Resumen y Análisis de Jurisprudencia
Resumen y Análisis de Jurisprudencia
Resumen y Análisis de Jurisprudencia
Suprema de Justicia
En el artículo 4 de la Ley 169 de 1896 se dispuso que “[t]res decisiones uniformes dadas por la
Corte Suprema, como tribunal de casación, sobre un mismo punto de derecho, constituyen
doctrina probable, y los jueces podrán aplicarla en casos análogos, lo cual no obsta para que la
Corte varíe la doctrina en caso de que juzgue erróneas las decisiones anteriores”, de tal manera
que, por más de un siglo, se consideró que las decisiones precedentes de la máxima autoridad
judicial en casos civiles era un criterio que servía para guiar a los jueces al momento de decidir
casos posteriores, pero no un criterio que restringía la labor judicial.
En 2001, la Corte Constitucional profirió la trascendental sentencia C-836 en la que indicó que
el precedente judicial en Colombia sí debía ser vinculante, de tal manera que los jueces no
simplemente lo debían tener presente como criterio auxiliar, sino que no se podían apartar de
las posturas de las Altas Cortes sin haber desplegado argumentos serios y contundentes para ello.
El impacto de esta decisión ha sido tan significativo, que ya incluso se ha condenado penalmente
a jueces que se han apartado injustificadamente del precedente judicial (así ocurrió por ejemplo,
en el caso resuelto por la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia mediante la sentencia de 10
de abril de 2013, con ponencia de José Luis Barceló Camacho).
Dicho cambio ha dado lugar a la producción de una abundante literatura al respecto. Así, por
ejemplo, la segunda edición del libro El derecho de los jueces (2006) y Eslabones del derecho
(2016) por Diego Eduardo López Medina, pusieron de presente la importancia del giro que la
decisión de la Corte Constitucional implicaba en el marco de las fuentes del derecho en
Colombia. Y por su parte, la Colección Precedentes de la Universidad del Rosario y de Legis,
dentro de la cual se destaca el texto El precedente y sus reglas (2014) por Manuel Fernando
Quinche Ramírez, evidencia cómo la cultura jurídica colombiana avanza hacia un trabajo cada
vez más serio con jurisprudencia de las Altas Cortes.
Sin embargo, la importancia de la jurisprudencia va más allá de su nuevo lugar entre las fuentes
del derecho en Colombia. Su lectura, como mecanismo para aprender derecho y aprender las
competencias necesarias para ejercer los oficios propios de los abogados, es también
trascendental. Al respecto, Paul Kahn (2017) señaló recientemente que:
Las sentencias son recursos pedagógicos magníficos porque con ellas podemos aprender cómo los
hechos y el derecho tienen que tejerse en una sola narrativa. Uno aprende de ellas que el derecho
es una práctica de la persuasión. Las sentencias se escriben para persuadir a una comunidad que
tiene que ver las razones que fundamentan el derecho y, más importante aún, que tiene que aceptar
el derecho como propio. Las sentencias no pueden enseñar nada de esto si se leen solo por las
posiciones doctrinales que presentan.
En consecuencia, una de las destrezas que un abogado debe desarrollar es la de saber leer las
sentencias, aun las que son largas. El abogado no las lee para encontrar la proposición de derecho
particular que el caso presenta. Si esto fuera todo, los jueces no se molestarían en escribir sentencias
que fueran algo más que declaraciones formales del derecho relevante…
Todo el derecho está inmerso en hechos; todo el derecho es contextual. Para cada principio hay
excepciones; para cada enunciación del derecho hay otras enunciaciones que apuntan hacia
direcciones diferentes. Ustedes leen sentencias no simplemente porque son la fuente de la que
derivan normas abstractas, sino porque nos muestran lo que el derecho es: una práctica de
persuasión en la que las normas y los hechos trabajan juntos. Si quieren aprender a pensar
creativamente dentro del derecho o si creen que el derecho tiene algo que ver con la práctica de la
persuasión en una comunidad democrática, deben entonces acercarse a las sentencias. (págs. 49-
51)
Es por esto que, durante distintos cursos de pregrado y posgrado en derecho, una de las
actividades evaluativas que he comenzado a utilizar consiste en que los estudiantes lean, resuman
y analicen sentencias de la Corte Suprema de Justicia, en las que esta corporación resuelve casos
sobre disputas que desarrollan los asuntos objeto de estudio en los cursos. Con esto, los
estudiantes tienen la posibilidad de ver cómo los jueces están resolviendo casos difíciles en los
que deben aplicar las normas que están estudiando y, la labor de resumir, los obliga a que dicha
lectura sea reflexiva y analítica. Además, ante el océano de decisiones judiciales, el resumen
permite en momentos posteriores revisitar decisiones extensas sin que sea necesario, en todos
los casos, volver a leer el fallo completo de la Corte (lo cual resulta particularmente útil en
momentos en que el tiempo escasea).
