Introduccion A Los Arboles Enanos
Introduccion A Los Arboles Enanos
Introduccion A Los Arboles Enanos
El bonsai, es un árbol en una maceta reducida.Proviene del Japón (bon es maceta y sai
árbol), aunque fue en China donde se tiene constancia ,de que allí ,lo usaban los
grandes señores ,para llevar las plantas aromáticas y medicinales , en grandes vasijas
.
Ahora ,hace pocos años ,que conocemos a los bonsais ,como producto elaborado
japonés.
Ellos han puesto una serie de normas y forma de presentación ,pero nosotros los
occidentales lo hemos de aceptar que no tenemos el pensamiento oriental ,sino el
aceptar unas reglas que nos viene de la naturaleza,pero no obstante debemos realizar
un trabajo parecido al de ellos,por ejemplo algunos estilos y técnicas que tantos
resultados les da.
A mí personalmente me va bien el que debemos imitar el árbol , tal como lo vemos en
la naturaleza ,respetando el estilo que nos proporcionan , pero sin alterar la estética.
.
UNA HISTORIA QUE CONTAR:
Los orígenes del bonsai se pierden en el tiempo, pero es probable que su cultivo se
iniciara en China hace más de mil años, como consecuencia del taoísmo. Los
seguidores de esta religión creían que los fenómenos naturales, como por ejemplo las
montañas, los árboles y las piedras, estaban cargados de poderes, y que los
ejemplares diminutos los poseían de forma concentrada. También pensaban que una
forma retorcida y nudosa representaba los cuerpos de los que habitaban el mundo de
los espíritus, en el cual habrían alcanzado una edad avanzada.
CONSERVACIÓN Y CUIDADOS:
Una vez que tenga varios árboles jóvenes y sanos creciendo en tiestos, habrá llegado
la hora de comenzar a pensar en la preparación necesaria para controlar y desarrollar
la forma del futuro bonsai. A los novatos los pone nerviosos pensar en la poda, porque
creen que van a lastimar los árboles, cuando en realidad se trata de una parte esencial
del proceso para mantener los bonsais sanos, vigorosos y frondosos.
Poda y pinzados
Para consevar el tamaño, hay que eliminar los vástagos cuando se alargan, dejando
apenas una o dos hojas en la base. Sin embargo, para estimular el crecimiento en una
sola dirección, se debe cortar el vástago justo por encima de una hoja que crezca en el
sentido que se desea el crecimiento futuro. Un nuevo vástago crecerá a partir de la
yema latente situada en la base de la hoja en la dirección requerida.
Hay que eliminar las ramas que no se desean: las que están muy abajo, o situadas
justamente enfrente de alguna en buena posición (línea gruesa). Las partes más
nuevas tienen que recortarse (línea punteada) para estimular una mayor ramificación.
Trasplante
El trasplante es necesario para todas las plantas en maceta y, en particular, para las
plantas jóvenes. Consiste en cambiar la maceta o, simplemente, la tierra.
Un viejo refrán dice incluso que «En el día de Santa Catalina (el 25 de noviembre) todo
árbol echa raíz». Sin embargo, dado que las raíces en maceta son muy sensibles al
frío, hay que asegurarse de que el suelo no se hiela.
Cómo trasplantar El trasplante consiste en cambiar la tierra, suprimir una parte de las
raíces y, según el caso, cambiar de maceta. Para realizarlo se seguirán los siguientes
pasos:
- Preparar la maceta (la misma si no vamos a cambiarla), obturando los agujeros con
tela o tu¡ de plástico, fijándolos, si es necesario, con alambre de cobre.
- Esparcir en el fondo una capa de arena gruesa, destinada a drenar el exceso de agua.
- Agregar tierra nueva alrededor de¡ cepellón y comprimir firmemente, primero con los
dedos y después con la alcayata.
- Luego, dejar escurrir y poner el bonsai a la sombra durante varias semanas, hasta
que el sistema radicular se haya formado otra vez. Es muy importante no abonar la
tierra durante este período.
En general, puede decirse que los árboles de follaje perenne tienen necesidad de
trasplantes menos frecuentes que los de hoja caduca, que producen más materia
orgánica y renuevan su follaje más a menudo. Un pino tendrá menos necesidad de ser
trasplantado que una secuoya primitiva o un arce.
Mezclas para trasplantar Este tema preocupa a veces a los novatos pero, para la
mayoría de los árboles, resulta adecuado el abono formado por una mezcla de buena
tierra negra de jardín, mantillo en estado de descomposición y arena gruesa o gravilla
muy fina.
