Discurso de Gladys Marin en El XIII Congreso Nacional Del Partido Comunista de Chile 1965

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Gladys Marín

Intervención de
la camarada
Gladys Marín,
Secretaria
General de las
Juventudes
Comunistas de
Chile, en el XIII
Congreso
Nacional del
Partido
Comunista de
Chile
Redactado: Intervencion de Gladys Marin en el XIII
Congreso Nacional del Partido Comunista de Chile,
realizado del 10 al 17 de octubre de 1965.
Fuente del texto de la edición: "Intervención de la
camarada Gladys Marín, Secretaria General de las
Juventudes Comunistas de Chile", en Partido Comunista
de Chile, La juventud chilena junto a la clase obrera por
la revolución. Documentos del XIII Congreso Nacional
del Partido Comunista de Chile. Folleto №7, Chile, 1965;
págs. 7-19.
Esta Edición: Marxists Internet Archive, nov. 2017.

Los resultados de la campaña presidencial dieron


comienzo a una situación política nueva. De ese
entonces liemos venido profundizando, conociendo
esta situación. El informe rendido por el camarada
Luis Corvalán no es sólo un resumen de esta discusión,
sino al mismo tiempo es un magnífico esfuerzo por
profundizarla y enriquecerla para entregar a nuestro
pueblo la opinión de los comunistas frente a la
situación política actual.

Si se pudieran señalar algunas características que


resal. tan en el informe tendría que decirse que la
primera es la seriedad, La objetividad para analizar la
situación política chilena bajo el gobierno de la
democracia cristiana.
Los comunistas al analizar un proceso lo hacemos
con los pies puestos en la tierra, tomando en cuenta
todos los factores que condicionan una situación dada,
no aferrándonos a ningún dogma o idea preconcebida.
El informe es buena muestra de ello; traza claramente
la divisoria entre con quién marchar y quién es el
enemigo fundamental. No, subestima las dificultades,
pero apoyándose en los profundos anhelos de cambios
de los chilenos, en la combatividad y el accionar de las
masas, en la fuerza de la Izquierda unida y la
característica fundamental de la época que vivimos, es
optimista.

En las tareas que enfrentamos hoy los comunistas,


en la compleja situación actual, existe la necesidad de
contar con el apoyo combativo de ese importante
sector nacional quc es la juventud.

Los comunistas estamos profundamente interesados


en que la joven generación esté al lado de la clase
obrera y se ubique masiva y decididamente por los
cambios revolucionarios.

La lucha en nuestro país por conquistar a la juventud


es encarnizada. El imperialismo trata de neutralizarla,
de influirla, de desligarla de los problemas, y a través
de miles de formas, pretende aturdirla para que no sea
un factor combatiente en la sociedad.

La burguesía a través de la democracia cristiana se


trata de presentar como portavoz de los intereses
juveniles. La adula, levanta falsas concepciones ante
ella. le hace promesas. Conceptos como la "Patria
Joven", que ubica falsamente la lucha de la juventud
trasladándola a la lucha entre generaciones, es
expresión de estos intentos desesperados de la
burguesía para apoyarse en la juventud y disputarla al
movimiento popular.

Despertar juvenil,
fenómeno sobresaliente
El despertar del movimiento juvenil y su
incorporación en un plano superior a la lucha política
es uno de los fenómenos más sobresalientes del último
período.

La juventud juega un papel cada vez más importante


y de ahí que todos los esfuerzos que nosotros
realicemos hacia ella sean pocos.

Se ha acrecentado la participación de la juventud en


la vida política nacional. Demostración de ello fue la
campaña presidencial y lo han ratificado los
acontecimientos posteriores. Esta irrupción juvenil va
acompañada del deseo ferviente de luchar por que en
Chile se produzcan transformaciones, aunque todavía
no teniendo, grandes sectores, clara la forma de
materializar estos anhelos. Se desarrollan las
posiciones antiimperialistas, la palabra revolución ha
pasado a formar parte del lenguaje corriente de
muchos jóvenes. Pesan cada vez más las ideas de
izquierda. La influencia del marxismo se ensancha.

En estas condiciones, que se desarrollan en íntima


vinculación con todo el proceso político nacional, se
presentan perspectivas superiores para incorporar a
las grandes masas juveniles a las causas más nobles de
nuestro tiempo. A la defensa de la paz, a detener el
nuevo fascismo que surge de las entrañas del capital
financiero norteamericano, a que en nuestro país se
logre un desarrollo democrático que parta de los
intereses del pueblo, a apresurar el proceso que nos
lleve a la formación da un gobierno antiimperialista y
antioligárquico.

