Apunte Historia de La Comunicación Primer Parcial 2
Apunte Historia de La Comunicación Primer Parcial 2
Apunte Historia de La Comunicación Primer Parcial 2
Una gran parte de lo que debe ser visto está colocado allí con ese fin, y es sólo cuando
consideramos la comunicación como producción, en lugar de reducirla al simple consumo, que
podemos comprender su verdadero alcance.
No solo es una cuestión de si un acontecimiento aislado está siendo relatado con relativa exactitud
o con opiniones contrastadas. Es también cuestión de las relaciones entre semejantes
acontecimientos y otros especialmente organizados; porque no es solo en los deportes donde los
eventos se organizan antes de ser transmitidos. Una cámara no está casualmente presente cuando
un líder político es trasmitido antes miles de espectadores, en un determinado horario y con gente
presente. Lo que entonces se narra y se muestra puede ser, en efecto, relativamente exacto.
Se ha desarrollado una rama entera de producción cultural, dentro de los modernos sistemas de
comunicación, con diversos efectos. Entre esos, los espacios pagados, o anuncios los anuncios
comerciales, son ahora un elemento significativamente importante en muchos periódicos y en casi
todos los programas de televisión y, en la mayor parte de los casos, la viabilidad financiera del
presumible servicio principal (periódico o programa) depende de su desempeño en esta área.
Sin embargo, no sólo se trata de esta enorme área de producción cultural como persuasión
publicitaria, sino que hay una serie de eventos, como en la política, aparentemente
independientes, que también han sido producidos. El más difundido es el evento patrocinado, en
el que algo que hubiese podido ocurrir en cualquier caso está integrado con la marca de algún
producto básicamente irrelevante, hasta que el evento y el producto llegan a asociarse
objetivamente. También hay otros eventos que nunca hubiesen ocurrido si no hubiesen aparecido
asociados al producto comercial, por ejemplo los aniversarios de productos de algunas marcas
que, en la mayoría de los casos, han sido planificados, pagados y producidos en todo sentido.
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La historia de la comunicación
Se dice comúnmente que la comunicación es, en efecto, “comunicación de masas”, y que esto es
así porque vivimos en una “sociedad masiva”. Estas definiciones son producto de una visión
demasiado funcional y secundaria de la comunicación. Basta echar un vistazo a la historia para ver
que el fenómeno de una minoría que controla la comunicación con un público muy amplio no es
un fenómeno exclusivo del siglo XX.
En general, el gran público disperso es mucho más típico de las modernas tecnologías de
comunicación que las grandes multitudes y los grandes públicos (masas) de muchos períodos
anteriores a la invención de estas tecnologías.
La comunicación en la sociedad
Se puede suponer equivocadamente que es con la llegada de las tecnologías del siglo XX que la
comunicación se sistematiza y mecaniza. Pero, las verdaderas relaciones entre técnicas y sistemas
son más complejas.
Sin duda encontramos, a lo largo del camino, importantes cambios cualitativos y transformaciones
cruciales en la naturaleza de la comunicación social.
Lo que más hay que enfatizar es que los sistemas de comunicación nunca han sido un añadido
opcional en la organización social o en la evolución histórica.
Hemos desarrollado sistemas gráficos variables que pueden considerados, al menos inicialmente,
como notaciones de otros tipos de uso más directos. El lenguaje escrito sigue siendo el mejor
ejemplo de ello. Puede considerarse como una forma de registrar y sustituir nuestro discurso físico
directo.
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Comunicaciones y cambio
La tecnología de la comunicación se usa no sólo para salvar distancias, sino también para
implantar, de forma consciente, puntos de vista alternativos en otras sociedades y, para inferir
tipos de recepción alternativos.
Williams sostiene que el desarrollo tecnológico encuentra su espacio sólo en la medida en que se
vincula con el orden social de una época; responde a ciertas necesidades sin las cuales tal
desarrollo no se hubiera producido; a su vez, las nuevas modalidades comunicativas provocan
efectos en las conductas de las audiencias, generan procesos sociales y culturales (su reproducción
o transformación) que son variables a través del tiempo.
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Aunque las nuevas tecnologías de la información sean un componente vital, son una parte de la
producción social, que es la que está sufriendo la gran transformación. De esto, Williams deduce
que ningún adelanto tecnológico existe por sí mismo, sino que lo hace en función de las
circunstancias en las que se encuentra inmerso.