A partir de dichos ejercicios, he ido elaborando un modelo que puede servir de guía para la
lectura, resumen y análisis. En este documento expongo precisamente cómo sugiero que se
deben hacer dichos resúmenes y análisis, así como la forma en que califico los mismos. Este
modelo es el resultado de un proceso de depuración de varios semestres proponiendo la
actividad, así como del trabajo con el Semillero en Derecho Contractual de la Universidad
EAFIT, con el cual, por más de un año, he estado dedicado al análisis de sentencias de la Corte.
El modelo está concebido específicamente para las sentencias de casación de la Sala Civil de la
Corte Suprema de Justicia, no para las sentencias de las otras salas, ni de la Corte Constitucional,
ni para las sentencias del Consejo de Estado, por lo cual, primero, haré una breve presentación
del proceso judicial que da origen a aquel tipo de sentencias y de la estructura de estas, pues he
descubierto que esto es necesario para comprender mejor cómo leer, resumir y analizar este tipo
de decisiones judiciales.
El proceso judicial
Uno de los derechos con los que cuentan los ciudadanos en Colombia es el de acudir a donde
los jueces para que estos resuelvan los conflictos que tienen con otros ciudadanos. Para hacer
uso de este derecho deben presentar un documento denominado demanda en el que le indican al
juez qué es lo que pretenden, narran los hechos que justifican su petición, aportan o piden las
pruebas que demuestran dichos hechos, y señalan el soporte legal de lo que piden1. Luego, la
persona en contra de quien está dirigida la demanda, denominado demandado, tiene la oportunidad
de responder al demandante en un escrito que se llama contestación de la demanda; en este se
pronuncia el demandado sobre las peticiones y los hechos de la demanda, presenta los
argumentos por los cuales considera que el juez no debe acceder a lo que solicita el demandante,
y aporta las pruebas adicionales que considera necesarias para resolver el asunto2. Una vez se
practican las pruebas y se escucha a las partes, el juez resuelve el caso y consigna su decisión en
un documento nombrado sentencia.
1 El contenido de una demanda se encuentra determinado en el artículo 82 del Código General del Proceso (L. 1564
de 2012).
2 El contenido de la contestación de la demanda se encuentra determinado en el artículo 96 del Código General del
Para que proceda dicho recurso es necesario que la sentencia que resolvió la apelación haya sido
proferida por un tribunal superior, y, la razón por la que demanda el inconforme, debe consistir
en que considera que la decisión (a) viola directamente una norma jurídica sustancial; (b) viola
indirectamente la ley sustancial; (c) no es consonante con los hechos, pretensiones o excepciones;
(d) hace más gravosa la situación del apelante único; o (e) resolvió un juicio viciado de una
nulidad no saneada (art. 336 del C.G.P.).
3 El trámite del recurso de apelación se encuentra regulado en el artículo 327 del Código General del Proceso (L.
1564 de 2012).
4 La jurisdicción ordinaria se ocupa de los asuntos civiles, penales y laborales. Las normas aquí descritas hacen
referencia al Código General del Proceso que regula los procesos que resuelven asuntos civiles. Estos incluyen todas
las disputas contractuales, de responsabilidad civil, familiares, de sucesiones, comerciales, entre otras. Los asuntos
penales y laborales se encuentran regulados en códigos procesales específicos. En adición a la jurisdicción ordinaria,
en Colombia hay una jurisdicción constitucional y una jurisdicción de lo contencioso administrativo, encargadas de
cuestiones relativas a la constitución y a disputas con el Estado, respectivamente.