Las condiciones de vida de las juventudes han


empeorado: la cesantía, la carestía de la vida, la falta
de viviendas para los jóvenes matrimonios, la falta de
escuelas, que liacen que miles de jóvenes sientan y
empiecen a comprender que el gobierno de la
democracia cristiana no puede objeti\~ amente por
sus ataduras al imperialismo y a la oligarquía, resolver
estos problemas.

La juventud combate
resueltamente
La participación de los jóvenes obreros en los
movimientos reivindicativos, en las combativas
huelgas por mejorar sus salarios, en la defensa del
fuero sindical, acciones libradas en especial durante
este año, son demostrativas de los deseos de cambios
de la juventud. No ha existido ni una sola huelga cn
este último tiempo donde los jóvenes trabajadores no
se hayan destacado por su combatividad.

Es también un hecho relevante las acciones libradas


por los estudiantes, en especial por la enseñanza
media. Locales escolares tomados por los alumnos,
huelgas reclamando su nueva construcción,
demuestran la madurez alcanzada por estos sectores.

La incorporación de los estudiantes de la enseñanza


media es muy importante y se debe anotar como un
hecho extraordinario, ya que años atrás era sólo la
FECH la que encabezaba estas luchas, en cambio ahora
son los estudiantes secundarios, industriales,
normalistas, comerciales los que en muchas ocasiones
toman !a iniciativa.

Estas acciones combativas ponen en evidencia que la


demagogia no puede engañar a la juventud, ya que
ellas se han intensificado posteriormente a la elección
del gobierno democratacristiano, quien tanto
prometió a la juventud.

Hay posibilidades reales de que la juventud juegue


un papel revolucionario, pero es necesario que reciba
la dirección de la clase obrera y que en el movimiento
juvenil adquiera más profundidad el trabajo y la lucha
de la juventud trabajadora.

La clase obrera es In única capaz de encabezar


resueltamente la lucha por la revolución y, por lo tanto,
es labor nuestra que la juventud trabajadora no se
aparte de esta senda revolucionaria.

Los jóvenes obreros, hacia donde deben estar


dirigidos nuestros principales resfuerzos, deben
constituir el centro de cualquiera acción que se
impulse.

Pese a que los jóvenes que se incorporan a las luchas


sindicales no tienen experiencia ni suficiente
educación de clase, su presencia se hace sentir
positivamente y a través de la acción combativa
adquieren rápidamente experiencia y se ganan para la
ideología de su clase. Junto a lo señalado de la
destacada participación en los movimientos
reivindicativos, hay que decir también que un elevado
número de dirigentes sindicales son jóvenes.
Pero al movimiento juvenil obrero le falta darle más
fuerza en su expresión orgánica, partiendo del
departamento nacional juvenil de la CUT, entregar
iniciativas propias de los jóvenes trabajadores y
levantar con fuerza sus reivindicaciones.

La juventud desea una vida


mejor
La juventud sufre doblemente la explotación del
régimen en que vivimos, la de todo obrero y la especial
a que se somete al joven que es peor remunerado que
el trabajador adulto y que encuentra dificultades
incluso para encontrar trabajo .

Son miles y miles los jóvenes que a través del país se


encuentran cesantes y deben emigrar a Santiago; acá
tampoco encuentran trabajo; la situación para muchos
es dramática. Los jóvenes cesantes deambulan con sus
monos a la espalda de pueblo en pueblo, de mineral en
mineral.

Los problemas de nuestro pueblo y por ende de la


juventud no admiten espera. El gobierno de la
democracia cristiana no da solución a ellos, los ignora,
los posterga. No se ve por ninguna parte medidas que
conduzcan a cambiar esta situación. La Patria Joven
pasa por el lado de estos problemas y no se pronuncia
ante la falta de trabajo y la falta de perspectivas para la
juventud, especialmentc la trabajadora.

La juventud ve que su situación económica y social


es la misma de ayer, la "revolución" no la encuentran
por ninguna parte y sólo ve promesas no cumplidas y
una que otra variación superficial.
Hay condiciones para elevar un gran movimiento
juvenil que luche consecuentemente por la solución de
sus problemas ligados a la perspectiva de un gobierno
popular.

