reglas de Palo Monte, el objeto principal de
adoración y solo pueden manipularla los Padres o Madres Maestros y los Primeros Capacitados. En
la ceremonia de iniciación se presta juramento ante el Cristo crucificado( hay que recordar, de
paso, que Petit introdujo el crucifijo en los ritos Abakuá ) que está presente en todos los ritos y
trabajos de la Regla Kimbisa. Sus primeros seguidores llevaban siempre al cuello sus propios
crucifijos, después de dotarlos de una carga mágica. Pero es San Luis Beltrán quien da su
conformidad para la iniciación de un ngueyo. Las deidades que reverencian los kimbiseros son las
más populares del santoral católico, y sus respectivas identificaciones con los orishas yorubas, Así
resulta fácil enumerar algunas, a modo de ilustración, a partir de los nombres que les dan los
seguidores de esta rama:
Kimbisa Bantú Católico Yoruba
Los kimbiseros han incluído en sus devociones a otras dos figuras propias del catolicismo. Son
ellas el Santísimo Sacramento _Kunankisi_ y el Santo Cristo: Nkisi.
En la Kimbisa, los santos comen lo mismo que en la Osha. Por ejemplo, Madre de Agua come gallo
y pato; Mamá Chola, gallina; Tiembla Tierra, paloma; Centella Ndoki, gallina; Sarabanda, gallo y
chivo. Los espíritus protectores de la casa nunca son olvidados. Es costumbre ofrecerles ajiaco,
que se coloca en el patio de la casa o en el baño. Se confecciona con cuanta vianda y especia se
tena a mano y se le pueden añadir trozos de ternilla o de carne, pero nunca sal. Se sirve en una
cazuela de barro y se rodea de una taza de café amargo, dulces, un vaso de agua clara, una
jícara con aguardiente, un tabaco y un cigarro. Después, con el bastón de muerto, que en
Kimbisa es un garabato con una carga mágica, se golpea el suelo nombrando, sin olvidar a
ninguno, a los muertos que de una forma u otra han tenido que ver con la casa y al muerto
principal de la prenda, pidiéndoles su conformidad con la ofrenda. El ajiaco permanece durante 7
días en el lugar, al cabo de los cuales se deja en el monte, bajo una mata de aroma.
A diferencia de los santeros y de los seguidores de otras ramas de Palo Monte, los kimbiseros no
son tan dados a emplear palos y polvos en sus trabajos. Como los espiritistas, prefieren las
hierbas, las flores y los perfumes. Trabajan mucho con la albahaca, pero también con hierba que
se conoce como pata de gallina _y que ellos llaman kimbansa_ dedicada a Sarabanda, igual que el
piñón botija, la maloja, el jobo, el anamú, la diez del día, la hierba de Guinea, el bledo morado y
las hojas de la pimienta. La uva caleta, el ítamo real, el marpacífico, la siguaraya, la ruda, la
ceiba, la artemisa y el rompesaraguey están entre las plantas de nsasi Siete Rayos. Mamá Chola
trabaja con flor de agua, limo de río, verdolaga, albahaca cimarrona, botón de oro, canutillo
morado, helecho hembra, girasol y prodigiosa, entre otras. La lista sería interminable si
nos refiriéramos a las plantas de cada una de as deidades.
La primera prenda que recibe un iniciado en la Kimbisa es un Sarabanda, deidad guerrera que ha
incorporado algunas de las características de ochosi y Eleggua. Estaríamos, pues, ante los
guerreros de la Ocha, reunidos en una misma entidad. En el interior de la prenda se coloca una
piedra que deberá ser traída por la persona para quien se prepara ese fundamento. La piedra no
representa al nfumbe de la nganga, sino al santo que guía a su dueño. El nombre de ese santo
será también el de la prenda. Los kimbiseros acostumbran a llamar semanalmente a los espíritus
de sus ngangas en presencia de sus ahijados; estos realizarán las tareas indicadas por los
espíritus.
