Caducidad Concepto - 2011 - 68001-23-15-000-2001-01188-02 (1389-10)

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CADUCIDAD – Concepto / CADUCIDAD – Efectos

La caducidad comporta el término dentro del cual es posible ejercer el derecho de


acción, y constituye un instrumento que salvaguarda la seguridad jurídica y la
estabilidad de las relaciones entre individuos, y entre estos y el Estado. El derecho
al acceso a la administración de justicia, garantizado con el establecimiento de
diversos procesos y jurisdicciones, conlleva el deber de un ejercicio oportuno,
razón por la cual, se han establecido legalmente términos de caducidad para
racionalizar el ejercicio del derecho de acción, so pena de que las situaciones
adquieran firmeza y no puedan ser ventiladas en vía judicial. De otro lado, la
ocurrencia de la caducidad, de no observarse al momento de la admisión de la
demanda, debe ser declarada en la sentencia y conllevará a la declaratoria
inhibición para decidir el fondo del asunto por falta de uno de los requisitos de
procedibilidad de la acción.

FUENTE FORMAL: CODIGO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO – ARTICULO


136

CESANTIA – Nueva petición no revive términos

La Sala advierte que mediante el derecho de petición que formuló el demandante


de fecha 24 de noviembre de 2000 y que radicó el día 27 siguiente, solicitó la
reliquidación de sus cesantías, el pago de la sanción moratoria y la indexación de
las sumas reconocidas con fundamento en el índice de precios al consumidor.
Advierte además que no obstante que actor no estaba de acuerdo con la
liquidación de su prestación social, no impugnó en sede administrativa la
Resolución Nº 5806 de 10 de marzo de 2010, acto administrativo mediante el cual
se le liquidó, reconoció y ordenó el pago de la cesantía definitiva. En ese sentido,
comparte la Sala el argumento del Departamento de Santander y del Tribunal de
instancia, pues el accionante debió impugnar la citada Resolución si no estaba de
acuerdo con la liquidación de su cesantía. Así las cosas, al presentar un derecho
de petición solicitando la reliquidación de esa prestación, lo que intentó el
demandante fue revivir términos, conducta que merece reproche a la luz de las
normas procesales que le imponen a las partes el deber de proceder con lealtad y
buena fe en todos sus actos (artículo 71 del Código de Procedimiento Civil1).

FUENTE FORMAL: CODIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL – ARTICULO 71

CONSEJO DE ESTADO

SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO

SECCION SEGUNDA

SUBSECCION B

Consejero ponente: VICTOR HERNANDO ALVARADO ARDILA

Bogotá D.C., veinticuatro (24) de marzo de dos mil once (2011).

Radicación número: 68001-23-15-000-2001-01188-02(1389-10)

1 Aplicable por remisión expresa del artículo 267 del C.C.A


Actor: FABIO ALBERTO GUTIÉRREZ FRANKLIN

Demandado: DEPARTAMENTO DE SANTANDER

AUTORIDADES DEPARTAMENTALES.

Decide la Sala el recurso de apelación interpuesto por la parte demandante contra


la Sentencia del 2 de mayo de 2008 proferida por el Tribunal Contencioso
Administrativo de Santander, mediante la cual se inhibió para emitir
pronunciamiento de fondo –por ineptitud sustantiva de la demanda- respecto de
las pretensiones que formuló Fabio Alberto Gutiérrez Franklin contra el
Departamento de Santander y negó las demás súplicas de la demanda,

LA DEMANDA

FABIO ALBERTO GUTIÉRREZ FRANKLIN, en ejercicio de la acción de nulidad y


restablecimiento del derecho consagrada en el artículo 85 del C.C.A2., solicitó al
Tribunal Contencioso Administrativo de Santander, declarar la nulidad de los
siguientes actos:

- El Oficio de 14 de diciembre de 2000, notificado el 15 de diciembre de ese


año, mediante el cual, el Coordinador del Fondo de Cesantías del
Departamento de Santander le negó las solicitudes que formuló en el
derecho de petición que radicó el 24 de noviembre de 2000.

