Respuesta Sexual Humana Femenina
Respuesta Sexual Humana Femenina
Respuesta Sexual Humana Femenina
fase de deseo
fase de excitacion
fase de meseta
fase de orgasmo
fase de resolucion
FASE DE DESEO.
La fase de deseo sexual se distingue el impulso sexual, sensación física de estar sexualmente
necesitado, urgencia sexual, el individuo siente deseo de estar con su pareja. Este impulso
mediado por hormonas tales como la testosterona (ovario), algunos neuropépticos y
feromonas. Podría considerarse una respuesta más bien de carácter instintivo.
Este impulso se ve afectado negativamente por la dieta, el estrés, las enfermedades tanto
crónicas como agudas, y por la depresión. La
percepción del impulso tiene una enorme variación
individual así como de género. El impulso sexual es
habitualmente más pronunciado en el hombre.
FASE DE EXCITACIÓN.
Durante la fase de excitación se produce una gran vasodilatación del área pelviana. En la mujer,
principalmente del introito vaginal, erección del clítoris, engrosamiento y crecimiento de los
labios mayores y menores. Esto se traduce en una lubricación importante de la vagina y del
introito vaginal.
El clítoris aumenta de volumen, se produce una erección de los pezones. Luego se produce una
expansión del tercio superior de la vagina, con elevación del útero. En algunas mujeres suele
producir un rubor sexual, enrojecimiento de la cara anterior del tronco.
FASE DE MESETA
En esta fase se producen cambios generales en la mujer. Estos cambios consisten en la
aparición de tono parasimpaticomantenido y vasocongestion máxima. También se produce
miotonia con aumento del tono muscular. Hay un aumento de la presión arterial (PA), de la
frecuencia respiratoria (FR) y de la frecuencia cardiaca (FC).
En la mujer, aumenta el tamaño del útero, el clítoris se retrae ajo su capuchón, produciéndose
su máximo crecimiento. Hay dilatación de los músculos vaginales, produciéndose la plataforma
orgásmica y se produce cambio de color de los labios. Estos cambios son indicación de un
orgasmo inminente.
FASE DE ORGASMO.
La fase orgásmica lleva una serie de cambios generales en el hombre y la mujer. El tono sexual
parasimpático camia a tono simpático. Se produce el cambio máximo de la PA, FR y FC.
Comienzan las contracciones rítmicas de los músculos del piso de la pelvis. Apareciendo luego
sensaciones agradables, placenteras centradas en la pelvis; pero que se irradian al resto del
cuerpo. Sensación de acabamiento, con gran relajación apenas ocurrido el orgasmo.
En la mujer se producen cambios en el cuello del útero al dilatarse el orificio cervical externo
(OCE) y en la dirección del eje del canal, que se desplaza hacia posterior para sumergir el OCE
en el lago seminal que se localiza en el fondo del saco vaginal posterior.
FASE DE RESOLUCION
En la fase de resolución se presentan cambios generales que afectan al hombre y a la mujer.
Todos los parámetros que se habían visto cambiar como PA, FR y FC vuelven a sus valores
iniciales. Puede aparecer sudoración en la superficie corporal. Al mantenerse el tono
parasimpático genital, permite volver a la fase de excitación con respuesta orgásmica multiple.
Si se restablece el tono parasimpático visceral, el cuerpo se hace insensible a la estimulación
erotogenica, apareciendo el periodo refractario. En la fase de resolución todos los cambios
ocurridos en los genitales vuelven a su condición inicial. En la mujer, existe una mayor
predisposición a los orgasmos múltiples (tono parasimpático genital). Algunas mujeres
presentan una vuelta al tono parasimpático visceral, por lo que presentaría un periodo
refractario.
Existe posibilidad de múltiples orgasmos, solo si persiste el tono parasimpático genital y lavaso
congestión se mantiene. Si no se produce esta persistencia sobreviene el periodo refractario, el
que puede ser corto en la adolescencia (minutos); pero con el transcurso de los años se va
alargando, llegando a horas o días.
Si no ocurre orgasmo previo, esto lleva a una vasocongestion pélvica crónica, con una
resolución pasiva.
En la mujer, este mismo fenómeno es mucho mas frecuente que en el hombre y recibe el
nombre de “labios azules”, demorándose varias horas en resolverse.
SATISFACCIÓN:
FASE AÑADIDA POR SANDRA LEIBLUM EN 1990:
Algunos investigadores han definido la satisfacción sexual como una respuesta afectiva. Dicha
respuesta surge de una evaluación subjetiva de las dimensiones positivas y negativas asociadas
a la propia relación sexual.
Es decir, en términos más sencillos, ¿cómo percibo yo y cómo vivo a nivel emocional mis
relaciones sexuales? ¿El balance es positivo o negativo? Por tanto, la satisfacción es la
interpretación que hacemos de nuestro bienestar (físico, mental y emocional) con respecto a
las relaciones sexuales.
Esta interpretación puede realizarse con respecto a las prácticas sexuales individuales, en
pareja, actividades sexuales concretas y recientes o bien en un sentido más amplio (cómo se
percibe la propia salud en el ámbito sexual).
Además, se propuso que dicha satisfacción sexual dependía de cuatro aspectos básicos:
Algunas mujeres tienen deseo espontáneamente. El espectro es muy amplio entre ellas y se
puede relacionar con el ciclo menstrual, con el pico que hay a mitad del ciclo de testosterona y
androstendiona. En general, disminuye con la edad y en cualquier edad aumenta con cada
nueva relación.
El hecho de que el desarrollo del acto sexual en las mujeres no siga un modelo lineal que
comienza con el deseo sexual es importante a la hora de hablar de la disfunción sexual
femenina. Distintos estudios concluyeron que la causa más común entre las mujeres era el
escaso deseo sexual pero en muchos de estos casos se desarrollaría deseo durante el acto
sexual. Un estudio realizado en mujeres portuguesas refleja la diversidad en las motivaciones
para el sexo y refuerza la idea de que no hay un modelo universal. Dentro del subgrupo de
mujeres con relaciones estables heterosexuales que no mostraban dificultad en la excitación,
un 15,5% sólo iniciaban una actividad sexual cuando sentían deseo mientras que el 30,7%
declaraban iniciar la actividad sexual sin deseo y, una vez iniciada, se excitaban fácilmente. En
este grupo era mayor el porcentaje de mujeres con relaciones de larga duración, más de 10
años, que con relaciones recientes, de menos de 1 año (42,2 frente al 22,4%).