La juventud debe sacar conclusiones, ya que bajo


gobiernos liberales y conservadores, radicales y ahora
bajo el gobierno democratacristiano que representa a
la burguesía reformista, sus problemas no han sido
resueltos sino, muy por el contrario, se han agudizado
y, por lo tanto, para que haya un cambio radical en su
situación, se necesita realizar la revolución en Chile y
ésta se llevará a efecto bajo la dirección de la clase
obrera representada por sus partidos.

El desarrollo de esta idea, que adquieran formas y


actitudes combativas, que se haga conciencia política
en las masas juveniles y que, por lo tanto, eleve la
participación de los jóvenes en las luchas generales,
depende de la profundidad de nuestro trabajo y del
crecimiento de nuestra influencia, de la lucha
ideológica en oposición a las ideas de la burguesía que
libremos en todas las organizaciones de masas.

Se dan todas las


condiciones para la unidad
Hay condiciones para avanzar en el terreno juvenil e
impulsar la lucha reivindicativa. Las juventudes
comunistas hemos venido expresando reiteradamente
nuestra disposición a impulsar acciones conjuntas de
menor o mayor envergadura con todas las fuerzas que
estén por resolver determinados asuntos que interesen
al pueblo y a la juventud. Mantenemos una actitud de
diálogo constructivo con todos los que se pronuncian
por cambios y apoyaremos todas las actitudes que
lleven la misma dirección.

Todas las organizaciones juveniles de influencias de


masas hicieron suya la demanda, levantada durante
muchos años por los comunistas, de que el derecho a
voto se tuviera a partir de los 18 años.

Esto hizo posible, conjuntamente con las nuevas


condiciones generales, que se aprobase esta
disposición en el proyecto de reforma constitucional ya
despachado en primer trámite por la Cámara de
Diputados. Nuestra organización, con este motivo, se
dirigió a las Juventudes Socialista, del Paderna,
Radical y Democráta Cristiana invitándolas a
organizar acciones comunes, esto fue respondido
favorablemente por la totalidad de estas fuerzas. Este
ejemplo muestra la posibilidad de impulsar grandes
acciones unitarias de la aplastante mayoría de los
jóvenes chilenos. Además, indica que se han abierto
posibilidades mayores para hacer realidad
determinadas reivindicaciones de la juventud. El
lograrlas dependerá de la fuerza con que la juventud
reclame su solución, de que se una tras esa perspectiva
a grandes sectores, de que el movimiento juvenil se
sepa apoyar en todas las fuerzas nacionales que estén
de acuerdo con ellas, empezando por la clase obrera.

Hace 15 días las Federaciones de Estudiantes


Universitarios hicieron público un documento en que
expresaron su repudio a la doctrina Johnson,
llamando a la acción conjunta de todos los chilenos.
Los jóvenes comunistas, patrocinadores de la
iniciativa, vemos en ella la demostración de que es
posible darle forma a un gran movimiento juvenil
patriótico y que llaga frente a la ofensiva del
imperialismo norteamericano.

Pero, además, permite sacar diferentes otras


conclusiones. Comprueba lo dicho con la Convocatoria
al Congreso de que en las organizaciones estudiantiles
dirigidas por la democracia cristiana "prenden
rápidamente acciones- cuando los jóvenes
revolucionarios las organizan e impulsan".

Muestra que en el combate antiimperialista es


posible unir a sectores juveniles que están en la
oposición al actual gobierno y a otros que se identifican
con él.

Por otra parte estas jornadas que permiten una gran


labor de esclarecimiento entre las masas juveniles nos
permiten continuar profundizando en el real
significado actual de la Juventud Demócrata Cristiana,
en la que se dan fenómenos bastante complejos y de
gran interés.

La Juventud Demócrata Cristiana en su conjunto


puede ser impulsada en un sentido positivo en la lucha
antiimperialista. Esta incorporación se realiza en
medio de forcejeos, vacilaciones e inconsecuencias. El
deber de las fuerzas juveniles de avanzada es lograr
que esta posición vaya tomando una forma más
resuelta, a la vez que vaya permitiendo la maduración
de la conciencia de grandes contingentes de los jóvenes
que apoyan a la JDC o forman parte de ella.

