El Renacimiento Tardío
El Renacimiento Tardío
El Renacimiento Tardío
INFORME DE LECTURA
Música y sociedad
El ritual litúrgico
En la capilla papal y en las de los reyes y príncipes se desarrolló un nuevo estilo de
música religiosa “secularizada”. Esta secularización consistía en la ornamentación del
canto llano o su sustitución por una nueva música, así como la adición de partes
polifónicas. Estas anexiones al ritual litúrgico parecen haber estado asociadas con los
homenajes que se les rendían a los personajes de la iglesia, que en muchos casos
ejercían paralelamente alguna función como autoridad civil.
La educación musical
Los compositores realizaban su formación musical en las capillas de las catedrales y de
las iglesias mayores. La mayoría de ellos comenzaba su aprendizaje musical como
escolanos. Cuando los coristas mostraban habilidades para la música, el maestro de la
capilla se encargaba de que se les enseñara la ejecución de varios instrumentos,
comenzado por el laúd, la viola y el órgano, ya que existía la creencia de que un buen
músico debía manejar varios instrumentos, aunque tuviera un inclinación especial por
alguno determinado. El aprendizaje de la composición era accesible solo a los cantores
consumados y los diestros ejecutantes de varios instrumentos, a quienes también se les
daba la oportunidad de ampliar su formación con el estudio del latín y el griego.
Los compositores del Renacimiento generalmente iniciaban su actividad laboral con el
puesto de cantor de alguna capilla eclesiástica o de la nobleza. En este tipo de empleo
los músicos tenían la obligación de cantar en los oficios religiosos, participar en los
conciertos de música de cámara, y en ocasiones componer música para entretener a sus
patronos. A medida que los compositores adquirían años de experiencia, solían ubicarse
en empleos como “maestri di capella” en alguna iglesia o capilla de la nobleza, donde se
les requería la constante producción de obras nuevas.
Dado que entre los miembros de la nobleza existía una marcada competencia musical
por tener los servicios de los mejores compositores, existían muchas fuentes de empleo
y ofertas de buenos salarios. Esta situación generó que los compositores cambiaran con
frecuencia de sitios de trabajo y que se movilizaron por distintos países del continente.
La ejecución musical
El siglo XI ha sido considerado como la época del canto coral sin acompañamiento. Sin
embargo, muchas pinturas y documentos disponibles atestiguan el uso de instrumentos
acompañantes, los cuales se cree que doblaban las partes vocales.
Se conoce que en esta época existía la práctica de intercambiar los medios musicales, es
decir que la música instrumental podía ser ejecutada por voces o viceversa.
Era común la práctica de la improvisación ornamentada de una parte polifónica. Existen
tratados de la época que explican la forma de realizar dichas improvisaciones, las cuales
eran realizadas tanto por cantantes como por instrumentistas y se denominaban
“diminutio” o glosas, ya que consistían en la sustitución de notas largas por otras más
cortas. También fue muy popular la técnica de improvisar una o más partes sobre el
canto llano.
El lenguaje del contrapunto imitativo. Los modos y las nuevas ideas sobre la armonía.
Los rasgos estilísticos del desarrollo musical del siglo XVI se constituyeron sobre la
base de los aportes realizados por Josquin des Pres y sus contemporáneos
francoflamencos. Algunas de las principales características de este nuevo estilo fueron:
una estructura contrapuntística homogénea basada en la imitación de motivos breves; un
mayor interés por las cualidades expresivas en la armonía, especialmente en cuanto a las
sonoridades del acorde; y el abandono de las formas antiguas como las misas sobre un
“cantus firmus”. En el contexto polifónico, se le daba a todas las voces la misma
importancia, por lo que generalmente ninguna voz sobresalía.
En relación con el ritmo, a pesar de que no se utilizaban las líneas divisorias del
compás, existía una clara organización de los tiempos. Debido a que el ritmo de las
frases estaba directamente asociado a la acentuación natural de la prosa de los textos, la
superposición de las líneas generaba acentos de diferentes intensidades.
El estilo melódico del siglo XVI se caracterizó por el predominaba del movimiento por
grados conjuntos y el balance entre el movimiento ascendente y descendente de las
melodías. Existían conceptos claros sobre el inicio y la finalización de las frases, las
cuales tendían a fluir de manera natural.
