Pbro - ydr.EzequielArellano. Anuario GRHIAL (Semblanza)

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Anuario GRHIAL.

Historia de la Cultura, las Ideas y las Mentalidades Colectivas. Revista Digital.


Año 10, Volumen X, Nº. 10 (Enero-Diciembre, 2016)
SECCIÓN ‘SEMBLANZAS’

Monseñor Ezequiel Arellano: un gigante del deber.

(Ezequiel Bishop Arellano: a giant of duty)

Sánchez, Néstor Abad.


(Director del IMUCU. Bailadores, Estado Mérida)

1.- Introducción.

“En Bailadores está ese padre Arellano, especie de gigante contumelioso, que suele arreglar
a trompadas los asuntos de la fe” (Picón: 1962: 39), quien lee así de secas en Viaje al
Amanecer de Mariano Picón Salas, esta frase, se sorprende y hasta se asusta, pero por
curiosidad no deja la lectura para conocer más de ese cura bárbaro o de ese pueblo de
bárbaros que era Bailadores a finales del siglo XIX, cuando se encarga de la Parroquia el
Pbro. y Dr. Ezequiel Arellano, el 4 de febrero de 1898.

Picón Salas nos explica ese calificativo de guapetón del padre Arellano al señalar: “Pero es
que cuando lo mandaron de cura, aquel pueblo era una guarida de facinerosos. En los
páramos que rodean al pueblo asaltaban a los viajeros. La policía local establecía como
jefes civiles a asesinos en disponibilidad que gobernaban con sus respectivas bandas.
Después de la misa del domingo los grupos armados se ponían a jugar gallos en la plaza y
por el “gallo giro” o “la flor de Canaguá” se iban a las manos. Los “coroneles” del gobierno
que desempeñaban la magistratura local tenían su harén de concubinas que lucían muy
ostentosas en las fiestas de la iglesia con sus pañolones de seda, sus prendedores de oro y la
saya crujiente. Curitas suaves contemporizaron demasiado con tales bárbaros. Hasta que


Elaborado en marzo de 2016. Remitido a la revista en abril de 2016. Aprobado por el arbitraje interno para
su publicación el 15-6-2016.

Escritor. Promotor cultural. Fue Director del Archivo General del municipio Tovar y Cronista Oficial de la
Ciudad de Bailadores. Actualmente es el Director del Instituto Municipal de Cultura del municipio Rivas
Dávila, estado Mérida.
1
llegó el padre Arellano… Y en la primera misa dominical le espetó su plática a los
feligreses: “Me gusta dirigir un pueblo de guapos, porque ustedes saben, queridos
hermanos, que yo tengo también tabaco en la vejiga1. ¡Ay del que se desmande! Se va a
acabar la sampablera2 esa que forman en la plaza después de la misa. Yo me sé apretar los
pantalones.”3 Para quienes estaban acostumbrados a los curas blandengues, esta osadía
desde el pulpito era un reto, pues significaba perder el poder y respeto ante la gente. Lo
cierto es que los métodos del padre Arellano por ortodoxos que nos parezcan surtieron
efecto y muchos de los “coroneles” o pranes como ahora los llaman en las cárceles,
prefirieron emigrar a pueblos vecinos y así vemos a principios del siglo XX, a un Obdulio
Contreras, Ramón Arellano o Pacomio Medina, rotándose en las jefaturas civiles de Zea,
Tovar, Guaraque y Santa Cruz de Mora.

El mismo Mariano Picón Salas lo cuenta en su narración: “Y sustituyendo a la Justicia


Civil, el padre Arellano mandó gente a la cárcel; celebró matrimonios públicos para casar
las parejas en concubinato y haciéndose simpático, a la par que fuerte, hizo cosas que si no
eran enteramente evangélicas parecían necesarias para apaciguar el alborotado pueblo. Se
tomaba sus grandes vasos de chicha y de caña en los matrimonios y bautizos; sacaba una
vieja a escobillar una polka, decía su bomba a la pareja y se montaba en su caballo chúcaro,
emulando a los mejores chalanes de la belicosa villa” 4. Fue tanto el bien que hizo, que
permaneció en Bailadores hasta su muerte en 1916; a pesar que llegó a ser Vicario General
de la Diócesis. Su vida está llena de misterios y leyendas, sus extravagancias lo hicieron
famoso, aunque era un hombre sumamente culto, le toco vivir una época difícil, con razón
proclamó Hipócrates: Similia similibus curantur5, “Lo semejante se cura con lo semejante”.
Es decir, que en aquellos tiempos, los curas que triunfaban eran los que más se parecían a
los “coroneles” y aplicaban sus mismos procedimientos.

1
Tabaco en la vejiga, tener… Modismo venezolano que indica que se posee gran decisión y valor. Así le
dicen en los Andes a quienes no se dejan mancillar.
2
Sampablera: Alboroto, desorden.
3
Ibídem. p. 40.
4
Ibídem. p. 40.
5
Principio que luego fue desarrollado por el médico sajón Samuel Hahnemann (1755 - 1843) como una forma
de mejorar el espíritu vital del cuerpo. Su premisa fundamental es "lo similar se cura con lo similar", que se
convirtió en un axioma conocido como la “Ley de similitud”.
2
2.- Orígenes y formación.

Ahora ustedes se preguntan: ¿Quién era ese extraño cura? ¿Dónde nació? ¿Cómo se formó?
Y lo más importante: ¿Cuál es la razón de celebrar los 100 años de su muerte?

El Presbítero y Doctor Ezequiel Arellano Acevedo nació el 6 de enero de 1838 6, en un


vistoso sitio de la Aldea Otrabanda, llamado La Raicita, de la Villa de Bailadores, sus
padres: Juan José Arellano (m. 29/09/1853) y María Antonia Acevedo; nieto de Carlos
Arellano Ramírez y bisnieto de Patricio Ramírez de Arellano y Rosa Ramírez, quienes
vivieron entre Bailadores y La Grita en la primera mitad del siglo XVIII 7. Fue bautizado el
12, padrinos: Don José de Jesús Mora y Doña Dolores Ramírez; confirmado por Monseñor
Juan Hilario Bosset durante su primera visita pastoral a Bailadores en 1842 y recibió la
primera comunión de manos de Fray Benito Ferrando.