Es por eso que, una historia material de la cultura y una historia cultural de la comunicación deben
restablecer los diferentes momentos culturales y sus estructuras de sentimiento.
La historia debe ser analizada como un proceso de cambio dinámico; las estructuras de
sentimiento cambian históricamente y emergen formas dominantes pero también opositoras. El
proceso histórico es siempre un proceso cambiante y en movimiento, considerando que las
prácticas pueden ser dominantes, residuales o emergentes.
Williams sostiene que todas las prácticas son sociales y que contienen elementos tanto materiales
como simbólicos; y señala la importancia del componente material, la materialización de lo
simbólico en la base de la vida material y de la experiencia social y, por lo tanto, su presencia
dentro de las relaciones sociales y productivas.
La comunicación, para Williams, tiene una perspectiva materialista y cultural que renuncia a
determinismos tecnológicos. Los medios de comunicación aparecen como una de las instituciones
modernas fundamentales y claves dentro de las formas y las relaciones de producción, no sólo en
sus bases económicas y tecnológicas, sino de producción y distribución de sistemas simbólicos que
se transmiten mediantes ideas, imágenes, informaciones y actitudes.
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LA ORALIDAD DEL LENGUAJE (Capitulo I – Walter Ong)
Ferdinand de Saussure concibió la escritura como una clase de complemento para el habla oral, no
como transformadora de la articulación.
El contraste entre modos orales y escritos de pensamiento y expresión tuvo lugar principalmente
en los estudios literarios, tomando como punto de partida el trabajo de Milman Parry sobre los
textos de la Iliada y la Odisea.
Las reglas gramaticales de los lenguajes humanos naturales se emplean primero y solo pueden ser
formuladas a partir del uso y establecidas explícitamente en palabras con dificultad y nunca de
manera íntegra.
Todos los textos escritos tienen que estar relacionados de alguna manera, directa o
indirectamente, con el mundo del sonido, el ambiente natural del lenguaje, para transmitir sus
significados. “Leer” un texto quiere decir convertirlo en sonido, en voz alta o en la imaginación. La
escritura nunca puede prescindir de la oralidad. La expresión oral es capaz de existir, y casi
siempre ha existido, sin ninguna escritura en absoluto, pero nunca ha habido escritura sin
oralidad. El habla es inseparable de nuestra conciencia.
Las palabras escritas constituyen remanentes. La tradición oral no posee este carácter de
permanencia, cuando una historia oral relatada no es narrada por escrito, lo único que existe de
ella es el potencial de algunas personas de contarla.
En occidente, entre los antiguos griegos, se hacía uso de la retórica que tuvo que ser un producto
de la escritura. Significaba básicamente el discurso público o la oratoria, que en las culturas
tipográficas y con escritura fue durante siglos el paradigma de todo discurso. La escritura desde el
principio no redujo la oralidad sino que la intensificó, posibilitando la organización de los
componentes de la oratoria en un arte científico, una explicación ordenada en forma consecutiva
que mostraba cómo y porque la oratoria lograba y podía ser dirigida a obtener sus diversos efectos
específicos.
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Se llamó oralidad primaria a la oralidad de una cultura que carece de todo conocimiento de la
escritura o de la impresión. Es primaria en contraste con la oralidad secundaria de la actual cultura
de alta tecnología, en la cual se mantiene una nueva oralidad mediante el teléfono, la radio, la
televisión y otros aparatos electrónicos que para su existencia y funcionamiento dependen de la
escritura y la impresión.
El giro del lenguaje oral al escrito es en esencia un cambio de sonido al espacio visual.
Al igual que el alfabeto, la impresión tipográfica alfabética fue una invención única.
Con la imprenta aparecen las primeras portadas de libros. Las portadas son marbetes: manifiestan
un concepto del libro como una especie de cosa u objeto. A menudo en los manuscritos
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medievales de Occidente, en lugar de una portada el texto propiamente dicho podía ser
introducido por un comentario al lector.
Una vez que lo impreso se había interiorizado del todo, el libro era considerado como una especie
de objeto que contenía información científica, ficticia o de otro tipo; ya no era solo un enunciado
plasmado por escrito. Cada libro en sí era una edición impresa físicamente igual a otro, lo cual en
los textos manuscritos esto no sucedía, incluso los textos manuscritos eran difíciles de leer, sobre
todo porque abundaban en abreviaciones, mientras que el libro impreso está orientado al
consumidor.
