Aprende A Reconocer 5 Características de Las Personas Malvadas y Como Mantenerlas Alejadas

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Aprende a reconocer 5

características de las personas


malvadas y como mantenerlas
alejadas.
Por Guru en Octubre del 2017 en Espiritualidad

A todos nos cuesta creer que podamos vivir rodeados de


personas que nos deseen el mal. Lamentablemente, las
personas malvadas forman parte de nuestro entorno nos
guste o no. A cualquier lugar que vayamos encontraremos
alguien con mala fe que sabotee nuestros proyectos o
psicópatas que intenten perjudicarnos.

Es difícil pensar en que existan personas así, pero


desgraciadamente es bastante frecuente y muchas veces nos
resulta dificultoso discernir el comportamiento de alguien
malvado.

Que alguien nos engañe, nos hiera, nos apuñale por la


espalda sin razón aparente es algo difícil de imaginar; al igual
que inventar historias a nuestras espaldas o arruinar nuestra
reputación sin el menor remordimiento.

El político romano Cicerón decía que “Cuando mejor es uno,


tanto más difícilmente llega a sospechar de la maldad de los
otros.” ¡Muy cierto!

Si mientras estás leyendo esto piensas que serías incapaz de


hacer algo así, debemos saber que para otros este
comportamiento no es más que un juego de niños y algo que
hacen casi naturalmente y de manera habitual.

A estas personas no las detiene nada cuando tienen como


objetivo herir a alguien y destruirlo emocionalmente,
físicamente e incluso materialmente.

Pero como para todo lo negativo que surge en nuestras vidas


siempre tenemos que tener a mano formas de combatirlo o al
menos de reconocerlo para evitarlo, veremos de qué manera
detectar rápidamente a estas personas malvadas para que
puedas alejarte de ellas lo antes posible. ¡Y sin
remordimientos!

1) Pretenden controlar a los demás: Desgraciadamente,


estas personas tienen un ego tan grande que se consideran
con la autoridad necesaria para controlar a otros.

Las personas malvadas rechazan las reacciones de los demás


y no se hacen cargo de lo que generan evitando toda
responsabilidad de sus acciones.

Viven en función de sus propias reglas, lo que dicen es ley y


no se interesan en otras normas morales.

2) Les interesa generar confusión y conflictos: Para


llevar a cabo un acto de maldad muchas veces es necesario
inventar historias que no son ciertas para manipular la
realidad. Las personas malvadas deforman los hechos y hacen
caer a los demás en errores generando confusiones que
siempre terminan dañando alguien. Éste es el objetivo.

Las personas que actúan de mala fe niegan la realidad y


construyen su propia verdad sobre hechos malvados, sobre
mentiras y calumnias. Por supuesto, nunca reconocen nada de
lo que hacen.

3) No conocen el remordimiento: Los malvados están tan


convencidos de que lo que hacen está bien o incluso que es
justo, que no tienen ningún tipo de remordimiento y no les
pesa sobre la conciencia ninguno de sus actos malvados.

Aun cuando saben que lo que están haciendo está mal, no les
interesa cambiar y tergiversan los hechos de manera tal de
caer siempre bien parados como los gatos. Incluso, se
muestran como personas nobles cuando en el fondo disfrutan
con su comportamiento mezquino.

4) Son aduladores y manipuladores: Las estrategias que


desarrollan los malvados para llevar a cabo sus maldades,
pueden ser múltiples y variadas. Pero una de las más
habituales es adular a su “presa” para de esta forma poder
manipularla y que se convierte en alguien fácil de someter.

“Se alimentan” del sufrimiento ajeno y seducen con palabras


y halagos cuando en realidad ninguna de las cosas que dicen
son ciertas.

5) Intentan ganarse la simpatía de otros: El malvado


muchas veces es inteligente, y esta es su faceta más
peligrosa porque con sus palabras dulces y su discurso florido,
nos convence de que es simpático, de que es buena gente y
utiliza estos recursos para enredar a sus víctimas y hacerlas
caer en sus redes.

Se gana la confianza de los que los rodean y se muestran


como queribles logrando incluso que muchos les confían sus
secretos, ideas, proyectos o problemas. Todo esto es como
darle al malvado las herramientas para aniquilar a quienes los
rodean.

¿Por qué las personas son malas?

Todos alguna vez hemos vivido en carne propia la maldad de


alguien y hemos sido testigos de que existen personas que
gozan viendo el sufrimiento ajeno. ¿Por qué?

En primer lugar, pensemos en si alguna vez hemos sido


nosotros los que hemos tenido una actitud mezquina hacia
otros, y a partir de ahí tal vez podamos entender la maldad
ajena.

Tal vez estas personas en algún momento de sus vidas se


sintieron heridas durante un tiempo o durante mucho tiempo
por alguien muy cercano. Un familiar, una pareja, un profesor
de la escuela, un compañero de trabajo o un jefe; pueden ser
el origen de esta herida que nos cicatrizó y que se transformó
en maldad.

Esta persona pudo haber sufrido enormemente o incluso tal


vez aún sufra, y tiene tanto miedo que ese dolor no
desaparezca o que vuelva a aparecer que se protege
atacando. Tal vez sea difícil de entender, pero esto es posible.
Es instintivo y primitivo. Es humano.

¿Cómo reaccionar ante el malvado? ¿Qué hacer?

Algo es seguro; si alguien tiene una actitud mezquina y eres


capaz de reconocerla, seguramente sabes con seguridad que
no quieres convertirte en alguien así. De modo que olvida
toda idea de venganza, olvida todo tipo de réplica, olvida todo
tipo de enojo.

Con esto no queremos decir que no debemos defendernos


porque el malvado debe entender que existen límites, sólo
explicamos que la rabia y el enojo no son buenos consejeros.
Si alguien comete un acto de maldad no aprovechemos este
hecho para hacer algo que luego podríamos lamentar.

Devolver un acto de maldad como si fuese un boomerang,


sólo te convierte en alguien muy parecido al malvado.

Defiéndete construyendo una especie de blindaje a tu


alrededor para no dejarte alcanzar por las maldades o por las
críticas. Tómate el tiempo de reflexionar para elaborar las
mejores respuestas y demostrarle al malvado en una sola
frase que sus celos, su maldad y su rencor lo llevan por mal
camino.

No perdamos el tiempo en volvernos rencorosos u ofendidos;


esto sólo te perjudicará a ti mismo.

Para concluir, ¿podemos afirmar que el hombre es


naturalmente malo?

Claro que no. Nadie nace malo, sino que es la sociedad la que
nos corrompe y al mismo tiempo el egoísmo nos vuelve
enemigos. ¿Conoces a alguien que se haya vuelto malo por
voluntad propia?

Esperamos tus comentarios. Sabemos que tienes una historia


que contar o una opinión para compartir.

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