Protocolo de Nagoya
Protocolo de Nagoya
Protocolo de Nagoya
FACULTAD DE CIENCIAS
ESCUELA ACADEMICA PROFESIONAL DE CIENCIAS BIOLOGICAS
PROTOCOLO DE NAGOYA
Curso : Desarrollo ambiental
Alumnos :
Mena Olaya Kassandra
Ciclo : 2019-I/XX
PIURA – PERÚ
PROTOCOLO DE NAGOYA
INTRODUCCIÓN
El Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) fue adoptado el 22 de mayo de 1992 y
se abrió a firma el 5 de junio de 1992 en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el
Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD, por sus siglas en inglés). El 29 de diciembre
de 1993, el CDB entró en vigor. A julio de 2012, el CDB tenía 193 Partes Contratantes1 ,
haciéndolo un acuerdo internacional casi universalmente aceptado. Durante las
negociaciones del CDB, y desde su entrada en vigor, ningún tema ha sido tan polémico
como el de acceso y participación en los beneficios (ABS). Han surgido controversias
sobre las implicaciones de ABS para, entre otros, la soberanía del Estado; el desarrollo
económico; las comunidades indígenas y locales la investigación científica; las industrias
dependientes de los recursos genéticos y los conocimientos tradicionales asociados a
los recursos genéticos; y la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica.
Además, la falta de concienciación sobre el ABS extendió los malentendidos sobre su
ámbito de aplicación y principios jurídicos que la rigen; y las lagunas en las políticas y la
legislación de los Estados han obstaculizado, en la práctica, la aplicación eficiente y
efectiva del ABS.
CONCEPTO DEL PROTOCOLO DE NAGOYA
Es un tratado internacional que fue adoptado en la Décima Conferencia de las Partes
del Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP10- CDB), celebrada en Nagoya (Japón)
el año 2010. Entró en vigor el 12 de octubre de 2014, con la ratificación de 51 países;
entre ellos siete (7) países de América Latina: Guatemala, Guyana, Honduras, México,
Panamá, Uruguay y el Perú.
OBJETIVO
Constituir una plataforma internacional para lograr una participación justa y equitativa
de los beneficios resultantes de la utilización de los recursos genéticos y de los
conocimientos tradicionales asociados, tercer objetivo del Convenio sobre la Diversidad
Biológica (CBD). Con ello, se busca contribuir a la conservación y utilización sostenible
de la diversidad biológica.
Además, dicha plataforma busca brindar un marco legal que permita articular el sistema
de contrapartida, en el cual la Parte proveedora que otorga el acceso a recursos
genéticos (sobre los que ejerce soberanía) obtenga a cambio el derecho a compartir con
la Parte usuaria, la que accede a dichos recursos genéticos, aquellos beneficios que se
generen de su utilización (sean monetarios o no monetarios). El mismo criterio de
contrapartida se da para el acceso a los conocimientos tradicionales asociados a
recursos genéticos.
VISIÓN
El CDB es el primer intento de la comunidad internacional para abordar la diversidad
biológica en su conjunto en un instrumento jurídico global. Se basa en un enfoque
ecosistémico amplio en lugar del enfoque sectorial (enfocado en las diferentes especies,
ecosistemas, o sitios) característico de otros acuerdos internacionales de conservación.
En efecto, el Artículo 2 del CDB define la diversidad biológica (biodiversidad) como la
variabilidad de organismos vivos de cualquier fuente, que se produce a tres niveles: la
diversidad dentro de las especies (diversidad genética)2 , la diversidad entre las especies
y la diversidad de los ecosistemas. El CDB aborda no sólo la conservación de la
biodiversidad en sí, sino también en lo que se relaciona a los aspectos socio-económicos,
lo que lo convierte en un hito en el ámbito del medio ambiente y el desarrollo. Según el
Artículo 1, el CDB tiene tres objetivos principales:
Recursos genéticos ·
Derivados ·
Conocimientos tradicionales asociados
LA UTILIZACIÓN DE LOS RECURSOS GENÉTICOS Y CONOCIMIENTOS TRADICIONALES
ASOCIADOS ·
El planeta presenta una inmensa riqueza de plantas, animales y microorganismos que
contienen recursos genéticos a los que se puede acceder a partir de organismos
completos, parte de ellos o moléculas. Los principales proveedores de estos recursos
genéticos son los países megadiversos y centros de origen de la agricultura y
diversificación genética; así como las comunidades indígenas poseedoras de
conocimientos tradicionales.
Existen diferentes tipos de usuarios que utilizan estos recursos genéticos, actuando
sobre su composición genética y/o bioquímica, con propósitos de investigación y
desarrollo. Esta utilización se da a lo largo de una cadena de valor, que involucra
procesos de investigación, innovación, industrialización y comercialización. Dicha
cadena involucra a numerosos sectores productivos: agrícola, farmacéutico, cosmético,
medicina natural, biorremediación, entre otros.
La investigación, tanto básica como de bioprospección, constituye el punto de partida
de la utilización de los recursos genéticos, al proveer conocimiento que permite la
identificación, selección y aislamiento de componentes útiles, que pueden conducir (con
ayuda de la biotecnología y la industrialización) al desarrollo de bienes con nuevos usos
y aplicaciones para el bienestar humano. Dichos bienes incluyen medicinas, cosméticos,
semillas, entre otros, que son puestos a disposición a través de la comercialización.
Los conocimientos tradicionales asociados, al proveer información local sobre la
identificación, ubicación, distribución y usos de plantas y animales, así como de su
entorno ambiental, juegan un rol central en la utilización de los recursos genéticos, con
fines de investigación y desarrollo.