Santuario Del Rey - Leticia Gallegos

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Santuario del Rey - Una puerta al mundo Intraterreno.

Título Original: Santuario del Rey...


"Una puerta al mundo Intraterreno".
Autor: Leticia Gallegos M (Uxyutl)
Edita: Martín Peña Q.
Fundación ET. S.C.
Reg.: FET-980720-3WA
© Todos los derechos reservados.
Impreso en México.
ISBN: 100990811-2
ÍNDICE:
Capítulo: Contenido:
Introducción. . . . . . . . . . . . . . .
I Hortom, mi amigo Extraterrestre. . . . . . . . . . . . . .
II Viaje a Altavista, Nayarit. . . . . .
III La Ciudad Intraterrena. . . . . . .
IV Encuentro de dos "mundos”. . . .
V ¿Cómo son los seres Intraterrenos? . . . . . . . . . . . . . .
VI Nace el interés y la búsqueda. . .
VII La puerta dimensional. . . . . . . .
VIII Segundo viaje. . . . . . . . . . . . . . .
IX Tercera visita. . . . . . . . . . . . . .
X Cuarto viaje. . . . . . . . . . . . . . .
XI Quinta visita. . . . . . . . . . . . . . .
XII Sexta visita. . . . . . . . . . . . . . . .
SEMBLANZA DE UNA MUJER: LETICIA GALLEGOS MARIN
El pasado 27 de Julio del año 2005 partió de este plano un ser excepcional llamado Leticia
Gallegos
Marín, nació en Villa Hidalgo, municipio de Santiago Ixcuintla, Nayarit el 25 de Enero del año
1951,
siendo la sexta de siete hijos, desde que estaba en el vientre de su madre ya daba muestras
de que
su vida estaría marcada por hechos asombrosos ya que una noche Doña Juana y Don
Candelario, sus
padres, la escucharon llorar en el vientre, ellos quedaron muy sorprendidos y a la vez
alarmados
pues es una clara señal de que quien llora antes de nacer será un saurìn ò mago, por lo que
intuyeron la gran responsabilidad que tendría en la vida su hija próxima a nacer.
Leticia desde su infancia dio muestras de gran inquietud y curiosidad, desde los tres años se
salía
de su casa para ir a platicar con personas mayores lo cual inquietaba a Doña Juana su madre
ya que
parecía que siempre anduviera en búsqueda de algo. En su niñez se convirtió en defensora de
los
desprotegidos y ya en su adolescencia perteneció a varias comunidades civiles y religiosas
tanto en
México como en el extranjero que se dedicaban a la ayuda de los indígenas y de los que
menos
tenían. Fue en este tiempo que sus dones para la sanación se hicieron presentes,
posteriormente y
quien haya leído su libro Rapa Nui, Isla de Pascua experiencia de una vida, sabrá que tuvo
oportunidad de viajar en varias ocasiones a esa Isla y justamente allí se le despertó el don de
la
videncia y la adivinación pues sin haberlo hecho antes empezó a leer las cartas del tarot y los
caracoles, así como ha tener experiencias en ciudades intraterrenas y contactos con seres de
gran
luz que le ayudaron a desarrollar sus dones.
Leticia fue contactada también y por medio de estos contactos con seres extraterrestres tuvo
oportunidad de que le fuera revelada vida en otros mundos y que le fueran encomendadas
varias
tareas a cumplir.
En la conocida revista Año Cero se publico una entrevista que se le hizo a Leticia en el año
2003
donde ella narra una hermosa experiencia mística que tuvo con los delfines en La Bahía de
Banderas en el estado de Jalisco. Ella fue siempre una fiel defensora de los delfines con
quienes
tenia comunicación y una gran identificación.
Durante su vida tuvo oportunidad de relacionarse con otros contactados al igual que con
charlatanes que se decían contactados y esto le causaba una gran tristeza pues su espíritu
sensible
se dolía de ver el engaño.
Viajo y vivió en varios países de Europa, América del norte y sur América buscando siempre
un
crecimiento espiritual.
Puerto Vallarta, Jalisco, fue su casa también y en ese tiempo gracias a una querida amiga tuvo
la
suerte de encontrar un lugar llamado Santuario del Rey en la comunidad de Las Varas en
Nayarit,
este lugar es un antiguo templo que tiene mas de 1000 años y que es un portal a una ciudad
intraterrena a donde Leticia fue conducida por fabulosos personajes y donde le fue entregada
una
llave y allí mismo ella tuvo oportunidad de recoger la punta de una espada. Estos objetos se
cuentan
entre sus pertenencias como una prueba de la existencia de esta ciudad. Leticia dirigió varios
grupos de meditación en el Santuario del Rey y también escribió un libro que titulo con el
nombre
de este lugar narrando su experiencia, fue también durante los años que vivió en Puerto
Vallarta,
que tuvo varias experiencias místicas y nuevos contactos con seres de otros mundos.
Estando viviendo en la ciudad de Santiago de Chile en el año 2002 tuvo una revelación de que
debía
viajar al norte de México por lo que se preparo para viajar a la ciudad de Monterrey, Nuevo
León,
lugar donde tenia su residencia hasta el día en que recibió el llamado de Dios.
Viviendo entre la Sultana del norte y la hermosa Sierra de Arteaga en Coahuila trabajo sus
últimos
años en Pro del saneamiento de nuestra madre tierra, de las aguas y de sus amados delfines.
También acá en el norte recibió el mensaje de que debería buscar un peñón con el nombre del
Jusco, ya que ese seria otro portal a una ciudad intraterrena, labor a la que dedico buena
parte del
tiempo que vivió en estas tierras.
Su vida fue una constante búsqueda por el bien de nuestro universo, creando en muchos de
nosotros una consciencia mas elevada, desgraciadamente desde su nacimiento fue muy
enfermiza,
la vida no se le dio fácil pero si la templó para vivir fabulosas y místicas experiencias que
enriquecieron su espíritu.
Finalmente su cuerpo cansado y débil liberó su espíritu en su cabaña de la Sierra de Arteaga,
rodeada de gente que la quiere y que sabe que ya es un ser de luz.
Dicen los sabios que hay 3 cosas muy importantes para trascender en la vida:
Tener un hijo, Leticia tuvo a su hija Giselle Aixtiber y otro hijo cósmico, un ser de luz ahora
también
como Leticia y con quien ya deberá haberse encontrado.
Escribir un libro, Leticia escribió dos libros, Rapa Nui Isla de Pascua y El Santuario del Rey.
Y la tercera es plantar un árbol.
Leticia cumplió de sobra con los tres en la vida.
Y si hay una idea de la muerte digna, la de Leticia lo ha sido en grado sumo, ya que su
espíritu se
liberó del cuerpo material rodeado de la naturaleza que tanto amaba y respetaba.
Su partida ha sido pintada con los colores que componen la sustancia misma de la vida, el
amor, la
fragilidad, la finitud y la lucidez hasta el último instante.
Se extinguió con la misma naturalidad con la que vino al mundo y ahora está trascendiendo,
ya que
toda su vida fue una constante preparación para emprender un viaje que la llevaría a la luz y
en
donde ya es un guerrero de luz.
Cuando mas obscuro está, es porque ya va a amanecer y se escuchan los pájaros trinar.
Leticia ya
vio la luz y escucho los pájaros trinar y para ella ya no hay tiempo ni espacio ni limitación
alguna.
Dedicatoria:
Dedico esta obra con amor a mi querida madre, que me dio la gran oportunidad de venir a
este
planeta; y a mi hija Giselle Aitxiber, porque me enseñó a respetar su libertad.