Formado en un hogar cristiano de acendrada fe y educado en la escuela que regentaba Don


Matías Nicanor Codina, quien huyendo desde Cúcuta se había avecindado en Bailadores en
1837. Inspirado por seguir los pasos de su primo hermano el Pbro. y Dr. José Concepción
Acevedo, ingresa con el apoyo de sus padres y de su tío el Dr. Pedro Juan Arellano
Belandria al Seminario de Mérida.

A los catorce años, ya está en el Seminario Menor estudiando Latinidad, según lo refrenda
el Dr. Jesús de la Cruz Dugarte y en 1953 pasa a estudiar Mayores. El 21 de julio de 1855,
fue examinado en Gramática Latina, Elementos de Retórica y Métrica, siendo aprobado
competente para cursar Filosofía.

De acuerdo a la certificación del Dr. Bartolomé Febres Cordero, en 1856 el joven


seminarista asistió a las clases de Matemática. En 1857 es alumno regular de las clases de
Filosofía Intelectual que regentaba su tío y mentor el Dr. Pedro Juan Arellano. El 14 de
6
AAM. Sección 45A Libros Parroquiales. Parroquia Nuestra Señora de la Candelaria de Bailadores. Libro de
Bautismos 4º (1805-1839), f. 250r. También puede consultarse en la versión digital: "Venezuela,
Arquidiócesis de Mérida, registros parroquiales y diocesanos, 1654-2013," database with images,
FamilySearch (https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:VN5N-QPG: accessed 7 March 2016), Ezequiel
Arellano Acevedo, 12 Jan 1838, Baptism; citing parish, Archivo de la Archdiócesis de Mérida, Mérida
(Mérida Archdiocese Archives, Mérida); FHL microfilm 1,699,805.
7
José Ernesto, Becerra Golindano: Apuntes sobre la familia del general Marcos Evangelista Pérez Jiménez.
Disponible en internet: <http://www.scielo.org.ve/pdf/te/v20n54/art04.pdf>. Consulta: 09/03/2016.
3
junio de 1858 se dirige al señor Rector de la universidad, solicitándole que: “Habiendo
cumplido el Trienio de Filosofía en mayo último, i deseando continuar mi carrera literaria
condecorado con el grado de Br. En Filosofía, así por ser de necesidad para el ascenso en
dicha carrera, como por servirme de estímulo para adelantar más en ella, vengo en suplicar
a Ud. se digne tenerme por presentado al efecto i fijar día para el examen…”. En atención a
su petición, el 23 de junio se procedió a realizar dicho examen, constituyendo el jurado
examinador los notables maestros y doctores de la Universidad: José Francisco Mas y Rubí,
Rafael Alvarado y Pio María Picón, quienes le formularon la siguiente pregunta: “El
criterio de la conciencia es infalible cuando se refiere a lo que pasa en el interior”, su
respuesta fue calificada de sobresaliente y el 6 de enero de 1859, le es dispensada la
Tonsura por el Obispo Dr. Juan Hilario Bosset. Continúa sus estudios y el 31 de agosto de
1862 le confieren el grado de Licenciado en Teología. Han pasado 10 años de su venida a
Mérida y de manos del Dr. José Merced Pineda, Rector de la Universidad recibe el grado de
Doctor en Sagrada Teología el 28 de septiembre.

En este mismo año, logra alcanzar el Subdiaconado el 5 de abril, el Diaconado el 19 de


abril, por último el Presbiterado el 20 de septiembre y el 08 de diciembre canta su Primera
Misa en Bailadores, con asistencia de once sacerdotes, entre ellos su primo hermano Dr.
José Concepción Acevedo, Dr. Juan Bautista Arias y Dr. Sebastián Fernández Peña.

3.- Trayectoria.

Su labor sacerdotal la inicia en Pueblo Nuevo del Sur, donde ejerció a partir del 15 de
diciembre de 1862 como cura encargado y del 7 de febrero de 1863 como cura propio hasta
1864, mientras permanecía vinculado a la Universidad como encargado de la cátedra de
Etimología Latina. En Pueblo Nuevo del Sur gestiona la construcción del cementerio y
logra obtener la licencia8.

8
Expediente sobre la solicitud del Pbro. Dr. Ezequiel Arellano, Cura de la Parroquia de Pueblo Nuevo,
dirigida a Mons. Dr. Juan Hilario Bosset, Obispo de la Diócesis de Mérida, pidiendo licencia para construir un
cementerio en su parroquia, y así suplir las necesidades de los vecinos de los campos aledaños. Se incluye: a)
Aprobación de José Vicente Quintero, Fiscal Promotor Canónico y b) Carta de aprobación de la solicitud por
parte de José Asunción Contreras, Vicario General de la Diócesis, quien además hace mención de las normas
a cumplir al momento de la construcción del cementerio (Original en buen estado). 1863, diciembre 14 - 30.
Mérida. Boletín del Archivo Arquidiocesano de Mérida. Tomo X. Nº 26. Enero-Diciembre 2006. Pág. 41.
4
El 23 de marzo de 1865, es nombrado como primer cura párroco de la Iglesia de Ntra. Sra.
de las Mercedes de Zea, cargo que ejerce hasta el 3 de febrero de 1875, cuando monseñor
Tomás Zerpa le acepta la renuncia que había enviado el 18 de enero y donde expresa sus
motivos: “Hoy creo deber separarme, no ya a descansar; sino a respirar otros aires más
benignos para mi salud, i a vivir siquiera sea un poco de tiempo de escusados al venerable
Cura de la matriz de San Cristóbal con quien estoy entendido sobre el particular.” 9 A pesar
de esto, permanece en Zea hasta 1878. Fueron trece años fructíferos de servicio a la
parroquia de Zea y atender también a la de Yegüines, que había sido agregada a la de Zea a
pesar de la férrea oposición de los feligreses de San Simón. En Zea se esmeró por equipar
la iglesia, fomentar la educación, el mismo daba clases en la escuela unitaria de varones y
después trae como maestro a su hermano Epifanio Ramón Arellano, quien muere en Zea el
5 de febrero de 1900, donde se casó y formo un hogar con Visitación Mora. Preocupado por
la educación de las niñas funda en 1865 la Escuela Unitaria N° 2 de hembras, siendo las
primeras maestras su tía política Visitación de Arellano y su tía por parte materna Elena
Acevedo.

