Principios Básicos para Una Supervisión Bancaria Eficaz y Metodología de Evaluación
Principios Básicos para Una Supervisión Bancaria Eficaz y Metodología de Evaluación
Principios Básicos para Una Supervisión Bancaria Eficaz y Metodología de Evaluación
Bancaria de Basilea
Septiembre de 2012
Esta publicación puede consultarse en la web del BPI (www.bis.org).
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traducción de breves extractos, siempre que se indique su procedencia.
Resumen
1. Los Principios Básicos para una supervisión bancaria eficaz (Principios Básicos)
son las normas mínimas de facto para la correcta regulación y supervisión prudencial de
bancos y sistemas bancarios. Desde su publicación en 1997 por el Comité de Supervisión
Bancaria de Basilea (el Comité 1), los Principios Básicos sirven a los países como referencia
para evaluar la calidad de sus sistemas supervisores e identificar las medidas necesarias
para alcanzar niveles de calidad equiparables en las prácticas supervisoras. Los Principios
Básicos también los utilizan el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial en
su Programa de Evaluación del Sector Financiero (PESF) para comprobar la eficacia de los
sistemas y prácticas de supervisión bancaria en los distintos países.
2. El Comité revisó por última vez los Principios Básicos en octubre de 2006 en
colaboración con supervisores de todo el mundo. En su informe de octubre de 2010 titulado
La respuesta del Comité de Basilea a la crisis financiera: informe al G-20, el Comité anunció
sus planes para revisar los Principios Básicos en el marco de su labor continua para reforzar
las prácticas de supervisión bancaria mundiales.
1
El Comité de Supervisión Bancaria de Basilea está integrado por altos representantes de autoridades de
supervisión bancaria y bancos centrales de Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Bélgica, Brasil,
Canadá, China, Corea, España, Estados Unidos, Francia, Hong Kong RAE, India, Indonesia, Italia, Japón,
Luxemburgo, México, los Países Bajos, el Reino Unido, Rusia, Singapur, Sudáfrica, Suecia, Suiza y Turquía.
2
El Core Principles Group está compuesto por miembros del Comité y del Basel Consultative Group, que
integra a representantes tanto del Comité como de países que no pertenecen a él y grupos regionales de
supervisores bancarios, además del FMI, el Banco Mundial y el Islamic Financial Services Board.
3
Véanse por ejemplo el informe de 2010 del Consejo de Estabilidad Financiera Intensity and Effectiveness of
SIFI Supervision; el informe de enero de 2010 del Foro Conjunto Review of the Differentiated Nature and
Scope of Financial Regulation – Key Issues and Recommendations; y el informe de octubre de 2009 del
Senior Supervisors Group Risk Management Lessons from the Global Banking Crisis of 2008.
4
La Metodología de los Principios Básicos fue elaborada en 1999 y revisada en 2006, a fin de proporcionar
mayor detalle y orientación sobre los criterios de evaluación y sobre la evaluación del cumplimiento de los
Principios Básicos.
10. Los Principios Básicos revisados seguirán ofreciendo un estándar integral sobre el
que sentar las bases de la regulación, supervisión, buen gobierno y gestión de riesgos del
sector bancario. Ante la importancia de implementar las normas con consistencia y
efectividad, el Comité insta a las autoridades nacionales a aplicar los Principios Básicos en
colaboración con otros órganos de supervisión y partes interesadas.
12. Los Principios Básicos revisados refuerzan los requisitos y los métodos de
supervisión y las expectativas de los supervisores sobre los bancos. Esto se logra
centrándose más en una supervisión eficaz basada en el riesgo, así como en la necesidad
de una intervención temprana y de actuaciones de supervisión oportunas. Los supervisores
deberán evaluar el perfil de riesgo de los bancos atendiendo a los riesgos soportados, a la
eficacia de su gestión del riesgo y a los riesgos que entrañan para el sistema bancario y
financiero en general. Este proceso basado en el riesgo aplica los recursos de supervisión
donde resultan más eficaces, centrándose tanto en los resultados como en los procesos, y
yendo más allá de la evaluación pasiva del cumplimiento de la normativa.
13. Los Principios Básicos establecen las facultades que los supervisores deberían
tener en materia de seguridad y solvencia bancaria. Es igualmente importante que los
supervisores ejerciten dichas facultades tras identificarse carencias o deficiencias. Adoptar
un enfoque prospectivo en supervisión, con una intervención temprana, puede evitar que
una debilidad detectada llegue a amenazar la seguridad y solvencia. Esto se aplica en
especial a aspectos muy complejos y propios de los bancos (como el riesgo de liquidez)
donde, para su eficacia, las medidas de supervisión deben adaptarse a las circunstancias de
cada banco.
14. En su esfuerzo por fortalecer, reforzar y reorientar los Principios Básicos, el Comité
ha continuado teniendo muy presente su uso y finalidad última. La intención del Comité es
velar por la vigencia de estos Principios como una referencia para las prácticas de
supervisión que aguante el paso del tiempo y cambios en el entorno. Así pues, esta revisión
de los Principios Básicos se basa en las versiones previas al objeto de garantizar la
continuidad y coherencia en la medida de lo posible.
5
En particular, se han incorporado elementos de las normas internacionales de capital mejoradas y de las
nuevas normas internacionales de liquidez, ambas diseñadas para promover una mayor resistencia del sector
bancario.
17. Para lograr su propósito, los Principios Básicos deben poder aplicarse en muy
diversas jurisdicciones, cuyos sectores bancarios sin duda incluirán un amplio espectro de
entidades (desde grandes bancos con actividad internacional a pequeñas entidades de
depósito sin complejidad alguna). Los sistemas bancarios pueden también ofrecer una
amplia gama de productos o servicios, y los Principios Básicos responden al objetivo general
de atender a las diferentes necesidades financieras. Para abarcar tan amplio alcance se
adopta un enfoque proporcionado, tanto en términos de expectativas sobre el desempeño
de las funciones de los propios supervisores, como sobre las normas que los supervisores
imponen a los bancos. En consecuencia, los Principios Básicos reconocen que los
supervisores suelen aplicar un enfoque basado en el riesgo que dedica más tiempo y
recursos a los bancos mayores, más complejos o con mayor riesgo. En el contexto de las
normas impuestas por los supervisores a los bancos, el concepto de proporcionalidad se
refleja en aquellos Principios centrados en la evaluación supervisora de la gestión bancaria
del riesgo, con expectativas de supervisión en consonancia con el perfil de riesgo 7 y la
importancia sistémica del banco 8.
18. Las sucesivas revisiones de las actuales normas y orientaciones del Comité
buscarán fortalecer el régimen de regulación. Se insta a los supervisores a que adopten las
normas de supervisión internacional nuevas y actualizadas en cuanto se publiquen.
6
Al supervisor bancario podrían, por ejemplo, encomendarse en algunas jurisdicciones competencias como
las siguientes: (i) la protección de los depositantes; (ii) la estabilidad financiera; (iii) la defensa de los
consumidores; o (iv) la inclusión financiera.
7
Por «perfil de riesgo» se entiende aquí la naturaleza y magnitud de las exposiciones al riesgo de un banco.
8
En este documento, la «importancia sistémica» la determinan el tamaño, la interconexión, la sustituibilidad, la
actividad global o interjurisdiccional (de haberla) y la complejidad del banco, conforme a lo establecido en el
documento del BCBS Bancos de importancia sistémica mundial: metodología de evaluación y requerimiento
de absorción de pérdidas adicional, de noviembre de 2011.
21. Esta perspectiva más amplia del sistema financiero es consustancial a muchos de
los Principios Básicos. Por esta razón, el Comité no ha incluido un Principio Básico
específico sobre cuestiones macroprudenciales.
22. Al supervisar un banco que esté integrado en un grupo empresarial es esencial que
los supervisores consideren dicho banco y su perfil de riesgo desde múltiples puntos de
vista: como entidad individual (pero combinando los enfoques micro y macro antes
mencionados); en base consolidada (conjuntamente con las otras entidades del «grupo
bancario 9») y como grupo integrado (teniendo en cuenta los posibles riesgos que plantean
para el banco otras entidades del grupo no incluidas en el grupo bancario). Las entidades
del grupo (incluidas o no en el grupo bancario) pueden aportar fortaleza, pero también ser
un factor de debilidad que afecte adversamente a la situación financiera, la reputación o la
seguridad y solvencia general de un banco. Los Principios Básicos incluyen uno específico
sobre supervisión consolidada de grupos bancarios, pero también reconocen la importancia
de las sociedades matrices y otras entidades no bancarias del grupo, a la hora de realizar
cualquier valoración de los riesgos que soporta un banco o grupo bancario. Este «perímetro
de riesgo» de supervisión no se circunscribe al propio de la consolidación contable. En el
desempeño de sus funciones, los supervisores deben valorar un amplio cuadro de riesgos,
ya procedan éstos de un banco en particular, de sus entidades asociadas o del entorno
macrofinanciero imperante.
23. Los supervisores también deben permanecer alerta ante la evolución, o el aumento,
de actividades financieras al margen del sector bancario regulado (el desarrollo de
estructuras de «banca paralela») y ante los eventuales riesgos que podrían entrañar.
Cualesquiera datos o información sobre el particular deberían también compartirse con otras
autoridades competentes en materia de estabilidad financiera.
9
En este documento, el «grupo bancario» incluye la sociedad de cartera, el banco y sus sucursales y las
filiales, asociadas y empresas conjuntas, sean nacionales o extranjeras. Los riesgos de otras entidades del
grupo, por ejemplo las no bancarias (incluidas empresas no financieras), también pueden ser relevantes. Este
enfoque de supervisión del grupo en su conjunto va más allá de la consolidación contable.
25. Tales medidas se clasificarían en dos tipos: (i) medidas cuya adopción corresponde
a los supervisores u otras autoridades (entre otras, desarrollar planes de resolución y
colaborar e intercambiar información con otras autoridades, tanto nacionales como
transfronterizas, para coordinar la reestructuración ordenada o la resolución de una entidad
en dificultades); y (ii) medidas que habrán de adoptar los bancos (lo que incluye elaborar
planes de financiación contingente y planes de recuperación), que los supervisores deberán
evaluar críticamente en el marco de su mandato de supervisión continua.
26. Algunos Principios Básicos recogen una referencia específica a mantener y evaluar
planes de contingencia a fin de reflejar y resaltar la importancia de las medidas de gestión,
recuperación y resolución de crisis bancarias. Asimismo se ha reforzado el Principio Básico
existente sobre relaciones entre países de origen y de acogida para instar a la colaboración
y coordinación entre supervisores de origen y de acogida en la gestión y resolución de crisis
en el caso de bancos transfronterizos.
28. Del mismo modo, la crisis ha servido para subrayar la importancia de la divulgación
de información y de la transparencia para mantener la confianza en los bancos, al permitir a
los participantes del mercado entender mejor su perfil de riesgo y reducir así las
incertidumbres sobre su fortaleza financiera. En reconocimiento de lo cual, se ha agregado
otro Principio Básico para proporcionar más orientación sobre las prácticas de supervisión
en esta área.
Estructura
29. Las versiones anteriores de los Principios Básicos iban acompañadas de una
metodología de evaluación independiente que establecía los criterios que se utilizarían para
calibrar su cumplimiento. En esta revisión, la metodología de evaluación se ha fusionado
con los Principios Básicos en un solo documento a fin de reflejar la interdependencia
esencial de los Principios Básicos y los Criterios de Evaluación, así como su uso conjunto.