- El Oficio de 10 de enero de 2001, notificado el 15 de enero siguiente,


proferido por el Director del Fondo de Cesantías, en el que no se le dio
trámite al recurso que interpuso contra el acto administrativo anterior.

Como consecuencia de las anteriores declaraciones, a título de restablecimiento


del derecho el demandante pretende:

- Que para efectos de la liquidación de las cesantías, se le acumulen todos


los tiempos de servicios, teniendo en cuenta que laboró en el
Departamento en tres periodos, así: i) del 3 de agosto de 1987 al 27 de

2 La demanda, presentada el 15 de mayo de 2001, obra a folios 15 a 21 del cuaderno principal.


junio de 1993, ii) del 5 de agosto de 1993 al 11 de mayo de 1994 y, iii) del
12 de julio de 1994 al 4 de enero de 2000.

- Que se condene al Departamento de Santander a reliquidarle y pagarle


las cesantías definitivas acumuladas durante los tiempos en que Trabajó
en la Entidad territorial, con base en el salario promedio que devengó en
los últimos 12 meses.

- Que se condene al demandado a pagarle la sanción moratoria por la


cancelación extemporánea de las cesantías.

- Que se ordene la indexación de las condenas de conformidad con lo


dispuesto en el artículo 178 del C.C.A.

- Que se ordene el cumplimiento de la sentencia de acuerdo con lo previsto


en los artículos 176, 177 y 178 del C.C.A.

- Que se condene en costas al Departamento de Santander.

Como sustento de sus pretensiones, el demandante expuso los hechos que la


Sala sintetiza así:

- Prestó sus servicios al Departamento de Santander durante los siguientes


lapsos: i) del 3 de agosto de 1987 al 27 de junio de 1993, ii) del 5 de
agosto de 1993 al 11 de mayo de 1994 y, iii) del 12 de julio de 1994 al 4
de enero de 2000. El último cargo que desempeñó fue el de Supervisor en
la Dirección de Rentas de la Secretaría de Hacienda.

- El 27 de junio de 1993 fue desvinculado del cargo mediante declaratoria


de insubsitencia, sin que le cancelaran las cesantías definitivas. No
obstante, el 5 de agosto siguiente, fue nombrado como Inspector de
Rentas de la Secretaría de Hacienda del Departamento, pero el 11 de
mayo de 1994, nuevamente fue declarado insubsistente. En esta ocasión
tampoco le cancelaron las cesantías definitivas por el retiro del servicio.

- El 12 de julio de 1994 fue nombrado como Inspector de Rentas de la


Secretaría de Hacienda del Departamento, cargo que ejerció hasta el 14
de diciembre de 1998 cuando, por tercera vez, fue declarado
insubsistente.
- El 15 de diciembre de 1998 fue vinculado nuevamente al Departamento
de Santander como Supervisor en la Secretaría de Hacienda.

- Así las cosas, se advierte que todo el tiempo ha laborado al servicio del
mismo empleador –el Departamento de Santander-, y que si bien han
existido interrupciones en el ejercicio de sus cargos, ninguna de ellas
superan el año.

- Mediante la Resolución N° 05806 de 10 de marzo de 2000, el


Departamento de Santander le reconoció la suma de $2.149.653 por
concepto de cesantías definitivas, correspondientes al periodo
comprendido entre el 12 de julio de 1994 y el 4 de enero de 2000,
liquidándoselas con base en el salario que devengó en 1999. De este
modo, el demandado le adeuda las cesantías que se derivan de los
demás tiempos de servicio.

- En el mes de enero del año 2000 su salario fue incrementado en un


9.23%. Ese aumento debe ser tenido en cuenta en la liquidación de sus
cesantías definitivas.

- El 24 de noviembre de 2000, elevó derecho de petición mediante escrito


en el que le solicitó al Departamento de Santander la reliquidación de las
cesantías, con la inclusión de todo el tiempo de servicios y el incremento
salarial ya descrito. No obstante, esa entidad le negó la petición a través
del Oficio de 14 de diciembre de 2000.