Agradecimientos:
A Adilia, por poner este sagrado lugar al alcance de mi mano.
A Víctor Fidel, por toda la información que me proporcionó y por todo el tiempo que
amablemente
me dedicó sin esperar nada a cambio.
A mi hermana Olivia, porque siempre me prestó el vehiculo apropiado para poder internarme
es
esos parajes, pues sin esa camioneta todo esto no hubiera sido posible.
Y a todos aquellos, que de una u otra manera me auxiliaron, me acompañaron y vivieron estas
gratas experiencias junto con mi persona. Gracias a todos...porque me ayudaron a engarzar
las
perlas que he ido recogiendo en este bendito caminar.
Introducción.
Llegar a ponerme a escribir esta obra no ha sido tarea fácil. Fueron muchos años de búsqueda
por
varios países.
Mi deseo de poder ingresar un día a alguna de esas mágicas Ciudades Intraterrenas me llevó
a
recorrer casi toda América, Europa, la Polinesia, etc., y esto me hizo cambiar mi forma de
vivir hasta
convertirme en una persona solitaria, siempre leyendo y buscando a cuanta persona me
decían
había ingresado a esos fantásticos 'mundos'.
Mi vida material cambió y todo se hizo mucho más difícil. Pero todo valió la pena, para todo
hay un
momento y el mío llegó lleno de cambios positivos para mi vida... llegó con paz, felicidad,
armonía y
con soledad, sí, pero es normal en una experiencia de este tipo. Cuando no se ha vivido, para
muchos les resultaría increíble pero para quienes hemos tenido esa oportunidad es
lo más maravilloso. En este planeta existen muchas más cosas de las que nuestros ojos
físicos
pueden captar; mi deseo al escribir este libro es de que todos los seres humanos pongamos
ya
manos a la obra y hagamos realidad todo cuanto hemos soñado.
Todo está ahí, solamente tienes que extender la mano y tomarlo. Ante el Padre nada pasa
desapercibido. Él está atento y como todo buen Padre nos dará lo que más deseamos si esto
ayuda a
nuestra evolución.
Mi ser se llena de gozo al recordar cómo cada noche al ponerme a escribir mis experiencias
los
maestros de lo interno me susurraban al oído para que no fuera a olvidar ningún detalle. Me
hacían
sentir nuevamente esa felicidad que sólo se siente cuando estás en paz con el mundo y
contigo
misma y esa paz que te da el saber que ya cumpliste con la parte del trabajo que le tocó
a uno realizar.
El mundo intraterreno no es otra cosa que el país de Agharta para nosotros los buscadores de
lo
oculto, el Shangri-La de los orientales, el Paraíso de los cristianos, y sí existe, tan existe que
yo pude
lograr penetrar a él, y como yo, muchos de ustedes también lo harán.
La Ciudad Intraterrena que esta situada en el área limítrofe entre los estados de Nayarit y
Jalisco se llama Aztlan y hay varias entradas, Chicomostoc, Santuario del Rey, Los
Guachimontones, Santa María del Oro, en el Mar cerca de Mexcaltitlan, y una más en la Sierra
Madre Occidental.
Mi deseo de 'regresar a casa' sé que se queda impregnado en esta obra y sé también que
muchos de
ustedes me escribirán algún día para contarme su experiencia de reencuentro con su razón de
ser.
Recuerden que todos los túneles se conectan entre sí y todos los llevarán a alguna de esas
ciudades
y también al Shamballa, capital de ese mundo con sus millones de habitantes. Ellos te
enseñarán a
vivir con tal paz que desearás no regresar más a la superficie. Con cada una de sus palabras
en ese
extraño idioma que ellos llaman Vattan sentirás que eres inundado de amor, de ese amor que
como
seres humanos aún no somos capaces de sentir porque aún no logramos erradicar la
negatividad y
la falta de entrega de nuestro Ser.
La Verdad a veces está tan cerca de nosotros que no nos damos cuenta y viajamos de lado a
lado del
planeta en su busca... creemos encontrarla en las palabras de alguien que se hace llamar
Avatar o
Canal como se dice en el movimiento de la Nueva Era y no nos escuchamos a nosotros
mismos. Nos
olvidamos que somos chispas divinas y por lo tanto somos Dioses; nos olvidamos de la parte
activa
que tenemos dentro del plan divino.
Terrestres, intraterrestres, intraoceánicos, extraterrestres, ultraterrestres, supraterrestres,
etc.,
todos, absolutamente todos somos hijos de Dios y formamos parte de una misma familia.
Pide con amor que se te deje hacer uso del Gran Archivo Secreto de la humanidad y ahí
encontrarás
la Verdad, tu verdad que hasta hoy no has querido escuchar ni ver.
Capítulo I
Hortom, mi amigo extraterrestre.
09 de Agosto, 1999.
Era muy temprano... me encontraba sola en casa. Había pasado una de esas malas noches y
mi
cuerpo estaba cansado y me sentía enferma.Pero, debía sobreponerme y empezar a hacer la
limpieza de mi hogar.
Realmente me sentía mal, pero no podía dejarme vencer por ese estado. Sabía que tenía que
ponerme a hacer algo para alejar la pesadumbre... Me levanté, fui a tomar una escoba y me
puse a
barrer mi departamento comenzando desde el fondo hacia la entrada...
Al llegar a la puerta de mi habitación ¡santo Dios!, una geoda -piedra de cuarzo- de color azul
que
tenía como "lámpara" en un librero en el interior de la recámara estalló y voló en muchos
pedazos.
Me estremecí y un extraño frío me recorrió desde la cabeza a los pies. Fue impactante para
mí.
Recogí lo que quedó de la geoda e inmediatamente corrí al teléfono y marqué a la casa de la
persona
que tiempo atrás con mucho amor me había obsequiado la piedra de cuarzo. Me imaginaba lo
peor,
pues relacionaba la desintegración de la piedra con la vida de mi amiga.
-Sí, bueno; ¿con quién desea hablar?
Era Claudia, la hija de mi amiga.
-¡Claudia, m'hija, habla Leticia! ¡¿Cómo está tu mamá!?
-En estos momentos no se encuentra, salió, pero, ella está bien.
-¡Gracias a Dios!
-Oye, Lety, no me asustes, ¿qué sucede? ¿Por qué preguntas por mi mamá?
-Ay, m'hija, lo que pasa es que me acaba de tronar la geoda que me regaló tu mamá y yo creí
que
algo malo le había sucedido a ella.
-No, mira, desde hace rato salió de la casa, yo creo que está bien, pues si algo malo le
hubiera
sucedido yo ya me hubiera enterado ¿no crees?
-Bueno, gracias Claudia, si sabes algo me llamas, ¿OK?
-Con gusto, Lety, hasta luego.
Colgué el auricular y me sentí más tranquila.
A pesar de encontrarme aún sin energías continué con mis labores de limpieza.
Un rato después escuché sonar el timbre de la puerta y fui a abrir. No había nadie. Me
disgusté un
poco y pensé que los chicos del edificio habían vuelto a jugar con mi persona haciéndome
perder el
tiempo con sus bromas.
Me sentí un poco mareada. Regresé y me tiré a descansar en el sofá de la sala que está junto
a la
puerta principal.
Habrían pasado algunos quince minutos cuando sonó el timbre nuevamente. Esta vez me dirigí
velozmente a abrir y poder pillar a los niños que me hacían travesuras para amonestarlos...
¡Santo
Dios! Me quedé muda de la impresión.Ante mis incrédulos y desorbitados ojos se destacaba la
figura imponente de un hombre.