Lo primero que debe probar quien quiera iniciarse en la Kimbisa es que es persona de honor y de
moralidad intachable. No obstante, será objeto de vigilancia temporal, igual que ocurre con los
aspirantes a Abakuá y los seguidores del Mayombe, para verificar si lo que de él se dice se ajusta
a la verdad. Si así fuera, se procede a iniciarlo en una ceremonia de rayamiento, después de dar
de comer a la prenda. Siete cruces para los hombres y nueve para las mujeres.
Igual que en la iniciación del Shamalongo, se da de beber del secreto al ngueyo. Cada Padre o
madre tiene su propia forma de preparar este brebaje y la guarda
celosamente, compartiéndola solo con su Primer Capacitado. Este aspecto del ritual se llama
Yamboso y se realiza después de bañar al ngueyo para la ceremonia. El sacrificio de animales que
se efectúa en su transcurso es el de gallos: los animales de cuatro patas se reservan para ritos
mas importantes.
Los nombres que reciben los auxiliares o nuevos ngueyos al entrar en una fraternidad Kimbisa son
de origen católico: nombres de santos, como San Juan de la Cruz o Santa Teresa de Jesús, que se
eligen por fecha, afinidad o inspiración y van creciendo a medida que evoluciona el kimbisero. Al
llegar al segundo rayamiento y convertirse en Padres y Madres de pleno derecho, sus nombres se
agrandan y se mezclan con elementos africanos, de espiritismo y brujería. Por ejemplo: Padre
San Juan de la Cruz Vence Guerra Vence Batalla; Padre Santo Tomás Ver y Creer; o Madre Santa
Teresa de Jesus a la Puerta del Cementerio. Estos "apellidos" mágicos, que siguen a los nombres
católicos, también se obtienen por inspiraciones o hacen referencia al mpungu de cabecera o a
alguna característica o anécdota de la persona.
En la Kimbisa, los registros o consultas evidencian préstamos tanto de la Ocha como del
espiritismo. Se coloca una estera en el suelo y sobre ella, un vaso de agua con un gajo de
albahaca. En ocasiones, el vaso se cubre con un pañuelo rojo o azul. Para augurar se emplea el
coco o los shamalongos, los caracoles, el espejo o el trance mediúmnico, muy frecuente. Padres y
Madres, capacitados e iniciados reciben "inspiraciones", que en el espiritismo se denomina "pasar
muerto", es decir, son poseídos por espíritus que hablan a través de ellos.
Patipemba para invocar al Arcángel San
Miguel.
A diferencia de lo que ocurre en las demás reglas de Palo Monte, en el templo Kimbisa los fieles
no solo experimentan la posesión de espíritus, sino que también reciben "inspiraciones" de santos
tales como San Antonio, San Luis Betrán, San Miguel arcángel y San Benito de Palermo. El trance
es provocado por medio de cantos y bailes o puede suceder de forma espontánea. Cuando se
manifiestan los orishas, los bailes resultan más agitados que cuando suceden en un Ilé-Orisha
corriente.
Entre los ritos señalados se encuentra la iniciación o Kimbansa de iniciación; los Jubileos o
aniversarios de los Padres; la fiesta de San Luis Beltrán; la celebración del Santo Cristo del Buen
Viaje( 5 de Septiembre ); la despedida del año viejo y recibimiento del nuevo, fecha en que se da
de comer a los muertos a las doce de la noche y las ofrendas, sacrificios y purificaciones que
tienen como fín obtener algún beneficio
material.