- Contra ese acto administrativo interpuso recurso de apelación. No


obstante, mediante Oficio de 10 de enero de 2001, el Director del Fondo
de Cesantías del Departamento se negó a darle trámite a la impugnación.

- La Entidad demandada desconoció con sus actos situaciones jurídicas


consolidadas bajo el imperio de normas anteriores y, por lo demás, le
adeuda la sanción moratoria por no haberle pagado oportunamente las
cesantías.

LAS NORMAS VIOLADAS Y EL CONCEPTO DE VIOLACIÓN


A juicio del demandante, el Departamento de Santander desconoció con su
proceder las siguientes disposiciones:

- De la Constitución Política, los artículos 6, 13, 25, 58, 83 y 209.


- De la Ley 244 de 1995, los artículos 1, 2, 3, 4.
- Del Código Civil, el artículo 2539, inciso 2.
- El Decreto N°0337 de 1992.
- Del Decreto N° 1160 de 1947, los artículos 1, 2, 6,13.

Para sustentar el concepto de la violación, afirmó, en primer lugar, que el Instituto


del Seguro Social de Santander fue creado como un establecimiento público del
orden departamental, con autonomía administrativa y financiera. Agregó que los
estatutos de dicho Instituto fueron adoptados mediante el Decreto N° 0337 del 28
de diciembre de 1992, el cual prescribe, en el artículo 3, que son afiliados forzosos
al mismo, todos los empleados y obreros activos de la Administración
Departamental y, en el artículo 11, que el reconocimiento y pago de las
prestaciones sociales ordenadas por la Ley, debe ser efectuado por dicho Instituto.
No obstante, actualmente el pago de las cesantías lo debe realizar el
Departamento de Santander a través del Fondo de Cesantías, creado en 1996
como una cuenta especial, sin personería jurídica.

Explicó que dicho Decreto estableció un término de prescripción de tres años en


sus artículos 13 y 76, y permitió expresamente la acumulación de tiempos servidos
al Departamento de Santander, siempre que no mediara una interrupción superior
a un año y que al afiliado no se le hayan cancelado las cesantías definitivas.

Sostuvo que las anteriores disposiciones le son aplicables pues bajo las mismas
quedaron consolidados sus derechos, es por ello que se le deben tener en cuenta
todos los tiempos de servicio para la liquidación y pago de las cesantías
definitivas.

Y concluyó:

“Los actos demandados violan el Decreto 1160 de 1947 en sus artículos 1,


2, 6, 13 así: 1. Por no tomar todo el tiempo servido por el actor al
Departamento de Santander (…) 2. Por no liquidar el auxilio de cesantía
con base en el salario promedio devengado en los últimos 12 meses (…) 3.
Por alegar y aplicar una prescripción extintiva que había sido interrumpida
conforme al inciso 2 del artículo 2539 del Código Civil (…). Al Estado por
ser tal, más que a cualquier estamento de la sociedad, no se le puede
pasar, que no reconociera una obligación de pago de cesantía pendiente,
cuando contrata nuevamente al funcionario con el cual tiene la deuda. El
Estado, en aplicación al principio de buena fe, no puede ignorar sus
obligaciones con sus trabajadores cuando tiene sus vínculos laborales
vigentes. Una relación jurídica vigente entre deudor y acreedor de un
derecho, es la mejor prueba para establecer el reconocimiento de las
obligaciones pendientes de pago y la imposibilidad de extinguir los
derechos porque de ninguna forma se puede predicar su abandono por el
titular.
Los actos demandados, al desconocer la acumulación de tiempo servido
por el actor para el reconocimiento y pago de cesantías definitivas, está
violando su derecho al trabajo (Art. 25 C.P) que en forma amplia incluye el
derecho al pago de todos los haberes laborales.
Los actos demandados violan igualmente la Ley 244 de 1995 en sus
artículos 1, 2, 3 y 4 porque se ha presentado retraso en la cancelación de
las cesantías definitivas del actor y por tanto deberá ser sancionada por
mora en el pago (…)”3

CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA

El Departamento de Santander contestó la demanda dentro de la oportunidad


legal, mediante escrito4 en el que se opuso a las pretensiones.