Por alguna razón, Zea se convirtió para el Dr. Arellano en el refugio para su familia, otra de
sus hermanas Hortencia Arellano, que murió en Zea el 9 de mayo de 1912, se casó con Don
Esteban Méndez. Su madre María Antonia Acevedo, que había enviudado, se volvió a casar
en Zea con Eustaquio Romero y fueron padres de Tomás casado con Carlota Mora, Carlos
con Petra Pereira y Ramona Romero con Santos Salas, por ese motivo aparecen como
reclamantes en su testamento sus sobrinos: Fernando, Amenodoro, Sergio, Alejandro,
Mercedes, Magdalena y Benita Salas, además de Lucia Romero, todos vecinos de Zea.

Debo significar la preocupación y empeño del padre Arellano en la apertura del camino real
que por El Cambur enlazaba a Zea - El Amparo - Tovar, fueron muchas las jornadas de
trabajo por establecer vías de comunicación seguras para los zedeños. Lamentablemente no
encontré a mano entre mis papeles una serie de apuntes sobre el particular, pero prometo
ubicarlos para que entendamos su dimensión como sacerdote progresista y sus valiosos
aportes a Zea.

9
Archivo Arquidiocesano de Mérida. Curato N° 11-009. 1875.
5
De Zea es trasladado por mandato de monseñor Zerpa a la Parroquia Nuestra Señora de la
Consolación de Táriba, en junio de 1878, donde se ejerce como singular benefactor por 16
años hasta diciembre de 1893. Dada la cercanía también atendía la parroquia San Agatón de
Palmira (1880 - 1884). En Táriba le tocó recibir las Visitas Pastorales XIII y XIV del
Obispo Dr. Román Lobera, del 15 al 24 de octubre de 1881 y del 9 al 18 de octubre de
189010. Del 05 de mayo de 1893 al 26 de enero de 1898 se desempeña como el sexagésimo
segundo párroco de la Parroquia Matriz de San Cristóbal 11. De 1888 a 1898 Vicario foráneo
de San Cristóbal, es decir representante del Obispo de Mérida en ese Estado del Occidente
Venezolano.

En los 20 años que estuvo en el Táchira, bendijo el templo de María Auxiliadora de


Cordero el 03/05/188112 y colocó la primera piedra de la iglesia de San Pedro del Río el
30/08/187813; además de fomentar el culto religioso con gran esplendor y aprovechamiento
espiritual; creo escuelas primarias y colegios de varones para la enseñanza superior como el
San Agustín; ayudo con su propio peculio a jóvenes en la carrera del sacerdocio como:
Melquiades Rosales y Máximo Pino, convertidos luego en sacerdotes multiplicadores de la
fe cristiana; en 1888 en compañía de Antonio María Cárdenas D. rindió un detallado
informe sobre la situación de la educación en el Distrito Cárdenas14; fundó, dirigió y
sostuvo el periódico La Abeja (San Cristóbal, 1894 15 - 189716), además de ser el autor de la
Interesante relación auténtica de la devoción de la imagen de nuestra Señora de la
Consolación, publicado en 191017, de acuerdo a un relato18 que ya había divulgado en La
10
“Visitas de Obispos a Táriba”, Boletín Diocesano. Mérida, 1º de junio de 1912 (Nº 6), p. 44.
11
Gilberto, Santander Ramírez: Historia Eclesiástica del Táchira. San Cristóbal. Tomo II. Impreso en Formas
LEM, C.A. 1986. p. 946.
12
Ídem. Tomo III. p.p. 1151-1152.
13
Ibídem. Tomo III. p.p. 1306. En compañía del Vicario de San Cristóbal Pbro. y Dr. José Concepción
Acevedo y del cura interino de Michelena Pbro. Luis María Chipia.
14
J. N., Contreras Serrano: Cipriano Castro. Gobernador del Táchira (1888 - 1889). Tomos I y II. Biblioteca
de Temas y Autores Tachirenses Nº 142. Caracas. Talleres Gráficos de la Nación. 1998. p.p. 244 - 245.
15
Horacio, Cárdenas: Bibliografía y Hemerografía del Estado Táchira 1729 – 1889. Serie Bibliografías
Estadales de Venezuela 1. Caracas. Litografía Melvin. 1993. p. 581.
16
Ibídem. p. 630. En su propia imprenta. (Ver registro Nº 7410)
17
Ezequiel, Arellano: Interesante relación auténtica de la devoción de la imagen de Nuestra Señora de
Consolación. Táriba. Imprenta Bolívar. 1910. pág. 48.
18
Ezequiel, Arellano: Breve reseña o relato de la devoción a la Santísima Virgen de Táriba, s.f. Citado por
Rafael, María Rosales: La Virgen que alumbró una historia. San Cristóbal. 1967, pp. 12-13, y Lucas
Guillermo, Castillo Lara: Raíces pobladoras del Táchira: Táriba, Guásimos (Palmira), Capacho. Caracas:
6
Abeja de Bailadores en 190919, con la abundante documentación que tuvo entre sus manos.
Siendo esta la versión más divulgada y aceptada por la mayoría de los autores que han
escrito al respecto en el siglo XX, sobre el origen de Nuestra Señora de la Consolación en
Táriba.

En San Cristóbal se le considera un sacerdote muy valiente y aún se recuerda como en 1886
en una de las guerras fratricidas hizo frente a las balas para cumplir su misión de Mensajero
de la paz y en mayo de 1892, daba de beber, sin preocuparse por su vida, al sediento
moribundo desde la ventana de su casa en la plaza de Bolívar de Táriba, en lo más duro de
la pelea. Amigo personal del general Cipriano Castro, vivía al lado de su casa.

4.- Párroco de Bailadores.

