Wold Com
Wold Com
Wold Com
Monografias.com
WORLDCOM
Antecedentes
Fueron cuatro las compañías que mediante un contrato accedieron a operar en puntos específicos.
Sprint consiguió la posesión de Nueva York, MFS DataNet obtuvo Washington y San José, San
Francisco le tocó a Pacific Bell y Ameritech se quedó con Chicago. En 1996 MFS DataNet fue
absorbida por UUNet (WorldCom).
Durante 1997, el 80% del mercado estaba controlado por cinco empresas: Sprint, MCI, BBN (de
GTE), ANS (subsidiaria de AOL) y UUNET.
El nacimiento del nuevo coloso, que pasó a llamarse MCI WorldCom durante algún tiempo y luego
volvió a ser sólo WorldCom, levantó una polvareda que aún no se ha aplacado del todo. MCI se vio
obligada a deshacerse de su backbone, pero si lo hubiese conservado la nueva compañía habría
controlado cerca del 70% del tráfico mundial de Internet.
Desde que se hizo público el acuerdo, fue minuciosamente examinado por el departamento de
justicia norteamericano (DOJ) y la Unión Europea, que enseguida mostraron su preocupación por
que la fusión podría afectar al desarrollo competitivo de Internet.
WorldCom era considerada la segunda mayor compañía telefónica de larga distancia de Estados
Unidos, fue creada en la década de los 90´ por Bernard Ebbers.
Esta compañía contaba con sedes en Carolina del Norte y Ámsterdam, mantenía más de 300
oficinas en 65 países de Europa, América y Asia y sus redes alcanzaban alrededor de 100.000
kilómetros por todo el mundo. Su red de asalariados era casi tan basta como su infraestructura:
con más de 77.000 trabajadores distribuidos en 65 países.
En Estados Unidos fue el segundo mayor proveedor de llamadas de larga distancia tras AT&T, con
una red de 72.405 kilómetros de fibra óptica. En México controló cerca del 10% del mercado
gracias a Avantel, una empresa conjunta que mantuvo junto al Grupo Financiero Banamex-Accival.
En Europa poseía una red transcontinental de larga distancia de 3.218 kilómetros y estaba
cableando toda Europa con cerca de 12.000 kilómetros de fibra de alta capacidad. Además, poseía
dos cables submarinos transatlánticos.
Pese a su rápido crecimiento y su alto poder en el mercado la empresa se ve envuelta en una serie
de acusaciones por mal manejo de sus cuentas contables, en julio del 2002 este fraude sale a la luz
pública, el agujero formado por las distorsiones contables ascienden a 11.000 millones de dólares,
dejando pérdidas para sus accionistas de 180000 millones de dólares aproximadamente, la
controversial caída de WorldCom llevo a quien sería su fundador Bernard Ebbers a cumplir una
condena de 25 años, sellando con esto el mayor fraude contable de la historia de las
telecomunicaciones.
Mercado Bursátil: WorldCom empezó a cotizar en 1988 y el precio de la acción que hasta 1991 se
mantenía por debajo de 5 dólares empezó a subir para llegar hasta 80 dólares en 1999 durante
este mismo año WorldCom, obtuvo en 1999 unos ingresos globales cercanos a los 37.000 millones
de dólares, un 110% más que el año anterior. El beneficio neto superó los 4.000 millones de
dólares.
En Nueva York, el índice industrial Dow Jones cayó 200 puntos al comienzo de la sesión y se situó
por debajo del límite de 9.000 unidades por primera vez desde octubre del año pasado.
Al cierre, sin embargo, después del susto inicial, el índice recuperó el terreno perdido.
En tanto, el indicador tecnológico Nasdaq -donde se cotizan las acciones de WorldCom- se
desplomó un 3%, aunque luego se recuperó para cerrar con una ganancia del 0,38%.
Previamente, en la bolsa de Londres, el índice FTSE-100 había cerrado con una baja del 2%,
mientras que en Frankfurt, el Dax perdió un 4%, al igual que el Cac-40 de París y el Nikkei de Tokio.
Mercado Bancario: Por lo menos 25 instituciones bancarias afirman que WorldCom cometió un
fraude un mes antes de que se revelaran las irregularidades contables.
La justicia de Nueva York se había negado a tomar una resolución para congelar el crédito, pero
aceptó examinar la solicitud de los bancos.
La determinación de los bancos de impedir que WorldCom accediera a esos fondos sería un
detonante para que la administración de la compañía decidiera acogerse a la ley de quiebras.