Propuso como excepciones: i) la prescripción del derecho, específicamente en


relación con las dos primeras vinculaciones del demandante, es decir las que
tuvieron lugar del 3 de agosto de 1987 a 27 de julio de 1993 y del 5 de agosto de
1993 al 11 de mayo de 1994, pues transcurrieron más de tres años sin que
reclamara el pago de las cesantías definitivas correspondientes a esos periodos.
Agregó que tampoco se pueden acumular los tiempos de servicios del actor
porque el Decreto 0337 de 1992 impone que para que proceda la acumulación no
debe existir terminación del vínculo; ii) el pago, porque ha cumplido de buena fe
con la totalidad de sus obligaciones que tenía a favor del demandante sin que éste
hubiese objetado el acto mediante el cual se le liquidaron y reconocieron las
cesantías definitivas; iii) caducidad de la acción, dado que como el actor no
impugnó la Resolución en la que se dispuso la liquidación y el reconocimiento de
su prestación social, dicho acto quedó en firme, de manera que él con el derecho
de petición que radicó el 24 de noviembre de 2000, lo que quiso fue revivir
términos y, iv) inexistencia de obligaciones salariales y prestacionales a

3 Folio 18 del cuaderno principal.


4 Visible a folios 58 a 68 del cuaderno principal.
cargo del Departamento, porque a más de lo anterior, las cesantías le fueron
canceladas dentro del término previsto en la Ley 244 de 1995.

LA SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El Tribunal Contencioso Administrativo de Santander, mediante sentencia del 2 de


mayo de 20085, decidió i) inhibirse para emitir un pronunciamiento de fondo dentro
de este proceso, por ineptitud sustantiva de la demanda y ii) negar las demás
súplicas de la demanda.

Al efecto, consideró que el actor no demandó el acto administrativo que le negó el


derecho que reclama y sostuvo que como en este caso la acción caducó, lo que
pretende el demandante es revivir términos.

Explicó que la cesantía no es una prestación periódica, razón por la cual no es


aplicable la disposición contenida en la segunda parte del numeral 2 del artículo
136 del C.C.A., de manera que el término de caducidad en este caso, es de 4
meses contados a partir de la publicación, notificación, comunicación o ejecución
del acto.

Afirmó que el accionante debió demandar la Resolución N° 05806 de 10 de marzo


de 2000, mediante la cual se le liquidaron las cesantías definitivas, y no los Oficios
que impugnó, habida cuenta de que lo que pretende en sede judicial es la
inclusión, en la liquidación de esa prestación social, de todo el tiempo de servicios,
así como del incremento salarial que tuvo en el año 2000. Es decir: lo que
cuestiona en últimas es la liquidación de la cesantía definitiva, la cual se hizo en la
Resolución mencionada.

De lo anterior resulta evidente que en este caso la acción caducó y por ello el
demandante, al presentar el derecho de petición, intentó revivir los términos para
poder acudir ante esta Jurisdicción.

Finalmente puntualizó:

“No obstante lo anterior, ha sido tesis de esta Sala que mientras se


encuentre vivo el derecho- no se ha extinguido por razón de la prescripción-

5 Visible a folios 322 a 328 del cuaderno principal.


se puede solicitar cuantas veces se desee el reconocimiento del mismo,
provocándose nuevos pronunciamientos de la administración, los cuales
serían demandables respetando el término de caducidad; en el caso que
nos ocupa y en el evento de que el derecho a las cesantías no hubiera
prescrito, sería procedente demandar la decisión que en esta instancia se
controvierte sin que fuera válido predicar la tesis sostenida anteriormente;
sin embargo, tampoco podríamos asumir un estudio de fondo pues tal acto
administrativo fue demandado por fuera del término de caducidad ya que el
mismo fue notificado el 15 de diciembre de 2000 y contra este no se
concedió ningún recurso, luego mal podría contarse dicho término a partir
del recibo de la comunicación que le advierte tal circunstancia”6

EL RECURSO DE APELACIÓN

Dentro de la oportunidad legal, el demandante interpuso recurso de apelación


contra la sentencia de primera instancia7, con el objeto de que se revoque y, en su
lugar, se acceda a las pretensiones.