A comienzos de 1898 retornó a Mérida y el 4 de febrero asumió los destinos espirituales de


Bailadores, como Párroco Titular, fue un profeta en su tierra, pues acometió con esmero la
transformación espiritual y cultural de su lar nativo y lo logró.

Al caer la tarde del 5 de agosto de 1899, el general Cipriano Castro entra a Bailadores, lo
recibe el Pbro. Dr. Ezequiel Arellano, que lo hospeda en la Casa Parroquial. En la noche se
reúnen con el general José María Méndez y tienen una gran desavenencia sobre la presencia
de las tropas trujillanas en sitios estratégicos, ante lo cual el general José María Méndez le
promete que mañana le entregaría: “La vida o Tovar”20

Recibió el nuevo siglo con gran esperanza por el ascenso al poder del general Castro y su
Revolución Liberal Restauradora, pero siempre temeroso escribió en el libro de bautismos:
“Villa de Bailadores 31 del año del señor 1900 el cura hijo de este pueblo presbítero Dr.
Ezequiel Arellano siglo XX en el nombre de Dios Todopoderoso” 21, estaba consciente que
vendrían tiempos difíciles como el extrañamiento de Monseñor Jesús Manuel Jáuregui

Academia Nacional de la Historia, 1986, pp. 53-54. Castillo Lara le hace varios reparos a la historia relatada
por el Padre Arellano, pp. 56-57.
19
“Breve reseña de la devoción a la Santísima Virgen en Táriba, bajo la advocación de Nuestra Señora de
Consolación”, La Abeja. Bailadores, noviembre 20 de 1909 (Nº 194), p. 4.
20
Rafael, Gallegos Ortiz: Cuentas y cuentos de mi pueblo. Caracas. 2ª edición del primer tomo corregido y
aumentado. Colección “Escrito al Trote”. Graficas Franco, srl. 2003. p. 22.
21
AAM. Sección 45A Libros Parroquiales. Parroquia Nuestra Señora de la Candelaria de Bailadores. Libro de
Bautismos 23º (1893 – 1903) del 31-01-189 al 16-06-1903. Folios 234-235.
7
Moreno, el bloqueo de las potencias extranjeras y la traición del compadre Juan Vicente
Gómez.

El Pbro. y Dr. Ezequiel Arellano, adquirió e introdujo la primera imprenta a Bailadores en


190022, comprada al Dr. Jesús Manuel Jáuregui Moreno, la misma en que se editaba en La
Grita el periódico La Azucena del Colegio de niñas que regentaban las señoritas: Beatriz
Camargo y Sara Guerrero. Como una vez adquirida la imprenta, la dejó por casi dos años
en La Grita, cuando la trajo ya estaba casi inútil y sólo era posible editar publicaciones muy
sencillas como la oración del “Poderosísimo Patrono San José”, por esa razón, bajo su
dirección los números 1 al 78 del periódico La Abeja (1902 - 1914) 23 salieron en la
Tipografía El Comercio de San Cristóbal, cuando la edición cesó por la inutilidad de la
máquina, de inmediato hizo traer otra de San Cristóbal, en octubre de 1902, la cual
convirtió en la Tipografía “Bailadoreña”, luego Tipografía de la Abeja (1903) y después
Imprenta de “La Abeja” (1904), se editaban 350 ejemplares, dos veces al mes. En esa
misma Tipografía también se imprimieron: El Galerín (1902 - 1904)24 que luego cambio de
nombre por El Aspirante (1904 – 1913) 25, Los Ecos Guaraquenses y El Eco Popular de La
Grita en 1906.

El 21 de febrero de 1901 le escribe una carta al general Cipriano Castro, recordándole su


exigencia y su reclamo de indemnizar al pueblo de Bailadores por el saqueo que cometió el
general Antonio Fernández como Jefe expedicionario de Andrade, pues “robaron lo
incalculable”. Con justa razón el Obispo Silva lo calificó de “anciano venerable y
valetudinario”

22
“La Imprenta en Bailadores”, La Abeja. Bailadores, abril 21 de 1906 (Nº 129), p. 1. Datos que luego fueron
compilados por Tulio Febres Cordero: Archivo de Historia y Variedades. Caracas. Editores Parra León Hnos.,
1931, T. II. p. 87.
23
Yolanda, Natera (compiladora): Hemerografía Merideña. Mérida. Editorial Venezolana C.A. 1983. p. 34.
Primer ejemplar inventariado Nº 78, 1 de diciembre de 1902 y último Nº 252, 30 de marzo de 1914. Del Nº 1
al 78 se editó en la Tipografía del Comercio - San Cristóbal y a partir del Nº 79 en la Tipografía de la Abeja -
Bailadores.
24
Ibídem. p.p. 159-160. Fundado y dirigido por el Br. Apolonio Rosales. El Nº 1 de El Galerín salió el 15 de
octubre de 1902 y hasta el Nº 15, 11 de abril de 1904, llevó ese nombre.
25
Ibídem. p. 160. El Galerín a partir del Nº 16, 10 de mayo de 1904 pasó a ser El Aspirante, identificándose
en el subtítulo como el Órgano de los Intereses Generales del Distrito Rivas Dávila hasta el Nº 48 de 1907;
del Nº 49 de 1907 Variedades… Distrito Rivas Dávila y desde 1911 Órgano del “Club de Lectura” e intereses
generales del Distrito.
8
En 1902 fundó El Hospicio de Santa Teresa para niñas pobres y desamparadas en una
quinta del mismo nombre y de su propiedad, ubicada en la margen derecha del rio
Mocoties, al pie de la explanada de La Capellanía. El Hospicio era dirigido por la señorita
María del Carmen Medina “Carmelita Medina”, en compañía de sus hermanas Tomasa
(subdirectora) y Bernardina Arellano26. En septiembre de 1907 hizo venir de San Cristóbal
a la señorita María de Jesús Hijuelos, de nacionalidad colombiana, y la encarga del
Hospicio27, quien a pesar de lograr “satisfactorios resultados” en la enseñanza de
confección de cortes, costuras y dibujo, diez meses después en julio de 1908, se trasladó a
Mérida28. Encargándose nuevamente la señorita María del Carmen Medina. En esos
mismos años, existían en Bailadores seis escuelas de ambos sexos, distribuidas así: dos
Nacionales en la población y una particular El Hospicio. Tres en la aldea La Playa: una
Federal y dos particulares; de las cuales: El Hospicio y una de las particulares de La Playa
las sostenía el Dr. Ezequiel Arellano, quien a era el Intendente de Instrucción Pública del
Distrito29

En mayo de 1909, publicó sin más explicación este curioso aviso en La Abeja: “Vendo
todos los bienes inmuebles que poseo en jurisdicción de esta Villa” 30. Lo cierto es que
nunca vendió nada. ¿Qué lo motivó? o ¿a dónde pensaba ir?, nos queda de gran
interrogante.