Mercado de Capitales: El dólar se depreció en relación con el euro. La moneda europea, cruzó la
barrera de los USD 0,99 por primera vez desde 1999, la divisa estadounidense apuntó hacia la
paridad con el euro.
Entre los instrumentos específicos utilizado por la empresa se encuentran los de carácter contable:
Inflar los ingresos con asientos contables falsos de cuentas de ingresos corporativos no asignados.
El mal manejo de las cuentas de la compañía inicia en el año 2000, año en el cual el sector de
telecomunicaciones entro en crisis, el intento de la compañía por mostrarse solvente le llevo a
realizar varias maniobras fraudulentas.
En julio de 2002 estalló el escándalo, cuando se supo que los directivos habían manipulado las
cuentas y registrado pérdidas durante tres años, en los que dijeron haber obtenido beneficios.
Durante el 2001 y el primer trimestre del 2002 la empresa reportó utilidades de 1400 millones de
dólares y 130 millones respectivamente, distorsionando la realidad creando beneficios mucho
mayores a los reales.
El fraude contable, consistía en registrar como inversiones de capital algunos gastos corporativos,
demorando en el tiempo el impacto sobre el cuadro de resultados, que a pesar de no afectar el
flujo de la compañía, hizo que mostrara ganancias en lugar de pérdidas. Ocultando un agujero
financiero de 11000 millones de dólares mediante la cuentas gastos de inversión.
WorldCom señaló que Sullivan registró gastos como inversiones de capital por USD 3.060 millones
en 2001 y USD 797 millones en el primer trimestre de 2002, lo cual infló artificialmente el flujo de
caja de la compañía, haciéndolo ver más saludable de lo que realmente era. Las falsificaciones de
la contabilidad, habrían sido ordenadas por Ebbers a partir de 2000, en coincidencia con una crisis
del sector de la telefonía ligada a la explosión de la burbuja especulativa de Internet [1]WorldCom
incurrió en costes operativos (en su mayoría gastos asociados al uso de servicios de red
subcontratados) que erróneamente contabilizó como gastos de capital, lo cual es completamente
fraudulento ya que el pago por un servicio de alquiler de líneas locales claramente es un gasto.
Dichos gastos deben ser inmediatamente reconocidos en el período en el que tienen lugar, a
diferencia de los gastos de capital que pueden legítimamente ser contabilizados y depreciados a lo
largo de su vida útil. La mala interpretación de estos gastos por parte de WorldCom originó una
inflación artificial de sus ingresos netos y de sus beneficios brutos (beneficios antes de intereses,
impuestos, depreciación y amortización).
WorldCom se declaró en bancarrota el 21 de julio de 2002, tras revelar que había manipulado las
cuentas y que había tenido pérdidas durante tres años, en que los que había declarado beneficios.
La deuda ascendía a 41.000 millones de dólares. La acusación pública sostuvo que aquella
conspiración fue motivada por la presión que los bancos ejercían sobre Ebbers, a quien habían
prestado 400 millones de dólares con garantía en acciones de la empresa.
La Comisión de Mercados de Valores (SEC, por sus siglas en inglés), acusó a WorldCom por fraude
en el ocultamiento de gastos y exageración de ganancias con maniobras contables.
En el año 2002, un pequeño equipo de auditores internos de WorldCom, encabezados por Cynthia
Cooper, que generalmente debían trabajar por la noche en secreto, fueron los que investigaron y
descubrieron 3,8 mil millones de USD en el fraude. Poco después, la compañía, el comité de
auditoría y la junta directiva, fueron notificados y actuaron con rapidez, despidiendo a Sullivan,
Myers por su lado renunció y Arthur Andersen (empresa auditora) retiró su dictamen de auditoría
correspondiente al año 2001.
El 25 junio de 2002 WorldCom admite haber inflado la cifra de ganancias en 3.800 millones de
dólares, el 26 de junio del mismo año la Comisión de Seguridad e Intercambio de Valores
Bursátiles presenta cargos por fraude contra WorldCom y el 21 julio de 2002
WorldCom, abrumado con una deuda de 30.000 millones de dólares, solicita protección por
bancarrota, siendo el mayor caso de bancarrota corporativa de la historia.