¡Era Hortom! Un querido amigo que conocí en Chile, Sudamérica hacía 10 años cuando visité
ese
hermoso país por primera vez. Hortom -según sus propias palabras- es originario de Morlen,
mejor
conocido por nosotros en la Tierra como Ganímedes, uno de los tantos satélites de Júpiter.
Al reconocerle quise abrazarlo, pero no me lo permitió.
-Por favor, no me toques -dijo mi amigo como previniéndome de algo que pudiera lastimarme
si yo
insistía en abrazarlo. Rápidamente comprendí... y nuevamente, por segunda ocasión en ese día
se
me enchinó la piel y un escalofrío me recorrió de la cabeza a los pies.
Todo él era luz y sus ojos fulguraban como dos rayos.
Amablemente le hice pasar y le pedí que se sentara.
Mi cuerpo aún acusaba los estragos por la gran impresión. Me di cuenta que Hortom ya no era
el
mismo; no podía mirarle directamente a los ojos pues eran como dos soles. Yo creí que él
había
desencarnado y le pregunté:
-Hortom, amigo, dime, ¿te moriste?
Él se sonrió y me contestó:
-En julio de 1989, cuando tuviste tu primer encuentro con las Hermandades Superiores te dije
que
si algún día iba a pasar algo serio en el planeta Tierra yo te avisaría...
-¡¿Va a pasar algo con el eclipse?! -le interrumpí abruptamente- ¿Sucederán todas esas
cosas que
andan contando por ahí?
-Físicamente -repuso con calma-, nada fuera de lo común, pero a nivel energético sí
sucederán
algunas cosas. Las energías ya están aquí... habrá quienes las asimilen realmente y habrá
quienes no
lo hagan. Por lo tanto, para que sutilices y prepares tu cuerpo físico deberás beber
únicamente
aguas de jamaica, fresas, granada, sandía y palo de brasil y come betabel cocido hasta esa
fecha.
Puso sobre mi mesa algo parecido a un cuarzo y pidió que llenara la mesita de cuarzo, los
cuales
llenaron de luz roja todo mi departamento.
También dijo:
-Todas las puertas a las Ciudades Intraterrenas se abrirán en la madrugada del día 11 de
Agosto. Te
espero en la más cercana.
Y se desvaneció.
No moví un solo músculo. Allí me quedé, en mi sofá, tratando de poner orden al torbellino de
pensamientos que había desatado la visita de mi amigo Hortom. Ni siquiera reparé en que no
me
había dicho el lugar exacto en queme esperaría... pero, en el fondo intuía y estaba segura a
dónde ir
ese bendito día del eclipse de nuestro astro sol.
Previo a mi viaje, los días 9 y 10 seguí las instrucciones al pie de la letra acerca de cómo
alimentarme y en verdad me sentí más sutil, más liviana, como que me había depurado
internamente y eso me llenó de una alegría sin igual.
La tarde del 10 de Agosto la invertí en buscar entre mis amigos que tienen automóvil para
que me
hicieran favor de llevarme al Santuario del Rey, y nada... ninguno tuvo tiempo para eso.
Estaba dicho que debía ir sola.
La suerte estaba echada. Sólo Dios sabía lo que me tenía reservado para la madrugada del 11
de
Agosto de 1999 con mi amigo de origen extraterrestre.
SANTUARIO DEL REY
UNA PUERTA AL MUNDO INTRATERRENO
He tenido una larga búsqueda que de 11 años a la fecha ha dado muchos frutos. Tuve la
oportunidad de viajar por varios continentes, esperando entrar en alguna puerta dimensional
que
me permitiera conocer el Mundo Intraterreno o la Mítica Shamballa. No ha sido tarea fácil
pero hoy
mi ser se encuentra sereno, lleno de paz y feliz de haber podido regresar a casa.
Desde muy pequeña tuve una pasión por todo lo extraño y oculto. Mi madre me contaba tantas
historias acerca de los acontecimientos sucedidos en mi nacimiento.
Pero lo realmente fuerte comenzó cuando un amigo puso en mis manos una recopilación de
varios libros acerca de las ciudades intraterrenas y lo que más me llamó la atención fueron
los
siguientes párrafos.
Sr. Harold T. Wilkins aporta una extraña evidencia de un ingeniero inglés que murió en 1938,
del
cual omite el nombre... pero dice "en el Estado de Jalisco, México, en alguna zona poco
conocida de
extensión meridional de la gran cadena de la Sierra Madre, a unos 121 Km. al este de Cabo
Corrientes hay unas ruinas prehistóricas que sólo conocen los indios... Los indígenas que
habitaban
la zona por aquellos tiempos afirmaban que esas ruinas fueron en otro tiempo el hogar de un
pueblo civilizado y benevolente, incluso las exploraciones hechas hacían la conexión con
Atlantes
descendientes del pionero HY-BRAZILIAN y civilizador QUETZALCOATL. La ciudad muerta
está
sobre una mesa y es en ella que en determinadas horas del día o al anochecer llega el sonido
de un
extraño y vibrante tamborileo. El sonido se escucha incluso desde el Océano Pacífico. Los
indios
afirman que el tamborileo emana de los espíritus y sale de las cámaras de piedra de un gran
templo
en donde en otro tiempo fue venerado "EL GOBERNANTE DEL UNIVERSO" y dicen los indios
que un
día la rueda de la vida o el ciclo de acontecimientos se completará y el antiguo pueblo
regresará y
reintroducirá una nueva edad de oro.
Al leer esto fue la puntilla que necesitaba para buscar ese lugar sagrado y cercano a mí. Me
metí
de lleno en esa búsqueda en compañía de algunos amigos y tuvieron que pasar largos ocho
años
para tener noticias del enigmático lugar.
En octubre de 1998 llegó una amiga a entregarme un folleto turístico en donde daban a
conocer el
lugar, desde ese momento ya no tuve calma y me organicé para ir en su búsqueda.
BREVE RESEÑA DE "El SANTUARIO DEL REY"
Ubicado en el Estado de Nayarit, sobre la carretera Tepic-Puerto Vallarta y entre las
poblaciones
de Las Varas y La Peñita de Jaltemba, la desviación está marcada como Altavista, 8 Km.
El Santuario del Rey es un centro arqueológico que se encuentra cerca del volcán del Copo en
la
Sierra Madre occidental. Fue un centro ceremonial muy importante en el pasado y lo sigue
siendo
en la actualidad los indígenas Huicholes lo consideran un lugar de comunicación con los
Dioses...
Desde siempre estos personajes han hecho sus peregrinaciones hasta el lugar para realizar
sus
ofrendas. Según los estudiosos del tema, dicen que fueron las culturas Mexicas y Azteca las
que se
asentaron ahí y se dice que fue un lugar de descanso o retiro de Quetzlcoatl.
El espacio lo comprende un área boscosa de ocho-diez hectáreas. Existen más de 200 piedras
grabadas con símbolos relacionados con el universo, espirales, figuras humanas, animales
como
serpientes, peces y venados entre otros. Para entrar al Santuario se debe pedir permiso
haciendo
una reverencia y tres giros hacia la derecha en la piedra de los 3 pozuelos y a la salida se
hacen la
misma reverencia pero los giros son a la izquierda.
Según la tradición huichola existe en el Santuario un árbol energético a quienes ellos llaman
Tamualchän que es uno de los sostenes del universo.
Existen huellas grabadas en la piedra en forma de patas de animales; las huellas son parejas,
como las manos, o sea, como si tuvieran el pie plano. Hay dibujos en formas piramidales y
hasta una
piedra "quiropráctica". Este santuario debió haber sido dedicado a la medicina, ya que en el
interior
de ese mágico lugar existen aproximadamente treinta y cinco plantas curativas y muchísimas
más
en todo el bosque tropical que lo rodea.