Entre otras, los kimbiseros celebran dos ceremonias importantes para proteger a los fieles: el
Cambio de Vida, procedimento empleado tanto por los santeros como por las otras ramas de palo
para transferir a un objeto cualquiera el padecimiento mortal que aqueje a una persona. Ese
objeto, junto con ropas del enfermo, se entierra en el cementerio para burlar la muerte. Y el
hermoso rito de rogar la cabeza, que también se practica en Ocha, para aclarar el pensamiento,
proporcionar paz espiritual y fortalecer al guía y protector del individuo. Otra de las
celebraciones más importantes de los kimbiseros es la Comida de los Muertos, Despedida del Año
Viejo y el Advenimiento del Año Nuevo, rito de comunión similar al de los Abakuás. Allí, mientras
se les reza( a los muertos ), se canta y se baila, se coloca una cazuela con comida( arroz con
frijoles y carne de puerco ) de la que todos van comiendo con la mano, a la vez que bailan
alrededor.
Patipemba para invocar al
Arcángel San Rafael.
Los iniciados _y también los que no lo son_ reciben como protección los llamados collares de
guerra o bandera, después de haberse registrado al pie de la prenda. Los collares de los iniciados
comen sobre la prenda en las ocasiones festivas. Los de los no iniciados comen en plato aparte,
así como los makutos o resguardos de unos y otros, después de haber sido enjugados en el
omiero.
Los talismanes, amuletos, resguardos, brebajes y pociones para hechizar son preparados por
todas las jerarquías. Pero su elaboración la dirigen el Arcangel San Miguel, San Antonio, San Luis
Beltrán y San Benito de Palermo, quienes indican al iniciado en trance de inspiración lo que ha de
hacerse.
Al menos así era la Kimbisa en sus orígenes, pues ha seguido transformándose y absorbiendo
nuevos tratados y procedimientos, de modo que actualmente se pueden encontrar diferentes
casas y templos Kimbisa cuyas liturgias presentan muchas diferencias entre si. Incluso hay una
nuevo fenómeno: La Nueva Regla Kimbisa, fundada por inspiración directa del espíritu de Andrés
Petit, al que consideran el Espíritu Guía de su fraternidad, en lugar de San Luis Beltrán. Después
de la muerte de su fundador, privada prematuramente de su líder, la Regla Kimbisa se
desmembró en diferentes casas, dirigidas cada una por los seguidores más cercanos de Andres
Petit, que heredaron distintas partes del conocimiento total de los secretos y tratados Kimbisa.
De los cientos de santos, ángeles, orishas, mpungus, muertos y demás entidades que inspiraban y
ayudaban en los trabajos de la Regla Kimbisa original, cada uno de esos Padres y Madres se quedó
con una parte y así lo transmitieron a sus ahijados, provocando nuevas bifurcaciones con el
tiempo.
Por lo general, cualquier Padre o Madre Kimbisa tiene coronado a su Orisha de cabecera y
practica el Espiritismo Cruzado, además de estar rayado. Sus padrinos de Osha y de espiritismo
también eran kimbiseros y cuando sus ahijados reciben su segundo rayamiento _el cual los
convierte en sacerdotes, con derecho a poseer y utlizar su propio nkisi o nganga_ , primero son
iniciados en el Espiritismo Cruzado y se les corona su orisha dentro de la propia orden Kimbisa.
Todos los santeros, babalawos y espiritistas que participan en dicha iniciación y aprendizaje son
kimbiseros también. Es habitual que muchos kimbiseros sean además abakuás, masones,
rosacruces, budistas, reikistas, etc, etc, ya que, aunque la Regla Kimbisa siempre está
cambiando, su espíritu original de sincretismo y experimentación, continua intacto.
Las personas que no pertenecen a la Regla Kimbisa pueden beneficiarse de la mayoría de trabajos
básicos de consulta, sanación, despojo, protección, desenvolvimiento, etc, que realizan los
kimbiseros, pagando por sus servicios, pero para los ngueyos( auxiliares: apóstoles y siervas )
suelen ser gratis o a precio de coste. A cambio, los ngueyos contribuyen con el templo realizando
todo tipo de tareas y encargos de índole, tanto ritual, como practica, además de abonar una
mensualidad para el mantenimiento del templo, alquiler del local, etc. Entre los deberes de
cualquier ngueyo se encuentra el de proteger y auxiliar a cualquier hermano Kimbisa que se
encuentre en dificultades, incluyendo ser perseguido por la justicia, aunque hacerlo signifique
riesgo o peligro para su propia persona.