Sostuvo que de acuerdo con la Jurisprudencia de la Corte Constitucional, proferir


un fallo inhibitorio no es lo natural en la actividad judicial pues tal proceder
desconoce el sentido de la función de Juez y su responsabilidad.

Cuestionó que el a-quo no asumiera el estudio de fondo de la controversia al


considerar que el acto administrativo fue demandado por fuera del término de
caducidad, tomando como referencia la notificación del día 15 de diciembre de
2000. Dijo que no comparte ese razonamiento del Tribunal porque el mismo
conllevaría a que por vía judicial se traslade la fuente del derecho a recurrir los
actos administrativos, de la Ley a la discreción del funcionario.

Agregó que el Oficio de 14 de diciembre de 2000, si es un acto administrativo,


pues contiene la voluntad de la administración respecto de la petición que elevó
con anterioridad, en ese sentido dijo que respecto de él procede el control
jurisdiccional.

Se refirió a la caducidad de la acción y al término de 4 meses que prevé la Ley


como plazo para intentar la acción de nulidad y restablecimiento del derecho,
contados a partir de la notificación, comunicación o publicación del acto. A su
juicio en este caso dicho plazo debe computarse desde el 15 de enero de 2001,
día en el que se notificó del Oficio proferido por el Director del Fondo de Cesantías

6 Folios 327 y 328 del cuaderno principal.


7 Folio 330 del cuaderno principal. La sustentación obra a folios 366 a 376 del mismo cuaderno.
el 10 de enero anterior, con el cual quedó agotada la vía gubernativa. En ese
orden de ideas, manifestó que el a-quo le vulneró el derecho al debido proceso por
denegación de justicia, al no estudiar el fondo de las pretensiones.

De otro lado, sostuvo que el título del derecho reclamado es la Ley (no el acto
administrativo), razón por la cual el derecho no caduca y, que los derechos
laborales, que son irrenunciables, están sometidos a un término de prescripción de
3 años que en este caso se interrumpió con la petición radicada el 24 de
noviembre de 2000.

Dijo que la administración se está enriqueciendo sin justa causa con su trabajo y
por ello insistió en la pretensión del pago de las cesantías definitivas
correspondientes a todo el tiempo que trabajó al servicio del Departamento de
Santander, así como en el de la sanción moratoria por la no cancelación oportuna
de su prestación.

Finalmente reiteró lo que afirmó en el escrito de la demanda, en el sentido de que


en el sub-lite debe aplicarse el Decreto N° 00337 de 1992, según el cual, es
posible acumular los tiempos de servicio cuando entre ellos no ha mediado un
lapso superior a un año.

Como no se observa causal de nulidad que invalide lo actuado, procede la Sala a


decidir previas las siguientes,

CONSIDERACIONES

El problema jurídico que en este caso ocupa a la Sala, consiste en determinar, en


primer lugar, si en este caso operó la caducidad de la acción como lo consideró el
a-quo. De no haber caducado, se debe establecer si el demandante tiene derecho
a la reliquidación de sus cesantías y al pago de la sanción moratoria derivada de
la cancelación tardía de ese derecho.

1. De la caducidad de la acción.
Tal y como lo ha expresado reiteradamente la Jurisprudencia de esta
Corporación8, la caducidad ha sido entendida como el fenómeno jurídico procesal
a través del cual el legislador, en uso de su potestad de configuración normativa,
limita en el tiempo el derecho que tiene toda persona de acceder a la jurisdicción
con el fin de obtener pronta y cumplida justicia.

Su fundamento se haya en la necesidad por parte del conglomerado social de


obtener seguridad, para evitar la paralización del tráfico jurídico. En esta medida,
la caducidad no concede derechos subjetivos, sino que por el contrario apunta a la
protección de un interés general, e impide el ejercicio de la acción, por lo cual,
cuando se ha configurado no puede iniciarse válidamente el proceso.