El Santuario del Rey fue el lugar de reunión de las siete tribus nahuatlacas: Aztlán y
Chicomoztoc.
Aztlán significa "lugar de las garzas"; y Chicomoztoc "lugar o la tierra de las 7 cuevas"... que
al
mezclarse formaron la cultura Chichimeca. Según esas tradiciones, cada una de las culturas
brotó
de una cueva y existen 7 en el Santuario del rey. Hay un terraplén que consta de tres niveles
con
piedras de hasta cien toneladas de peso; algunas piedras fueron colocadas cerro arriba y a
una
distancia de quinientos metros una de la otra para formar la serpiente del equinoccio de
primavera.
La primera noticia que se tiene de este sagrado lugar la encontrará todo ávido investigador en
"la
Crónica Española" de 1535 del padre Mota Padilla, fecha en que se realizó la primera
excursión a
Bahía de Bandera...
He querido narrar un poco de historia del lugar para que se comprendan las 7 experiencias o
iniciaciones que tuve en ese mítico lugar.
Fue casi un año de visitas al lugar y de experiencias y regalos recibidos y compromisos sin
firmar,
y llegamos así al día:
AGOSTO 9 DE 1999
Había dormido mal, me sentía extraña, cansada pero sabía que no podía dejarme vencer por
ese
estado de ánimo y me puse a limpiar mi hogar. Al entrar a mi habitación frente a mí se explotó
una
geoda que tenía en un librero... ¡me asusté! En ese momento tocaron a la puerta y fui a abrir
y no
encontré a nadie. Continué limpiando cuando volvió a tocar el timbre... corrí a abrir y me
encontré
con la sorpresa de que era HORTOM... (Un Ser proveniente de Morlen, una de las lunas de
Júpiter y a
quien había conocido en Chile varios años atrás) el impacto fue tal que me estremecí. No pude
acercarme a él pues él lo impidió, todo El era LUZ y sus ojos parecían dos rayos y no podía
mirarle a
los ojos y le pregunte... ¿va a pasar algo con el eclipse, verdad? y me respondió que sí, que
era el
momento de prepararme física, mental y espiritualmente para el Gran acontecimiento.
A partir de ese momento debía beber sólo líquidos rojos, de frutas y verduras, puso sobre mi
mesita de sala algo parecido a un cristal rojo que iluminó todo mi departamento y además dijo
que
todas las puertas a las ciudades Intraterrenas se abrirían la madrugada del 11 de agosto y
agregó:
¡te espero en la más próxima! y se desvaneció.
Me quede sin mover ni un solo músculo, tratando de poner en orden el torbellino de
pensamientos que me había desatado esa visita.
Los días 9 y 10 seguí las instrucciones... debía partir hacia el lugar yo sola, intuía además que
se
trataba del Santuario del Rey.
Bajé de un autobús en el crucero a las 2 AM y emprendí el viaje de 8 Km. a pie. Cuando
llegué al
lugar todo estaba muy oscuro pero como conocía muy bien el lugar pude llegar hasta la pileta
sin
problemas.
Había algo en mí muy extraño, el caminar no me cansó y me sentía eufórica, feliz, sabía que lo
tan
esperado estaba a punto de suceder.
De pronto el lugar se iluminó como con antorchas y pude ver que había mucha gente, tal vez
unas
70 personas a mi lado derecho había una mujer que llamó mucho mi atención pues era alta,
como
de 2 m, y su tez era como la porcelana... ¡¡¡blanca!!! y sus ojos parecían orientales pero
rasgados
hacia arriba y su ropa parecía seda pero una seda con vida.
Su saludo fue extraño, hizo una breve inclinación, llevó sus manos juntas hacia la cabeza y
después a la altura del corazón, hizo un mudra y mantralizó su nombre: DRA-ALI. La vibración
de
ese mantram me transformó, vi que del 7° chacra salía un diamante azul y pude apreciar y
diferenciar la vibración de mis 7 cuerpos.
No puedo decir el tiempo transcurrido porque lo ignoro, miré hacia mi izquierda y había
alguien
que no puedo decir si era hombre o mujer, sólo que era muy bello, que su piel era morena
bronceada y que tenía enormes ojos verdes. Dijo llamarse IOXALC, vestía algo plateado
pegado al
cuerpo, parecía un rayo de luz plateada y respondió a mi pensamiento: Todos somos LUZ y
esa debe
ser tu expresión dimensional.
Fue entonces que salió de mi pecho una forma piramidal que giró frente a mí, subió un metro
arriba
de mi cabeza y bajó para entrar nuevamente a mi pecho; todo en mí se expandió y pude
darme
cuenta de que mi corazón había dejado de latir. El paso a la otra dimensión fue algo tan sutil
que
podía sentir la vibración de mi ser espiritual.
Yo era UXYUTL (El que viene de las profundidades del mar sagrado).
LA GRAN CEREMONIA
Se escuchaban sonidos de caracoles y tambores, había ambiente de fiesta. La población
parecía de
origen oriental pero con una extraña mezcla de Maya y Olmeca.
Los Maestros ahí reunidos nunca nos hablaron de un holocausto final, sino de cambios
energéticos y moleculares. De Paz, Paciencia, Fe, Armonía, AMOR... nos pidieron embellecer
cada día
nuestras vidas para que la ignorancia sea consumida por la sabiduría.
Que la evolución radica en el control de todas las pasiones y que no olvidemos que somos
esencia
divina. Que todos somos luz de la misma fuente divina. En este lugar también había cielo y un
sol y
enormes cristales de algo parecido al cuarzo que actuaban como grandes receptores de la
energía
que llegaba del cielo. El cristal era mayor de 5 m y el Regente posó ambas manos sobre el
cristal y
al recibir los embates de la energía parecía desaparecer, era como una transmutación
energética.
Después de esto llegaron una serie de pequeñas naves suspendidas como a un metro de la
superficie que nos transportarían a otra ciudad más al interior del planeta. Me fue dado un
mapa de
la red de túneles que comunican a todas las ciudades intraterrenas.
En este momento me vi al lado de mi amigo Hortom dentro de uno de esos pequeños
vehículos,
flotábamos, giro y ya estábamos en otro lugar. Nos dejaron fuera de la ciudad en un bosque
de
enormes árboles, caminamos por un sendero hasta una calle recta, las construcciones eran
blancas
de techos limpios y olorosos, había muchas flores y al fondo un edificio de cristal en forma
piramidal truncada, bueno yo así la veía porque esa parte vibraba a una escala superior que
era
difícil captarla con ojo humano. La ciudad era armónica, bella y sus trazos eran perfectos.
Esta pequeña población estaba situada en un valle interior, estaba iluminada por una tenue luz
verde que me hacia sentir bien, parecía que estábamos dentro de una gran burbuja. Aquí pude
distinguir tres diferentes razas; en los jardines vi seres pequeños con cabezas un poco
grandes y sin
pelo con una agilidad asombrosa. Había otros de túnicas blancas muy delgadas, de brazos
largos, de
ojos azules, sin cejas ni pestañas, estos estaban en el área de laboratorios y los terceros eran
Kuthumpas "los hombres santos más cercanos al Rey del Mundo". Ellos portaban unos
medallones
que me atrajeron mucho, era una gema roja que parecía palpitar como un corazón, después
supe
que ese medallón los conectaba con la Tiara roja con diamantes que ocultan el rostro del
Soberano.
Entramos al templo y ahí me encontré frente a un concejo de 12 ancianos y ellos nos dijeron
que
nuestro diamante y nuestra pirámide estaban activos, que podíamos contactar con ellos
cuando
quisiéramos, que seriamos adaptados molecularmente para las ciudades a las que seríamos
destinados.