Hay que esterilizar los elementos antes de usarlos; en el caso del mantillo que se
recoge del bosque, basta con cocinarle en el horno dentro de una lata de galletas que
tenga una tapa que ajuste bien.
A algunos árboles les desagrada la cal; habrá que ponerles abonos que no la
contengan, y turba en lugar de mantillo. Las coníferas, en general, prefieren un suelo
muy arenoso, de modo que resulta conveniente agregarle a su mezcla una mayor
proporción de arena.
Al igual que todas las plantas vivas, un bonsai no sobrevivirá si no tiene agua. La
frecuencia del riego depende de muchos factores, especialmente del estado de
crecimiento de la planta, y del clima.
En invierno, los bonsais que viven al aire libre necesitarán poca agua, aparte de la que
reciben en forma de lluvia. Los árboles de interior requieren cierto control, ya que la
humedad del suelo se evapora a pesar de que el bonsai no crezca nada o casi nada.
La primavera es una época peligrosa. Como comienzan a crecer las hojas y los
vástagos, las necesidades de agua del bonsai aumentan muchísimo, y esto suele
coincidir con un cambio de clima, que pasa de húmedo y frío a ventoso y seco. Hay
que regar los bonsais en cuanto han consumido la mayor parte (no la totalidad) del
agua que tienen en el recipiente.
Al llegar el verano, el tiempo, con suerte, será muy cálido, tal vez con brisa y un sol
fuerte. En estas condiciones, los bonsais requieren un riego abundante una vez al día,
preferiblemente por la mañana temprano o al Analizar la tarde y, en casos
excepcionales, en ambas ocasiones. Los bonsais de interior también necesitan más
agua y, por lo tanto, habrá que controlarlos todos los días.
En otoño, los árboles inician los cambios químicos que producen la caída de las hojas y
el estado de latencia. Disminuye la necesidad de agua y hay que tener cuidado de no
regarlos en exceso en esta época, ya que, con las temperaturas más bajas,
especialmente por la noche, se corre el riesgo de que se pudran las raíces.
Hormigas
A veces se las puede ver corriendo por el tronco de un bonsai y su presencia suele
indicar que el árbol tiene algún otro parásito, como afidios, por ejemplo. Después de
hacer desaparecer estos, para eliminar la hormigas se sumerge todo el árbol en un
cubo de agua al que se le habrá añadido una cucharada de detergente lavavajillas.
Déjelo durante treinta minutos y después permita que se escurra. Si las hormigas
habían hecho un nido en las raíces, tanto este como ellas mismas habrán
desaparecido.
Afidios Estos parásitos tan conocidos tienden a acumularse en la época de crecimiento
de hojas y vástagos, en el arce. Como esta especie de bonsai es sensible a los
aerosoles comerciales, para efectuar una cura ha de aplicarse el método que hemos
descrito antes para las hormigas.
Agallas o nodulares de corona Son agallas llenas de bacterias que se forman en las
raíces dañadas de las plantas: esta enfermedad se agrava por anegamiento.
Afortunadamente, es poco frecuente entre los bonsais pero, en caso de detectarla, hay
que cortar todas las raíces que estén afectadas y mejorar el sistema de drenaje.
Es una enfermedad que afecta a las plántulas, que se pudren en el punto en el cual el
tallo alcanza el nivel del suelo. Para evitar este problema, hay que regar IOS semilleros
con un insecticidas siguiendo las instrucciones de fabricante.
Gorgojos algodonosos
Mildiu
Son hongos que aparecen en forma de un polvo blanco sobre las superficies de las
hojas, en el verano. Si se observan en ejemplares muy jóvenes, que aún no han sido
preparados, es mejor descartarlos.
Araña roja.
Se trata de un parásito grave, tanto entre las plantas de interior como en las del
jardín, que chupa la savia y ocasiona un rápido deterioro y la muerte del bonsai
afectado.
Se puede rociar los árboles afectados con algún insecticida endoterápico que contenga
dimetoato, repitiendo la dosis después de quince días. Entre los bonsais resistentes,
sobre todo se ven afectadas las coníferas, durante las temporadas muy calurosas y
secas. Para evitar este problema, se puede elevar el grado de humedad en tomo a los
árboles.
Pulgones
Estos insectos con aspecto de lapas afectan tanto a las variedades de interior como a
las de exterior. Se adhieren a la corteza del tronco o las ramas, y a la cara inferior de
las hojas. Estos parásitos pueden eliminarse de los bonsais con la mano (un método
sencillo consiste en humedecer trocitos de lana de algodón en alcohol
desnaturalizado), y el árbol se puede rociar con algún insecticida que contenga
dimetoato.