Los Principios Básicos también se han reorganizado: los Principios 1 a 13 tratan de las
potestades, atribuciones y funciones de supervisión, y los Principios 14 a 29 cubren las
expectativas de supervisión bancaria, haciendo hincapié en la importancia del buen
corporativo y la gestión del riesgo, así como en el cumplimiento de las normas de
Evaluación
30. Los Principios Básicos establecen un nivel de buenas prácticas de supervisión que
puede servir de referencia a los supervisores para contrastar la calidad de sus sistemas de
supervisión. También lo utilizan el FMI y el Banco Mundial, en el contexto del Programa de
Evaluación del Sector Financiero (PESF), para evaluar la eficacia de los sistemas y
prácticas de supervisión bancaria nacionales.
31. Esta revisión de los Principios Básicos mantiene la práctica anterior de incluir en la
metodología de evaluación tanto criterios esenciales como criterios adicionales. Los criterios
esenciales establecen requisitos mínimos de referencia para buenas prácticas de
supervisión y son de aplicación universal a todos los países. La evaluación de un país
mediante los criterios esenciales ha de reconocer, sin embargo, que sus prácticas de
supervisión deben estar en consonancia con el perfil de riesgo y la importancia sistémica de
los bancos supervisados. En otras palabras, la evaluación debe considerar el contexto en
que se aplican las prácticas de supervisión. El concepto de proporcionalidad sustenta todos
los criterios de evaluación, aun cuando no siempre se haga referencia directa al mismo.
32. Las prácticas de supervisión bancaria eficaz no son estáticas: evolucionan con el
tiempo conforme se aprende de la experiencia y el negocio bancario va desarrollándose y
ampliándose. Los supervisores suelen urgir a los bancos a adoptar las «mejores prácticas»
y ellos mismos deberían practicar lo que predican, en el sentido de procurar progresar
continuamente hacia estándares de supervisión superiores. Para reforzar esta aspiración,
los criterios adicionales de los Principios Básicos establecen prácticas de supervisión que
superan las expectativas de referencia actuales, pero que contribuirán a la robustez de los
distintos marcos de supervisión. Puesto que las prácticas de supervisión evolucionan, con el
cambio de expectativas sobre las normas de referencia es de esperar que con cada revisión
de los Principios Básicos algunos criterios adicionales se recalifiquen como esenciales. De
esta forma, el uso de ambos criterios, esenciales y adicionales, contribuirá a que los
Principios Básicos mantengan su pertinencia a lo largo del tiempo.
33. En el pasado, los países obtenían una calificación únicamente basada en los
criterios esenciales, si bien podían someterse voluntariamente a evaluación también en
función de los criterios adicionales y beneficiarse del comentario de los evaluadores sobre el
modo de mejorar las prácticas de supervisión. En el futuro, los países en proceso de
evaluación por el FMI o el Banco Mundial podrán elegir ser calificados en función de los
criterios esenciales y adicionales. Esto previsiblemente proporcionará incentivos a las
jurisdicciones, en especial a las que son importantes centros financieros, para estar a la
vanguardia en la adopción de las normas de supervisión más exigentes. Al igual que en el
caso de los criterios esenciales, en cualquier evaluación mediante los criterios adicionales
debería tener cabida el concepto de proporcionalidad, según se indicó antes.
34. Asimismo, es importante reconocer que ciertas tareas, como valorar correctamente
el entorno macroeconómico o detectar la formación de tendencias peligrosas, no se prestan
a una estructura rígida del tipo «Conforme / No conforme». Aunque sea difícil evaluar estas
tareas, los supervisores deben hacer evaluaciones lo más precisas posible con los datos de
que dispongan y adoptar medidas razonables para afrontar y mitigar dichos riesgos.
35. Si bien publicar las evaluaciones de las jurisdicciones hace posible la transparencia,
la evaluación de una jurisdicción no será directamente comparable a la de otra. En primer
lugar, las evaluaciones habrán de reflejar proporcionalidad. Así, una jurisdicción en la que
36. Desde una perspectiva más amplia, la supervisión bancaria eficaz depende de una
serie de elementos externos, o condiciones previas, que podrían quedar fuera de la potestad
jurisdiccional directa de los supervisores. Así, en materia de calificación, la evaluación de las
condiciones previas seguirá siendo cualitativa y distinta de la evaluación (y calificación) de la
conformidad con los Principios Básicos.
Coherencia y aplicación
38. El sector bancario es solo una parte, aunque importante, del sistema financiero. Al
acometer esta revisión de sus Principios Básicos, el Comité ha tratado de mantener en lo
posible la coherencia con las correspondientes normativas sobre valores y seguros (que han
sido objeto a su vez de reciente revisión), así como con las de transparencia y lucha contra
el blanqueo de capitales. Con todo, persistirán inevitablemente diferencias, ya que las áreas
principales de riesgo y las prioridades de supervisión difieren entre sectores. Al aplicar los
Principios Básicos, los supervisores deberían tener en cuenta la importancia del sector
bancario a la hora de apoyar y facilitar las actividades productivas de la economía real.
10
Para la definición de las calificaciones, véase el párrafo 61.
11
Los Principios Básicos se entienden como un marco voluntario de normas mínimas sobre mejores prácticas
de supervisión; las autoridades nacionales son libres de aplicar las medidas adicionales que estimen
necesarias para una correcta supervisión en sus jurisdicciones.
42. Los Principios Básicos no se decantan por ningún método concreto de supervisión,
siempre y cuando se alcancen los objetivos primordiales. Tampoco se han diseñado para
cubrir todas y cada una de las necesidades y circunstancias de cada sistema bancario, sino
que serán las evaluaciones y el diálogo entre los evaluadores y las autoridades nacionales
los que tengan en cuenta las circunstancias específicas del país en cuestión.
43. Las autoridades nacionales deben aplicar los Principios Básicos al supervisar
cualquier organización bancaria de su jurisdicción 12 . Los países a título individual, en
12
Algunos países autorizan a instituciones no bancarias a prestar servicios de depósito y préstamo similares a
los de los bancos, por lo que a éstas también se les aplicarían muchos de estos Principios. No obstante, se
reconoce que ciertas categorías dentro de este tipo de instituciones pueden regularse de forma diferente a los
44. Si bien es cierto que un alto grado de cumplimiento de los Principios Básicos
debería fomentar la estabilidad del sistema financiero en general, no puede garantizarse que
así sea ni que vaya a evitar la quiebra de algunos bancos. La supervisión bancaria no puede
ni debe servir de seguro contra la quiebra de bancos, pues en una economía de mercado,
las quiebras forman parte integral de la asunción de riesgos.
45. El Comité está preparado para promover medidas a escala nacional con objeto de
aplicar los Principios Básicos en colaboración con otros órganos supervisores y partes
interesadas. El Comité invita a las instituciones financieras internacionales y a las agencias
de donantes a utilizarlos con el fin de ayudar a los países a fortalecer sus mecanismos de
supervisión. El Comité seguirá colaborando estrechamente con el FMI y el Banco Mundial
para vigilar la aplicación de las normas prudenciales del Comité, al tiempo que continúa
manteniendo el compromiso de mejorar su interacción con los supervisores de los países no
miembros.
bancos siempre que no mantengan, en conjunto, una parte significativa de los depósitos del sistema
financiero.
13
Ejemplos de dichas políticas serían la acumulación de grandes volúmenes de deuda pública, acceso limitado
a los mercados de capital debido a controles gubernamentales o crecientes desequilibrios, degradación de la
calidad de los activos a raíz de políticas monetarias laxas, así como préstamos dirigidos por el Gobierno o
requisitos de permisividad como respuesta de la política económica al deterioro de la coyuntura.
55. Aunque los miembros del Comité colaboran a título personal en misiones de
evaluación, éstas las realizan principalmente el FMI y el Banco Mundial. El Comité ha
decidido no realizar evaluaciones por sí mismo a fin de mantener la actual división de tareas
en su seno entre las funciones de redacción normativa y de evaluación internacional de
instituciones financieras. No obstante, el Comité, conjuntamente con el Instituto de
Estabilidad Financiera, está dispuesto a colaborar de otras maneras, por ejemplo
proporcionando capacitación.
Aplicación de la metodología
56. La metodología puede aplicarse en múltiples contextos: (i) autoevaluación realizada
por los propios supervisores bancarios 15; (ii) evaluaciones del FMI y el Banco Mundial sobre
la calidad de sistemas de supervisión, por ejemplo en el contexto del PESF; (iii) exámenes
realizados por terceros del sector privado, como empresas de consultoría, o (iv) revisiones
interpares, por ejemplo, en el seno de agrupaciones regionales de supervisores bancarios. A
la fecha del presente documento, ya se han realizado evaluaciones de cumplimiento en más
de 150 países y en otros están en fase de realización 16.
57. Sea cual sea el contexto, los siguientes factores son cruciales:
14
El objetivo de las evaluaciones no es, sin embargo, clasificar sistemas de supervisión. Véase al respecto el
párrafo 35.
15
El Comité ha emitido orientaciones para practicar autoevaluaciones: Conducting a supervisory
self-assessment – practical application, Basilea, abril de 2001.
16
Los informes periódicos del FMI y el Banco Mundial sobre lecciones aprendidas de las experiencias de
evaluación en el marco del PESF constituyen una fuente útil de información que ha servido de referencia para
mejorar los Principios.
(i) A menos que el país expresamente opte por otra opción, el cumplimiento de los
Principios Básicos se evaluará y calificará únicamente con referencia a los criterios
esenciales;
(ii) Un país puede optar voluntariamente por ser evaluado con los criterios adicionales,
a fin de identificar áreas en las que podría perfeccionar su regulación y supervisión
y beneficiarse del comentario de los evaluadores sobre cómo lograrlo. Sin embargo,
el cumplimiento de los Principios Básicos seguirá determinándose exclusivamente
con referencia a los criterios esenciales; o,
(iii) En el caso de países que buscan lograr aún mejores prácticas de supervisión, un
país podrá optar voluntariamente por ser evaluado y calificado, además de con los
criterios esenciales, también con arreglo a los criterios adicionales.
62. Además, un Principio será considerado «no aplicable» cuando, a juicio del
evaluador, no sea pertinente debido a características estructurales, legales o institucionales
de un país. En ocasiones algunos países han argumentado que, en el caso de ciertas
actividades bancarias incipientes o insignificantes, que no estaban siendo supervisadas, la
calificación debería haber sido «No procede», en lugar de «No conforme». Este particular
queda a la discreción del evaluador, aunque actividades relativamente insignificantes en el
momento de realizarse la evaluación pueden cobrar después importancia, en un desarrollo
que las autoridades deben valorar y para el que deben estar preparadas. El sistema de
supervisión debe permitir el seguimiento de tales actividades, aun cuando no se considere
inmediatamente necesario imponer su regulación o supervisión. «No procede» sería una
calificación adecuada si los supervisores tuvieran presente tal posibilidad y pudieran adoptar
17
Aunque las calificaciones de las autoevaluaciones pueden proporcionar información útil a las autoridades, no
son obligatorias dado que los evaluadores llegarán a sus propias conclusiones independientes.
18
A los efectos de calificación, las referencias en este párrafo a la expresión «criterios esenciales» incluyen
criterios adicionales en el caso de un país que se haya ofrecido a ser evaluado y calificado con arreglo a los
criterios adicionales.