El templo por dentro era lleno de riqueza, había enormes planchas de oro puro, gemas, rubíes,
zafiros, diamantes, esmeraldas y enormes cuarzos y amatistas.
Se sentía una música interna que nos hacía movernos rítmicamente, la concentración era total
y
sobrenatural. En esos momentos yo estaba muy cerca de la puerta cuando sentí que la tierra
vibraba y pensé en un terremoto, y salí del templo justo para ver de espaldas a mí a un ser
gigante
de túnica blanca y una faja de color tinto trenzada en tres hilos. Pensé es Quetzlcoatl, no hay
duda
¡¡¡estas razas regresarán!!!
Nos separaron en pequeños grupos, se despidieron y yo me vi en la puerta de mi casa y en mi
mente la idea de viajar al noroeste del Matto Grosso en Brasil...
Viaje a Altavista, Nayarit.
Era la madrugada del 11 de Agosto y me encontraba en la central camionera de Puerto
Vallarta,
Jalisco abordando un autobús con rumbo al vecino estado de Nayarit. Después de una hora de
trayecto pedí al conductor del camión que me bajara en el crucero de Altavista.
Estaba muy oscuro y solitario el lugar. Enfilé resuelta por el camino de terracería sin pensar
en
nada; pues distaban unos cuantos kilómetros para llegar a mi destino. No sentía miedo y
tampoco
sentía pesado el caminar... parecía más bien que me “llevaban”. Me sentía muy bien
protegida.
Yo seguía en un estado vibracional alto y esa felicidad inundaba todo mi ser. Sabía que algo
muy
importante tendría lugar en las ruinas arqueológicas del Santuario del Rey ese día del eclipse.
Quise
recordar la cantidad de veces que había visitado con anterioridad el Santuario y, la verdad,
habían
sido tantas y acompañada por tan diversas personas que en ese momento me resultaba difícil
enumerar.
Ensimismada en mis pensamientos habría caminado unos quinientos metros desde el
entronque de
la carretera federal, cuando divisé unos faros de luz que venían a mi encuentro. Era una
camioneta,
y para mi sorpresa el conductor era ni más ni menos que ¡mi amigo Hortom!
-¡Sube, nos esperan!
Fue lo único que dijo.
Con cada metro que avanzábamos, cada curva y reducto del camino, mi admiración y respeto
aumentaban hacia mi amigo que, viniendo desde tan lejos me parecía inconcebible que
conociera
como la palma de su mano esos inhóspitos lugares.
Minutos después estacionábamos la camioneta y teníamos que cubrir el último tramo a pie. La
oscuridad era impenetrable. Lo que me valía era que había ido tantas veces al Santuario
anteriormente que el camino ya me lo sabía de memoria.
Y así llegamos hasta la Pileta.
Cuando... de no ver más allá de mi nariz, se encendieron antorchas y pude contar, reunidos
allí, a 70
individuos de muy variada forma de vestir.
Junto a mí había una mujer que llamó poderosamente mi atención.
Era alta, medía aproximadamente 2 metros de estatura; su tez era de un blanco lechoso y sus
ojos
de tipo oriental, pero, en lugar de ser jalados hacia abajo, los tenía rasgados hacia arriba; su
ropaje
parecía de seda viva y muy brillante.
Me saludó haciendo una leve inclinación como reverencia, llevó sus manos juntas a la cabeza
y
después a la altura del corazón, luego hizo un mudra y pronunció su nombre:
-DRA-ALI.
La vibración de su nombre me hizo sentir que era el momento de mi despertar total; que se
aclaraba en mi mente mi misión aquí en la Tierra.
Y vi brotar de mi séptimo chakra -en la coronilla- un diamante de tonalidades azules. Eso me
hizo
sentir que ninguno de mis pasos en esta vida habían sido inútiles.
Pude abrir las puertas de mi mundo interior y lo encontré maravilloso. La oportunidad de
avanzar,
de crecer, de sentir plenamente el verdadero Amor.
Aquella hermosa mujer me hizo diferenciar la vibración de mis 7 cuerpos y puede reencontrar
el
punto de unión y de armonía entre ambos. Me sentí única. Y al elevar mi nivel de resonancia
pude
descubrir mi propio Ser y el poder que me confiere.
Había también un hombre, bueno, no estoy segura, pues parecía ambas cosas: hombre-mujer.
Debía
medir 1.70 metros de estatura; era de piel morena, como bronceada; de grandes ojos verdes
y con
unas pestañas 2 ó 3 veces más grandes que las de los humanos. Dijo llamarse IOXALEC.
Vestía un
traje gris pegado al cuerpo como si fuera su propia piel; sus manos eran enormes e iban
finamente
enguantadas; su cabello negro era muy rizado y caía hasta los hombros. Estar junto a ese ser
se
sentía que emanaba mucha paz y alegría constantes.
-Pareces un rayo de luz plateada -me atreví a decirle tímidamente.
Con una bellísima sonrisa, él me contestó:
-Hemos venido al mundo como luces, porque somos construidos de luz. El trabajo más
importante
de los seres humanos es seguir siendo luz, irradiando luz, proyectando luz hacia todos los
rincones
del planeta.
Hizo una leve pausa y prosiguió:
-Di a todos los trabajadores de la luz que sólo a través de la luz podrá este planeta ser
alistado para
su propia expresión dimensional. Y tú, vive ésta experiencia como lo más maravillosa
expresión de
AMOR del SER.
Entonces vi cómo una forma piramidal salía de mi pecho y se detenía frente a mí, giró varias
veces,
subió como un metro arriba de mi cabeza, giró nuevamente, luego bajó, entró en mi pecho y
sentí
calor, mucho calor.
Mi vista se expandió... Mis oídos eran capaces de escuchar hasta el más leve de los ruidos...
y pude
darme cuenta con asombro de que mi corazón ¡había dejado de latir!
Capítulo III
La Ciudad Intraterrena.
El “paso” a la Ciudad Intraterrena fue tan sutil que apenas pude darme cuenta cuando el
ambiente
que me rodeaba cambió. Al dejar de “latir” mi corazón, fue mi Ser Interior Profundo, mi
Espíritu, el
que entonces tomó el mando.
Y dejé de ser la modesta ama de casa para convertirme en UXYUTL, que significa: “El que
viene de las
profundidades del Mar Sagrado”.
Cada uno de los ahí presentes mantralizó -vocalizar- su nombre cósmico veintidós veces. El
sonido
hizo que toda la Ciudad Intraterrena se estremeciera como en una especie de danza ritual. Se
escuchaban los sonidos de caracoles y timbales. Todo era un ambiente de fiesta. La población
era
como de origen oriental con una extraña mezcla de maya y Olmeca.
Aquellos grandes maestros reunidos en ese punto del planeta nunca hablaron de un
holocausto
final, sino de cambios... de cosas que dejarán de existir, por ejemplo:
LA PACIENCIA (PazCiencia):
Pues el humano la ha tomado como un sinónimo de No Hacer. La raza humana esta en el
momento
en que tiene que ponerse a trabajar para poder trascender.
LA FE:
Porque es una venda en los ojos del humano. La fe es una palabra puramente humana que
permite
ocultar las respuestas.Aquello de que es "Dogma de Fe” dejará de existir porque el que
realmente
conoce y percibe a DIOS, sabe que la fe no es necesaria.
Hablaron de hacer un trabajo más arduo o cambios de programas en el pensamiento humano;
porque cada pensamiento elaborado tiene vida propia y es capaz de circular en el cosmos.