Pulgón lanígero
Estos afidios se protegen con una capa que semeja algodón en rama. Aparecen con
frecuencia en los pinos, y pueden controlarse rociando con fuertes chorros de la
solución de pirimifos-metil.
Para terminar, citaremos algunas de las plantas aptas para bonsais, entre las más
frecuentes en nuestro país, y las mejor adaptadas a nuestro clima.
Abies SP (abeto)
Conífera de hoja perenne. Algunos árboles pueden alcanzar los sesenta y cinco metros.
Ramas casi horizontales y desde el suelo. Reproducción: por semilla, en abril-mayo.
También por esqueje. Poda: en primavera. Alamabrado: todo el año. Estilos: Choka.n,
Yose Uyé.
Acerpalmatum (arce)
Arbolillo de hoja caduca que requiere suelos ácidos. Hoja: caduca, palmeada, de cinco
a nueve lóbulos, dentada y muy recortada. Reproducción: por esqueje. Poda: en
primavera. Alambrado: de primavera a otoño. Estilos: I kengai, Han Ikengai, Yose
Uyé, Chokkan, Moyogi.
Alnusglutionosa (chopo)
Arbusto que puede alcanzar los cinco metros. Hoja: perenne, de pequeño tamaño,
follaje denso. Reproducción: por esqueje, en septiembre y marzo. Poda: en primavera.
Alambrado: todo el año. Estilos: Ishizuki, Han I@engai, Yose Uyé, Chokkan Moyogi.
En la naturaleza alcanza hasta los treinta y cinco metros de altura. Hoja: agujas.
Reproducción: por semillas e injertos. Poda: durante el verano. Alambrado: a finales
del verano. Suelo: todo tipo de compuesto, pero arenoso. Estilo: sin forma, vertical; de
forma vertical, « semicascada ».
Algunos árboles pueden alcanzar los treinta metros. Hoja: caduca, simple, dentada, de
color verde sombra. Frutos en bolita, negros. Reproducción: por semilla, en abrilmayo,
después de estratificación. Poda: en primavera. Alambrado: en primavera. Estilos:
Chokan, Yose Uyé, Moyogi.
Cotoneaster horizontalis
Cupressus (ciprés)
Algunos árboles pueden alcanzar los treinta y cinco metros. Hoja: caduca, lustrosa, de
color verde oscuro, que enrojece antes de caer. Reproducción: por semilla, en
primavera. Pinzamientos: primavera o verano.
Pequeño árbol de gran longevidad. Puede alcanzar los diez metros. Hoja: aciculada, de
siete a quince milímetros. Reproducción: por semilla o por esqueje. Poda: en
primavera, poda de raíces, trasplante. Alambrado: todo el año. Estilos: Ikengai
Uuniperus chinensis), Yose Uyé, Chokkan.
En la naturaleza alcanza una altura máxima de cinco metros. Hoja: perenne, alterna e
impar; pinada. Reproducción: de vivero. Poda: durante el período de descanso.
Alambrado: es preferible la poda al alambrado. Suelo: ácido (es muy buena la tierra de
brezo). Estilo: sin forma, vertical; inclinado.
Punicagranatum (granado)
Árbol pequeño de hoja caduca. Altura entre tres y seis metros. Poda: en primavera y
verano. Alambrado: en primavera. Estilos: Shakan, Moyogi.
Arbusto de corteza delicada y madera quebradiza. Flores de muchos colores, del blanco
al rojo. Poda: en primavera, si no están en flor. Pinzamientos: en verano. Estilos:
Ishizuki, Moyogi.
Utilizada como bonsai por la belleza de sus flores. Poda y recortes: después de la
floración. Estilos: kabudachi, Moyogi, Yose uyé.
Árbol o arbusto que, en la naturaleza, puede alcanzar los quince metros. Tronco rojizo
oscuro, madera flexible. Hoja: perenne, de color verde oscuro. Reproducción: por
semilla. Trasplante: en primavera. Pinzamientos: en verano. Estilos: Yose Uyé,
Chokkan.
Algunos árboles pueden alcanzar los treinta y cinco metros. Hoja: caduca, en forma de
corazón. Reproducción: por semilla. Pinzamientos: en verano. Alambrado: en
primavera. Estilos: Chokan, Yose Uyé, Hokidachi.
Árbol que, en su medio natural, puede alcanzar los treinta metros. Hoja: caduca, verde
brillante en el haz y pubescente en el envés. Reproducción: por semilla o por esqueje.
Poda: en invierno. También trasplante. Alambrado: todo el año. Estilos: Chokan, Yose
Uyé, Hokidachi.