64. La evaluación también debe incluir la opinión de los evaluadores sobre el modo en
que las deficiencias en los prerrequisitos para una supervisión bancaria eficaz, según se
señala en los párrafos 46 a 53, de hecho obstaculizan tal supervisión, y sobre la eficacia con
que las medidas de supervisión mitigarían esas deficiencias. Esta opinión deberá ser
cualitativa, en lugar de consistir en una calificación reglada. Las recomendaciones relativas
a condiciones previas no formarían parte del plan de actuación asociado a la evaluación de
los Principios Básicos, sino que deberían incluirse, por ejemplo, en otras recomendaciones
generales para fortalecer el entorno de supervisión del sector financiero.
65. Los Principios Básicos son un marco de normas mínimas que han de aplicar todos
los supervisores bancarios. Al aplicar algunas de ellas, los supervisores deberán tener en
cuenta el perfil de riesgo y la importancia sistémica de cada banco, en especial en el caso
de aquellos Principios Básicos en los que deben determinar la idoneidad de las políticas y
procesos de gestión de riesgo de los bancos.
67. En primer lugar, al realizar una evaluación, el evaluador debe tener libre acceso a
una serie de información y a partes interesadas. La información requerida puede incluir no
solo aquélla publicada, como las leyes, reglamentos y políticas pertinentes, sino también
otra más delicada, como autoevaluaciones, orientaciones operativas para los supervisores y,
en lo posible, evaluaciones supervisoras de los distintos bancos. Esta información deberá
facilitarse siempre y cuando no se infrinjan obligaciones legales de los supervisores de
mantener su confidencialidad. La experiencia de las evaluaciones revela que las exigencias
de guardar secreto a menudo pueden resolverse mediante acuerdos ad hoc entre evaluador
y autoridad evaluada. El evaluador tendrá que entrevistarse con una serie de particulares y
68. En segundo lugar, la evaluación del cumplimiento de cada Principio Básico requiere
examinar una cadena de requisitos relacionados que, dependiendo del Principio, pueden
comprender leyes, regulación prudencial, directrices de supervisión, exámenes in situ y
análisis a distancia, divulgación de información supervisora y pública, y pruebas de
ejecución o no ejecución. Además, la evaluación debe asegurarse de que los requisitos
efectivamente se ponen en práctica. Esto también exige valorar si la autoridad supervisora
tiene la necesaria autonomía operativa, competencias, recursos y capacidad de compromiso
para aplicar los Principios Básicos.
69. En tercer lugar, las evaluaciones no deben centrarse solamente en las deficiencias,
sino también resaltar logros. Este enfoque permitirá hacerse mejor idea de la eficacia de la
supervisión bancaria.
70. En cuarto lugar, hay jurisdicciones donde empresas financieras no bancarias que
no forman parte de un grupo bancario supervisado participan en algunas actividades
cuasi-bancarias, pudiendo constituir una parte importante del sistema financiero en sentido
amplio y carecer en gran medida de supervisión. Los Principios Básicos, al ocuparse
específicamente de la supervisión bancaria, no pueden utilizarse para la evaluación formal
de dichas empresas. Sin embargo, el informe de evaluación deberá, como mínimo,
mencionar esas actividades cuando las empresas no bancarias afecten a los bancos
supervisados, así como también los problemas que podrían derivarse de las actividades no
bancarias.
Criterios esenciales
1. Las atribuciones y objetivos de cada una de las autoridades que participan en la
supervisión bancaria 21 vienen claramente definidos en la legislación y son de
dominio público. Cuando la responsabilidad de supervisar el sistema bancario recae
en más de una autoridad, existe un marco creíble, conocido por el público,
orientado a evitar vacíos reguladores y supervisores.
19
En este documento, el «grupo bancario» incluye la sociedad de cartera, el banco y sus sucursales y las
filiales, asociadas y empresas conjuntas, sean nacionales o extranjeras. Los riesgos de otras entidades del
grupo, por ejemplo las no bancarias (incluidas empresas no financieras), también pueden ser relevantes. Este
enfoque de supervisión del grupo en su conjunto va más allá de la consolidación contable.
20
Las actividades en materia de autorización de bancos, supervisión continua y adopción de medidas
correctivas se detallan en los siguientes Principios.
21
Dicha autoridad se designa como «el supervisor» en todo este documento, excepto cuando ha sido necesario
utilizar la expresión «supervisor bancario» en aras de la claridad.
22
Por «perfil de riesgo» se entiende aquí la naturaleza y magnitud de las posiciones de riesgo de un banco.
23
En este documento, la «importancia sistémica» la determinan el tamaño, la interconexión, la sustituibilidad, la
actividad global o interjurisdiccional (en su caso) y la complejidad del banco, conforme a lo establecido en el
documento del BCBS Bancos de importancia sistémica mundial: metodología de evaluación y requerimiento
de absorción de pérdidas adicional, de noviembre de 2011.
(a) adoptar (y/o hacer que el banco adopte) las oportunas medidas correctivas;
(b) imponer sanciones;
(c) revocar la licencia del banco; y
(d) cooperar y colaborar con las autoridades pertinentes para lograr una
reestructuración ordenada del banco, incluida, en su caso, la decisión de
reestructurarlo.
Criterios esenciales
1. La independencia operativa, la rendición de cuentas y la gobernanza del supervisor
están prescritos en la legislación y son de dominio público. No existen interferencias
del Gobierno o del sector que comprometan la independencia operativa del
supervisor. El supervisor posee plena discrecionalidad para adoptar cualquier
medida o decisión supervisora que afecte a los bancos o grupos bancarios bajo su
supervisión.
24
Véase el Principio 1, criterio esencial 1.
Criterios esenciales
1. Existen mecanismos formales o informales para la cooperación (incluido el análisis e
intercambio de información) y para la realización de labores de colaboración con todas
las autoridades locales responsables de la seguridad y solvencia de los bancos, de
otras instituciones financieras y/o la estabilidad del sistema financiero. Cuando sea
necesario, existe evidencia de que estos mecanismos funcionan en la práctica.
25
El Principio 3 se desarrolla en el Principio 12 sobre la supervisión consolidada, el Principio 13 sobre las
relaciones entre los supervisores de origen y de acogida y el Principio 29 sobre la utilización abusiva de
servicios financieros.
Criterios esenciales
1. El término «banco» está claramente definido en la legislación o la regulación.
26
El Comité reconoce la existencia en algunos países de instituciones financieras no bancarias que aceptan
depósitos, aunque pueden estar reguladas de forma diferente a los bancos. Estas instituciones deberían estar
sometidas a alguna forma de regulación acorde con el tipo y tamaño de sus operaciones y en su conjunto no
deberían mantener una proporción significativa de los depósitos del sistema financiero.
27
Este documento hace referencia a una estructura de gobierno compuesta por el Consejo y la alta dirección. El
Comité reconoce que los marcos jurídicos y reguladores difieren considerablemente en cada país con
respecto a las funciones de estos órganos. Algunos países utilizan una estructura dual para el Consejo, de
forma que la función supervisora del Consejo recae en un órgano separado denominado comité supervisor,
que carece de funciones ejecutivas. Otros países, en cambio, utilizan una estructura única para el Consejo,
por lo que éste tiene competencias más amplias. En vista de estas diferencias, este documento no propugna
ninguna estructura concreta para el Consejo. Así pues, en el presente documento, las expresiones «Consejo»
y «alta dirección» se utilizan únicamente para hacer referencia a la función de supervisión y a la función de
dirección en general y deberán interpretarse con arreglo a la legislación aplicable dentro de cada jurisdicción.
Criterios esenciales
1. La legislación identifica a la autoridad responsable de conceder y retirar una licencia
bancaria. La autoridad encargada de conceder licencias puede ser el supervisor
bancario u otra autoridad competente. Si dicha facultad no recae en el supervisor,
éste tiene derecho a expresar su opinión sobre cada solicitud considerada y a que
se tengan en cuenta sus reservas. Además, la autoridad competente para la
concesión de licencias proporciona al supervisor cualquier información que pueda
ser relevante para la supervisión del banco en cuestión. Cuando corresponda, el
supervisor impone condiciones o limitaciones de índole prudencial al nuevo banco
autorizado.
3. Los criterios para la concesión de licencias son congruentes con los que se aplican
en la supervisión continua.
28
Así pues, los bancos simulados (shell banks) no podrán recibir licencia (véase el documento de referencia del
Comité de Basilea: Bancos simulados y oficinas operativas, enero de 2003).
29
Véase el Principio 14, criterio esencial 8.
10. Cuando un banco desee abrir una filial o sucursal en otro país, el supervisor de
acogida comprueba, antes de conceder la licencia, que el supervisor de origen no
se ha opuesto o que ha emitido una declaración de no objeción. Con respecto a las
operaciones bancarias transfronterizas en su país, el supervisor de acogida
comprueba si el supervisor de origen realiza su labor de supervisión en base global
consolidada.
Criterios esenciales
1. La legislación y la regulación definen claramente qué es una participación
«significativa» y qué es una participación «de control».
30
Véase el Principio 29.
31
Aunque el término «supervisor» se utiliza a lo largo de todo el Principio 6, el Comité reconoce que, en
algunos países, la competencia sobre estas cuestiones recae en una autoridad diferente encargada de
conceder licencias.
32
Salvo que se indique lo contrario, todos los documentos de referencia son documentos del BCBS.
Criterios esenciales
1. La legislación y la regulación definen con claridad:
(a) qué tipos y cuantías (en términos absolutos y/o en relación con el capital del
banco) de adquisiciones e inversiones requieren la previa aprobación del
supervisor; y
(b) los casos en que basta una notificación posterior a la adquisición o inversión.
Estos casos se refieren sobre todo a actividades estrechamente relacionadas
con la actividad bancaria cuya inversión sea reducida en comparación con el
capital de la entidad.
4. El supervisor determina que la entidad cuenta, desde el principio, con los recursos
financieros, gerenciales y organizativos adecuados para gestionar dicha adquisición
o inversión.
Criterio adicional
1. El supervisor examina las adquisiciones o inversiones sustanciales realizadas por
otras entidades en el grupo bancario a fin de determinar que éstas no exponen al
banco a riesgos indebidos ni impiden la supervisión eficaz. El supervisor también
determina, cuando corresponda, que estas nuevas adquisiciones e inversiones no
dificultarán la aplicación eficaz de medidas correctivas en el futuro 34. Cuando sea
necesario, el supervisor está capacitado para atajar eficazmente los riesgos que
esas adquisiciones o inversiones planteen sobre el banco.
Criterios esenciales
1. El supervisor utiliza una metodología para determinar y evaluar de forma continua la
naturaleza, impacto y alcance de:
(a) los riesgos a los que se exponen los bancos y grupos bancarios, incluidos los
riesgos planteados por las entidades que pertenecen al grupo; y
(b) los riesgos que los bancos y grupos bancarios plantean para la seguridad y
solvencia del sistema bancario.
33
En el caso de adquisiciones sustanciales, esta determinación puede tener en cuenta si la adquisición o
inversión plantea obstáculos a una restructuración ordenada del banco.
34
Véase la nota al pie 33 en el ámbito del Principio 7, criterio esencial 3.
3. El supervisor evalúa que los bancos y grupos bancarios cumplen las normas
prudenciales y otros requisitos legales.
7. El supervisor cuenta con un marco o procedimiento claro para hacer frente a los
bancos en periodos de tensión, con el fin de tomar sin dilación cualquier decisión
que implique la exigencia o adopción de medidas de recuperación o
reestructuración.
Criterios esenciales
1. El supervisor combina adecuadamente las supervisiones in situ 35 y a distancia 36
para evaluar la situación de los bancos y grupos bancarios, su perfil de riesgo, el
entorno de control interno y las medidas correctivas necesarias para resolver los
problemas identificados por el supervisor. La combinación concreta de supervisión
in situ y a distancia puede venir determinada por las condiciones y circunstancias
particulares del país y del banco en cuestión. El supervisor evalúa regularmente la
calidad, eficacia e integración de sus funciones in situ y a distancia, modificando su
enfoque cuando resulta necesario.