El 19 de abril de 1910, con motivo del centenario de tan magna efemérides, nos legó por
escrito el discurso que pronunció en la homilía, lo dicho en esa oportunidad tiene plena
vigencia en nuestro tiempo, tan borrascoso como aquel: “Los días que corren son malos; la
iniquidad nos envuelve y en medio del desastre moral en que nos debatimos, nos
preguntamos ¿a dónde irá a parar Venezuela?”. Tan cierto esto ayer como hoy o ¡acaso
ahora no escuchamos lo mismo! y señalaba lapidariamente: “Los males que nos quebrantan

26
“Exámenes”, La Abeja. Bailadores, septiembre 5 de 1908 (Nº 170), p. 4 y abril 15 de 1909 (Nº 181), p. 4.
27
“…la expresada Señorita estudio doce o catorce años en un colegio de Pamplona” “Bienvenida”, El
Aspirante. Bailadores, septiembre 30 de 1907 (Nº 51), p. 4.
28
“…esta Señorita fue llamada para la capital del Estado con el propósito de establecer la industria de jipijapa
en aquella ciudad y para clases intelectuales en algún plantel de instrucción” “María de J. Hijuelos”, El
Aspirante. Bailadores, julio 31 de 1908 (Nº 61), p. 4.
29
“Escuelas”, El Aspirante. Bailadores, septiembre 30 de 1907 (Nº 51), p. 1.
30
“Vendo”, La Abeja. Bailadores, mayo 1 de 1909 (Nº 182), p. 4.
9
no podrán ser curados sino por Dios y la influencia moralizadora de la iglesia con la
práctica de su enseñanza y los Santos sacramentos: todo lo demás es mentira”. Después de
leer la Parábola del Buen Samaritano, concluyó su intervención señalando que: “El poder
pagano es tiránico, es dominador que todo lo absorbe y hace desaparecer en sí mismo todos
los otros poderes diciendo: El estado soy yo: yo el jefe, y de aquí el espíritu permanente de
odio y rebelión en los pueblos que no son serviles”31

5.- Provisor y Vicario General de la Diócesis de Mérida.

El 1 de enero de 1911, una vez culminada la función religiosa de las cuarenta horas y
después de permanecer durante doce años en Bailadores, entre lágrimas y el llanto de
muchos feligreses se despide el Pbro. y Dr. Ezequiel Arellano 32; en diciembre del año
anterior había sido designado Provisor y Vicario General de la Diócesis de Mérida,
dignidad que antes había rechazado en tiempos de monseñor Lovera y que asumirá el 6 de
enero de 191133. En hoja suelta intitulada “Despedida” del 20 de enero de 1911 e inserta en
la edición número 86 de El Aspirante del 28 de enero, un sinnúmero de amigos manifiestan
con nostalgia lo siguiente: “Elevado es el Solio que la Iglesia le ha ofrecido; y muy
merecido se lo tiene él por su vasta ilustración, por su fervor por el Culto y por sus
señalados servicios al pié de los altares; pero no por ello ni tampoco por ser un motivo de
orgullo para este pueblo que lo vio nacer, el puesto que se le ha ofrecido, dejamos de sentir
los que nos llamamos sus amigos, su separación de nuestro seno…” y al señalar su obra
material la resumen en: “El Asilo de niñas pobres fundado y sostenido por Monseñor
Arellano, y la Imprenta introducida por él por primera vez a estos viejos lares… amén de
otras obras de ornato y de progreso, quedan allí como piedras miliarias, señalando época en
el desenvolvimiento civilizador… y ese Asilo y esa Imprenta, con sus mil lenguas vivas, se
encargaran de cantar mañana la gloria del ilustre sacerdote” Por su parte, en respuesta a
todos esos amigos, en la primera página de la edición de La Abeja de enero y fechado en
31
“Discurso pronunciado por el cura de Bailadores en la función religiosa del 19 de Abril”, La Abeja.
Bailadores, abril 30 de 1910 (Nº 204), p.p. 1 y 4.
32
“Despedida”, El Aspirante. Bailadores, enero 28 de 1911 (Nº 86), p. 1.
33
Néstor, Fernández Pacheco: Perfiles: semblanza de los arzobispos, obispos y de algunos eminentes
presbíteros del clero secular de la historia de la Arquidiócesis de Mérida / Venezuela. Mérida. Tercera edición
actualizada y ampliada. Editorial Casa Blanca. 2001. p. 312.
10
Mérida el 6, Monseñor Arellano publicó una nota dirigida a los vecinos de Bailadores,
Tovar y Zea, donde les participa que: “Deberes ineludibles me obligaron a separarme de
vosotros, pero la más grata memoria quedará en mí siempre gravada de vuestro afecto, de
vuestro respeto y noble circunspección”34

Al mes de estar en Mérida, el 01 de febrero dicta su primera pastoral con ocasión del
centenario del terremoto del 26 de marzo de 1812, donde exhorta a los sacerdotes a
reafirmar el Voto Solemne de adoración a la Divina Majestad, consistente en un día de
exposición del Santísimo Sacramento35 y el 22 de abril solicita la erección canónica del
ejercicio del viacrucis en los oratorios de San Vicente Ferrer, ubicados en La Playa.