La tendencia de la conciencia humana hacia un mayor individualismo había sido estimulada por la
impresión. Fue el factor principal en el desarrollo del concepto de una vida personal privada que
caracteriza a la sociedad moderna. Produjo libros más pequeños y portátiles, preparando
psicológicamente la escena para la lectura a solas, y con el tiempo para una lectura del todo
silenciosa.
Lo impreso produce una sensación de finitud, de lo que se encuentra en un texto está concluido,
que ha alcanzado un estado de consumación.
A la cuestión de lo concluido se hace referencia al “punto de vista fijo”, concepto que nació junto a
la imprenta. El punto de vista fijo manifiesta una distancia mayor entre el escritor y el lector, por
otra parte, una mayor compresión tácita, es decir, mayor entendimiento y adaptación del lector, lo
que da surgimiento al “público lector”.
Introducción
Cosmovisión
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Social
Económico
Político
Religión
El paso de la Edad Media al Renacimiento es un largo proceso de transición que guía el paso del
modo de producción feudal al modo de producción capitalista. Esta transición se caracteriza por
una primera fase con la consolidación de la burguesía comercial como clase ascendente y del
artesano urbano. En esta trama nació el importante impulso tecnológico de los siglos XIV y XV.
Gutenberg realizó una investigación sobre los materiales a usar en el tipo móvil para la impresión.
Primero probó con maderas, pero captó que se rompía con facilidad y que las letras se caían.
Luego lo hizo a partir del metal, de la aleación que empleaba la fundición de plomo, estaño y
antimonio. También fabricó la tinta a base de negro de humo y aceite. A este conjunto de factores
se llamó invención de la imprenta. La invención de imprenta incidió inicialmente en la literatura
que en la información.
En 1462 Maguncia fue saqueada por Adolfo Nassau y una de las medidas fue la prohibición de la
imprenta, razón por la que los impresores emigraron y difundieron por Europa lo que habían
aprendido en los talleres de Gutenberg.
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En 1539 los españoles llevan la imprenta a México, y en 1638 llegó a América del Norte.
Durante la larga etapa de transición del feudalismo hasta la irrupción revolucionaria burguesa
coexistieron superestructuras cada vez mas opuestas en la base social.
Este control se activó en el siglo XVI cuando estallaron las guerras de religión derivadas de la
Reforma Protestante. La libertad de información e impresión fue reivindicada por las nuevas
fuerzas en pugna con lo establecido.
El Estado delegó en la Iglesia las funciones represivas hasta muy entrado el siglo XVII. De alguna
manera, hasta el momento en que Luis XIII crea la censura laica de Estado, se mantuvo a la iglesia
como depositaria de la verdad aliada al poder político.
Pese a todas las limitaciones, la imprenta crea un modelo de comunicado informativo que tiene las
características plenamente fijadas en el siglo XVI. Las primeras hojas informativas impresas sólo
contenían una noticia muy parsimoniosamente explicada y con un titulo enunciativo encabezando
la información. La gacetilla y la crónica fueron los géneros iniciales de la comunicación impresa.
Respecto de la imprenta y las luchas religiosas, la crisis religiosa del siglo XVI y sus derivaciones del
siglo XVII tuvo influencia en el proceso de cambio iniciado con la ascensión de la burguesía, pero
fue una influencia indirecta.
Al dividir el monolitismo del poder católico, se debilitó la jerarquía eclesiástica. A través de las
luchas religiosas se manifestaron muchas tensiones seculares en las cuales la imprenta también
fue protagonista. Con la publicación de la tesis de Lutero en 1517 se elabora una dogmatica
protestante que pueda oponerse a la dogmatica católica y, la lucha religiosa como lucha
ideológica.
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Las consecuencias de la Reforma sobre la imprenta fueron:
- La imprenta permite difundir ideas en masas mucho más apreciables que las convocadas
por el mensaje oral. Los luterianos entrenaron la táctica propagandística de atraer
maestros como trampolines en el aparato ideológico-educacional a partir de campañas de
alfabetización para que la gente pueda leer libremente la Biblia y sus panfletos.
Frente a esta sistemática propagación del luterianismo, la Iglesia católica y los poderes políticos
reaccionaron inicialmente con simples medidas de represión directa. Pero a medida que el
reformismo ganó poder político, militar, económico y se fue asentando en realidades nacionales, a
la fuerza tuvieron que recurrir a sistemas de contrapropaganda para frenar su expansión.
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La Prensa como Aparato Ideológico del Estado
El poder europeo de los siglos XVI, XVII y XVIII se caracterizó por una actitud defensiva.