Existen varios motivos para convertirse en Kimbisa, como son Salvación( la persona se raya para
salvarse de una enfermedad o situación grave o mortal, como puede ser un cáncer, una peligrosa
intervención quirúrgica, demencia, adicciones, justicia, persecución, guerra, abusos, brujería,
posesión, enemigos, etc ), Evolución( la persona presenta capacidades espirituales de
mediumnidad, clarividencia, sanación, etc, que necesita desarrollar ), Camino( la persona es
reclamada por determinadas entidades espirituales, como orishas, mpungus y/o difuntos, que
afirman ser sus guías tutelares o guardan cualquier otro tipo de relación con ella. Estas entidades
pueden advertir de la necesidad de iniciación para que la persona encuentre su camino en la vida
y/o evite, prevenga o corrija ciertas circunstancias críticas que vislumbran en su futuro o que le
afectan en el presente y desequilibran la armonía de su energía espiritual, produciendo todo tipo
de males de naturaleza interior y exterior, como enfermedades y accidentes, respectivamente
)y Vocación( la persona posee una fuerte inclinación espiritual que le hace sentir atraído por la
magia y los conocimientos y actividades de la Regla. Tal vez no presenten síntomas de
mediumnidad u otros poderes extrasensoriales, pero su intensa vocación espiritual puede
convertirles en grandes kimbiseros, mediante el estudio y la practica. Existen diversos
procedimientos y artilugios mágicos y técnicas secretas para desarrollar las capacidades
espirituales en personas que no las presentan espontáneamente ); pero en cualquier caso, la
última palabra la tiene el Espíritu Guía del templo( originalmente era el espíritu de San Luis
Beltrán, pero actualmente hay kimbiseros que prefieren a otras entidades, como antiguos brujos
que en vida fueron kimbiseros y cuyas prendas se han heredado en el munanso ), al cual se le
invoca a través de la prenda Kunankisi, que solo se usa para ceremonias importantes y elevados
trabajos de luz, nunca por motivos malignos o impuros.
Tanto los ngueyos, como los que no lo son, pueden recibir, de manos de un Padre o Madre
Kimbisero, Resguardos( makutos, crucifijos, cadenas, etc ), para protección y suerte que se
elaboran teniendo en cuenta lo que marque la letra de la consulta, el signo o camino de la
persona, así como sus deidades de cabecera y espíritus guías, si los conoce; y Collares y
Guerreros de Osha( Eleggua, Oggún, Ochosi, Osun y los seis collares básicos de Eleggua, Oggún,
Obbatalá, Shangó, Yemayá y Oshún, que constituyen los primeros objetos que se reciben en regla
de Osha ) y/o Prenda Espiritual( prenda parecida a una nganga pequeña y que sirve de
recipiente-cuerpo para los espíritus guías de la persona. Su forma depende del orisha-mpungu de
cabecera ), en el caso de que la letra, signo, camino o entidades así lo indiquen. Se entregan
sobre todo a personas con dotes mediúmnicas para que se desarrollen. Si más adelante, dicha
persona se convierte en Padre o Madre, parte de los elementos de su prenda espiritual pasarán a
formar parte de su nganga principal, cuando la monte.
Con menos frecuencia, sucede que es necesario que la persona reciba, aunque aún no esté
rayado, alguna/s Prendas de Nkisis, que consisten en recipientes mágicos, como güiras,
calabazas, cuernos, caña brava o bambú, calderos, cazuelas, caracoles, makutos de saco,
soperas, carapachos, etc, que albergan la Fuerza Espiritual de orishas y mpungus sincretizados.