El 20 de septiembre de 1912, con la jerarquía de Provisor arriba a sus Bodas de Oro


sacerdotales, como “Suntuosísima Fiesta” la calificó el Boletín Diocesano36 y de acuerdo a
la reseña que publicó en La Abeja, las celebró acompañado del Dr. Hugo Zambelli
Palmieri, Canónigo Lectoral de la Catedral de Mérida; el Pbro. y Dr. Álvaro Fonseca,
Vicario de La Grita; el Pbro. José Amable Escalante, Vicario de Tovar y los sacerdotes: Dr.
J. Primitivo Galavís, cura de Bailadores; Ramón de la Rosa Mora, cura de San Pedro de
Seboruco; Ramón de J. Angulo, cura de Zea; Acacio Chacón, cura de Pregonero e Hilario
de J. Parra; además de un sinfín de fieles de Bailadores, Tovar y Zea. En dicho acto
religioso predicó y llevó la palabra elocuente el Dr. José Amable Escalante y diaconaron
Parra y Mora37. El 22 los vecinos de la aldea La Playa le obsequiaron a Monseñor Arellano
“…una comilona en el llano que rodea la capilla” y por la noche le ofrecieron a una función
teatral que fue clausurada con galanas y elocuentes frases por parte del Dr. Gerónimo
Maldonado, h.38

A solicitud del Obispo, el Boletín Diocesano correspondiente al mes de octubre 39 está


dedicado al año jubilar de su sacerdocio, con el testimonio de sus amigos del Táchira,
34
“A los vecinos de Bailadores, Tovar y Zea”, La Abeja. Bailadores, enero 15 de 1911 (Nº 222), p. 1.
35
Boletín Diocesano. Mérida, 1º de febrero de 1912 (Nº 2), pp. 9-10.
36
“Suntuosísima Fiesta”, Boletín Diocesano. Mérida, 1º de noviembre de 1912 (Nº 11), p. 89.
37
“Mis Bodas de Oro de Sacerdocio”, La Abeja. Bailadores, octubre 1 de 1912 (Nº 238), p. 1.
38
“Acto Teatral”, El Aspirante. Bailadores, septiembre 30 de 1912 (Nº 101), p. 3.
39
Boletín Diocesano. Mérida, 1º de octubre de 1912 (Nº 10), p.p. 71-86.
11
Mérida y Trujillo; es el reconocimiento sincero a un sabio patriarca del clero merideño, que
bien pudo terminar sus días rodeado de fama y con el aplauso de todos, pero por
desacuerdos con algunas indecisiones y medidas tomadas por monseñor Antonio Ramón
Silva, renuncia a su cargo en agosto de 1913, de inmediato el Obispo nombró al Pbro.
Miguel Ignacio Briceño Picón40, quien no acepto por inconvenientes que le imposibilitaban
venir a Mérida. El 14 de septiembre con ocasión de la festividad Centenaria del Triunfo de
la Santa Cruz, Monseñor Silva antes de la Misa Pontifical dio posesión del Provisorato y de
la Vicaria General al Pbro. y Dr. Álvaro Fonseca41.

Lo que para Mérida constituía el centenario de la Campaña Admirable (1813 – 1913), fue el
año más difícil para la Diócesis Merideña, debido a que un grupo de notables a cuya cabeza
estaba el Dr. Antonio Justo Silva, enfrentan el poder del Obispo Silva, a quien acusan de
tolerar conductas censurables entre algunos sacerdotes de la Diócesis y lo más grave de
protegerlos. La polémica se inició el 6 de abril con la publicación en imprenta y posterior
difusión en la ciudad de una Carta Abierta, donde el Dr. Silva hace graves señalamientos
contra el Pbro. Evaristo Ramírez42, hombre muy cercano al Prelado por su condición de
Secretario de Cámara, Rector del Seminario, Párroco de El Sagrario y Presidente del
Consejo de Instrucción Pública: “…lo acusaba de ser mujeriego, de aprovecharse de los
bienes de la Curia y de usar sus influencias para perjudicar a otros” 43, en la hoja suelta lo
llamaba sin reservas “favorito de un Obispo meritorio” y que era uno de entre los malos
sacerdotes “…sin fe, sin ninguna virtud evangélica, enamorados, especuladores, plateros,
comerciantes”44

Motivado a que Mons. Silva se encontraba de visita Pastoral en Trujillo y del fuerte
impacto que causó esta denuncia en el pueblo de Mérida, el Cabildo Eclesiástico integrado
40
“A última hora”, Boletín Diocesano. Mérida, 1º de septiembre de 1913 (Nº 21), p. 183.
41
Boletín Diocesano. Mérida, 1º de octubre de 1913 (Nº 22), p. 192.
42
Por cierto y como nota curiosa. Evaristo Ramírez Colmenares nació en Táriba el 26 de octubre de 1872 y
fue bautizado en la iglesia de Nuestra Señora de la Consolación por el Pbro. Ezequiel Arellano, el 29 del
mismo mes y año (Libro XVI, folio159). Sus padres: Nicolás Ramírez y Felipa Colmenares. Ídem. Tomo I. p.
273.
43
Jesús, Rondón Nucete: Los años difíciles del Obispo Silva 1913 - 1916. Mérida. Publicaciones del
Rectorado de la ULA. Talleres Gráficos de Producciones Karol C.A. 2004. p. 25.
44
Ídem. p. 25.
12
por los presbíteros: J. Clemente Mejía, J. Trinidad Colmenares, Félix Morales Pernía, Hugo
Zambelli y Pedro F. Ramírez, se reunió y acordó manifestar al Obispo “su inquebrantable y
franca adhesión”45, además convocaron ante la Curia al Dr. Silva, quien confirmó ser el
autor de la Carta Pública. Siguiendo las instrucciones de la “advertencia” que el 24 de abril
el Obispo Silva había dirigido “a los sacerdotes y a los fieles”, le señalaron al Dr. Silva que
las quejas contra sacerdotes debían hacerle por ante el Tribunal Eclesiástico, en forma
“explícita y clara” y no públicas por la prensa, ya que son “cuestiones de disciplina
eclesiástica”46. El Dr. Silva indignado por algunos telegramas en su contra, publicados en
“El Avisador” Nº 5889, “El Universal” y “La Religión” hizo caso omiso a las
amonestaciones y el 9 de mayo nuevamente en una segunda hoja suelta intitulada Al
Público, reveló que a pesar de sostener tres encuentros con Su Señoría todo seguía igual. Lo
que produjo que once días después el 20 de mayo, quizás presionado por el Obispo el Pbro.
Ezequiel Arellano en su condición de Provisor y Vicario General de la Diócesis, dictará el
auto de “excomunión mayor” al autor de las acusaciones. Al respecto señala el Dr. Jesús
Rondón Nucete: “La ceremonia se celebró con mucho aparato (procesión, cánticos,
incienso) en la Catedral con asistencia de canónigos, fieles y beatas (algunas objeto de
graves acusaciones)”47 Ese mismo día rodó otra hoja suelta A la Sociedad, en la cual el Dr.
Silva, sacerdote de mucha ascendencia en todos los sectores de la sociedad merideña,
rechazaba los cargos y la validez de la sentencia del Provisor.