En dos informes firmados por William McLucas (estudio Wilmer, Cutler & Pickering), remitidos el
10 de julio de 2001 por Ebbers al Director Operativo (Ronald Beaumont), admite complejas
maniobras para alterar asientos contables e implica a los vicepresidentes a cargo de finanzas (John
McGuire y Michael Higgins). Este informe prueba que Ebbers estaba al tanto de las irregularidades,
hecho que había negado sistemáticamente durante meses. En otro punto del informe, se señala
que Ebbers participaba en reuniones donde se decidió "inflar de 6% a 12% anual el aumento de
ingresos para el tercer trimestre de 2001".
El segundo informe, explica que Ebbers vendió acciones por USD 70 millones a fines de septiembre
de 2000, antes de trascender un abrupto descenso de ingresos. WorldCom no lo comunicó a los
accionistas hasta noviembre. Este informe, detalla cómo varios altos ejecutivos ocultaban
deliberadamente información a la auditoría externa, en manos de Arthur Andersen. Ebbers y los
implicados, alteraban documentos y negaban acceso a la base de datos que almacenaba las cifras
más comprometedoras (había juegos dobles y hasta triples de libros). Se reprocha al estudio
Arthur Andersen (AA), no haber reclamado ante la junta directiva, el comité auditor ni la SEC, no
obstante, AA siguió certificando balances. El informe confirma también que en el directorio de
WorldCom, no todo fluía con transparencia, particularmente, haciendo referencia a alrededor de
sesenta adquisiciones por cifras multimillonarias, aprobadas tras apenas minutos de discusión, sin
que la junta recibiese siquiera un papel con términos e implicancias de cada transacción. No en
vano, los directores percibían honorarios increíbles y ostentosas dádivas. Además, la
administración hacía modificaciones por su cuenta, sin consultar a la junta y, después, afirmaba
contar con su autorización formal.
Perjuicios causados
Entre los principales afectados por las prácticas fraudulentas de los ejecutivos de WorldCom
podemos citar a:
Tenedores de Bonos y Acciones: Con el colapso de WorldCom, los accionistas perdieron cerca de
180.000 millones de dólares. Un accionista que en marzo del 2000 haya comprado títulos de
WorldCom por 10 mil dólares cuando se produjo la debacle, vio reducido ese capital a sólo 200
dólares, según cálculos de analistas. Esto representa una pérdida de valor de 98 por ciento y con
ello esos papeles son considerados basura, en el argot bursátil. Cada acción, cotizada a 62 dólares
en junio de 1999, cayó a 83 centavos de dólar, y los bonos de la compañía a 11 centavos de dólar y
no precisamente por situaciones de mercado, sino por una mala gestión de management.
Adicionalmente, cabe recalcar que entre los tenedores de bonos se encuentran fondos de
pensiones, estimándose que el colapso de WorldCom provocó pérdidas de 1.000 millones de
dólares sólo a los fondos de pensiones públicos en EEUU.
Empleados: Veinte mil personas se quedaron sin empleo y la compañía se declaró en concordato.
Esto genera un efecto directo en la vida de los empleados que integran la organización, quienes se
perjudican por la falta de continuidad del negocio (3.700 empleados sin trabajo en abril de 2002 y
17.000 a agosto de 2002).
Usuarios: Dadas las dimensiones empresariales, Worldcom abarcaba con 20 millones de clientes,
siendo la segunda mayor compañía de larga distancia. Problemas de continuidad en el servicio o la
calidad de prestación del mismo debido a la reducción de personal son dos de los inconvenientes
que perjudicaron al usuario.
Empresas norteamericanas que cotizan en bolsa: Uno de los principales perjuicios es la afectación
de la credibilidad pública de las empresas norteamericanas. Sectores de aparente solidez como
McDonald's o la cadena comercial Wal-Mart sufrieron la deserción de los inversores, pero en
mayor medida ello aconteció en el sector de telecomunicaciones, tanto en los EEUU como en el
exterior: Telefónica española,
Deutsche Telekom y sus homólogas en Gran Bretaña y Francia, mientras en América Latina el más
afectado fue México.
Monografias.com
Los expertos están de acuerdo en que la clave son fuertes mecanismos de control internos y
externos. En general, los auditores externos llevan a cabo una auditoría fiscal al año en cada
empresa. Pero existen problemas sistemáticos (como en el caso de WorldCom las partidas que
trimestre tras trimestre fueron erróneamente asignadas), que deberían haber sido detectados por
los auditores. Los controles internos son más oportunos en muchos sentidos.
El objetivo de una auditoría no es sencillo. Si alguien quiere esconder cosas a los auditores,
probablemente encuentren maneras de hacerlo. Los auditores a menudo adoptan una estrategia
basada en el riesgo, esto es, examinan las áreas que se consideran como las más propensas a
contener errores. Es imposible examinar cada transacción con el mismo grado de escrutinio. Sin
embargo, esto no significa que los responsables deberían librarse de las acusaciones de fraude.