Se trata entonces de una figura de orden público lo que explica su carácter


irrenunciable, y la posibilidad de ser declarada de oficio por parte del Juez, cuando
se verifique su ocurrencia9 También es una carga procesal que debe cumplir quien
esté interesado en acudir al aparato jurisdiccional y su omisión lo priva del
ejercicio del derecho de acción.

De otro lado, la justificación de la aplicación de la figura de la caducidad en las


acciones contencioso administrativas, tiene como fundamento evitar la
incertidumbre que podría generarse ya sea por la eventual anulación de un acto
administrativo, o el deber que podría recaer sobre el Estado de reparar el
patrimonio del particular afectado por una acción u omisión suya. Así, en esta
materia, se han establecido plazos breves y perentorios para el ejercicio de
acciones como la de nulidad y restablecimiento del derecho, transcurridos los
cuales el derecho del particular no podrá reclamarse en consideración del interés
general.

En suma, la caducidad comporta el término dentro del cual es posible ejercer el


derecho de acción, y constituye un instrumento que salvaguarda la seguridad
jurídica y la estabilidad de las relaciones entre individuos, y entre estos y el
Estado. El derecho al acceso a la administración de justicia, garantizado con el
establecimiento de diversos procesos y jurisdicciones, conlleva el deber de un

8Ver, entre otras, la sentencia de la Sección Segunda, Subsección B, de 26 de marzo de 2009. Expediente N° 1134-07
Actor: José Luís Acuña Henríquez. Consejero Ponente Dr. Gerardo Arenas Monsalve.
9 En este mismo sentido, se Pronunció la Corte Constitucional en Sentencia C-832 de 8 de agosto de 2001, M.P. Dr.

Rodrigo Escobar Gil.


ejercicio oportuno, razón por la cual, se han establecido legalmente términos de
caducidad para racionalizar el ejercicio del derecho de acción, so pena de que las
situaciones adquieran firmeza y no puedan ser ventiladas en vía judicial.

De otro lado, la ocurrencia de la caducidad, de no observarse al momento de la


admisión de la demanda, debe ser declarada en la sentencia y conllevará a la
declaratoria inhibición para decidir el fondo del asunto por falta de uno de los
requisitos de procedibilidad de la acción.

2. La caducidad en el caso concreto.

En el escrito de contestación de la demanda, el Departamento de Santander adujo


que en este caso el acto administrativo que debió demandar el actor, es la
Resolución Nº 5806 de 10 de marzo de 2000 proferida por el Secretario General
del Departamento, pues mediante la misma se le liquidaron y reconocieron las
cesantías definitivas. En efecto, lo que cuestiona el demandante es el contenido
de dicho acto, en la medida en que pretende la reliquidación de su prestación
social, con la inclusión de todos los periodos que trabajó al servicio del
Departamento y del incremento salarial que percibió en el año 2000.

En ese orden de ideas, la Entidad Territorial propuso la excepción de caducidad de


la acción, habida cuenta de que la citada Resolución no fue impugnada
oportunamente en vía gubernativa y ya transcurrió el término legal para interponer
la acción de nulidad y restablecimiento del derecho.

Por su parte, el a-quo consideró que en efecto en la acción impetrada en este caso
caducó, pues el accionante no recurrió oportunamente el acto mediante el cual se
le liquidó y reconoció las cesantías, y ya expiró el término que tenía para impetrar
la acción de nulidad y restablecimiento.

Para determinar si le asiste la razón al Tribunal de instancia, la Sala se referirá al


término de caducidad que debe aplicarse en este caso y luego al material
probatorio que permita establecer si la demanda se presentó en forma
extemporánea.