La ciudad se convirtió en un hervidero de comentarios de parte y parte, era el tema


obligado del momento, lo que obligó al Tribunal Eclesiástico a abrir también juicio el 4 de
junio contra el Pbro. Evaristo Ramírez, quien tuvo que salir de Mérida.

El final de este incidente es un poco curioso, el Dr. Silva termina retractándose y así
monseñor Silva acompañado del Venerable Capitulo, a las puertas de la iglesia de El
Sagrario, de manos del Pbro. Felipe Rincón González, Vicario de San Cristóbal,
debidamente autorizado, le da la absolución. Todavía es un misterio por desentrañar hasta
donde la actuación del Dr. Exequiel Arellano como firmante de la excomunión y a la vez
45
Ídem. p. 26.
46
“Advertencia a los sacerdotes y a los fieles”, Boletín Diocesano. Mérida, 1º de mayo de 1913 (Nº 17), pp.
134-135.
47
Ídem. p. 27.
13
juez excusador de la misma fue determinante en tan sonado caso. Lo cierto es que se
termina por absolver al Justo Pastor. Lo cual el Obispo no vio con buenos ojos y al Dr.
Arellano no le queda otra que renunciar y volver a Bailadores. Prefirió la tranquilidad de la
conciencia a una fama llena de torturas por el deber no cumplido. Así son los grandes
hombres, anteponen el sacrificio personal a su gloria y prestigio, por algo corría por sus
venas sangre del precursor Don Francisco de Miranda, de quien desciende por la rama
materna.

6.- Fallecimiento.

El 9 de marzo de 1916, a las 9 de la noche 48; a la edad de 78 años, 2 meses y 3 días; con 53
años, 6 meses y 19 días dedicados al sacerdocio, fallece de una enfermedad cardiaca
Monseñor y Dr. Ezequiel Arellano Acevedo49. En paz y estimado como pocos entre la gente
de Bailadores, sus restos fueron sepultados en la nave central del Templo Parroquial de
Nuestra Señora de Candelaria. Vivió una vida llena de merecimientos y consagrada a la
gloria de Dios, a la prosperidad de los pueblos donde sirvió. Su entierro fue “cantado por
mayor, con toda solemnidad y misa de cuerpo presente”, presidido por su dilecto amigo el
Pbro. José Amable Escalante, Vicario de Tovar; en compañía de varios sacerdotes de la
región; por supuesto que falto el Obispo, quien nunca le perdono el haber renunciado,
cumplido con conciencia y ser un gigante del deber. Dejo una gran fortuna y entre los
haberes de su testamento, levantado a su muerte, están señalados cada uno de los 444 libros
de su valiosa biblioteca, que una vez inventariados fueron repartidos entre sus sobrinos y

48
AAM. Sección 45A Libros Parroquiales. Parroquia Nuestra Señora de la Candelaria de Bailadores. Libro de
defunciones 3º (1805-1839), Nº 378, f. 118v. También puede consultarse en la versión digital: "Venezuela,
Arquidiócesis de Mérida, registros parroquiales y diocesanos, 1654-2013," database with images,
FamilySearch (https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:VN5Z-8XQ: accessed 7 March 2016), Ezequiel
Arellano, 10 Mar 1916, Burial; citing parish, Archivo de la Archdiócesis de Mérida, Mérida (Mérida
Archdiocese Archives, Mérida); FHL microfilm 1,855,168.
49
Acerca de la agonía de Mons. Arellano, Don Arturo Vivas Rosales solía contar lo que había escuchado de
boca de su abuelo el Br. Apolonio Rosales: “que los últimos días los pasó en su casa, donde hoy está Mi
Cabaña, ya sin fuerzas para sostenerse. Preocupado el Pbro. José Primitivo Galavís fue a confesarlo y a
darle la última comunión, pero Mons. Arellano lo retuvo diciéndole que todavía no se iba a morir, que se
fuera tranquilo él lo llamaría cuando lo necesitará”. Pasaron unos días y el 9 de marzo lo mandó a llamar y
le dijo: “padre ahora sí me llegó la hora. Bájeme a una estera, confiéseme y deme la sagrada comunión”.
Hecho esto, murió en paz y en la mayor tranquilidad.
14
demás familiares, lamentablemente sólo Dios sabe dónde fueron a parar, allí estaban, entre
otros: Las siete partidas por Don Alfonso El Sabio, los necios no escriben; Obras escogidas
por Santa Teresa, Método de violín por D. Olard, Derecho Canónico por Donoso,
gramáticas de Castellano, Italiano, Francés y Latín; las Confesiones de San Agustín, De la
oración y consideración por Fray Luis de Granada, el Index Librorum Prohibitorum del
Papa Benedicto XIV y Miscelánea religiosa, política y literaria por Jaime Balmes, que por
cierto, estos tres últimos ahora son propiedad de La Abadía de Néstor. Para la época era una
gran biblioteca y por los temas contenidos única en la zona.

7.- A manera de balance: juicios sobre Monseñor Ezequiel Arellano.

