Etica y Moral
Etica y Moral
Etica y Moral
TUTOR:
Ing. Mirna Elizabeth Gálvez Garcia
ALUMNO:
Jaime Ernesto Reyes Zelayandia
CARNET:
RZ201601
TEMA:
ETICA Y MORAL
ETICA
Nayib Bukele
David Reyes
El diputado de ARENA, David Reyes, fue multado por el TEG por prestar a su hermana, Diana
Carolina Reyes , el vehículo que la Asamblea Legislativa para que viajara en vacaciones hacia
Nicaragua.
Luego de que se difundieran en redes sociales unas imágenes Carolina Reyes haciendo uso del
carro, el legislador aseguró que la noticia era falsa.
En agosto del 2016, el diputado tricolor aceptó que su hermana sí utilizó el carro para beneficios
particulares.
“Mi hermana en efecto sí estuvo en la frontera ese día. Pero en ningún momento fue detenida ni
el vehículo fue confiscado. Fue un error no aclarar todos los detalles. desde un principio, lo
acepto”, detalló.
Reyes fue multado por veinte salarios mínimos mensuales urbanos para el sector comercio
($6,000), luego de que se determinara que violó ético regulado en el artículo 5, inciso A, de la ley
de Ética Gubernamental.
Luis Martínez
El julio del 2016, el Tribunal multó al exfiscal Luis Martínez con la cifra de $8,964 por haber
favorecido durante su gestión al empresario Enrique Rais.
La denuncia, interpuesta en el 2015 por Claudia Herrera, esposa de Mario Calderón, exempleado
de la empresa Manejo Integral de Desechos Sólidos (MIDES), relacionada a Enrique Rais, decía
que Martínez hacía uso de los aviones del ahora prófugo de la justicia.
El exfuncionario ahora está en prisión por vínculos con una red de corrupción y fraguar decisiones
judiciales arbitrarias.
MORAL
Sobre este caso, el director de El Faro dice que muestra cómo «el servicio público es un gran
negocio privado».
Roberto Burgos, de Funde/Transparencia Internacional, opina que aquí queda en duda como
Sigfrido Reyes, haciendo uso de su «derecho al progreso personal» (como lo dijo el diputado en
un programa de radio), «pudo invertir casi medio millón de dólares… a un precio ventajoso, cuyo
conocimiento está vedado para el resto de salvadoreños, ya que si se analiza el Índice de
Información Reservada (del IPSFA), todos los planes de negocios de cualquier unidad de ese
instituto estarán disponibles hasta marzo de 2019».
El editor Judicial apunta: «¿contratas como tu asesor –pagado con fondos públicos– a uno de tus
socios, con el que has comprado unos terrenos –abajo del precio– valiéndote de información
reservada, y te parece extraño que la opinión pública lo cuestione? Cínico, cuando menos. Y
segundo: seguramente el empleo anterior de Reyes fue presidente de una trasnacional porque
los ahorritos que puede uno obtener por seis o nueve años de diputado definitivamente no
alcanzan para juntar más de 400,000 dólares. Algo no cuadra acá».
El 26 de noviembre de 2014 publicamos en Factum esta historia sobre los favores que el Fiscal
General Luis Martínez recibe de Enrique Rais, un cuestionado empresario que ha estado en
medio de escándalos financieros desde finales de los 90, y al que la oficina presidida por Martínez
investigaba por administración fraudulenta y estafa. La entrada de nuestra nota dice así:
«La Fiscalía General de la Repúblia es, según la Constitución, la encargada de defender los
intereses del Estado y de perseguir delitos y a sospechosos de cometer delitos. El jefe de esa
oficina es el fiscal general, Luis Antonio Martínez. En esa oficina hay, abierto, un expediente por
un pleito entre un empresario salvadoreño, Enrique Rais, y un grupo de canadienses de las
empresas Cintec Internacional Inc. y Cindesol Inc. Las partes se acusan mutuamente de
administración fraudulenta y estafa relacionada al consorcio mixto Manejo Integral de Desechos
Sólidos de El Salvador (MIDES). En juego hay, centavos más centavos menos, 25 millones de
dólares. El fiscal general Martínez, según documentos obtenidos por Factum, suele hacer viajes
oficiales en aviones que pertenecen a una de las partes, al señor Enrique Rais. Hasta ahora, el
discurso oficial de la Fiscalía es que la contraparte de Rais, los canadienses, no ha presentado
pruebas suficientes en contra del empresario en cuyos aviones viaja el fiscal general.
Roberto Burgos, de FUNDE/Transparencia Internacional, cree que este caso tiene serias
implicaciones para el ciclo de impunidad en El Salvador. “En cuanto al costo de impunidad, el
presente caso es uno de los mayores en el año, ya que el Fiscal Martínez tiene relación y
competencia con el resto de casos propuestos en esta lista», dice.
César Castro Fagoaga, de LPG, consideró: «Martínez no solo interpretó a su antojo la Ley de
Acceso a la Información Pública –que claramente establece que la información sobre viajes DEBE
ser pública–, si no que además no le pareció extraño que una persona que ha sido procesada
por la Fiscalía –la institución que él mismo dirige (por si se le ha olvidado)– le preste sus aviones
y le pague sus viajes. Que la persona procesada (Enrique Rais) haya sido liberada de todo cargo
por petición expresa de la misma Fiscalía es más preocupante aún. Pero al fiscal, este conflicto
de intereses, le parece banal».
José Luis Sanz, de El Faro, dice: «El cinismo de uno de los funcionarios más poderosos del país,
al calificar de banal el asunto pero decretar reserva sobre la información relacionada con sus
viajes, no solo indigna: da miedo. El Fiscal parece creer que está por encima del bien y del mal».
El otro tema es la inoperancia del fiscal. Martínez se llenó la boca diciendo que llegaría hasta las
últimas consecuencias, pero, a la fecha, no ha pasado nada. La Fiscalía ni siquiera ha movido
otras investigaciones de tráfico que involucran a viejos registradores militares de armas y en los
cuales cuenta con criteriados –implicados en los hechos a los que ha ofrecido beneficios penales
a cambio de datos–. El tráfico de armas desde la Fuerza Armada es tan grave que ya en 2009 el
gobierno de Estados Unidos intercambió notas diplomáticas con su homólogo salvadoreño para
pedir que investigara el paradero de granadas de fabricación estadounidense, propiedad de la
FAES, que agentes de la DEA encontraron en manos de grupos de narcos en Durango, México.
De nuevo: impunidad en despachos de altos oficiales –ministros, directores de la PNC…– e
inoperancia de la Fiscalía General.
Dice Burgos, de FUNDE/Transparencia Internacional: «Al parecer esta práctica (la de robar
material de guerra) no ha logrado ser erradicada de las filas castrenses, sumándose a la
corrupción de los señalados, la matonería política del Gral. Munguía Payés, el único ministro de
Defensa de la posguerra que ante cualquier señalamiento responde con una conferencia de
prensa en la que pareciera que va a declarar la guerra, con uniforme de combate y
acompañamiento de la plana mayor de la Fuerza Armada».
Sanz cree que es solo el principio. «Temo que se trate de la punta de un enorme iceberg. Y que
en el esfuerzo por descubrirlo confirmaremos que la Fuerza Armada aún no está sometida al
poder civil como se ha repetido por más de 20 años».
Y Fagoaga coincide con el director de El Faro: «el tráfico de armas desde la Fuerza Armada ha
sido sistemático y constante. Lo que hemos visto este año es solo la cola que asoma de la
alcantarilla»