Nos hicieron saber la necesidad de ayudar a crear conciencia para que el hombre sea capaz
de no
permitir que la materia predomine sobre la razón y el conocimiento... que el humano debe
dejarse
guiar sólo por la Conciencia, o sea, por su Real Ser Interno.
También dijeron que al llegar a este planeta y tomar forma humana olvidamos que somos
eternos y
Esencia Divina y dejamos de embellecer cada día nuestra propia vida.
Que somos Luz, y que el conocimiento es el fuego que consume todos los disfraces de la
ignorancia;
y sólo así podremos fusionarnos nuevamente con nuestro propio SER.
Hablaron de que como humanos tenemos una oportunidad excepcional de acelerar el proceso
evolutivo y el paso a dimensiones superiores, porque la meta del conocimiento es la
sabiduría, y
ésa se encuentra solo en nuestro interior.
-Debemos sutilizarnos pues la evolución radica en el control de las pasiones. La energía debe
ser
orientada hacia planos superiores, el retorno llegó y la dicha del reencuentro es algo que no
debemos negarnos. Si tan sólo observáramos la luz, nos daríamos cuenta de que en ella está
todo lo
que necesitamos. Todos somos luz de una misma fuente y nuestra vibración tiene el mismo
origen.
Aceptemos que hace tiempo nuestras células cambiaron y se adaptaron a una cuarta
dimensión. El
salto es ya inminente para aquellos que aceptamos el cambio.
De pronto me di cuenta de que en el lugar en que me encontraba en ese momento, también
había
cielo y un sol. El cielo era amarillo-verdoso; y había árboles con frutos extraños parecidos a
la jaka
pero que contenían una leche con un sabor parecido a la vainilla.
Había además unas flores parecidas a los tulipanes, de color púrpura, como de un metro de
grandes; al acercarme, una de ellas abrió sus pétalos y emanó de su interior un olor dulce y
relajante. También vi frutos como naranjas hasta cuatro veces más grandes que las que hay
en la
superficie de la Tierra. No vi animales.
Había enormes cristales como grandes receptores de la energía que llegaba del cielo. Parecía
como
una tormenta, pues la energía se percibía en forma de rayos, de bolas de fuego y de ondas.
Me
impresionó mucho la formación en que estaban los cristales y las esferas. (Ver figura)
El Cristal medía como 5 metros de altura; era de color azul zafiro. Los círculos eran esferas
como de
un metro de diámetro y cada uno de los representantes se sentó sobre cada una de las
esferas. El
Regente posó las dos manos sobre el cristal y a cada descarga -o carga- energética él
parecía que se
desvanecía como transformando la energía que pudiera ser destructora a positiva.
Había muchos domos de cristal de diferentes colores; algunos de aquellos personajes
entraron a los
domos y se convertían al instante en luz e irradiaban esa energía ya transmutada a todo el
planeta.
Empecé a percibir una extraña vibración a mis pies. El globo terráqueo recibía embates
energéticos
¡y yo podía sentirlos claramente!
Capítulo IV
Encuentro de dos “mundos”
Siempre tuve pasión por los lugares ocultos o aislados, cuevas, etc., y tenía la plena
seguridad de
que existían pueblos en el interior del planeta así como una vasta red de túneles que unían a
esas
ciudades entre sí. Y lo estaba constatando en esos instantes que me encontraba físicamente
en una
de esas ciudades.
Ha llegado el momento en que las civilizaciones intraterrenas suban a la superficie y se inicie
un
intercambio de vida... un trabajo de integración conjunta -pensé.
La llegada hacia nosotros de extraños y coloridos vehículos suspendidos un metro
aproximadamente del piso me hizo reaccionar. En ese instante reparé en que todo en aquella
ciudad intraterrena es de colores muy vivos. Allí parece ser el paraíso terrenal.
-Ya no es por azar que puedas ingresar al mundo intraterreno -me dijo un guía-, sólo debes
desearlo
realmente para que te concedan el permiso. Hay muchos seres como tú que estarán siempre
conectados con estas civilizaciones y para quienes les será muy sencillo el ingreso.
Luego me entregaron un mapa de los túneles por donde se llega a las ciudades intraterrenas
el
cual no tengo permiso aún de mostrarlo pero si muestro un dibujo de la llave que me fué dada
hace
una década y que es de procedencia Lemur.
Me había olvidado de mi amigo Hortom, y de pronto ¡lo tenía de frente! Subí con él a uno de
los
extraños vehículos, hizo un movimiento giratorio ¡y ya estábamos en otro lugar!
El aparato se detuvo fuera de la ciudad. Bajamos del vehículo y caminamos por un sendero;
era
como un bosque con árboles gigantescos parecidos a las secoyas. El césped parecía acabado
de
cortar, pues aún olía. Luego enfilamos por una calle recta; las construcciones eran de piedra
y sus
paredes todas eran de color blanco, los techos muy rojos y cada casa tenía muchas flores. Al
fondo
había un edificio de cristal rosa en forma de pirámide truncada.
De primer momento no me di cuenta que el pedazo que faltaba estaba ahí mismo pero
vibrando tal
vez en una escala superior que era casi invisible a mis humanos ojos.
La ciudad estaba trazada con tal armonía y perfección que pensé que, armonizándonos de esa
misma manera sería más fácil cumplir con las leyes evolutivas, así como hacen las razas
intraterrenas.
Estaba metida en mis propias reflexiones cuando Hortom llegó a mi lado.
-¿En qué estás pensando? -me preguntó.
Yo sabía de antemano que él conocía mis pensamientos y le respondí:
-En las iniciaciones que tuve en Rapa Nui y en el Santuario, ya que sin ellas no hubiera
podido
entender en qué momento del plan trazado para mí me encuentro... Esto es una purificación,
es
quitarme el velo de la ignorancia; esto es aceptar mi responsabilidad evolutiva hacia toda
creación.
Empecé a vibrar por la emoción de mis propias palabras y mis centros energéticos brillaban
irradiando luz.
Hasta esos momentos no había tenido la oportunidad de ver quienes formaban junto conmigo
el
grupo de selectos visitantes de la superficie de la tierra. Mi sorpresa fue mayúscula cuando
uno a
uno los reconocí a todos. Había allí personas de varios puntos del Planeta.. Algunos de ellos
son
figuras públicas muy importantes mundialmente.
En ese mundo intraterreno a todos nos unía un gran cariño respetuoso y fraternal.
Cómo son los seres Intraterrenos?
Quise conocer más acerca de los habitantes de aquella población y pedí a mi amigo Hortom
que me
diera un recorrido por las áreas en que éstos se encontraban.
La susodicha era una ciudad situada en un pequeño valle interior. Se encontraba iluminada por
una
tenue luz verde que a mí en lo personal me producía bienestar. No se veía el cielo, más bien
parecía
como que el valle entero estuviera dentro de una gran burbuja.
En el Viaje guiado por mi amigo extraterrestre por aquella ciudad pude distinguir a tres razas
diferentes las cuales se mezclaban armoniosamente entre sí. Cabe destacar que en ese lugar
subterráneo no hay bebés, parecen todos de la misma edad y estatura según la raza.
RAZA NAZANUS:
A los habitantes de esta raza los encontramos en los jardines. Eran pequeños, como de un
metro de
estatura. Sus cabezas un poco grandes y sin pelo. Sus ojos eran enormes. Pude ver que
poseen una
asombrosa agilidad.
RAZA RADAS:
Éstos vestían túnicas blancas. Eran muy delgados y tenían brazos muy largos. Sus ojos eran
de color
azul, sin cejas ni pestañas. Algunos de ellos se encontraban trabajando en especies de
laboratorios.