En el momento en que nuevas fuerzas sociales discuten ese monopolio y disponen instrumentos
de cambio histórico, el poder trató (e inicialmente lo logró), un extraordinario control de la
información y de la literatura impresa, por su cualidad de medios transmisores de ideología que
pudiera ser conflictiva con la verdad establecida.
Frente a este nuevo desafío, el poder creó un eficaz aparato ideológico informativo-cultural que
tuvo cuatro modus operandi fundamentales:
El origen y difusión (profusión) de las gacetas hay que atribuirlo a la necesidad que satisfacía, de
propinar una información pública que no escapara al control del Estado. La geopolítica europea se
llena de gacetas oficiales u oficiosas en el plazo de 30 años.
Desde comienzo del siglo XVII, Francia es un supermercado de publicaciones políticas destinadas a
influir en pro o en contra del poder central, en correspondencia con la definitiva crisis del poder
feudal, en pugna con los criterios centralizadores de la monarquía absoluta. Junto a esta pugna,
reaparece constantemente la batalla ideológica entre protestantes y católicos. Richelieu fue quien
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primero comprendió la necesidad de contratar una publicación periódica, regular y recubierta por
el (carisma) pode, cuya verdad sería más respetable que las publicaciones con dificultades de
gestión y el estigma de la clandestinidad.
Las características políticas de La Gazette de France responden a una táctica del Estado
conservador, consciente de la fragilidad del consenso sobre el que se apoya:
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2) El segundo cambio fue la gradual expansión de los sistemas de enseñanza y aprendizaje
que fueron adquiriendo un carácter secular. El siglo XVI fue de significativo desarrollo de
ciencias, como la astronomía, la botánica, la medicina, etc. Estas disciplinas emergentes
estimularon a lo largo de toda Europa, la formación de sociedades educadas y
contribuyeron a la realización de planes de estudio de las universidades más liberales. El
sistema educativo fue separado de la Iglesia. El acceso al sistema educativo estaba
fuertemente restringido al inicio del período moderno, los estudiantes eran hijos de las
elites urbanas, y una importante porción de la población rural permanecía analfabeta.
Una tercera transformación fue el paso de la reproducción mediante copias individuales hechas a
mano a la realización mediante la imprenta y al desarrollo de las industrias relacionadas con estos
medios.
La aparición de las industrias relacionadas con los medios y las nuevas bases del poder simbólico
constituyen un proceso que transcurre hacia la segunda mitad del siglo XV. Fue en ese momento
cuando las técnicas de impresión, inicialmente desarrolladas por Gutenberg se extendieron a los
centros urbanos europeos. El desarrollo de la prensa temprana estuvo acompañado del
crecimiento de la economía capitalista. Al mismo tiempo, estas prensas se convirtieron en las
nuevas bases de un poder simbólico. La aparición de poder simbólico que estaba generalmente
fuera del control de la Iglesia y del Estado, pero que ambos buscaban emplear para obtener
ventajas y también para manejar, orientar o suprimir.
En 1480 había imprentas en más de cien ciudades de Europa, y el comercio de libros comenzó a
expandirse. Las ciudades de Alemania e Italia adquirieron importancia como centros editores; pero
también había imprentas en Francia, Holanda, España e Inglaterra.
La mayoría de los libros eran impresos en latín, y una gran parte (45%) de carácter religioso.
También se produjeron libros de filosofía y teología clásica y medieval, junto a libros legales y
científicos que eran consumidos inicialmente por universitarios.
Una de las primeras aplicaciones importantes de la imprenta fue la publicación de panfletos. En las
luchas religiosas y políticas de los siglos XVI y XVII, los panfletos circularon de manera profusa. La
producción de panfletos ocupó en gran medida a los impresores de la época. También tuvieron
una gran difusión en las colonias españolas de América en la segunda mitad del siglo XVIII.
La Iglesia no pudo fiscalizar la actividad de las imprentas como lo hizo con los escribas y los
copistas. A finales del siglo XV y principios del XVI tomó la medida de suprimir diversos materiales
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impresos con el apoyo de las autoridades seculares. La censura dio lugar al comercio de libros de
contrabando, y también aparecieron organizaciones ilícitas especializadas en la distribución de
libros prohibidos.
Los principales consumidores de los libros producidos por las primeras imprentas fueron las elites
urbanas educadas, incluyendo clérigo, estudiantes, elites políticas y la ascendente burguesía.
