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La Respuesta Que Dios Espera Después de Un Milagro

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LA RESPUESTA QUE DIOS ESPERA DESPUÉS DE UN MILAGRO

ISAIAS 38:1-6 En aquellos días Ezequías enfermó de muerte. Y vino a él el profeta Isaías
hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás.
2
entonces volvió Ezequías su rostro a la pared, e hizo oración a Jehová, 3 y dijo: Oh
Jehová, te ruego que te acuerdes ahora que he andado delante de ti en verdad y con
íntegro corazón, y que he hecho lo que ha sido agradable delante de tus ojos. Y lloró
Ezequías con gran lloro. 4 entonces vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo: 5 Ve y di a
Ezequías: Jehová Dios de David tu padre dice así: He oído tu oración, y visto tus
lágrimas; he aquí que yo añado a tus días quince años. 6 y te libraré a ti y a esta ciudad,
de mano del rey de Asiria; y a esta ciudad ampararé.

En los versículos que hemos leído encontramos la historia de la enfermedad del rey Ezequías,
la cual era una enfermedad de muerte, y podemos ver como Ezequías oró a Dios, clamo de
todo corazón esperando una respuesta de Dios, y el Señor no se hizo esperar, Ezequías recibió
la sanidad y el Señor le concedió quince años más de vida.

Definitivamente que todos queremos recibir de parte de Dios la respuesta que necesitamos
para nuestra enfermedad, para nuestro problema, para nuestra aflicción, pero cuando Dios nos
responde y obra un milagro en nuestra vida, ¿Cuál es la respuesta que le damos nosotros al
Señor?

Veamos primeramente en la vida del rey Ezequías y también en la vida de otras personas que
recibieron milagros de parte del Señor cuál es la respuesta que el Señor espera de nosotros
cuando recibimos un milagro en nuestra vida.

I) PRIMERA RESPUESTA: UN CORAZÓN HUMILDE (ISAIAS 38:14-15 Como la grulla y


como la golondrina me quejaba; gemía como la paloma; alzaba en alto mis ojos. Jehová,
violencia padezco; fortaléceme. 15 ¿Qué diré? El que me lo dijo, él mismo lo ha hecho.
Andaré humildemente todos mis años, a causa de aquella amargura de mi alma.)

Muchas veces las pruebas que el Señor permite en nuestra vida son por causa de la soberbia
que hay en nuestro corazón, es decir que Dios usa esa dificultad para tratar con nuestra
soberbia y que nos humillemos delante de él.

Ezequías seguramente reconoció la soberbia que había en su vida y por eso pudo expresar que
después de la amargura que vino a su vida a causa de su enfermedad él andaría
humildemente.

Después del milagro ya no podemos seguir siendo los mismos soberbios, tenemos que procurar
caminar en humildad, para con nuestra familia, para con nuestra pareja, y principalmente
humildes para con nuestro Dios, doblegando nuestra voluntad a la de él.
II) SEGUNDA RESPUESTA: UN COMPROMISO DE ADORAR A DIOS EN FAMILIA EN LA
IGLESIA (ISAÍAS 38:19-20 El que vive, el que vive, éste te dará alabanza, como yo hoy; el
padre hará notoria tu verdad a los hijos. 20 Jehová me salvará; por tanto, cantaremos
nuestros cánticos en la casa de Jehová todos los días de nuestra vida.)

Ezequías dijo: “cantaremos nuestros cánticos en la casa de Jehová todos los días.” está
verdaderamente es una respuesta en la cual muchos cristianos fallamos, pues para clamar por
él milagro estamos siempre en la iglesia, no faltamos culto, pero cuando ya recibimos la
respuesta de Dios, cuando ya él milagro está hecho, lastimosamente nos alejamos nuevamente
de la casa de Dios.

Pero tenemos que comprender que para poder darle al Señor esta respuesta de estar siempre
en su casa adorando en familia, lo primero que necesitamos tener es un corazón
verdaderamente agradecido.

III) TERCERA RESPUESTA: TENER EL VERDADERO DESEO DE CAMBIAR NUESTRA


VIDA PARA AGRADAR A DIOS (JUAN 5:13-14 Y el que había sido sanado no sabía quién
fuese, porque Jesús se había apartado de la gente que estaba en aquel lugar. 14 Después
le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no
te venga alguna cosa peor.)

Estos textos nos narran el encuentro de Jesús con el paralítico de Bethesda, el cual recibió un
milagro maravilloso de Jesús, después de treinta y ocho años de estar paralítico el Señor hizo
que volviera a caminar.

Y aunque las palabras de Jesús parecen que son duras, pero son una realidad, pues él espera
que después de experimentar su poder y su misericordia en nuestra vida anhelemos
agrandarlo, ya no seguir cometiendo los mismos pecados que posiblemente fueron la causa de
nuestra dificultad, que verdaderamente tengamos en nuestro corazón el anhelo de ya no volver
atrás.

Es importante que también tomemos en cuenta las palabras de nuestro Señor Jesús: “No
peques más, para que no te venga alguna cosa peor.” porque alguien que ha experimentado
el poder y la misericordia de Dios en su vida y aun así no tiene el anhelo de agradar a Dios
¿qué más puede esperar?

CONCLUSIÓN: Reflexionemos en nuestra vida, y reconozcamos si estaremos dando a nuestro


Dios la respuesta que él espera de nuestra vida después de darnos un milagro.

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