Terrazo

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Tema: Análisis e interpretación de Terrazo, de Abelardo Díaz Alfaro

I. Abelardo Díaz Alfaro: aspectos de su vida y de su labor social.

Este insigne escritor puertorriqueño nació en Caguas (1920). Cursó estudios en la Universidad
Interamericana de San Germán y más tarde en la Universidad de Puerto Rico en la cual se hizo trabajador
social. Toda su inclinación a la creación artística fue posiblemente motivada por la cercanía con el ambiente
rural, pues se desempeñó como trabajador social durante varios años. Trabajó en el Barrio Yaurel de
Arroyo, en Cidra y en Comerío. Durante este tiempo vivió de cerca la realidad del campesinado. Aprendió
a conocer su forma de ser y de sentir las necesidades que limitaban su existencia. Tuvo una formación
religiosa pues su padre fue pastor protestante y le inspiró en su conocimiento sobre la fe; estas creencias se
reflejan en su obra literaria y en sus sentimientos nobles y humanitarios.
Publicó su libro Terrazo en 1947 en el cual está contenida una colección de cuentos y estampas
llenas de simbolismos. En sus páginas presenta conmovedoras escenas y pasajes de la vida de la ruralía.
En 1958 publicó en cuento Los perros, el cual dio a conocer en la revista “Asomante” y más tarde
fue incorporado al libro Terrazo. También Díaz Alfaro escribió libretos radiofónicos para la estación WIPR.
Estos se transmitían a través de programas costumbristas titulados “Teyo Gracia” y “Retablos del solar”.
Más tarde en 1967 publicó Mi isla soñada. Ha colaborado en las revistas: “Asomante”, “Puerto Rico
Evangélico”, “Revistas del Instituto de Cultura Puertorriqueña”, “Alma latina”, “El Mundo” y otras más.
Sus cuentos han trascendido fronteras geográficas pues se han traducido a varios idiomas. La
características principal de ellos se basa en la sencillez.
Abelardo Díaz Alfaro muere en el 1999.

II. Terrazo: Una visión de conjunto-Terrazo, está dividido en dos partes:


A. La primera parte contiene: cuatro (4) símbolos, cinco (5) estampas o cuadros y tres (3) retratos.
1. Los cuatro símbolos que se presentan en Terrazo son: El Josco, Bagazo, El fruto, y El
boliche. En estos se representa y se describe la dramática realidad de la impotencia ante el
imperalismo y la ingerencia extranjera.
a. El Josco presenta el desplazamiento a que se somete el trabajador para
subplantarle con quien responde a los intereses creados. Veamos esta escena de
El Josco: “El toro blanco haciendo un supremo esfuerzo, se retiró un poco y
avanzó egregio, imprimiéndole a la escultura imponente de su cuerpo toda la
fuerza de sus arrobas”.
b. Se simboliza en Bagazo el prejuicio racial y por la edad, en los jíbaros al verse
aniquilados y vencidos ante la ley de la vida. A través de los relatos tristes y
lastimeros apreciamos cómo la vejez se siente desamparada por la falta de leyes
que le protejan. Veamos: “No lo querrán por viejo, por pobre, por negro. Esa es
la paga que recibe después de haber dejado su vida trunca en los cañaverales”.
c. En El fruto se presenta la esterilidad de los terrenos que condenaba
dramáticamente al hambre y a la penuria. Era un grito ahogado, desolado y
agónico que se simboliza en este cuento. Veamos en ese fragmento: “La semilla
asomó a flor de tierra. La sequía marchitó los débiles brotes recién plantados. Y
Tello tuvo que luchar con el gusano, con la changa, contra el sol, contra el
viento, contra el destino”.
d. En El boliche sale a relucir el abuso que se comete con el agricultor cuando lleva
el producto a vender el producto y tiene que defenderse de los bajísimos precios
en el mercado: “...se combinan para fijarnos precios de compra y usté ta cogío
por el cuello. Y de no, tiene que dil donde el acaparador...”

