Florentino González
Florentino González
Florentino González
Araucaria, revista Iberoamericana de filosofía, política y humanidades, año 16, n° 32. Pp. 435-
458.
En el siglo XIX el nacimiento de las jóvenes naciones americanas estuvo determinado por las
múltiples inquietudes que surgieron luego de alcanzar la autonomía politica, económica y
cultural. La herencia hispana, la falta de participación del americano en asuntos de política, la
búsqueda de una identidad nacional y la incertidumbre política constituyen las principales
problemáticas que afectaron al pueblo americano. Los intelectuales criollos desarrollaron un
espíritu crítico y reflexivo que intenta comprender las causas y los efectos de esas
problemáticos con el fin de darles solución. Florentino González fue uno de aquellos
intelectuales que cuestionaron el pasado y expusieron propuestas en pro del bien común.
En el Ensayo sobre la situación actual de los Estados colombianos (1848)2, González plantea
la preocupación de un ciudadano que, a partir de una fuerte conciencia histórica, intenta
advertir a los intelectuales y habitantes de la Nueva Granada de los errores que ponen en
1
Conspiración Septembrina que ocurrió el 25 de Septiembre de 1825.
2
Año en el que fue candidato a la presidencia.
1
peligro los ideales del gobierno republicano; para este propósito, el autor reflexiona acerca de
la situación actual de dos “Estados colombianos”: Ecuador y de Venezuela.
El Ensayo sobre la situación actual de los Estados colombianos inicia con una toma de
conciencia del momento histórico. Florentino González nos muestra al presente como un
epoca en la que priman los principios del cambio y las reformas de las estructuras políticas,
económicas y de clase (herencia de los ideales pormovidos desde la Revolución Francesa); en
otras palabras, el autor reconoce y exalta como en las nuevas sociedades es natural que se
promuevan ideales de transformación que privilegien la igualdad, la libertad y el bien común.
Florentino González se percata de que en América la instauración de los ideales democráticos
ha sido infructuosa a causa de la inmutabilidad de las estructuras monárquicas y del ethos
social. Queda claro que para González el gran problema de las jóvenes repúblicas radica en la
continuidad de las costumbres políticas de la monarquía en los gobiernos democráticos; por lo
tanto, estamos ante a un texto en el que prima el respeto por los principios republicanos. En
este ensayo prevalece una voz ilustrativa que, ante la división, las guerras y la corrupción,
intenta prevenir al lector acerca de los problemas administrativos, políticos y de orden público
que aquejan a las naciones. Para González resulta problemático el desconcierto que produce en
la sociedad las contradicciones políticas, pues la confusión impide que haya una mejora en las
condiciones sociales de las naciones.
2
En este texto, el examen juicioso del pasado y de las condiciones actuales de las naciones
colombianas se enfoca en promulgar el juicio crítico entre los intelectuales con el fin de dar
solución a los problemas políticos que impiden el fortalecimiento de las instituciones
administrativas y, que por tanto, alteran la tranquilidad y el bienestar social. De esta manera,
en el proceder de González queda claro que la conciencia histórica y el conocimiento de su
presente le permiten juzgar el pasado, analizar el presente y proponer un futuro que garantice
el bienestar de las naciones.
Paulatinamente, la voz neutral de González disminuye pues en la última parte del ensayo
presenciamos una toma de posición más precisa. En esta parte, González señala cuales son los
personajes e instituciones que perjudican el desarrollo de la Nueva Granada: “La cuestión de
Obando y la cuestión Jesuitas”. Con la primera de las cuestiones deja en claro su
preocupación por la división del país a causa de por un crimen del pasado que debería
3
solucionarse con la amnistía, y posterior implantación de la paz; mientras que en la cuestión
jesuita, sobresale la ideología liberal radical de un sujeto que encuentra en la educación
clerical un adormecimiento de la capacidad crítica y de la individualidad de las nuevas
generaciones neogranadinas.
Para finalizar, González deja en claro que sus reflexiones, lejos de ser una verdad, quieren ser
objeto de examen por parte de sus compatriotas, es decir, que pone este ensayo como texto que
es útil en la medida en que nos permite comprender el delicado estado del presente de una
nación que esta próxima a elegir un nuevo presidente.