ASPECTOS EXTERNOS:
Hay muchos factores, que contribuyen a que el Bonsai pueda tener un aspecto más
genuino. Hay alternativas que favorecen a la planta ,la utilización de musgos ,suelos
alternativos y así como también las macetas, y un largo etc. nos servirian para hacer
de un arte con todo su esplendor imitando a la bella naturaleza.
EL MUSGO...
Hay que vigilar que el musgo deje respirar a la planta, manteniendo siempre el drenaje
y una buena capa de tierra y arena o de arcilla expandida. No recubra excesivamente
de musgo los bonsais pequeños.
EL CUBRESUELO ALTERNATIVO...
Hay muchas cubiertas del suelo que se puede usar como una alternativa al musgo: Los
líquenes.
Una vez desarrollados resisten bien la sequía, el frío y el calor. Si quiere intentar
obtener líquenes, proceda del modo que se expone a continuación: Entre los 800 y
1.800 metros de altitud coja un tipo de musgo que no trepa, no se presenta en
rosetas, no parece aguja de pino y no ramifica.
Este musgo tiene sobre el ápice de los tallos una prolongación sin hijos con una
ranura: ahí se hallan las esporas. Debe cogerlo, desmenuzarlo y colocarlo en una
maceta sobre una mezcla de arena y tierra de bosque. Así habrá sembrado las
esporas. Después hay que unir esto con líquenes que haya en los terrones de musgo.
A veces, en las paredes y entre las piedras hay unas trompetillas de color gris azulado
de cinco a diez milímetros.
El musgo, al ir muriendo, transfiere su sustancia orgánica al hongo del liquen. Hay que
aplastar los terrones, recubrir de arena fina y vaporizar con agua. Después se vuelve a
aplastar con la punta de los dedos. Al cabo de dos semanas, regaremos un poco con
vaporizador (no usar agua del grifo, ni agua contaminada por la atmósfera).
Creación de bonsais en roca Los bonsais en roca pertenecen al estilo Fukinagashi del
que ya hemos hablado. Ahora nos centraremos en el método para obtenerlos. La
técnica que se cita es particularmente adecuada para todas las especies de arce.
El proceso es largo y hay que tener paciencia. La base se hará en cuatro años y el
follaje en los tres siguientes. El ejemplar no alcanzará su desarrollo pleno hasta los
diez o doce años. Plantar el bonsai en primavera, en una gran maceta con el cuarenta
por ciento de arena. Dejar reposar un año. Mientras tanto, buscar una piedra adecuada
en proporciones, aristas y color. En primavera, desplantar.
Las puntas de las raíces deben tocar este fondo. Añadir arena entre las paredes de la
maceta y la hoja de polietileno para que todo quede bien sujeto.
Mantener así durante tres años. Algunas raíces morirán, pero otras no. No podar estos
años.Al llegar la tercera primavera, sacar de la maceta, añadir tierra al fondo y quitar
la hoja de polietileno. Proteger las raíces unos días con musgo o con un paño húmedo.
Después, dejar crecer al aire. Al cuarto año se inicia el tratamiento del follaje y la
estructuración de las ramas. Se puede seguir el mismo procedimiento para colocar un
arbolillo entre dos piedras y que parezca que surge de entre ellas.
El bonsai puede vivir también directamente sobre la roca sin que las raíces penetren en
el suelo. Esto es posible con bonsais pequeños y rocas muy porosas en las que pueda
anidar la tierra. En este caso, la roca se posa sobre arena o sobre una bandeja con
agua.
En todos los casos es importante que el tipo de roca tenga una forma atractiva. Si es
rugosa puede ser volcánica o calcárea. Ambas clases producen formas muy
interesantes y no nos será difícil encontrar una que armonice con nuestro arbolito.
Tenga cuidado en no alterar con una roca demasiado grande o demasiado pequeña
para el árbol que va a utilizar. Si usa una roca de playa, límpiela completamente de sal
y yodo si no quiere tener problemas graves con el árbol.
Las macetas Nos encontramos aquí con otra cuestión delicada, que a menudo provoca
desacuerdos tanto entre aficionados como entre especialistas.
Es innegable que el recipiente tiene gran importancia para el realce de¡ árbol o planta
con que se vaya a trabajar, y no es menos cierto que una elección desafortunada
perjudicará el conjunto, puesto que lo que se busca ante todo es la armonía entre
maceta y árbol, entre continente y contenido.