35
Las labores in situ se utilizan como herramienta para verificar de forma independiente la existencia de
políticas, procedimientos y controles adecuados en los bancos, comprobar que la información suministrada
por los bancos es fiable, obtener información adicional sobre el banco y sus sociedades vinculadas necesaria
para evaluar su situación, vigilar el seguimiento que el banco realiza de los problemas identificados por el
supervisor, etc.
36
Las labores a distancia se utilizan como herramienta para examinar y analizar regularmente la situación
financiera de los bancos, hacer un seguimiento de los asuntos que exigen mayor atención, identificar y
evaluar los riesgos incipientes y ayudar a determinar las prioridades y el ámbito de futuras labores in situ y a
distancia, etc.
37
Véase el Principio 10.
10. El supervisor exige a los bancos que le comuniquen con antelación cualquier
cambio sustancial en su actividad, estructura y situación general, o tan pronto como
conozcan cualquier evolución adversa de importancia, incluido el incumplimiento de
algún requisito legal o prudencial.
Criterio adicional
1. El supervisor dispone de un marco para la realización de exámenes periódicos
independientes —a cargo, por ejemplo, de una función de auditoría interna o de un
evaluador externo— sobre la idoneidad y eficacia de la gama de herramientas
supervisoras disponibles y su utilización, e introduce cambios cuando lo considera
oportuno.
Criterios esenciales
1. El supervisor tiene potestad 39 para exigir a los bancos que presenten informes, por
encargo y a intervalos regulares, tanto a título individual como en base consolidada,
sobre su situación financiera, resultados y riesgos. En ellos se informa de aspectos
tales como el activo y pasivo dentro y fuera de balance, las pérdidas y ganancias, la
suficiencia de capital, la liquidez, la exposición a grandes riesgos, las
concentraciones de riesgos (por sector económico, área geográfica y divisa), la
calidad de los activos, las provisiones para insolvencias crediticias, las operaciones
con partes vinculadas, el riesgo de tasa de interés y el riesgo de mercado.
3. El supervisor exige a los bancos que las metodologías que generan valoraciones se
fundamenten en sólidas estructuras de gobierno y robustos procedimientos de
control. El cálculo de los valores razonables maximiza la utilización de datos
relevantes y fiables aplicados sistemáticamente con fines de gestión del riesgo e
informativos. El marco de valoración y sus procedimientos de control están sujetos
a un proceso de validación y verificación adecuado e independiente, a cargo de
personal interno o de un experto externo. El supervisor evalúa si las valoraciones
utilizadas a efectos reguladores son fiables y prudentes. Cuando el supervisor
determina que las valoraciones no son suficientemente prudentes, exige que el
38
En el contexto de este Principio, los «informes prudenciales y estadísticos» hacen referencia a informes
distintos de los estados contables, a los que complementan. Mientras que los primeros quedan contemplados
en este Principio, los segundos se analizan en el Principio 27.
39
Véase el Principio 2.
4. El supervisor recaba y analiza los datos suministrados por los bancos con una
frecuencia acorde con la naturaleza de la información solicitada y al perfil de riesgo
y la importancia sistémica del banco.
5. A fin de poder comparar entre los distintos bancos y grupos bancarios, el supervisor
recaba de todos los bancos y entidades pertinentes sujetas a supervisión
consolidada datos comparables y correspondientes a las mismas fechas (saldos) y
periodos (flujos).
7. El supervisor tiene potestad para acceder 40 a todos los registros del banco en el
desempeño de sus funciones. También gozará de un acceso similar al Consejo, la
dirección y el personal del banco, cuando sea necesario.
40
Véase el Principio 1, criterio esencial 5.
41
Puede tratarse de auditores externos u otros terceros cualificados, con un mandato adecuado y sujetos a las
pertinentes normas de confidencialidad.
42
Puede tratarse de auditores externos u otros terceros cualificados, con un mandato adecuado y sujetos a las
pertinentes normas de confidencialidad. Estos expertos externos pueden efectuar los análisis utilizados por el
supervisor, aunque es éste el que en última instancia debe estar satisfecho con los resultados de los análisis
efectuados por dichos expertos.
Criterios esenciales
1. El supervisor notifica rápidamente cualquier problema detectado a la dirección del
banco o, cuando corresponda, al Consejo y exige su oportuna corrección. Cuando
el supervisor exija al banco la adopción de importantes medidas correctivas, éstas
se reflejarán en un escrito dirigido al Consejo de la entidad. El supervisor exige al
banco que presente por escrito informes periódicos de los progresos realizados y
comprueba que la aplicación de las medidas correctivas concluye
satisfactoriamente. El supervisor realiza un puntual seguimiento de los problemas
identificados hasta su solución definitiva.
3. El supervisor está facultado para actuar cuando un banco caiga por debajo de los
umbrales establecidos en los requerimientos mínimos reguladores, incluidos los
coeficientes o indicadores prescritos en la regulación. El supervisor también está
facultado para intervenir de manera preventiva para evitar dicho incumplimiento de
los umbrales mínimos. El supervisor cuenta con diversas opciones para hacer
frente a este tipo de situaciones.
4. El supervisor dispone de una amplia gama de posibles medidas para hacer frente
de forma temprana a situaciones como las descritas en el anterior criterio esencial
2. Estas medidas incluyen la facultad de exigir al banco que adopte las medidas
correctivas oportunas o la rápida imposición de sanciones. En la práctica, las
distintas herramientas se aplican en función de la gravedad de la situación. El
supervisor fija objetivos prudenciales claros o prescribe las medidas a adoptar, que
pueden incluir la limitación de las actuales actividades del banco, la imposición de
límites y requerimientos prudenciales más estrictos, el aplazamiento de la
aprobación de nuevas actividades o adquisiciones, la restricción o suspensión de
desembolsos a los accionistas o de recompra de acciones, la limitación de las
transferencias de activos, la prohibición a particulares de realizar actividades
bancarias, la sustitución o limitación de las facultades de los directivos, miembros
43
Véase el Principio 1.
Criterios adicionales
1. La legislación y la regulación impiden que el supervisor demore indebidamente la
aplicación de las oportunas medidas correctivas.
Criterios esenciales
1. El supervisor entiende la estructura general del grupo bancario y está familiarizado
con todas las actividades relevantes (incluidas las no bancarias) desarrolladas por
el grupo, tanto en el país como fuera de él. El supervisor entiende y evalúa cómo se
gestionan los riesgos del grupo en su conjunto y adopta medidas cuando los
riesgos procedentes del grupo bancario y de otras entidades pertenecientes al
44
Véase la nota 19 al pie en el ámbito del Principio 1.
45
Al evaluar el cumplimiento de los Principios Básicos, este documento de referencia sólo concierne a los
bancos y países que hayan aplicado Basilea II.
(a) la seguridad y solvencia del banco y del grupo bancario corre peligro porque
esas actividades plantean riesgos excesivos para el banco o el grupo
bancario y/o su gestión no es la adecuada;
(b) la supervisión realizada por otros supervisores no es adecuada para los
riesgos que plantean esas actividades; y/o
(c) existen obstáculos al ejercicio de una supervisión eficaz en base consolidada.
46
Véase el Principio 16, criterio adicional 2.
(Documentos de referencia: FSB Key Attributes for Effective Resolution Regimes, noviembre
de 2011; Good practice principles on supervisory colleges, octubre de 2010; Home-host
information sharing for effective Basel II implementation, junio de 2006 47; Principios de alto
nivel para la aplicación transfronteriza del Nuevo Acuerdo, agosto de 2003; Bancos
simulados y oficinas operativas, enero de 2003; The Supervision of Cross-Border Banking,
junio de 1996; Information flows between Banking Supervisory Authorities, abril de 1990; y
Principles for the supervision of banks' foreign establishments (Concordat), mayo de 1983.)
Criterios esenciales
1. El supervisor de origen establece colegios de supervisores para grupos bancarios
concretos con operaciones transfronterizas significativas al objeto de mejorar su
vigilancia efectiva, teniendo en cuenta el perfil de riesgo y la importancia sistémica
del grupo bancario y las correspondientes necesidades de sus supervisores. En su
sentido más amplio, el colegio incluye al supervisor de acogida que ampara en su
jurisdicción una filial relevante o una sucursal significativa y que, por tanto, también
tiene interés en la eficaz vigilancia supervisora del grupo bancario. La estructura del
colegio refleja la naturaleza del grupo bancario y las necesidades de sus
supervisores.
47
Al evaluar el cumplimiento de los Principios Básicos, este documento de referencia sólo concierne a los
bancos y países que hayan aplicado Basilea II.
48
Véase información adicional sobre el grado de intercambio de información esperado en el Illustrative example
of information exchange in colleges contenido en el documento del BCBS titulado Good practice principles on
supervisory colleges, octubre de 2010.
8. El supervisor de origen tiene acceso in situ a las oficinas y filiales locales del grupo
bancario con el fin de facilitar la evaluación de la seguridad y solvencia del grupo y
el cumplimiento de los requisitos de debida diligencia con la clientela. El supervisor
de origen informa a sus homólogos de acogida de cualquier visita prevista a las
oficinas y filiales locales del grupo bancario.
Criterios esenciales
1. La legislación, la regulación o el supervisor establecen las atribuciones del Consejo
y la alta dirección de un banco en materia de gobierno corporativo para garantizar
un control eficaz sobre todas las actividades del banco. El supervisor ofrece a los
bancos y grupos bancarios orientación sobre lo que cabe esperar de un sólido
gobierno corporativo.
4. Los miembros del Consejo tienen la cualificación adecuada, son eficaces y cumplen
con su «deber de diligencia» y su «deber de lealtad» 50.
49
Véase la nota 27 al pie en el ámbito del Principio 5.
50
La OCDE (glosario de la OCDE de términos relacionados con el gobierno corporativo en el documento
«Experiences from the Regional Corporate Governance Roundtables», 2003, www.oecd.org/
dataoecd/19/26/23742340.pdf.) define «deber de diligencia» como «el deber del consejero de actuar con
arreglo a criterios informados y prudentes en la toma de decisiones relativas a la empresa. Suele
interpretarse como la obligación del consejero de abordar los asuntos de la empresa de la misma forma que
una 'persona prudente' abordaría sus propios asuntos. La regla de libertad de actuación (business judgement
rule) suele atenuar las responsabilidades contraídas en virtud del deber de diligencia». La OCDE define
«deber de lealtad» como «el deber del consejero de actuar en interés de la empresa y de los accionistas. El
deber de lealtad debe impedir que cada consejero actúe en su propio interés, o en el interés de otro individuo
o grupo, en detrimento de la empresa y de todos los accionistas».
51
El «apetito por el riesgo» refleja el nivel de riesgo agregado que el Consejo del banco está dispuesto a asumir
y gestionar en aras de los objetivos de negocio de la entidad. El apetito por el riesgo puede incluir elementos
6. El supervisor determina que el Consejo del banco, salvo en los casos en que la
legislación o la regulación determinen lo contrario, ha establecido los criterios de
adecuación e idoneidad para la selección de la alta dirección, mantiene planes de
sucesión, y vigila de forma activa y crítica la ejecución de las estrategias del
Consejo por parte de la alta dirección, incluido un seguimiento del desempeño de
los altos directivos con respecto a los criterios de referencia establecidos para ellos.