El llamamiento es un documento valioso, significa


un gran paso hacia adelante en las posiciones de las
Federaciones Universitarias, desde que son dirigidas
por la democracia cristiana. Sin embargo, se trató,
como en otras oportunidades, más bien que fuese un
golpe propagandístico a que generase acciones
prácticas, lanzándose en un momento en que el
movimiento estudiantil efectuaba otras actividades
que debilitaban la posibilidad de una gran
movilización. Desde luego que la gran responsabilidad
por que ellas se materialicen recaen sobre la juventud
de izquierda.

Los jóvenes no pueden


tener un criterio estrecho
Lamentablemente, en el seno de la Izquierda,
incluyendo a veces a militantes de nuestras filas, se dan
manifestaciones de estrechez para enfocar la situación
que no permiten aprovechar las coyunturas que se
producen, provocándose discusiones internas en la
Izquierda que paralizan a veces la acción. Éstos
enfoques no valoran el que las Federaciones
Estudiantiles impulsen iniciativas de esta índole.
Algunos piensan que ellas confunden a los estudiantes.
Más aún, hay quienes aparecen molestos porque los
jóvenes democratacristianos toman actitudes
antiderechistas y en parte coincidentes con las
posiciones de comunistas y socialistas, con las
posiciones de la Izquierda. Dan a veces la impresión de
que desearían ver a las Federaciones Estudiantiles en
posiciones siempre reaccionarias y a la Juventud
Demócrata Cristiana como portadora de las causas
más retrógradas. Ven en los jóvenes
democratacristianos el gran enemigo a quien se debe
enfrentar en forma implacable.

Los grandes enemigos de $a juventud y del pueblo


chileno son el imperialismo y las oligarquías
nacionales. Contra ellos hay que agrupar el máximo de
fuerzas jóvenes que estuvieron en una u otra barricada
en la campaña presidencial y que hoy tienen una u otra
posición frente al Gobierno. En la JDC se dan
tendencias contrapuestas, no mantiene fruto de ello
una continuidad en las posiciones que adopta. Muestra
en diferentes documentos la expoliación a que nos
someten los monopolios norteamericanos, pero
mantiene silencio cuando se discuten los lesivos
convenios del cobre y no denuncia la salvaje
explotación de que son objeto los trabajadores por
parte de las compañías extranjeras en el hierro, salitre
y cobre; se pronuncia a través de las organizaciones
estudiantiles contra la política agresiva del
imperialismo, pero se calla ante la Operación Unitas VI
que autorizó el gobierno democratacristiano. Exige
que se apresure las transformaciones, pero guarda
silencio ante la reducción de los recursos para las
universidades estatales. Pide que se apresuren los
cambios, que aumente la participación del pueblo,
pero rompe, en el movimiento estudiantil que dirige,
la tradición de décadas de solidaridad con los
conflictos obreros. Apoya el voto a los 18 años y a los
analfabetos que va en la línea de democratizar al país,
pero mantiene silencio ante la represión al pueblo que
el gobierno ha hecho en diferentes oportunidades.

Hay que apoyarse en todas


las fuerzas aue desean
avanzar
Este cuadro no es extraño, es fruto de las
contradicciones internas; las vacilaciones
corresponden a la juventud de un partido de raíz
burguesa. En este proceso, las fuerzas juveniles de
izquierda no pueden ser espectadoras pasivas; deben
participar activamente, buscando que predominen las
posiciones más avanzadas, se adopten actitudes más
resueltas. La actitud que se tome ante la JDC, por la
influencia que ella ha alcanzado, es uno de los
problemas cardinales actuales del movimiento juvenil.
Estamos por que se desarrolle el hecho de que la JDC
tenga una posición más a la izquierda que su partido y
el gobierno; que ella contribuya en esa dirección en el
complejo proceso interno del PDC; que las juventudes
democratacristianas acentúen sus posiciones contra el
imperialismo y sean cada vez más consecuentes en las
diferentes formas que adopta esta batalla; que actúen
resueltamente por que hagan realidad los urgentes
cambios que anhelan las grandes masas juveniles que
participaron en la campaña presidencial. Estamos
convencidos que nuestra posición de impulsar todas
las acciones unitarias posibles que partan de los
intereses de la juventud y del pueblo, a la vez de
combatir las vacilaciones y las posturas reaccionarias,
permitirá avances, que se resuelvan algunos
problemas y posibilitará el que grandes-masas de
jóvenes encuentren realmente el camino de las
transformaciones revolucionarias.