Su vida, legado y testimonio de su especial consagración al servicio de Dios y de sus


semejantes está contenida en las páginas del Boletín Diocesano N° 10 del 1 de octubre de
1912, dedicado al año jubilar de su sacerdocio, en la pluma justiciera de eximios
representantes del clero y amigos de Táchira, Mérida y Trujillo.

Para el Pbro. J. Trinidad Colmenares H., Canónigo Mercedario del Obispado de Mérida:
“Monseñor Arellano ha llevado a todas partes su acción beneficiosa; do quiera ha resonado
su voz autorizada. Médico de las almas, pastor del rebaño de Jesucristo, padre de cuantos
carecen de afectos y de porvenir, amigo sincero de los que sufren, compañero inseparable
de los desgraciados, maestro de los ignorantes, providencia de todos los necesitados, ha
consagrado su salud, su tiempo, sus fuerzas a sus prójimos en virtud de su elevado
ministerio” 50

El Pbro. Melecio García R. desde Ejido le reconoce que: “…jamás le hemos visto un rasgo
de engreimiento, aunque se encuentra lleno de títulos y dignidades, y rodeado de amistades
de tanto valor, siendo la primera la del Ilmo. y Rmo. Sr. Obispo, quien le ha dispensado su
intimidad y confianza, como lo hiciera el Ilmo. y Rmo. Monseñor Lovera, in illo témpore…
Su predicación es ilustrada y nunca se le oye sino doctrina y moral, a imitación del divino
Maestro. Ha pasado su vida enseñando a la juventud a conocer el bien y el mal, a ser útil a
la Iglesia y al Estado…”51
50
“Labor fecunda”, Boletín Diocesano. Mérida, 1º de octubre de 1912 (Nº 10), p. 73.
51
“Sr. Redactor del…”, Boletín Diocesano. Mérida, 1º de octubre de 1912, p.p. 76-77.
15
El venerable Pbro. José Amable Escalante, en representación del Clero de la Vicaría de
Tovar, muy cercano a su vida, expresa que: “Su carácter imparcial y recto, por deber y por
conciencia, no ha minado ni aun en las circunstancias más apremiantes, sosteniendo los
derechos del desvalido, defendiendo al huérfano, socorriendo al menesteroso, sin apartarse
de la justicia.
Como celoso pastor ha exhortado, amonestado, predicado, escrito, enseñado en escuelas y
colegios y sostenido los derechos del rebaño de Jesucristo.”52

El Pbro. Álvaro Fonseca, Vicario de La Grita, quien luego lo sustituiría como Provisor y
Vicario de Mérida, como conocedor de su obra en el Táchira, sostiene que: “Vuestra larga
labor tiene páginas muy consoladoras. Habéis encanecido en el servicio de las almas.
Habéis llevado por largos años el fardo ponderoso del cargo parroquial, sin desmayar, ni
ceder; podéis, pues, decir con el Apóstol en la misión que os ha tocado: Bonum certamen
certani.” 53

La Vicaria de Valera, al dar gracias a Dios por este feliz suceso, expresa lo siguiente:
“Monseñor Arellano que ha puesto todo el contingente de sus luces y virtudes en la santa
empresa de restaurar las cosas en Jesucristo, ha sido un abanderado del progreso, y un
luchador de la civilización cristiana” 54

El Pbro. Estanislao Carrillo, Prelado Doméstico de su S.S., nos acerca a Monseñor Arellano
desde el punto de vista de su trabajo evangélico: “Habiendo sido nombrado Cura de
Bailadores, desplegó todo su celo en el cumplimiento del Sagrado deber. En esta parroquia
fundó un periódico religioso, que todavía circula: La Abeja la cual lleva a todas partes la
saludable miel de la Doctrina Cristiana”55

Don Tulio Febres Cordero reconoce los méritos de su amigo, al expresar: “Seguid, pues,
adelante en vuestra evangélica misión, llevando en el pecho las gratas impresiones de este

52
“Deber cumplido”, Boletín Diocesano. Mérida, 1º de octubre de 1912, p. 78.
53
“En las Bodas de Oro”, Boletín Diocesano. Mérida, 1º de octubre de 1912, p. 79.
54
“El Clero de la Vicaría de Valera”, Boletín Diocesano. Mérida, 1º de octubre de 1912, p. 80.
55
“Monseñor Dr. Ezequiel Arellano”, Boletín Diocesano. Mérida, 1º de octubre de 1912, p. 81.
16
día como hermosas flores recogidas en el camino, y contando, desde luego, con los votos
fervientes que todos hacemos por vuestra larga vida y fecunda labor ministerial”56

Desde Trujillo Alfredo Carrillo se une al jubilo, reconociendo que: “Cincuenta años de
lucha, privaciones y desvelos en la carrera del sacerdocio católico, combatiendo errores y
difundiendo la verdad, dispensando el bien por todas partes y ganando almas para el Cielo,
constituyen un acervo de merecimientos que muy pocos logran alcanzar y que atrae hacia el
mortal que lo posee, el respetuoso cariño de los contemporáneos y la admiración de la
posteridad”57

Lo que bien puede constituir su epitafio, lo señalaron sus amigos al despedirlo en hoja
suelta publicada en Bailadores el 20 de enero de 1911: “…brilló por su erudición, por los
combates reñidos con su pluma en la prensa católica, por su incansable esfuerzo por el
adelanto de esta sociedad en lo material y por la verdadera regeneración de las almas
confiadas a su celo de Pastor”

8.- Notas.
1
Viaje al Amanecer es una visión depurada de los Andes venezolanos, que coloca a su autor Mariano Picón
Salas, entre los mejores escritores de Venezuela. La obra está escrita en un estilo sencillo y autobiográfico que
nos lleva por ese mundo casi mágico de “fantasmas, neblina, frio, pájaros y mariposas” que envolvían a
Mérida en la primera década del siglo XX.
2

9.- Bibliohemerografía.
PICÓN SALAS, Mariano (1962). Viaje al Amanecer. Caracas: Ediciones Nuevo Mundo.

56
“La misión del sacerdote”, Boletín Diocesano. Mérida, 1º de octubre de 1912, p. 84.
57
“A Monseñor Arellano”, Boletín Diocesano. Mérida, 1º de octubre de 1912, p. 84.
17

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