Ellos no comen las frutas ni verduras crudas como nosotros sino que las procesan y guardan
en
pequeños envases de un material parecido al aluminio. Y si bien, durante todo el recorrido no
había
sentido frío ni calor, precisamente en ésa área de trabajo sí sentí frío. Ésta raza y su ciudad
están
conectadas a otras bajo el mar.
RAZA KUTHUMPAS:
Los seres de la raza Kuthumpas son ‘los hombres santos más cercanos al Rey del Mundo’; a
ellos los
vimos en el área de la pirámide. Éstos son un poco más robustos que los anteriores y se
asemejan
mucho a los humanos. Sus túnicas eran de un color amarillo-naranja y portaban grandes
medallones con una piedra roja que parecía palpitar... ésta gema es la conexión con la tiara
roja y las
cintas con diamantes que ocultan el rostro del soberano Señor. Precisamente a uno de los
integrantes de esta raza lo había visto momentos antes en el salón de estudios que conocí
también
como parte del recorrido.
Nos percatamos que el resto de mis compañeros de la superficie ingresaban al templo de
cristal
haciendo una ordenada fila y tanto Hortom como mi persona nos sumamos a los demás
rápidamente. En el templo se encontraban doce ancianos muy parecidos a los lamas tibetanos.
Uno
de ellos tomó la palabra y se dirigió a nosotros de la siguiente manera:
-Hemos hablado a muchos humanos las mismas palabras que ahora vais a escuchar, y las
seguiremos repitiendo. Algunos de ustedes escribirán dando a conocer estos mundos y será
bueno.
Su sentir y su pensar lo conocemos y por eso estáis aquí. En cada uno de ustedes ha sido
activado el
poder natural de su Ser y con ello unificamos nuestro conocimiento para lograr la unión de
nuestras esferas. Su ‘diamante’ y su ‘pirámide’ están activos, al regreso a casa y después de
un breve
tiempo podrán sin esfuerzo contactar con nosotros y con todo el mundo subterráneo... Hay
cosas
que habéis visto que nunca podrán revelar, ustedes lo saben ya. Cada cosa que han aprendido
aquí,
será en beneficio de la humanidad que habita sobre la Tierra.
El venerable anciano hizo una pequeña pausa... Luego, señalando y llamando por su nombre a
dos
personas de los que componíamos el grupo, les dijo:
-Ustedes dos tendrán que salir de este lugar y nunca más volverán a entrar a ninguna de
nuestras
ciudades porque las pruebas que todos habéis pasado han sido para templar, sutilizar y
armonizar
sus cuerpos antes de quedarse con nosotros y no para usar el conocimiento que han adquirido
en
beneficio propio. Por consiguiente, olvidarán que han estado aquí y todo cuanto han visto y
aprendido.
Al instante que terminó de hablar el guía, las dos personas a las que se había dirigido
¡desaparecieron!
Enseguida aquel ser nos dijo al resto del grupo:
-A ustedes se les ayudará realizando cambios moleculares para su adaptación a las diferentes
ciudades a donde vais a ser llevados muy pronto. Después de esto, jamás dudarán de la
presencia
de las Jerarquías Mayores y de su amorosa ayuda al planeta Tierra. No olviden que deben
erradicar
de ustedes toda la negatividad. Tampoco olviden de elevar su vibración pues a medida que lo
hagan
más cerca estaremos unos de otros. No olviden que la evolución y la preparación es
individual;
olviden las cargas ajenas. La ayuda se dará a medida de que eleven su vibración, sólo así la
ayuda
será recibida o aceptada por el otro. El llamado es para todos pero el trabajo es individual.
Habéis
llegado aquí no por casualidad, sino porque ustedes mismos se auto convocaron. Deberán
alejarse
de sus amigos y familiares por unos días, pues la energía y la luz de sus ojos pudieran
dañarles.
Después de esos breves consejos hicimos un recorrido por el interior de la pirámide la cual
ocultaba dentro de ella grandes riquezas. Cada uno de los lados de la pirámide era una
plancha de
oro macizo con incrustaciones de grandes gemas como rubíes, diamantes zafiros y
esmeraldas que
hacían un juego de rayos de luz que yo sentía que penetraban en mi cuerpo y activaban todas
mis
capacidades mágicas aún dormidas. Luego empezamos a movernos rítmicamente en una
extraña
danza con movimientos parecidos al Tai-Chi... Nuestro cuerpo se movía sólo, en una
concentración
total que parecía o era sobrenatural. Terminó la danza y yo no me sentía cansada, me
encontraba
más bien muy tranquila.
Como yo era la que estaba más próxima a la puerta, fui la primera en salir del templo.
La tierra vibraba y pensé: "un terremoto" pero salí para alcanzar a ver de espaldas a mí a un
ser
gigante que vestía una túnica color blanco perla con una faja de color vino tinto trenzada en
tres
hilos... el sonido de un tamborileo llegó y todos hicieron una breve inclinación. Yo estaba
segura que
se trataba de Quetzlcoatl, y en lo más profundo de mi ser intuí que estas civilizaciones
regresarán y
reintroducirán una nueva edad de oro en la superficie del planeta.
Luego nos separaron a todos en pequeños grupos... se despidieron de nosotros y nos
regresaron a
casa.
Me encontré de pronto a la puerta de mi departamento.
En mi mente bullía la idea de ir a la montaña del Roncador, al noroeste de Matto Grosso,
Brasil.
Entré a mi departamento y realicé el ritual mágico superior. Tomé mi baño de luz violeta y
enseguida entoné en repetidas ocasiones el poderoso mantram que me permitía tomar
posesión de
mí misma y poder hacerme consciente del maravilloso poder -control- de conexión al mundo
subterráneo que acababa de recibir... y eso fue lo más importante.
Después, pude tirar mi cuerpo sobre mi cama y al fin... entregarme a un reparador y
placentero
sueño.
Capítulo VI
Nace el interés y la búsqueda.
Haciendo un poco de historia para que el lector pueda caminar a la par mío, debo decirles que
en el
año de 1990, a mediados, fui invitada al Chateau du Jaugy, en Francia, a un seminario a nivel
mundial de contactación extraterrestre.
Creo que lo que más me gustó de todo ese mes vivido en Francia, fue la convivencia con tan
variadas culturas, pues había gente tanto de Brasil como de Bali, de toda Europa y América.
En ese
hermoso lugar precisamente conocí al culpable de que naciera en mí este gran amor y
dedicación
por el Mundo Intraterreno, pues él fue el conducto para que yo llegara a tener todas las
experiencias que he tenido con las razas del intramundo.
Ese joven, de nacionalidad argentina puso en mis manos una recopilación de copias de libros
que
se han escrito acerca de los grandes misterios de los mundos internos.
El Sr. Harold T. Wilkins aporta una extraña evidencia de un ingeniero inglés que murió en
1938 y
del cual no dice su nombre: “En el estado de Jalisco, en alguna zona poco conocida, de
extensión
meridional de la gran cadena de la sierra madre, a unos 121 kilómetros al Este de Cabo
Corrientes
hay unas ruinas prehistóricas que sólo conocen los indios... Los indígenas que habitaban la
zona por
aquellos tiempos afirmaban que esas ruinas fueron en otro tiempo el hogar de un pueblo que
era
civilizado y benevolente, incluso, las exploraciones hechas hacían la conexión con Atlantes
derivadas del pionero HY-BRAZILIAN y civilizador QUETZALCÓATL. La ciudad muerta está
sobre
una mesa y es en ella que, en determinadas horas del día, o al anochecer, llega el sonido de
un
extraño y vibrante tamborileo. El sonido se escucha desde lejos, incluso desde el Pacífico.