7. El supervisor determina que el Consejo del banco vigila de forma activa el diseño y
la operativa del sistema de retribuciones de la entidad y del grupo bancario,
comprobando que cuenta con incentivos adecuados, acordes con una prudente
asunción de riesgos. El sistema de retribuciones y sus correspondientes criterios de
desempeño están en consonancia con los objetivos a largo plazo y la solvencia
financiera del banco y son rectificados si existen deficiencias.
Criterio adicional
1. La legislación, la regulación o el supervisor exigen que los bancos informen al
supervisor en cuanto conozcan alguna información relevante y fidedigna que pueda
menoscabar la idoneidad de un miembro del Consejo o de la alta dirección.
tanto cuantitativos como cualitativos, según procesa, y abarca una serie de método de medición. A efectos de
este documento, las expresiones «apetito por el riesgo» y «tolerancia del riesgo» son sinónimas.
52
A los efectos de evaluar la gestión del riesgo que realizan los bancos en el contexto de los Principios 15 a 25,
el marco de gestión del riesgo del banco debe adoptar una perspectiva integrada de la exposición al riesgo
«del conjunto de la entidad», abarcando todas sus líneas y unidades de negocio. Cuando el banco forme
parte de un grupo de empresas, el marco de gestión del riesgo deberá cubrir, además, la exposición al riesgo
dentro del «grupo bancario» y entre las entidades que lo componen (véase nota 19 al pie en el ámbito del
Principio 1) y deberá también tener en cuenta los riesgos que plantean otras entidades del grupo para el
banco o los miembros del grupo bancario.
53
En cierto sentido, los requisitos concretos pueden variar en función del tipo de riesgo (Principios 15 a 25),
como reflejan los documentos de referencia.
Criterios esenciales
1. El supervisor determina que el banco cuenta con adecuadas estrategias de gestión
del riesgo que han sido aprobadas por el Consejo y que éste establece un
apropiado nivel de apetito por el riesgo al objeto de definir el riesgo que el banco
está dispuesto a asumir o tolerar. El supervisor determina asimismo que el Consejo
garantiza que:
(a) existe una sólida cultura de gestión del riesgo en todo el banco;
(b) se han desarrollado políticas y procesos para la asunción de riesgos, acordes
con la estrategia de gestión del riesgo y el nivel establecido de apetito por el
riesgo;
(c) se tiene constancia de las incertidumbres asociadas a la medición del riesgo;
(d) se establecen límites adecuados acordes con el apetito por el riesgo, el perfil
de riesgo y la solidez del capital del banco, que se comunican periódicamente
al personal pertinente y que éste los comprende; y
(e) la alta dirección adopta las medidas necesarias para vigilar y controlar
cualquier riesgo significativo de conformidad con las estrategias aprobadas y
el apetito por el riesgo establecido.
2. El supervisor exige que los bancos cuenten con políticas y procesos integrales para
la gestión del riesgo con el fin de identificar, cuantificar, evaluar, vigilar y controlar o
mitigar todos los riesgos significativos. El supervisor determina que estos procesos
resultan adecuados:
(a) para ofrecer una visión integral del riesgo «en el conjunto del banco» que
incluya todo tipo de riesgos significativos;
(b) para el perfil de riesgo y la importancia sistémica del banco; y
(c) para evaluar los riesgos procedentes del entorno macroeconómico que
afectan a los mercados en los que opera el banco y para incorporar esas
evaluaciones en el proceso de gestión del riesgo de la entidad.
54
Cabe destacar que mientras que en éste y en otros Principios se exige que el supervisor verifique la
observancia de las políticas y procesos del banco en materia de gestión del riesgo, la responsabilidad de
garantizar dicha observancia recae en el Consejo y la alta dirección del banco.
5. El supervisor determina que los bancos cuentan con un adecuado proceso interno
para evaluar su suficiencia de capital y liquidez en relación con su apetito por el
riesgo y su perfil de riesgo. El supervisor verifica y evalúa las estimaciones y
estrategias internas de los bancos en materia de suficiencia de capital y liquidez.
6. Cuando el banco utilice modelos para cuantificar los componentes del riesgo, el
supervisor determina que:
55
En los nuevos productos se incluyen los desarrollados por el banco o por un tercero y que son adquiridos o
distribuidos por la entidad.
9. El supervisor determina que el banco cuenta con funciones de gestión del riesgo
que abarcan todos los riesgos significativos y disponen de suficientes recursos,
independencia, autoridad y acceso al Consejo de la entidad para desempeñar
eficazmente sus tareas. El supervisor determina que esas tareas están claramente
separadas de las unidades funcionales que asumen los riesgos en la entidad y que
aquellas funciones informan directamente a la alta dirección y al Consejo de las
exposiciones al riesgo. El supervisor también determina que la función de gestión
del riesgo está sujeta a exámenes periódicos realizados por la función de auditoría
interna.
10. El supervisor exige que los bancos más grandes y complejos cuenten con una
unidad especializada en gestión del riesgo controlada por un Director de Gestión
del Riesgo (CRO) o función equivalente. Si el CRO de un banco es cesado de su
cargo por cualquier motivo, antes deberá obtenerse la aprobación del Consejo y lo
normal será informar públicamente de dicho cese. El banco también deberá analizar
con su supervisor los motivos de dicho cese.
12. El supervisor exige que los bancos cuenten con adecuados mecanismos de
contingencia, como parte integral de su proceso de gestión del riesgo, con el fin de
atajar riesgos que podrían materializarse y adoptar medidas en situaciones de
tensión (incluidas las que plantearían una grave amenaza para su viabilidad). Si su
perfil de riesgo e importancia sistémica así lo justifica, los mecanismos de
contingencia incluyen planes de recuperación robustos y creíbles, que tienen en
cuenta las circunstancias específicas del banco. El supervisor, en colaboración
con las autoridades encargadas de la resolución de crisis cuando corresponda,
evalúa la suficiencia de los mecanismos de contingencia de los bancos en
función de su perfil de riesgo e importancia sistémica (incluido el examen de los
planes de recuperación, si los hubiera) y su viabilidad esperada durante periodos
de tensión. Si se identifican deficiencias, el supervisor procura paliarlas
introduciendo mejoras.
13. El supervisor exige que los bancos cuenten con programas de pruebas de tensión
prospectivas, acordes con su perfil de riesgo e importancia sistémica, como parte
integral del proceso de gestión del riesgo. El supervisor evalúa periódicamente el
programa de pruebas de tensión del banco, determina que capta fuentes de riesgo
significativas y adopta escenarios adversos plausibles. El supervisor también
determina que el banco integra los resultados en sus procesos de toma de
decisiones y de gestión del riesgo (incluidos los mecanismos de contingencia) y en
la evaluación de sus niveles de capital y liquidez. Cuando corresponda, la
evaluación del supervisor incluirá un examen del grado en que el programa de
pruebas de tensión:
14. El supervisor evalúa si, para todas las actividades de negocio significativas, los
bancos tienen debidamente en cuenta los riesgos (incluido el impacto sobre la
liquidez) en sus procesos de formación interna de precios, medición de resultados y
aprobación de nuevos productos.
Criterio adicional
1. El supervisor exige a los bancos contar con adecuadas políticas y procesos para
evaluar otros riesgos significativos que no queden directamente recogidos en los
siguientes Principios, como por ejemplo el riesgo de reputación y el riesgo
estratégico.
56
Los Principios Básicos no exigen a las jurisdicciones la observancia de los regímenes de suficiencia de
capital de Basilea I, Basilea II y/o Basilea III. El Comité no considera la aplicación del marco normativo de
Basilea como un requisito previo para el cumplimiento de los Principios Básicos y sólo se exige la
observancia de alguno de los regímenes a aquellas jurisdicciones que declaren haberlo aplicado de forma
voluntaria.
57
El Acuerdo de Capital de Basilea se diseñó para su aplicación a bancos con actividad internacional, los
cuales deben calcular y aplicar coeficientes de suficiencia de capital en base consolidada, incluyendo las
filiales que realicen actividades bancarias y financieras. Las jurisdicciones que adopten los marcos de
suficiencia de capital de Basilea II y Basilea III aplicarán dichos coeficientes en base totalmente consolidada a
todos los bancos con actividad internacional y a sus sociedades holding; asimismo, los supervisores deberán
comprobar la adecuada capitalización de cada banco a título individual.
58
Documentos de referencia: Enhancements to the Basel II framework, julio de 2009 y Convergencia
internacional de medidas y normas de capital: marco revisado, versión integral, junio de 2006.
59
Al evaluar la suficiencia de los niveles de capital de un banco a la luz de su perfil de riesgo, la atención crítica
del supervisor se centra, entre otros aspectos, en (a) el potencial de absorción de pérdidas de los
instrumentos incluidos en la base de capital del banco, (b) la idoneidad de las ponderaciones del riesgo como
aproximación al perfil de riesgo de sus exposiciones, (c) la suficiencia de las provisiones y reservas para
cubrir la pérdida esperada en sus exposiciones y (d) la calidad de sus controles y gestión del riesgo. En
consecuencia, los requerimientos de capital pueden variar de unos bancos a otros a fin de garantizar que
cada banco está operando con el adecuado nivel de capital para respaldar los riesgos que está asumiendo y
los riesgos que plantea.
6. El supervisor tiene potestad para exigir que los bancos gestionen su capital de un
modo prospectivo (incluida la realización de adecuadas pruebas de tensión) 60. El
supervisor tiene potestad para exigir a los bancos:
Criterios adicionales
1. Los requerimientos de capital de los bancos sin actividad internacional, incluida la
definición de capital, la cobertura del riesgo, el método de cálculo, el ámbito de
aplicación y el nivel de capital exigido, son en general congruentes con los
principios contemplados en las normas de Basilea aplicables a los bancos
internacionales.
60
Las pruebas de tensión o de resistencia comprenden una serie de actividades que abarcan desde sencillos
análisis de sensibilidad hasta análisis de escenarios más complejos y pruebas de tensión inversas.
61
Véase el Principio 12, criterio esencial 7.
62
El Principio 17 analiza con mayor profundidad la evaluación de activos, mientras que el Principio 18
contempla la gestión de activos dudosos.
(Documentos de referencia: Sound practices for backtesting counterparty credit risk models,
diciembre de 2010; FSB Report on Principles for Reducing Reliance on CRA Ratings,
octubre de 2010; Enhancements to the Basel II framework, julio de 2009; Sound credit risk
assessment and valuation for loans, junio de 2006; y Principles for the management of credit
risk, septiembre de 2000.)
Criterios esenciales
1. La legislación, la regulación o el supervisor exigen que el banco disponga de
adecuados procesos de gestión del riesgo de crédito que ofrezcan una visión
integral de las exposiciones a ese riesgo en el conjunto del banco. El supervisor
determina que dichos procesos están en consonancia con el apetito por el riesgo, el
perfil de riesgo, la importancia sistémica y la solidez del capital del banco, tienen en
cuenta la situación macroeconómica y de los mercados y dan como resultado unos
criterios prudentes en materia de concesión, evaluación, administración y vigilancia
de los créditos.
(a) una estrategia bien documentada y eficazmente aplicada, así como sólidas
políticas y procesos para la asunción del riesgo de crédito, sin excesiva
dependencia de evaluaciones del crédito externas;
(b) criterios y políticas y procesos bien definidos para aprobar nuevas
exposiciones al riesgo (incluidas unas normas prudentes de concesión de
créditos), así como para renovar y refinanciar exposiciones vigentes, y para
identificar la autoridad pertinente que dé su aprobación en función del
volumen y complejidad de las exposiciones;
63
El riesgo de crédito puede proceder de: exposiciones dentro y fuera de balance, incluidos préstamos y
anticipos, inversiones, préstamos interbancarios, operaciones con derivados, operaciones de financiación con
valores y actividades de negociación.