2. Las estampas o cuadros son representaciones de escenas típicas de la ruralía;


descripciones de experiencias personales que el autor traslada a las páginas de Terrazo con
gran ingenio y dominio de palabras.
a. El cuento de Baquiné es la estampa que nos presenta al negro trabajador que
arrastra la discriminación de los que rodean. Es la condena a que lo somete su
color de piel; la superstición, la persecución y la muerte. En el relato minucioso
el autor trae a su mente el recuerdo de sus días en el Barrio Yaurel, donde se inició
como trabajador social: “la escuela del dolor” como él mismo señala. Con hondo
realismo señala cómo se celebra el rito y la superstición de “la hoja milagrera que
cura con el santiguo”. Es la muerte de un niño que no pudo ser atendido en el
hospital por “no haber una cama”. Refleja este cuento, la tragedia de muchos
campesinos; la lucha del hombre contra la naturaleza: “tembloroso de fiebre y al
llegar se le dice: “no hay cama”. La tragedia del negro Comandé es la de
muchos...”
b. El gesto de la abuela es un mudo testimonio y un doloroso homenaje a la viejecita
que tuvo que luchar desde joven por sacar los hijos adelante; viuda y desamparada
supo mantener su dignidad. Tenía un alto sentido de patriotismo: “paréceme ver
a la abuela oteando desde el vetusto balcón sobre el aljibe el dulce valle del Toa y
escuchar sus palabras imperecederas: “Yo no vendo un pedazo de mi patria”. El
tono y la atmósfera de este cuento son de pesimismo, pesadumbre y privaciones.
c. El pitirre es otra estampa de gran significación por el simbolismo que conlleva.
Este relato resalta el valor y arrojo que tiene este pequeñísimo pájaro. Con
gallardía lucha contra el guaraguao en desigual de fuerza corporal. Sin embargo,
le vence con astucia y con agudeza de ingenio. El autor tiene el propósito de
presentar con esta estampa una lección o moraleja. La pequeñez no es obstáculo
para vencer al enemigo, si se lucha por defender lo suyo, con dignidad y decoro:
“...se eleva y lanza verticalmente sobre el enemigo enterrándole el acerado pico.
Caballero de pico y pluma es el criollo pitirre”.
d. El entierro describe un cuadro típico del entierro de un niño en el campo. La
anemia perniciosa se ensañaba con los pobres desnutridos: “Y los ojitos del
compay Juan, reverberando a la luz imprecisa de las velas parecía que hacían
guiños a otros angelitos morenos”.
e. La receta del curioso nos presenta la esperanza de aferrarse a la vida; la ilusión de
arrancar al enfermo de las garras dela muerte. Atraso, limitación de recursos y
miseria son los elementos que condenan la existencia: “...Son seis reales, aquí
tiene la mitad del dinero. Mister le va a dar el resto...¡Quién sabe se cure, Dios
es grande!

3. Terminan la primera parte de Terrazo, tres (3) retratos:


a. Don Fruto Torres, vencido por la miseria y por la vida a “garrochazos”:
“Mistel, yo soy una res vieja camino al matadero. En esa frase cargada de
honda amargura sintetizaba el fárrago de su vida reata, trágica, que le
pesaba como un yugo sobre su flaca cerviz. “Vida a garrochazos, cual le
oí proferir una vez”.
b. Don Rafa, Caballero del machete, un tabacalero pobre, pero hospitalario,
generoso y conservador de la tradición española: “En sus modales
señoriales, en sus desprendimiento, en su cortesía y hospitalidad, en su
alto sentido de la honra, hay reminiscencia de algo que está en el subsuelo
de la raza hispana”.
c. Don Goyito, un campesino sediento de conocimiento y lamentando no
haber podido ser un hombre de letras: “He nació desgraciao. Jasta mandé
mi jija a la escuela para que leyera, pero me avergüenzo de decilo, no
salió con mi instinto...”.

B. La segunda parte presenta tres (3) historias relacionadas con un personaje muy pintoresco: Peyo
Mercé. Este es un maestro de Escuela que narra sus experiencias en el salón de clases. Son tres
historias en que este simpático y agudo servidor público pone de manifiesto unos males encontrados
en el sistema educativo puertorriqueño. Critica la burocracia y los defectos de que adolece la
enseñanza árida y artificiosa.
1. Transplante y desplante es una sátira sobre los tecnicismos y arbitrariedades de la labor de
supervisión al salón de clases. Presenta lo superficial y ficticio que resulta en ocasiones las
realidades que tiene que enfrentar un maestro en su labor cotidiana: “Usted ha hablado muy
bonito, muy bonito, pero, ¡ay bendito!, usté no se ha hecho ahí ni siquiera un
CULIVICENTE”.
2. Santa Clo va a la Cuchilla se presenta una jocosa anécdota sobres las costumbres
norteamericanas transplantadas a nuestros campos. Es una sutil ironía en que se hace
evidente el contraste de culturas y tradiciones: “Él hacía inútiles esfuerzos por detener a la
gente y clamaba desafortunadamente: “No corran; no sean puertorriqueños batatitas.
Santa Claus es un hombre humano y bueno”.
3. Peyo Mercé enseña inglés, dedicado a Margot Arce, tiene un gran humorismo. La
narración está salpicada de situaciones muy jocosas. El autor, con una burlona y fina ironía
pone de manifiesto las ocurrencias de Peyo con sus estudiantes en la clase de inglés. Es el
choque de dos culturas y dos lenguas en abierta oposición y la evidente distorsión de los
valores tradicionales y de la sensibilidad criolla: “Mira, canuto, el gallo dice
coocadoodledoo. Y Tellito, como excusándose, dijo: Don Peyo, ese será el cantío del manilo
americano, pero el girito de casa jace cocorocó clarito”.

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