Las entidades supervisoras están descubriendo cada vez con más frecuencia prácticas sospechosas
en la industria. Los auditores que en el pasado no supieron proporcionar informes independientes
sobre la contabilidad de las empresas, se están ahora enfrentando a penas por estos delitos. En
este ambiente, es probable que los legisladores y otras entidades no toleren que las empresas de
auditoría proporcionen simultáneamente el tradicional servicio de auditoría y servicios de
consultoría al mismo cliente. A pesar de que se puede alegar que "la competencia por los
honorarios" puede haber dado lugar a los problemas actuales, las empresas de auditoría
actualmente están pagando el precio por sus miopes estrategias.
Los inversores deben tener en cuenta que las cifras de contabilidad financiera están llenas de
estimaciones y juicios. El público debe ser hasta cierto punto escéptico, y debe darse cuenta de
que ciertos juicios pueden ser erróneos. Puede que los inversores tengan demasiada fe en las
cifras de resultados.
Los inversionistas suelen tomar el informe anual de una empresa y creer sin duda alguna en todo
lo que en él figura. Por consiguiente, para lograr mitigar el riesgo se debe:
1. Comparar empresas en la misma industria y en el mismo sector. Por ejemplo, ¿son similares las
condiciones de leasing? ¿Son las previsiones de deudas parecidas? En el caso de WorldCom se
podría comparar la evolución de la capitalización de las inversiones y los gastos en inversiones
entre empresas. No obstante, todavía es bastante difícil detectar el fraude porque las empresas no
facilitan información detallada sobre la evolución específica de los gastos e inversiones en capital.
2. Analizar la evolución del flujo de caja en relación con los beneficios calculados según los
"principios-contables-generalmente-aceptados". Si existe una amplia y creciente divergencia entre
éstas cifras, se trata de una señal de aviso de que los managers pueden estar manipulando dichas
cifras.
3. Una señal de aviso muy útil que suele manifestarse ante estas situaciones es la existencia de
desacuerdos recientes entre la empresa, sus managers y sus empresas asesoras profesionales. Por
ejemplo, ¿ha cambiado últimamente la empresa de auditores o de asesor legal?, ¿han
abandonado altos ejecutivos recientemente la empresa bajo circunstancias sospechosas?, ¿Se ha
marchado algún alto ejecutivo debido a posibles desacuerdos sobre los métodos agresivos de
contabilización de las cifras de ventas?
Medidas tomadas
La empresa solicitó la protección por bancarrota en julio de 2002, fue reestructurada y rebautizada
MCI, para salir del concordato en abril de 2004. Las maniobras contables para ocultar pérdidas
desmoronaron al gigante de las telecomunicaciones, por lo cual tomó la decisión de reducir su
planta laboral en 17 mil personas, es decir, más de 20 por ciento de sus empleados. Se logró un
acuerdo con sus acreedores que le permitirá salir de la bancarrota. La empresa que pasará a
llamarse MCI, ha presentado un plan al Tribunal de Bancarrotas de Estados Unidos que prevé
reducir deuda de 30.000 millones de dólares a 4.500 millones de dólares y disminuir
drásticamente sus gastos para poder competir de forma directa contra sus principales rivales,
liderados por AT&T. En cuanto al futuro de WorldCom, se aseguró que se proponía vender parte
de las 70 firmas adquiridas por Ebbers en su alocada carrera de crecimiento y que se desprendería
de negocios no rentables en Iberoamérica y Asia. En mayo de 2005, la nueva ejecutiva de la
compañía decidió vender sus activos de red de telefonía al gigante Verizon.
La ley, que ahora se conoce como la "Ley Sarbanes-Oxley", lleva el nombre de los principales
patrocinadores de la legislación. Crea un consejo de supervisión sólido e independiente para
supervisar a los auditores de compañías públicas y le permite a este consejo establecer normas de
contabilidad así como investigar y disciplinar a los contadores. Cubre los conflictos de interés,
garantiza la independencia de los auditores, afianza el gobierno corporativo, exigiendo que los
líderes corporativos sean personalmente responsables de la exactitud de los reportes financieros
de su compañía y establece resguardos para proteger en contra de los conflictos de los analistas
de inversiones.