64
El riesgo de crédito de contraparte incluye las exposiciones al riesgo de crédito procedentes de derivados
negociados en mercados no organizados (OTC) y de otros instrumentos financieros.
65
«Asumir» incluye incurrir en cualquier tipo de riesgo que resulte en un riesgo de crédito, como por ejemplo el
riesgo de crédito o de contraparte que llevan asociado diversos instrumentos financieros.
4. El supervisor determina que los bancos cuentan con políticas y procesos para
vigilar el endeudamiento total de las entidades a las que conceden créditos y
cualquier factor de riesgo que pueda resultar en impago, incluido un riesgo
significativo de divisas no cubierto.
(Documentos de referencia: Sound credit risk assessment and valuation for loans, junio de
2006 y Principles for the management of credit risk, septiembre de 2000.)
Criterios esenciales
1. La legislación, la regulación o el supervisor exigen a los bancos formular políticas y
procesos para identificar y gestionar activos dudosos. Además, exigen a los bancos
el examen regular de dichos activos (a título individual o para una cartera de activos
con características homogéneas), así como la clasificación de activos, la dotación
de provisiones y el reconocimiento contable de pérdidas.
3. El supervisor determina que el sistema utilizado por el banco para clasificar activos
y dotar provisiones tiene en cuenta las posiciones fuera de balance 68.
66
El Principio 17 analiza con mayor profundidad la evaluación de activos, mientras que el Principio 18
contempla la gestión de activos dudosos.
67
A los efectos de este Principio, las reservas son aplicaciones del beneficio no distribuibles «por debajo de la
línea» que el supervisor exige además de las provisiones (deducciones del beneficio «por encima de línea»).
68
Se reconocen dos tipos de posiciones fuera de balance: las que el banco puede cancelar unilateralmente (en
virtud de acuerdos contractuales y que, por lo tanto, pueden no estar sujetas a provisiones) y las que no
pueden cancelarse unilateralmente.
8. El supervisor exige que los bancos cuenten con mecanismos adecuados para
valorar periódicamente las coberturas del riesgo, incluidos avales, derivados
crediticios y activos de garantía. La valoración de los activos de garantía refleja el
valor neto realizable, teniendo en cuenta las condiciones imperantes en el mercado.
10. El supervisor determina que el Consejo del banco recibe información pertinente y
oportuna sobre la situación de la cartera de activos de la entidad, incluida la
clasificación de activos, el nivel de provisiones y reservas y los principales activos
dudosos. La información incluye, como mínimo, un resumen de los resultados del
último proceso de revisión de los activos, tendencias comparativas en la calidad de
los activos dudosos, así como cálculos del deterioro actual o previsto de la calidad
de los activos y de las pérdidas esperadas.
Criterios esenciales
1. La legislación, la regulación o el supervisor exigen a los bancos disponer de
políticas y procesos que ofrezcan una visión integral de las fuentes significativas de
riesgo de concentración en el conjunto del banco 70 . Esas políticas y procesos
captan las exposiciones procedentes de rúbricas de dentro y fuera de balance y de
pasivos contingentes.
69
Las contrapartes conectadas pueden incluir personas físicas, así como grupos de empresas con conexiones
financieras o con una relación de propiedad o dirección común o cualquier combinación de lo anterior.
70
Esto incluye concentraciones de crédito resultantes de exposiciones frente a: contrapartes individuales o
grupos de contrapartes conectadas tanto de forma directa como indirecta (como las resultantes de
exposiciones frente a activos de garantía o a protecciones crediticias ofrecidas por una única contraparte),
contrapartes en la misma industria, sector económico o región geográfica y contrapartes cuyos resultados
financieros dependen de la misma actividad o materia prima, así como exposiciones fuera de balance
(incluidos avales y otros compromisos), además de concentraciones de riesgo de mercado y de otra índole en
las que el banco mantiene una excesiva exposición frente a determinadas clases de activos, productos,
activos de garantía o divisas.
71
La cuantificación de las exposiciones crediticias, en el contexto de grandes riesgos frente a contrapartes
individuales o grupos de contrapartes conectadas, deberá reflejar la máxima pérdida posible resultante de su
impago (es decir, deberá abarcar posiciones acreedoras reales y potenciales, así como pasivos
contingentes). El concepto de ponderación del riesgo adoptado en las normas de capital de Basilea no
deberá utilizarse para cuantificar, a estos efectos, las exposiciones crediticias, ya que las ponderaciones
fueron diseñadas como una medida del riesgo de crédito existente en una cesta de posiciones y su uso para
cuantificar concentraciones de crédito podría subestimar significativamente las pérdidas potenciales (véase
Measuring and controlling large credit exposures, enero de 1991).
Criterio adicional
1. En relación con las exposiciones crediticias frente a contrapartes individuales o
grupos de contrapartes conectadas, los bancos deben respetar los siguientes
puntos:
72
Estos requisitos deberán reflejar, al menos en el caso de bancos con actividad internacional, las normas de
Basilea en vigor. En septiembre de 2012, todavía está en proceso de consideración una nueva norma de
Basilea que rija las grandes exposiciones a riesgos.
73
Las partes vinculadas pueden incluir, entre otras, las filiales y compañías asociadas, así como cualquier parte
(incluidas sus filiales, compañías asociadas y entidades instrumentales) sobre la que el banco ejerza control o
que ejerza control sobre el banco, los principales accionistas del banco, los miembros del Consejo, los altos
directivos y el personal clave, sus intereses directos y relacionados, sus familiares cercanos, así como cargos
similares en compañías asociadas.
Criterios esenciales
1. La legislación y la regulación definen explícitamente, o el supervisor tiene la
potestad de definir, qué se entiende exactamente por «parte vinculada»,
considerando las partes contempladas en las notas a pie de página de este
Principio. El supervisor puede aplicar esta definición con discrecionalidad en cada
caso.
4. El supervisor determina que los bancos cuentan con políticas y procesos para evitar
que personas que se benefician de la transacción y/o individuos que guardan
relación con aquéllas participen en el proceso de aprobación y gestión de la
transacción.
6. El supervisor determina que los bancos cuentan con políticas y procesos para
identificar cada posición y transacción con partes vinculadas, así como el importe
total de dichas exposiciones, y para vigilarlas e informar de ellas mediante un
proceso independiente de examen o auditoría de los créditos. El supervisor
74
Las transacciones con partes vinculadas incluyen exposiciones crediticias y activos dentro y fuera de balance,
además de operaciones como contratos de servicio, compras y ventas de activos, contratos de construcción,
acuerdos de arrendamiento financiero, empréstitos y reconocimiento contable de pérdidas. El término
«transacción» deberá interpretarse en sentido amplio a fin de incorporar no sólo las transacciones realizadas
con partes vinculadas, sino también las situaciones en que una parte no vinculada (frente a la que el banco
mantiene actualmente una exposición) se convierte posteriormente en parte vinculada.
75
Puede aceptarse como excepción la concesión de términos favorables como parte de un paquete de
remuneración (por ejemplo, cuando el empleado obtiene un crédito a un tipo de interés favorable).
Criterios esenciales
1. El supervisor determina que las políticas y procesos del banco prestan suficiente
atención a la identificación, cuantificación, evaluación, vigilancia, información y
control o cobertura del riesgo país y del riesgo de transferencia. El supervisor
también determina que los procesos están en consonancia con el perfil de riesgo, la
importancia sistémica y el apetito por el riesgo del banco, tienen en cuenta la
situación macroeconómica y de los mercados y ofrecen una visión integral de la
exposición al riesgo país y al riesgo de transferencia en el conjunto de la entidad.
Las exposiciones (incluidas, cuando sean relevantes, las exposiciones intra-grupo)
se identifican, vigilan y gestionan para cada región geográfica y cada país (además
de para cada prestatario último/contraparte última). Los bancos deben vigilar y
evaluar la evolución del riesgo país y del riesgo de transferencia y aplicar medidas
oportunas para contrarrestarlos.
2. El supervisor determina que las estrategias, políticas y procesos para la gestión del
riesgo país y riesgo de transferencia han sido aprobados por el Consejo del banco y
que dicho Consejo supervisa a la dirección al objeto de garantizar que dichas
políticas y procesos se aplican con eficacia y están plenamente integrados en el
proceso general de gestión del riesgo de la entidad.
76
Riesgo país es el riesgo de sufrir pérdidas causadas por acontecimientos acaecidos en un país extranjero. El
concepto es más amplio que el de riesgo soberano ya que cubre todo tipo de inversiones o préstamos
concedidos/recibidos por individuos, sociedades y gobiernos.
77
Riesgo de transferencia es el riesgo de que un prestatario sea incapaz de convertir moneda local en moneda
extranjera y, por tanto, de realizar los pagos del servicio de la deuda en moneda extranjera. Este riesgo suele
derivarse de la existencia de restricciones a los intercambios de divisas impuestas por el gobierno del país
prestatario. (Documento de referencia: Estadísticas de la deuda externa – Guía para compiladores y usuarios,
2003.)
Criterios esenciales
1. La legislación, la regulación o el supervisor exigen que el banco disponga de
adecuados procesos de gestión del riesgo de mercado que ofrezcan una visión
integral de la exposición a ese riesgo en el conjunto del banco. El supervisor
determina que estos procesos están en consonancia con el apetito por el riesgo, el
perfil de riesgo, la importancia sistémica y la solidez del capital del banco, tienen en
cuenta la situación macroeconómica y de los mercados y el riesgo de un deterioro
2. El supervisor determina que las estrategias, políticas y procesos para la gestión del
riesgo de mercado han sido aprobados por el Consejo del banco y que dicho
Consejo supervisa a la dirección al objeto de garantizar que dichas políticas y
procesos se aplican con eficacia y están plenamente integrados en el proceso
general de gestión del riesgo de la entidad.
(Documento de referencia: Principles for the management and supervision of interest rate
risk, julio de 2004.)
Criterios esenciales
1. La legislación, la regulación o el supervisor exigen que el banco disponga de una
adecuada estrategia en materia de riesgo de tasa de interés y un correcto marco
para la gestión de ese riesgo, que ofrezcan una visión integral del riesgo de tasa de
interés en el conjunto del banco. Esto incluye políticas y procesos para identificar,
cuantificar, evaluar, vigilar, informar y controlar o mitigar fuentes significativas de
riesgo de tasa de interés. El supervisor determina que la estrategia, políticas y
procesos del banco están en consonancia con el apetito por el riesgo, el perfil de
riesgo y la importancia sistémica de la entidad, tienen en cuenta la situación
macroeconómica y de los mercados, y están regularmente sujetos a revisión y, si
fuera necesario, a los pertinentes ajustes, en función de los cambios en el perfil de
riesgo del banco y de la evolución de los mercados.
3. El supervisor determina que las políticas y procesos del banco crean un entorno
adecuado para el correcto control del riesgo de tasa de interés, que incluye:
78
La expresión «riesgo de tasa de interés» en el ámbito de este Principio hace referencia a dicho riesgo en la
cartera de inversión. El riesgo de tasa de interés en la cartera de negociación queda recogido en el
Principio 22.
Criterios adicionales
1. El supervisor obtiene de los bancos los resultados de sus sistemas internos de
cuantificación del riesgo de tasa de interés, expresados en términos de amenaza
para el valor económico, incluida la utilización en este análisis de una perturbación
estándar de tasas de interés en la cartera de inversión.