También fueron leídos por artesanos urbanos y comerciantes.
Con la imprenta devino la caída del empleo del latín y el auge de las lenguas nacionales. Fue un
proceso relacionado con la posición cambiante de la Iglesia, con el crecimiento y la consolidación,
y con la expansión de los Estados nacionales.
1) Religiosa: había una extensa red de comunicación establecida y controlada por la Iglesia
católica. Esta red permitía al papado en Roma mantener contactos con el clero y las elites
políticas dispersas y unidas muy débilmente a lo que se puede denominar el cristianismo.
2) Política: se encontraban las redes de comunicación establecidas por las autoridades
políticas de los Estados y las monarquías. Operaban dentro de los territorios de Estados
particulares, facilitando la administración y pacificación, y entre Estados que mantenían
algunas formas de comunicación diplomáticas con otros.
3) Comercial: cada red vinculada de modo directo a la expansión de la actividad comercial.
Dado que el comercio y la producción se incrementaron, se establecieron nuevas redes de
comunicación entre la comunidad económica y los centros comerciales más importantes.
4) La información también fue transmitida a ciudades y países a través de redes de
mercaderes, caminantes, viajantes y gente del espectáculo.
En el curso de los siglos XV, XVI y XVII estas redes de comunicación fueron afectadas por dos
hechos importantes:
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Las publicaciones periódicas de noticias e informaciones comenzaron a aparecer en la
segunda mitad del siglo XVII, pero el origen de los modernos diarios son ubicados en las
dos primeras décadas del siglo XVII.
Los primeros periódicos propiamente dichos del Rio de la Plata aparecieron a comienzos
del siglo XIX.
1801: Telegrafo Mercantil
1803: Semanario de Agricultura, Industria y Comercio
1810: Comercio Exterior (Manuel Belgrano)
1867: La Capital de Rosario
1869: La Prensa
1870: La Nación de Buenos Aires
1905: La Razón
1913: Crítica, primer periódico amarillo
El concepto de espacio público fue creado por Habermas para dar cuenta del surgimiento
durante el siglo XVII, en Francia y en Inglaterra, de una esfera intermedia entre la vida
privada y el Estado monárquico basado en el secreto. En este “espacio”, los hombres
educados leen el diario, intercambian libros y argumentos en los salones literarios y en los
cafés. De este uso abierto de la razón, basado en la publicidad de los debates, surge un
modelo de buen gobierno y de la ley, que puede oponerse a lo arbitrario de los reyes.
El sentimiento nacional fue resultado de una gran labor. La nación es una porción
horizontal de la corteza terrestre delimitada por fronteras precisas entre las que sus
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habitantes tejen incesantes comunicaciones. En la vertical, la acumulación y transmisión
de un capital simbólico, una cultura, una historia compartida y una profundidad temporal
que proporcionan identidad. Toda nación se equilibra en la intersección de su geografía y
su historia.
Además del espacio público, toda una actividad de centralización, de unificación modeló
un espacio más amplio, nacional y territorial. <Este espacio de identificación mutua está
basado en compartir códigos y en poner en común herramientas simbólicas, dentro de las
cuales una de las más importantes es la lengua.
¿Qué es un libro?
El autor expone que un libro aísla al receptor del mensaje y, al mismo tiempo, interioriza
su conciencia al concentrarla en el contenido de la obra y su lógica. Esta comprensión del
libro incentiva a:
El espíritu crítico (examen solitario de los contenidos de conocimiento)
Fortifica el individualismo (la adquisición de un saber personal)
Desarrolla en conjunto la capacidad de análisis (desciframiento de la
lectura) y la síntesis de la imaginación (la recomposición de un mundo a
partir de estos símbolos en blanco y negro).
Habermas parte de los cambios producidos a partir del siglo XVI. La mercantilización de la cultura,
junto con la separación institucional del Estado y de la sociedad civil, condujo a la aparición de una
esfera pública desencantada.
El espacio público se presenta como el lugar de surgimiento de opinión pública que constituye el
eje de la cohesión social, de la construcción y legitimación (o deslegitimación) política.
Habermas hace hincapié en el carácter constitutivo de cualquier tipo de diálogo y de todo tipo de
público en la formación de la trama de lo público y en la generación de opinión en torno a
cuestiones muy diversas en las que distintas perdonas pueden tener intereses comunes. El espacio
público no es un espacio político sino ciudadano, civil, del “mundo de la vida” y no de un
determinado sistema o estructura social.
