Leyenda Del Diluvio
Leyenda Del Diluvio
Leyenda Del Diluvio
Así, con cada una de las manos tomó a sus hijos de los
cabellos y los dejó caer desde lo más alto del cielo sobre las
cordilleras rocosas. Los cuerpos gigantescos se hundieron en
la piedra formando dos inmensos agujeros. La madre Cuyen
no soportó la angustia de observar esa pelea y se puso a llorar
lágrimas enormes que - poco a poco - comenzaron a inundar
los profundos hoyos que en la caída habían hecho sus dos
hijos. Así se formaron los lagos vecinos: el Lácar y el Lolog
(hoy en Argentina). (ARIAL 16, COLOR VERDE)
"Quiero que hagas subir las aguas del lago, a ver si un buen
susto hace que los hombres cambien su conducta."
La conversación fue escuchada por la atenta Trentren, quien
enseguida lanzó su silbido de alerta para convocar a todos los
mapuches al cerro donde vivía ella. El pueblo, lleno de miedo,
comenzó la subida. Los animales también iban. Pero el agua
los perseguía tan deprisa, que muchos murieron ahogados.
Los mapuches que caían al agua se convertían en peces o en
rocas. ( ARIAL 20, COLOR VERDE)
La serpiente buena gritaba: "Trentren, trentren". Y la montaña
subía. La serpiente mala decía: "Caicai, caicai". Y el agua
aumentaba más y más.
Un día Caicai quiso ir a buscar a los mapuches a las cuevas de
los cerros para terminar con su terrible misión. Trentren la
interceptó y con su cola la hizo caer por la ladera de la
montaña. En su caída, entre las piedras filosas, Caicai murió.
Al poco tiempo, las aguas pararon de crecer.
Nadie sabe cuánto tiempo duró la batalla. Sólo se sabe que
todos murieron . Todos menos un niño y una niña que
sobrevivieron en el abismo profundo de una grieta. Únicos
seres humanos de la tierra que crecieron sin padre ni madre,
desabrigados de palabras y amamantados por una zorra y una
puma. De ese niño y esa niña descienden todos los mapuches.