De esta forma, se puede recibir un Nkisi Tiembla Tierra( Obbatalá ) en una pata o colmillo de
elefante o en una sopera de plata o porcelana blanca; una Madre de Agua( Kalunga-Yemayá ) en
un caracol o caña brava grande o sopera azul o tinaja cubierta de conchas y caracoles; una Mamá
Chola( Chola Wengue-Ochún ) en una calabaza; un Siete Rayos( Nsasi-Shangó ) en un carapacho
de tortuga, cazuela roja y blanca, batea de cedro o madera rojiza o cuerno de toro; Sarabanda(
Los Guerreros ) en un caldero de hierro; un Cuatro Vientos( Padre Tiempo-Orúla, Eleggua,
Shamalongo ) en un güiro con plumas que cuelga del techo; una Centella Ndoki( Oyá ) en una
urna funeraria; una Ngonda Nkisi( la Luna ) en una caña brava; un Kobayende en un makuto de
saco, fuente de barro o albarelo de farmacia; un Ngurufinda( Osaín ) en makuto de saco, nido de
ave, güiro o cuerno; un Cabo Ronda( Watariamba-Ochosi ) en un casco o gorra militar o en una
fuente de barro, con el arco y flecha de metal característicos de Ochosi en su interior( si la
persona llega a convertirse en Padre, la flecha se guarda dentro del caldero de Sarabanda y, si se
quiere, el casco o gorra se puede colgar de alguno de los palos largos o machetes que sobresalen
); y un Nkuyo( Guardiero-Eleggua-Eshu ) en un fetiche de madera. Los Nkuyos pueden ser de
muchos tipos, según su función. Normalmente son guardieros que custodian casas, negocios y
lugares, pero también pueden ser concebidos para suerte en el amor, el dinero, para vigilar y
castigar.
Por lo general, estos Nkisis corresponden con los mpungus y orishas de cabecera de la persona o
que están estrechamente relacionados con una crisis o situación trascendente presente, que la
persona debe resolver con su ayuda. Suelen ser nkisis femeninos para las mujeres( Centella
Ndoki, Madre de Agua, Mamá Chola, Ngonda Nkisi )y masculinos para los hombres( Siete Rayos,
Sarabanda, Cuatro Vientos, etc ).
Los ngueyos( personas que ya han sido rayadas ), pueden recibir Collares de Guerra o Bandera(
sanga ndile, nkutu dilanga, collares confeccionados con cuentas, cauries y otros elementos, según
la casa y el nivel que se ostenta dentro de esta. Son más largos que los collares de santería y no
se cuelgan del cuello, sino del hombro derecho, los hombres y del izquierdo, las mujeres. Estos
collares sirven de protección e identificación ante las entidades que se manifiestan en los
trabajos y ceremonias, por lo que no se suelen usar fuera del ámbito ritual ); Mpakas( prendas
confeccionadas con cuernos de diversos animales cargados mágicamente. Existen diferentes tipos
de mpakas, según su función y camino de la persona. La Vititi Mensu o Mensu Mpaka, por
ejemplo, sirve para "ver" y adivinar y con este fin se sella con un espejo o lente en la base. Las
mpakas que reciben los ngueyos son gajos de la prenda principal u otra prenda de su padrino o
del Maestro del templo( Padre o Madre que dirige un munanso o casa Kimbisa ); es decir, que
llevan en su carga interior, rastro de una de esas prendas. Estos gajos, al igual que las prendas
espirituales y algunos nkisis, como Cabo Ronda, serán necesarios más adelante para montar la
nganga principal del nuevo Padre o Madre.