La música sacra del Renacimiento se basó en el sistema modal, es decir en los modos
eclesiásticos. Aunque las escalas mayor y menor se llegaron a usar hacia mediados del
siglo XV, no llegaron a incluirse dentro de la lista de los modos hasta cien años después.
La terminología modal se continuó usando hasta finales del siglo XVI. Hacia el año
1600 la escala mayor había absorbido los modos lidio y mixolidio y la escala menor los
modos dórico y frigio.
Si bien las consonancias constituyeron la base armónica del estilo de este siglo, el uso
de disonancias proporcionaba variedad melódica y rítmica. En el período anterior la
disonancia era admitida en las partes débiles de un tiempo. Paulatinamente el uso de las
disonancias preparadas fue abarcando toda la estructura musical, generando efectos
expresivos. Otro recurso técnico de los compositores de finales de este período fue el
cromatismo, aunque no fue usado frecuentemente.
Los compositores renacentistas tomaron muy en cuenta los acentos naturales de la prosa
rítmica del latín e intentaron imitar su medida y ritmos verbales a través de su música.
La chanson.
Con el fin del predominio flamenco en Francia, y posterior a la muerte de Josquin Des
Prés surgió un nuevo estilo netamente francés, desarrollado a través de la “Chanson” o
canción francesa. La “chanson” se basa en textos cortos y estrofas de cuatro a diez
versos octosílabos o decasílabos. En esta forma musical polifónica la voz superior
predomina sobre las dos inferiores, las cuales eran ejecutadas instrumentalmente,
constituyéndose en un incipiente ejemplo de obra para canto solista con
acompañamiento. Los principales representantes de la nueva escuela francesa de la
“chanson” fueron Claudin de Sermusy (1490-1562) y Clement Janequin “(1490-1561).
Ambos escribieron tanto obras religiosas como seculares, pero se destacaron
principalmente por sus “chansons”. Claudin estuvo al servicio de la capilla real de
Francisco I. Compuso más de 200 “chansons”, caracterizadas por una línea melódica
simple y el tratamiento silábico del texto. La repetición musical fue uno de los rasgos
propios de la canción del siglo XVI. Janequin tuvo una popularidad mayor que
Claudin. Se conservan más de 200 de sus canciones, la mayoría de las cuales fueron
publicadas en su época. Sus obras más notorias son las “Chansons” descriptivas entre
las que destacan: “La Guerra”, “El Canto de los Pájaros”, “La Caza”, “Los Cantos de
París”, y “La Alondra”. En sus piezas recurre a la imitación, al canon y en ocasiones a
mezclas de ritmos binarios y ternarios.
Entre los compositores flamencos, la tradición de la composición de “chansons”
representada por Josquin fue continuada por Nicolás Gombert (hacia 1480-1556) y
Orlando di Lassus (1532-1594). Lassus utilizó una técnica de imitación libre y escribió
obras sobre textos de poetas como Du Bellay y Ronsard.
El madrigal
“La frottola” fue un tipo de canción secular popular en Italia, durante el siglo XV. Este
tipo de composición, la cual se fue abandonando hacia comienzos del siglo XVI, fue el
más importante predecesor del madrigal.
El madrigal era una “canzona” de una estrofa, sin un número determinado de líneas, que
mantenía el uso de versos heptasílabos y endecasílabos. Los primeros madrigales se
publicaron en 1530. Entre sus características figuraban: el propósito de expresar el
significado de poemas de calidad literaria, una textura que podía ser armónica o
contrapuntística y el uso de la imitación para acentuar la independencia de las voces.
Los compositores flamencos fueron los que alcanzaron mayor auge en el cultivo de este
género durante el período inicial del desarrollo del madrigal. Entre los madrigalistas
flamencos destacaron Verdelot (muerto en 1540), Jacques Arcadelt (hacia 1504-1557),
Adrian Willaert (1500-1562) y Cipriano de Rore (1516-1565). Lassus compuso una
colección de madrigales a cinco voces.