Las primeras dos causales son las que por regla general permiten la unificación e integración del
ordenamiento jurídico y, como se verá más adelante, la comprensión de los cargos de este tipo
formulados por el demandante en casación resulta crucial para luego comprender
adecuadamente el problema jurídico que resuelve la Corte al emitir sus consideraciones al
respecto.
La sentencia de casación
Una vez la Corte Suprema de Justicia recibe un recurso de casación en contra de una sentencia
proferida por un tribunal, debe estudiar y debatir el caso para luego emitir su decisión al respecto.
La sentencia de casación mediante la cual la Corte da respuesta el recurso extraordinario
normalmente está compuesta por las siguientes partes:
(a) Un capítulo de antecedentes, en el que la Corte describe el proceso judicial, esto es, indica
qué pretendió el demandante y los hechos que este narró, la respuesta del demandado a dicha
demanda y la decisión tomada por el juez de primera instancia.
(b) Un segundo capítulo en el que resume la sentencia que fue demandada en casación, esto es,
la sentencia mediante la cual el tribunal superior competente resolvió el recurso de apelación. En
esta sección la Corte procura explicar con detalle cuáles fueron las razones que justificaron la
decisión tomada por el tribunal, toda vez que estas son las que son objeto de ataque o reproche
por parte del casacionista (este es uno de los nombres que se le da al demandante en casación; otra
denominación común es censor).
(c) Una tercera sección en la que presenta los cargos formulados por el que presentó la demanda
de casación. En esta la Corte reseña cuáles son los argumentos por los cuales el casacionista
considera que el tribunal superior erró en la decisión del caso. Estos ataques son los que luego
definirán los problemas jurídicos que la Corte tendrá que resolver.
(d) Por último, las consideraciones de la Corte respecto de dichos cargos. En esta última sección
es que expone si está de acuerdo o no con el demandante en casación, así como los porqués de
su postura. Esta es la sección que contiene la opinión de la Corte, toda vez que las demás son
simple recuentos de lo que consideraron las partes y los jueces de las instancias anteriores. En
aquellos casos en los que la Corte no está de acuerdo con el casacionista, confirma la decisión
del tribunal; esto puede ocurrir incluso en los casos en que las razones por las que está de acuerdo
con la decisión son diferentes a las razones dadas por el tribunal. En los casos en los cuales está
de acuerdo con el casacionista, decide casar la sentencia del tribunal y, por lo tanto, se incluye
un capítulo adicional, denominado decisión de instancia o sentencia sustitutiva, en el cual la
Corte resuelve la disputa de las partes, concediendo las pretensiones del demandante o
declarando que no hay lugar a ellas.
Si bien las consideraciones de la Corte, al contener las reflexiones propias de la corporación, son
el aparte más importante de la sentencia y el que puede generar el precedente judicial, una
correcta comprensión del mismo requiere leer detalladamente los demás apartes, pues dan el
contexto necesario para saber en qué consistía el problema que abordó la Corte.
5Con frecuencia la Corte Suprema de Justicia, para resolver un caso, hace referencia a cuestiones jurídicas diferentes
a aquellas de las que se debe ocupar. Estas consideraciones de paso, también conocidas como obiter dicta, si bien no
constituyen un precedente vinculante para casos futuros, sí constituyen en argumentos persuasivos.
El contenido detallado de cada sección es el siguiente:
En esta sección se debe indicar la información que permite identificar la sentencia, como la
corporación (corte y sala), fecha de expedición de la decisión, el magistrado ponente, el radicado
(si aplica) y gaceta judicial en la que fue publicada (si aplica). La gaceta judicial fue publicada
hasta 1999, después de dicho momento se comenzó a identificar las sentencias con el número
de radicado.
El propósito de esta sección es que el lector cuente con suficiente información para poder
recuperar la sentencia completa en el buscador de jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia6
o en los tomos en los cuales fueron publicadas las gacetas judiciales7.
Ejemplo 1:
Exp. 4544
En esta sección se debe indicar aquellas circunstancias fácticas que dieron origen a la disputa
entre las partes, que fueron probados dentro del proceso y que resultaron determinantes para la
toma de la decisión judicial. Así, no son relevantes aquellos hechos que no afectan la decisión
tomada por la Corte.