El artículo 136-2 del C.C.A, regla la caducidad de la acción contenciosa


administrativa de nulidad y restablecimiento del derecho, bajo la siguiente forma:
“Artículo 136. Caducidad de las acciones:
(…)
2. La de restablecimiento del derecho caducará al cabo de cuatro
(4) meses, contados a partir del día siguiente al de la publicación,
notificación, comunicación o ejecución del acto, según el caso. Sin
embargo, los actos que reconocen prestaciones periódicas podrán
demandarse en cualquier tiempo por la administración o por los
interesados, pero no habrá lugar a recuperar las prestaciones pagadas
de buena fe.”.

Sea lo primero indicar que en el caso de autos no es viable aplicar la excepción


contenida en la parte final del artículo 136 del C.C.A., por cuanto, tal como lo ha
manifestado en reiteradas oportunidades esta Corporación, el auxilio de cesantía
no es una prestación periódica10.

En el sub-lite, el demandante pretende que se declare la nulidad de los siguientes


Oficios: i) el del 14 de diciembre de 200011, que le fue notificado el 15 de
diciembre siguiente, expedido por el Coordinador del Fondo de Cesantías del
Departamento, mediante el cual le negó las solicitudes que elevó mediante
derecho de petición radicado el 27 de noviembre de 200012, tendientes a obtener
la reliquidación de sus cesantías definitivas y, ii) el proferido el 10 de enero de
200113 por el Director del Fondo de Cesantías en el que le informó que el Oficio
anterior no es susceptible de ser recurrido y le indicó que bien podía iniciar la
reclamación judicial.

La Sala advierte que mediante el derecho de petición que formuló el demandante


de fecha 24 de noviembre de 2000 y que radicó el día 27 siguiente, solicitó la
reliquidación de sus cesantías, el pago de la sanción moratoria y la indexación de
las sumas reconocidas con fundamento en el índice de precios al consumidor.
Advierte además que no obstante que actor no estaba de acuerdo con la
liquidación de su prestación social, no impugnó en sede administrativa la

10 Así lo precisó esta Corporación mediante auto del 18 de abril de 1995, expediente No. 11.043, Magistrada ponente
Clara Forero de Castro, actor Luis Aníbal Villada Así:"La cesantía no es una prestación periódica a pesar de que su
liquidación se haga anualmente; es prestación unitaria y cuando como en este caso se obtiene en forma definitiva por
retiro del servicio, el acto que la reconoce pone fin a la situación si queda en firme. La cesantía debe pagarse al
empleado al momento de su desvinculación laboral y excepcionalmente antes de esta, cuando se den las causales
específicas de pago parcial. El acto de liquidación por tanto es demandable ante lo contencioso administrativo,
observando las normas que en materia de caducidad de la acción señalan un término de 4 meses contados a partir del
día de la publicación, notificación o ejecución del acto, según el caso (inciso 2º. Artículo 136 del C.C.A.).".
11 Visible a folios 4 a 8 del expediente.
12 El derecho de petición obra a folios 2 y 3 del expediente.
13 Visible a folio11 del expediente.
Resolución Nº 5806 de 10 de marzo de 2010, acto administrativo mediante el cual
se le liquidó, reconoció y ordenó el pago de la cesantía definitiva.

En ese sentido, comparte la Sala el argumento del Departamento de Santander y


del Tribunal de instancia, pues el accionante debió impugnar la citada Resolución
si no estaba de acuerdo con la liquidación de su cesantía. Así las cosas, al
presentar un derecho de petición solicitando la reliquidación de esa prestación, lo
que intentó el demandante fue revivir términos, conducta que merece reproche a
la luz de las normas procesales que le imponen a las partes el deber de proceder
con lealtad y buena fe en todos sus actos (artículo 71 del Código de Procedimiento
Civil14).

En reiteradas ocasiones, ha dicho la Sala en casos similares al sub – examine,


que encontrándose en firme las resoluciones que no fueron recurridas ante la
administración, se deduce que el propósito perseguido por el actor no es mas que
el de la revocatoria de las decisiones administrativas adoptadas en tiempo
anterior, por lo cual no puede reconocérsele fuerza para revivir el término legal
que permita ejercer la acción de nulidad y restablecimiento del derecho.