La Ley Sarbanes-Oxley constituye la reforma más extensa, da a los fiscales y a las autoridades
regulatorias nuevos instrumentos para fortalecer la dirección empresarial, mejorar la
responsabilidad y proteger los intereses de los empleados y accionistas de las empresas. La ley
exige, bajo pena de encarcelamiento, que los funcionarios de mayor jerarquía en una empresa
certifiquen que las declaraciones financieras de la firma reflejan fielmente y con exactitud su
estado financiero y el resultado de las operaciones; que los auditores cumplan con sus
responsabilidades de proveer exámenes y certificaciones independientes de la exactitud y
confiabilidad de los estados financieros de la empresa; que los empleados están protegidos contra
represalias por divulgar actos deshonestos de parte de funcionarios de la empresa; y que la
información sobre la empresa provista a los inversionistas sea verídica y exacta y exenta de
engaño.
El requerimiento de que las compañías que cotizan en bolsa garanticen la veracidad de las
evaluaciones de sus controles internos en el informe financiero, así como que los auditores
independientes de estas compañías constaten esta transparencia y veracidad.
Certificación de los informes financieros, por parte del comité ejecutivo y financiero de la
empresa.
El requerimiento de que las compañías que cotizan en bolsa tengan un comité de auditores
completamente independientes, que supervisen la relación entre la compañía y su auditoría. Este
comité de auditores pertenece a la compañía, no obstante los miembros que lo forman son
completamente independientes a la misma. Esto implica que sobre los miembros, que forman el
comité de auditores, recae la responsabilidad confirmar la independencia.
Endurecimiento de la responsabilidad civil así como las penas, ante el incumplimiento de la Ley. Se
alargan las penas de prisión, así como las multas a los altos ejecutivos que incumplen y/o permiten
el incumplimiento de las exigencias en lo referente al informe financiero.
Protecciones a los empleados caso de fraude corporativo. La OSHA (Oficina de Empleo y Salud) se
encargará en menos de 90 días, reinsertar al trabajador, se establece una indemnización por
daños, la devolución del dinero defraudado, los gastos en pleitos legales y otros costes.
Con la implementación de la Ley Sarbanes-Oxley se ha supuesto unos grandes costes para las
compañías, y ha generado mayores ingresos para las empresas dedicadas a auditoría
independiente. Ocasionando así, un desincentivo para algunas compañías que iban a entrar a
formar parte en el parqué americano, y que han decidido trasladarse a otros mercados como el
europeo y japonés donde existe una mayor flexibilidad.
La ética de cada persona y los negocios deben ir de la mano para poder asegurar buenos
resultados a futuro para cualquier organización, cuando no existe este vínculo, entonces ocurre un
caos o un desequilibrio en el modo de proceder frente a dilemas empresariales del día a día.
La conclusión sobre el caso es que al pensar que la moral y la ética se van disolviendo en los altos
mandos, se desencadenan hechos fraudulentos, engaños, falsificaciones, estafas, etc. que con el
tiempo se llegan a descubrir traduciéndose en problemas judiciales y el deterioro de la imagen
empresarial en general ante la sociedad.
A partir de los escandalosos problemas financieros en Estados Unidos se aprobó la Ley Sarbanes-
Oxley, para evitar la caída de confianza de los inversores hacia las empresas norteamericanas,
garantizando que las compañía reflejen sus estados contable reales y establece la responsabilidad
en una persona encargada de firmar los informes y de garantizar a la compañía auditora que la
información es veraz y completa.
La magnitud del problema pudo ser evitado si los organismos de control hubieran actuado a
tiempo, lamentablemente se encontró participación engañosa por parte de Andersen Auditores en
los enormes fraudes. Sin duda una lección muy importante es el hecho de acabar en un momento
con la reputación de años de trabajo.
Una de las principales lecciones, en cuanto a la toma de decisiones de las políticas de la empresa
es garantizar y certificar su objetividad e independencia, alejando toda vinculación familiar que
pueda interferir en las mismas.
Mediante el caso WorldCom, podemos percatarnos del riesgo inherente al mercado financiero, ya
que pese a que las acciones de la compañía eran prósperas y al parecer provenían de una empresa
solvente, los fraudes internos pueden llevar a la quiebra a los inversionistas que no hayan podido
descifrar a tiempo las señales de aviso que pudo haber emitido la compañía
La organización sufre un importante costo como resultado del fraude, por lo tanto debería ser ésta
la principal interesada en su prevención, por lo que se recomienda la existencia de un mecanismo
de reporte confidencial y anónimo para los empleados, clientes y proveedores. La forma más
económica de evitar un fraude es su prevención.