Como la Corte suele comenzar reseñando los hechos afirmados por el demandante, es
importante aclarar que no se debe incluir los hechos narrados por las partes, sino los hechos que
resultaron probados en el proceso. Por otra parte, las cuestiones jurídicas y lo que se haya
6 http://consultajurisprudencial.ramajudicial.gov.co:8080/WebRelatoria/csj/index.xhtml
7 http://www.cortesuprema.gov.co/corte/index.php/gacetas-judiciales1/
debatido dentro del proceso judicial son cuestiones que no se deben presentar en este aparte.
Sin embargo, en aquellos casos excepcionales en los que hubo un proceso judicial antes del
proceso judicial actual, esto sí debe incluirse dentro del resumen de los hechos, si el proceso
anterior resulta relevante para el nuevo proceso.
Los hechos deben ser expuestos separando cada hecho en una viñeta independiente,
expresándolos con claridad y precisión.
1. Rafael María Bernal y su hijo, también llamado Rafael María Bernal, manifestaron por
escritura pública celebrar una compraventa de un bien inmueble de aquel.
2. El precio pactado era significativamente inferior al valor comercial del inmueble ($3.673.650
vs $80.000).
3. Por la época se tramitaba un proceso ejecutivo de Gustavo Pradilla contra Rafael María
Bernal padre.
4. El motivo por el que el padre manifestó obligarse a enajenar el bien fue para evitar que el
señor Pradilla se apoderara del mismo.
5. Rafael María Bernal hijo dependía de su padre y no poseía los recursos económicos para
pagar el precio de la compraventa.
7. La escritura pública en la que constó el negocio solamente se registró mes y medio después
de haberse celebrado el contrato.
Ejemplo 2 (este es un caso en el cual hubo un proceso judicial anterior; tomado de la sentencia
de 2 de junio de 1958):
1. Abraham Birbragher denunció a Alberto Lara Nieto y a Santos Campos Sánchez por el hurto
de 70 sacos de fique.
2. Como consecuencia de la denuncia Alberto fue detenido y privado de su libertad entre el 8
de mayo y el 22 de julio de 1953, fecha en la que fue puesto en libertar al haber sido absuelto
del delito que se le imputó.
3. Alberto era hijo de familia, sus padres lo tenían a su cuidado y él les ayudaba en el negocio
de panadería que aquellos tenían en su propia casa de habitación; no registraba antecedentes
de ninguna naturaleza; había recibido regular educación; y durante su presencia en el juzgado
no se mostró temeroso y no era una persona socialmente peligrosa.
1. Margy María Manasse Vargas compró una bolsa de leche ultrapasteurizada producida por
Productos Naturales de Cajicá S.A. “La Alquería”.
2. Margy María bebió la leche. Esta le supo amargo, comenzó a experimentar síntomas de
malestar y fue trasladada al Hospital San Ignacio.
4. A la leche que bebió, así como a otra bolsa que compró en la misma tienda se le hicieron
exámenes de laboratorio que dictaminaron que la leche no era apta para el consumo humano.
6. La pérdida de visión fue producida por elementos exógenos, concretamente, por bacterias.
[De este caso vale la pena destacar que Margy María afirmaba en su demanda que haber tomado
la leche le había causado la ceguera, pero en la medida en que esto no fue probado en el proceso,
no se debe incluir en la narración de los hechos.]
1. Rafael María Bernal padre y sus hijos demandaron a los herederos de su hijo y hermano
pretendiendo que se declarara que la compraventa celebrada entre el padre y este había sido
una simulación absoluta y que, consecuentemente, le fuese restituido el bien inmueble sobre
el que había versado el contrato.
5. Los demandados demandan en casación porque, entre otros, en virtud del principio nemo
auditur no es posible pretender deshacer los efectos de una simulación cuando fue promovida
por causas ilícitas y que la interpretación que el Tribunal le dio a la sentencia de 1982 no fue
adecuada.