Ahora bien. Resulta claro que la presente acción caducó, pues la Resolución Nº
5806 de 10 de marzo de 2000, le fue notificada personalmente al demandante el
14 de marzo de 200015, quien no interpuso los recursos de reposición o apelación
que procedían contra dicho acto, en los términos del parágrafo de su parte
resolutiva en el cual se ordenó:

“Notifíquese al interesado haciéndole saber que en caso de


inconformidad con lo dispuesto en esta providencia puede interponer
recurso de reposición y en subsidio el de apelación dentro de los 5
días hábiles a partir de la fecha de su notificación (…)”

No habiendo interpuesto los recursos de la vía gubernativa y teniendo en cuenta


que el 14 de marzo de 2000 el actor fue notificado de la Resolución mediante la
cual se le reconocieron las cesantías, la acción caducó el 14 de julio de ese mismo
año, al paso que la demanda fue interpuesta el 15 de mayo de 2001, es decir 10
meses y un día después de que expiró el término de 4 meses previsto en el
numeral 2 del artículo 136 del C.C.A.

14 Aplicable por remisión expresa del artículo 267 del C.C.A


15 Así consta en el folio 132 (vuelto).
Lo hasta aquí expuesto impide a la Sala efectuar un pronunciamiento de fondo en
este caso pues la acción no se ejerció dentro de la oportunidad legal16. No
obstante, la Sala debe precisar que no fue afortunada la redacción de la parte
resolutiva de la sentencia de primera instancia, porque el a-quo, al encontrar
probada la ineptitud sustantiva de la demanda decidió inhibirse de estudiar el
fondo de todas las pretensiones del actor y adicionalmente resolvió “denengar las
restantes pretensiones de la demanda”, siendo esto último incompatible con la
decisión inhibitoria en tanto supone el estudio del fondo de las supuestas restantes
pretensiones que niega.

Es por todo lo anterior que se revocará el numeral segundo de la sentencia


apelada y se confirmará en todo lo demás.

Finalmente, se precisa que los argumentos que formuló la parte actora en el


recurso de apelación, carecen de todo fundamento, porque los mismos estuvieron
encaminados a evadir la carga procesal que tenía consistente en observar y
cumplir los términos que establece la Ley para el ejercicio de las acciones los
cuales, como ya se vio, buscan garantizar la seguridad jurídica y proteger el
interés general.

DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, el Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso


Administrativo, Sección Segunda, Subsección B, administrando Justicia en
nombre de la República y por autoridad de la Ley,

FALLA

16En similar sentido se pronunció esta Sala en sentencia de 17 de mayo de 2007, proferida dentro del expediente Nº
6533-05, Actor: Rafael E. Mestre Yunes. Magistrado Ponente: Dr. Alejandro Ordóñez Maldonado, en sentencia de 15 de
marzo de 2007, proferida dentro del expediente Nº 00512-05Actor: Rafael Ángel Niebles Romero, Consejero Ponente,
Jesús María Lemos Bustamante, entre muchas otras.
REVÓCASE el numeral segundo de la sentencia de 2 de mayo de 2008, proferida
por el Tribunal Contencioso Administrativo de Santander, en el que se resolvió
denegar las restantes pretensiones de la demanda, por las razones expuestas en
la parte motiva de esta providencia.

CONFÍRMASE en todo lo demás la sentencia apelada, en la cual el Tribunal


Contencioso Administrativo de Antioquia decidió inhibirse, por ineptitud sustantiva
de la demanda, para emitir un pronunciamiento de fondo respecto de las
pretensiones formuladas por el señor Fabio Alberto Gutiérrez Franklin, en contra
del Departamento de Santander; por las razones expuestas en la parte motiva de
esta providencia.

Cópiese, notifíquese y devuélvase el expediente al Tribunal de origen.


Cúmplase.

La anterior providencia fue discutida y aprobada por la Sala en sesión de la fecha.

BERTHA LUCÍA RAMÍREZ DE PÁEZ GERARDO ARENAS MONSALVE

VÍCTOR HERNANDO ALVARADO ARDILA

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