Cada Nkisi, cada prenda mayor o menor, cada objeto que se recibe viene con su tratado y con sus
patipembas( firmas o simbolos mágicos ) correspondientes. La mayoría se reciben del padrino o
madrina, pero algunas prendas son entregadas por otros Padres o Madres, ya que sus signos y
caminos les permiten tener prendas que otros no tienen. Si, por ejemplo, un ngueyo tiene que
recibir un Ndoyi( cetro de ensueño, que facilita los sueños lúcidos o conscientes ) y su padrino no
posee uno, ya que no es un "viajero"( facilidad para los viajes astrales, ensueños y visiones ),
tendrá que recurrir a otro kimbisero capacitado para que se lo monte. Lo mismo sucede con
muchas prendas del sexo opuesto: los ngueyos masculinos tienen que recurrir a Madres Kimbisas
para que le monten las prendas femeninas que no posean sus padrinos y, a su vez, los ngueyos
mujeres que sean ahijadas de Madres Kimbisas tienen que buscar a otros Padres Kimbisas para
que le monten las prendas de nkisis masculinos que no posean sus madrinas. Por eso es
conveniente buscarse padrinos de nuestro mismo sexo y con muchos años de experiencia, porque
suelen poseer numerosas prendas mayores y menores y el secreto de su correcto montaje.
Mamá Chola.
Cuando el ngueyo está listo se procede al segundo rayamiento, que le convierte en Padre o
Madre, en sacerdote o sacerdotisa kimbisa con derecho a acceder a secretos mayores y montar su
propia nganga. Para ese entonces ya debe conocer sus mpungus y orishas de cabeceras y sus
espíritus guías, así como sus signo, camino y especialidad, si la tiene. Una vez más, la decisión
final está en manos del Espíritu Guía del templo o padrino, que es quien dirá si el ngueyo está
preparado y es digno de dar este importante paso en su carrera espiritual. La ceremonia de este
segundo rayamiento está vedada para todo aquel que no sea un Padre o Madre Kimbisa; los
simples ngueyos no la pueden ver. Se corta una cruz grande en el pecho, sobre la pequeña cruz
del primer rayamiento y en la herida se introducen rastros y elementos diferentes a los de la
primera vez. Se añaden nuevos elementos al collar de Guerra( un collar de guerra o bandera es
como un DNI espiritual que dice a qué Munanso, casa y regla pertenece su dueño, así como si es
ngueyo, primer o segundo capacitado o maestro y también habla de su camino y de su
especialidad ) y se recibe el Bastón de Muertos, que constituye el principal accesorio mágico de
cualquier palero.
Se dice que, orignalmente, los bastones de muertos de los kimbisas eran garabatos( rama de
Guayaba pintada de rojo y negro ), pero actualmente, al menos en la casa en la que yo me
formé, la forma del bastón depende del camino de cada kimbisero. Los hijos de Cuatro Vientos,
Nkuyo y de Eleggua reciben Garabato y el resto de los bastones se confeccionan a partir de ramas
de palos correspondientes a cada mpungu. Algunos pueden ir adornados con tallas de serpientes
enroscadas, calaveras y animales, cintas y cuentas de colores, cascabeles, plumas, dientes,
colmillos y garras de fieras y personas, piedras, caracoles y cristales. El bastón de una hija de
Madre de Agua, por ejemplo, puede estar confeccionado a partir de un remo y el de Centella
Ndoki puede ser montado a partir de un fémur de mujer o de una rama de ciprés de cementerio.
Otros, como el de Ngonda Nkisi, se adorna con muchas plumas, como el cetro de un chamán
indígena.
Existe cierta influencia de las culturas indígenas americanas en la Regla Kimbisa. Si bien no
poseemos mpungus de origen indígena, sí que contamos con numerosos espíritus de indios, de la
época de la conquista y colonización española en Cuba, que constituyen la famosa Comisión India
que heredamos del Espiritismo Cruzado. El uso mágico del tabaco y el empleo de otras yerbas y
plantas de poder para facilitar el tránsito entre el mundo de los vivos y el de los muertos y entre
las dimensiones físicas y las espirituales, son secretos que aprendimos de nuestros antepasados
indígenas. Algunos de los nkuyos y kini kinis con los que trabajamos los kimbiseros y otros paleros
actuales, tienen su origen en antiguos Jigues( palabra que usaban los indios taínos de Cuba para
referirse a una especie de duendes que habitan en los arroyuelos y ojos de agua )de la tradición
taína.