En esta sección se deben presentar los problemas jurídicos que la Corte debió resolver a raíz de
la demanda de casación. Estos deben formularse como una pregunta que se pueda responder
con un sí o con un no, de tal forma que la respuesta constituya una regla que se pueda aplicar a
futuros casos semejantes. Esto último implica que el problema debe contener los elementos
jurídicos necesarios para la construcción de la regla y debe omitir los elementos particulares del
caso que impedirían la aplicación futura. La regla resultante es el precedente vinculante para
casos futuros, así que su identificación es lo más importante del ejercicio de lectura y análisis.
Después de plantear el problema, se debe señalar cómo fue respondido por la Corte y las razones
que dio para soportar dicha respuesta. Sobre esto último se debe indicar cada una de las razones
que fueron necesarias o de las que coadyuvaron en la toma de la decisión, pudiendo el autor del
resumen presentar las razones con sus propias palabras, o haciendo transcripciones de lo dicho
por la Corte (estas razones es lo que se conoce como la ratio decidendi).
“[L]a prohibición de repetir lo que se haya dado o pagado por un objeto o causa ilícita a sabiendas, establecida
en el aludido precepto, no tiene cabida en materia de simulación, de un lado, porque dado su carácter sancionatorio,
no puede aplicarse analógicamente y, de otro, porque, como lo ha sostenido la Corte, produciría consecuencias
enojosas y conduciría a situaciones injurídicas, como la de afianzar los negocios simulados, en lugar de destruirlos,
amén de que aparejaría un enriquecimiento injusto del simulante demandado quien, de todas formas, es coautor,
o por lo menos cómplice, del acto ilícito.
Se dijo entonces, y hoy se ratifica, que "Si se llegara a admitir te aplicación de la regla Nemo auditur en el campo
de la simulación, sobrevendría el caso de que el simulante actor, advertido por ello del posible insuceso de su
pretensión, procuraría omitir u ocultar en su demanda toda referencia al móvil ilícito y alegaría una causa
simulandi lícita y también ficticia. En este supuesto corresponderá al simulante demandado descubrir y probar el
verdadero móvil ilícito, a fin de evadir la restitución de los bienes recibidos en apariencia. Esto sería escandaloso,
y resultaría doblemente inmoral que al demandante se le rechazara su acción por alegar un móvil ilícito y que, en
cambio, al demandado se le permitiese acudir a ese mismo móvil para exonerarse de la restitución y consolidar el
enriquecimiento injusto, obteniendo así un premio a su deslealtad y a su mala fe. Sería contrario a la justicia y a
la más simple lógica que entre las partes simulantes no pudiera alegarse la simulación ilícita como acción, pero
que sí se te pudiese invocar y hacer valer como excepción".
Y más adelante se agregó: "Denegar la repetición o la restitución de bienes en materia de simulación ilícita,
equivaldría a hacer ilusoria la acción correspondiente, y ello cuando la propia ley da margen al negocio simulado,
reconociéndole efectos jurídicos entre las partes que lo conciertan. Esa denegación quebrantaría aquel principio que
ordena preferir la realidad a la apariencia (plus valere quod agítur quam quod simulator)...” (G.J. CIX, 199).
Desde luego que la negación de la acción de simulación a quienes acuden a ella por motivos ilícitos apareja una
solución, ella sí en verdad inmoral, en cuanto desemboca en la tolerancia del abuso de la confianza que los
simulantes se han depositado, permitiéndosele, además, a quien no tiene ningún derecho a ello, aprovecharse del
fraude para enriquecerse maliciosamente, todo contrariando, por supuesto, la regla "nemini sua fraus patrocinari
deber”.”
Toda vez que si bien no hay estipulación expresa, tampoco hay prohibición que impida la
protección de daños extrapatrimoniales por incumplimientos contractuales. Así mismo, la Ley
446 de 1998 en su artículo 16 establece reparación integral en cualquier proceso, lo cual incluye
los de responsabilidad contractual. Y hay escenarios contractuales que evidencian esta
posibilidad, como lo es la norma especial para contrato de transporte (art. 1006 del C. Co.), así
como la jurisprudencia en materia de responsabilidad médica.
¿Se puede solicitar la resolución del contrato cuando ambas partes han incumplido? Sí.