2. El supervisor evalúa si los sistemas internos de medición del capital de los bancos
captan adecuadamente el riesgo de tasa de interés de la cartera de inversión.
Criterios esenciales
1. La legislación, la regulación o el supervisor exigen a los bancos calcular y cumplir
sistemáticamente los requerimientos de liquidez prescritos, incluidos los umbrales
de referencia con respecto a los cuales el banco podrá ser objeto de medidas
supervisoras. Al menos en el caso de bancos con actividad internacional, los
requerimientos prescritos no son inferiores a los de las normas de Basilea
aplicables y la gama de instrumentos para la vigilancia de la liquidez utilizada por el
supervisor no es menor que la prescrita en dichas normas.
3. El supervisor determina que los bancos cuentan con un robusto marco para la
gestión de la liquidez que les exige mantener suficiente liquidez para soportar una
serie de eventos de tensión, e incluye políticas y procesos adecuados para
gestionar el riesgo de liquidez que han sido aprobados por el Consejo del banco. El
supervisor también determina que esas políticas y procesos ofrecen una visión
(a) un enunciado claro del apetito global por el riesgo de liquidez, adecuado al
negocio del banco y a su papel en el sistema financiero y aprobado por el
Consejo de la entidad;
(b) unas sólidas prácticas de gestión del riesgo de liquidez en el día a día y,
cuando corresponda, en intervalos intradiarios;
(c) eficaces sistemas de información que permitan una activa identificación,
agregación, vigilancia y control de las exposiciones al riesgo de liquidez y de
las necesidades de financiación (incluida la gestión activa de los activos de
garantía) en el conjunto del banco;
(d) una vigilancia adecuada por parte del Consejo del banco para garantizar que
el equipo directivo aplica eficazmente las políticas y procesos para la gestión
del riesgo de liquidez en consonancia con el apetito por el riesgo de liquidez
de la entidad; y
(e) un examen regular (al menos anual) a cargo del Consejo del banco, con sus
pertinentes ajustes, de la estrategia, políticas y procesos de la entidad en
materia de gestión del riesgo de liquidez en función de los cambios en el perfil
de riesgo de la entidad y de los acontecimientos externos que afectan a la
situación macroeconómica y de los mercados donde opera el banco.
Criterio adicional
1. El supervisor determina que los niveles de activos sujetos a cargas del balance del
banco se gestionan dentro de límites aceptables a fin de mitigar los riesgos
planteados por unos excesivos niveles de cargas en cuanto al impacto sobre el
coste de financiación de la entidad y a las repercusiones sobre la sostenibilidad de
su posición de liquidez a largo plazo. El supervisor exige que los bancos se
comprometan a ofrecer información cabal sobre esta materia y establezcan límites
adecuados para mitigar los riesgos identificados.
(Documentos de referencia: Principles for the Sound Management of Operational Risk, junio
de 2011; Recognising the risk-mitigating impact of insurance in operational risk modelling,
79
El Comité ha definido el riesgo operacional como el riesgo de sufrir pérdidas debido a la inadecuación o fallos
de los procesos, personas o sistemas internos o bien a causa de acontecimientos externos. La definición
incluye el riesgo legal pero excluye los riesgos estratégico y de reputación.
Criterios esenciales
1. La legislación, la regulación o el supervisor exigen que el banco disponga de
adecuadas estrategias, políticas y procesos para la gestión del riesgo operacional
que permitan identificar, cuantificar, evaluar, vigilar, informar y controlar o mitigar
dicho riesgo. El supervisor determina que la estrategia, políticas y procesos del
banco están en consonancia con el perfil de riesgo, la importancia sistémica, el
apetito por el riesgo y la solidez del capital de la entidad, tienen en cuenta la
situación macroeconómica y de los mercados, y abarcan todos los aspectos
esenciales del riesgo operacional latente en los negocios realizados por el conjunto
de la entidad (incluidos periodos en los que el riesgo operacional podría aumentar).
2. El supervisor exige que las estrategias, políticas y procesos de los bancos para la
gestión del riesgo operacional (incluido su apetito por el riesgo operacional) sean
aprobados y revisados periódicamente por el Consejo. El supervisor también exige
que el Consejo vigile a la dirección del banco para asegurarse de que dichas
políticas y procesos se aplican eficazmente.
Criterio adicional
1. El supervisor identifica periódicamente factores comunes de exposición al riesgo
operacional o de posibles vulnerabilidades (por ejemplo, la subcontratación de
operaciones esenciales por parte de numerosas entidades con un mismo proveedor
de servicios o una alteración de los servicios prestados por sistemas
subcontratados de pago y liquidación).
Criterios esenciales
1. La legislación, la regulación o el supervisor exigen que los bancos dispongan de
marcos adecuados de control interno con el fin de crear un entorno operativo
correctamente controlado para la gestión del negocio, teniendo en cuenta su perfil
de riesgo. Estos controles, cuya responsabilidad recae en el Consejo y/o la alta
80
Al evaluar la independencia, los supervisores tienen debidamente en cuenta los sistemas de control
diseñados para evitar conflictos de intereses al evaluar el desempeño del personal asignado a las funciones
de cumplimiento, control y auditoría interna. Por ejemplo, las retribuciones de dicho personal deberán
determinarse con independencia de las líneas de negocio que supervisen.
4. El supervisor determina que los bancos cuentan con una función de auditoría
interna 82 independiente, permanente y eficaz, encargada de:
(a) evaluar si las políticas, procesos y controles internos existentes (incluidos los
procesos de gestión del riesgo, cumplimiento y gobierno corporativo) son
eficaces, adecuados y continúan siendo suficientes para la actividad del
banco; y
81
La expresión «función de cumplimiento» no necesariamente hace referencia a una unidad organizativa. El
personal encargado del cumplimiento puede formar parte de unidades de negocio operativas o de filiales
locales y puede estar bajo la autoridad de los gestores de una línea de negocio operativa o de una entidad
local, siempre y cuando también responda ante el responsable de cumplimiento del banco, el cual deberá ser
independiente de las líneas de negocio.
82
La expresión «función de auditoría interna» no necesariamente hace referencia a una unidad organizativa.
Algunos países ofrecen a pequeños bancos la opción de aplicar a los controles internos esenciales un
sistema de exámenes independientes, por ejemplo realizados por expertos externos.
Criterios esenciales
1. El supervisor 83 hace responsables al Consejo y la dirección del banco de garantizar
que los estados financieros se elaboran conforme a las prácticas y políticas
contables ampliamente aceptadas a escala internacional y de que éstas se basan
en sistemas de registro de la información financiera que generan datos adecuados
y fiables.
83
En este criterio esencial, la expresión «el supervisor» no hace referencia exclusiva al supervisor bancario. La
responsabilidad de garantizar que los estados financieros se elaboran conforme a las prácticas y políticas
contables también puede recaer en los supervisores de valores y de mercados.
9. El supervisor exige que los auditores externos, directamente o a través del banco,
le informen sobre asuntos relevantes como, por ejemplo, el incumplimiento de los
criterios para obtener licencia bancaria o de la legislación bancaria o de otra índole,
deficiencias sustanciales y deficiencias de control en el proceso de presentación de
información financiera o sobre otros asuntos que estime pudieran ser relevantes
para las funciones del supervisor. La legislación y la regulación establecen que los
auditores que presenten tales informes de buena fe no podrán ser acusados de
incumplir ninguna obligación de confidencialidad.
Criterio adicional
1. El supervisor tiene potestad para acceder a los documentos de trabajo de los
auditores externos, cuando sea necesario.
Criterios esenciales
1. La legislación, la regulación o el supervisor exigen al banco la divulgación periódica
de información 84 en base consolidada y, cuando corresponda, a título individual que
refleje adecuadamente su verdadera situación y resultados financieros y que se
ajuste a normas que promuevan la comparabilidad, relevancia, fiabilidad y
puntualidad de la información divulgada.
Criterio adicional
1. Los requisitos de divulgación establecidos promueven la difusión de información,
contribuyendo a la comprensión de las exposiciones al riesgo del banco durante un
periodo de presentación de información financiera, como, por ejemplo, la exposición
media o el volumen de negocios durante dicho periodo.
84
A efectos de este criterio esencial, el requisito de divulgación puede encontrarse en normas contables,
bursátiles y otras en vigor, en lugar o además de las directivas emitidas por el supervisor.
Criterios esenciales
1. La legislación y la regulación establecen las obligaciones, atribuciones y potestades
del supervisor en materia de supervisión de los controles internos del banco y
cumplimiento de la legislación y regulación pertinente sobre actividades delictivas.
5. El supervisor determina que los bancos establecen políticas y procesos CDD bien
documentados y correctamente comunicados a todo el personal pertinente. El
supervisor también determina que dichas políticas y procesos se integran en la
gestión general de riesgos del banco y que existen procedimientos adecuados para
identificar, evaluar, vigilar, gestionar y mitigar riesgos de blanqueo de capitales y
financiación del terrorismo en relación con clientes, países y regiones, así como con
productos, servicios, transacciones y canales de distribución, de forma continuada.
85
El Comité es consciente de que, en algunas jurisdicciones, puede que no sea el supervisor, sino por ejemplo
una unidad de inteligencia financiera (FIU), la principal responsable de evaluar el cumplimiento de la
legislación y la regulación sobre actividades delictivas en los bancos, como fraude, blanqueo de capitales y
financiación del terrorismo. Así pues, a efectos de este Principio, la referencia al «supervisor» puede
extenderse a otras autoridades, especialmente en el caso de los criterios esenciales 7, 8 y 10. En esas
jurisdicciones, el supervisor bancario coopera con dichas autoridades para procurar el cumplimiento de los
criterios mencionados en el presente Principio.
86
De conformidad con las normas internacionales, los bancos deben notificar cualquier actividad sospechosa
que implique posible blanqueo de capitales o financiación del terrorismo al centro nacional pertinente, ya sea
éste una autoridad gubernamental específica independiente o esté integrada dentro de otra autoridad que
realiza funciones de FIU.
(a) una política de admisión de clientes que identifica las relaciones comerciales
que el banco no acepta, en función de los riesgos detectados;
(b) un programa continuo de identificación, comprobación y diligencia debida;
este programa incluye la verificación de la identidad de los titulares últimos, la
comprensión de la finalidad y naturaleza de la relación comercial y la
realización de evaluaciones en función del riesgo para garantizar que los
datos están actualizados y son relevantes;
(c) políticas y procesos para vigilar y reconocer operaciones inusuales o
potencialmente sospechosas;
(d) una debida diligencia reforzada con cuentas de alto riesgo (por ejemplo,
mecanismos para que la alta dirección sea quien decida la apertura de esas
cuentas o el mantenimiento de una relación bancaria previa cuando ésta pasa
a considerarse de alto riesgo);
(e) una debida diligencia reforzada con personas del ámbito político (incluidos,
entre otros aspectos, mecanismos para que la alta dirección sea quien decida
establecer relaciones comerciales con estas personas); y
(f) reglas claras sobre qué registros mantener de la CDD y transacciones
individuales y su periodo de retención. Dichos registros deben mantenerse
durante un periodo de al menos cinco años.
(a) recabar suficiente información sobre los bancos corresponsales para tener
una comprensión plena de la naturaleza de su actividad y base de clientes,
así como de la forma en que están supervisados; y
(b) no establecer ni mantener relaciones de corresponsalía con quienes carezcan
de adecuados controles frente a actividades delictivas o no estén eficazmente
supervisados por las autoridades pertinentes, o con aquellos bancos
considerados simulados (shell banks).