Hablamos de espacio público político cuando las discusiones públicas tienen que ver con objetos
que dependen de la praxis del Estado.
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El titulo de “opinión pública” tiene que ver con la tarea crítica y control, que el público de los
ciudadanos de un Estado ejercen de manera informal (y también formal en las elecciones
periódicas) frente al dominio estatalmente organizado.
Sostiene que el desarrollo del capitalismo mercantil en el siglo XVI, junto con las cambiantes
formas institucionales de poder político, crearon las condiciones para la emergencia de una nueva
clase de esfera pública. El espacio público burgués se desarrolla en un campo de tensiones entre el
Estado y la sociedad. Con la extensión de las relaciones de mercado durante el Renacimiento surge
la esfera de lo “social”, que rompe las limitaciones del dominio señorial-estamental de la Alta Edad
Media, obligando a la adopción de nuevas formas de administración pública.
Entre el dominio de la autoridad pública o el Estado y, el ámbito privado de la sociedad civil y las
relaciones personales, apareció una nueva esfera que confluyeron en la discusión entre ellos
mismos y las regulaciones de la sociedad civil y la conducta del Estado. Esta nueva esfera pública
no era parte del Estado, sino que, por el contrario, se trataba de una esfera en que las actividades
estatales podían ser confrontadas y sometidas a críticas.
Sin embargo, Habermas sostiene que en la forma específica en la que existió en el siglo XVIII, la
esfera pública burguesa no duró mucho. Los siguientes desarrollos llevaron gradualmente a su
transformación y caída. Con el tiempo, el periodismo se fue transformando a causa de las
expectativas comerciales que hicieron que su formación informativa y polémica se sustituyera por
la intención de convertirse en un negocio redituable.
La separación del Estado y la sociedad civil (que había creado un espacio institucional para la
esfera pública burguesa) comenzó a quebrarse tan pronto los Estados asumieron un creciente
carácter intervencionista y tomaron cada vez más responsabilidades en el manejo del bien estar. Y,
junto a la comercialización de los medios se alteró el carácter de la esfera pública en un sentido
fundamental. Lo que fue una vez un foro de debate racional y de crítica se transforma en otro
ámbito de consumo cultural.
El consenso fabricado tiene poco en común con la opinión pública, con la unanimidad final
resultante de un largo proceso de recíproca ilustración, porque “el interés general” sobre cuya
base podía llegar a producirse libremente una coincidencia racional entre las opiniones ha ido
desapareciendo en la medida en que la autorepresentación publicista de intereses privados
privados se lo fue apropiando.
El sujeto político de la sociedad de masas son los grupos sociales y de las asociaciones que desde
los intereses de determinados sectores privados influyen en funciones y decisiones políticas. Se
trata de la privatización de lo público y la politización de lo privado.
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La publicidad crítica ejercida por la sociedad civil respecto de los aparatos del Estado, sus formas
de organización y ejecución, constituyen elementos fundamentales de la vida pública democrática.
El espacio de la opinión pública es como una red para la comunicación de contenidos y tomas de
postura, es decir, de opiniones, y en los flujos de comunicación.
En la actualidad, Habermas sostiene que los medios de comunicación desempeñan un papel que
en muchos casos, sirven tan solo a los intereses de grupos poderosos económica y socialmente, de
manera que su ocupación y depredación del espacio público pueden ser altamente
distorsionadoras de la realidad humana.
Por su parte, Ernesto Laclau, critica a Habermas porque sostiene que nunca se puede llegar a un
consenso final, que la propuesta de Habermas es utópica, porque la opinión está mediada por
intereses políticos y económicos de las diferentes clases sociales y que, por lo tanto, están en
constante pugna todo el tiempo.
Además, a contracara con Habermas que plantea al Estado y la política como enemigo, Laclau
sostiene que los intereses económicos pueden ser un mayor enemigo y más peligroso.
Por otra parte, Bourdieu plantea que la Opinión Pública es una mentira y una falacia que los
poderosos instalan en los medios como opinión pública a ciertos temas que son funcionales a los
poderes de turno.
Explica que en los sondeos y las encuestas (pertenecientes al marketing) las preguntas están
direccionadas para obtener cierto tipo de respuestas, son preguntas intencionales para tener
determinado resultado, por lo que hay un efecto de consenso pero que no es un consenso real,
porque no se genera un espacio de debate, además que la sociedad es un campo de lucha.
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