TEORIA
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TEORIA
INTRODUCCION. (Fraseológica)
Tengan todos ustedes muy buenas noches, con la venia del Dr. Mirko Ruiz Hurtado, docente de la
materia de Lenguaje, Redacción y Oratoria Forense, el cuerpo directivo del paralelo 1V1, a la
cabeza de la Presidenta Susana Adrián Chungara, me permito hacer esta pequeña exposición
acerca de un tema muy poco abordado en nuestro contexto, hablo así de la RESILIENCIA, una
capacidad cognitiva y de actitud que es inherente a todo ser humano.
¡Yo no puedo!; ¡Nunca lo logré!; ¡Tengo miedo de fracasar!; ¡Otro día lo hare!; ¡No tengo la
capacidad suficiente!
Están relacionadas sin duda con el pesimismo, pero ¿de dónde surgen estos pensamientos
negativos?; ¿Que hacer frente a estas creencias?, Quizás esta sea la pregunta del millón.
La vida incluye adversidades y con seguridad vivimos situaciones que pueden llevarnos a nuestro
límite, poner a prueba nuestra fuerza y hacer que dudemos; empero, si realmente tenemos la
capacidad y voluntad suficientes como para no dejarnos vencer, seguiremos adelante. En los
momentos conflictivos, es donde necesitamos la resiliencia; como aquella capacidad para
adaptarnos, aprender y salir fortalecidos de las situaciones difíciles.
Ser resiliente no significa no sentir malestar, dolor emocional o dificultad ante las adversidades; la
muerte de un ser querido, una enfermedad grave, la pérdida del trabajo, problemas financiero
serios, etc., son sucesos que tienen un gran impacto en las personas, produciendo una sensación
de inseguridad, incertidumbre y dolor emocional. Aun así, las personas logran, por lo general,
sobreponerse a esos sucesos y adaptarse bien a lo largo del tiempo.
El camino que lleva a la resiliencia no es un camino fácil, sino que implica un considerable estrés y
malestar emocional, a pesar del cual las personas sacan la fuerza que les permite seguir con sus
vidas frente a la adversidad. Pero, ¿cómo lo hacen?
Es un tanto complejo el hecho de definir la cognición de todo ser humano, empero, frente a
circunstancias conflictivas, “Las personas no se alteran por los hechos, sino por lo que
piensan acerca de los hechos".
Sobre este criterio filosófico que le corresponde a Epicteto, surgen muchas teorías a fin de
comprender la dinámica de la negatividad de las personas, una de estas teorías, es la TREC
(Terapia Racional Emotiva Conductual), o conocido también como el modelo del ABC; según esta
noción teórica, como aporte científico, la reacción o respuesta a la frustración de nuestros
objetivos, está determinada por nuestros pensamientos.
El modelo ABC que es un formato sencillo, nos permite comprender la dinámica y operación de
los pensamientos que causan respuestas emocionales y, como consecuencia de estás, sus
respuestas conductuales. Este modelo aduce que:
A. Es el hecho, el acontecimiento activador.
Según este modelo ABC la situación A no causa la reacción emocional C. Es B (creencia) lo que
causa C. Esta corriente afirma que lo que causa la alteración o dificultad emocional no es lo que
sucede en el punto A, sino que las personas crean una estructura de creencias en el punto B y
refuerzan estas creencias de forma negativa y hasta perjudicial, lo cual se manifiesta en las
reacciones conductuales o emocionales, vale decir en el punto C. Sobre todo esto, deviene un
dicho del contexto popular que dice: “El tamaño de la persona es más importante que el
tamaño del problema”, y sobre esto, en términos porcentuales, el problema puede resultar ser
un 05%, pero nuestra reacción hacia el problema, puede estar representada en un 95%.
La resiliencia no es algo que una persona tenga o no tenga, sino que implica una serie de
conductas y formas de pensar que cualquier persona puede aprender y desarrollar. Este
concepto, implica reestructurar nuestros recursos psicológicos en función de las nuevas
circunstancias y de nuestras necesidades. De esta manera, las personas resilientes no solo son
capaces de sobreponerse a las adversidades que les ha tocado vivir, sino que van un paso más
allá y utilizan esas situaciones para crecer y desarrollar al máximo su potencial.
Para las personas resilientes no existe una vida dura, ni momentos difíciles, pues no se trata de
un modelo de vida, sino de una manera diferente y más optimista de ver el mundo, ya que son
conscientes de que después de la tormenta llega la calma. De hecho, estas personas a menudo
sorprenden por su buen humor y nos hacen preguntar ¿cómo es posible que, después de todo lo
que han pasado, puedan afrontar la vida con una sonrisa en los labios?.
Con todo ello, estas son las características de las personas resilientes:
Son capaces de identificar de manera precisa las causas de los problemas para impedir
que vuelvan a repetirse en el futuro.
Son capaces de controlar sus emociones, sobre todo ante la adversidad y pueden
permanecer centrados en situaciones de crisis.
Saben controlar sus impulsos y su conducta en situaciones de alta presión.
Tienen un optimismo realista, es decir, piensan que las cosas pueden ir bien.
Tienen una visión positiva del futuro y piensan que pueden controlar el curso de sus vidas,
pero sin dejarse llevar por la irrealidad o las fantasías.
Se consideran competentes y confían en sus propias capacidades.
Son empáticos, es decir, tienen una buena capacidad para leer las emociones de los
demás y conectar con ellas.
Son capaces de buscar nuevas oportunidades, retos y relaciones para lograr más éxito y
satisfacción en sus vidas.
TERMINACION (Resumen)
En resumen podemos decir, que la resiliencia hace referencia a la capacidad que tiene el ser
humano para hacer frente a las adversidades de la vida, la manera de cómo superar y
sobreponerse al dolor emocional de los acontecimientos desestabilizadores o traumas a los que la
vida nos expone. Este afrontamiento supone una transformación de las situaciones difíciles a algo
más adaptativo e incluso positivo. Por ello, un sujeto con buena resiliencia, se expondrá a este
tipo de acontecimientos graves de una forma más sana, siendo capaz de sobreponerse y de
adaptarse al suceso expuesto, saliendo de éste fortalecido y en ocasiones transformado.
DESPIDO (Mensaje)
Para finalizar, creo que es factible entender que el potenciar nuestros recursos personales y
sociales nos ayudará a afrontar situaciones conflictivas, traumáticas o negativas. De esta manera,
conseguiremos enfrentar mejor a las diferentes dificultades que se presentan en la vida. Es
importante destacar que todos poseemos esta capacidad, pero solo depende de nosotros su
entrenamiento y desarrollo.
Este recurso personal nos permitirá desbloquearnos de lo negativo, abrir puertas nuevas y
descubrir nuevas salidas ante los conflictos.
Protegernos y resurgir al igual que forjar nuestros comportamientos positivos, a pesar de las
circunstancias y situaciones difíciles, es la grandísima ventaja de ser una persona resiliente.