Los indios
afirman que el tamborileo emana de los espíritus y sale de las cámaras de piedra de un gran
templo
en donde en otro tiempo fue venerado “el gobernante del universo”; y dicen los indios que un
día la
rueda de la vida o el ciclo de acontecimientos se completará y el antiguo pueblo regresará y
reintroducirá una edad de oro”.
Al leer esto fue la puntilla para que por años me dedicara a la búsqueda de ese lugar sagrado.
Junto
con varios amigos hice varias excursiones sierra adentro para encontrar las dichosas ruinas.
Tuvieron que pasar muchos años, ocho, para ser exactos para tener un día noticias del
enigmático
lugar.
Corría el mes de octubre de 1998 cuando llegó hasta mí Adilia, mi fiel compañera de viajes
con un
folleto y varias fotografías de un lugar...
En el trabajo de mi amiga iban a promover turísticamente el Santuario del Rey, en Altavista,
Nayarit
y la habían llevado a conocerlo.
-¡Desde que lo vi -me dijo excitada-, pensé en ti!; estaba segura que es lo que buscabas y
que era
para ti -insistía.
Al ver las imágenes sentí que toda mi cabeza daba vueltas y de inmediato vinieron a mi mente
escenas que me corroboraban que ese era el sitio que tanto buscaba y que debía ir lo más
pronto
posible. Es justo decir que a partir de ese momento todo mi ser ya no tuvo calma; debía ir a
ese
lugar y pronto.
BREVE RESEÑA DEL SANTUARIO DEL REY:
“Ubicado en el estado de Nayarit, sobre la carretera Tepic-Puerto Vallarta y entre las
poblaciones
de Las Varas y La Peñita de Jaltemba; la desviación dice: Altavista, 8 Km.
El Santuario del Rey es un centro arqueológico que se encuentra cerca del volcán del Copo en
la
sierra madre occidental. Fue un centro ceremonial muy importante en el pasado y lo sigue
siendo
en la actualidad. Los indígenas huicholes lo consideran un lugar de comunicación con los
Dioses...
desde siempre éstos personajes han hecho sus peregrinaciones hasta el lugar para realizar
sus
ofrendas. Según los estudiosos del tema, dicen que fueron las culturas Mexicas y Azteca las
que se
asentaron ahí y se dice que fue un lugar de descanso o retiro de Quetzlcoatl.
El espacio lo comprende un área boscosa de ocho a diez hectáreas. Existen aproximadamente
sesenta piedras grabadas con símbolos relacionados con el universo, espirales, figuras
humanas,
animales como serpientes, peces y venados entre otros. Para entrar al santuario se debe
pedir
permiso haciendo una reverencia y tres giros hacia la derecha en la ‘piedra de los 3 pozuelos’
y a la
salida se hacen la misma reverencia pero los giros son a la izquierda.
Según la tradición huichola existe en el santuario un árbol energético a quienes ellos llaman
Tamualchán que es unos de los sostenes del universo.
Existen huellas grabadas en la piedra en forma de patas de animales; las huellas son parejas,
como
las manos, o sea, como si tuvieran el pie plano.
Hay dibujos en formas piramidales y hasta una piedra ‘quiropráctica’. Este santuario debió
haber
sido dedicado a la medicina, ya que en el interior de ese mágico lugar existen
aproximadamente
treinta y cinco plantas curativas y muchísimas más en todo el bosque tropical que lo rodea.
El Santuario del Rey fue el lugar de reunión de las siete tribus nahuatlacas: Aztlán y
Chicomoztoc.
Aztlán significa: lugar de las garzas y Chicomoztoc: Lugar o la tierra de las 7 cuevas... que al
mezclarse formaron la cultura Chichimeca. Según esa tradición, cada una de las razas brotó
de una
cueva y existen 7 cuevas en el Santuario del Rey. Existe un terraplén que consta de tres
niveles con
piedras de hasta cien toneladas de peso; algunas piedras fueron colocadas cerro arriba y a
una
distancia de quinientos metros una de la otra para formar la serpiente del equinoccio de
primavera.
La primera noticia que se tiene de este sagrado lugar la encontrará todo ávido investigador de
las
culturas antiguas en ‘La Crónica Española’ de 1535 del padre Mota Padilla, fecha en que se
realizó la
primera excursión a Bahía de Banderas...”
Cuando terminé de leer el folleto que contenía esa información recordé que en Rapa-Nui o
Isla de
Pascua, lugar a donde entré por primera vez al Mundo Intraterreno una década atrás, existe
una
plataforma de 7 Moais o Moaris y según aquella tradición, fueron también siete razas las que
se
unificaron para enseñar al mundo siete grandes dones o virtudes. También me hizo evocar
imágenes de Machu Picchu y Tiahuanacu, lugares donde existen acomodos de piedras
parecidos y
que tienen mucha relación con la cosmogonía y fechas de equinoccios y solsticios de la
Tierra...
No podía esperar más, había encontrado el lugar que tanto tiempo invertí en buscar ¡y ahora
estaba
al alcance de mi mano!
31 de Enero, 1999.
Siendo las 17:00 horas llegamos junto con el guía y guardián del lugar de nombre Colibrí
hasta las
puertas del Santuario mismo. Nada más poner un pie dentro del área de ese mágico lugar,
sentí los
embates de su energía. Me sentí mareada y mi cabeza se puso caliente como si quisiera
hervir. Fidel,
que es el verdadero nombre de Colibrí nos pidió hacer un ritual de entrada y así obtener el
permiso
del Gran Espíritu. Lo hicimos con mucho respeto y con amor pues ese momento, aparte de
especial
-para mí- era algo más que mágico.
Ingresamos a un espacio que ellos llaman “la zona del silencio”; es un área como de cien
metros
cubierta de vegetación, y por lo tanto un poco oscura. En ese momento, mi compañera, hizo la
observación de que parecía que iba a llover y que se hacía ya de noche; que mejor nos
regresáramos
y que volviéramos después.
Colibrí dijo que no, que teníamos el tiempo suficiente para ver la parte baja o primer área del
santuario. En eso estábamos, cuando oímos un extraño ruido pero que alcanzamos a distinguir
perfectamente como el sonido de caracoles. Preguntamos al guía y, con una cara sonriente
que
emanaba emoción respondió:
-Les están dando la bienvenida.
El recorrido es un camino de montaña y al salir de la zona del silencio cruzamos un arroyuelo
en
esos momentos sin agua. A un lado y otro del camino se encuentran piedras con diversos
gravados
hasta llegar a una pileta rodeada de piedras gigantes las cuales nos hacían recordar a tronos
de
piedra como los de Machu Picchu y Tiahuanacu y con un tramo de muro o muralla de piedras
de
varias toneladas de peso.
La pileta aún contenía agua -enero es tiempo de secas-. Nos quedamos maravilladas de ver
tanta
belleza y yo mentalmente quise tener una idea de lo que debió ser esa ciudad en todo su
esplendor.
No fue muy difícil hacerlo pues el lugar parecía vibrar. Me encontraba de espalda al muro y
sentí
una necesidad muy grande de voltear y aprecié que en la pared de piedra había dos grandes
oquedades como si hubieran cortado o rebanado la cantera y pregunté al sabio Colibrí.
Él nos contó la historia y el destino final de esas estelas, pero que Videntes que habían
visitado el
lugar aseguraban que eran “puertas dimensionales”. Nos mostró cómo debíamos pararnos
ante
esas puertas y yo, ni tarda ni perezosa me fui a experimentar...

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