- La maceta japonesa típica tiene siempre cuatro patas, de manera que el aire pueda
circular por debajo, y dos grandes agujeros para drenaje mayores que los de las
macetas europeas (que suelen tener un diámetro de 2 cm). De hecho, a veces
sorprende que la mitad de¡ fondo de una maceta tan pequeña esté ocupada por dos
generosos agujeros.
La maceta japonesa es resistente a las heladas, y tiene casi siempre boca ancha para
facilitar la salida de¡ cepellón. La bella alfarería original japonesa no se encuentra en el
comercio; lo que hallamos son productos industriales, bastante bien acabados pero sin
mucha personalidad.
- Lo mismo ocurre con la maceta china, en otros tiempos finamente trabajada y mucho
más decorativa, ya que los chinos poseen una antigua tradición en ese terreno. Hoy en
día lo que se importa de China, y sobre todo de Taiwan, es un producto mediocre y a
menudo mal terminado que, por otra parte, no tiene más que un agujero de drenaje.
- La maceta coreana, de tierra roja y muy bien esmaltada en azul, es de lo mejor que
se puede encontrar, tanto en lo que hace a su forma, un tanto peculiar, como a su
calidad. Lamentablemente, son bastante escasas y difíciles de conseguir.
- La maceta europea. ¿Por qué no? Hay imitaciones de gran calidad que superan de
lejos a las de Taiwan, y originales tan buenas como las japonesas. Por desgracia, las
más bellas tienen un precio muy elevado.
Para iniciarse sin gastar demasiado, aconsejamos utilizar las típicas macetitas de barro
cocido, que no carecen de personalidad (sobre todo cuando están esmaltadas), aunque
son algo sensibles a las heladas, justamente por tratarse de barro cocido. Su precio,
más que razonable, permite realizar con tranquilidad los intentos y pruebas propios de
un aprendiz.
ESTILOS:
La primera regla es muy simple: la forma del bonsai está determinada por el carácter y
temperamento de su dueño, que trabaja la planta de acuerdo con su gusto, su
naturaleza y su sensibilidad. No es un arte que aspire a obtener a cualquier precio el
canon del bonsai perfecto. Si bien conviene respetar ciertas indicaciones y seguir una
determinada tendencia para que el carácter de nuestro árbol se afirme, hay que tener
claro que no existen dos bonsais idénticos y que lo más importante es el amor que le
hemos consagrado, más allá de sus aparentes imperfecciones.
Estilos principales:
Se conocen como mínimo cinco estilos básicos de bonsai:el formal vertical, informal
vertical, inclinando , de media cascada y cascada. Y ahora procuraré explicar los
principios básicos de cada estilo:
Son muy escasos, posiblemente por la falta de material adecuado para comenzar su
cultivo. Los interesados no deben echarse atrás por este motivo, ya que pueden
cultivar las especies Pinus o Cryptometia con este fin.
Los árboles Chokkan presentan un tronco vertical, recto y ahusado, del que salen las
ramas en una progresión regular.
Las ramas inferiores están más espaciadas y, a medida que nos acercamos a la copa,
las ramas se van volviendo cada vez más cortas y menos espaciadas. Lo ideal es que
las ramas crezcan paralelas al suelo, y que las inferiores sean más gruesas que las
superiores.
Las especies que se preparan según este estilo suelen ser peren-nes, y las más
frecuentes de ellas Mnus thunbergii, Juniperus rígida y Cryptometia japonica.
Vertical Informal...
Este estilo abarca una gran variedad de tipos, desde los árboles con formas naturales,
tal como crecen en el campo, hasta las formas de pinos más estilizadas, de troncos
curvados. Es probable que existan más bonsais dentro de esta categoría que en todas
las demás, ya que resulta adecuada para cualquier especie de árbol.
Estilo inclinado...
Inclinado (Shakan)
En Cascada...
Cascada (Kengai)
En este bonsai, el o los troncos parecen caer por encima de un lado del tiesto, el cual
debe ser profundo para proporcionar un equilibrio visual. Como el tronco puede
descender bastante más que la profundidad del recipiente, estos bonsais suelen
colocarse sobre un pedestal elevado. Existen muy pocos en Europa, a causa de los
problemas que representa el sitio donde deben guardarse cada día, pero la mayoría de
las especies pueden prepararse de esta manera. En Japón, la mayoría de los bonsais
Kengai suelen ser perennes.
Media Cascada
Los troncos de estos elegantes bonsais descienden por debajo del borde del tiesto,
aunque sin llegar a la base de este, cuya profundidad oscila entra la de un tiesto
normal y la de uno en cascada. Este estilo se ve con más frecuencia que el de cascada,
y existe una amplia gama de variedades adecuadas.