Porque nuestra legislación, al regular los efectos de la mora, no dispone que esta sea requisito
para la resolución, por lo tanto, el incumplimiento mutuo evita la mora y sus efectos, pero no
impide que se pueda pretender la resolución del contrato que es una consecuencia que la ley
dispone para el incumplimiento.
Para este aparte no se debe formular un problema jurídico, sino simplemente listar las reglas
formuladas por la Corte y, si resulta ilustrativo, las razones con las que las justifica.
“[L]as relaciones jurídicas no están signadas únicamente por criterios prácticos y racionales que las
despersonalizan para reducirlas a meros vínculos patrimoniales, frente a los cuales ninguna trascendencia podrían
tener las reglas morales, ya que éstas, por el contrario, subyacen de manera palpable en el ordenamiento legal como
un criterio regulador que impide el abuso de las formas jurídicas, a las cuales, por el contrario, le dan contenido y
substancia.
Principios de tanta importancia para el derecho como el de la justicia y el equilibrio en las relaciones contractuales,
el de la relatividad de los derechos, el de la apreciación de los móviles negóciales, la protección de la buena fe y el
repudio del dolo y la malicia, entre otros, ponen de manifiesto que tas regias morales penetran profundamente las
estructuras jurídicas, dotando los fines patrimoniales o económicos que persiguen de contenidos axiológicos.
1. “[E]l mutuo disenso puede ser expreso o tácito, siguiendo los mismos principios que sobre el particular rigen
en punto a la formación del contrato, vale decir, respetando las normas o solemnidades consagradas por el
legislador como requisito para la validez del negocio jurídico.”
b. Hace exigible la cláusula penal (artículos 1594 y 1595 del Código Civil), y
c. Invierte el fenómeno de la carga del riesgo sobreviniente respecto de la cosa debida (artículos 1731 Y
1733).”
3. “¿Se puede exigir judicialmente el cumplimiento de una obligación si el deudor no está en mora? Obvio que
sí. La exigibilidad surge del incumplimiento, no de la mora. Ello es claro. Pero si alguna duda quedare sobre
el particular, la despeja el artículo 1594 del Código Civil, que dice: “Antes de constituirse el deudor en mora,
no puede el acreedor demandar a su arbitrio la obligación principal o la pena, sino solo la obligación
principal…”. ¿Puede quedar alguna duda? Antes de constituirse el deudor en mora el acreedor puede
demandar la obligación principal, pero no puede demandar la pena.”
4. “el artículo 1546 consagra la resolución o la ejecución del contrato “con indemnización de perjuicios”. Cuando
se trata del incumplimiento de ambos contratantes, la norma que debe aplicarse es el artículo 1609, según el
cual ninguno está en mora, lo cual implica que de ninguno se puede predicar que deba perjuicios, toda vez
que el artículo 1615 establece que “se debe la indemnización de perjuicios desde que el deudor se ha constituido
en mora…”. Como ninguno está en mora, ninguno debe perjuicios. Igual debe predicarse según el artículo
1594 de la cláusula penal.”
En esta sección se deben listar aquellas sentencias proferidas en el pasado que fueron citadas por
la Corte. Es importante indicar qué cuestión de la sentencia está siendo citado por la Corte y si
se está reiterando o rectificando lo que se dijo en el pasado. También es importante que se limite
la referencia a las sentencias que cita la Corte y no incluir las sentencias que fueron referidas por
el tribunal o por el casacionista.
1. Sentencia del 30 de noviembre de 1935 (G.J. 1905 y 1906) y del 31 de mayo de 1936 (G.J.
1936, pg. 566 y ss.) sobre la clasificación de las obligaciones en obligaciones de medios y
resultado. Reiteradas (aclarando que el concepto ha evolucionado).
2. Sentencia del 30 de enero de 2001 (exp. 5507), del 22 de julio de 2010 (exp. 41001 3103 004
2000 00042 01), y del 30 de noviembre de 2011 (exp. 76001 3103 002 1999 01502 01) sobre
la carga de la prueba en obligaciones de medio y de resultado, y onus probandi. Reiteradas.
4. Sentencia del 19 de diciembre de 2005 (exp. 05001 3103 000 1996 5497-01). Sobre las
obligaciones en las cirugías estéticas. Reiterada.
