Historia de Los Contratos
Historia de Los Contratos
Historia de Los Contratos
Concordante con la función contractual básica general y las específicas que han tenido los
contratos, su concepción ha sido muy diversa, pues se les ha conocido, así: En la comunidad
primitiva, con la denominación casuística correspondiente a permuta (llamada en la época
primitiva de península itálica, Permutatio), esto es, como simple intercambio de objeto para
satisfacción de necesidades. En la época esclavista romana, con las expresiones de conventio
(convención), pactum (pacto) y contractus (contrato), para señalar inicialmente la “celebración o
realización de un acto sobre una cuestión cualquiera”, y posteriormente en la época feudal, para
restringir el Contractus el acto que, por su perfección permitía contraer obligaciones. En la época
clásica, el contrato como acto de voluntad libre creador de obligaciones fue concebido (contrato o
convención) como aquel acto por el cual una parte se obliga para con otra a dar hacer o no hacer
alguna cosa (Art. 1495 del C.C.), en tanto que en la época moderna siguiente, teniendo en cuenta
la valoración, el interés y utilidad de los actos en derecho, no solo se distinguió doctrinaria y
legalmente el negocio jurídico del contrato, siendo aquel una institución general que involucra el
contrato y otros actos, sino que también se les ha concedido al negocio jurídico como
declaraciones de voluntad tendientes a producir efectos jurídicos y al contrato como “un acuerdo
de dos o más partes para constituir, regular o extinguir entre ellas una relación jurídica
patrimonial” (Art. 864 del Código del Comercio)
- Contrato de comodato: El convenio por el cual se entregaba una cosa para su uso
gratuito y su restitución posterior.
- Contrato de depósito: Convenio mediante el cual se entregaba una cosa para que fuera
guardada y restituida más adelante.
- Contrato de prenda: Aquel mediante el cual se entregaba una cosa mueble en garantía
del pago de una obligación.
- Contrato de sociedad: Aquel convenio mediante el cual dos o más personas aportan
bienes, trabajo o ambas formas, presentes o presentes y futuros, con el ánimo de
conformar un capital para obtener unas utilidades en favor de los socios, etc.
- Contrato do ut des: Aquel en virtud del cual una parte contratante asumía la obligación
de dar, para que la otra también diera.
- Contrato do ut facias: Aquel en virtud del cual una parte daba para que el otro hiciera.
- Contrato Facio ut des: Como aquel en que una parte hacía para que el otro diera.
- Contrato Facio ut facias: Como aquel en que ambas partes se obligaban a hacer
determinada cosa.
- Contrato ad estimatum: Aquel en que se entregaba una cosa para que entregara el
precio una vez fuera vendida o la restituyera en caso contrario, asumiendo el estimatario o
consignatario los riesgos pertinentes.
- Contrato precarium: Aquel en que se entregaba el uso gratuito de una cosa para ser
restituida al primer requerimiento, etc.
Sin embargo, posteriormente, con el auge de las ciudades, comienzan a estructurarse las
formas contractuales siguientes:
- Contrato precarium: Aquel convenio en virtud del cual una persona, el señor feudal,
entregaba a otra, el vasallo o siervo, tierras para su explotación, sustento, a cambio de la
promesa de fidelidad absoluta y otras obligaciones, o simplemente mediante la
contraprestación de obligaciones de dinero o especie a cambio de dicha concesión.
- Contrato precario de beneficio: Aquel convenio en virtud del cual una persona
entregaba a otra, los protegidos, unas tierras durante un término determinado, a cambio
de una contraprestación anual, con el propósito de otorgarle el beneficio de la protección
a dichas personas; o aquel convenio en virtud del cual entregaban dichas tierras por parte
de una persona (los reyes bárbaros) a otra (generalmente los funcionarios) como
retribución o beneficio por los servicios prestados por este último.
BIBLIOGRAFÍA