Carlos Lodoli
Carlos Lodoli
Carlos Lodoli
Asistió "el convento de s. Francesco della Vigna, para ser transportados a su casa a eso
"Mal visto por su madrastra y pesando siete hermanas, viejo como él era el padre y los hermanos
bien tomando el servicio militar, se fue por desesperación para convertirse en un monje"
(Memmo, 1786). En 1706 pasó a la clandestinidad (el padre no aprobaba su elección) en Kotor,
donde entró en el convento de los franciscanos observantes. En 1707 él tomó sus votos, la
elección, de acuerdo Memmo en aras de la simplicidad, el nombre de Carlos. Pero Carlo era
también el nombre de su abuelo: es curioso que el L. reafirmar sus lazos con su familia, cuando
decidieron salir del siglo. Un Kotor fue enseñado por P. A. Muazzo, que enseñaba matemáticas, la
filosofía y el griego '"ilirio", mientras que el francés aprendió de un oficial. Cuando, hacia 1710,
Muazzo dejó el convento, la L. mismo había transferido a Roma en el Ara Coeli, donde se convirtió
en el niño mimado de un padre portugués influyentes, Giuseppe Maria de Evora.
En Roma, donde vivió durante tres años, comenzó a "su gran locura por las bellas artes, y
en particular a la fuerza de la arquitectura para admirar los restos orgullosos" (Memmo, 1786). L.
pasó los próximos tres años en el convento de San Biagio di Forlì, donde estudió filosofía y teología
de la escuela. En 1715 fue enviado a Verona en el convento de San Bernardino, donde enseñó
teología durante cinco años. No su "manera inusual de discutir" more geométrico (Calogera) atrajo
la atención de S. Maffei, quien años más tarde se atribuyó el mérito por haber "libros
administradoras humanizados de la literatura, antigüedades erudito, oradores y poetas , diarios y
revistas literarias "(Memmo, 1786).
Protección de Maffei (quien lo recomendó a A. Vallisneri como "uno de los" grandes
talentos ch'aveva conocido , el gran filósofo , un gran matemático y que también actuaría a las
letras hermosas " y trabajó para conseguir que una cátedra en Turín y Padua ) y la fama adquirida
por la enseñanza de la ciencia a la noble Veronese llevó a los reformadores en 1720 la Universidad
de Padua para creer la L. , mientras tanto regresó a Venecia en el convento de San Francisco ,
donde vivió hasta la víspera de su muerte, adecuado para celebrar una presidente del canotaje en
Venecia , entonces la hipótesis llegó a caer por razones financieras.
Lodoli considera la arquitectura como la razón, no posee obras vigentes, ya que nunca
escribió nada, aparecen escrito sobre el gracias a sus discípulos Algarotti y Memmo que
escribieron acerca de él. Define la racionalidad en dos tipos: la racionalidad constructiva y la
representativa, en la primera expresa que los materiales utilizados en el planeamiento
arquitectónico deberán actuar según su funcionamiento y su estructura. La racionalidad
representativa expresa que la arquitectura siempre deberá de tener una función al momento de
crearla, esta función se debe de orienta la estructura de la producción arquitectónica. Carlo critica
la arquitectura clásica por su falta de funcionalidad.
Aunque nunca publicó nada, ejerció una notable influencia teórica en la arquitectura de la
segunda mitad del siglo XVIII. Este extraño personaje franciscano y filósofo, frecuentaba las
tertulias y salones de la aristocracia veneciana y él mismo había empezado a formar un curioso
museo en el que figuraban muchos objetos medievales y pinturas de los primitivos, hecho
bastante extraño en esas fechas, pero su aportación más importante fue la teorización de un
racionalismo funcionalista como principio conceptual de la arquitectura. Un principio que fue
resumido por sus discípulos, entre los que se encontraban F. Algarotti y A. Memmo, que fueron
quienes en realidad divulgaron sus ideas por Europa, en los siguientes términos: "Debemos unir
construcción y razón, función y representación”.
Cuenta Memmo que Lodoli criticó el tono conservador, atento a la autoridad de la tradición, de
una obra del arquitecto Giorgio Massari, la iglesia veneciana de Santa María del Rosario (1734).
Massari le reprochó sus comentarios, señalando que como no era un profesional de la
arquitectura no podría nunca entrar en "el espíritu de la arquitectura", ni comprender que para
conseguir una reputación un arquitecto no podía atenerse al rigorismo de la ciencia, sino imitar los
mejores modelos, ya que de otro modo, los comitentes de las obras hubieran elegido cualquier
proyecto basado en las reglas de Palladio oVignola. Y se trata de un problema fundamental de la
cultura artística y arquitectónica del siglo XVIII, basta recordar la polémica contemporánea entre
arquitectos e ingenieros militares. Estos últimos consideraban a los arquitectos y a la arquitectura
como depositarios de una disciplina sometida a la autoridad de la tradición, en la que no era
concebible el progreso histórico, pendiente de reglas y normas cuya única razón residía en la
capacidad representativa y figurativa de los lenguajes, mientras que los ingenieros consideraban
que su disciplina, su idea de la arquitectura y de la construcción sí era una disciplina que
progresaba con la ciencia y con la historia, pendientes no sólo de las fortificaciones, sino de los
caminos, de los canales, de los puertos, de las obras de infraestructura, de la ordenación del
territorio o del trazado de las ciudades (como, por ejemplo, en la reconstrucción de Lisboa
después del terremoto de 1755), no entendidas en el sentido naturalista de Laugier o del
pintoresquismo, sino como objetos funcionales. La primera formulación de estas teorías es el
objeto del tratado del ingeniero francés Bernard Forest de Bélidor, "La Science des ingenieurs",
publicado, en París, en 1729.Sin embargo, la polémica entre Lodoli y Massari pone en evidencia,
espléndidamente, las contradicciones de la cultura artística del siglo XVIII, incluso en un centro de
difusión internacional de las más importantes novedades figurativas y teóricas como la Roma de
los años centrales del siglo XVIII.
Bibliografia
http://www.artehistoria.com
http://www.arqhys.com