Por último, en esta sección se deben listar aquellas leyes (entendida la expresión en su sentido
amplio, esto es, incluyendo decretos, ordenanzas, resoluciones, etc.) citadas por la Corte para la
resolución del caso concreto. Es importante indicar sobre qué versa la disposición. Aquí también
se debe evitar referir las disposiciones normativas invocadas por el tribunal y por el casacionista.
1. Código Civil, artículo 1525: consagración legal del principio nemo auditur.
Ejemplo 2 (tomado de la sentencia de 5 de agosto de 2014):
2. Ley 446 de 1998, artículo 16: consagración del principio de reparación integral
8. Código Civil, artículo 1603 y Código de Comercio, artículo 871: consagración de la buena fe
contractual que genera deberes
Calificación
Una vez asignada una sentencia, los estudiantes deben leerla, resumirla y analizarla según el
modelo propuesto. En la clase en la que se discute la sentencia, se les pregunta de forma aleatoria
por la misma. La capacidad de discutir sobre la sentencia puede ser establecida como condición
para que se califique el ejercicio escrito.
La calificación del resumen se hará por secciones, así: (a) el aparte de datos básicos de la sentencia
valdrá 0.3, cualquier dato que falte o esté incompleto reducirá en 0.1 la nota, y si faltan o están
incompletos tres o más datos, no se obtendrá puntos por esta sección; (b) el aparte de hechos
jurídicamente relevantes valdrá 0.7, este valor se dividirá entre el número de hechos
jurídicamente relevantes, de tal forma que la falta o imprecisión frente a alguno de ellos dará
lugar a que se reduzca el puntaje, y, en ocasiones, algún hecho por su particular importancia para
el caso podrá tener un mayor valor a consideración del profesor; (c) el aparte de la disputa judicial
valdrá 0.5, donde la correcta identificación de cada uno de los apartes (esto es, lo pretendido, lo
excepcionado, lo decidido en cada instancia y lo demandado en casación) valdrá 0.1 (indicar si la
Corte casó o no la sentencia, debe incluirse pero no recibe puntuación); (d) el aparte del problema
o problemas jurídicos valdrá 2.0; si se trata de un problema jurídico, la formulación adecuada del
problema valdrá 0.5, la identificación de la respuesta dada por la Corte 0.3 y la identificación de
las razones dadas por esta 1.2; estos puntos se dividirán entre los problemas jurídicos cuando
haya más de uno; (e) el aparte de las consideraciones dichas de paso valdrá 0.5, y si hay más de
una consideración de paso relevante para el curso, el puntaje se dividirá entre las que haya; (f) el
aparte de la jurisprudencia citada valdrá 0.5, donde la identificación de todas las sentencias valdrá
0.1, indicar sobre qué versaba cada una de ellas 0.2 e indicar frente a cada una si fue reiterada o
rectificada 0.2; y (g) el aparte de disposiciones normativas invocadas valdrá 0.5, donde la
identificación de todas las disposiciones valdrá 0.2 y la indicación del tema tratado por cada una
0.3. En aquellas ocasiones en que no haya consideraciones de paso, su valor se sumará al del
problema jurídico. En aquellos casos en que no haya jurisprudencia o disposiciones normativas
citadas, se deberá indicar tal circunstancia en el resumen. La inclusión de información inadecuada
en cada sección dará lugar a la reducción de la nota, a pesar de que también se incluya la
información correcta.
Referencias
Kahn, P. W. (2017). Construir el caso: el arte de la jurisprudencia. Bogotá D.C.: Siglo del Hombre
Editores; Universidad de los Andes; Instituto de Investigaciones Jurídicas UNAM;
Universidad de Palermo.
López Medina, D. E. (2006). El derecho de los jueces. Bogotá D.C.: Universidad de los Andes;
Legis.
López Medina, D. E. (2016). Eslabones del derecho: el deber de coherencia con el precedente judicial.
Bogotá D.C.: Universidad de los Andes; Legis.
Quinche Ramírez, M. F. (2014). El precedente judicial y sus reglas. Bogotá D.C.: Universidad del
Rosario; Legis.