Como les decía antes, La Regla Kimbisa ha cambiado mucho desde su fundación, hace más de un
siglo. Después de la muerte de Petit, el conjunto de la liturgia y los secretos Kimbisas se
fragmentó y durante un tiempo pareció que la regla iba a desaparecer. Muchos kimbiseros, como
yo, huimos de Cuba y vivimos en el exilio y no contamos con templos donde encontrarnos con
nuestros hermanos y practicar nuestras fiestas y tradiciones. Somos Buey Suelto. Sinembargo, en
las últimas décadas, gracias al crecimiento y expansión de Internet, los bueyes sueltos
desperdigados por el mundo podemos contactar e intercambiar información con una fluidez
insospechada hace tan solo 30 años. Actualmente, pese a que muchos religiosos siempre se
quejan de que con los tiempos modernos se va perdiendo el conocimiento, como arena entre las
manos, lo cierto es que existen más títulos de libros sobre el Palo Monte que nunca, tiendas
especializadas en cultos afrocubanos por todo el mundo y en internet se pueden encontrar
cientos de tratados, ensayos, artículos, vídeos, música, testimonios, blogs, webs, foros,
contactos, etc, relacionados con nuestra cultura religiosa y esotérica. El Palo Monte, siempre tan
discreto y esquivo, está experimentando una apertura y un resurgir al empezar a conocerse y
desarrollarse en muchos países de toda América y de Europa, que son los lugares donde más se
asienta la emigración política y/o económica cubana. Y con el del Palo Monte, viene también el
resurgir de la Regla Kimbisa, pues nunca antes estuvo tan clara y bien documentada la tremenda
influencia que jugó y sigue jugando nuestra Kimbisa dentro del ámbito religioso y esotérico
cubano y afroeuroamericano, en general.
La mayoría de los nganguleros son también católicos, espiritistas y santeros, y algunos hasta
babalawos. Trabajan con muertos y mpungus o con santos u orishas, según el caso, aunque nunca
mezclados, para tener más posibilidades de vencer. Los kimbiseros vamos un poco más allá y
trabajamos directamente con todos los poderes unidos. Esa creencia de que mientras más
religiones y disciplinas espirituales se practiquen, mejor, es la esencia del sincretismo religioso
criollo en América. Tanto el Vudú haitiano, como la Umbanda brasilera y la Kimbisa cubana, son
parientes, en ese sentido, pues los tres fusionan elementos religiosos y esotéricos de las culturas
yoruba, lucumí, bantú, indígenas y europeas en un solo culto más complejo y rico, más fuerte y
moderno, más del Nuevo Mundo.
La expansión del Palo Monte y la Kimbisa por el mundo, como semillas al viento, está empezando
a producir injertos con otras culturas; nuevas cepas enriquecidas por el amplio espectro de
religiones y disciplinas espirituales y esotéricas, provenientes de todas partes, que conviven
dentro de la macro cultura moderna. Algunos elementos y conceptos se vuelven obsoletos y
desaparecen _ como el machismo y la marginalidad que antes caracterizaron a los paleros_ y son
sustituidos por nuevas ideas y experiencias, como la física cuántica, el uso de plantas enteógenas
del chamanismo indígena de América, el karma y la meditación budista, los chakras, los viajes
astrales, la astrología, la Cábala, la Teosofía, la alquimia y hasta Gaia y la Consciencia Colectiva
Universal de la New Age. Una religión popular, espontánea y libre, que absorbe a su paso todo lo
que le gusta y se reinventa a si misma a cada instante, como la música y la cultura popular, en
general. Otra forma instintiva, que se convierte en arte, de evadir la mente de la cotidianidad
moderna y elevar el espíritu para conectar con la tierra, con la naturaleza, siempre mágica y
profunda, más allá de la banal, insípida y repetitiva realidad de las sociedades modernas en las
que habitamos hoy en día.