Los discípulos italianos de los compositores flamencos tendieron a acentuar los efectos
dramáticos de este género. Entre ellos figuraron Andrea Gabrieli (1520-586), quien fue
organista de San Marcos y su sucesor y sobrino Giovanni Gabrieli (1557-1612). Luca
Marenzio (1553-1559) ha sido considerado el maestro del madrigal italiano, ya que se
destacó por el desarrollo del recurso conocido como “música visual” o “ilustración”
musical de los textos, a través de la cual las ideas expresadas en las palabras se
traducían en música. Otros compositores de madrigales fueron Luzzasco Luzzaschi y
Carlo Gesualdo (1560-1613) quienes recurrieron al uso del cromatismo.
La tendencia hacia la expresión dramática del madrigal italiano llegó a su cúspide en los
madrigales de Monteverdi, y llegó a converger en la ópera a principios del siglo XVII.
Otras formas musicales del siglo XVI fueron la “villanela”, la “bergamasca”, la
“villota” y el “balleto”.
En Alemania los compositores que cultivaron la canción polifónica, llamada “lied”
alemán fueron Lassus y Hans Leo Hassler (1564-1612). Este género mantuvo la
expresividad emotiva del estilo flamenco y evidencia características del madrigal, como
el cromatismo y la llamada ilustración musical del lenguaje.
Música religiosa
La música luterana
Lutero resaltó la importancia de la lengua vernácula dentro del culto litúrgico. Los
textos de algunas canciones populares traducidas del latín, fueron modificados por
Lutero y sus seguidores con el fin adaptarlas a las ideas protestantes. Los corales
alemanes eran cantados por los fieles, sin acompañamiento y podían incluirse en
distintos momentos de la liturgia. La llamada misa alemana de Lutero podía cantarse en
latín o en alemán. Los primeros corales aparecieron en las piezas polifónicas destinadas
a las escuelas y a las interpretaciones caseras.
Con la contrarreforma surgió la intención de prohibir la polifonía, sin embargo, gracias
a las presiones ejercidas por diferentes compositores, entre ellos Lassus y Palestrina, se
logró que no se prohibieran los recursos contrapuntísticos en la liturgia católica.
La escuela veneciana
Venecia se constituyó en la cuna de una escuela de compositores que adquirió un estilo
particular dentro de la música del siglo XVI. La “Capella” de San Marcos fue una de las
más importantes de las cortes de Italia. El estilo veneciano se caracterizó por la
combinación de grupos de voces e instrumentos. Representantes de este estilo fueron
Andrea Gabriela, quien escribió obras policorales, y Giovanni Gabrieli, quien usó coros
de diferentes extensiones en composiciones hasta para tres coros.
Música instrumental
Formas de danza
Una de las formas de danza propias del siglo XVI fue la “pavane”, caracterizada por ser
un baile lento de compás binario, que contenía pasos solemnes, ceremoniosos y gestos
majestuosos. Se solía tocar en desfiles o procesiones de diversos tipos de ceremonias.
Cuando se ejecutaba exclusivamente para bailar era seguida de otra danza de tiempo
más rápido como la “gallarda”, la cual se basaba en saltos. Estas danzas estaban
estructuradas en tres secciones que se repetían. El emparejamiento de danzas fue una
costumbre común en este período. Hacia mediados del siglo la “pavane” fue sustituida
por el “passamezzo”, también de ritmo binario, el cual era acompañado por el
“saltarello”, de ritmo ternario rápido.
Música de Conjunto
Para este período los instrumentos todavía se clasificaban en grupos de tipo externo e
interno. Las violas de gamba y los instrumentos de viento de tono más suave se
utilizaban en la música de cámara. Los cobres y las maderas se consideraban
instrumentos externos, pero se ubicaban como internos en la música eclesiástica y
teatral. La música instrumental de conjunto consistió inicialmente en adaptaciones de
obras vocales. Los Gabrieli desarrollaron la “canzon da sonar” para conjuntos de
instrumentos, cuyo posterior desarrollo llevaría a la sonata barroca. Giovanni Gabrieli
escribió sonatas con contrastes entre grandes y pequeños grupos anticipándose al
“concerto grosso de finales del siglo XVII.
La música en Inglaterra