Aislarse del fenómeno difícil que viven las decenas


de miles de jóvenes que apoyaron esperanzados la
candidatura de Frei y que creyeron en que su gobierno
les ofrecería una realidad nueva, sería un profundo
error político. Ya que aquí se encuentran importantes
núcleos de jóvenes. parte de los cuales, no nos cabe la
menor duda, debe avanzar conjuntamente con
nosotros a la conquista de un real gobierno del pueblo.
Los jóvenes que apoyaron a Frei viven hoy una
experiencia dolorosa, las aspiraciones no se cumplen,
las ilusiones se deshacen. ¡Cuántas demostraciones
hay de ello! Por ejemplo, la pobre labor de los
organismos juveniles de masas dirigidos por la DC.
Podía esperarse a que en el gobierno de su partido
muestren todo su entusiasmo, desarrollasen
iniciativas, se incorporasen llenos de empuje y audacia
a lo que ellos creían sería un proceso revolucionario;
sin embargo, su labor ha sido extraordinariamente
pobre, a la defensiva en muchos aspectos. La juventud
democratacristiana vive un proceso de estagnamiento
orgánico. No se ve su impulso en las provincias,
poblaciones o barrios. Ninguna de las grandes
iniciativas que han lanzado después de la campaña
presidencial han sido capaces de realizarlas.

Esto no es, indiscutiblemente, consecuencia de un


fracaso personal, sino que corresponde a un fenómeno
colectivo en que juega la frustración por las
aspiraciones que no se realizan y la falta de confianza
en la capacidad del gobierno para llevar delante las
cosas. Nuestra responsabilidad está que estas masas
de jóvenes sigan combatiendo por que se cumpla con
lo prometido, saquen experiencias positivas de esta
situación, ubiquen la posición que deben adoptar si
quieren avanzar. Esto cerrará el paso a los que sueñan
con hacer de la juventud un factor de su perpetuación
en el poder y a los que anhelan sacar partido de esta
situación para defender sus intereses, tratándola de
arrastrar hacia posiciones reaccionarias. La
responsabilidad de las juventudes políticas de
avanzada y de todas las fuerzas populares ante la joven
generación en este momento adquiere perfiles
históricos.

Fortalecer la unidad
Es por eso que se hace más necesario que nunca
plasmar la acción conjunta de las fuerzas juveniles de
izquierda, fundamentalmente la unidad entre la JS y
las JJ.CC. Hay que reconocer que posteriormente a la
elección presidencial, la acción conjunta se ha
debilitado. No fuimos capaces de darle fuerza orgánica
a la gran movilización juvenil que se había gestado. Se
desarmó uno de los más vastos movimientos juveniles
populares forjados en nuestro país. De todas maneras,
lo que se sembró no fue en vano; por el contrario, tiene
que haber dejado huellas imborrables en mayor o
menor medida en cada joven que participó. Si a esto
unimos los fenómenos que se vienen dando desde
entonces hasta esta parte, nace la certeza de que es
posible darle forma a un poderoso frente juvenil
popular, que tenga su eje central en la unidad entre la
JS y las JJ.CC., concebida por nuestra organización
como una herramienta de enorme valor. El ascenso
combativo de la juventud, el despertar a la política de
nuevos contingentes de ella, la posibilidad señalada de
agrupar a vastas fuerzas exigen la presencia
organizada y masiva de los sectores más avanzados, de
no ser así, será muy difícil poder ganar a la mayoría de
la juventud chilena para la revolución.

Se ha producido un auge en la organización de las


masas, fenómeno que no ha adquirido su expresión
suficiente entre los jóvenes. Están todas las
condiciones para producir un impetuoso ascenso que
ponga fin a la desorganización en que se encuentran
las mayorías juveniles. En especial está planteado
avanzar rápidamente entre la juventud- obrera y en las
grandes poblaciones. Existen las condiciones para que
surjan organismos unitarios juveniles que agrupen a
todos los jóvenes de un lugar determinado,-vinculados
desde luego a la organización adulta correspondiente.
Resolver esta situación exige enfrentar con iniciativas
nuevas más audaces, con mayor perspectiva, las
necesidades del momento.

Vivimos un período en que se puede lograr avanzar


en el terreno juvenil. Si sabemos actuar con agilidad
política, con combatividad y gran confianza en el
futuro, haremos que los acontecimientos se inclinen a
favor de las fuerzas del progreso y de la revolución.

¡VIVA NUESTRO QUERIDO PARTIDO, EL


PARTIDO COMUNISTA DE CHILE!

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