10. El supervisor determina que los bancos cuentan con políticas y procesos claros, y
los respetan, para que el personal notifique cualquier problema relacionado con la
utilización abusiva de los servicios financieros del banco, ya sea a la dirección local,
al agente encargado o a ambos. El supervisor también determina que los bancos
poseen y utilizan apropiados sistemas de información para notificar correcta y
puntualmente dichas actividades al Consejo, la dirección y los agentes encargados
dentro de la entidad.
13. Cuando no exista otra autoridad encargada, el supervisor cuenta con recursos
internos especializados en la lucha contra actividades delictivas. En tal caso, el
supervisor informa periódicamente a los bancos sobre los riesgos de blanqueo de
capitales y financiación del terrorismo.
87
Puede tratarse de auditores externos u otras partes cualificadas, con un mandato adecuado y sujetos a las
pertinentes normas de confidencialidad.
PB 3: Cooperación y colaboración
PB 11: Potestades correctivas y sancionadoras del PB 23: Potestades correctivas del supervisor
supervisor
PB 13: Relación entre el supervisor de origen y el PB 25: Relación entre el supervisor de origen y
de acogida el de destino
PB 20: Transacciones con partes vinculadas PB 11: Posiciones con partes vinculadas
PB 21: Riesgo país y riesgo de transferencia PB 12: Riesgo país y riesgo de transferencia
PB 23: Riesgo de tasa de interés en la cartera PB 16: Riesgo de tasa de interés en la cartera
bancaria bancaria
1. El presente Anexo ofrece las pautas y el formato que el FMI y el Banco Mundial
recomiendan utilizar a los evaluadores para la presentación y organización de los informes
de evaluación en el contexto del Programa de Evaluación del Sector Financiero (PESF) 88 y
de las evaluaciones individuales. Una autoevaluación 89, previa a las evaluaciones del FMI y
realizada por las autoridades del país, constituye un elemento esencial del proceso, por lo
que también deberá seguir estas pautas y formato.
2.1. Una sección general con información de fondo sobre la evaluación realizada,
donde se describe el contexto en el que se realiza dicha evaluación y la metodología
utilizada. Esta sección deberá:
(a) Indicar que el ámbito de evaluación ha sido elegido con el consentimiento de las
autoridades, mencionando en concreto si éstas han accedido a ser evaluadas y
calificadas solo a partir de los criterios esenciales o también de los criterios
adicionales. En el caso de evaluaciones en función del riesgo/con fines específicos,
esta sección también deberá indicar los principios que son revaluados y los motivos
de la revaluación. El nombre y filiación de los evaluadores deberá mencionarse en
esta sección.
88
También se recomienda la utilización de estas pautas y formato en los Informes sobre la Observancia de los
Códigos y Normas (IOCN) con fines específicos o en función del riesgo. Las evaluaciones con fines
específicos o en función del riesgo no cubren todos los principios básicos, sino una selección de ellos basada
en anteriores evaluaciones del cumplimiento y en una evaluación de los riesgos y vulnerabilidades relevantes
en cada país. Véanse pautas concretas sobre los Informes de Evaluación Detallada e IOCN en función del
riesgo en: [referencia a publicar].
89
Dicha autoevaluación deberá facilitarse a los evaluadores con la debida antelación —contemplándose
también la posible necesidad de su traducción—, acompañada de la legislación y regulación
complementarias.
90
Suele evitarse citar nombres propios, a fin de proteger la identidad de los participantes y de fomentar la
franqueza.
2.3. Análisis de los requisitos previos para una supervisión bancaria eficaz. Esta
sección deberá presentar en líneas generales los requisitos previos necesarios para una
supervisión bancaria eficaz, conforme se describen en los Principios Básicos de Basilea. La
experiencia ha demostrado que la insuficiente aplicación de esos requisitos puede socavar
gravemente la calidad y eficacia de la supervisión bancaria. Los evaluadores procurarán
realizar un examen objetivo de los requisitos previos de forma que el lector del informe
pueda comprender claramente el entorno en el que operan el sistema bancario y el marco
supervisor. Esto permitirá al lector interpretar mejor la evaluación y calificación de cada uno
de los Principios. Dicho examen no ocupará más de uno o dos párrafos por cada tipo de
requisito previo y deberá ajustarse a los encabezamientos posteriormente indicados.
91
Si la falta de información merma la calidad y profundidad de la evaluación de un determinado Principio, los
evaluadores deberán hacerlo constar en la sección de comentarios de la plantilla de evaluación,
documentando los obstáculos encontrados, en concreto cuando el acceso a información detallada resulte
crucial para evaluar el cumplimiento. Estas cuestiones deberán ponerse en conocimiento de los líderes de la
misión y, cuando sea necesario, también del personal de la sede central con el fin de recibir orientación al
respecto.
Los evaluadores de los Principios Básicos de Basilea no deberán evaluar los requisitos
previos en sí mismos, algo que escapa del ámbito de las evaluaciones individuales estándar.
Los evaluadores deberán basarse, en la medida de lo posible, en documentos oficiales del
FMI y del Banco Mundial, procurando cerciorarse de que la breve descripción y los
comentarios resultan coherentes.
Cuando proceda, los evaluadores deberán procurar incluir en sus análisis las relaciones
entre estos factores y la eficacia de la supervisión. Conforme se describe en la siguiente
sección, la evaluación del cumplimiento de los Principios Básicos deberá señalar con
claridad el modo en que cada Principio podría verse esencialmente afectado por requisitos
previos considerados insuficientes. En la medida en que las deficiencias en los requisitos
previos sean relevantes para la eficacia de la supervisión, dichas deficiencias podrán influir
en la calificación de los Principios Básicos afectados. Las sugerencias encaminadas a
subsanar deficiencias en los requisitos previos no forman parte de las recomendaciones de
la evaluación, pero pueden incluirse en las recomendaciones generales del PESF dentro del
ámbito del ejercicio PESF.
(f) una eficaz disciplina del mercado: un examen de la disciplina del mercado podría,
por ejemplo, contemplar asuntos como la presencia de normas sobre gobierno
corporativo, transparencia y divulgación de información financiera auditada, la
existencia de adecuadas estructuras de incentivos para la contratación y destitución
de directivos y miembros del Consejo de Administración, la protección de los
derechos de los accionistas, la adecuada disponibilidad de información sobre
mercados y consumidores, la divulgación de la influencia gubernamental en los
bancos, los instrumentos para el ejercicio de la disciplina del mercado (como la
movilidad de los depósitos y de otros activos mantenidos en los bancos), la
adecuada periodicidad de la información sobre tasas de interés y otros precios, un
marco eficaz para las fusiones y adquisiciones de empresas y para la compra de
participaciones, la posibilidad de acceso de entidades extranjeras al mercado, así
como de adquisiciones financiadas con capital extranjero.
2.4. Una evaluación detallada de cada uno de los Principios, que incluye una
«descripción» del sistema con respecto a cada criterio dentro de un Principio, una
calificación o «evaluación» y «comentarios».
92
A modo de ejemplo: ¿cuántas veces han aplicado las autoridades medidas correctivas en los últimos años?
¿Con qué frecuencia se han realizado inspecciones in situ de los bancos? ¿Cuántas solicitudes de apertura
se han recibido y cuántas se han aceptado/rechazado? ¿Han preparado los inspectores informes sobre la
calidad de los activos bancarios y cómo han comunicado sus conclusiones a la alta dirección del banco y a
los supervisores bancarios?
Los criterios esenciales establecen requisitos mínimos de referencia para buenas prácticas
de supervisión y son de aplicación universal a todos los países. La evaluación de una
jurisdicción aplicando los criterios esenciales ha de reconocer, sin embargo, que sus
prácticas de supervisión deben estar en consonancia con el perfil de riesgo y la importancia
sistémica de los bancos supervisados. En otras palabras, la evaluación debe considerar el
contexto en que se aplican las prácticas de supervisión. Al igual que en el caso de los
principios esenciales, cualquier evaluación con arreglo a los criterios adicionales también
deberá adoptar el principio de proporcionalidad. La evaluación de todos los criterios deberá
ajustarse a este principio aun cuando no siempre se encuentre explícitamente mencionado
en los criterios. Por ejemplo, una jurisdicción con numerosos bancos de importancia
sistémica o con bancos que formen parte de complejos conglomerados con actividades
variadas tendrá naturalmente mayores dificultades para obtener una calificación de
«conforme» que una jurisdicción donde solo existan bancos pequeños y poco complejos,
dedicados primordialmente a la captación de depósitos y la concesión de préstamos.
Recuadro 4:
Informe sobre la Observancia de los Códigos y Normas (IOCN)
93
Por ejemplo, la regulación y la supervisión de la suficiencia del capital podrían parecer conformes, pero si se
identificasen serias deficiencias en otro principio, como la dotación de provisiones, ello podría conllevar una
sobrevaloración del capital y una falta de fiabilidad de los coeficientes.
Este cuadro tiene dos versiones: la que no incluye las calificaciones explícitas se utilizará en
los IOCN 94 , mientras que la versión con calificación solo se utilizará en la Evaluación
Detallada. Este cuadro deberá ofrecer una idea clara del grado de cumplimiento, con una
breve descripción de los principales puntos fuertes y, sobre todo, puntos débiles en relación
con cada Principio. La plantilla es la siguiente:
Cuadro 2:
Resumen del Cumplimiento de los Principios Básicos de Basilea –
Informe de Evaluación Detallada
Califi-
Principio Básico Comentarios
cación
1. Atribuciones, objetivos y potestades
2. Independencia, rendición de cuentas,
recursos y protección legal de los
supervisores
3. Cooperación y colaboración
4. Actividades permitidas
5. Criterios de autorización
6. Cambio de titularidad de
participaciones significativas
7. Adquisiciones sustanciales
8. Enfoque de supervisión
9. Técnicas y herramientas de
supervisión
10. Informes de supervisión
11. Potestades correctivas y
sancionadoras del supervisor
12. Supervisión consolidada
13. Relación entre el supervisor de
origen y el de acogida
14. Gobierno corporativo
15. Proceso de gestión del riesgo
16. Suficiencia de capital
17. Riesgo de crédito
94
El IOCN no incluye las calificaciones contenidas en el cuadro, ya que no es posible una comprensión plena
de esas calificaciones sin la descripción y los comentarios detallados (que únicamente están disponibles en el
Informe de Evaluación Detallada).
Cuadro 3:
Resumen del Cumplimiento de los Principios Básicos de Basilea – IOCN
(a) Esta sección deberá enumerar las medidas sugeridas para mejorar el cumplimiento
y la eficacia global del marco supervisor. Las recomendaciones deberán
presentarse por orden de prioridad para cada deficiencia identificada. Las
actuaciones recomendadas deberán ser concretas. También podría explicarse
cómo la actuación recomendada que permitiría mejorar el nivel de cumplimiento y
fortalecer el marco supervisor. La responsabilidad institucional para cada actuación
sugerida también deberá indicarse claramente a fin de evitar el solapamiento o la
confusión de funciones. El cuadro sólo deberá incluir aquellos Principios para los
que se hagan recomendaciones concretas.
Cuadro 4:
Actuaciones Recomendadas
95
Si no se obtiene dicha respuesta dentro de un plazo de tiempo razonable, los evaluadores deberán hacerlo
constar explícitamente y ofrecer un breve resumen de la respuesta inicial de las autoridades durante la
reunión que éstas y los evaluadores celebran al final de la misión de evaluación («reunión de conclusiones»).